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Un verano caliente. Capítulo 2

Un verano caliente. Capítulo 2

Esta es la historia de Julián, un chico de 23 años que después de pasar el mejor verano de su vida nos cuenta las historias que vivió y nos mantiene calientes en este invierno frío. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…


Capítulo 2: Las chicas del club
A pesar del comienzo que había tenido el verano, con la espectacular noche en la casa de Celeste, vacaciones solo significaba una cosa: Club. Dado que vivo no muy cerca del centro (a unos 30 minutos un poco menos en colectivo), mi zona está repleta de clubes, en especial esos chiquitos donde todos se conocen con todos. Pero mi familia siempre fue socia de uno de los clubes más grandes de la zona y uno lleno de chicas.
Desde los 7 años que hago futbol, y a pesar de que no soy el mejor, me las arreglo, y mi condición física me ayuda mucho para poder ser un buen goleador. Con el paso de los años, fuimos dejando de ir a futbol, por culpa de las responsabilidades, pero el grupo no se cortó. Con Emanuel, Santiago, Valentín y Fernando nos seguimos viendo y seguimos siendo grandes amigos, y el verano es para nosotros la época de reencuentro y de salir pasar tardes enteras en la pileta mirando chicas. Nuestros principales objetivo son dos: un grupo de hándbol y uno de hockey.
Las chicas de hockey eran las culonas. Categoría ’95 (19 años) y las llamábamos así porque cada vez que pasaban, todos nos dábamos vuelta para mirarlas. Cecilia, Tatiana, Paula y Florencia, eran la nueva sensación en el club. Y por suerte para nosotros, había muy buena relación. En realidad era solo porque Tatiana le tenía ganas a Emanuel, pero los otros aprovechábamos para mirar y chamuyar. Tatiana o “Tati” tenía el culito más lindo. Era la más alta del grupo, 1,80 casi, bien flaquita y tenía un culito manzanita. Paula, por otro lado tenía el culito más bien chiquito. Era flaquita, de 1 metro 70 y no tenía nada de tetas, pero era la más linda de cara y la más simpática, que te encantaba con la sonrisa. Flor, venía bien completa. Alta de 1,75, flaca, culo muy bien formado, tetas grandes y firmes, pelo marrón claro y ojos verdes. Pero Cecilia, era sin duda la más linda. Medía 1,70 más o menos, era flaquita, rubia de pelo largo y ojos celestes, labios hermosos y una nariz chiquita que le terminaba de definir la cara perfecta. El culo, era terrible, grande, carnoso, bien parado, uno se quedaba hipnotizado cada vez que la veía.
El grupo de hándbol eran 4 chicas, categoría ’93 (21 años) y nosotros las llamábamos las tetonas: Mariana era la más linda de todas, 1 metro 70 aprox, la más flaca de todas, con un culo grande, pero bien llamativo y unas tetas hermosas que rebotaban cada vez que se movía, pelo rubio y largo, ojos celestes y una boquita carnosa. Después estaban dos mellizas, Luciana y Estefanía. Lu era la más linda a mi gusto, 1 metro 80 casi, no muy flaca (pero tampoco gorda), unas tetas enormes que eran imposibles de no mirar, morocha de pelo lacio hasta la mitad de la espalda y ojos marrón claro. Estefi, también de 1,80 de alto y rellenita como su hermana, tenía muy lindas tetas pero las de su hermana eran mejores, pelo más bien negro y ojos oscuros y de cara no era tan linda como Luciana. La última del grupo era Noelia. Noe era hermosa para mi, 1 metro 70 y pico, de espalda ancha, lo que le hacía unas tetas bien grandes, pero bien firmes, morocha de pelo largo y ojos celestes. La sonrisa era lo más lindo que tenía. Con Noe teníamos historia…
Noelia iba al club hacía años y nuestras familias eran amigas. Así fue que compartimos viajes y varias cenas y reuniones. No es para agrandarme, pero Noe se terminó enamorando de mí y yo no perdí la oportunidad. El verano 2014-2015 tuvimos nuestra primera vez juntos una noche que sus viejos estaban de viaje. Durante el verano no pudimos parar de hacerlo y hasta llegué a pensar en ponerme de novio con ella, pero nunca le dije nada y cuando empezó el año de facultad, las cosas terminaron de otro modo. Nos fuimos separando, y a pesar de que nos veíamos bastante seguido y que de vez en cuando lo hacíamos, nunca pasó a mayores. Por eso me emocionaba la vuelta del verano, sabía que ella seguía soltera y las ganas de volver a acabarle en las tetas me invadían otra vez.

