HOLA CHICOS, COMO ESTAN?
LES COMENTO QUE TRATO DE RESPONDER TODOS LOS MENSAJES QUE ME LLEGAN PERO SON MUCHOS PERDON A QUIENES TODAVIA NO LES RESPONDI.
SON TODOS SUPER RESPETUOSOS Y ESO ME AGRADA PORQUE MAS ALLA DE QUE YO ESCRIBA ESTAS COSAS Y QUE ESTO SEA UNA PAGINA XXX EN EL FONDO TIENE QUE PRIVAR EL RESPETO.
BUENO, HOY LES TRAIGO OTRA LINDA EXPERIENCIA QUE TUVE CON MI EX, ESPERO QUE LES GUSTE MUCHO MUCHO Y QUE COMENTEN, DEJEN PUNTOS Y COMPARTAN.
A LEER!!!!!!
La primera vez que tuve sexo anal fue con mi novio. Hasta el momento es el único que me hizo eso. La verdad es que lo hice esperar bastante tiempo pata entregárselo, ya hacía un par de años que éramos pareja cuando me lo empezó a pedir con sutiles indirectas.
Por ejemplo cuando hacíamos el amor siempre me daba vuelta y me levantaba para cadera para que quedara en cuatro patas, y si bien la penetración era vaginal yo me daba cuanta que me tocaba el culo mucho más que antes, me lo halagaba y me decía que era hermoso, además me separaba las nalgas y jugaba con sus dedos en la entrada o retiraba su miembro todo húmedo y hacía lo mismo con él. Que jugara allí me daba placer, me excitaba y me gustaba. Yo por dentro sabía que él quería estar adentro pero no me lo pedía de manera directa.
Luego avanzó un poco más en el tema por decirlo de algún modo. Por ejemplo cuando me hacía sexo oral siempre jugaba con su lengua en la entrada de mi ano, era pequeños lengüetazos, como que pasaba por ahí un segundo y seguía con lo otro, tanteaba el terreno. A mí me gustaba pero me daba vergüenza decírselo, al menos a mí me da vergüenza pedirle a un hombre que “me chupe el culo”, pero trataba de hacérselo saber con el cuerpo, o algún jadeo más fuerte de lo normal. Entonces esos besos se fueron incrementando, ya no eran lengüetazos perdidos, sino que me dedicaba más tiempo, lamía y recorría la circunferencia, yo suspiraba y acariciaba su nuca, y hasta me atreví a susurrar un “si, que lindo”. El siguiente paso fue agregar a esas chupadas los dedos, jugaba con ellos en la entrada y poco a poco consiguió ir introduciéndose en mi cuerpo. Fue él quien me preguntó si me gustaba, y yo le dije que sí.
No era un tema que habláramos más allá de la cama como otros. En el desayuno por ejemplo yo era de decirle que “anoche estuviste muy bien”, él me decía que le gustaba mi forma de moverme cuando estoy arriba. Hablábamos de sexo libremente, pero no de este tema. Él me lo chupaba y lo masturbaba pero todo quedaba ahí.
Una noche ya habíamos hecho el amor y nos estábamos acariciando. Yo le hice sexo oral y él me devolvió la gentileza, y ahí empezó todo. Luego de una chupada larga y hermosa subió y besó mi cuello, se acercó a mi oído y me susurró “¿Cuándo me lo vas a entregar?”, con aires de desesperado, quería mi culo más que nada en el mundo, “cuando vos quieras mi amor”, le respondí también en un susurro.
No hizo falta que dijera nada más. Rompió el sachet de gel que viene con los preservativos y se bañó el miembro con eso, otro poco lo puso sobre la entrada de mi cola. Me dejó boca arriba, separó mis piernas, me levantó y colocó una almohada bajo mis caderas. Mi novio me iba a desvirgar de alguna forma.
Su cabeza entró fácil, yo ya estaba lubricada y como él había jugado con sus dedos ya estaba algo abierta. Yo me daba cuenta que él no quería lastimarme, hacía fuerza hacia adelante pero con cuidado, yo sentía incomodidad, supongo que mi rostro lo demostraba porque cuando me veía se retiraba hacia atrás. Entraba y salía así, solo la puntita, como para que mi cuerpo se acostumbre. Se inclinó sobre mí para preguntarme cómo iba, le dije que bien.
-¿Te animás? – me preguntó.
-Si, si, dale – le dije.
