Romina, mi perra sucia 5
Después del encuentro con el viejo la relación entre nosotros empezó a ponerse tensa. Paso una semana casi y el viejo no había venido en ningún momento a arreglar el jardín. Nos pasamos casi toda la semana discutiendo, yo le decía a Romi que el viejo se la cogía mientras yo trabajaba, ella estaba ofendidísima porque decía que en el tiempo que nos conocíamos jamás me había mentido, que pensaba que yo era diferente, que le creía. En toda esa semana y por primera vez en mucho tiempo no tuvimos relaciones. Nuestras discusiones se nos hicieron insoportables para ambos. El jueves volví del trabajo Romi me esperaba con su calcita y el mate listo, me vino a besar:
-¿Qué pasa perra sucia, no te cogió bien el viejo de mierda ese y quedaste calentita? -y me metí a la pieza sin hablar más con ella, la escuche llorar en la cocina, y aunque sentía que algo se me rompía por dentro no encontraba la solución. Salí hacia la cocina y le dije.
-No hace falta que me mientas, seguro que el viejo ese viene todas las tardes a cogerte, no te hagas la boluda queres. Por toda respuesta Romi siguió llorando.
El viernes a la tarde volví del trabajo abrí la puerta de la casa y fui hacia la cocina a buscarla a Romi, no estaba, salí al jardín y no la encontré, pensé que habría salido a comprar algo y fui hacia el cuarto a cambiarme, cuando entre Romi estaba con la calcita de lycra enrollada a la altura de las rodillas, una almohada debajo de la pelvis y los glúteos y la espalda con restos de semen.
-Hola amor..., llegaste? Hace un ratito se fue Manuel, hará diez minutos. –me acerque a la cama, le separe los glúteos y era obvio que otra vez le había roto el culo. Me quede sin palabras, me senté del otro lado de la cama. Miraba el culo de Romi, el semen sobre sus glúteos y espalda y mi pija empezó a crecer.
-Hacete una pajita mirándome, así a la noche más calmadito me coges y te cuento...
empecé a pajearme, me sentía recaliente. Romi me miraba con una sonrisa perversa en la cara
-Amor..., hoy si vino a verme don Manuel..., pero quedate tranquilo solo arreglamos un ratito el jardín..., no paso nada... –me pajie hasta que acabe apuntándole al culo de Romi.
-Anda a hacer el mate que me pego una ducha y voy. –dijo Romi.
Tomamos mate y nos besamos y acariciamos, me sentía recaliente de nuevo, no veía la hora de cogerla, que fuera la hora de dormir.
Cuando terminamos de cenar Romi se fue a la cama, me dijo que lavara los platos y fuera a la pieza. Cuando entré estaba desnuda boca arriba en la cama, con las piernitas bien separadas. Me hizo un gesto que me acercara, me desnude y con mi pija bien dura, me acomodé sobre ella penetrándola suavemente.
-Hoy si vino Manuel a verme..., yo no quería que me coja sin que vos estuvieras..., pero hacía tanto que no me cogías... y estaba tan calentita... , además es mi papi...
-Que puta sucia sos.
-Si..., así me trata Manuel..., como lo que soy.... ¿queres que te cuente...? –yo la empecé a bombear y darle cada vez mas duro.
-Lo que paso ya te podrás imaginar..., lo que te quiero contar...
-Que perra?
-Nada... , nada...
-La clave fuerte y le dije que me contara.
-Bueno, mientras Manuel me rompía el culo..., que entre paréntesis... –dijo exagerando su voz de puta- después de todo lo que me da por la concha..., me encanta cuando me rompe el culo... Me dijo: que lástima que no este el infeliz de tu marido, para que vea como te cojo putita... Yo le dije que vos mientras hacíamos el amor..., me habías dicho muchas veces que te gustaría verme cogida por otro... , el viejo se calentó y me la clavo a fondo..., me dolía mucho..., pero me aguantaba..., me agarró fuerte del pelo y me dijo que siguiera... Bueno que quizás..., le dije..., venís a cogerme cerca de la hora que él viene del trabajo..., y nos sorprende en plena faena..., con tu pija bien al fondo de mi culo..., como ahora..., si te animas...., claro. Estoy segura que el infeliz..., como vos le decís..., se va a quedar mirando como me coges...,le dije a Manuel con vos de puta....
Empecé a bombearla bien fuerte mientras le decía todo tipo de insultos, ella me miraba con su carita dulce a los ojos y se reía.
-Vas a ver bien de cerquita como me coge..., y te vas a poder hacer la pajita..., como el pajero que sos..., mientras la perrita goza con otra pija..., que le hace bien el culo..., la pija de un viejo asqueroso..., que no va al gimnasio..., que me apoya esa panza toda grasosa en la espalda... y me la entierra en lo más profundo del culo..., sin dudas... y con placer...
No como vos..., pajerito..., mucho gimnasio..., mucha pancita plana... y un viejo de mierda... le rompe el culo a tu mujer mientras vos te haces la paja..., como un taradito..., los dos acabamos en un orgasmo intenso, nos abrazamos bien fuerte y nos besamos, nos quedamos en la cama abrazándonos y acariciándonos hasta muy entrada la madrugada. Romi me decía que me amaba, y que no veía el momento de que yo pudiera participar y ella aprovechar y hacerme la paja..., mientras el viejo la cogía. Le mordí el cuello y se rió.
-Las perritas somos para que las cojan los machos que no tienen problemas en tomarnos sin vueltas..., como don Manuel que me va a coger..., mientras te pajeas..., cornudo..., pajero..., cornudo...., pajero... Mi pija volvió a crecer y se la clave de nuevo mientras ella repetía que era un cornudo y un pajero, que era un tierno incapaz de darle a una perra como ella toda la ración de verga y el trato que una perra como ella necesitaba.
Romina, mi perra sucia 6
Pasaron unos días y hablé con Romi seriamente, teníamos que parar la historia con el viejo de al lado. Ella me miro con su cara de putita y me dijo
-Como vos quieras papi. La perrita hace lo que el chico quiere...
