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El despertar de Marisa

Parte I

Marisa está separada y promedia las 5 décadas. Tiene tres hijos varones, dos de los cuales ya no viven con ella, y Facundo, de 22, su consentido. Mientras estuvo casada, Marisa fue ama de casa y tuvo un buen pasar económico, la separación le trajo casi un década de un pasar agitado donde tuvo que volver a trabajar de docente y dar clases particulares en su casa.

Los años habían dejado su marca en el físico de Marisa, sumado a que nunca estuvo preocupada por su apariencia. Con un poco más de 1,60 metros, era gordita, no tenía grandes tetas y su vestimenta tampoco buscaba impactar a nadie. Su culo, había sido el gran atractivo en la plenitud de su edad, hoy también mostraba el deterioro del tiempo.

La vida sexual de Marisa había muerto mucho antes de su separación, de hecho ese fue uno de los motivos argumentado por su exmarido, con quien tenía una relación distante pero no de enemigos. Chapada a la antigua, había tenido un solo hombres en su vida, durante su matrimonio solía tener sexo de manera tradicional y, muy de vez en cuando, accedía a realizarle sexo oral a su pareja. La reinserción en el mercado laboral la había llevado a arreglarse un poco más, pero su foco se mantuvo en generar dinero que le permitiera mantener el ritmo de vida que tenían sus hijos. Quedando así relegado el tema sexual.

Con la ida de dos de sus hijos la situación económica repuntó, al punto que ya no necesitaba dar clases particulares, sólo ayudaba a determinados conocidos más como un favor. Además, se centraba mucho en Facu, que era su hijo predilecto y mimado. Facu estaba en la universidad, era un pibe muy lindo, pero a la vez muy tímido al punto de casi no tener amigos, mucho menos novia. Marisa siempre se sintió culpable de la nula vida social de su hijo menor, pero no estaba dispuesta a resignar su sobreprotección.

Un día, vio en la televisión un informe sobre los peligros de las redes sociales, internet, etc; donde un doctor aconsejaba a los padres revisar las computadoras de sus hijos. Como buena sobreprotectora, Marisa decidió llevar adelante la recomendación. Mientras Facu estaba en la Universidad, subió a su pieza y empezó a revisar la notebook, pasó un largo rato leyendo conversaciones de Facebook, mirando los correos electrónicos, sin entender mucho y encontrando nada. Sin embargo, recordó el consejo de la TV “revisar el historial”, y así allí fue. La decisión terminó por acercarla a lo que buscaba, en ella se leían miles de páginas porno, videos, fotos, etc. Si bien no entendía las siglas que aparecían en los títulos, prefirió no abrirla, pensó que era normal por la edad, que no había nada malo en eso. Pero la situación de estar revisando la intimidad de su hijo le había alterado las hormonas, lo que la llevó a abrir una de las páginas.

Para su sorpresa, se trataba de un jovencito con una madura, donde la dama en cuestión daba placer y “enseñaba” a un joven muy bien dotado. Las imágenes hicieron que Marisa vuelva a mojar su ropa interior como hacía tiempo no pasaba, mientras se calentaba una serie de preguntas rondaba su mente: su hijo se calentaba con mujeres de su edad? A caso ella seguía siendo una persona apetecible? Su sobreprotección había hecho que su hijo se enamorar de ella?

En medio de esas preguntas estaba cuando escuchó que se abría la puerta de entrada. Rápidamente apagó la compu y se puso a juntar cosas dispersas por la habitación. Facu gritó su nombre cuando entró a la casa y ella le contestó donde estaba. Cuando su hijo subió esgrimió una breve reprimenda por el estado del cuarto y salió haciéndose la ofendida, tratando de disimular su calentura. Bajó y se puso a preparar la cena, mientras seguía pensando en si su hijo la veía atractiva o no. Comieron juntos, hablando de cosas rutinarias y se fueron a dormir, cada uno por su lado.

