El viaje comenzó muy mal, nos subimos al micro junto a mi novia para descubrir que nuestros asientos eran los peores: abajo, delante del baño y la escalera. De mas esta decir para todos los que alguna vez sufrieron lo mismo, que el olor y las personas que dejan abierta la puerta del baño son una molestia, sin contar con lo complicado que se vuelve un toqueteo en esa ubicación…
Lo cierto es que pasados los minutos de salir se puso el sol y nos acostumbramos a nuestra ubicación. Les cuento lo importante, mi novia. Es una “Morocha Argentina”, de ojos verdes, labios carnosos, una mirada que mezcla al cielo y al infierno y un cuerpito delicioso: cola para agarrar y no soltarla jamás, unos 4 kilitos de mas que se ven recompensados en su delantera. Que contarles de sus tetas? Son increíbles! Las mejores gomas naturales que vi, sentí y probé en mi vida. Son perfectas, imposibles de ocultar y hace que muchos hombres no lleguen a admirar el resto de su belleza quedándose embobados al pensar las cosas que harían con ese par de tetas descomunal. Se vistió con una remerita que le sacaba escote (y se llevo la mirada del chofer al cortar su boleto) y un pantalón de jean apretadito como me gusta a mí.
Volvamos al micro. Me encontraba yo del lado de la ventana, mi novia a mi lado en el pasillo y las 2 butacas a nuestra izquierda eran ocupadas por una parejita de novios de 20 y pico de años, ella del lado del pasillo y el en la ventana. Los besos con mi novia no se hicieron esperar y cada vez subían mas de tono, pero siempre cuidándonos ya que la gente bajaba al baño cada 2x3 y aun había algo de luz. A eso de las 10 de la noche hicimos una parada de media hora para comer, lo cual aprovechamos para continuar un viaje de 2 horas hacia la próxima ciudad, restándonos a nosotros 5 horas para culminar nuestro viajecito.
Habiendo comido y oscurecido, en el micro reino el sueño. Por lo que podíamos ver, solo la parejita de al lado seguía despierta, cada uno con su celular escuchando música. Mi novia no perdió el tiempo, empezó a besarme con esos besos húmedos que saben muy bien que me vuelven loco y a tocarme por encima de mi bermuda. Yo hice lo mismo, pero a mi mano se le complicaba entrar en ese jeans apretado que marcaba su colita. La muy putita tenía todo preparado, saco una toalla de playa y un shorcito que no dejaba nada a la imaginación de su mochila. Me miro y entre los besos me dijo: – Espero que me vean poquito- y sin perder el tiempo se tapo con la toalla y se bajo el jean despacito, sin hacer movimientos bruscos. Al sacárse lo ultimo de jean me di cuenta de que el flaco que estaba a nuestra izquierda tenía los ojos grandes como huevos apuntándole a mi novia: le estaba admirando toda la cola entangada.
A mí la situación me dio celos y morbo al mismo tiempo, pero el morbo pudo más por lo que me calle la boca. Ella se empezó a poner el shorcito (ya la toalla estaba de decoración) y cuando dio el ultimo empujón se le apretó toda la colita con el hilito dental blanco, dándole al flaco de la izquierda material para unas cuantas pajas. Al terminar me empezó a besar y llevando mi mano hacia su conchita húmeda me dijo: -Ahora no tenes excusa- A lo que respondí: –El flaco de al lado te ficho toda la cola boluda- La muy putita me pone cara de gato, se me acerca al oído y me dice con esa vocecita de trola profesional dice–Ya lo sé-.
No perdí el tiempo y la empecé a castigar cogiéndola usando mis dedos con todas mis fuerzas. Sus primeros gemiditos en voz baja no se hicieron esperar mientras me sacaba para afuera la pija que ya estaba por explotar, empezando a pajearme desesperada. Todo esto ocurría bajo la toalla que había sacado para “taparse” y que a duras penas cumplía su cometido. Todo venia muy hot cuando bajan 2 personas de la escalera y una entra al baño mientras que un hombre de unos 60 años esperaba a un metro nuestro, no se veía muy bien ya que lo único que iluminaba eran los faros de los coches en la ruta. Yo me acomode en mi asiento como si nada pasara cuando la toalla comenzó a subir y bajar en la zona de mi entrepierna: Era mi novia que estaba pajeandome como nunca, mirando directamente a los ojos del tipo que esperaba su momento de entrar al baño. Yo me retorcía del placer y los segundos me parecieron horas. Supongo que el tipo ni se entero de lo ocurrido ya que no reacciono ni pareció mirar, pero la muy trola de mi novia me tenia loco.