-Te hablo en serio Romi, tenemos que parar. Toda mi vida siempre termina desbandándose y yéndose al carajo. Por favor te lo pido. Así quedamos, ella empezó a salir conmigo todas las mañanas buscaba trabajo y después se iba a la casa de la hermana hasta que me pasaba a buscar por el trabajo. Parecía que todo se ordenaba, pero en realidad, cuando la cogía, estaba más excitado que nunca pensando en la cogida que le había pegado el viejo y no dejaba de pensar en el tema nunca, algo iba a pasar con seguridad.
Una tarde volvimos del trabajo y Romi se fue a arreglar el jardín, habíamos vuelto a nuestro juego habitual, en un momento la mire y Romi miro hacia la ventana y saludo al vecino que estaba en ella, empezó a hacer poses, pero ahora agachándose hacia la casa del vecino. Al rato vino Manuel a casa a tomar mate.
-Hola!!!, papi, dijo Romi, lo abrazó y beso tiernamente en la mejilla.
-Hola, dijo Manuel, que pasa que no me invitas más a tomar mate o arreglar el jardín.
-Es que está buscando trabajo. –le contesté
-Y vos, ¿no jugas mas al fútbol? –se quedo un rato más el viejo tomando unos mates y después se fue a su casa.
Esa noche cogimos más fogosamente que nunca, los dos estábamos recalientes, pero ninguno de los dos decía nada, solo nos dábamos bien fuerte. En un momento Romi hablo:
-Estuvo buena la terapia de Manuel, me estas echando casi todos los días dos polvitos..., y bastante abundantes..., estás bien caliente..., ¿eh...?
-Si a veces me parece que me voy a volver loco, no me puedo despegar del tema.
-Quedate tranquilo que la perrita no va a hacer nada..., hasta que vos me lo pidas..., pero si me pedís que lo haga..., después no hay vuelta atrás..., no me vas a dar un juguete para después sacármelo..., ¿esta claro? –explotamos los dos al unísono en una acabada descomunal. Así seguimos casi dos meses, en las vacaciones lo hacíamos mucho más tranquilos y relajados. Volvimos empezando el otoño. Otra vez la calentura era cada vez mayor, la sola cercanía del vecino nos excitaba horrores, yo trataba de cogerla todo el tiempo a Romi porque si estaba caliente sentía que le iba a pedir que se acostara de nuevo con el viejo, no podía sacarme de la cabeza la imagen mía entrando y el viejo cogiendola sobre nuestra cama, me calentaba a más no poder y sufría a horrores con la idea. Por eso algunas mañanas a pesar de que habíamos cogido intenso, me hacía una paja mientras me bañaba para no juntar calentura.
Una mañana Romi entró al baño mientras me masturbaba, me preguntó porque lo hacía.
Me dijo que si yo me pajeaba, ella se iba a coger de nuevo a Manuel, y además no lo iba a poder presenciar.
Romi estaba muy caliente también y creo que tenía ganas de que Manuel volviera a cogerla. Era un jueves a la noche y cenábamos tranquilos Romi me hacía mimitos, jugueteaba con mi pija, estaba solo con una tanguita diminuta y nada más. En un momento se levantó y me dijo que se iba a acostar. Yo fui al ratito, la vi culito arriba y empecé a acariciarla.
-Para amor, que quiero dormir, estoy cansada, camine mucho hoy. –me empujaba con su culito rechazándome y me calentaba más- Basta amor te dije que pares. –me di vuelta hacia mi costado y me dijo.
-Seguramente don Manuel me hubiera corrido el tanga y me la hubiera enterrado hasta el fondo. –me di vuelta, la apoye y me dijo que ahora no tenía gracia.
La mañana siguiente me levanté que volaba de la calentura, Romi también me rechazo y nos fuimos mimando en el tren lo que me ponía más caliente todavía. En el trabajo no aguantaba más de la calentura, la iba a llamar a Romi al celular y decirle que se lo cogiera al viejo, que yo la sorprendería en la cama con él. Disque el celular, sonó una vez y corte. No podía más de la calentura, fui hacia el baño y me hice una paja de locura.
Romi me paso a buscar por la oficina, me noto mas calmado, íbamos en el tren, me miraba a los ojos, se acercó a mi oído y me dijo:
-Me parece que te estuviste pajeando. ¿no? -Yo no le contesté, me miro profundo a los ojos, se acercó de nuevo al oído y me dijo:
-Habíamos quedado que nada de pajas, esta tarde vas a jugar al fútbol, Manuel me va a ayudar con el jardín. Cuando lo veas salir de casa recién vas a poder entrar. –se alejó un poco de mi y tenía cara de enojada. Bajamos del tren y caminamos en silencio hasta casa, pasamos por la puerta del vecino y Romi se detuvo, tocó el timbre, se asomó Carmen.
-Esta don Manuel? –el viejo se asomo por la puerta- Manuel, mi marido se va a jugar al fútbol quisiera preguntarle unas cosas del jardín, ¿no se vendría a tomar unos mates? El viejo con una sonrisa dijo que estaría encantado, que ya le extrañaba que no lo invitaran más. Voy a tomar una pastillita que estoy tomando, le dijo a Romi sonriendo y voy. Carmen parecía también encantada con la situación, para ella era todo inocencia. Entramos a casa y Romi me pidió que preparara el mate, le cebe uno y me dijo que me fuera a cambiar que iba a llegar tarde a fútbol y sonrió. Cuando iba hacia la pieza sonó el timbre, fui a abrir y me fui a cambiar. Cuando fui a la cocina el viejo la miraba con lujuria.
-Mi amor ya te vas..., que te diviertas..., mira que trabo la puerta..., por las dudas..., avísame si venís....
-Que te diviertas. –dijo Manuel. Me quede escondido en la esquina cerca de dos horas, eran las nueve cuando el viejo salió, su mujer lo estaría esperando. Mi corazón me latía con fuerza, entre a la casa y Romi estaba tirada en la cama, otra vez culo arriba. Restos de semen en sus glúteos.
-Hola amor!!, ¿Qué tal el partido...? –le separé los glúteos y su culo aún estaba dilatado.
