Este relato es muy bueno espero que lo disfruten
Tomamos una decisión y por un tiempo pensé que estaba equivocada, mi marido y yo decidimos no tener más hijos tras el duro parto y los momentos tan malos que pasé hasta que después de veintiún días en que volví a casa con mi hijo, Carlos, lo tuve con veintitrés años. Me llamo Lidia,
en la actualidad tengo cuarenta Y cuatro años, mido un metro setenta y un centímetros, tengo el pelo castaño y llevo melena por capricho de mi marido, mis medidas son proporcionadas, mi gran vicio, cambiarme de ropa, mi marido lo compartía conmigo, le gustaba lucirme, era fácil para mí ya que él es agente comercial de textil, cuando Carlos era adolescente tomamos la decisión de abrir una boutique para mujer. En un céntrico barrio de una ciudad turística del interior abrimos las puertas de nuestro pequeño negocio, los conocimientos que mi marido tenía en el sector, lo bien relacionada que yo estaba en aquel barrio, mi porte a la hora de lucir un modelo distinto casi cada día, y el afán que puse en aquel proyecto hizo que todo nos fuese bastante bien. Vivíamos en una casa chalet en las afueras de la ciudad, con un gran jardín y una bonita piscina aclimatada para invierno y verano, unos altos setos alrededor de la casa guardaban nuestra intimidad, yo tenía ayuda en casa y sólo me hacía cargo de la comida Mi marido estaba fuera toda la semana, yo inmersa en mi trabajo, esto hizo que nuestro hijo se encontrase en una edad difícil y un poco descuidado por parte de nosotros, esta etapa fue dura, aunque no tenia malos vicios pero en una edad tan difícil, fueron unos cinco años muy difíciles para mí. En la primavera en que Carlos cumplió veinte años, estábamos reunidos en torno a la mesa los tres y nos comunicó su irrevocable decisión de que dejaba los estudios, nuestros consejos no valieron de nada, y él mismo me pidió que le dejase ayudarme en la boutique. Quedé gratamente impresionada, en muy pocos días se desenvolvía muy bien tras el mostrador, conocía telas, sabia conjuntar prendas, acertaba en la elección de complementos, algunas clientas ya casi preferían que les atendiese él, le llamaban para que acudiera a la puerta del probador para que él les diera su opinión, cuando esto ocurría lo comentábamos al quedarnos solos y reíamos, ya que algunas no cerraban ni la puerta, dejándole ver como se probaban. Casi cuatro meses después ocurrieron los hechos que quiero compartir con vosotros, mi mejor forma de relajarme cuando llegaba a casa al final de la jornada era haciendo unos largos en la piscina, lo hacía todos los días, los fines de semana con mi marido, si Carlos se quedaba en la ciudad, nadaba sola y cuando mi hijo y yo regresábamos a casa juntos, él me acompañaba A veces hay cosas o circunstancias que se dan de las cuales no te das cuenta, era jueves y no había dejado nada preparado para cenar, le dije a mi hijo que si no le importaba que nos tomásemos algo en la hamburguesería, a él le pareció buena idea, tardaron algo más de lo normal en atendernos, como consecuencia, él se tomó dos cervezas de graduación más alta de lo normal, no estaba acostumbrado a beber y de vuelta a casa no paraba de hablar, me hacía reír constantemente, el era muy hablador pero aquel día no paraba, llegamos a casa y el objetivo principal era darnos un relajante baño, después una buena ducha para después irnos a la cama. Como siempre en verano, nada más entrar en casa se despojaba de su ropa que dejaba tirada por donde pasaba, se quedaba en calzoncillos y a la piscina, ese día yo vestía un vestido de finos tirantes y generoso escote, el vuelo partía justo desde debajo de mi busto, mi hijo acababa de decir algo gracioso, y me dio un ataque de risa, se acercó a mí y comenzó a hacerme cosquillas en la cintura, yo no dejaba de reír, en un momento y casi sin darme cuenta bajó la cremallera de mi vestido, al quedar libre mi busto estalló, y mi escote quedó bajo el sujetador, continuábamos riendo, no le di las más mínima importancia, aun con su gran sonrisa en sus labios me dijo: -¿por qué no haces como yo?, te bañas en ropa interior y te ahorras de lavar bañadores -no es mala idea, pero no sé, me sentiría incomoda y si no lavo bañadores tendría que lavar bragas y sujetadores, me pondré un bañador, pero la verdad que es una buena opción, quizás otro día lo haga -¿te has bañado desnuda alguna vez? -claro que sí, casi todos los viernes lo hago con tu padre – nunca os he visto hacerlo -lo hacemos después de cenar cuando tú te vas a la ciudad, los viernes y sábados, bueno, casi siempre Caminando en dirección a la piscina, no me dejaba, tenía ganas de jugar conmigo, me llevaba de la cintura y me hacía reír haciendo alusión a mi aspecto sujetando mi desabrochado vestido para que no se me cayese, siempre, al pasar por mi dormitorio yo entraba y él continuaba para el jardín, recuerdo ese día como sin soltarme entró conmigo, -te ayudo a desnudarte mami -¡¡déjame ya hombre!! vete para la piscina haber si te refrescas que estas hoy muy gracioso -¿sois felices verdad? mi padre y tú, se lleváis bien, no tenéis problemas económicos, se le ve que está enamoradísimo de ti, tiene suerte papá de tenerte, eres una gran esposa y un pedazo de mujer, que guapa eres mamá De la risa pasé a las lágrimas y me hizo llorar con sus palabras, me había soltado le di la espalda pero me escuchó, se me acercó de nuevo y volvió a abrazándome, pasó sus brazos bajo mis axilas y sus manos alcanzaban mi cabeza, que comenzó a acariciar tiernamente mientras oprimía mi pecho contra el suyo, yo mantenía mis brazo caídos -eh eh como vas a pasar de las risas al llanto, ¿por qué lloras mamá? -necesito que esté más tiempo conmigo, le echo mucho de menos -me tienes a mí para todo lo que te haga falta, hablemos más si te apetece, no me quedaré en la ciudad ningún día que papá no esté aquí, dormiré en el sofás para estar cerca de ti, lo que quieras mamá, haría por ti cualquier cosa En vez de aplacar mi llanto, sus nuevas palabras hicieron que mi rostro se llenase de lágrimas, mis brazos ya no caían a lo largo de mi cuerpo y pasaron a rodear su cintura, me fundí con él en un gran abrazo, mi busto estaba prácticamente fuera del sujetador, y se apretaban contra su desnudo pecho, sus manos bajaron hasta mi cintura poco a poco fue entrelazándolas, las había metido dentro de mi vestido, agradecí el calor de sus manos abrazándome -gracia hijo, me haces mucho bien, yo también te quiero, y también haría cualquier cosa por ti Su reacción fue inesperada para mí, me abrazó mucho mas fuerte hasta el puto de notar su erección entre mis piernas, una sensación nueva para mí, no pensaba que mis palabras les iban a provocar de esta manera, separó su cabeza de la mía y me besó el rostro, buscó mis lágrimas mojando sus labios con ellas, no retrocedí, no quise incomodarlo, si él se sentía bien con aquel contacto, le dejaría que disfrutase de él, me balanceó un poco, diciéndome te quiero, al mismo tiempo que restregaba su cuerpo con el mío -anda espérame en la piscina que enseguida me cambio, solo será un momento, -te espero, y nos vamos juntos, ¿te pondrás bañador o bikini hoy? De nuevo hablaba como si no hubiese pasado nada, sus palabras me tranquilizaban, todas las mañanas nos pasábamos largos ratos hablando de lo que nos pondríamos para ir a la tienda, casi siempre me vestía como él me decía, la verdad es que tenia habilidad para conjuntar prendas de vestir, cuando lo habíamos decidido tenía que echarlo de mi habitación para poder vestirme, recuerdo como aquel día no se movía, incluso se sentó en mi cama esperando que me pusiese el bañador -me tengo que desnudar, sal de aquí ya, o mejor lo dejamos para mañana, tampoco tengo hoy muchas ganas de nadar -no miraré, te lo prometo, cámbiate y hacemos unos largos, después una buena ducha y a la cama -prométemelo que no vas a mirar -te lo prometo mamá Saque un dos piezas de mi armario y lo puse sobre un pequeño asiento que tengo en un rincón de mi dormitorio, me puse de espaldas a él y con mis brazos cambiados metí mis manos por los tirantes de mi vestido el cual dejé caer sobre mi cintura evitando que cayese al suelo, sabía que miraba, de eso estaba segura, me desabroche el sujetador y lo deje caer, con mi torso totalmente desnudo metí mis manos bajo mi vestido y me saque las bragas dejándolas caer al suelo, tomé la parte de de abajo de mi dos piezas y la acomodé entre mis piernas, levanté mi vestido por un lado para anudar los lazos, después hice lo mismo con el otro extremo, cuando comprobé que estaba bien colocado deje caer mi vestido, aun tenía el torso desnudo, notaba su mirada en mi espalda, tomé la parte de arriba de mi bikini y lo puse encima de mis tetas apretando mis manos, me giré y efectivamente me estaba mirando, estaba sentado en las cama y tenía las manos puestas sobre su pelvis intentando esconder su tremenda erección -me anudas los lazos o te vas q quedar ahí toda la noche? -te los anudo mamá Le di la espalda y noté sus temblorosas manos anudándome el bikini al cuello, lo solté para darle los lazos que debería anudar a mi espalda pero él fue más rápido que yo echó sus manos hacia delante y busco los dos triangulitos de tela, me los acomodó para después sin dejar de temblar levemente anudarlos a mi espalda Qué hermosa eres mamá, y que hábil poniéndote el bikini -me prometiste que no mirarías, -que mas da mamá, no se te ha visto nada, vamos a bañarnos Siempre hacíamos unos largos él me adelantaba una y otra vez, pasaba por mi lado velozmente, ese día se puso a mi lado y nadamos juntos todo el rato, descansamos un minuto y nuevamente a nadar, siempre lo hacíamos así, mientras estuvimos parados me dijo: -¿lo hacéis aquí los fines de semana mamá? -¿qué quieres decirme hijo? -pues eso, que si hacéis el amor aquí en la piscina cuando me marcho a la ciudad -casi siempre lo hacemos hijo, ¿a qué viene esa pregunta? -nada mamá, es bastante romántico, aprovecháis bien el fin de semana, ¿verdad mamá? -pues hacemos lo que podemos, me estas poniendo roja con tus preguntas, anda vamos a nadar de nuevo que hoy se nos va ha hacer tarde y mañana hay que abrir la tienda -mamá lo siento, se me había olvidado por completo, me han invitado a pasar el fin de semana los padres de Laura en la playa, saldríamos mañana sobre las doce de la mañana y volveríamos el domingo después de comer, yo les he dicho que les contestaría esta noche pero se me ha olvidado por completo, ¿te podrás arreglar sola? Lo siento mamá, siento mucho no habértelo dicho antes -ya vale hombre, no digas más veces lo siento, me arreglaré, Había dado por terminado mi baño, mientras hablábamos ya había alcanzado el borde de la piscina, -deja que te ayude mamá Sin esperar mi aprobación puso sus manos en mi cintura y me elevó, como podía tener tanta fuerza, casi sin darme cuenta me encontraba sentada en el borde, se reía y podía sentir su aliento justo en medio de mis piernas, su mirada estaba clavada en mi pelvis, reaccionó y de un salto salió del agua, alargó sus manos para incorporarme, puso una de ellas en mi cintura y entrelazados alcanzamos la entrada de la casa. No nos habíamos llevado toallas, una reguera de agua iba quedando tras nosotros en el camino hasta el baño, continuaba lamentándose de no haberme dicho antes lo del viaje a la playa, hablaba y hablaba, ¡¡cuánto había cambiado mi hijo!!, de apenas hablar durante días hasta llegar a este extremo, desde que trabaja junto a mí soy inmensamente feliz, lo he recuperado me decía a mí misma una y otra vez. Alcanzamos la puerta del baño muy unidos y cogidos por la cintura, él se ducharía en la buhardilla, una bonita escalera de caracol le llevaba hasta sus dominios, allí tenía su baño y su dormitorio y en él todo lo que necesitaba, ropa, P.C, libros etc. -mamá no quiero cansarte pero te pido disculpas una vez más, ¿cómo he podido olvidarme de decirte algo tan importante? -ya vale hijo, ya vale, no pasa nada espero que tengas un bonito fin de semana -deja que te ayude con tus lazos mami, Recuerdo como quedé paralizada, simplemente hubiese entrado en el baño y cerrado la puerta tras de mí, pero no fue así, el mismo me rodeó y se puso tras de mí, desató primero el lazo que sujetaba el bikini a mi cuello, y echó los lazos hacia delante, después desató el de mi espalda, reaccioné cogiendo sus manos cuanto intentaba desatarme los de la parte de abajo de mi bikini, las leyes de la física actuaron contra mí, y aquel pequeño trozo de tela que había estado tapando mis tetas, cayó al suelo, los dos nos agachamos al mismo tiempo para recogerlo, nuestras cabezas se tropezaron y comenzamos a reír, no quise hacerme la estrecha ni ponerme las manos sobre mis tetas, como se suele hacer en estos momentos, nos incorporamos mirándonos a la cara y como ya he dicho riendo por el golpe en la cabeza, incorporados estábamos una frente al otro. -lo siento mamá, sólo pretendía ayudarte -lo sé hijo, no te preocupes. No es nada, ¿te ha dolido el cabezazo? -no mamá, ¿tu estas bien? -muy bien hijo, sabes una cosa, hasta esta primavera, no era feliz, me faltaba algo y ese algo era lo que ahora tengo, siento mucho que hayas dejado de estudiar, pero por otro lado me siento muy bien teniéndote junto a mi todo el día, quizás algún día quieras