Y entonces arremetió contra mi cuerpo con furia, generándome un dolor que nunca antes en mi vida había experimentado. Me ardió toda la parte baja de mi cuerpo, sentí que mi frente transpiraba. Mis manos estaban apoyadas contra la cadera de mi novio, tratando de frenarlo en su embestida. Su miembro estaba completamente dentro de mi cuerpo, sus 18 cm se abrigaban en el interior de mi culo, yo podía sentir como su glande latía. Cuando entró por completo lo escuché jadear un “mi amor”, y se quedó allí, sin moverse, estacionado.
Movió su cadera hacia atrás y sentía que debió esforzarse para sacarla, todo estaba muy apretado, me dolió que la sacara casi en su totalidad, y ahí volvió a ingresar generándome otra vez el mismo dolor. Yo gritaba, no era un jadeo o gemido, mucho menos un suspiro, me estaba doliendo. Él acariciaba mi frente y me silenciaba con un tierno “shhh, shhh”, mis manos pasaron de sus caderas a sus glúteos, cuando entraba en mí se endurecían, se contraían, hacían fuerza para abrirse camino por mis carnes. Conocí una parte animal de mi novio que hasta el momento no conocía, cada vez que me la metía me hablaba, me decía frases como “que culo hermoso”, “ahora sí sos mía”, “que putita que sos”, esas frases me encendían, y las habría respondido de poder hablar, pero estaba muy concentrada en el sexo.
Con el correr de las embestidas mi cuerpo se acostumbró, el dolor se fue o también se acostumbró, y pude comenzar a disfrutar. Abrí los ojos por primera vez y vi su rostro, prendido fuego por la lujuria, mordiendo sus labios, tratando de ingresar cada vez más adentro de mi cuerpo.
-¿Te gusta? – me preguntó.
-Me encanta – respondí con los dientes apretados.
Sin darme cuenta los gritos mutaron a gemidos. Me atreví a decir algunas chanchadas que nunca había dicho. Cuando la sacaba toda como parte del juego yo le pedía que por favor no la saque. Llegó la hora de cambiar de posición. Me puso en cuatro patas y sin perder tiempo se metió en mí, esta vez pudo darme fuertes y sonoras nalgadas. Yo le pedí que lo hiciera más fuerte. Había perdido la cabeza, me sentía más caliente que nunca. Decía guarangadas que él respondía con más guarangadas. En esa posición su tronco se sentía todo, duro, gordo, hermoso. Sentía como su punta raspaba las paredes internas de mi cuerpo, buscando nuevos horizontes, abriéndome cada vez más y más. Me dijo, de forma poco romántica, que iba a eyacular adentro de mi cola. Yo le dije que sí, y sentí sus muslos pegarse a mi cuerpo, sus glúteos se tensaron y su jadeo fue enorme, distinto a los jadeos que hacía siempre al acabar, este era más intenso, más bestial. Yo gemí, aunque no había alcanzado el orgasmo, todo había sido sumamente placentero, pero no pude acabar, pero gemí dejándome llevar por la situación.
Retiró con cuidado su miembro y se recostó boca arriba a un lado. Yo caí derrotada boca abajo en el mismo lugar. Nos miramos. Le dije que lo amaba. Él acarició mi cabeza. Nos quedamos dormidos así, ni siquiera fuimos al baño, estábamos exhaustos. Era una nueva experiencia como pareja, y para mí desde lo individual. En rasgos generales me había gustado mucho hacerlo, más allá del dolor inicial saber que le doy placer a mi novio me generaba mucha excitación, soy su hembra y debo satisfacerlo. Fue la primera vez de las cientos de veces que le entregué mi cola.
Al día siguiente en el desayuno no se tocó el tema.
HASTA LA PROXIMA.
BESITOS.
LES COMENTO QUE TRATO DE RESPONDER TODOS LOS MENSAJES QUE ME LLEGAN PERO SON MUCHOS PERDON A QUIENES TODAVIA NO LES RESPONDI.
SON TODOS SUPER RESPETUOSOS Y ESO ME AGRADA PORQUE MAS ALLA DE QUE YO ESCRIBA ESTAS COSAS Y QUE ESTO SEA UNA PAGINA XXX EN EL FONDO TIENE QUE PRIVAR EL RESPETO.
BUENO, HOY LES TRAIGO OTRA LINDA EXPERIENCIA QUE TUVE CON MI EX, ESPERO QUE LES GUSTE MUCHO MUCHO Y QUE COMENTEN, DEJEN PUNTOS Y COMPARTAN.