-No lo puedo evitar mi amor, me da tan duro... por la conchita..., que cuando me da vuelta y me la mete en el culo..., no me puedo negar... –empecé a desnudarme, Romi se giro quedando boca arriba, me miraba seria. Me acerque para montarla y se corrió a un costado.
-Dijimos que pajas no y te pajeaste, allá está el baño, pajero... –Fui al baño y me la casque como un mono, mi leche salió en todas direcciones. Nos dormimos sin hablar y sin cenar, en un momento de la noche Romi me abrazó desde atrás, me dijo entre sueños, ya te perdoné, pero basta de pajas. No me lo voy a coger más al viejo hasta que vos me lo pidas. Pero nada de pajas..., espero que la próxima vez que me coja estés haciéndote la paja al lado, pero a partir de ese momento..., no hay vuelta atrás..., lo vas a ver seguido...
Romina, mi perra sucia 7
Pasaron dos semanas en las que el morbo de la situación seguía al máximo. Romina seguía saliendo conmigo a la mañana, tenía un trabajo de mañana y por la tarde o iba a la casa de la hermana o hacía tiempo por ahí y me pasaba a buscar a la salida del trabajo. Una noche teniendo sexo, volvió a salir el tema de Manuel.
-Como extraño la pija de Manuel..., y que me trate como una perra... –la clave a fondo, mirándola profundo a los ojos.- Te voy a dejar un par de días en ayunas..., así te haces la pajita..., y me lo cojo de nuevo al viejo...¿te gustaría...?, pajerito...
Y así fue en los dos días siguientes no me dejo tocarla, me provocaba pero no quería nada después, pero a diferencia de la vez anterior, era un juego bien claro, me quería bien caliente para ver que hacía. Se fue a trabajar al jardín y lo saludo al viejo que estaba en la ventana del primer piso. Se agachaba y hacía poses para él. Mientras tomábamos mate yo estaba sentado en la silla, se sentó encima mío y me hizo acariciarle y chuparle los pechos. Se puso de pie y me pidió un mate, miro mi pija que estaba al máximo de erección.
-¿Estás calentito...?, ¿por qué no vas al baño a hacerte una pajita...?, dale que Manuel está en la casa..., o preferís salir a jugar al fútbol... y volver y encontrarme con el viejo cogiendome...
-Basta, amor, por favor, vamos al cuarto.
-Mírenlo..., al cornudito pajero..., pide por favor... Hace una cosa..., vestite con la ropita de fútbol..., pasas por la casa de Manuel y le comentas que te vas a jugar..., me lo regarcho..., y cuando me esté por romper el culo..., me voy hasta el baño y te llamo de mi celu a tu celu..., en ese momento volves..., y me vas a ver en cuatro arriba de la cama... y..., ¿no te gustaría? –salió de la cocina y se fue hacia el cuarto, yo me quede tomando mate, apareció vestida con un conjunto de ropa interior con portaligas que yo le había regalado, traía mi ropa de fútbol en las manos.
-¿Le gustará el conjuntito a Manuel...?, decile que la puerta esta abierta..., lo voy a esperar en la camita..., no a vos pajerito..., a mi macho..., ya tengo el celular en el baño..., apurate.
-me puse de pie y le pegue un golpe a una de las paredes, venía a mi mente la imagen del viejo taladrándole el culo y no me podía contener necesitaba aliviarme, pero si me pajeaba se lo iba a coger igual, como un autómata empecé a vestirme con la ropa de fútbol. Fui hacia el cuarto, su cara tenía una inmensa sonrisa.
-Mira que después va a seguir viniendo..., y vos vas a mirar más seguido..., -me agarró de la nuca y me besó.
-¿Por qué no me dejas que te coja?, mejor.
-Porque sos un pajerito que le tiene que pedir permiso a la mujer para cogersela..., porque el viejo me coje como quiere..., y me hace dar ganas..., de que me rompa el culito..., y sentir su leche calentita en el culo..., culo que vos nunca te comes..., -me tire encima de ella y empecé a forcejear, le corrí la tanga a un lado y se la meti en la concha.- Mira que me lo voy a coger igual..., me estas poniendo más caliente..., -me pegó un empujón y me separo de ella.
-Apurate que se hace tarde. –agarré mi celular y salí del cuarto. Toque el timbre en la casa del vecino, el viejo salió a la puerta, Manuel me voy a jugar al fútbol, mi mujer dice si no la acompaña a tomar unos mates. Tomo una medicación y voy. Dijo el viejo. Me fui a la vuelta de mi casa y caminé dos cuadras hasta un bar que hay en el lugar, pedí un café y me imaginaba al viejo entrando en la habitación y viéndola a Romi con la ropita interior en la cama esperándolo, me sentía volar de los nervios. Me trajeron el café que pague para poder salir de raje cuando sonara el celular. Pasaron como cincuenta minutos y escuche sonar el celular, decía Romi el indicador, mi corazón latía con fuerza, sentía mis piernas temblando, salí lentamente a la puerta y una vez en la calle corrí las cuadras hasta mi casa. Abrí la puerta tratando de hacer el menor ruido posible me acerque a la habitación y entre. Romi!!! Exclame, estaba en cuatro en la cama y el viejo la tenía agarrada de la cintura detrás de ella bombeándole el culo bien fuerte, el viejo siguió cogiendola, los dos me miraban a mi.
-Ay..., amor..., ¿tenías la fantasía de ver como me cogían...? Don Manuel nos está ayudando amor... –el viejo tenía una sonrisa en la cara, miro mi erección y se apoyo sobre Romi agarrandola de las tetas, su panza caía sobre la espalda de Romi.
-Ay..., amor..., no le puedo negar el culo..., sabes..., perdoname..., pero me pone tan caliente con toda la pija que me da por la concha..., es nuestro ritual..., ¿por qué no te sacas la ropa y te pajeas para nosotros...? –el viejo me miraba atentamente y se quedo sin bombearla apoyada sobre Romi, ella giro la cabeza y se besaron. Me desnude y quedé parado mirándolos, Romi se separó de la boca de Manuel
-Empeza a pajearte despacito..., mientras a la perrita le rompen el culo..., ¿te gusta lo que me hacen...?, -el viejo miraba sonriente. Romi dejo de mirarme su cabeza colgaba hacia abajo con los ojos cerrados.
