Luego de varios meses sin volver a Rosario, pude hacerme el tiempo y juntar la plata para ir a visitar a la familia y amigos. El sábado hablé con Agus. Ella tenía el cumpleaños de una amiga de la facultad, pero sin dudar me dijo que vaya con ella, total era en un boliche, así que no iba a haber problema.
Nos juntamos un rato antes las dos para chusmear un poco. Entre todo lo que hablamos, me dijo que esa noche iba a ir un chabón de su comisión que se estaba garchando hacía unas semanas. "Te vas a dar cuenta, porque se parte solo de lo bueno que está". Dicho y hecho, lo vi entrar y se lo marqué. Tendría nuestra edad (en esa época, 24 años), cuerpazo, ojos claros, morochito, un potrazo.
Apenas entró, saludó a la cumpleañera y se sentó al lado de Agus. Cuando nos presentó (Nicolás, su nombre), noté como me clavó la mirada.
Y no fue solo en ese momento. Agus me hizo notar que el pibe no me sacaba los ojos de encima. "Cada vez que te levantás, se da vuelta a mirarte el orto. Eso por venir con ese jean blanco. El jean blanco es de puta!" me decía en tono de broma. Ella no se quedaba atrás, con un vestidito que dejaba poco para la imaginación, y unas botas hasta la rodilla (que también, son de gatazo).
Seguimos chicaneando con quien era más puta hasta que volvió Nico. Ya eran casi las 4, y se estaba poniendo un poco aburrida la noche y me estaban empezando a agarrar ganas de irme. Pero en ese momento todo dio un giro inesperado.
- Nico, dejá de mirar a mi amiga - lo encaró Agus, franeleandolo un poco
- Yo no estoy mirando... -
- Dale no te hagás el boludo, se re nota... te gusta Juli?
Ahí se dio cuenta que lo habían agarrado in fraganti, así que trató de redoblar la apuesta.
- Qué pasa? Te ponés celosa? -
- Y un poco si... Juli está conmigo hoy, no te la presto - esta respuesta lo descolocó (el chabón en realidad quería saber si ella estaba celosa de él).
Se quedó mudo un rato, sin saber que decir. Yo me reía porque sabía lo que estaba queriendo Agus.
- Viste que lindo culo que tiene? Hacía hockey, se nota, no?? - decía Agustina mientas me señalaba. - Parate Juli, mostranos! - evidentemente, el alcohol había hecho efecto.
Le paré el carro un poco, porque ya se estaba empezando a poner pesada. Me abrazó y me pidió perdón, para luego darse vuelta y dirigiéndose a Nico le dijo "igual, esta noche es mía... se viene conmigo"; y me da un pico. Yo me empecé a reír un poco nerviosa, mientras podía ver la cara de asombro de Nicolás que no podía creer lo que estaba viendo.
"Me aburrí. Vamos Juli?", me dijo levantándose del sillón donde estábamos. Luego, agarró de la mano a Nico y le dijo "Querés venir? está re muerto esto, en mi casa no hay nadie vamos a boludear un rato y le tomamos el whisky a mi viejo".
Tardó un poco en procesar lo que había escuchado, hasta que se levantó y salimos del boliche. Tomamos un taxi, subimos los 3 atrás y él en el medio. El taxista no dejaba de mirar para atrás, seguramente imaginándose una película porno.
Cuando llegamos, Agus nos dejó solos un rato. Yo me tiré en el sillón y me saqué los zapatos, que no los aguantaba más. Llamé a Nico y le dije que me hiciera masajes en los pies.
En eso aparece Agus, que se había cambiado y se había puesto su "pijama" que era solamente una remera larga que apenas llegaba abajo de la cola (si levantaba los brazos, se le veía todo).
"Ponete cómoda", le dije en alusión a su vestimenta, mientras Nico se quedó tildado mirándola. Me tiró otra remera, y me dijo "traje una para vos". De una mesa sacó una botella de whisky con unos vasos. Nos sirvió a los 3, y prendió la compu para poner música.
Al rato ya sonaba al palo reggaeton, de esos que te invitan a perrear y franelear. Me agarró de la mano y me llevó al medio de la pista improvisada en el living. Nos franeleamos un rato, ella se daba vuelta y levantaba los brazos a propósito dejando ver todo, ya que tampoco tenía ropa interior.
Nicolás, sentado tomando whisky, no se perdía ni un detalle. Los ojos se le desorbitaron cuando inevitablemente me abracé a mi amiga y nuestras bocas se fundieron en un beso profundo y húmedo. Lo que él estaba sospechando desde hacía rato, se hacía realidad. Con mis manos levanté la remera dejándola casi en bolas y ella empezó a desvestirme. Nos habíamos olvidado que estaba Nico mirando. "Ponete cómoda" me decía Agus mientras me desvestía.