A LEER!!!!!!
La primera vez que tuve sexo anal fue con mi novio. Hasta el momento es el único que me hizo eso. La verdad es que lo hice esperar bastante tiempo pata entregárselo, ya hacía un par de años que éramos pareja cuando me lo empezó a pedir con sutiles indirectas.
Por ejemplo cuando hacíamos el amor siempre me daba vuelta y me levantaba para cadera para que quedara en cuatro patas, y si bien la penetración era vaginal yo me daba cuanta que me tocaba el culo mucho más que antes, me lo halagaba y me decía que era hermoso, además me separaba las nalgas y jugaba con sus dedos en la entrada o retiraba su miembro todo húmedo y hacía lo mismo con él. Que jugara allí me daba placer, me excitaba y me gustaba. Yo por dentro sabía que él quería estar adentro pero no me lo pedía de manera directa.
Luego avanzó un poco más en el tema por decirlo de algún modo. Por ejemplo cuando me hacía sexo oral siempre jugaba con su lengua en la entrada de mi ano, era pequeños lengüetazos, como que pasaba por ahí un segundo y seguía con lo otro, tanteaba el terreno. A mí me gustaba pero me daba vergüenza decírselo, al menos a mí me da vergüenza pedirle a un hombre que “me chupe el culo”, pero trataba de hacérselo saber con el cuerpo, o algún jadeo más fuerte de lo normal. Entonces esos besos se fueron incrementando, ya no eran lengüetazos perdidos, sino que me dedicaba más tiempo, lamía y recorría la circunferencia, yo suspiraba y acariciaba su nuca, y hasta me atreví a susurrar un “si, que lindo”. El siguiente paso fue agregar a esas chupadas los dedos, jugaba con ellos en la entrada y poco a poco consiguió ir introduciéndose en mi cuerpo. Fue él quien me preguntó si me gustaba, y yo le dije que sí.
No era un tema que habláramos más allá de la cama como otros. En el desayuno por ejemplo yo era de decirle que “anoche estuviste muy bien”, él me decía que le gustaba mi forma de moverme cuando estoy arriba. Hablábamos de sexo libremente, pero no de este tema. Él me lo chupaba y lo masturbaba pero todo quedaba ahí.
Una noche ya habíamos hecho el amor y nos estábamos acariciando. Yo le hice sexo oral y él me devolvió la gentileza, y ahí empezó todo. Luego de una chupada larga y hermosa subió y besó mi cuello, se acercó a mi oído y me susurró “¿Cuándo me lo vas a entregar?”, con aires de desesperado, quería mi culo más que nada en el mundo, “cuando vos quieras mi amor”, le respondí también en un susurro.
No hizo falta que dijera nada más. Rompió el sachet de gel que viene con los preservativos y se bañó el miembro con eso, otro poco lo puso sobre la entrada de mi cola. Me dejó boca arriba, separó mis piernas, me levantó y colocó una almohada bajo mis caderas. Mi novio me iba a desvirgar de alguna forma.
Su cabeza entró fácil, yo ya estaba lubricada y como él había jugado con sus dedos ya estaba algo abierta. Yo me daba cuenta que él no quería lastimarme, hacía fuerza hacia adelante pero con cuidado, yo sentía incomodidad, supongo que mi rostro lo demostraba porque cuando me veía se retiraba hacia atrás. Entraba y salía así, solo la puntita, como para que mi cuerpo se acostumbre. Se inclinó sobre mí para preguntarme cómo iba, le dije que bien.
-¿Te animás? – me preguntó.
-Si, si, dale – le dije.
Y entonces arremetió contra mi cuerpo con furia, generándome un dolor que nunca antes en mi vida había experimentado. Me ardió toda la parte baja de mi cuerpo, sentí que mi frente transpiraba. Mis manos estaban apoyadas contra la cadera de mi novio, tratando de frenarlo en su embestida. Su miembro estaba completamente dentro de mi cuerpo, sus 18 cm se abrigaban en el interior de mi culo, yo podía sentir como su glande latía. Cuando entró por completo lo escuché jadear un “mi amor”, y se quedó allí, sin moverse, estacionado.