-Si papi..., rómpemelo bien..., dejame la leche adentro hoy..., se buenito..., eh...?, mi papi..., ¿te gusta que el infeliz se pajee..., mientras vos me coges...?, ¿querés que le ordene algo...?
-Decile que me bese las bolas.
-Amor..., besale las bolas a don Manuel..., tenés que ser agradecido..., mira el esfuerzo que hace por mi..., tiene problemas de corazón..., -me arrodille detrás del viejo y vi unos huevos grandes y peludos, me daba mucho asco pero me sentía hirviendo con la situación.
-Esta bien así..., papi..., te chupa bien el infeliz...,
-Decile que me pida por favor que te lo llene de leche.
-Amor..., pedile a don Manu..., mi papi..., que me llene el culo de leche..., -trague saliva, la voz se me quebraba, no me salía.- No te escucho amor...,
-Llenele el culo de leche don Manuel por Favor. –el viejo sonrió la bombeó un largo rato más y se cayo sobre ella. Los dos caídos en la cama, el viejo le mordía el cuello mientras la llenaba, se quedo un largo rato sobre Romi.
-Acaba vos también..., -dijo Romi. Los dos me miraban me pajie un poco más y mi leche saltó muy lejos, salían chorros y chorros de leche. El viejo se levantó y paso al baño mirándome con cara de sorna.
-Anda a preparar la cena, me dijo Romi. El viejo salió del baño y romi lo acompaño hasta la puerta despidiéndose con besitos antes de que saliera. Romi se asomó en la cocina y me dijo. Estoy muerta, me duele mucho el culo, voy a descansar, avisame cuando esté la cena.
Romina, mi perra embarazada
Durante casi un año y medio Romi había seguido la relación con el viejo, la cual termino una noche en que el viejo Manuel después de haber estado en casa ceno en la suya con abundante vino, volvió a tomarse otra pastillita, como decía él e intento acostarse con su mujer, el resultado fue fatal. Con Romi seguimos saliendo a bailar y ella tuvo un par de relaciones eventuales en algún lugar, pero sólo algo pasajero. Acababa ella de cumplir sus 27 añitos y nos enteramos que estaba embarazada. La calentaba muchísimo mostrarse en estos primeros meses de su embarazo, sobre el cuarto mes del mismo su pancita era notoria y la hacía lucir hermosa, le encantaba provocar, pero no habíamos concretado ningún encuentro con nadie. Los dos jugábamos simplemente y nos alcanzaba ratonearnos sin concretar nada. Ella estaba trabajando en una Fábrica, salía a las cinco de la tarde y me pasaba a buscar por el trabajo.
Una noche después de cenar nos fuimos a la cama a hacer el amor, le gustaba en esta época ser ella la que estuviera encima, mientras cogíamos me dijo:
-Te tengo que contar algo...
-Que mi amor?
-Es una pavada...,
-Tiemblo con tus pavadas, le dije, se mordió el labio inferior mientras se clavaba bien sobre mi miembro y después sonrío perversamente.
-Nada, en la fábrica siempre hay una chica de seguridad que nos revisa cuando salimos...
-Y...?
-Bueno que hoy falto...
-Dale amor,
-Nada cielo..., que hoy nos controlo el muchacho de seguridad... –mi pija se puso un poco más dura todavía y creo que lo noto porque su cara pareció más perversa todavía.
-Bueno..., me palpo un poquito..., para ver si me llevaba algo... y me parece que se entretuvo con la sobada..., y a mi me calentó mucho..., y...
-Y, que?
-Empecé a fantasear..., mientras me cacheaba..., y me lo imaginaba dándome por el culo..., y me empezó a calentar mucho la situación..., mis pezones se renotaban..., y el se dio cuenta de todo...
-Pero amor si ya no lo haces por el culo, desde que murió el viejo.
-Ay..., me dio ganitas..., cielo...
-No queres que te las saque ya mismo?
-Es que por la cola..., me encanta que vos mires..., y no podes hacer las dos cosas... –la puse a ella acostada boca arriba sobre la cama y se la clave tratando de no apretarla, lo más profundo que pude.
-No te olvides que estás embarazada mi amor.
-No dejo de ser perrita por eso..., además..., el bulto en el pantalón del muchacho... –empecé a escupir leche a montones y su orgasmo se acoplo al mío a continuación-
Me acosté a su lado y la empecé a acariciar suavemente, me dijo que le seguía pareciendo el hombre más maravilloso del mundo. Me miró picara y me dijo que era solo un jueguito. Que no íbamos a hacer algo así. Hizo una pausa que me pareció estudiada, se levanto y fue al baño a hacer pis, cuando volvió se acostó de nuevo pancita arriba, me acarició la cabeza y dijo:
-Vos te imaginas que yo sería capaz de estar en esta camita, como estaba con don Manuel, en cuatro patitas y el chico ese de seguridad rompiéndome el culo, debe tener veintipico nada mas, es un nenito, mientras vos miras como un pajero como un pendejo me rompe el culo, encima estando embarazada, no mi amor. –Mi pija estaba al palo de nuevo, la monte y la empecé a coger sin ningún cuidado.
-Me parece que es demasiado.
-Bueno..., mira y no te pajees...,
-No podes ser tan puta!!!!!
-Ay..., amor..., lo mismo dijiste con don Manuel..., y mira donde acabó... –dijo sonriendo.
-Amor, estás embarazada
-Y caliente..., y quiero esa pija en el culo... La perrita quiere esa pija en el culo..., y lo quiere ver al pajerito como se pajea... –No pude aguantar mucho tiempo más sin tener mi orgasmo, si bien era el segundo y suelo aguantar mucho más, el tema me desbordaba por completo. Me contraje y otra vez acabé abundantemente, teniendo en cuenta que era mi segundo orgasmo.
-Amor..., si acabas tan rapidito..., y tanto...
-Te mato puta!!!
-Yo también..., te amo..., pajerito....