contarme el por qué de ese cambio, antes me sentía totalmente sola durante la semana, hasta que tu padre regresaba, ahora aunque le echo mucho de menos, se me hace más llevadero, te quiero mucho hijo, No pude evitar colgarme de sus cuello y abrazarle, había olvidado que estaba casi desnuda, le atraje hacía mi y unimos nuestros cuerpos, era la primera vez que mis tetas se aplastaban en el torso de otro hombre que no fuese mi marido, mutuamente nos masajeamos la espalda, cuando decidí poner fin a aquella locura, nos separamos pero sin prisa, dejé mis manos en sus hombros mientras las suyas habían quedado a la altura de mis axilas, parte de las palmas de sus manos palpaban el comienzo de mis tetas, nuestros ojos se encontraron y le pedí que se fuese no me soltó hasta que yo cogí sus manos y dándole un beso en la frente le di las buenas noche -perdóname hijo, ha sido un impulso, no sé ni lo que he echo -que bella eres mamá, que suerte tengo de tenerte, me encanta estar junto a ti, recordaré siempre este abrazo, de contacto madre-hijo -tú sí que eres guapo, me has devuelto la alegría, hasta mañana, también a mi me ha gustado, por un segundo he recordado cuando te tenía en brazos de pequeño, pero no debería haber ocurrido, perdón de nuevo, -¿subirás antes de irte a la tienda? o quizás prefieras que baje a darte mis consejos, de cómo debe vestirse una dama Se marchó riendo, habíamos dejado un gran charco de agua en el suelo, entre al baño para coger algo con que secar el suelo, al volver a la puerta le miré subiendo las escaleras hacia su buhardilla, su cabeza había sobrepasado el nivel del suelo del piso superior y no me pudo ver, iba con sus calzoncillos en la mano y su pene superaba la línea de lo horizontal, creo que debería estar preocupada, pero mientras solo fuesen apretones y que me viese con poca ropa de vez en cuando, creo que lo superaría, no le iba a dar más importancia, un abrazo como el que nos habíamos dado, aunque fuese su madre, casi que me enorgullecía que hubiese tenido aquella fantástica erección. Bajo la ducha me acordé de mi marido, había estado fuera toda la semana pero al día siguiente volvería seguro, nunca volvía más tarde del viernes, se me antojó auto complacerme, ¿por qué no? Seria relajante y dormiría bien, primero el chorro de la ducha y después mis dedos provocaron que tuviese un bonito orgasmo, el agua que en principio emanaba de la ducha para caer sobre mi cabeza y acariciar mi cuerpo , al llegar a la placa de ducha se había convertido en tres materias líquidas: agua, mis jugos interiores y una gran meada, era la primera vez que me pasaba, cuando cogí la toalla para secarme aún temblaban mis piernas, durante todo el tiempo que duró aquella bonita masturbación tuve en la mente a mi marido, pero que mi orgasmo hubiese sido tan intenso también podría haber sido por aquel inesperado contacto que había tenido con Carlos Efectivamente hizo efecto, dormí de un tirón, salté de la cama totalmente desnuda, había cerrado la puerta de mi dormitorio y me cubrí con la sabana hasta la cintura, no recuerdo nada más, después de pasar por el baño para poner en orden mi pelo y rociar mi rostro con agua fría, me planté ante mi armario y me acordé de Carlos, todas las mañanas me ayudaba a escoger lo que ponerme, aquel viernes del mes de Agosto, no había bajado de su habitación ya que no le recogerían hasta las doce de la mañana. Me puse un vestido muy elegante, el ultimo que mi marido me envió con el último pedido para la tienda, siempre lo ponía dentro de una caja que a la vez introducía en una más grande, en la caja siempre escribía: “prenda sin catalogar prohibida su venta” era muy entallado y se amoldaba a mi cuerpo pero lo que le daba soltura y viveza eran los volantes superpuestos, dos de ellos desde el escote hasta casi la cintura, un cinturón que se hacía visible, para terminar con otros tres volante que no llegaba a alcanzar mis rodillas, se sujetaba a mi cuerpo con dos tirantes del mismo color que el ancho cinturón, como el primer volante caía sobre mi pecho decidí no ponerme sujetador ya que la primera vez que me lo puse tuve que quitármelo quedaba muy atrapada dentro de él, no me hacía falta y además no se notaba que no lo llevaba puesto, me gustaba hacerlo de vez en cuando, sobre todo los viernes, a mi marido le encantaba, era verde agua, tenia los zapatos del mismo color, por abajo me puse un tanga negro, Mientras subía las escaleras hacia la buhardilla lo hacía riendo, haber que faltas le ponía mi hijo a mi atuendo de aquella mañana, estaba sentado a la mesa mirando su portátil en calzoncillos como siempre -¿por qué no duermes? Faltan horas para que te recojan -me he desvelado mamá, es la costumbre de levantarme a esta hora, ya he puesto mi ropa en un pequeña maleta Se levantó de la silla y me miró -creo que has acertado, no tengo nada que decirte, nunca había visto ese vestido, ¿Dónde lo tenias? -es la segunda vez que me lo pongo, lo tenía enfundado -estás preciosa mamá, te deseo un buen día, ¿por qué no te tomas mañana el día libre? Hay mucha gente de vacaciones y no perderás mucha venta, así le dedicas el día a mi padre, -creo que lo haré, mañana no abriré, hoy es nuestro aniversario, saldremos más de lo normal para celebrarlo -¡¡con todo lo que hablamos todo el día juntos y no me lo habías contado!! -bueno ya lo sabes, tenía pensado que el sábado abrieses la tienda tu solo, pero las cosas han venido mejor que mejor, tu a la playa y nosotros a pasar dos o tres días juntos, ¡¡ que falta nos hace.!! Estaba junto a mí, no dejaba de mirarme, parecía como si algo se escapase a su manía de querer influir en mi forma de vestir, nos disponíamos a abrazarnos para despedirnos cuando clavó su mirada en mi pecho, era imposible que lo notase, si así fuese me habría puesto un sujetador, -creo que te falta algo, ya lo sé, aniversario, la llegada de mi padre, quieres sorprenderle ¿verdad mami? -claro hijo, es normal que me haya vestido para él, hace poco que me regaló este vestido pero que yo sepa no me falta nada Sabía a lo que se refería, noté algo de calor en el rostro, metió uno de sus dedos en mi escote y tiró de él, se asomó al balcón de mi intimidad y recreó su vista, le dejé lo justo para que se sintiese feliz de que me había descubierto -dame un abrazo que me voy o llegaré tarde a la tienda -me parece muy apropiado, sabes una cosa me alegro de irme este fin de semana, y os deseo lo mejor, se lo merecéis, te queda de maravilla, estás estupenda, ¡¡qué madre tengo!! -adulador, tu lo que quieres es que te suba el sueldo, pero ya veremos tienes mucho que aprender, pero …Vas bien No se me ocurrió decirle otra cosa, había quedado un poco avergonzada por su descubrimiento de que no llevaba puesto sujetador, al fin el abrazo de despedida, frotó mi espalda y nuevamente me deseó lo mejor, poco a poco me deshice de él y me fui hasta la puerta de su habitación para salir, al volverme para decirle adió por última vez me dijo: -mami, ¿por abajo tampoco llevas nada? -tú no sabes tanto, pues adivínalo, ¿llevo o no llevo? Pero no quieras controlarlo todo, que ya sabes mucho de mí -si lo llevas, quítatelo, con ese vestido no se nota, le darás una agradable sorpresa a mi padre cuando vuelva -no te contesto a eso, te dejaré con la incógnita, me voy que estoy deseando que llegue tu padre para abrazarle. Mi marido me dio una gran sorpresa, se presentó en la tienda a media mañana, cuando le vi entrar por la puerta lo dejé todo y le abracé, no pude quedarme a solas con él hasta la hora del cierre, me enseño un papel en el que había puesto “cerrado hasta el lunes perdonen las molestias” el mismo lo colocó en la puerta de la boutique, quería que comiésemos en el centro pero yo rechacé la idea, estaba deseando de llegar a casa, no sé que me pasaba pero ese fin de semana estaba con muchas ganas de él, por supuesto no comimos, nos arrancamos las ropas nada más entrar en casa, esta fue la tónica de todo el fin de semana, prácticamente estuvimos desnudos desde la tarde del viernes hasta mediodía del domingo en que decidimos salir a tomar unas tapas y a comer en cualquier sitio de la ciudad. No recordaba haber pasado un fin de semana tan pleno de sexo como aquel, Recuerdo que volvimos a casa sobre las cinco de la tarde, con las mismas ideas que cuando salimos, seguir follando, la casa estaba sola, Carlos aún no había llegado, los dos lo pensamos al mismo tiempo, lo haríamos en la piscina, salimos al jardín en dirección a ella, mi marido ya se había desnudado totalmente yo estaba a punto de hacerlo cuando aparece desde detrás de la casa nuestro hijo, nos había oído llegar y nos estaba esperando escondido, manguera en mano apuntó hacia nosotros, nos quiso gastar esa broma, enseguida se abrazo a su padre, se dieron un largo abrazo y muchas palmadas en la espalda, después me abrazo a mí, estaba completamente mojada, mi vestido estaba empapado, mi ropa interior se adivinaba perfectamente, en tono de broma mi marido dijo que su hijo se había portado mal y que había que darle un escarmiento lanzándolo a la piscina Lo había inmovilizado o mejor dicho Carlos se dejó inmovilizar por su padre, le llevó hasta el borde de la piscina y me pidió ayuda para que lo lanzásemos al agua, amistosamente se dejó, su padre por la piernas y yo por los brazos le balanceamos y lo lanzamos al agua, yo perdí el equilibrio y caí tras de él, también mi marido completamente desnudo se tiró al agua. Mi veraniego vestido se me pegó al cuerpo, decidí salir para ir a la casa a ponerme un bañador, mi marido se acercó a mí y me dijo que donde iba, se lo dije y me contesto que era una tontería que me quitase el vestido sin más, el mismo me lo sacó, me dejó prácticamente desnuda, mi sujetador era de seda igual que el tanga, no le importó que quedase así ante su hijo. -¿estás seguro?, estoy prácticamente desnuda -estamos en familia, yo estoy totalmente desnudo Comenzaron a hacer gansadas en el agua y al final Carlos pudo con su padre al cual sumergía continuamente, mi marido por despecho y en un descuido de su hijo le bajó los calzoncillos dejándolo desnudo también, ambos me miraron con malas intenciones, vi como lentamente se acercaban a mí, cuando ya les tenia encima quise defenderme pero fue en vano, conseguí que toquetearan todo mi cuerpo, noté como sus pollas erectas me golpeaban las nalgas y mi culo, al final me lanzaron hacia arriba, para impactar después con el agua. Emergí muy maltrecha, mi ropa interior no era la adecuada para aquella situación, me quité el agua de la cara y pude ver como se reían de mí, también comprobé tras las transparentes aguas que los dos estaban muy empalmados, sus pollas estaban tiesas, pero ellos reían y reían, Carlos se sumergió y metió su cabeza entre mis piernas, ante la aprobación de su padre que intentaba derribarnos a los dos, me paseó por toda la piscina, sus manos sobre mis nalgas y mi mojado coño en su nuca, sentí un poco de vergüenza a la vez que un escalofrío seguido de una agradable sensación, si no era de placer, se parecía mucho. Le pedí a Carlos que me soltase, lo hizo con suavidad, puso sus manos en mi cintura y me levantó al mismo tiempo que sacaba su cabeza de entre mis muslos, lentamente me fue bajando por delante de él restregando toda su parte delantera con mi espalda, su padre estaba frente a nosotros, vio como nuestro hijo me abrazaba desde atrás y me decía: -perdona mamá, ya no te haremos nada más Había colocado su polla en la raja de mi culo, creo que mi cara cambió de color, mi marido ya estaba también junto a nosotros, y también se disculpó, uno por la cintura desde atrás y el otro por el cuello me estaban abrazando, la polla de mi marido pegada a mi pelvis, a día de hoy aun no encuentro la explicación ni el por qué de lo que pasó, abrí mis piernas, no sé si para uno o para otro, pero en menos de un segundo la polla de mi hijo me atravesaba, la había colocado entre ellas, un impulso inesperado me hizo cerrarlas es posible que en algún momento del abrazo ambas pollas se rosaran, eso nuca lo sabré, lo que si se es que tuve entre mis piernas la polla de mi hijo totalmente acoplada a mi vagina, tapada únicamente por un mojado tanga de encaje. Nos separamos pero seguimos metidos en el agua, los tres muy juntos, Carlos había dejado su mano en mi cintura y me apretaba contra él, mi marido parecía querer decir algo y lo dijo, nos comentó que se tenía que ir esa misma tarde noche, que lo sentía pero que había quedado en Madrid con unos clientes a primera hora del lunes, que era mejor que pasase la noche en la capital o de lo contrario tendría que madrugar muchísimo, me sentó mal, lo estaba pasando bien ese fin de semana y quería terminarlo de forma especial, ambos notaron tristeza en mi rostro y me consolaron, mas abrazos y restregones de sus pollas con mi cuerpo, la de mi marido ya había caído pero la de Carlos seguía golpeándome como si fuese una barra de hierro, se acabó el baño, Los tres nos dirigimos a la casa, Carlos subió a ducharse a su habitación, mi marido me dijo que me duchase mientras él reservaba alguna habitación para esa noche llamando por teléfono, yo había terminado de ducharme cuando él entró en el baño, apenas me miró, sabía que me había hecho daño, aunque el fin de semana