Primero, me sacó la remera. Luego, se arrodilló y me fue bajando el jean hasta dejarlo en mis tobillos. Me tocó el culo apretando fuerte con las manos. "Sabés que te envidio mucho este culo, no?", decía casi arrastrando las palabras del pedo que tenía(mos).
Se paró y volvimos a besarnos, mientras yo terminaba de sacarme el pantalón y lo tiraba en el medio del living. Nico estaba sentado ya desnudo haciéndose la mejor paja de su vida. "Vos te la querés coger no?", dijo Agus. "Hoy te la presto".
Me puso en 4 y me fue arreando como una yegua hasta donde estaba Nico, yo gateando y ella encima mío golpeándome la cola. "Dale putita... dale..." me decía mientras nos matábamos de la risa. De hecho, no podíamos coordinar avanzar las dos juntas y terminamos en el piso, otra vez a los besos.
Después de un rato, me levanté y fui sola hasta donde estaba Nico. Le pasé la lengua desde la base de las bolas hasta la punta de la pija y sin manos me la metí en la boca. La sentía a punto de estallar. Agus se unió rápidamente a nosotros, primero besando a su amigo y luego bajando hasta donde estaba yo para compartir su pija.
Me la metía hasta la mitad, y la sacaba. Agus la agarraba y hacía lo mismo. Se la enterraba en la boca, aguantaba la respiración y la sacaba toda ensalivada. La volví a agarrar yo, escupiendo y dejando caer más saliva en la cabeza de la pija. Con la lengua, fui desparramando lo que chorreaba por el tronco, ayudada por la lengua de Agus también. Nuestras boca se rozaban mientras recorríamos la pija de abajo hacia arriba.
Nos frenamos antes de hacerlo acabar. Ya se sentía que estaba a punto de explotar. Me levanté y agarrándola de la base, me senté arriba. Empecé a moverme despacio mientras Agus le masajeaba las bolas.
La calentura que tenía pudo más y empecé a acelerar. Notaba como la cara de Nico se transformaba y hacía fuerzas para no acabar. Me levantaba casi hasta la punta de la pija y la enterraba toda. Cada vez más fuerte. Cada vez más rápido. No hizo falta mucho de esa cabalgata violenta para que Nico explotara y llenara el forro de leche. Me bajé de encima suyo mientras Agus se la limpiaba.
"No nos podés dejar con las ganas" le decía Agustina mientras seguía chupándosela a pesar que ya estaba totalmente muerta. Nico la sacó y le pidió que parara. La tenía sensible y le dolía. Agustina estaba re borracha y fuera de si. "Mi amiga quiere coger... yo quiero coger... ahora yo le voy a tener que sacar la calentura!".
Se dio vuelta, me besó y me hizo sentar en otro sillón. Abrió mis piernas y de una me comió la concha como solo ella sabe. Me pasaba la lengua por todos lados. Subía, bajaba, mordía. Siempre con el punto y la fuerza justa. Yo me tiré hacia atrás y cerré mis ojos disfrutando de mi amiga mientras me masajeaba las tetas.
No tardé en estallar en un orgasmo fuertísimo. Cerré mis piernas aprisionando la cabeza de Agus y empecé a temblar. Cuando por fin me relajé, Agus salió de mi concha y empezó a colarme un dedo.
Lo metió bien adentro, lo movió y lo sacó poniéndomelo en la boca. Con su otra mano, hizo lo mismo en su concha. Sin dejar de mirarnos, sacó el dedo de su vagina y lo puso en mi boca. Tenía la mezcla de mis jugos con los de ella. Los chupaba cada vez con más ganas y lejos de calmarme la excitación, la hacía crecer.
Otra vez nos olvidamos de Nicolás. Estaba en frente nuestro, acariciándose y tocándose la pija que seguía totalmente dormida. Lo fuimos a buscar y lo acostamos en el piso. Entre las dos empezamos a chupársela.
Agus lamía sus bolas mientras lo pajeaba, yo lo besaba en el abdomen, el pecho, lo acariciaba por todos lados. Pero no había caso. "Seguí vos", me dijo Agus. Me acomodé a un costado de él y empecé a petear.
Mi amiga se subió encima apoyando su concha en la boca de Nico. "mmmm siii dale chupamela", le decía mientras se movía para atrás y adelante. Después de un rato, se dejó caer hacia adelante y agarró la pija del pibe. La chupaba, me besaba a mi, volvía a chuparla. No se si era el alcohol o los nervios de la situación, pero la pija no se le paraba.
Agus se levantó y me agarró de la mano. Se sentó y agarrándome la cabeza, me obligó a chupársela. Yo me acomodé y me puse en 4 para comerme toda su conchita que se mojaba cada vez más.