Después del encuentro con el viejo la relación entre nosotros empezó a ponerse tensa. Paso una semana casi y el viejo no había venido en ningún momento a arreglar el jardín. Nos pasamos casi toda la semana discutiendo, yo le decía a Romi que el viejo se la cogía mientras yo trabajaba, ella estaba ofendidísima porque decía que en el tiempo que nos conocíamos jamás me había mentido, que pensaba que yo era diferente, que le creía. En toda esa semana y por primera vez en mucho tiempo no tuvimos relaciones. Nuestras discusiones se nos hicieron insoportables para ambos. El jueves volví del trabajo Romi me esperaba con su calcita y el mate listo, me vino a besar:
-¿Qué pasa perra sucia, no te cogió bien el viejo de mierda ese y quedaste calentita? -y me metí a la pieza sin hablar más con ella, la escuche llorar en la cocina, y aunque sentía que algo se me rompía por dentro no encontraba la solución. Salí hacia la cocina y le dije.
-No hace falta que me mientas, seguro que el viejo ese viene todas las tardes a cogerte, no te hagas la boluda queres. Por toda respuesta Romi siguió llorando.
El viernes a la tarde volví del trabajo abrí la puerta de la casa y fui hacia la cocina a buscarla a Romi, no estaba, salí al jardín y no la encontré, pensé que habría salido a comprar algo y fui hacia el cuarto a cambiarme, cuando entre Romi estaba con la calcita de lycra enrollada a la altura de las rodillas, una almohada debajo de la pelvis y los glúteos y la espalda con restos de semen.
-Hola amor..., llegaste? Hace un ratito se fue Manuel, hará diez minutos. –me acerque a la cama, le separe los glúteos y era obvio que otra vez le había roto el culo. Me quede sin palabras, me senté del otro lado de la cama. Miraba el culo de Romi, el semen sobre sus glúteos y espalda y mi pija empezó a crecer.
-Hacete una pajita mirándome, así a la noche más calmadito me coges y te cuento...
empecé a pajearme, me sentía recaliente. Romi me miraba con una sonrisa perversa en la cara
-Amor..., hoy si vino a verme don Manuel..., pero quedate tranquilo solo arreglamos un ratito el jardín..., no paso nada... –me pajie hasta que acabe apuntándole al culo de Romi.
-Anda a hacer el mate que me pego una ducha y voy. –dijo Romi.
Tomamos mate y nos besamos y acariciamos, me sentía recaliente de nuevo, no veía la hora de cogerla, que fuera la hora de dormir.
Cuando terminamos de cenar Romi se fue a la cama, me dijo que lavara los platos y fuera a la pieza. Cuando entré estaba desnuda boca arriba en la cama, con las piernitas bien separadas. Me hizo un gesto que me acercara, me desnude y con mi pija bien dura, me acomodé sobre ella penetrándola suavemente.
-Hoy si vino Manuel a verme..., yo no quería que me coja sin que vos estuvieras..., pero hacía tanto que no me cogías... y estaba tan calentita... , además es mi papi...
-Que puta sucia sos.
-Si..., así me trata Manuel..., como lo que soy.... ¿queres que te cuente...? –yo la empecé a bombear y darle cada vez mas duro.
-Lo que paso ya te podrás imaginar..., lo que te quiero contar...
-Que perra?
-Nada... , nada...
-La clave fuerte y le dije que me contara.
-Bueno, mientras Manuel me rompía el culo..., que entre paréntesis... –dijo exagerando su voz de puta- después de todo lo que me da por la concha..., me encanta cuando me rompe el culo... Me dijo: que lástima que no este el infeliz de tu marido, para que vea como te cojo putita... Yo le dije que vos mientras hacíamos el amor..., me habías dicho muchas veces que te gustaría verme cogida por otro... , el viejo se calentó y me la clavo a fondo..., me dolía mucho..., pero me aguantaba..., me agarró fuerte del pelo y me dijo que siguiera... Bueno que quizás..., le dije..., venís a cogerme cerca de la hora que él viene del trabajo..., y nos sorprende en plena faena..., con tu pija bien al fondo de mi culo..., como ahora..., si te animas...., claro. Estoy segura que el infeliz..., como vos le decís..., se va a quedar mirando como me coges...,le dije a Manuel con vos de puta....
Empecé a bombearla bien fuerte mientras le decía todo tipo de insultos, ella me miraba con su carita dulce a los ojos y se reía.
-Vas a ver bien de cerquita como me coge..., y te vas a poder hacer la pajita..., como el pajero que sos..., mientras la perrita goza con otra pija..., que le hace bien el culo..., la pija de un viejo asqueroso..., que no va al gimnasio..., que me apoya esa panza toda grasosa en la espalda... y me la entierra en lo más profundo del culo..., sin dudas... y con placer...
No como vos..., pajerito..., mucho gimnasio..., mucha pancita plana... y un viejo de mierda... le rompe el culo a tu mujer mientras vos te haces la paja..., como un taradito..., los dos acabamos en un orgasmo intenso, nos abrazamos bien fuerte y nos besamos, nos quedamos en la cama abrazándonos y acariciándonos hasta muy entrada la madrugada. Romi me decía que me amaba, y que no veía el momento de que yo pudiera participar y ella aprovechar y hacerme la paja..., mientras el viejo la cogía. Le mordí el cuello y se rió.
-Las perritas somos para que las cojan los machos que no tienen problemas en tomarnos sin vueltas..., como don Manuel que me va a coger..., mientras te pajeas..., cornudo..., pajero..., cornudo...., pajero... Mi pija volvió a crecer y se la clave de nuevo mientras ella repetía que era un cornudo y un pajero, que era un tierno incapaz de darle a una perra como ella toda la ración de verga y el trato que una perra como ella necesitaba.
Romina, mi perra sucia 6
Pasaron unos días y hablé con Romi seriamente, teníamos que parar la historia con el viejo de al lado. Ella me miro con su cara de putita y me dijo
-Como vos quieras papi. La perrita hace lo que el chico quiere...
