Luego de cinco años en pareja sentí que la relación no daba para más, ella quería que asentara cabeza, vivir juntos y comenzar a planear un futuro en común. Y a mí, un mendocino de 27 años, a ese futuro no lo veía nada bien. Es por eso que decidí terminar el noviazgo y volver a ser ese soltero pervertido que tanto extrañaba.
Descargué Tinder a mi celular, subí un par de fotos donde mi pansa porronera no se ve y me dispuse a conocer mujeres maduras, chicas de mi edad, chicas más chicas…uno que otro transs.
Fue así que conocí a Ro, una morocha de 18 años que no vive lejos de casa. Chateamos un par de veces hasta que me envió un audio con voz muy cachonda que decía: “Te voy a chupar la pija hasta sacarte toda la leche papito”. Mi verga saltaba de alegría y quería conocer pronto a la dueña de esa poesía.
De esta manera, pasé a buscarla en mi Palio mugriento por su casa que por fuera era más mugrienta todavía. La vi venir y recordé que las fotos muchas veces no se asemejan a la realidad. Era caderona, tenía el pelo mojado porque acababa de ducharse, era bastante más morocha que en sus fotos y cuando me habló se le escapaban un par de “guachi, wuasin, que culiá” y expresiones por el estilo. Por suerte, tenía un par de tetas gigantes y una boca de petera que deseaba probar.
Cuando arranqué el auto fui tanteando terreno y decidí que a esta rocha no le iba a pagar ni un helado, la llevé a una plaza y nos quedamos en el auto charlando. Más allá de las diferencias culturales la negra me hizo reír y me hizo parar la verga con los comentarios calientes que hacía.
La besé en los labios, le mordí el labio inferior y entre gemidos soltó: “Ay, me encanta que me muerdas, me gusta que me golpeen”… les confieso queridos amigos que al decirme eso yo escuché algo así como: “Sony ha decidido regalarte la Play 5 y podés descargarte todos los juegos que quieras gratis…y Pamela Anderson será tu esclava sexual”.
A partir de ahí comencé una lluvia de besos, trompadas, pellizcadas de pezón y mordidas de cuello que ella se bancó como una campeona. Le dije que me chupara la pija pero se negó. Mis ojos se pusieron serios, apreté mis labios y le dije: “Atorrantita, vos me vas a chupar la pija hoy y cada vez que te lo pida”, mientras se lo decía desprendí mi jeans, bajé mi bóxer y dejé al descubierto mi verga bien dura.
Ro volvió a negarse pero no me dejaba de mirar la verga. Agarró su cabello aún húmedo y se hizo una colita, me pidió que se lo agarrara bien firme y volvió a repetirme que no me la iba a chupar. Entendí su juego de putita sumisa y le dije: “Que trolita más linda que acabo de conocer” y con mucha fuerza le metí la pija en la boca.
Momentos después me contaría que había debutado a los 14 años con su noviecito pero que chupaba pija desde los 12, experiencia suficiente para hacerme el tremendo pete que me estaba realizando. La turra lamía la cabecita con su lengua haciendo círculos, después bajaba hasta los huevos, se metía ambos en la boca succionando suavemente y me los dejaba empapados en saliva. Volvía a subir y se metía toda la pija en la boca lo que le provocaba arcadas pero seguía chupando obediente.
Con una mano yo le agarraba las tremendas tetas y continuaba pellizcando sus pezones, con la otra mano empecé a tocarle la conchita depiladita que estaba empapada. Le hice chuparme los dedos y me dijo que le encantaba su sabor a concha. Después volví a agarrarle su cola de pelo y empecé a penetrarle la boca con fuerza, le dije que estaba por acabar y me respondió con voz de atorranta: “Son las 7 de la tarde, no he tomado la mediatarde y ni me has llevado a tomar un helado, por lo menos dame toda tu leche”.
La miré con amor y le volví a meter la pija en la boca, se la cojí fuerte y le llene la boca de leche. Ella se trago todo, me limpió bien la pija y me comentó que en su vida le habían dado tanta “chechona”.