había sido muy satisfactorio sexualmente hablando, a mi me iba a quedar mal sabor de boca por no poder darle un bonito punto y final o mejo dicho punto y seguido, ya que habría más fines de semana. Entró desnudo en la habitación mientras me secaba el pelo ante el gran espejo de mi armario, me había enfundado una camiseta de estar en casa, cundo lo que tenía preparado para ese momento era mi camisón de novia, aun lo conservaba, comenzó a hacer la maleta, -¿no te importa que tu hijo me vea desnuda? Me has desnudado ante él no he estado muy cómoda, además de vosotros desnudos los dos -no pasa nada , es tu hijo, lo hemos pasado bien que es lo que importa, quería aprovechar el poco tiempo que he estado con él este fin de semana, respecto a tu desnudes te diré que mi madre y yo entrábamos al baño si nos hacía falta estando el otro dentro, nunca nos tapábamos, bueno, algo sí pero no teníamos mucho cuidado que digamos, de todas formas perdóname todos no pensamos igual respecto a esto -no pasa nada cariño, sólo quería saber si tu habías estado incomodo, sabes está muy cariñoso conmigo últimamente, en dos ocasiones me ha tenido que consolar, es que te he echado mucho de menos esta semana, aunque ha sido una semana como otras pero no sé por qué esta se me ha hecho muy larga Se me acercó y me abrazó, aun estaba desnudo y quiso quitarme la camiseta, no le dejé, se le hubiese hecho muy tarde, si mi camiseta hubiese caído al suelo mostrando mi desnudes, habríamos terminado en la cama, le conozco, se que adora mi cuerpo, le ayudé a terminar su maleta y salimos, Carlos estaba en el salón esperando, como hacía todo el verano, en calzoncillos, se puso de pié para despedir a su padre, en la puerta se abrazó a él, se separaron un poco y me invitaron al grupo, formamos una bonita piña para un bonito abrazo. -Carlos quiero que estés cerca de tu madre, ya sé que esta semana le has ayudado en momentos bajos, me lo ha dicho ella, quiero que sigas así, los cambios en mi trabajo están a punto de llegar, cambiaremos las zonas y vendré a casa más a menudo, mientras tanto, cuídamela, os quiero mucho, hasta pronto Entré en la cocina y mi hijo tras de mí, estaba todo recogido, abrí un cajón y lo primero que encontré fue la carta de comidas de una pizzería, se la puse a Carlos en la mano -si no te importa, llama y pide, no tengo ganas de hacer nada -haré lo que digas pero si quieres algo de casa lo prepararé yo mismo -no hijo, llama y pide Estaba a punto de escuchar de boca de mi hijo una noticia que a ninguna madre le gusta escuchar, después de pedir la comida me miró muy serio y me pidió que me fuese con él al salón, nos sentamos en el sofás, alargó su mano para tomar la mía y las dejamos caer sobre mi regazo, -mamá, me estoy acostando con una mujer mayor que yo, no quiero andarme con rodeos, ya lo sabes, -¡¡Carlos!! ¿Cómo de mayor? ¿Quién es? -pensaba contaros esto esta noche a los dos, pero papá se ha ido y no quiero dejarlo más tiempo, se llama Julia, tiene tu edad, es la esposa de un banquero que trabaja en un pueblo de por aquí cerca, -ah, ¿pero está casada además? -felizmente casada madre, su marido la quiere muchísimo, pero no puede darle lo que yo le doy, lo sabe, sabe que la visito en su casa, los días que me quedo en la ciudad, no lo hago con Laura, voy a su casa, su marido llega después de las cuatro de la tarde. Estoy enamorado de ella, para mí es un placer darle lo que ella necesita, son casi dos horas que estoy con ella inmensamente feliz, se parece mucho a ti, tiene tu misma talla, lleva el pelo como tú, y del mismo color, no sé si la conocerás, pienso que esto no estará muy bien, por eso te lo cuento, me siento mal, mi padre acaba de decirme que te ayude y que este a tu lado lo máximo de tiempo posible y ahora soy yo el que te pide ayuda, la quiero mucho mamá y además la necesito, me he acostumbrado y estoy “ deseando de meterme en su cama” Me hablaba casi al oído, quizás evitando mi mirada, había unido su otra mano, y era él quien tomaba la mía, los leves movimientos que hacíamos habían dado lugar a que mi camiseta, hubiese cogido una altura considerable, tres o cuatro centímetros faltaban para que mi pelvis comenzase a ser visible, el reverso de sus manos descansaban sobre mis desnudos muslos, de vez en cuando miraba hacia abajo, pero después continuaba hablándome con la mirada perdida y su boca casi en mi oreja -¿Cómo la conociste? -en la discoteca, estaba con mis amigos, Laura ya se había marchado y estábamos haciendo gansadas en la pista, una mirada a la puerta en el momento justo en que ella entraba, no me hubiese fijado en ella si no fuese por qué con el juego de luces en movimiento me pareció que eras tú, la miré durante un rato pero solamente por su parecido a ti, quizás ella interpretó otra cosa, con su marido se acercaron a la barra, ella le dejó solo y se dirigió a la pista para ponerse a bailar junto a nosotros, los disc-jockey tienen la costumbre de cambiar a lento cuando alguna chica nueva pisa la pista. Comenzó a sonar una bonita balada, inesperadamente se puso frente a mí, me dijo: -¿te apetece bailar conmigo? -bueno, no me importa, ¿le tengo que pedir permiso a tu marido como en las películas? -no, ya lo tienes concedido, dime…… -le dije que Carlos y ella me dijo que Julia -Carlos me estas mirando desde que entré por la puerta, ¿es por algo? -no, es que me pareció que eras alguien que conozco, simplemente eso, siento si te he incomodado -no hombre, solo por un mal entendido quizás podamos entablar amistad Vendrían de una fiesta ya que ella llevaba un bonito vestido negro en forma de sirena, totalmente entallado, su espalda totalmente al aire con unos tirantes cruzados que hubiesen servido para disimular los tirantes de un sujetador, pero no lo llevaba, el escote era generoso en forma de corazón, por un momento miré su bonito pecho, ella se dio cuenta de ello -¿te gustan? -mentiría si dijese que no, al menos lo que se puede ver está muy bien, el resto hay que imaginarlo – se acercó mucho mas a mí, estábamos totalmente pegados, perdona mi expresión mamá pero me puse muy erecto, ella no se echó hacia atrás ni un centímetro, es más, creo que intentaba que su pelvis se uniese con la mía, a mis palabras de “el resto hay que imaginarlo” contestó con risas, reía y reía, dio más velocidad a nuestros pasos de baile y cuando me di cuenta me tenía contra una pared en un rincón de la pista, vi como miró a un la do y otro y me dijo: -no tienes por qué imaginar el resto, míralas si quieres, -mamá me puse muy nervioso, pero me había calentado mucho y además me encantaba su cuerpo, es bella, muy bella, no pude resistirme, subí mis manos desde su cintura hasta su escote y tiré de él, miré hacia los lados y nadie miraba, las saqué de su vestido, las miré y volví a metérselas, nuevamente bajé mis manos pero ahora más abajo de su cintura, a los hombres nos gusta jugar con el cordoncito del tanga a través del vestido o adivinar qué tipo de bragas llevan las mujeres, no pude encontrar nada, mientras, ella había acomodado su pelvis de manera que mi paquete contactaba totalmente con él -Sé que quizás no tenía que haber pasado todo aquello y lo que le siguió. -¿que fue lo que siguió hijo? -me soltó, y casi como una orden, me dijo que le esperase en la puerta, desde allí vi como se acercaba a su marido que estaba hablando con otras personas, cogió su bolso y miró dentro de él, con paso ligero llegó hasta mí, me cogió de la mano y me llevó hasta su coche, mamá yo no podía creérmelo, me quedé sin palabras, me invitó a entras en la parte trasera para después entrar ella, los cristales tintados del vehículo en la parte de atrás de este, nos daban intimidad, unas ves dentro me dijo: -haber lo que tienes ahí bajo tus piernas -Ella ya se había bajado la parte de arriba del vestido y sus tetas estaban ante mis narices era difícil quitarse ese vestido tan entallado, y optó por subírselo hasta la cintura, bonitas piernas madre, vientre plano y una bonita y bien arreglada pelvis me gustó que hubiese pelo en ella, lo siento mamá, quizás te lo esté contando muy explícitamente. -no hijo está bien, mejor que ver una película, sigue que al final ya sacaremos conclusiones Cuando dijo lo de bonitas piernas, tenía su mirada clavada en las mías, incluso apartó sus manos y la mía la cual sostenía para verlas en su plenitud, mi camiseta estaba muy subida, también cuando dijo: vientre plano pasó su mano sobre el mío, lo hizo como una caricia, desde justo donde nacen mis tetas hasta la parte de arriba de mi pelvis, fueron sólo unos segundos, y por un momento dejé de respirar , no reaccioné pronto para coger su mano a la vez que no sabía hasta donde llegaría con ella, yo no llevaba nada bajo mi camiseta, -bueno mami, fue mi primera vez no tenía experiencia pero puse empeño en satisfacerla, estoy seguro que le gustó, perdona que no te cuente todo, al final me dio un bolígrafo que encontró por el coche y me hizo que apuntase mi número de teléfono en su pelvis. -¿dices que su marido lo sabe? -si lo sabe, un día me lo dijo y me pidió que intentara no cruzarme con él, que eso si le podría doler -¿te ha pedido algo alguna vez? -al contrario mamá, ha intentado regalarme cosas e incluso dinero, pero nuca lo he aceptado, te lo he contado todo para que me ayudes, aceptaré tus consejos, pero ten en cuenta que estoy muy enganchado a ella, cuento las horas que me faltan para verla Esto último me lo dijo mi hijo casi llorando, había soltado mi mano que la tuvo entre las suyas todo el tiempo y había metido un brazo entre mi espalda y el sofás, el otro brazo me lo pasó por delante justo bajo mis busto, unió sus manos y me apretaba, tenía su cabeza encima de mi hombro, los dos estábamos incómodos, ya que no estábamos de frente, además, mi camisetas ya no aguantaba más tiempo cubriendo mi pelvis, que se veía levemente. El timbre de la puerta sonó, era el repartidor de pizzas, nos levantamos al mismo tiempo, decidí salir yo a por ellas, él me esperó en la cocina colocando servilletas y unos vasos llenos de agua, nos sentamos uno frente al otro, apenas hablamos, ni comimos, el dialogo fue en torno a las comida que habíamos pedido y poco mas, su mirada pedía que le dijese algo respecto a lo que me había contado, yo estaba pensando y muy triste, sabía que tendría que poner todos mis esfuerzos para que no continuase acostándose con esa mujer , a la larga serían problemas para él, necesitaría tiempo para darle algunos consejos y respuestas, -hijo esto que me has contado es muy grave, aunque para ti sea muy agradable, eres un hombre y comprendo que quieras seguir teniendo sexo, además dices que estás enamorado de ella -lo estoy mamá, ojalá no se pareciese tanto a ti, quizás sería más fácil todo -¿Tanto se parece a mí? -espera te enseñaré una foto que tengo de ella en el móvil, se la tomé un día al salir del gimnasio, ella no sabe que la tengo, Fue a por su móvil y me mostró la foto, tenía razón, se me parecía bastante -sí que se parece hijo, incluso diría que más guapa que yo, debería ir también al gimnasio -no madre, tu eres mejor que ella, eso está claro, siempre te escogería a ti -creo que será mejor que hablemos mañana, estoy cansada, y aun no se me ha pasado el enfado de que tu padre se haya ido tan pronto esta semana, se me va a hacer muy larga hasta que vuelva -quiero quedarme contigo, nunca lo he hecho ni soy capaz de pedírtelo, tu cama es grande, no te molestaré, de todas formas, hablamos un poco mas y después me subo a mi habitación, quizás quieras preguntarme algo mas antes de quedarte dormida -te vas a tomar muy en serio lo que tu padre te ha dicho, que no me dejes mucho tiempo sola y eso de “cuídamela” le ha quedado muy bien, y a la primera vas y me das la noticia del siglo, si de verdad quieres cuidarme y estar cerca de mí y que seamos una familia feliz, tendrás que empezar a olvidar a esa mujer -mamá, si no te importa llámale por su nombre por favor, te lo he dicho, se llama Julia Nada mas decirme esta frase se dio cuenta de que me había hablado en un tono poco amable, se derrumbó y comenzó a llorar ya le había dado la espalda y me encaminaba hasta mi dormitorio pero tuve que volverme -no llores hombre, que soy yo la que necesita cariño, te dejaré que te vengas a mi cama, mientras voy al baño ponte un pantalón de pijama de tu padre, lo encontraras en su mesita, ah, y tráeme mi camisón que está bajo la almohada, me cambiaré en el baño, No tardó en aparecer, me estaba refrescando el rostro cuando lo hizo, se había puesto un pantalón corto de pijama de mi marido -eh, así estas mejor y más cómodo, deberías comprarte algunos y no andar todo el verano en calzoncillos como haces, -cierto mamá, estoy mucho mejor, más cómodo y más suelto, me compraré un par para probar Me dio el camisón, nada mas dármelo caí en el error -eh, este no es Carlos -mamá ese es el que había bajo la almohada -lo sé hijo, quiero decir que ese era para esta noche pero ya no lo es, bueno déjalo, vas a decir que estoy loca -sé lo que quieres decir mami, y no estás loca, ¿te traigo otro? Sabes que sé donde los tienes, -da igual, me pondré este mismo, cierra la puerta un poco que ya voy Era mi camisón de novia, lo tenía impecable y sólo me lo ponía en los días de mi aniversario, lo tenía