-Te hablo en serio Romi, tenemos que parar. Toda mi vida siempre termina desbandándose y yéndose al carajo. Por favor te lo pido. Así quedamos, ella empezó a salir conmigo todas las mañanas buscaba trabajo y después se iba a la casa de la hermana hasta que me pasaba a buscar por el trabajo. Parecía que todo se ordenaba, pero en realidad, cuando la cogía, estaba más excitado que nunca pensando en la cogida que le había pegado el viejo y no dejaba de pensar en el tema nunca, algo iba a pasar con seguridad.
Una tarde volvimos del trabajo y Romi se fue a arreglar el jardín, habíamos vuelto a nuestro juego habitual, en un momento la mire y Romi miro hacia la ventana y saludo al vecino que estaba en ella, empezó a hacer poses, pero ahora agachándose hacia la casa del vecino. Al rato vino Manuel a casa a tomar mate.
-Hola!!!, papi, dijo Romi, lo abrazó y beso tiernamente en la mejilla.
-Hola, dijo Manuel, que pasa que no me invitas más a tomar mate o arreglar el jardín.
-Es que está buscando trabajo. –le contesté
-Y vos, ¿no jugas mas al fútbol? –se quedo un rato más el viejo tomando unos mates y después se fue a su casa.
Esa noche cogimos más fogosamente que nunca, los dos estábamos recalientes, pero ninguno de los dos decía nada, solo nos dábamos bien fuerte. En un momento Romi hablo:
-Estuvo buena la terapia de Manuel, me estas echando casi todos los días dos polvitos..., y bastante abundantes..., estás bien caliente..., ¿eh...?
-Si a veces me parece que me voy a volver loco, no me puedo despegar del tema.
-Quedate tranquilo que la perrita no va a hacer nada..., hasta que vos me lo pidas..., pero si me pedís que lo haga..., después no hay vuelta atrás..., no me vas a dar un juguete para después sacármelo..., ¿esta claro? –explotamos los dos al unísono en una acabada descomunal. Así seguimos casi dos meses, en las vacaciones lo hacíamos mucho más tranquilos y relajados. Volvimos empezando el otoño. Otra vez la calentura era cada vez mayor, la sola cercanía del vecino nos excitaba horrores, yo trataba de cogerla todo el tiempo a Romi porque si estaba caliente sentía que le iba a pedir que se acostara de nuevo con el viejo, no podía sacarme de la cabeza la imagen mía entrando y el viejo cogiendola sobre nuestra cama, me calentaba a más no poder y sufría a horrores con la idea. Por eso algunas mañanas a pesar de que habíamos cogido intenso, me hacía una paja mientras me bañaba para no juntar calentura.
Una mañana Romi entró al baño mientras me masturbaba, me preguntó porque lo hacía.
Me dijo que si yo me pajeaba, ella se iba a coger de nuevo a Manuel, y además no lo iba a poder presenciar.
Romi estaba muy caliente también y creo que tenía ganas de que Manuel volviera a cogerla. Era un jueves a la noche y cenábamos tranquilos Romi me hacía mimitos, jugueteaba con mi pija, estaba solo con una tanguita diminuta y nada más. En un momento se levantó y me dijo que se iba a acostar. Yo fui al ratito, la vi culito arriba y empecé a acariciarla.
-Para amor, que quiero dormir, estoy cansada, camine mucho hoy. –me empujaba con su culito rechazándome y me calentaba más- Basta amor te dije que pares. –me di vuelta hacia mi costado y me dijo.
-Seguramente don Manuel me hubiera corrido el tanga y me la hubiera enterrado hasta el fondo. –me di vuelta, la apoye y me dijo que ahora no tenía gracia.
La mañana siguiente me levanté que volaba de la calentura, Romi también me rechazo y nos fuimos mimando en el tren lo que me ponía más caliente todavía. En el trabajo no aguantaba más de la calentura, la iba a llamar a Romi al celular y decirle que se lo cogiera al viejo, que yo la sorprendería en la cama con él. Disque el celular, sonó una vez y corte. No podía más de la calentura, fui hacia el baño y me hice una paja de locura.
Romi me paso a buscar por la oficina, me noto mas calmado, íbamos en el tren, me miraba a los ojos, se acercó a mi oído y me dijo:
-Me parece que te estuviste pajeando. ¿no? -Yo no le contesté, me miro profundo a los ojos, se acercó de nuevo al oído y me dijo:
-Habíamos quedado que nada de pajas, esta tarde vas a jugar al fútbol, Manuel me va a ayudar con el jardín. Cuando lo veas salir de casa recién vas a poder entrar. –se alejó un poco de mi y tenía cara de enojada. Bajamos del tren y caminamos en silencio hasta casa, pasamos por la puerta del vecino y Romi se detuvo, tocó el timbre, se asomó Carmen.
-Esta don Manuel? –el viejo se asomo por la puerta- Manuel, mi marido se va a jugar al fútbol quisiera preguntarle unas cosas del jardín, ¿no se vendría a tomar unos mates? El viejo con una sonrisa dijo que estaría encantado, que ya le extrañaba que no lo invitaran más. Voy a tomar una pastillita que estoy tomando, le dijo a Romi sonriendo y voy. Carmen parecía también encantada con la situación, para ella era todo inocencia. Entramos a casa y Romi me pidió que preparara el mate, le cebe uno y me dijo que me fuera a cambiar que iba a llegar tarde a fútbol y sonrió. Cuando iba hacia la pieza sonó el timbre, fui a abrir y me fui a cambiar. Cuando fui a la cocina el viejo la miraba con lujuria.
-Mi amor ya te vas..., que te diviertas..., mira que trabo la puerta..., por las dudas..., avísame si venís....
-Que te diviertas. –dijo Manuel. Me quede escondido en la esquina cerca de dos horas, eran las nueve cuando el viejo salió, su mujer lo estaría esperando. Mi corazón me latía con fuerza, entre a la casa y Romi estaba tirada en la cama, otra vez culo arriba. Restos de semen en sus glúteos.
-Hola amor!!, ¿Qué tal el partido...? –le separé los glúteos y su culo aún estaba dilatado.
-No lo puedo evitar mi amor, me da tan duro... por la conchita..., que cuando me da vuelta y me la mete en el culo..., no me puedo negar... –empecé a desnudarme, Romi se giro quedando boca arriba, me miraba seria. Me acerque para montarla y se corrió a un costado.
