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amor entre hermanos parte 4

Después de la salida al centro comercial no pudimos volver a salir demasiado, aunque estábamos haciendo ver a nuestros padres que nuestra relación poco a poco era más cercana para poder pasar tiempo juntos sin que nuestros padres se percatasen, a mi no me parecía suficiente.

Hoy era el día de mi cumpleaños, y caía en viernes, por lo que mis padres estaban bastante ocupados preparando mi fiesta, aunque a decir verdad preferiría que o celebrasen nada.

Estaba en clase sentada a la tercera hora, la cual era historia del arte. No prestaba demasiada atención a lo que decía el profesor sobre Rubens, llegando al punto de que mi amiga Paula tuviese que despertarme para que el profesor no me pillase, pero es que no me hacía falta atender. No porque fuese súper dotada o algo así, si no porque era la enésima vez que explicaba lo mismo, y además tuve que hacer un trabajo sobre este pintor, por lo que ya conocía de sobra lo que el profesor quería contar.

Mientras que el profesor pedía silencio a los del fondo y me miraba de soslayo alguien llamó a la puerta, éste dio permiso para entrar y por la puerta apareció la conserje.

-Martina, ¿Qué se te ofrece?- Preguntó el profesor con expresión molesta.

- Perdona, pero un familiar ha venido a recoger a Laura...- Dijo con una sonrisa mientras que me miraba.

-¿No puede esperar a que acabe la clase?- Dijo el profesor con un leve sonrojo de furia por la interrupción.

- Lo siento, pero me ha dicho que es importante.- Respondió borrando su sonrisa.

- De acuerdo, -Dijo desviando su mirada desde la conserje hasta a mí- Pero recuerde, el lunes tiene que exponer su trabajo sobre Rubens, y espero que no se quede dormida como ahora, tenga en cuenta que un 20% de su nota depende de dicha exposición.

Me limité a asentir con la cabeza y recoger todas mis cosas nerviosa con ayuda de mi amiga, ya que nunca antes me habían recogido del instituto, así que tendría que ser algo muy importante. Me levanté de mi pupitre y salí acompañada de la conserje temiéndome lo peor y respondiendo con monosílabos a las peguntas de Martina.

Cuando llegamos a la planta baja vi al otro conserje colocando un reloj. Me quedé estupefacta cuando pasé a su lado y no se preocupó ni un ápice en ocultar su lujuriosa mirada sobre mi cuerpo, aunque no sé de qué me sorprendo, no en vano varias personas, incluyéndome a mi le habíamos pillado viendo porno en el ordenador de su garita cuando íbamos a pedirle algo.

Cuandopasamos justo al lado de él, me di cuenta de que había alguien en un pasillo que cruzaba de manera horizontal el pasillo en el que yo me encontraba. Allí estaba mi hermano mirando con severidad al conserje, ya que desde donde se encontraba podía ver perfectamente la mirada que me había echado el conserje. Cuando se dio cuenta de que mis ojos se habían posado en los suyos él inmediatamente hizo lo mismo, dirigiendo una de sus manos a sus carnosos labios para esconder una sonrisa. Sentí una pequeña opresión en el pecho y no pude evitar sonreír como una boba al verle.

Cuando llegamos a su lado él me abrazó, uniendo nuestros cuerpos. Yo me quedé estática al no comprender el motivo.

- Laura, acabo de firmar para llevarte a casa, como temíamos nuestra tía abuela Manuela ha fallecido, lo siento pequeña.- Dijo uniéndome más a su cuerpo.

No sabía a qué se refería, pero preferí seguirle la corriente, y poniendo en práctica mis dotes de actriz fingí llorar.

Martina nos dio el pésame y salimos por la puerta del instituto, que por suerte no estaba lejos de donde estábamos.

- ¿Qué pasa?, no tenemos ninguna tía abuela, y menos que se llame Manuela.- Dije mientras que me montaba en el coche.

- Lo sé, pero es tu cumpleaños, y quiero que pasemos el día juntos, pocas veces podemos tener un día para nosotros y como soy mayor quería abusar un poco de mis derechos.- Dijo con una sonrisa dulce mentras se acercaba a mí dándome un suave beso en los labios.