preparado para mi marido antes de saber que se marcharía, era de tul y encaje que formaba triángulos en la espalda hasta donde comienza lo íntimo, en ambas piernas y en el pecho, no tenía muy claro que me lo dejase puesto, era demasiado atrevido, estaba ante el espejo del baño cuando llamó a la puerta, -¿qué te queda mami? Asomé mi cabeza para decirle que ya estaba, que me esperase en la habitación, no estaba muy segura de acostarme con ese camisón, al final pensé que me lo dejaría, volví a mojarme la cara y los brazos, era una de mis manías antes de acostarme. Le vi desde la puerta, estaba tumbado mirando hacia el techo y con la luz encendida, la apagué al entrar y le dije que encendiese la lamparita de encima de la mesita de noche, cuando lo hizo entré, me metí e en la cama bajo la sábana -no es justo mami, quizás sea la única oportunidad que tenga de verte puesto tu camisón de novia y ¿no me lo vas a mostrar? -es demasiado atrevido, además ¿cómo sabes que es el de novia? -pues fácil, cuando lo he cogido he visto que no es moderno, algo entiendo de esto y sé que tiene más de veinte años, además lo tenias preparado esta noche para papá, pero te ha volado -eres listo, pero no tanto, si fueses listo le prestaría más atención a Laura y tendrías lo que tanto necesitas ¿Cómo vas con ella? -quiere que me comprometa formalmente, hasta entonces, no creo que tenga ninguna oportunidad con ella -y ¿Qué esperas? Es guapa, seguro que más que Julia, y más joven por supuesto, es formal y sus padres te aprecian , he aquí mi primer consejo, sois jóvenes no es que vayáis a estar todo el día en la cama pero así es más bonito esos momentos de complicidad y de espera a que llegue el momento oportuno, están muy bien, comprométete con ella, papá se alegrará -gracias, creo que lo haré, pero habrá un tiempo en el que quizás tenga que estar con las dos, es difícil mamá, me he acostumbrado a ella -¿tan buena es en la cama? ¿Cuánto tiempo estáis juntos?, ¿lo hacéis más de una vez en la tarde? -cuantas preguntas mamá, pensé que no querrías saber tantos detalles, estamos menos de dos horas, casi siempre lo hacemos dos veces, y la verdad es que me da mucho placer, por su puesto también yo a ella, en caso contrario no se arriesgaría, mamá hace calor y te vas a poner a sudar tapada hasta el cuello, si quieres me voy, no quiero incomodarte, solo tenía ganas de hablar contigo, ya tengo tu primer consejo y lo haré, me comprometeré con Laura -apaga la luz y me quitaré la sábana, la verdad es que tengo calor -mamá, es un capricho, déjame que vea tu camisón de novia, lo veo y apago la luz -¿ella también se acuesta en camisón? -mami, me encanta que tengas ganas de hablar, estoy dispuesto a que me ayudes, si te he contado todo esto es por qué considero que tengo un problema, has expuesto una primera solución y la he aceptado, si para ti es mejor aconsejarme, conociendo todos los detalles, no tendré ningún problema en contártelos. Ella me espera vestida siempre con una prenda de una sola pieza, abrazados vamos hasta el cuarto de baño, me desnuda y hace que me duche, incluso me da jabón, me lleva hasta la cama y cuando estoy tendido en ella, se quita su vestido o camiseta, queda totalmente desnuda……. -vale hijo, ya vale, no es necesario que me des tantos detalles, seguro que saldremos bien de esta, paso a paso, comprendo tus deseos de seguir viéndola, quizás nos viniese bien olvidarnos de Julia por unos días, será mejor que descansemos, mañana será otro día, duérmete, tengo que ir al baño, ahora vuelvo, espero que estés dormido cuando vuelva, mañana te quiero a tope, hemos tenido cerrada la tienda desde el viernes a mediodía Salté de la cama y fui al baño, no soportaba el sudor, volvería a echarme agua sobre mis brazos y rostros, apagaría la luz y dormiría sin taparme, hacía mucho calor, la lamparita seguía encendida, no dejó de mirarme, debería haberme puesto otro camisón, por otro lado pensaba, que más da, el jueves vio mis tetas, hoy su padre me desnudó en la piscina, que mire si quiere, unos pensamientos no muy apropiados se me vinieron a la cabeza, que compare pensé, no dice que nos parecemos mucho, pues que elija entre las dos, tan parecidas no seremos. Volví y no estaba dormido, había encendido la luz, fui hasta la cama y me tendí junto a él -gracias mami, no ha sido tan difícil sólo quería verte con tu camisón de novia, sabes mami, creo que has hecho bien con cerrar el viernes por la tarde y el sábado, la fecha se lo merecía, cuando volví el domingo y no os vi sentí mucha ganas de estar con vosotros, pensé llamaros pero al mismo tiempo me decía a mí mismo, son días especiales para ellos, que disfruten, se que lo habéis pasado bien, por lo que he podido ver no habéis salido de casa desde el viernes hasta el domingo a media mañana, siento mucho que se haya ido y no hayas podido poner en práctica el fin de fiesta que querías tener, pero como tú dices, es bonito esperar y encontrar el momento adecuado, seguro que ese momento será antes del viernes, estoy seguro que papá volverá esta semana antes. -¿cómo sabes tantas cosa? Sentí un poco de vergüenza cuando se incorporó y me miró, sólo un transparente encaje cubrían mis tetas, mis muslos también estaban a su vista, estaba prácticamente desnuda ante su mirada -uno está pendiente de las cosas que le interesa, y tú me interesas, también mi padre claro, me interesa vuestra felicidad que al fin y al cabo es la mía, sólo con dar una vuelta por la casa cuando llegué me sirvió para adivinar que entre estas cuatro paredes habían habido momentos mágicos, ¿o me equivoco? -no te equivocas hijo, sin fin de fiesta pero ha sido un fin de semana fantástico, ya se me ha pasado el enfado o mejor dicho el calentón, cuando le pille las pagará todas juntas -estoy orgulloso de vosotros, os quiero mucho, estas guapísima mamá, no pierdas la tradición y ponte este camisón todos los años, es una bonita costumbre, además lo conservas muy bien, está perfecto -apaga hijo que me da vergüenza, o me tapo de nuevo -deja que te abrace, siempre podré decir que en mis brazos he tenido a la mujer más guapa y hermosa del mundo, te quiero, te quiero y te quiero No me dio otra opción, se echó sobre mí y me abrazó, quiso que me incorporase y lo hice, de la forma que lo consiguió nunca lo sabré, pero me había colocado sentada sobre sus piernas, me atrajo mas y mas y mas, hasta que mi pelvis a través de el camisón, tropezó con su bulto, casi me hacía daño, no paraba de decirme te quiero, para no caerme hacia atrás me cogí a su cuello, el aprovechó para bajar sus manos hasta mi cintura, poco a poco las fue bajando hasta que encontró el finas de mi camisón, las metió bajo él y enlazó mi cintura, ahora mi pelvis estaba sobre su polla que estaba dentro del finísimo pantalón de pijama de su padre. Comencé a sentir algo, lo que era no lo sé, pero yo no quería que me soltase -mamá ¿me dejas que te baje el camisón?, quiero abrazarte cómo el otro día, sin nada de ropa entre nuestros cuerpos, es muy importante para mí, déjame que lo haga por favor -Carlos, si solo nos separa un fino encaje, que más te da, pero bueno si es lo que quieres haremos un esfuerzo, no me sueltes que me voy hacia atrás, me lo bajaré yo misma Con mis propias manos me bajé la parte de arriba del camisón y lo dejé caer sobre mi cintura, había quedado desnuda ante él, estaba orgullosa de mis tetas, las miré, el también lo hizo antes de pegarse a mí, es lo que me había pedido y se lo permitiría, yo cometí el error de abrazarlo casi desnuda en la puerta del baño y no sería justo que ahora qué él quería repetirlo se lo negara, se las clavé en su pecho, mi mejor arma de mujer, mis dos poderosas tetas, que a los cuarenta y cuatro años aún se mantenían firmes, se aplastaron contra su pecho, mientras me desnudaba, él había aprovechado para acomodar todo su paquete en mi desnudo y bien arregladito chocho -está bien así, es lo que querías, disfruta unos segundos y lo dejamos, ¿te parece bien? Me cuesta esto pero lo hago por ti, quiero que seas feliz, muy feliz hijo -gracias mamá, me siento muy bien No dejaba de hablar dándome las gracias, lo hacía en mi oreja la cual tocaba con sus labios, en dos ocasiones beso levemente mi cuello -mamá, ¿no te apetecería un contacto total madre hijo? sólo sería un momento y lo recordaríamos siempre – hijo, me pides demasiado, prométeme que solo será un segundo y lo dejamos, no quiero volver a repetir la palabra “lo dejamos” ¿vale? -te lo prometo mamá, solo un segundo, ¿me bajas tu misma el pantalón por favor? Si te suelto te vas a caer de espaldas sobre la cama, y entonces no va a ser total Hera mucho pedir, pero lo hice, con mis propias manos le bajé el pantalón del pijama, su erecto pene quedó libre, puso sus manos en mi culo y me levantó dejándome caer sobre él, volvió a poner sus manos en mi cintura, mi coño se había abierto por completo, su polla quedaba en el centro de él, comenzó a moverse frotándomela, mi clítoris patinaba sobre ella, no pude contenerme y comencé a gemir, estaba a punto de correrme -mami, sólo necesito que me lo pidas y nuestro contacto será total y absoluto -vale hijo, me la metes, me abrazas fuertemente y lo dejamos, ¿te parce bien? -claro mamá lo que tu digas, apúntala hacia tu bonito coño, Ya no había marcha atrás, yo misma puse su capullo a la entrada de mi cueva, era la primera vez que la tenía en mis manos, durísima, caliente, nunca jamás había tenido tantas ganas de ser penetrada, lo hizo lentamente -¿te hago daño mami? ¿Está bien así? ¿Saboreamos nuestro contacto un segundo más? -sólo un segundo más hijo, pero quiero tenderme, suéltame y déjame sobre la cama Mis tetas se habían puesto durísimas, vi como las contemplaba desde su altura, cerré los ojos, ya que con ellos abiertos y mirándole no podría decirle: – muévete un poco si te apetece hijo, sólo si te apetece, o mejor lo dejamos ya -¿quieres que te folle mamá? -no lo sé hijo, me gustará que te movieses un poco, sólo eso. Ni se puso nervioso, ni actuó con impaciencia, como si hubiese estado follando toda su vida, mi hijo de veinte años demostró ser todo un experto, estaba deseando que comenzara a moverse, al final llegó mi premio, desde su primera envestida, yo puse mi alma en aquel polvo, aun con mis ojo cerrados y mentalmente preparada, ordené a todos los músculos del interior de mi vagina que actuasen, aprisionaban su polla de forma que se adaptaban a ella en todo su recorrido por mi interior, cada vez que se movía me inundaba de placer, puso su mano sobre mi boca cuando comencé a jadear de forma brutal, me había arrancado el mejor orgasmo de mi vida, al sentir tanta humedad en su pollón quiso ver lo que pasaba y me la sacó, un hilo continuo de jugos salían de mi caliente coño recorrían mi culo y mojaban mis sábanas, por su expresión noté que nunca había visto algo igual, empapó su mano y la paso por mis tetas -mamá, te la voy a meter de nuevo y estaré dentro de ti un segundo mas, ¿te importa? -no hijo, no me importa, pero sólo un segundo por favor Ahora su polla se desplazaba dentro de mí con una suavidad inusitada, pero no menos dura, si no todo lo contrario, la deseaba tanto que mi culo se levantaba más de medio metro de la cama, tomé el mando de aquella situación, mi Carlos rebotaba sobre mi pelvis, sus testículos me golpeaban una y otra vez, vi como echaba su cabeza hacia atrás cerrando los ojos y apretando los dientes, sabía lo que iba a pasar, pero estaba follando con un caballero y me dijo: -mami, creo que vaciaré mi cuerpo sobre ti, ¿lo hago dentro de tu caliente cueva o fuera de ella? -por favor hijo, todo lo dentro que puedas, si puedes esperarme un segundo, yo también estoy a punto de vaciarme Repitiendo mil veces la palabra: te espero mami, nos corrimos, nunca mis sábanas se mojaron tanto como ese día, mi hijo se asustó cuando vio como mis piernas no paraban de temblar, quizás no tuviese tanta experiencia como parecía, cuando al fin estuvimos en disposición de hablar lo hicimos -perdóname mamá, ha sido más de un segundo, quiero abrazarte así todos los días -seré cuatro días para ti a la semana y tres para tu padre, tendrás que acostumbrarte a compartirme con él -sabes mamá, mañana me gustará cumplir dos deseos que persigo desde los quince años -¿qué deseos son esos hijo? -quiero que follemos en el probador de la boutique y en la piscina -no sé si podremos con tanto hijo, por qué yo también tengo un deseo -¿Cuál es el tuyo mamá? -quiero follar contigo en la buhardilla -a las nueve en el probador, a las quince en la buhardilla y a las veintidós en la piscina, puedes apuntarlo en tu agenda -no se me olvidará, no te preocupes, ¿ha sido como con Julia? -mamá, Julia no existe, Julia eres tú, todo lo que te he contado eran suposiciones, nadie en el mundo se puede parecer tanto a ti, la foto la he trucado -he sido tu primera mujer, ¿cierto? -así es mami, solo te compartiré con Laura, si no te importa, por cierto mañana te dejaré sola en tu elección de vestuario, haber que te pones -un vestido y los zapatos, el probador nos estará esperando Así pasó y así os lo he contado, para mí terminaron las largas esperas hasta el viernes, todas las noches son para mí como un aniversario, el día más especial, el viernes, ese día me follan los dos.