Movió su cadera hacia atrás y sentía que debió esforzarse para sacarla, todo estaba muy apretado, me dolió que la sacara casi en su totalidad, y ahí volvió a ingresar generándome otra vez el mismo dolor. Yo gritaba, no era un jadeo o gemido, mucho menos un suspiro, me estaba doliendo. Él acariciaba mi frente y me silenciaba con un tierno “shhh, shhh”, mis manos pasaron de sus caderas a sus glúteos, cuando entraba en mí se endurecían, se contraían, hacían fuerza para abrirse camino por mis carnes. Conocí una parte animal de mi novio que hasta el momento no conocía, cada vez que me la metía me hablaba, me decía frases como “que culo hermoso”, “ahora sí sos mía”, “que putita que sos”, esas frases me encendían, y las habría respondido de poder hablar, pero estaba muy concentrada en el sexo.
Con el correr de las embestidas mi cuerpo se acostumbró, el dolor se fue o también se acostumbró, y pude comenzar a disfrutar. Abrí los ojos por primera vez y vi su rostro, prendido fuego por la lujuria, mordiendo sus labios, tratando de ingresar cada vez más adentro de mi cuerpo.
-¿Te gusta? – me preguntó.
-Me encanta – respondí con los dientes apretados.
Sin darme cuenta los gritos mutaron a gemidos. Me atreví a decir algunas chanchadas que nunca había dicho. Cuando la sacaba toda como parte del juego yo le pedía que por favor no la saque. Llegó la hora de cambiar de posición. Me puso en cuatro patas y sin perder tiempo se metió en mí, esta vez pudo darme fuertes y sonoras nalgadas. Yo le pedí que lo hiciera más fuerte. Había perdido la cabeza, me sentía más caliente que nunca. Decía guarangadas que él respondía con más guarangadas. En esa posición su tronco se sentía todo, duro, gordo, hermoso. Sentía como su punta raspaba las paredes internas de mi cuerpo, buscando nuevos horizontes, abriéndome cada vez más y más. Me dijo, de forma poco romántica, que iba a eyacular adentro de mi cola. Yo le dije que sí, y sentí sus muslos pegarse a mi cuerpo, sus glúteos se tensaron y su jadeo fue enorme, distinto a los jadeos que hacía siempre al acabar, este era más intenso, más bestial. Yo gemí, aunque no había alcanzado el orgasmo, todo había sido sumamente placentero, pero no pude acabar, pero gemí dejándome llevar por la situación.
Retiró con cuidado su miembro y se recostó boca arriba a un lado. Yo caí derrotada boca abajo en el mismo lugar. Nos miramos. Le dije que lo amaba. Él acarició mi cabeza. Nos quedamos dormidos así, ni siquiera fuimos al baño, estábamos exhaustos. Era una nueva experiencia como pareja, y para mí desde lo individual. En rasgos generales me había gustado mucho hacerlo, más allá del dolor inicial saber que le doy placer a mi novio me generaba mucha excitación, soy su hembra y debo satisfacerlo. Fue la primera vez de las cientos de veces que le entregué mi cola.
Al día siguiente en el desayuno no se tocó el tema.
HASTA LA PROXIMA.
BESITOS.
58 comentarios - Mi Primer Anal
Que chanchadas decis? Me lo respondes por privado jiji
Comparto el relato diosa
me da verguenza por aca
por privado a lo mejor si
Es muy lindo cuando una pareja se anima a mas en pos del disfrute y placer para ambos.
Lastima que no pudiste llegar al orgasmo de esa manera...muy flojo el muchacho..jajaja.
Gracias por compartirlo y al contar tu experiencia haces que otras personas puedan vencer ciertos temores, se animen a llegar donde nunca habian pensado, puedan gozar y sentirse plenas...
Te mando un beso y segui escribiendo, que es muy lindo leerte, como asi tambien muy hot!
y me imagino que no abra sido la unica ¿?
Te lleno el.... De.... Pu...
ME IMAGINO ESOS 18 CM EN TU COLITA JAJA
EXELENTE¡¡¡
DEJO PUNTITOS
OJALA SE PASE ALGUN DIA POR MIS RELATOS NO TAN BIEN NARRADOS COMO
LOS SUYOS SEGURAMENTE A VER Q LE PARECE¡¡
TAMBIEN TENGO VARIOS CON MI ANTIGUO USER @BRAZODEBEBE
QUE LINDOS SON LOS BESOS NEGROS, BLACK KISS, RIMMING Y NO TODO EL MUNDO SE ANIMA. FELICITACIONES VAN PUNTOS.