Facu solía quedarse frente a la computadora gran parte de la noche, Marisa sabía eso y se mantuvo despierta el tiempo necesario para que su hijo la crea dormida. Atravesó el pasillo que dividía ambas piezas sin hacer nada de ruido, dispuesta a espiar a su hijo. Como pasa en estas situaciones, el que busca encuentra, y Marisa no fue la excepción.

Se asomó por la puerta y pudo ver a su hijo recostado en la silla de su escritorio, viendo uno de esos videos de mujeres maduras, masturbándose de manera lenta pero constante. La situación calentó mucho más de lo que desconcertó a Marisa, que se detuvo a ver la pija de su hijo, grande, vigorosa, venosa. Caliente, con su ropa interior ya muy mojada, Marisa prestaba atención a la faena de Facu, que mantenía el ritmo y susurraba cosas inentendibles mientras el video continuaba.

La excitación se había apoderado de ella, que sin darse cuenta tenía una de sus manos por debajo de su camisón, tocando su pezón, pellizcándose. Mantenía la vista en esa pija que ya largaba sus primeros jugos. Su otra mano estaba tocando sus muslos, sintió como la humedad de su cuerpo había empapado su bombacha. Pensó un instante en si hacía lo correcto, pero la calentura era muy grande como para tener debates éticos en su mente, corrió para un costado el bombachón de abuela, esos que hacía años se había acostumbrado a usar, y por primera vez en su vida se dedicó a autosatisfacerse.

Su dedo tocó su clítoris, se movió de manera torpe, sin saber bien cómo hacerlo, pero buscando siempre el máximo placer. En ese momento, vio como Facu explotó en un mar de leche que alcanzó hasta el escritorio y se desplomó sobre la silla mientras la leche se escurría por su mano. Más caliente aún, y sin medir la posibilidad de ser descubierta, metió un par de dedos en su concha y los movió. Mordió sus labios para contener los gemidos, hasta que sintió como desde su clítoris un escalofríos recorría todo su cuerpo. Ya se había olvidado ese hermoso placer de acabar.

Sin tiempo para relajarse, fue hasta el baño haciendo el menor ruido posible. Cuando salió, vio que Facu salía de su pieza, aún empalado y con manchas inequívocas en su bóxer. Se fue a su cama, intentando que ese encuentro pareciera casual. Se acostó llena de culpa, dudando si lo que había hecho era incesto, si ella también se había enamorado, o era todo producto de la calentura del momento. Se durmió profundamente.

Al otro día, decidió cortar por lo sano. Pensó que lo mejor era conseguir una novia para su hijo. Que ella necesitaba reencausar su vida sexual, pero no como habían sucedido las cosas la noche anterior. Y que era necesario mantener la distancia con su hijo.

Continuara…

Parte II

11 comentarios - El despertar de Marisa

Eles_corpion +1
EXCELENTE! De lo mejor que he leído hace rato. Muy buen nivel! Te felicito!
HJTompson
Muchas gracias. Espero que las partes que siguen te gusten también
rob14
excelente !!!!! espero los proximos capitulos
HJTompson +1
Gracias! Estoy en eso
rob14 +1
@HJTompson me olvide los puntos, ahi van...... hasta el fondo
viciosomdq +1
Muy buen relato amigo!!! Mañana paso con porotos...
HJTompson +1
Gracias! Con el comentario sobra amigo
Si-Nombre +1
Muy buena historia, gracias por compartir, estaré pendiente de las siguientes partes!!!!
HJTompson +1
Gracias. Espero que también te gusten
mdqpablo +1
fuaaaa que buen relato , van pts que nos quedaron
HJTompson
Gracias!
kramalo +1
muy bueno....!!!
HJTompson
Gracias!
kramalo
@HJTompson De nada...lo que me gustaría es que saques al pelot...de simpsom de tu ávatar... no es ejemplo para nadie un tipo vago, chorro, borracho..chanta...ja!
bruno24 +1
faaaa muy bueno +5
HJTompson
muchas gracias