Empleada de lujo 1

Introducción

Hola mi nombre es Fabiola, después de mucho pensarlo decidí compartir mis vivencias, del como fue que pase de una empleada destacada a una sumisa de ensueño, ¿destino? Quizá, la verdad deje de preguntármelo ya hace mucho y comencé a ser agradecida por todas las experiencias que nunca imagine llenarían de satisfacción mi vida.

Esto inicio en el 2014 cuando recién egresaba de la universidad, a mis 21 años era una chica llena de ilusiones y aunque no era la mas popular si era de las mas “buenas” según los chicos de la universidad, un cuerpo que según ellos era desperdicio puesto que decidí dedicarme a la administración y no al modelaje; Mi piel blanca contrastaba con mis ojos color miel, cabello castaño hasta la cintura, pechos de buen tamaño, nalgas respingadas, piernas torneadas y todo gracias a los buenos genes de mis padres, total ese mismo año me case con mi novio y conseguí trabajo, el sueño de muchos era mi vida hasta entonces.

La empresa para la cual trabajaba era una empresa nueva y con muchas aspiraciones de crecimiento, por lo cual yo estaba orgullosa de colaborar con la base de esta, naturalmente mis ganas se convirtieron en ascensos que me llevaron a ocupar un puesto importante e imprescindible en esta empresa, pero no todo era miel sobre hojuelas, mi trabajo consumía la mayor parte de mi tiempo, y prácticamente mi vida personal era nula, lo que trajo pequeños problemas a mi matrimonio.

Pasaron meses y mis conflictos matrimoniales empezaron a afectar mi desempeño en el trabajo, cosa que no paso desapercibida por los altos mandos de la empresa quienes tomaron a bien sugerirme mas compromiso puesto que se venían grandes operaciones a favor de la empresa. Y si, como podrán imaginarse un error mio le costo a la empresa una perdida tan grande que era natural que fuera yo quien cargara con las consecuencias de este desafortunado suceso, inmediatamente recibí un correo de quien hasta ahora no tenia ni idea de que formaba parte de la empresa, me citaba a una junta privada y me pedía explícitamente que no hablara de lo sucedido con nadie dentro o fuera de la empresa.

Esa noche prácticamente no dormí pensando en todo lo que sucedería, y aunque mi esposo me preguntaba lo que sucedía decidí hacer mutis, por lo cual nuevamente iniciamos una discusión que para mi bien por lo menos olvide mi gran tragedia en la empresa.

Ya por la mañana, salí al lugar donde se llevaría a cabo dicha junta, para mi sorpresa esta oficina estaba a las afueras de la ciudad y pasaba totalmente desapercibida pues se encontraba en un sector donde predominan los edificios antiguos y abandonados, pude distinguir en el estacionamiento un auto de lujo lo cual me hizo confirmar que había llegado al lugar indicado, estacione mi auto, y entre a la oficina, la cual como era de esperarse estaba totalmente vaciá, podía escuchar claramente el eco que producían mis tacones a cada paso que daba, estaba embobada con la edificación hasta que una voz a mis espaldas me saco del letargo.

-¿Cual es tu edad jovencita?- dijo con una voz seca y muy grave.
Inmediatamente me gire, y ahí se estaba, de pie, un sujeto de mas de 50 años o eso supongo, ya tenia algunas arrugas en su cara y su cabello grisaseo, obeso por cierto y muy feo, eso si de traje muy bien arreglado.

- ahhh 22 … 22 años- mi voz temblaba, estaba nerviosa y ahora el lo sabia.
Abrió una puerta y cortésmente me invito a pasar primero,

-Sabes, desde el primer momento estuve en contra de que tomaras decisiones importantes para la empresa – decía mientras miraba el piso, yo solo atinaba en escuchar atentamente cada palabra que salia de su boca, entre otras cosas me explico todo en lo que me había equivocado, mientras su voz se hacia mas fuerte y el sudor escurría de su frente.

-Eres una mujer muy joven… y muy hermosa – no entendía que tenia que ver, pero sonreí de manera inocente,

- y muy cara -

Yo me quede callada

-Mi socio estuvo de acuerdo en que a cambio de todo lo que nos hiciste perder, yo me podía quedar contigo- seguía sin entender lo que decía aquel hombre, un silencio incomodo inundo la habitación.

-Perdone, no entiendo a que se refiere-

-Como lo digo para que entiendas… a partir de este momento eres miá, para todo lo que desee entiendes?-
-Usted esta loco- empece a caminar hacia la puerta furiosa,
-Demandeme, haga lo que quiera, en sus sueños va a tenerme- dije enojada

- A ver pendeja, si no te quedo claro, lo que tu digas no importa, no es tu decisión, ¿entendiste?, de otra forma contigo hundiré a tus padres y a tu esposo-

Mis ojos se llenaron de lagrimas, estaba temblando, ¿Realmente esto pasa cuando cometes un error?, ¿Era una broma o estaba en una pesadilla?

El continuo quebrantando mi voluntad, sonreía, se sabia ganador, había tocado mi talón de aquiles, no había mas ,había aceptado mi nueva condición.

-¿Que dices ahora?-
-Estoy de acuerdo-

-Habla mas fuerte puta, quiero que digas a partir de hoy soy su puta- me miraba fijamente y sonriente esperando mi respuesta, tome aire y dije lo mas fuerte que pude.

- A partir de hoy soy su puta- lo que resonó por todo el lugar, ante las carcajadas de aquel horrendo hombre.

- Quiero que siempre uses micro faldas, blusas escotadas, o vestidos strapless, siempre sin sostén y tanga, tu jefe ya esta enterado de mis condiciones así que no tienes de que preocuparte, por lo pronto mañana faltaras a la oficina y vendrás aquí primero para verificar que estas cumpliendo con los requisitos que te ordeno-

- Ah y muy importante, nada de depilarse la vagina, ni las axilas, si no cumples con algo de lo que te dije, tendrás un castigo- No tiene idea de cuanto lo odiaba, odiaba como me miraba y la sonrisa en su rostro.

Continuara...