En una de las pocas veces que Nico tomó la iniciativa en algo, me agarró de atrás y empezó a tocarme. Yo bajé la espalda y levanté la cola para darle más acceso. Se agachó y comenzó a rozarme con la lengua. "Dale, chupamela" lo incitaba. Mis gemidos de placer los ahogaba en la concha de Agus. Abría grande la boca y la cerraba pasandole la lengua desde la entrada de la vagina hasta el clítoris, donde me quedaba un rato rodeándolo y rozándolo en círculos.
Nico estaba haciendo un excelente trabajo. De vez en cuando, su lengua se iba un poquito más arriba y eso me encantaba. Mi colita se empezaba a dilatar sola cuando sentía la lengua rozar la zona. "La cola... chupame la cola", le pedía sacando la boca de entre las piernas de Agus.
"No le gusta, le da asco...", dijo Agus entre gemidos. "Aaayy siiiii" gritaba ella cuando aceleraba el ritmo de mi chupada. Nico subía un poco la lengua, evidentemente no le gustaba, porque sentía que solo rozaba mi ano y volvía a mi concha.
Yo ya estaba loca y quería que me hiciera la cola. Agustina me agarró de los pelos y aplastó mi cabeza contra su concha hasta que acabó. Dejé mi lengua apoyada en su clítoris hasta que dejó de temblar. Nos levantamos y lo vimos a Nico, con la boca aún mojada de mis flujos. Pero la pija seguía muerta.
Nos pusimos las dos de nuevo a chuparle la pija, y esta vez si conseguimos lo que buscábamos: se le puso como una piedra. Agus se dio vuelta y se puso en 4. Nico acomodó la pija y se la enterró. Se la empezó a garchar cada vez más fuerte.
Mi amiga pedía a los gritos que no parara, que quería más. De pronto, ella se frenó. "Ay no, boludo se te bajó de nuevo!" dijo Agustina, molesta, mientras se sacaba la pija que estaba media flácida.
El chabón no lo podía creer. Agus se levantó y se fue. Yo me quedé a solas con él. Nos sentamos y empezamos a besarnos. Lo acariciaba despacio, rozando mis manos contra su piel. Sin embargo, la pija no reaccionaba con nada.
En ese momento, entró mi amiga. "Abrí la boca tomate esto", le dijo a Nicolás. La guacha le había choreado un viagra al padre y se lo estaba dando al pibe. Al principio se negó, pero después accedió.
Volvimos a poner música, y seguimos bailando entre nosotras. Nos pegamos una revolcada terrible, hasta que después de un rato largo, la pija de Nicolás estaba al palo. Más dura que al principio. Agustina lo tiró al piso y se le subió encima.
Lo empezó a cabalgar, sacándose las ganas de toda la noche. Yo me puse al lado de ella y la besaba mientras subía y bajaba de su montura. Después, me moví y puse mi concha en la cara de Nicolás, enfrentando a Agustina. Nos empezamos a besar, mientras ella lo cogía y yo movía mi concha en su boca.
A pesar de todo, la lengua la sabía mover bastante bien, y me hizo acabar. Saqué mi lengua de la boca de mi amiga para poder gritar. Necesitaba exteriorizar ese terrible orgasmo. Me bajé y me tiré al piso al lado de ellos. Agus seguía cabalgando furiosa, hasta que el pibe no aguantó más y largó lo que le quedaba de leche en las bolas.
Agus salió de encima de Nico. Su pija seguía dura como una piedra. Mi amiga lo empezó a pajear mientras se reía. Sin dudas, la pastillita había hecho efecto. Lamió y limpió la pija de los restos de semen que aun chorreaban por el tronco.
Me acerqué y la ayudé. Ahora era mi turno. Me subí arriba y empecé a cabalgar en la verga de Nico. Agustina me hizo tumbar hacia adelante. Seguí moviéndome, levantando más mi cola. Mi amiga abrió mis nalgas y escupió en mi ano. Clavó sin dudar su lengua en mi cola. Yo me frené. Ahora, en lugar de subir y bajar, me movía hacia adelante y atrás, con la pija totalmente enterrada y franeleando la lengua de mi amiga en mi colita.
Tenía la boca abierta, pero no reproducía sonido. De golpe, estallé en otro orgasmo y pegué un grito que se habrá escuchado en toda la cuadra. Los dedos de Agus empezaron a meterse en mi cola. Si bien habíamos tenido otras situaciones lésbicas las dos, nunca habíamos llegado tan lejos.
Me bajé de la pija de Nico. Me puse en 4 abriendo bien mis piernas y arqueando mi espalda lo más que pude. El pibe se acomodó atrás mío y empezó a garcharme. Me agarraba de la cintura y empujaba con fuerza contra su cuerpo. De a poco, fue agarrando confianza.