-Dijimos que pajas no y te pajeaste, allá está el baño, pajero... –Fui al baño y me la casque como un mono, mi leche salió en todas direcciones. Nos dormimos sin hablar y sin cenar, en un momento de la noche Romi me abrazó desde atrás, me dijo entre sueños, ya te perdoné, pero basta de pajas. No me lo voy a coger más al viejo hasta que vos me lo pidas. Pero nada de pajas..., espero que la próxima vez que me coja estés haciéndote la paja al lado, pero a partir de ese momento..., no hay vuelta atrás..., lo vas a ver seguido...
Romina, mi perra sucia 7
Pasaron dos semanas en las que el morbo de la situación seguía al máximo. Romina seguía saliendo conmigo a la mañana, tenía un trabajo de mañana y por la tarde o iba a la casa de la hermana o hacía tiempo por ahí y me pasaba a buscar a la salida del trabajo. Una noche teniendo sexo, volvió a salir el tema de Manuel.
-Como extraño la pija de Manuel..., y que me trate como una perra... –la clave a fondo, mirándola profundo a los ojos.- Te voy a dejar un par de días en ayunas..., así te haces la pajita..., y me lo cojo de nuevo al viejo...¿te gustaría...?, pajerito...
Y así fue en los dos días siguientes no me dejo tocarla, me provocaba pero no quería nada después, pero a diferencia de la vez anterior, era un juego bien claro, me quería bien caliente para ver que hacía. Se fue a trabajar al jardín y lo saludo al viejo que estaba en la ventana del primer piso. Se agachaba y hacía poses para él. Mientras tomábamos mate yo estaba sentado en la silla, se sentó encima mío y me hizo acariciarle y chuparle los pechos. Se puso de pie y me pidió un mate, miro mi pija que estaba al máximo de erección.
-¿Estás calentito...?, ¿por qué no vas al baño a hacerte una pajita...?, dale que Manuel está en la casa..., o preferís salir a jugar al fútbol... y volver y encontrarme con el viejo cogiendome...
-Basta, amor, por favor, vamos al cuarto.
-Mírenlo..., al cornudito pajero..., pide por favor... Hace una cosa..., vestite con la ropita de fútbol..., pasas por la casa de Manuel y le comentas que te vas a jugar..., me lo regarcho..., y cuando me esté por romper el culo..., me voy hasta el baño y te llamo de mi celu a tu celu..., en ese momento volves..., y me vas a ver en cuatro arriba de la cama... y..., ¿no te gustaría? –salió de la cocina y se fue hacia el cuarto, yo me quede tomando mate, apareció vestida con un conjunto de ropa interior con portaligas que yo le había regalado, traía mi ropa de fútbol en las manos.
-¿Le gustará el conjuntito a Manuel...?, decile que la puerta esta abierta..., lo voy a esperar en la camita..., no a vos pajerito..., a mi macho..., ya tengo el celular en el baño..., apurate.
-me puse de pie y le pegue un golpe a una de las paredes, venía a mi mente la imagen del viejo taladrándole el culo y no me podía contener necesitaba aliviarme, pero si me pajeaba se lo iba a coger igual, como un autómata empecé a vestirme con la ropa de fútbol. Fui hacia el cuarto, su cara tenía una inmensa sonrisa.
-Mira que después va a seguir viniendo..., y vos vas a mirar más seguido..., -me agarró de la nuca y me besó.
-¿Por qué no me dejas que te coja?, mejor.
-Porque sos un pajerito que le tiene que pedir permiso a la mujer para cogersela..., porque el viejo me coje como quiere..., y me hace dar ganas..., de que me rompa el culito..., y sentir su leche calentita en el culo..., culo que vos nunca te comes..., -me tire encima de ella y empecé a forcejear, le corrí la tanga a un lado y se la meti en la concha.- Mira que me lo voy a coger igual..., me estas poniendo más caliente..., -me pegó un empujón y me separo de ella.
-Apurate que se hace tarde. –agarré mi celular y salí del cuarto. Toque el timbre en la casa del vecino, el viejo salió a la puerta, Manuel me voy a jugar al fútbol, mi mujer dice si no la acompaña a tomar unos mates. Tomo una medicación y voy. Dijo el viejo. Me fui a la vuelta de mi casa y caminé dos cuadras hasta un bar que hay en el lugar, pedí un café y me imaginaba al viejo entrando en la habitación y viéndola a Romi con la ropita interior en la cama esperándolo, me sentía volar de los nervios. Me trajeron el café que pague para poder salir de raje cuando sonara el celular. Pasaron como cincuenta minutos y escuche sonar el celular, decía Romi el indicador, mi corazón latía con fuerza, sentía mis piernas temblando, salí lentamente a la puerta y una vez en la calle corrí las cuadras hasta mi casa. Abrí la puerta tratando de hacer el menor ruido posible me acerque a la habitación y entre. Romi!!! Exclame, estaba en cuatro en la cama y el viejo la tenía agarrada de la cintura detrás de ella bombeándole el culo bien fuerte, el viejo siguió cogiendola, los dos me miraban a mi.
-Ay..., amor..., ¿tenías la fantasía de ver como me cogían...? Don Manuel nos está ayudando amor... –el viejo tenía una sonrisa en la cara, miro mi erección y se apoyo sobre Romi agarrandola de las tetas, su panza caía sobre la espalda de Romi.
-Ay..., amor..., no le puedo negar el culo..., sabes..., perdoname..., pero me pone tan caliente con toda la pija que me da por la concha..., es nuestro ritual..., ¿por qué no te sacas la ropa y te pajeas para nosotros...? –el viejo me miraba atentamente y se quedo sin bombearla apoyada sobre Romi, ella giro la cabeza y se besaron. Me desnude y quedé parado mirándolos, Romi se separó de la boca de Manuel
-Empeza a pajearte despacito..., mientras a la perrita le rompen el culo..., ¿te gusta lo que me hacen...?, -el viejo miraba sonriente. Romi dejo de mirarme su cabeza colgaba hacia abajo con los ojos cerrados.
