La impactante y conmovedora historia de Marcela comienza un dìa en que ella, urgida por sus ganas de mear, decidió cambiar el camino a escuela y terminó pasando a un sucio baño de estación de servicio. Buscó el baño de mujeres pero tal cosa estaba clausuradísima y el playero sólo le dijo:
— Salí de acá, pendeja, no tenemos baño de mujeres, está clausaurado.
Ella, confundida quiso tomar camino a la escuela, pero tomó valor y se dijo “chau, qué tanto pueda pasar, yo me hago pisss”, y pasó corriendo al baño de hombres.
Qué equivocada estaba Marce...
Marce era una hermosa e inocente adolescente, particularmente culona, si bien no tendía grandes tetas, las tenía maravillosas y de pezones rosaditos, y aquella tarde había pasado en su uniforme escolar a ese sucio baño.
Un camionero la vió entrar al baño y le hizo señas a otro para que vaya con él, y juntos entraron al baño detrás de Marce que ya estaba sentada en un inodoro, en un inodoro y en un piso mojado de meo, con olor deplorable, pero al fin ella meaba largo y muy calentito.
Marce salió del baño no sin antes tirar la cadena que nadie tiraba, pobre e inocente tontita. Allí la esperaban los 2 camioneros que la habían ido a recibir:
— ¿Qué hacés en el baño de hombres, flaca..?
— Es que.. tenía muchas ganas y no podía, este, perdón, no llegaba y…
— Yo conozco a tu papá y le contaré que entrás a sucios baños de tipos, Marce. — dijo un severo Sr. López con la verga endureciéndose debajo del pantalón.
— No le diga, señor.. — dijo una avergonzada y preocupada Marce — yo no quería, por favor no le digan a mi papi…
— Ok, Marce. No lo hagas de nuevo. — le dijo un comprensivo Sr. López y le abrió la puerta del baño, gentilmente.
— Gracias, señooor!!! Y Marcela se acercó a darle un beso a ese gentil muchacho.
Marce camino unos pasos después de la puerta y pero López la llamó y le dijo bajito y dulcemente:
— Si la semana que viene querés verga, vení a esta hora…
— O… ok, señor — dijo Marce caminando a paso ágil, impactada, primero algo temerosa y luego, curiosa y deseosa de esa verga a la que lo invitaba ese gentil hombre.
Luego de clases, Marce volvería urgida a casa a pajearse duro en el baño pensando en el Sr. López.
Deseosa, pensó y fantaséo toda la semana en cuánto deseaba ir a buscar la verga que ese bombón le ofrecía, en ese baño inmundo y en ella mamando verga arrodillada allí.
Marce pajeándose con un marcador en el orto.
Continuará...
— Salí de acá, pendeja, no tenemos baño de mujeres, está clausaurado.
Ella, confundida quiso tomar camino a la escuela, pero tomó valor y se dijo “chau, qué tanto pueda pasar, yo me hago pisss”, y pasó corriendo al baño de hombres.
Qué equivocada estaba Marce...
Marce era una hermosa e inocente adolescente, particularmente culona, si bien no tendía grandes tetas, las tenía maravillosas y de pezones rosaditos, y aquella tarde había pasado en su uniforme escolar a ese sucio baño.
Un camionero la vió entrar al baño y le hizo señas a otro para que vaya con él, y juntos entraron al baño detrás de Marce que ya estaba sentada en un inodoro, en un inodoro y en un piso mojado de meo, con olor deplorable, pero al fin ella meaba largo y muy calentito.
Marce salió del baño no sin antes tirar la cadena que nadie tiraba, pobre e inocente tontita. Allí la esperaban los 2 camioneros que la habían ido a recibir:
— ¿Qué hacés en el baño de hombres, flaca..?
— Es que.. tenía muchas ganas y no podía, este, perdón, no llegaba y…
— Yo conozco a tu papá y le contaré que entrás a sucios baños de tipos, Marce. — dijo un severo Sr. López con la verga endureciéndose debajo del pantalón.
— No le diga, señor.. — dijo una avergonzada y preocupada Marce — yo no quería, por favor no le digan a mi papi…
— Ok, Marce. No lo hagas de nuevo. — le dijo un comprensivo Sr. López y le abrió la puerta del baño, gentilmente.
— Gracias, señooor!!! Y Marcela se acercó a darle un beso a ese gentil muchacho.
Marce camino unos pasos después de la puerta y pero López la llamó y le dijo bajito y dulcemente:
— Si la semana que viene querés verga, vení a esta hora…
— O… ok, señor — dijo Marce caminando a paso ágil, impactada, primero algo temerosa y luego, curiosa y deseosa de esa verga a la que lo invitaba ese gentil hombre.
Luego de clases, Marce volvería urgida a casa a pajearse duro en el baño pensando en el Sr. López.
Deseosa, pensó y fantaséo toda la semana en cuánto deseaba ir a buscar la verga que ese bombón le ofrecía, en ese baño inmundo y en ella mamando verga arrodillada allí.
Marce pajeándose con un marcador en el orto.
Continuará...
3 comentarios - Los inocentes inicios de Marce, putita - I