Agus se acomodó a mi lado, también en 4. Cuando la vio, sacó la pija de mi concha y se la empezó a poner a ella. Estuvo un rato jugando con las dos, hasta que en un momento cuando me la quiere clavar a mi, le erra y la apoya contra mi cola.
Largué un "ay siii" que me salió de adentro. Después del "error", la metió en la concha pero yo ni dudé en pedir que me hiciera la cola. "Rompeme el culo dale... rompelo" le gritaba mientras no paraba de cogerme.
Salió de adentro mío y se fue con Agus. Estiró una mano y empezó a meterme el dedo en la colita, que aún estaba lubricado por la saliva de mi amiga. Despacio, fue moviéndolo en círculos y enterrándolo cada vez más profundo. Otra vez, salió de adentro de Agus y se puso atrás mío. Yo paré bien la cola, esperando que ahora si, terminara de dilatar mi ano que lo sentía latir esperando por su pija.
Apoyó la puntita, me relajé y con facilidad se fue enterrando todo. "Uf", soltó Nico, al ver como mi cola se tragaba toda su pija con facilidad. La sacó despacio y volvió a enterrarla. "Más fuerte", le pedí para que no fuera tan suave.
Se agarró de mis pelos y me pegó una culeada salvaje de esas que me gustan. Cuando se empezó a secar, lo hice parar. Se escupió la pija y volvió a arremeter contra mi ano ya totalmente abierto.
Cuando no pudo más, se frenó. La sacó, y sin darle tiempo a nada, lo agarró Agustina. "Seguí conmigo", le dijo poniéndose en 4 de nuevo. Nico se levantó como pudo y se la metió a mi amiga. Se la garchaba despacio, ya no tenía fuerza en las piernas. Después de un rato, apoyó la punta de la pija en la cola de Agus y la bañó en leche.
Esta vez, su verga no aguantó levantada. Agus se acostó en el piso y yo me tiré encima refregando mi cuerpo contra su espalda guasqueada. Franeleamos un rato hasta que vimos como otra vez, la pija de Nicolás estaba como una piedra.
La chupamos un poco, y esta vez fue mi amiga la que se abrió de piernas para recibir el tronco del pibe. Ella se puso en el sillón, y Nicolás se la clavó levantando las piernas de ella en sus hombros. El pibe se estaba sacando todas las ganas y bronca acumulada con ella. Le estaba dando tan fuerte que casi tumba el sillón. Lejos de molestarle, Agustina disfrutaba ese sexo violento y bien salvaje.
Me puse atrás de ellos, y empecé a acariciar la entrepierna de Nico, mientras éste se movía sin parar destruyendo la concha de mi amiga. De golpe la sacó de adentro, se dio vuelta y casi sin darme tiempo a nada, acabó sobre mis tetas.
Le agarré la pija y terminé de exprimir la poca leche que aún le quedaba. "Así me gusta coger" dijo Agustina levantándose y comiéndole la boca a su amigo. "Haceme acabar", le ordenó y lo hizo arrodillar entre sus piernas. Agus lo agarró del pelo y le movía la cabeza a su antojo. Cuando acabó, sus piernas temblaron y su cuerpo se ablandó, tanto que se cayó al piso.
Me tiré al lado de ella. Nos abrazamos y nos besamos un rato. Nicolás se quedó sentado en un rincón, mientras nosotras seguíamos a los besos. Cuando alzamos la vista, el pibe estaba mirándonos atentamente mientras se pajeaba con la pija totalmente al palo.
Nos miramos con Agus y largamos una sonrisa cómplice. Terrible la pastillita. Nos tiramos encima de Nico y entre las dos comenzamos a chupársela desesperadamente. Ahora fue el turno de Agus de cabalgarlo...
Ya había amanecido. Nosotras seguíamos turnándonos para garcharnos al pibe, que a esta altura lo teníamos de rehén, cogiéndolo como quisiéramos aprovechando esa verga al palo. Las últimas dos veces que lo hicimos acabar, casi ni le salía semen de la pija.
Perdí la cuenta de las horas que estuvimos cogiendo, hasta que nos quedamos dormidos. Al mediodía, Nico se levantó y se fue a su casa. Yo me quedé con mi amiga, en la cama toda la tarde. El olor a sexo y semen mezclado en la transpiración que sentía cuando me acosté al lado de ella era realmente excitante. Agarré el teléfono y avisé en mi casa que no llegaba hasta la noche. Aún tenía que ponerme al día con mi amiga.
