Voy a resumir este relato tomado de la confesión de mi esposa que para quienes ya saben no puede resistirse al placer que le da hacer "el amor" fuera de casa en sus turnos de guardia como enfermera.
La cosa va mas o menos así:
Ese viernes la guardia estuvo muy movida, había atendido al menos 8 donantes de sangre y para su hora de cenar ya había procesado todo y se disponía a cerrar la puerta para tomarse un merecido descanso, a golpe de 7 de la noche sonó el timbre y un poco molesta fue a ver quien era y su sorpresa fue mayor cuando vio que era su "novio" esta vez acompañado por un chamo que apenas tendría edad para estar en la calle a esa hora.
"Hola mi amor" la saludó, y de inmediato le presento al chico comentándole que acababa de cumplir años y quería enseñarle el laboratorio del banco de sangre... Mi esposa ya sabia por donde venia el tema, y se apuró a decirle que ni loca iba a hacer nada a esa hora y menos con un chamo que podía ser su hijo.
El susodicho atinó a defenderse diciendo que "tranquila, el solo quiere ver y aprender" y dándole una sonora nalgada la empujó hacia un rincón mas alejado de la entrada.
El chico estaba muy ansioso, tenia los ojos muy abiertos pero no pronunciaba palabra. Mi esposa viendo que tenia la batalla perdida solo atinó a decirle: "siéntate en ese sillón".
El hombre con las piezas de su ajedrez en orden procedió a manosear vulgarmente a mi esposa, le agarraba y apretaba el culo y le daba nalgadas, le abrió a la mitad el kimono del uniforme mientras volteaba a mi esposa hacia el chico y le decía: "así se trata a las enfermeras cuando se portan mal"
El muchacho estaba notablemente excitado, mi mujer me dice que se le veía un bulto enorme y que lejos de calentarse con la agarradera del hombre estaba muy intrigada por el miembro del chico.
Para resumir, les comento que el chamo se abrió el pantalón, bajó su ropa interior y dejo al aire su miembro, mi mujer que estaba lista para hacer que esa visita valiera la pena no se aguantó se arrodilló frente al chico, lo miró a los ojos y le dijo: "no le digas a nadie lo que va a pasar aquí", el chamo no abrió la boca, solo volteó los ojos cuando la enfermera se tragó la cabeza de un solo movimiento, y empezó a lamerle el guebo de arriba a abajo. Me dice que nunca se había comido un miembro tan liso y brillante y que quedó extasiada con la cabezota, que la tenia muy grande y tenia que abrir mucho la boca para tragársela y chuparla.
No paso mucho tiempo cuando recibió su trofeo, un chorro de leche le llenó la cara y el pecho, suficiente para sobarse todo ese semen por sus tetas y con un beso en la mejilla agradecer a aquel chico una experiencia inolvidable.
Basta decir que el novio de mi mujer estaba paralizado con aquel cuadro, no esperaba aquella reacción del chamo... solo dijo: "bueno creo que es todo por hoy, mañana te traigo un café para que hablemos" hubo un silencio por algunos segundos, se acomodaron todos y se fueron...
No tengo mas detalles por ahora, solo espero les haya gustado como cuando ella me echo la historia.
La cosa va mas o menos así:
Ese viernes la guardia estuvo muy movida, había atendido al menos 8 donantes de sangre y para su hora de cenar ya había procesado todo y se disponía a cerrar la puerta para tomarse un merecido descanso, a golpe de 7 de la noche sonó el timbre y un poco molesta fue a ver quien era y su sorpresa fue mayor cuando vio que era su "novio" esta vez acompañado por un chamo que apenas tendría edad para estar en la calle a esa hora.
"Hola mi amor" la saludó, y de inmediato le presento al chico comentándole que acababa de cumplir años y quería enseñarle el laboratorio del banco de sangre... Mi esposa ya sabia por donde venia el tema, y se apuró a decirle que ni loca iba a hacer nada a esa hora y menos con un chamo que podía ser su hijo.
El susodicho atinó a defenderse diciendo que "tranquila, el solo quiere ver y aprender" y dándole una sonora nalgada la empujó hacia un rincón mas alejado de la entrada.
El chico estaba muy ansioso, tenia los ojos muy abiertos pero no pronunciaba palabra. Mi esposa viendo que tenia la batalla perdida solo atinó a decirle: "siéntate en ese sillón".
El hombre con las piezas de su ajedrez en orden procedió a manosear vulgarmente a mi esposa, le agarraba y apretaba el culo y le daba nalgadas, le abrió a la mitad el kimono del uniforme mientras volteaba a mi esposa hacia el chico y le decía: "así se trata a las enfermeras cuando se portan mal"
El muchacho estaba notablemente excitado, mi mujer me dice que se le veía un bulto enorme y que lejos de calentarse con la agarradera del hombre estaba muy intrigada por el miembro del chico.
Para resumir, les comento que el chamo se abrió el pantalón, bajó su ropa interior y dejo al aire su miembro, mi mujer que estaba lista para hacer que esa visita valiera la pena no se aguantó se arrodilló frente al chico, lo miró a los ojos y le dijo: "no le digas a nadie lo que va a pasar aquí", el chamo no abrió la boca, solo volteó los ojos cuando la enfermera se tragó la cabeza de un solo movimiento, y empezó a lamerle el guebo de arriba a abajo. Me dice que nunca se había comido un miembro tan liso y brillante y que quedó extasiada con la cabezota, que la tenia muy grande y tenia que abrir mucho la boca para tragársela y chuparla.
No paso mucho tiempo cuando recibió su trofeo, un chorro de leche le llenó la cara y el pecho, suficiente para sobarse todo ese semen por sus tetas y con un beso en la mejilla agradecer a aquel chico una experiencia inolvidable.
Basta decir que el novio de mi mujer estaba paralizado con aquel cuadro, no esperaba aquella reacción del chamo... solo dijo: "bueno creo que es todo por hoy, mañana te traigo un café para que hablemos" hubo un silencio por algunos segundos, se acomodaron todos y se fueron...
No tengo mas detalles por ahora, solo espero les haya gustado como cuando ella me echo la historia.
1 comentarios - Una mamada relámpago...