- Pues te lo agradezco, me has cortado en medio de una clase con el sargento, no podía aguantar más.- Dije mientras le devolvía el beso.

-Ese hombre siempre me ha odiado, espero que no l tome contigo.- Dijo frunciendo el ceño.

-Tranquilo, la verdad es que en sus clases me va bien, de hecho incluso diría que me cae bien.- Dije encogiéndome de hombros.

-Me alegro.

-¿Y tú no tenías hoy un examen?- Pregunté preocupada.

- Bueno, era opcional, era hacer dos exámenes de los primeros seis temas y en un mes examen de los seis restantes o el final.

-Pero hubiera sido más fácil para aprobar, deberías ir.- Dije enfadada. Normalmente mi hermano siempre ha sido muy responsable, nunca se hubiera saltado un examen donde se jugaba una oportunidad tan buena.

- Ya es tarde, además, es tu cumpleaños y quiero que lo celebremos.

No le respondí y decidí limitarme a mirarle de soslayo. No me gustaba que se jugase una oportunidad así, pero por otro lado me hacía realmente feliz que estuviese haciendo todo esto por mí.

Después de mucho esperar entramos en una ciudad cercana.

- ¿A dónde vamos?- Pregunté sin poder aguantar más el silencio. No es que fuese incómodo, sino que yo era de esas personas que sólo guardan silencio cuando están melancólicas o enfadadas.

-Ya estamos llegando.

Pocos minutos después de decir eso llegamos a unos aparcamientos. Donde Dani aparcó. Mientras cogía mi móvil de mi mochila y la dejaba de nuevo en el suelo del coche mi hermano me abrió la puerta y nos tomamos de la mano hasta llegar a la entrada de un inmenso cine.

Llegamos sin decir nada a la taquilla, donde Dani sacó entradas para una película romántica, cosa extraña ya que a él no le gustaba el género, de hecho lo odiaba, y encima era la segunda parte de otra película que a mí me encantaba.

Mientras que esperábamos a que nos diesen las palomitas.

-Dani, no me importa ver otra peli si quieres...

- Ni de coña, ayer vi la primera parte en el portátil sólo para ver esta.- Dijo negando frenéticamente.

-¿Te gustó?

-No, de hecho lo único que me gustó fue el final... pero tampoco era tan infumable.- Dijo encogiéndose de hombros.

- ¿Seguro...?

- Hoy es tu cumpleaños, y aunque sabes que lo mío no es ser romántico quiero demostrarte que me importas.- Dijo desviando la mirada y tirando suavemente de mi para dirigirnos a la sala.

Era cierto de que la mayoría del tiempo dudaba de si mi hermano sólo estaba conmigo porque era más fácil tener al ligue en casa y follar cuando quisiese, además de no tener que preocuparse por si quería o no una relación, porque claro está, lo nuestro nunca podría ser pública.

Pero también tenía que tener en cuenta que mientras que estábamos solos hacíamos vida de pareja, es decir, no era sólo sexo... Y su forma de actuar en la discoteca... Lo cierto es que no tenía idea de que pensar, por lo que desde hace dos días decidí no preocuparme y dejarme llevar. De todos modos lo nuestro terminaría mal, lo correcto era disfrutarlo mientras que podíamos.

Salí de mi ensimismamiento cuando entramos en la sala y me di cuenta de que no había absolutamente nadie. Al principio me resultó extraño, pero después me acordé de que eran apenas la una del medio día.

Decidimos sentarnos en la fila central para poder ver perfectamente la película, por lo que nos sentamos y comenzamos a ver la película abrazados.

Yo estaba en tensión durante todo el largometraje, ya que me resultó extraño que aparte de pasar su brazo por mis hombros no aprovechase la situación para llegar a más, teniendo en cuenta cuánto odiaba esta temática.

Finalmente no pasó nada, y mi nerviosismo fue inútil en todos los sentidos. Después del cine fuimos a comer a un restaurante chino. Mi favorito.