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Indice
Nos juntamos un rato antes las dos para chusmear un poco. Entre todo lo que hablamos, me dijo que esa noche iba a ir un chabón de su comisión que se estaba garchando hacía unas semanas. "Te vas a dar cuenta, porque se parte solo de lo bueno que está". Dicho y hecho, lo vi entrar y se lo marqué. Tendría nuestra edad (en esa época, 24 años), cuerpazo, ojos claros, morochito, un potrazo.
Apenas entró, saludó a la cumpleañera y se sentó al lado de Agus. Cuando nos presentó (Nicolás, su nombre), noté como me clavó la mirada.
Y no fue solo en ese momento. Agus me hizo notar que el pibe no me sacaba los ojos de encima. "Cada vez que te levantás, se da vuelta a mirarte el orto. Eso por venir con ese jean blanco. El jean blanco es de puta!" me decía en tono de broma. Ella no se quedaba atrás, con un vestidito que dejaba poco para la imaginación, y unas botas hasta la rodilla (que también, son de gatazo).
Seguimos chicaneando con quien era más puta hasta que volvió Nico. Ya eran casi las 4, y se estaba poniendo un poco aburrida la noche y me estaban empezando a agarrar ganas de irme. Pero en ese momento todo dio un giro inesperado.
- Nico, dejá de mirar a mi amiga - lo encaró Agus, franeleandolo un poco
- Yo no estoy mirando... -
- Dale no te hagás el boludo, se re nota... te gusta Juli?
Ahí se dio cuenta que lo habían agarrado in fraganti, así que trató de redoblar la apuesta.
- Qué pasa? Te ponés celosa? -
- Y un poco si... Juli está conmigo hoy, no te la presto - esta respuesta lo descolocó (el chabón en realidad quería saber si ella estaba celosa de él).
Se quedó mudo un rato, sin saber que decir. Yo me reía porque sabía lo que estaba queriendo Agus.
- Viste que lindo culo que tiene? Hacía hockey, se nota, no?? - decía Agustina mientas me señalaba. - Parate Juli, mostranos! - evidentemente, el alcohol había hecho efecto.
Le paré el carro un poco, porque ya se estaba empezando a poner pesada. Me abrazó y me pidió perdón, para luego darse vuelta y dirigiéndose a Nico le dijo "igual, esta noche es mía... se viene conmigo"; y me da un pico. Yo me empecé a reír un poco nerviosa, mientras podía ver la cara de asombro de Nicolás que no podía creer lo que estaba viendo.
"Me aburrí. Vamos Juli?", me dijo levantándose del sillón donde estábamos. Luego, agarró de la mano a Nico y le dijo "Querés venir? está re muerto esto, en mi casa no hay nadie vamos a boludear un rato y le tomamos el whisky a mi viejo".
Tardó un poco en procesar lo que había escuchado, hasta que se levantó y salimos del boliche. Tomamos un taxi, subimos los 3 atrás y él en el medio. El taxista no dejaba de mirar para atrás, seguramente imaginándose una película porno.
Cuando llegamos, Agus nos dejó solos un rato. Yo me tiré en el sillón y me saqué los zapatos, que no los aguantaba más. Llamé a Nico y le dije que me hiciera masajes en los pies.
En eso aparece Agus, que se había cambiado y se había puesto su "pijama" que era solamente una remera larga que apenas llegaba abajo de la cola (si levantaba los brazos, se le veía todo).
"Ponete cómoda", le dije en alusión a su vestimenta, mientras Nico se quedó tildado mirándola. Me tiró otra remera, y me dijo "traje una para vos". De una mesa sacó una botella de whisky con unos vasos. Nos sirvió a los 3, y prendió la compu para poner música.
Al rato ya sonaba al palo reggaeton, de esos que te invitan a perrear y franelear. Me agarró de la mano y me llevó al medio de la pista improvisada en el living. Nos franeleamos un rato, ella se daba vuelta y levantaba los brazos a propósito dejando ver todo, ya que tampoco tenía ropa interior.
Nicolás, sentado tomando whisky, no se perdía ni un detalle. Los ojos se le desorbitaron cuando inevitablemente me abracé a mi amiga y nuestras bocas se fundieron en un beso profundo y húmedo. Lo que él estaba sospechando desde hacía rato, se hacía realidad. Con mis manos levanté la remera dejándola casi en bolas y ella empezó a desvestirme. Nos habíamos olvidado que estaba Nico mirando. "Ponete cómoda" me decía Agus mientras me desvestía.
Primero, me sacó la remera. Luego, se arrodilló y me fue bajando el jean hasta dejarlo en mis tobillos. Me tocó el culo apretando fuerte con las manos. "Sabés que te envidio mucho este culo, no?", decía casi arrastrando las palabras del pedo que tenía(mos).