Al irse estas 2 personas a sus respectivos lugares me dedique de lleno a ella, diciéndole lo caliente que estaba y como me encantaba lo puta que era conmigo. Le metí hasta 4 dedos adentro, masajeándole el clítoris tanto desde adentro como desde afuera, estaba empapada y me regalo un hermoso orgasmo en mis manos. Descanso unos segundos y me dijo: -mi turno-
Jamás lo imagine, pensé que me iba a tirar una paja y listo pero no, se metió debajo de la toalla y empezó a chuparme la pija de una forma bestial, se la tragaba, la lamia, la mordía escupía y volvia a tragar. Su colita apuntaba a la parejita de la izquierda que hace rato dormía… o eso parecía, un auto que venía en sentido contrario con sus luces ilumino la cara del flaco. Estaba despierto, muy despierto mirándole la cola a mi novia y el terrible pete que me estaba pegando. Le susurre al oído que el flaco estaba despierto y mirando, paro por un segundo, me miro y aun con la pija en la boca emitió un difuso “¿y?”, acto seguido me la siguió chupando mucho mas alevosamente y sacando mas colita. La situación estaba descontrolada y ya no nos importaba nada. No hace falta aclarar que yo no podía más y le acabe todo en la boquita. La muy putita subió y se quedo cerca de mi cara, yo no entendía porque hasta que se ilumino un poco el micro con los faros de otro auto, me mostraba toda la lechita espumosa en su boca y como jugaba con ella. Trago todo y nos besamos hasta quedarnos dormidos.
Al bajarnos del micro yo mire con mucha vergüenza al flaco de la izquierda pero él no me miraba a mí, miraba algo que le llamaba poderosamente la atención, la mirada de puta que mi novia le estaba dedicando.
Lo cierto es que pasados los minutos de salir se puso el sol y nos acostumbramos a nuestra ubicación. Les cuento lo importante, mi novia. Es una “Morocha Argentina”, de ojos verdes, labios carnosos, una mirada que mezcla al cielo y al infierno y un cuerpito delicioso: cola para agarrar y no soltarla jamás, unos 4 kilitos de mas que se ven recompensados en su delantera. Que contarles de sus tetas? Son increíbles! Las mejores gomas naturales que vi, sentí y probé en mi vida. Son perfectas, imposibles de ocultar y hace que muchos hombres no lleguen a admirar el resto de su belleza quedándose embobados al pensar las cosas que harían con ese par de tetas descomunal. Se vistió con una remerita que le sacaba escote (y se llevo la mirada del chofer al cortar su boleto) y un pantalón de jean apretadito como me gusta a mí.
Volvamos al micro. Me encontraba yo del lado de la ventana, mi novia a mi lado en el pasillo y las 2 butacas a nuestra izquierda eran ocupadas por una parejita de novios de 20 y pico de años, ella del lado del pasillo y el en la ventana. Los besos con mi novia no se hicieron esperar y cada vez subían mas de tono, pero siempre cuidándonos ya que la gente bajaba al baño cada 2x3 y aun había algo de luz. A eso de las 10 de la noche hicimos una parada de media hora para comer, lo cual aprovechamos para continuar un viaje de 2 horas hacia la próxima ciudad, restándonos a nosotros 5 horas para culminar nuestro viajecito.