Tomamos una decisión y por un tiempo pensé que estaba equivocada, mi marido y yo decidimos no tener más hijos tras el duro parto y los momentos tan malos que pasé hasta que después de veintiún días en que volví a casa con mi hijo, Carlos, lo tuve con veintitrés años. Me llamo Lidia,
en la actualidad tengo cuarenta Y cuatro años, mido un metro setenta y un centímetros, tengo el pelo castaño y llevo melena por capricho de mi marido, mis medidas son proporcionadas, mi gran vicio, cambiarme de ropa, mi marido lo compartía conmigo, le gustaba lucirme, era fácil para mí ya que él es agente comercial de textil, cuando Carlos era adolescente tomamos la decisión de abrir una boutique para mujer. En un céntrico barrio de una ciudad turística del interior abrimos las puertas de nuestro pequeño negocio, los conocimientos que mi marido tenía en el sector, lo bien relacionada que yo estaba en aquel barrio, mi porte a la hora de lucir un modelo distinto casi cada día, y el afán que puse en aquel proyecto hizo que todo nos fuese bastante bien. Vivíamos en una casa chalet en las afueras de la ciudad, con un gran jardín y una bonita piscina aclimatada para invierno y verano, unos altos setos alrededor de la casa guardaban nuestra intimidad, yo tenía ayuda en casa y sólo me hacía cargo de la comida Mi marido estaba fuera toda la semana, yo inmersa en mi trabajo, esto hizo que nuestro hijo se encontrase en una edad difícil y un poco descuidado por parte de nosotros, esta etapa fue dura, aunque no tenia malos vicios pero en una edad tan difícil, fueron unos cinco años muy difíciles para mí. En la primavera en que Carlos cumplió veinte años, estábamos reunidos en torno a la mesa los tres y nos comunicó su irrevocable decisión de que dejaba los estudios, nuestros consejos no valieron de nada, y él mismo me pidió que le dejase ayudarme en la boutique. Quedé gratamente impresionada, en muy pocos días se desenvolvía muy bien tras el mostrador, conocía telas, sabia conjuntar prendas, acertaba en la elección de complementos, algunas clientas ya casi preferían que les atendiese él, le llamaban para que acudiera a la puerta del probador para que él les diera su opinión, cuando esto ocurría lo comentábamos al quedarnos solos y reíamos, ya que algunas no cerraban ni la puerta, dejándole ver como se probaban. Casi cuatro meses después ocurrieron los hechos que quiero compartir con vosotros, mi mejor forma de relajarme cuando llegaba a casa al final de la jornada era haciendo unos largos en la piscina, lo hacía todos los días, los fines de semana con mi marido, si Carlos se quedaba en la ciudad, nadaba sola y cuando mi hijo y yo regresábamos a casa juntos, él me acompañaba A veces hay cosas o circunstancias que se dan de las cuales no te das cuenta, era jueves y no había dejado nada preparado para cenar, le dije a mi hijo que si no le importaba que nos tomásemos algo en la hamburguesería, a él le pareció buena idea, tardaron algo más de lo normal en atendernos, como consecuencia, él se tomó dos cervezas de graduación más alta de lo normal, no estaba acostumbrado a beber y de vuelta a casa no paraba de hablar, me hacía reír constantemente, el era muy hablador pero aquel día no paraba, llegamos a casa y el objetivo principal era darnos un relajante baño, después una buena ducha para después irnos a la cama. Como siempre en verano, nada más entrar en casa se despojaba de su ropa que dejaba tirada por donde pasaba, se quedaba en calzoncillos y a la piscina, ese día yo vestía un vestido de finos tirantes y generoso escote, el vuelo partía justo desde debajo de mi busto, mi hijo acababa de decir algo gracioso, y me dio un ataque de risa, se acercó a mí y comenzó a hacerme cosquillas en la cintura, yo no dejaba de reír, en un momento y casi sin darme cuenta bajó la cremallera de mi vestido, al quedar libre mi busto estalló, y mi escote quedó bajo el sujetador, continuábamos riendo, no le di las más mínima importancia, aun con su gran sonrisa en sus labios me dijo: -¿por qué no haces como yo?, te bañas en ropa interior y te ahorras de lavar bañadores -no es mala idea, pero no sé, me sentiría incomoda y si no lavo bañadores tendría que lavar bragas y sujetadores, me pondré un bañador, pero la verdad que es una buena opción, quizás otro día lo haga -¿te has bañado desnuda alguna vez? -claro que sí, casi todos los viernes lo hago con tu padre – nunca os he visto hacerlo -lo hacemos después de cenar cuando tú te vas a la ciudad, los viernes y sábados, bueno, casi siempre Caminando en dirección a la piscina, no me dejaba, tenía ganas de jugar conmigo, me llevaba de la cintura y me hacía reír haciendo alusión a mi aspecto sujetando mi desabrochado vestido para que no se me cayese, siempre, al pasar por mi dormitorio yo entraba y él continuaba para el jardín, recuerdo ese día como sin soltarme entró conmigo, -te ayudo a desnudarte mami -¡¡déjame ya hombre!! vete para la piscina haber si te refrescas que estas hoy muy gracioso -¿sois felices verdad? mi padre y tú, se lleváis bien, no tenéis problemas económicos, se le ve que está enamoradísimo de ti, tiene suerte papá de tenerte, eres una gran esposa y un pedazo de mujer, que guapa eres mamá De la risa pasé a las lágrimas y me hizo llorar con sus palabras, me había soltado le di la espalda pero me escuchó, se me acercó de nuevo y volvió a abrazándome, pasó sus brazos bajo mis axilas y sus manos alcanzaban mi cabeza, que comenzó a acariciar tiernamente mientras oprimía mi pecho contra el suyo, yo mantenía mis brazo caídos -eh eh como vas a pasar de las risas al llanto, ¿por qué lloras mamá? -necesito que esté más tiempo conmigo, le echo mucho de menos -me tienes a mí para todo lo que te haga falta, hablemos más si te apetece, no me quedaré en la ciudad ningún día que papá no esté aquí, dormiré en el sofás para estar cerca de ti, lo que quieras mamá, haría por ti cualquier cosa En vez de aplacar mi llanto, sus nuevas palabras hicieron que mi rostro se llenase de lágrimas, mis brazos ya no caían a lo largo de mi cuerpo y pasaron a rodear su cintura, me fundí con él en un gran abrazo, mi busto estaba prácticamente fuera del sujetador, y se apretaban contra su desnudo pecho, sus manos bajaron hasta mi cintura poco a poco fue entrelazándolas, las había metido dentro de mi vestido, agradecí el calor de sus manos abrazándome -gracia hijo, me haces mucho bien, yo también te quiero, y también haría cualquier cosa por ti Su reacción fue inesperada para mí, me abrazó mucho mas fuerte hasta el puto de notar su erección entre mis piernas, una sensación nueva para mí, no pensaba que mis palabras les iban a provocar de esta manera, separó su cabeza de la mía y me besó el rostro, buscó mis lágrimas mojando sus labios con ellas, no retrocedí, no quise incomodarlo, si él se sentía bien con aquel contacto, le dejaría que disfrutase de él, me balanceó un poco, diciéndome te quiero, al mismo tiempo que restregaba su cuerpo con el mío -anda espérame en la piscina que enseguida me cambio, solo será un momento, -te espero, y nos vamos juntos, ¿te pondrás bañador o bikini hoy? De nuevo hablaba como si no hubiese pasado nada, sus palabras me tranquilizaban, todas las mañanas nos pasábamos largos ratos hablando de lo que nos pondríamos para ir a la tienda, casi siempre me vestía como él me decía, la verdad es que tenia habilidad para conjuntar prendas de vestir, cuando lo habíamos decidido tenía que echarlo de mi habitación para poder vestirme, recuerdo como aquel día no se movía, incluso se sentó en mi cama esperando que me pusiese el bañador -me tengo que desnudar, sal de aquí ya, o mejor lo dejamos para mañana, tampoco tengo hoy muchas ganas de nadar -no miraré, te lo prometo, cámbiate y hacemos unos largos, después una buena ducha y a la cama -prométemelo que no vas a mirar -te lo prometo mamá Saque un dos piezas de mi armario y lo puse sobre un pequeño asiento que tengo en un rincón de mi dormitorio, me puse de espaldas a él y con mis brazos cambiados metí mis manos por los tirantes de mi vestido el cual dejé caer sobre mi cintura evitando que cayese al suelo, sabía que miraba, de eso estaba segura, me desabroche el sujetador y lo deje caer, con mi torso totalmente desnudo metí mis manos bajo mi vestido y me saque las bragas dejándolas caer al suelo, tomé la parte de de abajo de mi dos piezas y la acomodé entre mis piernas, levanté mi vestido por un lado para anudar los lazos, después hice lo mismo con el otro extremo, cuando comprobé que estaba bien colocado deje caer mi vestido, aun tenía el torso desnudo, notaba su mirada en mi espalda, tomé la parte de arriba de mi bikini y lo puse encima de mis tetas apretando mis manos, me giré y efectivamente me estaba mirando, estaba sentado en las cama y tenía las manos puestas sobre su pelvis intentando esconder su tremenda erección -me anudas los lazos o te vas q quedar ahí toda la noche? -te los anudo mamá Le di la espalda y noté sus temblorosas manos anudándome el bikini al cuello, lo solté para darle los lazos que debería anudar a mi espalda pero él fue más rápido que yo echó sus manos hacia delante y busco los dos triangulitos de tela, me los acomodó para después sin dejar de temblar levemente anudarlos a mi espalda Qué hermosa eres mamá, y que hábil poniéndote el bikini -me prometiste que no mirarías, -que mas da mamá, no se te ha visto nada, vamos a bañarnos Siempre hacíamos unos largos él me adelantaba una y otra vez, pasaba por mi lado velozmente, ese día se puso a mi lado y nadamos juntos todo el rato, descansamos un minuto y nuevamente a nadar, siempre lo hacíamos así, mientras estuvimos parados me dijo: -¿lo hacéis aquí los fines de semana mamá? -¿qué quieres decirme hijo? -pues eso, que si hacéis el amor aquí en la piscina cuando me marcho a la ciudad -casi siempre lo hacemos hijo, ¿a qué viene esa pregunta? -nada mamá, es bastante romántico, aprovecháis bien el fin de semana, ¿verdad mamá? -pues hacemos lo que podemos, me estas poniendo roja con tus preguntas, anda vamos a nadar de nuevo que hoy se nos va ha hacer tarde y mañana hay que abrir la tienda -mamá lo siento, se me había olvidado por completo, me han invitado a pasar el fin de semana los padres de Laura en la playa, saldríamos mañana sobre las doce de la mañana y volveríamos el domingo después de comer, yo les he dicho que les contestaría esta noche pero se me ha olvidado por completo, ¿te podrás arreglar sola? Lo siento mamá, siento mucho no habértelo dicho antes -ya vale hombre, no digas más veces lo siento, me arreglaré, Había dado por terminado mi baño, mientras hablábamos ya había alcanzado el borde de la piscina, -deja que te ayude mamá Sin esperar mi aprobación puso sus manos en mi cintura y me elevó, como podía tener tanta fuerza, casi sin darme cuenta me encontraba sentada en el borde, se reía y podía sentir su aliento justo en medio de mis piernas, su mirada estaba clavada en mi pelvis, reaccionó y de un salto salió del agua, alargó sus manos para incorporarme, puso una de ellas en mi cintura y entrelazados alcanzamos la entrada de la casa. No nos habíamos llevado toallas, una reguera de agua iba quedando tras nosotros en el camino hasta el baño, continuaba lamentándose de no haberme dicho antes lo del viaje a la playa, hablaba y hablaba, ¡¡cuánto había cambiado mi hijo!!, de apenas hablar durante días hasta llegar a este extremo, desde que trabaja junto a mí soy inmensamente feliz, lo he recuperado me decía a mí misma una y otra vez. Alcanzamos la puerta del baño muy unidos y cogidos por la cintura, él se ducharía en la buhardilla, una bonita escalera de caracol le llevaba hasta sus dominios, allí tenía su baño y su dormitorio y en él todo lo que necesitaba, ropa, P.C, libros etc. -mamá no quiero cansarte pero te pido disculpas una vez más, ¿cómo he podido olvidarme de decirte algo tan importante? -ya vale hijo, ya vale, no pasa nada espero que tengas un bonito fin de semana -deja que te ayude con tus lazos mami, Recuerdo como quedé paralizada, simplemente hubiese entrado en el baño y cerrado la puerta tras de mí, pero no fue así, el mismo me rodeó y se puso tras de mí, desató primero el lazo que sujetaba el bikini a mi cuello, y echó los lazos hacia delante, después desató el de mi espalda, reaccioné cogiendo sus manos cuanto intentaba desatarme los de la parte de abajo de mi bikini, las leyes de la física actuaron contra mí, y aquel pequeño trozo de tela que había estado tapando mis tetas, cayó al suelo, los dos nos agachamos al mismo tiempo para recogerlo, nuestras cabezas se tropezaron y comenzamos a reír, no quise hacerme la estrecha ni ponerme las manos sobre mis tetas, como se suele hacer en estos momentos, nos incorporamos mirándonos a la cara y como ya he dicho riendo por el golpe en la cabeza, incorporados estábamos una frente al otro. -lo siento mamá, sólo pretendía ayudarte -lo sé hijo, no te preocupes. No es nada, ¿te ha dolido el cabezazo? -no mamá, ¿tu estas bien? -muy bien hijo, sabes una cosa, hasta esta primavera, no era feliz, me faltaba algo y ese algo era lo que ahora tengo, siento mucho que hayas dejado de estudiar, pero por otro lado me siento muy bien teniéndote junto a mi todo el día, quizás algún día quieras contarme el por qué de ese cambio, antes me sentía totalmente