Después de varias horas paseando nos dirigimos al coche. Estaba dispuesta a volver a casa cuando me doy cuenta de que a mitad del camino nos desviamos por un camino de tierra.

-Dani, ¿A dónde vamos?

-Si te lo dijese no sería una sorpresa.-Dijo encogiéndose de hombros.

Después de un buen rato en el coche llegamos a una casa rural cerca de las afueras de la ciudad en la que vivo. Me extrañé mucho de estar allí.

- ¿Y esto?-Pregunté temiéndome que fuese una de las cosas que más odio en el mundo.

- No tengo permitido hablar.

Después de decir eso nos bajamos del coche y Dani me vendó los ojos. Comenzamos a andar hasta lo que yo intuí que sería la puerta de la casa, donde Dani abrió la puerta con unas llaves, por lo que pude oir.

En el momento en el que me quitaron la venda de los ojos, allí estaban mis mejores amigos con toda la sala de estar decorada y equipada para una fiesta.

En un principio me enfadé, ya que no me gusta ser el centro de atención, pero como sólo éramos mis mejores amigos y Dani me relajé.

Pasamos casi toda la tarde entre risas y bromas, hasta que llegaron las dos de la mañana y mis amigos comenzaron a irse. Cuando Dani y yo nos quedamos solos me senté cansada en el sofá.

-¿Y todo esto, pensé que se quedarían a dormir?

-Para Papá y Mamá sí, de hecho yo se supone que estoy de carabina, pero para tus amigos nuestros padres no se fían ni siquiera de mi para que os quedéis a dormir solos en medio del campo.- Dijo con una sonrisa.

- ¿Y si en una conversación sale el tema y se huelen algo? Lo último que quiero es que nos descubran.

- No te preocupes. Lo tengo todo controlado.- Dijo mientras acercaba mi cuerpo al suyo y pasaba sus brazos al rededor de mi cuello.

Cuando creí que nos besaríamos se alejó de mi.

-Feliz cumpleaños, amor.- Dijo dándome un fugaz beso en los labios mientras posaba sus dedos n un colgante que hasta hace unos segundos no tenía puesta.

-¿Quién eres tú y que has hecho al borde y soso de mi hermano?- Dije con duda.

- ¿Por qué lo dices?- Preguntó mientras me abrazaba por la cintura con uno de sus fuetes brazos mientras que la mano que tenía libre creaba un camino de caricias desde mi nuca hasta el final de mi espalda.

- Tú no has sido romántico en toda tu vida, ya llevamos tres meses de relación y es demasiado para ti, dime con quién me has engañado o si no...

- Frena... Primero no te he engañado y nunca lo aré; segundo, es tu cumpleaños y mereces lo mejor; y tercero y último sé que no soy un romántico empedernido, pero quería demostrarte que me importas. Sé que aún tienes dudas sobre mis sentimientos, y te comprendo, ni yo sé decirte exactamente lo que siento, pero lo que sí sé es que no quiero estar con alguien que no seas tú, y que lo único que me quita el sueño es saber que algún día encontrarás a alguien que realmente te merezca y me dejes solo.

Sin poder evitarlo más me lancé a sus labios. Todo lo que había dicho sonaba cierto, y si era una mentira, me daba igual, era lo más hermoso que me habían dicho en mi vida, y lo había oído salir de los labios de la persona que amo. Si algo tenía claro es que ya podría morir en paz.

Mientras que nuestro beso se intensificaba comenzamos a despojarnos de la ropa que ya sobraba, dejando en el suelo sin importarnos mi uniforme del instituto y su ropa. Dani agarró mis muslos, e instintivamente di un salto y rodeé mis piernas en su cadera, quedando a su altura y notando como la pasión que nos desbordaba nos consumía.

Sujetándome con uno de sus brazos Dani abrió la puerta de un cuarto y me depositó en la cama que había en el centro. Dani aprovechó y retiró el resto de mi ropa interior, arrojándola con ansias a otro lado de la habitación.

Volvió a acercarse a mi acariciando todo mi torso con sus manos, mientras que sus labios repartían besos y chupetones por mi cuello, descendiendo hasta mis pechos, donde atrapó uno con su boca, dándoles suaves mordiscos y caricias, mientras que el otro era suavemente tirado y acariciado por una de sus manos.