Habiendo comido y oscurecido, en el micro reino el sueño. Por lo que podíamos ver, solo la parejita de al lado seguía despierta, cada uno con su celular escuchando música. Mi novia no perdió el tiempo, empezó a besarme con esos besos húmedos que saben muy bien que me vuelven loco y a tocarme por encima de mi bermuda. Yo hice lo mismo, pero a mi mano se le complicaba entrar en ese jeans apretado que marcaba su colita. La muy putita tenía todo preparado, saco una toalla de playa y un shorcito que no dejaba nada a la imaginación de su mochila. Me miro y entre los besos me dijo: – Espero que me vean poquito- y sin perder el tiempo se tapo con la toalla y se bajo el jean despacito, sin hacer movimientos bruscos. Al sacárse lo ultimo de jean me di cuenta de que el flaco que estaba a nuestra izquierda tenía los ojos grandes como huevos apuntándole a mi novia: le estaba admirando toda la cola entangada.
A mí la situación me dio celos y morbo al mismo tiempo, pero el morbo pudo más por lo que me calle la boca. Ella se empezó a poner el shorcito (ya la toalla estaba de decoración) y cuando dio el ultimo empujón se le apretó toda la colita con el hilito dental blanco, dándole al flaco de la izquierda material para unas cuantas pajas. Al terminar me empezó a besar y llevando mi mano hacia su conchita húmeda me dijo: -Ahora no tenes excusa- A lo que respondí: –El flaco de al lado te ficho toda la cola boluda- La muy putita me pone cara de gato, se me acerca al oído y me dice con esa vocecita de trola profesional dice–Ya lo sé-.
No perdí el tiempo y la empecé a castigar cogiéndola usando mis dedos con todas mis fuerzas. Sus primeros gemiditos en voz baja no se hicieron esperar mientras me sacaba para afuera la pija que ya estaba por explotar, empezando a pajearme desesperada. Todo esto ocurría bajo la toalla que había sacado para “taparse” y que a duras penas cumplía su cometido. Todo venia muy hot cuando bajan 2 personas de la escalera y una entra al baño mientras que un hombre de unos 60 años esperaba a un metro nuestro, no se veía muy bien ya que lo único que iluminaba eran los faros de los coches en la ruta. Yo me acomode en mi asiento como si nada pasara cuando la toalla comenzó a subir y bajar en la zona de mi entrepierna: Era mi novia que estaba pajeandome como nunca, mirando directamente a los ojos del tipo que esperaba su momento de entrar al baño. Yo me retorcía del placer y los segundos me parecieron horas. Supongo que el tipo ni se entero de lo ocurrido ya que no reacciono ni pareció mirar, pero la muy trola de mi novia me tenia loco.
Al irse estas 2 personas a sus respectivos lugares me dedique de lleno a ella, diciéndole lo caliente que estaba y como me encantaba lo puta que era conmigo. Le metí hasta 4 dedos adentro, masajeándole el clítoris tanto desde adentro como desde afuera, estaba empapada y me regalo un hermoso orgasmo en mis manos. Descanso unos segundos y me dijo: -mi turno-
Jamás lo imagine, pensé que me iba a tirar una paja y listo pero no, se metió debajo de la toalla y empezó a chuparme la pija de una forma bestial, se la tragaba, la lamia, la mordía escupía y volvia a tragar. Su colita apuntaba a la parejita de la izquierda que hace rato dormía… o eso parecía, un auto que venía en sentido contrario con sus luces ilumino la cara del flaco. Estaba despierto, muy despierto mirándole la cola a mi novia y el terrible pete que me estaba pegando. Le susurre al oído que el flaco estaba despierto y mirando, paro por un segundo, me miro y aun con la pija en la boca emitió un difuso “¿y?”, acto seguido me la siguió chupando mucho mas alevosamente y sacando mas colita. La situación estaba descontrolada y ya no nos importaba nada. No hace falta aclarar que yo no podía más y le acabe todo en la boquita. La muy putita subió y se quedo cerca de mi cara, yo no entendía porque hasta que se ilumino un poco el micro con los faros de otro auto, me mostraba toda la lechita espumosa en su boca y como jugaba con ella. Trago todo y nos besamos hasta quedarnos dormidos.
Al bajarnos del micro yo mire con mucha vergüenza al flaco de la izquierda pero él no me miraba a mí, miraba algo que le llamaba poderosamente la atención, la mirada de puta que mi novia le estaba dedicando.
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