-Si papi..., rómpemelo bien..., dejame la leche adentro hoy..., se buenito..., eh...?, mi papi..., ¿te gusta que el infeliz se pajee..., mientras vos me coges...?, ¿querés que le ordene algo...?
-Decile que me bese las bolas.
-Amor..., besale las bolas a don Manuel..., tenés que ser agradecido..., mira el esfuerzo que hace por mi..., tiene problemas de corazón..., -me arrodille detrás del viejo y vi unos huevos grandes y peludos, me daba mucho asco pero me sentía hirviendo con la situación.
-Esta bien así..., papi..., te chupa bien el infeliz...,
-Decile que me pida por favor que te lo llene de leche.
-Amor..., pedile a don Manu..., mi papi..., que me llene el culo de leche..., -trague saliva, la voz se me quebraba, no me salía.- No te escucho amor...,
-Llenele el culo de leche don Manuel por Favor. –el viejo sonrió la bombeó un largo rato más y se cayo sobre ella. Los dos caídos en la cama, el viejo le mordía el cuello mientras la llenaba, se quedo un largo rato sobre Romi.
-Acaba vos también..., -dijo Romi. Los dos me miraban me pajie un poco más y mi leche saltó muy lejos, salían chorros y chorros de leche. El viejo se levantó y paso al baño mirándome con cara de sorna.
-Anda a preparar la cena, me dijo Romi. El viejo salió del baño y romi lo acompaño hasta la puerta despidiéndose con besitos antes de que saliera. Romi se asomó en la cocina y me dijo. Estoy muerta, me duele mucho el culo, voy a descansar, avisame cuando esté la cena.
Romina, mi perra embarazada
Durante casi un año y medio Romi había seguido la relación con el viejo, la cual termino una noche en que el viejo Manuel después de haber estado en casa ceno en la suya con abundante vino, volvió a tomarse otra pastillita, como decía él e intento acostarse con su mujer, el resultado fue fatal. Con Romi seguimos saliendo a bailar y ella tuvo un par de relaciones eventuales en algún lugar, pero sólo algo pasajero. Acababa ella de cumplir sus 27 añitos y nos enteramos que estaba embarazada. La calentaba muchísimo mostrarse en estos primeros meses de su embarazo, sobre el cuarto mes del mismo su pancita era notoria y la hacía lucir hermosa, le encantaba provocar, pero no habíamos concretado ningún encuentro con nadie. Los dos jugábamos simplemente y nos alcanzaba ratonearnos sin concretar nada. Ella estaba trabajando en una Fábrica, salía a las cinco de la tarde y me pasaba a buscar por el trabajo.
Una noche después de cenar nos fuimos a la cama a hacer el amor, le gustaba en esta época ser ella la que estuviera encima, mientras cogíamos me dijo:
-Te tengo que contar algo...
-Que mi amor?
-Es una pavada...,
-Tiemblo con tus pavadas, le dije, se mordió el labio inferior mientras se clavaba bien sobre mi miembro y después sonrío perversamente.
-Nada, en la fábrica siempre hay una chica de seguridad que nos revisa cuando salimos...
-Y...?
-Bueno que hoy falto...
-Dale amor,
-Nada cielo..., que hoy nos controlo el muchacho de seguridad... –mi pija se puso un poco más dura todavía y creo que lo noto porque su cara pareció más perversa todavía.
-Bueno..., me palpo un poquito..., para ver si me llevaba algo... y me parece que se entretuvo con la sobada..., y a mi me calentó mucho..., y...
-Y, que?
-Empecé a fantasear..., mientras me cacheaba..., y me lo imaginaba dándome por el culo..., y me empezó a calentar mucho la situación..., mis pezones se renotaban..., y el se dio cuenta de todo...
-Pero amor si ya no lo haces por el culo, desde que murió el viejo.
-Ay..., me dio ganitas..., cielo...
-No queres que te las saque ya mismo?
-Es que por la cola..., me encanta que vos mires..., y no podes hacer las dos cosas... –la puse a ella acostada boca arriba sobre la cama y se la clave tratando de no apretarla, lo más profundo que pude.
-No te olvides que estás embarazada mi amor.
-No dejo de ser perrita por eso..., además..., el bulto en el pantalón del muchacho... –empecé a escupir leche a montones y su orgasmo se acoplo al mío a continuación-
Me acosté a su lado y la empecé a acariciar suavemente, me dijo que le seguía pareciendo el hombre más maravilloso del mundo. Me miró picara y me dijo que era solo un jueguito. Que no íbamos a hacer algo así. Hizo una pausa que me pareció estudiada, se levanto y fue al baño a hacer pis, cuando volvió se acostó de nuevo pancita arriba, me acarició la cabeza y dijo:
-Vos te imaginas que yo sería capaz de estar en esta camita, como estaba con don Manuel, en cuatro patitas y el chico ese de seguridad rompiéndome el culo, debe tener veintipico nada mas, es un nenito, mientras vos miras como un pajero como un pendejo me rompe el culo, encima estando embarazada, no mi amor. –Mi pija estaba al palo de nuevo, la monte y la empecé a coger sin ningún cuidado.
-Me parece que es demasiado.
-Bueno..., mira y no te pajees...,
-No podes ser tan puta!!!!!
-Ay..., amor..., lo mismo dijiste con don Manuel..., y mira donde acabó... –dijo sonriendo.
-Amor, estás embarazada
-Y caliente..., y quiero esa pija en el culo... La perrita quiere esa pija en el culo..., y lo quiere ver al pajerito como se pajea... –No pude aguantar mucho tiempo más sin tener mi orgasmo, si bien era el segundo y suelo aguantar mucho más, el tema me desbordaba por completo. Me contraje y otra vez acabé abundantemente, teniendo en cuenta que era mi segundo orgasmo.
-Amor..., si acabas tan rapidito..., y tanto...
-Te mato puta!!!
-Yo también..., te amo..., pajerito....
2 comentarios - Romina, mi perra cap 13 a 16
esta bien relatado, pero ....................... no se si es real y sos vos el novio de la pendeja o es una fantasia o lo que sea, el tema es que dan ganas de meterle un bollo y que se avive