Así fue que el miércoles 9 de Diciembre fuimos al club con Santiago (el único que estaba libre) y esperamos a ver quienes aparecían. Las culonas no tardaron en llegar. Las 4 se fueron al otro lado de la pileta, por lo que no pudimos ver mucho, pero nos dieron un lindo desfile cuando pasaron por delante nuestro y nos saludaron con una sonrisa. Las tetonas aparecieron más bien 4 de la tarde. Noe y las dos hermanas, Luciana y Estefanía, llegaron y se sentaron bien cerca nuestro y viendo que estábamos más solos que Hitler el día del amigo, nos empezaron a hablar.
Al contrario que con Celeste, la conversación con Noelia costó más. No era tímida, para nada, pero todos sabían que lo habíamos hecho y todos debían estar esperando que pasara algo grande. El día fue bastante normal, nos metimos a la pileta, dimos unos pases con una pelota que ellas habían llevado, y de vez en cuando yo aprovechaba para tirarme encima de ella y joderla. Noe se dejaba sin problemas. Cuando terminó el día nos cambiamos y nos fuimos cada uno a su casa, pero apenas llegué empezaron a llover los whatsapp.
“Hola. Cómo estás?”, “La pasé re bien hoy”, “Hacía mucho que no te veía”, “Te extrañaba”, “Estás re lindo”. Fueron algunos de los mensajes que me mandó hasta las 2 de la mañana. Yo, me hice bastante el boludo, ya que sabía que no iba a pasar nada, pero al día siguiente iba a aprovechar.
Ese jueves, Valentín se sumó al grupo y junto con Santi, fuimos los 3 al club. Las culonas volvieron a llegar juntas, caminando una al lado de la otra, moviendo las caderas y volviéndonos locos. Ese día se sentaron más cerca de nosotros pero no lo suficiente como para hablar. Las tetonas llegaron nuevamente a la tarde y esta vez vinieron las 4. Se sentaron al lado nuestro y la conversación arrancó enseguida. Noe se puso bien cerca mío y aprovechó cada ocasión que podía para tocarme o empujarme, típicas señales de mina que quiere pija.
- ¡Pará de empujarme!- Le digo riéndome después de que me corriera al costado con su brazo.- ¿Qué me tocás tanto, te gusto?
Todos se quedaron callados y se miraron entre ellos, pero yo sabía la respuesta y era “Sí”. Después de algunas risas de tensión y de unos chistes sobre el pasado, volvimos a hablarnos y a reírnos como antes. No tardamos en meternos a la pileta y nuevamente aprovechamos cada momento para tocarnos y empujarnos. El momento más obvio fue cuando la abracé de atrás y ella en vez de empujarme o correrse, me dio un beso en el cachete muy cerca de la boca. Luciana y Estefanía, las más jodonas empezaron a molestarnos y a hacer muecas de besos, por lo que todo se cortó en ese momento.
Llegada la tardecita le propuse a los chicos quedarnos a comer y al ver que ellos aceptaban, las tetonas se quedaron también. Emanuel y Fernando llegaron a eso de las 8 para ayudar con el asado (era habitual quedarnos a comer asado en el club), y mientras algunos jugaban al truco y otros cocinaban yo aproveché para hablar con Noelia. Al principio le pregunté de cosas generales, la facultad, su familia, de todo. Pero cuando le pregunté si andaba en algo con alguien, volvió a hacerse la tonta.
- Sabés que no tengo nada.- Me dijo poniéndose algo roja.
- Pero, ¿te gusta alguien?- Le pregunto haciéndome el boludo.
- No Julián.- Me dice tratando de hacerse la seria, pero dejando escapar una sonrisa.
- ¿Por eso el beso?- Le pregunto sonriendo. Al ver que ella no responde, le digo:- ¿Querés que caminemos un rato? Total falta para la comida.
- Dale.- Me dijo sonriendo.