Se paró y volvimos a besarnos, mientras yo terminaba de sacarme el pantalón y lo tiraba en el medio del living. Nico estaba sentado ya desnudo haciéndose la mejor paja de su vida. "Vos te la querés coger no?", dijo Agus. "Hoy te la presto".
Me puso en 4 y me fue arreando como una yegua hasta donde estaba Nico, yo gateando y ella encima mío golpeándome la cola. "Dale putita... dale..." me decía mientras nos matábamos de la risa. De hecho, no podíamos coordinar avanzar las dos juntas y terminamos en el piso, otra vez a los besos.
Después de un rato, me levanté y fui sola hasta donde estaba Nico. Le pasé la lengua desde la base de las bolas hasta la punta de la pija y sin manos me la metí en la boca. La sentía a punto de estallar. Agus se unió rápidamente a nosotros, primero besando a su amigo y luego bajando hasta donde estaba yo para compartir su pija.
Me la metía hasta la mitad, y la sacaba. Agus la agarraba y hacía lo mismo. Se la enterraba en la boca, aguantaba la respiración y la sacaba toda ensalivada. La volví a agarrar yo, escupiendo y dejando caer más saliva en la cabeza de la pija. Con la lengua, fui desparramando lo que chorreaba por el tronco, ayudada por la lengua de Agus también. Nuestras boca se rozaban mientras recorríamos la pija de abajo hacia arriba.
Nos frenamos antes de hacerlo acabar. Ya se sentía que estaba a punto de explotar. Me levanté y agarrándola de la base, me senté arriba. Empecé a moverme despacio mientras Agus le masajeaba las bolas.
La calentura que tenía pudo más y empecé a acelerar. Notaba como la cara de Nico se transformaba y hacía fuerzas para no acabar. Me levantaba casi hasta la punta de la pija y la enterraba toda. Cada vez más fuerte. Cada vez más rápido. No hizo falta mucho de esa cabalgata violenta para que Nico explotara y llenara el forro de leche. Me bajé de encima suyo mientras Agus se la limpiaba.
"No nos podés dejar con las ganas" le decía Agustina mientras seguía chupándosela a pesar que ya estaba totalmente muerta. Nico la sacó y le pidió que parara. La tenía sensible y le dolía. Agustina estaba re borracha y fuera de si. "Mi amiga quiere coger... yo quiero coger... ahora yo le voy a tener que sacar la calentura!".
Se dio vuelta, me besó y me hizo sentar en otro sillón. Abrió mis piernas y de una me comió la concha como solo ella sabe. Me pasaba la lengua por todos lados. Subía, bajaba, mordía. Siempre con el punto y la fuerza justa. Yo me tiré hacia atrás y cerré mis ojos disfrutando de mi amiga mientras me masajeaba las tetas.
No tardé en estallar en un orgasmo fuertísimo. Cerré mis piernas aprisionando la cabeza de Agus y empecé a temblar. Cuando por fin me relajé, Agus salió de mi concha y empezó a colarme un dedo.
Lo metió bien adentro, lo movió y lo sacó poniéndomelo en la boca. Con su otra mano, hizo lo mismo en su concha. Sin dejar de mirarnos, sacó el dedo de su vagina y lo puso en mi boca. Tenía la mezcla de mis jugos con los de ella. Los chupaba cada vez con más ganas y lejos de calmarme la excitación, la hacía crecer.
Otra vez nos olvidamos de Nicolás. Estaba en frente nuestro, acariciándose y tocándose la pija que seguía totalmente dormida. Lo fuimos a buscar y lo acostamos en el piso. Entre las dos empezamos a chupársela.
Agus lamía sus bolas mientras lo pajeaba, yo lo besaba en el abdomen, el pecho, lo acariciaba por todos lados. Pero no había caso. "Seguí vos", me dijo Agus. Me acomodé a un costado de él y empecé a petear.
Mi amiga se subió encima apoyando su concha en la boca de Nico. "mmmm siii dale chupamela", le decía mientras se movía para atrás y adelante. Después de un rato, se dejó caer hacia adelante y agarró la pija del pibe. La chupaba, me besaba a mi, volvía a chuparla. No se si era el alcohol o los nervios de la situación, pero la pija no se le paraba.
Agus se levantó y me agarró de la mano. Se sentó y agarrándome la cabeza, me obligó a chupársela. Yo me acomodé y me puse en 4 para comerme toda su conchita que se mojaba cada vez más.
En una de las pocas veces que Nico tomó la iniciativa en algo, me agarró de atrás y empezó a tocarme. Yo bajé la espalda y levanté la cola para darle más acceso. Se agachó y comenzó a rozarme con la lengua. "Dale, chupamela" lo incitaba. Mis gemidos de placer los ahogaba en la concha de Agus. Abría grande la boca y la cerraba pasandole la lengua desde la entrada de la vagina hasta el clítoris, donde me quedaba un rato rodeándolo y rozándolo en círculos.