sola durante la semana, hasta que tu padre regresaba, ahora aunque le echo mucho de menos, se me hace más llevadero, te quiero mucho hijo, No pude evitar colgarme de sus cuello y abrazarle, había olvidado que estaba casi desnuda, le atraje hacía mi y unimos nuestros cuerpos, era la primera vez que mis tetas se aplastaban en el torso de otro hombre que no fuese mi marido, mutuamente nos masajeamos la espalda, cuando decidí poner fin a aquella locura, nos separamos pero sin prisa, dejé mis manos en sus hombros mientras las suyas habían quedado a la altura de mis axilas, parte de las palmas de sus manos palpaban el comienzo de mis tetas, nuestros ojos se encontraron y le pedí que se fuese no me soltó hasta que yo cogí sus manos y dándole un beso en la frente le di las buenas noche -perdóname hijo, ha sido un impulso, no sé ni lo que he echo -que bella eres mamá, que suerte tengo de tenerte, me encanta estar junto a ti, recordaré siempre este abrazo, de contacto madre-hijo -tú sí que eres guapo, me has devuelto la alegría, hasta mañana, también a mi me ha gustado, por un segundo he recordado cuando te tenía en brazos de pequeño, pero no debería haber ocurrido, perdón de nuevo, -¿subirás antes de irte a la tienda? o quizás prefieras que baje a darte mis consejos, de cómo debe vestirse una dama Se marchó riendo, habíamos dejado un gran charco de agua en el suelo, entre al baño para coger algo con que secar el suelo, al volver a la puerta le miré subiendo las escaleras hacia su buhardilla, su cabeza había sobrepasado el nivel del suelo del piso superior y no me pudo ver, iba con sus calzoncillos en la mano y su pene superaba la línea de lo horizontal, creo que debería estar preocupada, pero mientras solo fuesen apretones y que me viese con poca ropa de vez en cuando, creo que lo superaría, no le iba a dar más importancia, un abrazo como el que nos habíamos dado, aunque fuese su madre, casi que me enorgullecía que hubiese tenido aquella fantástica erección. Bajo la ducha me acordé de mi marido, había estado fuera toda la semana pero al día siguiente volvería seguro, nunca volvía más tarde del viernes, se me antojó auto complacerme, ¿por qué no? Seria relajante y dormiría bien, primero el chorro de la ducha y después mis dedos provocaron que tuviese un bonito orgasmo, el agua que en principio emanaba de la ducha para caer sobre mi cabeza y acariciar mi cuerpo , al llegar a la placa de ducha se había convertido en tres materias líquidas: agua, mis jugos interiores y una gran meada, era la primera vez que me pasaba, cuando cogí la toalla para secarme aún temblaban mis piernas, durante todo el tiempo que duró aquella bonita masturbación tuve en la mente a mi marido, pero que mi orgasmo hubiese sido tan intenso también podría haber sido por aquel inesperado contacto que había tenido con Carlos Efectivamente hizo efecto, dormí de un tirón, salté de la cama totalmente desnuda, había cerrado la puerta de mi dormitorio y me cubrí con la sabana hasta la cintura, no recuerdo nada más, después de pasar por el baño para poner en orden mi pelo y rociar mi rostro con agua fría, me planté ante mi armario y me acordé de Carlos, todas las mañanas me ayudaba a escoger lo que ponerme, aquel viernes del mes de Agosto, no había bajado de su habitación ya que no le recogerían hasta las doce de la mañana. Me puse un vestido muy elegante, el ultimo que mi marido me envió con el último pedido para la tienda, siempre lo ponía dentro de una caja que a la vez introducía en una más grande, en la caja siempre escribía: “prenda sin catalogar prohibida su venta” era muy entallado y se amoldaba a mi cuerpo pero lo que le daba soltura y viveza eran los volantes superpuestos, dos de ellos desde el escote hasta casi la cintura, un cinturón que se hacía visible, para terminar con otros tres volante que no llegaba a alcanzar mis rodillas, se sujetaba a mi cuerpo con dos tirantes del mismo color que el ancho cinturón, como el primer volante caía sobre mi pecho decidí no ponerme sujetador ya que la primera vez que me lo puse tuve que quitármelo quedaba muy atrapada dentro de él, no me hacía falta y además no se notaba que no lo llevaba puesto, me gustaba hacerlo de vez en cuando, sobre todo los viernes, a mi marido le encantaba, era verde agua, tenia los zapatos del mismo color, por abajo me puse un tanga negro, Mientras subía las escaleras hacia la buhardilla lo hacía riendo, haber que faltas le ponía mi hijo a mi atuendo de aquella mañana, estaba sentado a la mesa mirando su portátil en calzoncillos como siempre -¿por qué no duermes? Faltan horas para que te recojan -me he desvelado mamá, es la costumbre de levantarme a esta hora, ya he puesto mi ropa en un pequeña maleta Se levantó de la silla y me miró -creo que has acertado, no tengo nada que decirte, nunca había visto ese vestido, ¿Dónde lo tenias? -es la segunda vez que me lo pongo, lo tenía enfundado -estás preciosa mamá, te deseo un buen día, ¿por qué no te tomas mañana el día libre? Hay mucha gente de vacaciones y no perderás mucha venta, así le dedicas el día a mi padre, -creo que lo haré, mañana no abriré, hoy es nuestro aniversario, saldremos más de lo normal para celebrarlo -¡¡con todo lo que hablamos todo el día juntos y no me lo habías contado!! -bueno ya lo sabes, tenía pensado que el sábado abrieses la tienda tu solo, pero las cosas han venido mejor que mejor, tu a la playa y nosotros a pasar dos o tres días juntos, ¡¡ que falta nos hace.!! Estaba junto a mí, no dejaba de mirarme, parecía como si algo se escapase a su manía de querer influir en mi forma de vestir, nos disponíamos a abrazarnos para despedirnos cuando clavó su mirada en mi pecho, era imposible que lo notase, si así fuese me habría puesto un sujetador, -creo que te falta algo, ya lo sé, aniversario, la llegada de mi padre, quieres sorprenderle ¿verdad mami? -claro hijo, es normal que me haya vestido para él, hace poco que me regaló este vestido pero que yo sepa no me falta nada Sabía a lo que se refería, noté algo de calor en el rostro, metió uno de sus dedos en mi escote y tiró de él, se asomó al balcón de mi intimidad y recreó su vista, le dejé lo justo para que se sintiese feliz de que me había descubierto -dame un abrazo que me voy o llegaré tarde a la tienda -me parece muy apropiado, sabes una cosa me alegro de irme este fin de semana, y os deseo lo mejor, se lo merecéis, te queda de maravilla, estás estupenda, ¡¡qué madre tengo!! -adulador, tu lo que quieres es que te suba el sueldo, pero ya veremos tienes mucho que aprender, pero …Vas bien No se me ocurrió decirle otra cosa, había quedado un poco avergonzada por su descubrimiento de que no llevaba puesto sujetador, al fin el abrazo de despedida, frotó mi espalda y nuevamente me deseó lo mejor, poco a poco me deshice de él y me fui hasta la puerta de su habitación para salir, al volverme para decirle adió por última vez me dijo: -mami, ¿por abajo tampoco llevas nada? -tú no sabes tanto, pues adivínalo, ¿llevo o no llevo? Pero no quieras controlarlo todo, que ya sabes mucho de mí -si lo llevas, quítatelo, con ese vestido no se nota, le darás una agradable sorpresa a mi padre cuando vuelva -no te contesto a eso, te dejaré con la incógnita, me voy que estoy deseando que llegue tu padre para abrazarle. Mi marido me dio una gran sorpresa, se presentó en la tienda a media mañana, cuando le vi entrar por la puerta lo dejé todo y le abracé, no pude quedarme a solas con él hasta la hora del cierre, me enseño un papel en el que había puesto “cerrado hasta el lunes perdonen las molestias” el mismo lo colocó en la puerta de la boutique, quería que comiésemos en el centro pero yo rechacé la idea, estaba deseando de llegar a casa, no sé que me pasaba pero ese fin de semana estaba con muchas ganas de él, por supuesto no comimos, nos arrancamos las ropas nada más entrar en casa, esta fue la tónica de todo el fin de semana, prácticamente estuvimos desnudos desde la tarde del viernes hasta mediodía del domingo en que decidimos salir a tomar unas tapas y a comer en cualquier sitio de la ciudad. No recordaba haber pasado un fin de semana tan pleno de sexo como aquel, Recuerdo que volvimos a casa sobre las cinco de la tarde, con las mismas ideas que cuando salimos, seguir follando, la casa estaba sola, Carlos aún no había llegado, los dos lo pensamos al mismo tiempo, lo haríamos en la piscina, salimos al jardín en dirección a ella, mi marido ya se había desnudado totalmente yo estaba a punto de hacerlo cuando aparece desde detrás de la casa nuestro hijo, nos había oído llegar y nos estaba esperando escondido, manguera en mano apuntó hacia nosotros, nos quiso gastar esa broma, enseguida se abrazo a su padre, se dieron un largo abrazo y muchas palmadas en la espalda, después me abrazo a mí, estaba completamente mojada, mi vestido estaba empapado, mi ropa interior se adivinaba perfectamente, en tono de broma mi marido dijo que su hijo se había portado mal y que había que darle un escarmiento lanzándolo a la piscina Lo había inmovilizado o mejor dicho Carlos se dejó inmovilizar por su padre, le llevó hasta el borde de la piscina y me pidió ayuda para que lo lanzásemos al agua, amistosamente se dejó, su padre por la piernas y yo por los brazos le balanceamos y lo lanzamos al agua, yo perdí el equilibrio y caí tras de él, también mi marido completamente desnudo se tiró al agua. Mi veraniego vestido se me pegó al cuerpo, decidí salir para ir a la casa a ponerme un bañador, mi marido se acercó a mí y me dijo que donde iba, se lo dije y me contesto que era una tontería que me quitase el vestido sin más, el mismo me lo sacó, me dejó prácticamente desnuda, mi sujetador era de seda igual que el tanga, no le importó que quedase así ante su hijo. -¿estás seguro?, estoy prácticamente desnuda -estamos en familia, yo estoy totalmente desnudo Comenzaron a hacer gansadas en el agua y al final Carlos pudo con su padre al cual sumergía continuamente, mi marido por despecho y en un descuido de su hijo le bajó los calzoncillos dejándolo desnudo también, ambos me miraron con malas intenciones, vi como lentamente se acercaban a mí, cuando ya les tenia encima quise defenderme pero fue en vano, conseguí que toquetearan todo mi cuerpo, noté como sus pollas erectas me golpeaban las nalgas y mi culo, al final me lanzaron hacia arriba, para impactar después con el agua. Emergí muy maltrecha, mi ropa interior no era la adecuada para aquella situación, me quité el agua de la cara y pude ver como se reían de mí, también comprobé tras las transparentes aguas que los dos estaban muy empalmados, sus pollas estaban tiesas, pero ellos reían y reían, Carlos se sumergió y metió su cabeza entre mis piernas, ante la aprobación de su padre que intentaba derribarnos a los dos, me paseó por toda la piscina, sus manos sobre mis nalgas y mi mojado coño en su nuca, sentí un poco de vergüenza a la vez que un escalofrío seguido de una agradable sensación, si no era de placer, se parecía mucho. Le pedí a Carlos que me soltase, lo hizo con suavidad, puso sus manos en mi cintura y me levantó al mismo tiempo que sacaba su cabeza de entre mis muslos, lentamente me fue bajando por delante de él restregando toda su parte delantera con mi espalda, su padre estaba frente a nosotros, vio como nuestro hijo me abrazaba desde atrás y me decía: -perdona mamá, ya no te haremos nada más Había colocado su polla en la raja de mi culo, creo que mi cara cambió de color, mi marido ya estaba también junto a nosotros, y también se disculpó, uno por la cintura desde atrás y el otro por el cuello me estaban abrazando, la polla de mi marido pegada a mi pelvis, a día de hoy aun no encuentro la explicación ni el por qué de lo que pasó, abrí mis piernas, no sé si para uno o para otro, pero en menos de un segundo la polla de mi hijo me atravesaba, la había colocado entre ellas, un impulso inesperado me hizo cerrarlas es posible que en algún momento del abrazo ambas pollas se rosaran, eso nuca lo sabré, lo que si se es que tuve entre mis piernas la polla de mi hijo totalmente acoplada a mi vagina, tapada únicamente por un mojado tanga de encaje. Nos separamos pero seguimos metidos en el agua, los tres muy juntos, Carlos había dejado su mano en mi cintura y me apretaba contra él, mi marido parecía querer decir algo y lo dijo, nos comentó que se tenía que ir esa misma tarde noche, que lo sentía pero que había quedado en Madrid con unos clientes a primera hora del lunes, que era mejor que pasase la noche en la capital o de lo contrario tendría que madrugar muchísimo, me sentó mal, lo estaba pasando bien ese fin de semana y quería terminarlo de forma especial, ambos notaron tristeza en mi rostro y me consolaron, mas abrazos y restregones de sus pollas con mi cuerpo, la de mi marido ya había caído pero la de Carlos seguía golpeándome como si fuese una barra de hierro, se acabó el baño, Los tres nos dirigimos a la casa, Carlos subió a ducharse a su habitación, mi marido me dijo que me duchase mientras él reservaba alguna habitación para esa noche llamando por teléfono, yo había terminado de ducharme cuando él entró en el baño, apenas me miró, sabía que me había hecho daño, aunque el fin de semana había sido muy satisfactorio sexualmente hablando, a mi