Después de un “ahí venimos” y de unos chistes sobre “ojo ustedes dos”, empezamos a caminar. De a poco nos fuimos alejando de las mesas y de los asadores y empezamos a andar por la zona de las canchas, que por ser Diciembre y las 9 de la noche, estaba completamente vacío. Hablamos un poco de todo, pero rápido ella volvió al tema y me preguntó si estaba con alguien. Después de un simple “no”, le dije:
- Noe, el verano no es para estar con alguien fijo, es para hacerlo con todas las minas que puedas.- Agrego riéndome.
Ella también se río, pero para mi sorpresa, y sin dar previo aviso, me besó. Enseguida le devolví el beso, lo cual ella hacía muy bien. La abracé por la cintura y ella me abrazo por sobre los hombros. Seguimos tranzando un buen rato, hasta que la cosa fue tornándose más hot. Noelia, a pesar de hacerse la boba y de simular ser una santita, a la hora de la verdad era bien calentona y rapidita. No tardó en pegar su cuerpo contra el mío y empujarme contra una pata de la tribuna de la cancha de futbol, para de a poco empezar a acariciar la espalda.
Ya lo habíamos hecho en el club. El verano pasado en más de una ocasión nos agarró la calentura y nos matamos entre las tribunas, atrás de algunos árboles o en los vestuarios. Y siempre empezaban igual: salíamos a caminar, empezábamos a besarnos y terminábamos cogiendo. Así que enseguida nos empezamos a zarpar.
Primero le saqué la remera dejándola en malla, ella después me la sacó a mí y se dedicó a besarme el pecho. Yo aproveché para desabrocharle el top y una vez que estaba en el piso le masajeé las tetas con ganas. Ella me dio la espalda, apoyándome el culo en la verga y dio vuelta la cara para que la besara. Mis manos fueron bajando desde sus tetas hasta su conchita, que ya estaba completamente mojada. No llegué a meterle un dedo que Noelia me dijo:
- Cogeme ya.- Fue casi un susurro al oído, pero fue bien claro.- Estoy muy caliente.- Agregó sacándose lo que le quedaba de ropa y agachando el cuerpo para dejar el culito bien parado.
Yo me saqué todo y con la pija bien parada, se la metí de una. Noe pegó un gritito de placer apenas le entró, pero ella era más bien calladita y no volvió a emitir sonido mientras yo le taladraba la concha con mis manos sobre su cintura. La calentura que tenía me invadió enseguida y no me pude contener. Se la metía y se la sacaba con tantas ganas que mis muslos golpeaban con su culo haciendo un ruido que rebotó por todas las tribunas. Noelia estiró los brazos para atrás y me agarró como pudo, pidiéndome que no fuera tan violento, pero yo estaba muy caliente.
Seguí cogiéndomela con toda hasta que le dije que no daba más. Ella, sin que se lo pidiera, se arrodilló en frente mío y se apretó las tetas para que quedaran bien juntitas. Empecé a pajearme con tal rapidez que el primer chorro terminó en su hombro, el resto del semen fue a parar a sus gomas. Ella se lo esparció un poco y después se lo limpió.
- Quiero que sepas que este verano, al igual que el pasado, quiero coger mucho con vos.- Me dijo una vez que nos cambiamos y que empezamos a caminar otra vez para los asadores.
Yo me reí, pero ella sabía que yo opinaba lo mismo. Y no hacía falta decirlo, pero lo que ella no sabía en ese momento es que a diferencia del verano pasado, no solo iba a coger con ella.


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1 comentarios - Un verano caliente. Capítulo 2

suaveplatense +1
Q bien arranco el verano
HistoriasDe
Como se extraña el verano!! Gracias por pasar