Nico estaba haciendo un excelente trabajo. De vez en cuando, su lengua se iba un poquito más arriba y eso me encantaba. Mi colita se empezaba a dilatar sola cuando sentía la lengua rozar la zona. "La cola... chupame la cola", le pedía sacando la boca de entre las piernas de Agus.
"No le gusta, le da asco...", dijo Agus entre gemidos. "Aaayy siiiii" gritaba ella cuando aceleraba el ritmo de mi chupada. Nico subía un poco la lengua, evidentemente no le gustaba, porque sentía que solo rozaba mi ano y volvía a mi concha.
Yo ya estaba loca y quería que me hiciera la cola. Agustina me agarró de los pelos y aplastó mi cabeza contra su concha hasta que acabó. Dejé mi lengua apoyada en su clítoris hasta que dejó de temblar. Nos levantamos y lo vimos a Nico, con la boca aún mojada de mis flujos. Pero la pija seguía muerta.
Nos pusimos las dos de nuevo a chuparle la pija, y esta vez si conseguimos lo que buscábamos: se le puso como una piedra. Agus se dio vuelta y se puso en 4. Nico acomodó la pija y se la enterró. Se la empezó a garchar cada vez más fuerte.
Mi amiga pedía a los gritos que no parara, que quería más. De pronto, ella se frenó. "Ay no, boludo se te bajó de nuevo!" dijo Agustina, molesta, mientras se sacaba la pija que estaba media flácida.
El chabón no lo podía creer. Agus se levantó y se fue. Yo me quedé a solas con él. Nos sentamos y empezamos a besarnos. Lo acariciaba despacio, rozando mis manos contra su piel. Sin embargo, la pija no reaccionaba con nada.
En ese momento, entró mi amiga. "Abrí la boca tomate esto", le dijo a Nicolás. La guacha le había choreado un viagra al padre y se lo estaba dando al pibe. Al principio se negó, pero después accedió.
Volvimos a poner música, y seguimos bailando entre nosotras. Nos pegamos una revolcada terrible, hasta que después de un rato largo, la pija de Nicolás estaba al palo. Más dura que al principio. Agustina lo tiró al piso y se le subió encima.
Lo empezó a cabalgar, sacándose las ganas de toda la noche. Yo me puse al lado de ella y la besaba mientras subía y bajaba de su montura. Después, me moví y puse mi concha en la cara de Nicolás, enfrentando a Agustina. Nos empezamos a besar, mientras ella lo cogía y yo movía mi concha en su boca.
A pesar de todo, la lengua la sabía mover bastante bien, y me hizo acabar. Saqué mi lengua de la boca de mi amiga para poder gritar. Necesitaba exteriorizar ese terrible orgasmo. Me bajé y me tiré al piso al lado de ellos. Agus seguía cabalgando furiosa, hasta que el pibe no aguantó más y largó lo que le quedaba de leche en las bolas.
Agus salió de encima de Nico. Su pija seguía dura como una piedra. Mi amiga lo empezó a pajear mientras se reía. Sin dudas, la pastillita había hecho efecto. Lamió y limpió la pija de los restos de semen que aun chorreaban por el tronco.
Me acerqué y la ayudé. Ahora era mi turno. Me subí arriba y empecé a cabalgar en la verga de Nico. Agustina me hizo tumbar hacia adelante. Seguí moviéndome, levantando más mi cola. Mi amiga abrió mis nalgas y escupió en mi ano. Clavó sin dudar su lengua en mi cola. Yo me frené. Ahora, en lugar de subir y bajar, me movía hacia adelante y atrás, con la pija totalmente enterrada y franeleando la lengua de mi amiga en mi colita.
Tenía la boca abierta, pero no reproducía sonido. De golpe, estallé en otro orgasmo y pegué un grito que se habrá escuchado en toda la cuadra. Los dedos de Agus empezaron a meterse en mi cola. Si bien habíamos tenido otras situaciones lésbicas las dos, nunca habíamos llegado tan lejos.
Me bajé de la pija de Nico. Me puse en 4 abriendo bien mis piernas y arqueando mi espalda lo más que pude. El pibe se acomodó atrás mío y empezó a garcharme. Me agarraba de la cintura y empujaba con fuerza contra su cuerpo. De a poco, fue agarrando confianza.
Agus se acomodó a mi lado, también en 4. Cuando la vio, sacó la pija de mi concha y se la empezó a poner a ella. Estuvo un rato jugando con las dos, hasta que en un momento cuando me la quiere clavar a mi, le erra y la apoya contra mi cola.