me iba a quedar mal sabor de boca por no poder darle un bonito punto y final o mejo dicho punto y seguido, ya que habría más fines de semana. Entró desnudo en la habitación mientras me secaba el pelo ante el gran espejo de mi armario, me había enfundado una camiseta de estar en casa, cundo lo que tenía preparado para ese momento era mi camisón de novia, aun lo conservaba, comenzó a hacer la maleta, -¿no te importa que tu hijo me vea desnuda? Me has desnudado ante él no he estado muy cómoda, además de vosotros desnudos los dos -no pasa nada , es tu hijo, lo hemos pasado bien que es lo que importa, quería aprovechar el poco tiempo que he estado con él este fin de semana, respecto a tu desnudes te diré que mi madre y yo entrábamos al baño si nos hacía falta estando el otro dentro, nunca nos tapábamos, bueno, algo sí pero no teníamos mucho cuidado que digamos, de todas formas perdóname todos no pensamos igual respecto a esto -no pasa nada cariño, sólo quería saber si tu habías estado incomodo, sabes está muy cariñoso conmigo últimamente, en dos ocasiones me ha tenido que consolar, es que te he echado mucho de menos esta semana, aunque ha sido una semana como otras pero no sé por qué esta se me ha hecho muy larga Se me acercó y me abrazó, aun estaba desnudo y quiso quitarme la camiseta, no le dejé, se le hubiese hecho muy tarde, si mi camiseta hubiese caído al suelo mostrando mi desnudes, habríamos terminado en la cama, le conozco, se que adora mi cuerpo, le ayudé a terminar su maleta y salimos, Carlos estaba en el salón esperando, como hacía todo el verano, en calzoncillos, se puso de pié para despedir a su padre, en la puerta se abrazó a él, se separaron un poco y me invitaron al grupo, formamos una bonita piña para un bonito abrazo. -Carlos quiero que estés cerca de tu madre, ya sé que esta semana le has ayudado en momentos bajos, me lo ha dicho ella, quiero que sigas así, los cambios en mi trabajo están a punto de llegar, cambiaremos las zonas y vendré a casa más a menudo, mientras tanto, cuídamela, os quiero mucho, hasta pronto Entré en la cocina y mi hijo tras de mí, estaba todo recogido, abrí un cajón y lo primero que encontré fue la carta de comidas de una pizzería, se la puse a Carlos en la mano -si no te importa, llama y pide, no tengo ganas de hacer nada -haré lo que digas pero si quieres algo de casa lo prepararé yo mismo -no hijo, llama y pide Estaba a punto de escuchar de boca de mi hijo una noticia que a ninguna madre le gusta escuchar, después de pedir la comida me miró muy serio y me pidió que me fuese con él al salón, nos sentamos en el sofás, alargó su mano para tomar la mía y las dejamos caer sobre mi regazo, -mamá, me estoy acostando con una mujer mayor que yo, no quiero andarme con rodeos, ya lo sabes, -¡¡Carlos!! ¿Cómo de mayor? ¿Quién es? -pensaba contaros esto esta noche a los dos, pero papá se ha ido y no quiero dejarlo más tiempo, se llama Julia, tiene tu edad, es la esposa de un banquero que trabaja en un pueblo de por aquí cerca, -ah, ¿pero está casada además? -felizmente casada madre, su marido la quiere muchísimo, pero no puede darle lo que yo le doy, lo sabe, sabe que la visito en su casa, los días que me quedo en la ciudad, no lo hago con Laura, voy a su casa, su marido llega después de las cuatro de la tarde. Estoy enamorado de ella, para mí es un placer darle lo que ella necesita, son casi dos horas que estoy con ella inmensamente feliz, se parece mucho a ti, tiene tu misma talla, lleva el pelo como tú, y del mismo color, no sé si la conocerás, pienso que esto no estará muy bien, por eso te lo cuento, me siento mal, mi padre acaba de decirme que te ayude y que este a tu lado lo máximo de tiempo posible y ahora soy yo el que te pide ayuda, la quiero mucho mamá y además la necesito, me he acostumbrado y estoy “ deseando de meterme en su cama” Me hablaba casi al oído, quizás evitando mi mirada, había unido su otra mano, y era él quien tomaba la mía, los leves movimientos que hacíamos habían dado lugar a que mi camiseta, hubiese cogido una altura considerable, tres o cuatro centímetros faltaban para que mi pelvis comenzase a ser visible, el reverso de sus manos descansaban sobre mis desnudos muslos, de vez en cuando miraba hacia abajo, pero después continuaba hablándome con la mirada perdida y su boca casi en mi oreja -¿Cómo la conociste? -en la discoteca, estaba con mis amigos, Laura ya se había marchado y estábamos haciendo gansadas en la pista, una mirada a la puerta en el momento justo en que ella entraba, no me hubiese fijado en ella si no fuese por qué con el juego de luces en movimiento me pareció que eras tú, la miré durante un rato pero solamente por su parecido a ti, quizás ella interpretó otra cosa, con su marido se acercaron a la barra, ella le dejó solo y se dirigió a la pista para ponerse a bailar junto a nosotros, los disc-jockey tienen la costumbre de cambiar a lento cuando alguna chica nueva pisa la pista. Comenzó a sonar una bonita balada, inesperadamente se puso frente a mí, me dijo: -¿te apetece bailar conmigo? -bueno, no me importa, ¿le tengo que pedir permiso a tu marido como en las películas? -no, ya lo tienes concedido, dime…… -le dije que Carlos y ella me dijo que Julia -Carlos me estas mirando desde que entré por la puerta, ¿es por algo? -no, es que me pareció que eras alguien que conozco, simplemente eso, siento si te he incomodado -no hombre, solo por un mal entendido quizás podamos entablar amistad Vendrían de una fiesta ya que ella llevaba un bonito vestido negro en forma de sirena, totalmente entallado, su espalda totalmente al aire con unos tirantes cruzados que hubiesen servido para disimular los tirantes de un sujetador, pero no lo llevaba, el escote era generoso en forma de corazón, por un momento miré su bonito pecho, ella se dio cuenta de ello -¿te gustan? -mentiría si dijese que no, al menos lo que se puede ver está muy bien, el resto hay que imaginarlo – se acercó mucho mas a mí, estábamos totalmente pegados, perdona mi expresión mamá pero me puse muy erecto, ella no se echó hacia atrás ni un centímetro, es más, creo que intentaba que su pelvis se uniese con la mía, a mis palabras de “el resto hay que imaginarlo” contestó con risas, reía y reía, dio más velocidad a nuestros pasos de baile y cuando me di cuenta me tenía contra una pared en un rincón de la pista, vi como miró a un la do y otro y me dijo: -no tienes por qué imaginar el resto, míralas si quieres, -mamá me puse muy nervioso, pero me había calentado mucho y además me encantaba su cuerpo, es bella, muy bella, no pude resistirme, subí mis manos desde su cintura hasta su escote y tiré de él, miré hacia los lados y nadie miraba, las saqué de su vestido, las miré y volví a metérselas, nuevamente bajé mis manos pero ahora más abajo de su cintura, a los hombres nos gusta jugar con el cordoncito del tanga a través del vestido o adivinar qué tipo de bragas llevan las mujeres, no pude encontrar nada, mientras, ella había acomodado su pelvis de manera que mi paquete contactaba totalmente con él -Sé que quizás no tenía que haber pasado todo aquello y lo que le siguió. -¿que fue lo que siguió hijo? -me soltó, y casi como una orden, me dijo que le esperase en la puerta, desde allí vi como se acercaba a su marido que estaba hablando con otras personas, cogió su bolso y miró dentro de él, con paso ligero llegó hasta mí, me cogió de la mano y me llevó hasta su coche, mamá yo no podía creérmelo, me quedé sin palabras, me invitó a entras en la parte trasera para después entrar ella, los cristales tintados del vehículo en la parte de atrás de este, nos daban intimidad, unas ves dentro me dijo: -haber lo que tienes ahí bajo tus piernas -Ella ya se había bajado la parte de arriba del vestido y sus tetas estaban ante mis narices era difícil quitarse ese vestido tan entallado, y optó por subírselo hasta la cintura, bonitas piernas madre, vientre plano y una bonita y bien arreglada pelvis me gustó que hubiese pelo en ella, lo siento mamá, quizás te lo esté contando muy explícitamente. -no hijo está bien, mejor que ver una película, sigue que al final ya sacaremos conclusiones Cuando dijo lo de bonitas piernas, tenía su mirada clavada en las mías, incluso apartó sus manos y la mía la cual sostenía para verlas en su plenitud, mi camiseta estaba muy subida, también cuando dijo: vientre plano pasó su mano sobre el mío, lo hizo como una caricia, desde justo donde nacen mis tetas hasta la parte de arriba de mi pelvis, fueron sólo unos segundos, y por un momento dejé de respirar , no reaccioné pronto para coger su mano a la vez que no sabía hasta donde llegaría con ella, yo no llevaba nada bajo mi camiseta, -bueno mami, fue mi primera vez no tenía experiencia pero puse empeño en satisfacerla, estoy seguro que le gustó, perdona que no te cuente todo, al final me dio un bolígrafo que encontró por el coche y me hizo que apuntase mi número de teléfono en su pelvis. -¿dices que su marido lo sabe? -si lo sabe, un día me lo dijo y me pidió que intentara no cruzarme con él, que eso si le podría doler -¿te ha pedido algo alguna vez? -al contrario mamá, ha intentado regalarme cosas e incluso dinero, pero nuca lo he aceptado, te lo he contado todo para que me ayudes, aceptaré tus consejos, pero ten en cuenta que estoy muy enganchado a ella, cuento las horas que me faltan para verla Esto último me lo dijo mi hijo casi llorando, había soltado mi mano que la tuvo entre las suyas todo el tiempo y había metido un brazo entre mi espalda y el sofás, el otro brazo me lo pasó por delante justo bajo mis busto, unió sus manos y me apretaba, tenía su cabeza encima de mi hombro, los dos estábamos incómodos, ya que no estábamos de frente, además, mi camisetas ya no aguantaba más tiempo cubriendo mi pelvis, que se veía levemente. El timbre de la puerta sonó, era el repartidor de pizzas, nos levantamos al mismo tiempo, decidí salir yo a por ellas, él me esperó en la cocina colocando servilletas y unos vasos llenos de agua, nos sentamos uno frente al otro, apenas hablamos, ni comimos, el dialogo fue en torno a las comida que habíamos pedido y poco mas, su mirada pedía que le dijese algo respecto a lo que me había contado, yo estaba pensando y muy triste, sabía que tendría que poner todos mis esfuerzos para que no continuase acostándose con esa mujer , a la larga serían problemas para él, necesitaría tiempo para darle algunos consejos y respuestas, -hijo esto que me has contado es muy grave, aunque para ti sea muy agradable, eres un hombre y comprendo que quieras seguir teniendo sexo, además dices que estás enamorado de ella -lo estoy mamá, ojalá no se pareciese tanto a ti, quizás sería más fácil todo -¿Tanto se parece a mí? -espera te enseñaré una foto que tengo de ella en el móvil, se la tomé un día al salir del gimnasio, ella no sabe que la tengo, Fue a por su móvil y me mostró la foto, tenía razón, se me parecía bastante -sí que se parece hijo, incluso diría que más guapa que yo, debería ir también al gimnasio -no madre, tu eres mejor que ella, eso está claro, siempre te escogería a ti -creo que será mejor que hablemos mañana, estoy cansada, y aun no se me ha pasado el enfado de que tu padre se haya ido tan pronto esta semana, se me va a hacer muy larga hasta que vuelva -quiero quedarme contigo, nunca lo he hecho ni soy capaz de pedírtelo, tu cama es grande, no te molestaré, de todas formas, hablamos un poco mas y después me subo a mi habitación, quizás quieras preguntarme algo mas antes de quedarte dormida -te vas a tomar muy en serio lo que tu padre te ha dicho, que no me dejes mucho tiempo sola y eso de “cuídamela” le ha quedado muy bien, y a la primera vas y me das la noticia del siglo, si de verdad quieres cuidarme y estar cerca de mí y que seamos una familia feliz, tendrás que empezar a olvidar a esa mujer -mamá, si no te importa llámale por su nombre por favor, te lo he dicho, se llama Julia Nada mas decirme esta frase se dio cuenta de que me había hablado en un tono poco amable, se derrumbó y comenzó a llorar ya le había dado la espalda y me encaminaba hasta mi dormitorio pero tuve que volverme -no llores hombre, que soy yo la que necesita cariño, te dejaré que te vengas a mi cama, mientras voy al baño ponte un pantalón de pijama de tu padre, lo encontraras en su mesita, ah, y tráeme mi camisón que está bajo la almohada, me cambiaré en el baño, No tardó en aparecer, me estaba refrescando el rostro cuando lo hizo, se había puesto un pantalón corto de pijama de mi marido -eh, así estas mejor y más cómodo, deberías comprarte algunos y no andar todo el verano en calzoncillos como haces, -cierto mamá, estoy mucho mejor, más cómodo y más suelto, me compraré un par para probar Me dio el camisón, nada mas dármelo caí en el error -eh, este no es Carlos -mamá ese es el que había bajo la almohada -lo sé hijo, quiero decir que ese era para esta noche pero ya no lo es, bueno déjalo, vas a decir que estoy loca -sé lo que quieres decir mami, y no estás loca, ¿te traigo otro? Sabes que sé donde los tienes, -da igual, me pondré este mismo, cierra la puerta un poco que ya voy Era mi camisón de novia, lo tenía impecable y sólo me lo ponía en los días de mi aniversario, lo tenía preparado para mi marido antes de saber que se marcharía, era