Todo mi cuerpo estaba excitado, notando como cada vez estaba perdiendo la noción de lo que pasaba a mi alrededor, concentrándome sólo en nosotros dos y notando cómo mis pezones estaban duros y excitados.

En el momento en el que me estaba acostumbrando a la sensación mi hermano descendió una de sus manos a mi entrepierna, comenzando a introducir con suaves movimientos circulares dos de sus dedos, mientras que con el pulgar aprovechaba para masajear mi clítoris. En ese momento intenté ahogar un gemido, cosa que no lo conseguí del todo.

-Vamos cariño, quiero escucharte. No hay nadie para escucharnos. Quiero oírte gritar mi nombre.- Dijo con su voz suave y ronca provocando que la excitación que sentía creciese.

Sin poder controlarlo mis caderas comenzaron a moverse por si solas, provocando a su vez un oleada de gemidos que se escapaban de mi garganta. Cuando estuve a punto de llegar al orgasmo noté como mi hermano descendía dando besos por mi torso hasta llegar a mi entrepierna, dónde se afanó en lamer mi clítoris y estimular mi vagina con sus dedos. Ya no podía ni pensar, mientras que notaba como mi excitación estaba a niveles que rallaban lo divino.

No tardé mucho en gemir casi gritando debido al orgasmo que me acababa de azotar todo el cuerpo, haciéndome perder el sentido de mi propio cuerpo y nublando mi mente por completo.

Cuando las bestiales contracciones vaginales se hicieron presentes volví a ser consciente de mi propio cuerpo, volviéndome a excitarme al notar que Dani estaba repartiendo besos en la zona de mi cuello y clavícula mientras que su gran erección apretaba contra mi vientre haciendo subes movimientos verticales.

Comencé a corresponder a mi hermano al momento, sujetándole el pelo y dirigiendo su boca hacia la mía, mientras que una de mis manos la dirigía hacia su pene para propinarle suaves caricias.

El beso fue cortado por un gemido que se escapó de los labios de Dani, indicándome lo excitado que estaba.

- Dani, hagámoslo.- Le susurré al oído.

- ¿Segura, ya te has recuperado?- Preguntó intentando demostrarme que podía parar si yo se lo pedía, aunque estaba claro que estaba demasiado excitado para detenerse.

En vez de decirle nada, con un suave movimiento lo situé debajo mía, me posicioné encima de sus caderas y comencé a realiza movimientos circulares con mi cadera sobre su erección. Ambos comenzamos a gemir, y antes de que me diese cuenta volví a estar debajo de él. Después de una ligera caricia sobre mi escote hasta mis muslos que provocó que arquease la espalda,, comenzó a penetrarme suavemente, asegurándose de no hacerme daño, cosa imposible ya que estaba demasiado excitada.

Cuando la introdujo completamente comenzó a penetrarme con embestidas suaves pero profundas, provocando que rodease con mis piernas sus caderas para profundizar la penetración.

Poco a poco fue aumentando el ritmo de las envestidas mientras que notábamos como nuestros cuerpos se cubrían de una fina capa de sudor debido al esfuerzo y calor por la excitación.

Cuando la posición que estábamos usando no era suficiente para cubrir nuestro deseo, sin separarnos yo me posicioné encima de Dani, controlando yo el ritmo, mientras que Dani seguía repartiendo besos por mi cuello y apretaba mis nalgas mientras controlaba el ritmo de la penetración.

Poco a poco llegamos al orgasmo gritando el nombre del otro. Cuando acabamos apoyé la cabeza en su pecho y me recosté a su lado, notando como poco a poco nuestras agitadas respiraciones se tranquilizaban mientras que mi hermano acariciaba dulcemente mi cabello y mi cuello con las yemas de sus dedos. Y así acabé cayendo lentamente en un placentero sueño.

2 comentarios - amor entre hermanos parte 4

pacovader
Realmente lo disfruto en cada capitulo. 😀 gracias
ultramiron
excelente, te daria 20 pero solo puedo dar 10