Largué un "ay siii" que me salió de adentro. Después del "error", la metió en la concha pero yo ni dudé en pedir que me hiciera la cola. "Rompeme el culo dale... rompelo" le gritaba mientras no paraba de cogerme.
Salió de adentro mío y se fue con Agus. Estiró una mano y empezó a meterme el dedo en la colita, que aún estaba lubricado por la saliva de mi amiga. Despacio, fue moviéndolo en círculos y enterrándolo cada vez más profundo. Otra vez, salió de adentro de Agus y se puso atrás mío. Yo paré bien la cola, esperando que ahora si, terminara de dilatar mi ano que lo sentía latir esperando por su pija.
Apoyó la puntita, me relajé y con facilidad se fue enterrando todo. "Uf", soltó Nico, al ver como mi cola se tragaba toda su pija con facilidad. La sacó despacio y volvió a enterrarla. "Más fuerte", le pedí para que no fuera tan suave.
Se agarró de mis pelos y me pegó una culeada salvaje de esas que me gustan. Cuando se empezó a secar, lo hice parar. Se escupió la pija y volvió a arremeter contra mi ano ya totalmente abierto.
Cuando no pudo más, se frenó. La sacó, y sin darle tiempo a nada, lo agarró Agustina. "Seguí conmigo", le dijo poniéndose en 4 de nuevo. Nico se levantó como pudo y se la metió a mi amiga. Se la garchaba despacio, ya no tenía fuerza en las piernas. Después de un rato, apoyó la punta de la pija en la cola de Agus y la bañó en leche.
Esta vez, su verga no aguantó levantada. Agus se acostó en el piso y yo me tiré encima refregando mi cuerpo contra su espalda guasqueada. Franeleamos un rato hasta que vimos como otra vez, la pija de Nicolás estaba como una piedra.
La chupamos un poco, y esta vez fue mi amiga la que se abrió de piernas para recibir el tronco del pibe. Ella se puso en el sillón, y Nicolás se la clavó levantando las piernas de ella en sus hombros. El pibe se estaba sacando todas las ganas y bronca acumulada con ella. Le estaba dando tan fuerte que casi tumba el sillón. Lejos de molestarle, Agustina disfrutaba ese sexo violento y bien salvaje.
Me puse atrás de ellos, y empecé a acariciar la entrepierna de Nico, mientras éste se movía sin parar destruyendo la concha de mi amiga. De golpe la sacó de adentro, se dio vuelta y casi sin darme tiempo a nada, acabó sobre mis tetas.
Le agarré la pija y terminé de exprimir la poca leche que aún le quedaba. "Así me gusta coger" dijo Agustina levantándose y comiéndole la boca a su amigo. "Haceme acabar", le ordenó y lo hizo arrodillar entre sus piernas. Agus lo agarró del pelo y le movía la cabeza a su antojo. Cuando acabó, sus piernas temblaron y su cuerpo se ablandó, tanto que se cayó al piso.
Me tiré al lado de ella. Nos abrazamos y nos besamos un rato. Nicolás se quedó sentado en un rincón, mientras nosotras seguíamos a los besos. Cuando alzamos la vista, el pibe estaba mirándonos atentamente mientras se pajeaba con la pija totalmente al palo.
Nos miramos con Agus y largamos una sonrisa cómplice. Terrible la pastillita. Nos tiramos encima de Nico y entre las dos comenzamos a chupársela desesperadamente. Ahora fue el turno de Agus de cabalgarlo...
Ya había amanecido. Nosotras seguíamos turnándonos para garcharnos al pibe, que a esta altura lo teníamos de rehén, cogiéndolo como quisiéramos aprovechando esa verga al palo. Las últimas dos veces que lo hicimos acabar, casi ni le salía semen de la pija.
Perdí la cuenta de las horas que estuvimos cogiendo, hasta que nos quedamos dormidos. Al mediodía, Nico se levantó y se fue a su casa. Yo me quedé con mi amiga, en la cama toda la tarde. El olor a sexo y semen mezclado en la transpiración que sentía cuando me acosté al lado de ella era realmente excitante. Agarré el teléfono y avisé en mi casa que no llegaba hasta la noche. Aún tenía que ponerme al día con mi amiga.
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26 comentarios - Las amigas siempre comparten
jeje
gracias por pasar
Van puntos
Hay que tener cuidado con las pastillitas azules que luego no se levanta sin ayuda
gracias por pasar
gracias por pasar!
espero disfrutes los proximos
Otra cosa me quedo una duda de tu pasado como Jugadora de Jockey a alguno le hiciste de Leona Sexy???
varios me pedian eso jaja. espero haber cumplido las espectativas 🙂
Yo tambien soy rosarina! Ciudad de chicas y chicos infernales. Feli
gracias por comentar! 🙂