La lleve a su casa, me confesó que se consideraba bisexual, le di un último beso mientras me acariciaba la pija y quedamos en volvernos a ver.
Definitivamente, vale la pena volver a estar soltero.
Descargué Tinder a mi celular, subí un par de fotos donde mi pansa porronera no se ve y me dispuse a conocer mujeres maduras, chicas de mi edad, chicas más chicas…uno que otro transs.
Fue así que conocí a Ro, una morocha de 18 años que no vive lejos de casa. Chateamos un par de veces hasta que me envió un audio con voz muy cachonda que decía: “Te voy a chupar la pija hasta sacarte toda la leche papito”. Mi verga saltaba de alegría y quería conocer pronto a la dueña de esa poesía.
De esta manera, pasé a buscarla en mi Palio mugriento por su casa que por fuera era más mugrienta todavía. La vi venir y recordé que las fotos muchas veces no se asemejan a la realidad. Era caderona, tenía el pelo mojado porque acababa de ducharse, era bastante más morocha que en sus fotos y cuando me habló se le escapaban un par de “guachi, wuasin, que culiá” y expresiones por el estilo. Por suerte, tenía un par de tetas gigantes y una boca de petera que deseaba probar.
Cuando arranqué el auto fui tanteando terreno y decidí que a esta rocha no le iba a pagar ni un helado, la llevé a una plaza y nos quedamos en el auto charlando. Más allá de las diferencias culturales la negra me hizo reír y me hizo parar la verga con los comentarios calientes que hacía.
La besé en los labios, le mordí el labio inferior y entre gemidos soltó: “Ay, me encanta que me muerdas, me gusta que me golpeen”… les confieso queridos amigos que al decirme eso yo escuché algo así como: “Sony ha decidido regalarte la Play 5 y podés descargarte todos los juegos que quieras gratis…y Pamela Anderson será tu esclava sexual”.
A partir de ahí comencé una lluvia de besos, trompadas, pellizcadas de pezón y mordidas de cuello que ella se bancó como una campeona. Le dije que me chupara la pija pero se negó. Mis ojos se pusieron serios, apreté mis labios y le dije: “Atorrantita, vos me vas a chupar la pija hoy y cada vez que te lo pida”, mientras se lo decía desprendí mi jeans, bajé mi bóxer y dejé al descubierto mi verga bien dura.
Ro volvió a negarse pero no me dejaba de mirar la verga. Agarró su cabello aún húmedo y se hizo una colita, me pidió que se lo agarrara bien firme y volvió a repetirme que no me la iba a chupar. Entendí su juego de putita sumisa y le dije: “Que trolita más linda que acabo de conocer” y con mucha fuerza le metí la pija en la boca.
Momentos después me contaría que había debutado a los 14 años con su noviecito pero que chupaba pija desde los 12, experiencia suficiente para hacerme el tremendo pete que me estaba realizando. La turra lamía la cabecita con su lengua haciendo círculos, después bajaba hasta los huevos, se metía ambos en la boca succionando suavemente y me los dejaba empapados en saliva. Volvía a subir y se metía toda la pija en la boca lo que le provocaba arcadas pero seguía chupando obediente.
Con una mano yo le agarraba las tremendas tetas y continuaba pellizcando sus pezones, con la otra mano empecé a tocarle la conchita depiladita que estaba empapada. Le hice chuparme los dedos y me dijo que le encantaba su sabor a concha. Después volví a agarrarle su cola de pelo y empecé a penetrarle la boca con fuerza, le dije que estaba por acabar y me respondió con voz de atorranta: “Son las 7 de la tarde, no he tomado la mediatarde y ni me has llevado a tomar un helado, por lo menos dame toda tu leche”.
La miré con amor y le volví a meter la pija en la boca, se la cojí fuerte y le llene la boca de leche. Ella se trago todo, me limpió bien la pija y me comentó que en su vida le habían dado tanta “chechona”.
La lleve a su casa, me confesó que se consideraba bisexual, le di un último beso mientras me acariciaba la pija y quedamos en volvernos a ver.
Definitivamente, vale la pena volver a estar soltero.
6 comentarios - Descubriendo la soltería: Con wachiturra de 18 años.