de tul y encaje que formaba triángulos en la espalda hasta donde comienza lo íntimo, en ambas piernas y en el pecho, no tenía muy claro que me lo dejase puesto, era demasiado atrevido, estaba ante el espejo del baño cuando llamó a la puerta, -¿qué te queda mami? Asomé mi cabeza para decirle que ya estaba, que me esperase en la habitación, no estaba muy segura de acostarme con ese camisón, al final pensé que me lo dejaría, volví a mojarme la cara y los brazos, era una de mis manías antes de acostarme. Le vi desde la puerta, estaba tumbado mirando hacia el techo y con la luz encendida, la apagué al entrar y le dije que encendiese la lamparita de encima de la mesita de noche, cuando lo hizo entré, me metí e en la cama bajo la sábana -no es justo mami, quizás sea la única oportunidad que tenga de verte puesto tu camisón de novia y ¿no me lo vas a mostrar? -es demasiado atrevido, además ¿cómo sabes que es el de novia? -pues fácil, cuando lo he cogido he visto que no es moderno, algo entiendo de esto y sé que tiene más de veinte años, además lo tenias preparado esta noche para papá, pero te ha volado -eres listo, pero no tanto, si fueses listo le prestaría más atención a Laura y tendrías lo que tanto necesitas ¿Cómo vas con ella? -quiere que me comprometa formalmente, hasta entonces, no creo que tenga ninguna oportunidad con ella -y ¿Qué esperas? Es guapa, seguro que más que Julia, y más joven por supuesto, es formal y sus padres te aprecian , he aquí mi primer consejo, sois jóvenes no es que vayáis a estar todo el día en la cama pero así es más bonito esos momentos de complicidad y de espera a que llegue el momento oportuno, están muy bien, comprométete con ella, papá se alegrará -gracias, creo que lo haré, pero habrá un tiempo en el que quizás tenga que estar con las dos, es difícil mamá, me he acostumbrado a ella -¿tan buena es en la cama? ¿Cuánto tiempo estáis juntos?, ¿lo hacéis más de una vez en la tarde? -cuantas preguntas mamá, pensé que no querrías saber tantos detalles, estamos menos de dos horas, casi siempre lo hacemos dos veces, y la verdad es que me da mucho placer, por su puesto también yo a ella, en caso contrario no se arriesgaría, mamá hace calor y te vas a poner a sudar tapada hasta el cuello, si quieres me voy, no quiero incomodarte, solo tenía ganas de hablar contigo, ya tengo tu primer consejo y lo haré, me comprometeré con Laura -apaga la luz y me quitaré la sábana, la verdad es que tengo calor -mamá, es un capricho, déjame que vea tu camisón de novia, lo veo y apago la luz -¿ella también se acuesta en camisón? -mami, me encanta que tengas ganas de hablar, estoy dispuesto a que me ayudes, si te he contado todo esto es por qué considero que tengo un problema, has expuesto una primera solución y la he aceptado, si para ti es mejor aconsejarme, conociendo todos los detalles, no tendré ningún problema en contártelos. Ella me espera vestida siempre con una prenda de una sola pieza, abrazados vamos hasta el cuarto de baño, me desnuda y hace que me duche, incluso me da jabón, me lleva hasta la cama y cuando estoy tendido en ella, se quita su vestido o camiseta, queda totalmente desnuda……. -vale hijo, ya vale, no es necesario que me des tantos detalles, seguro que saldremos bien de esta, paso a paso, comprendo tus deseos de seguir viéndola, quizás nos viniese bien olvidarnos de Julia por unos días, será mejor que descansemos, mañana será otro día, duérmete, tengo que ir al baño, ahora vuelvo, espero que estés dormido cuando vuelva, mañana te quiero a tope, hemos tenido cerrada la tienda desde el viernes a mediodía Salté de la cama y fui al baño, no soportaba el sudor, volvería a echarme agua sobre mis brazos y rostros, apagaría la luz y dormiría sin taparme, hacía mucho calor, la lamparita seguía encendida, no dejó de mirarme, debería haberme puesto otro camisón, por otro lado pensaba, que más da, el jueves vio mis tetas, hoy su padre me desnudó en la piscina, que mire si quiere, unos pensamientos no muy apropiados se me vinieron a la cabeza, que compare pensé, no dice que nos parecemos mucho, pues que elija entre las dos, tan parecidas no seremos. Volví y no estaba dormido, había encendido la luz, fui hasta la cama y me tendí junto a él -gracias mami, no ha sido tan difícil sólo quería verte con tu camisón de novia, sabes mami, creo que has hecho bien con cerrar el viernes por la tarde y el sábado, la fecha se lo merecía, cuando volví el domingo y no os vi sentí mucha ganas de estar con vosotros, pensé llamaros pero al mismo tiempo me decía a mí mismo, son días especiales para ellos, que disfruten, se que lo habéis pasado bien, por lo que he podido ver no habéis salido de casa desde el viernes hasta el domingo a media mañana, siento mucho que se haya ido y no hayas podido poner en práctica el fin de fiesta que querías tener, pero como tú dices, es bonito esperar y encontrar el momento adecuado, seguro que ese momento será antes del viernes, estoy seguro que papá volverá esta semana antes. -¿cómo sabes tantas cosa? Sentí un poco de vergüenza cuando se incorporó y me miró, sólo un transparente encaje cubrían mis tetas, mis muslos también estaban a su vista, estaba prácticamente desnuda ante su mirada -uno está pendiente de las cosas que le interesa, y tú me interesas, también mi padre claro, me interesa vuestra felicidad que al fin y al cabo es la mía, sólo con dar una vuelta por la casa cuando llegué me sirvió para adivinar que entre estas cuatro paredes habían habido momentos mágicos, ¿o me equivoco? -no te equivocas hijo, sin fin de fiesta pero ha sido un fin de semana fantástico, ya se me ha pasado el enfado o mejor dicho el calentón, cuando le pille las pagará todas juntas -estoy orgulloso de vosotros, os quiero mucho, estas guapísima mamá, no pierdas la tradición y ponte este camisón todos los años, es una bonita costumbre, además lo conservas muy bien, está perfecto -apaga hijo que me da vergüenza, o me tapo de nuevo -deja que te abrace, siempre podré decir que en mis brazos he tenido a la mujer más guapa y hermosa del mundo, te quiero, te quiero y te quiero No me dio otra opción, se echó sobre mí y me abrazó, quiso que me incorporase y lo hice, de la forma que lo consiguió nunca lo sabré, pero me había colocado sentada sobre sus piernas, me atrajo mas y mas y mas, hasta que mi pelvis a través de el camisón, tropezó con su bulto, casi me hacía daño, no paraba de decirme te quiero, para no caerme hacia atrás me cogí a su cuello, el aprovechó para bajar sus manos hasta mi cintura, poco a poco las fue bajando hasta que encontró el finas de mi camisón, las metió bajo él y enlazó mi cintura, ahora mi pelvis estaba sobre su polla que estaba dentro del finísimo pantalón de pijama de su padre. Comencé a sentir algo, lo que era no lo sé, pero yo no quería que me soltase -mamá ¿me dejas que te baje el camisón?, quiero abrazarte cómo el otro día, sin nada de ropa entre nuestros cuerpos, es muy importante para mí, déjame que lo haga por favor -Carlos, si solo nos separa un fino encaje, que más te da, pero bueno si es lo que quieres haremos un esfuerzo, no me sueltes que me voy hacia atrás, me lo bajaré yo misma Con mis propias manos me bajé la parte de arriba del camisón y lo dejé caer sobre mi cintura, había quedado desnuda ante él, estaba orgullosa de mis tetas, las miré, el también lo hizo antes de pegarse a mí, es lo que me había pedido y se lo permitiría, yo cometí el error de abrazarlo casi desnuda en la puerta del baño y no sería justo que ahora qué él quería repetirlo se lo negara, se las clavé en su pecho, mi mejor arma de mujer, mis dos poderosas tetas, que a los cuarenta y cuatro años aún se mantenían firmes, se aplastaron contra su pecho, mientras me desnudaba, él había aprovechado para acomodar todo su paquete en mi desnudo y bien arregladito chocho -está bien así, es lo que querías, disfruta unos segundos y lo dejamos, ¿te parece bien? Me cuesta esto pero lo hago por ti, quiero que seas feliz, muy feliz hijo -gracias mamá, me siento muy bien No dejaba de hablar dándome las gracias, lo hacía en mi oreja la cual tocaba con sus labios, en dos ocasiones beso levemente mi cuello -mamá, ¿no te apetecería un contacto total madre hijo? sólo sería un momento y lo recordaríamos siempre – hijo, me pides demasiado, prométeme que solo será un segundo y lo dejamos, no quiero volver a repetir la palabra “lo dejamos” ¿vale? -te lo prometo mamá, solo un segundo, ¿me bajas tu misma el pantalón por favor? Si te suelto te vas a caer de espaldas sobre la cama, y entonces no va a ser total Hera mucho pedir, pero lo hice, con mis propias manos le bajé el pantalón del pijama, su erecto pene quedó libre, puso sus manos en mi culo y me levantó dejándome caer sobre él, volvió a poner sus manos en mi cintura, mi coño se había abierto por completo, su polla quedaba en el centro de él, comenzó a moverse frotándomela, mi clítoris patinaba sobre ella, no pude contenerme y comencé a gemir, estaba a punto de correrme -mami, sólo necesito que me lo pidas y nuestro contacto será total y absoluto -vale hijo, me la metes, me abrazas fuertemente y lo dejamos, ¿te parce bien? -claro mamá lo que tu digas, apúntala hacia tu bonito coño, Ya no había marcha atrás, yo misma puse su capullo a la entrada de mi cueva, era la primera vez que la tenía en mis manos, durísima, caliente, nunca jamás había tenido tantas ganas de ser penetrada, lo hizo lentamente -¿te hago daño mami? ¿Está bien así? ¿Saboreamos nuestro contacto un segundo más? -sólo un segundo más hijo, pero quiero tenderme, suéltame y déjame sobre la cama Mis tetas se habían puesto durísimas, vi como las contemplaba desde su altura, cerré los ojos, ya que con ellos abiertos y mirándole no podría decirle: – muévete un poco si te apetece hijo, sólo si te apetece, o mejor lo dejamos ya -¿quieres que te folle mamá? -no lo sé hijo, me gustará que te movieses un poco, sólo eso. Ni se puso nervioso, ni actuó con impaciencia, como si hubiese estado follando toda su vida, mi hijo de veinte años demostró ser todo un experto, estaba deseando que comenzara a moverse, al final llegó mi premio, desde su primera envestida, yo puse mi alma en aquel polvo, aun con mis ojo cerrados y mentalmente preparada, ordené a todos los músculos del interior de mi vagina que actuasen, aprisionaban su polla de forma que se adaptaban a ella en todo su recorrido por mi interior, cada vez que se movía me inundaba de placer, puso su mano sobre mi boca cuando comencé a jadear de forma brutal, me había arrancado el mejor orgasmo de mi vida, al sentir tanta humedad en su pollón quiso ver lo que pasaba y me la sacó, un hilo continuo de jugos salían de mi caliente coño recorrían mi culo y mojaban mis sábanas, por su expresión noté que nunca había visto algo igual, empapó su mano y la paso por mis tetas -mamá, te la voy a meter de nuevo y estaré dentro de ti un segundo mas, ¿te importa? -no hijo, no me importa, pero sólo un segundo por favor Ahora su polla se desplazaba dentro de mí con una suavidad inusitada, pero no menos dura, si no todo lo contrario, la deseaba tanto que mi culo se levantaba más de medio metro de la cama, tomé el mando de aquella situación, mi Carlos rebotaba sobre mi pelvis, sus testículos me golpeaban una y otra vez, vi como echaba su cabeza hacia atrás cerrando los ojos y apretando los dientes, sabía lo que iba a pasar, pero estaba follando con un caballero y me dijo: -mami, creo que vaciaré mi cuerpo sobre ti, ¿lo hago dentro de tu caliente cueva o fuera de ella? -por favor hijo, todo lo dentro que puedas, si puedes esperarme un segundo, yo también estoy a punto de vaciarme Repitiendo mil veces la palabra: te espero mami, nos corrimos, nunca mis sábanas se mojaron tanto como ese día, mi hijo se asustó cuando vio como mis piernas no paraban de temblar, quizás no tuviese tanta experiencia como parecía, cuando al fin estuvimos en disposición de hablar lo hicimos -perdóname mamá, ha sido más de un segundo, quiero abrazarte así todos los días -seré cuatro días para ti a la semana y tres para tu padre, tendrás que acostumbrarte a compartirme con él -sabes mamá, mañana me gustará cumplir dos deseos que persigo desde los quince años -¿qué deseos son esos hijo? -quiero que follemos en el probador de la boutique y en la piscina -no sé si podremos con tanto hijo, por qué yo también tengo un deseo -¿Cuál es el tuyo mamá? -quiero follar contigo en la buhardilla -a las nueve en el probador, a las quince en la buhardilla y a las veintidós en la piscina, puedes apuntarlo en tu agenda -no se me olvidará, no te preocupes, ¿ha sido como con Julia? -mamá, Julia no existe, Julia eres tú, todo lo que te he contado eran suposiciones, nadie en el mundo se puede parecer tanto a ti, la foto la he trucado -he sido tu primera mujer, ¿cierto? -así es mami, solo te compartiré con Laura, si no te importa, por cierto mañana te dejaré sola en tu elección de vestuario, haber que te pones -un vestido y los zapatos, el probador nos estará esperando Así pasó y así os lo he contado, para mí terminaron las largas esperas hasta el viernes, todas las noches son para mí como un aniversario, el día más especial, el viernes, ese día me follan los dos.
2 comentarios - mi hijo al final me atrapo (relato de la web)