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Mi sobrina giselle 2

Después de hacerle unos masajes a mi sobrinita, y que me dejara caliente como una tetera, me propuse pagarle con la misma moneda.

Esa noche a pesar de haber tenido una intensa sesión de sexo con Mariana, no dejaba de pensar en mi sobrinita, lo que me dijo, seguro que había sentido mi verga punzándole la espalda, no dijo nada, pero tampoco se horrorizó, asi que me quedé pensando hasta tarde que hacer.

Ese miércoles me puse en campaña en ver que hacer para calentar a mi sobrina, lo primero que se me vino a la cabeza, fue lo que hice; conseguí varias películas XXX en donde hijas, sobrinas, y amigas de estas eran cogidas por sus padres, tíos y abuelos. Esa tarde llegue a casa y allí estaba el motivo de mis desvelos, siempre preciosa, esas calzas cortas y esas musculosas, me hipnotizaban.

Nos saludamos, con un beso en la comisura de los labios, yo ya estaba esperándolo, por lo que lo respondí sin alterarme; aproveche que Gisele, se fue a su habitación y dejé las películas escondidas a plena vista, como que estaban ahí por descuido.

Me fui a bañar, era muy temprano para cenar, por lo que le dije a Gise que se pusiera bonita que íbamos a salir, tenía planeado llevarla a un buen restaurant y no le dije que después iriamos a un lindo pub a tomar algo y escuchar buena música.

Gisele muy contenta, me abrazó y me dio un cálido beso de agradecimiento.

Estaba terminando de cambiarme cuando Gisele entra en mi habitación sin llamar, yo estaba listo, por lo que no hubo nada de especial, aunque me extraño su actitud. Realmente estaba increíble, un vestido de una sola pieza, pegado al cuerpo, muy corto que realzaba su figura y resaltaba su cinturita y caderas, y si, me quedé nuevamente babeándome sin poder decir nada; se acercó y con una sonrisa en su boca, me levantó la mandíbula.

-Juany, por tu mirada, parece que te gustó lo que elegí para salir – dijo risueña –

-Estas…. Estas hermosa sobrina.

-Decime Gisele o gise, me gusta más que nos llamemos por los nombres –

Ese llamarnos por el nombre, es una clara señal de que quería que me olvidara del parentesco que tenemos.

Esa noche la llevé a un restaurant, al que la empresa donde trabajo le desarrolló el software de control, por lo que el dueño me reconoció y me felicitó por la compañía. Con una imperceptible seña, nos ubicó en una mesa en un lugar muy lindo, con vista al río y apartada de miradas incómodas.

Gisele estaba como en las nubes, preciosa, el brillo en los ojos me daban todas las pautas de que lo que estaba haciendo le gustaba. Para la cena le recomendé un plato de mariscos, que eran una de las especialidades de la casa, lo acompañamos con un vino blanco acorde y después de una copa helada de postre y un café nos fuimos.

Gisele se abrazó a mi, creyendo que nos encaminabamos a casa, pero le extraño que seguíamos dando vueltas por el centro, hasta que estacioné frente a un local muy bien decorado; Gise me miró como extrañada:

-Gise, no creerás que ya terminó la noche?

-Hay juany, ya la cena fue una locura, ¿A dónde me traes ahora?

-Ya vas a ver- y me dirijí hacia el lado de los pubs, había uno que fue inaugurado recientemente.


Entre, saludando a la gente seguridad de la puerta, que no le despegó los ojos a Gisele desde que nos bajamos del auto, entramos un una música suave envolvía el lugar, Nos ubicamos en una mesa apartada, en donde a nuestro lado había una pareja besándose muy efucivamente; dejé a Gisele y me fui a la barra a buscar un par de tragos, un daykiri para Gise y un curasao con limón para mí. Cuando volví a la mesa, Gisele miraba de reojo como la pareja a nuestro lado, literalmente se estaban matando a besos.

Miré a mi sobrina y me levantó las cejas en señal de que no se estaba perdiendo lo que pasaba. La música fue subiendo de nivel, por lo que para conversar nos teníamos que acercar al oído del otro, cuando le hablaba a Gise, me acercaba para que pudiera sentir mi aliento en su cuello.

Estuvimos en la mesa casi una hora, cuando una banda de blues comenzó a tocar, Gisele, se levantó y agarrándome de la mano, me arrastró para bailar, cruzó sus brazos por mi cuello y mirándome a los ojos, me invitó a que la tomara de la cintura; por primera vez tenía a mi sobrina pegada a mi cuerpo, por momentos, se rozaba, y mi pija no tardó en tomar forma.

Seguramente la sentía en su vientre, pero ya no me importó, seguimos bailando, yo hablándole al oído, pasaba mis manos por sus hombros, muy suavemente, como respuesta Gisele, se estremecía, todo mi plan iba viento en popa.

Cerca de la medianoche, nos encaminamos a casa, al día siguiente tenía que trabajar, así que no podía trasnochar demasiado. En casa, entramos a las risas, mi sobrina estaba feliz por la noche que habíamos pasado; apenas entramos en el departamento, se sacó los zapatos y dándose vuelta y corriéndose el pelo, me pidió que le bajara el cierre del vestido; lo bajé y pude ver que no llevaba sostén, su espalda estaba al alcance de mi mano, pero haciendo un gran esfuerzo, me contuve.

Saludándola, me encaminé a mi habitación, no pude llegar, porque Gise, me abrazó y me dio un beso, nuevamente en los labios, ahora sin sorprenderme, le pregunté:

-¿que es esto Gise?
-un agradecimiento por haberme hecho pasar una hermosa noche

Estuve acostado un rato, hasta que con mucho sigilo, me levanté y fui hasta la puerta de la habitación de mi sobrina, acerque la oreja y confirmé que se estaba pajeando a dos manos. La primera parte de la venganza estaba en marcha, había que ver que pasaría cuando encontrara las películas.

Nuevamente el maldito despertador sonó incansablemente, hasta que de un manotazo lo paré, me encaminé al baño a darme la habitual ducha diaria, tenía las imágenes de Gisele enfundada en ese sensual vestido, mi pija nuevamente, estuvo en su máximo esplendor. No tenía tiempo para una paja rápida, por lo que salí del baño con el toallón en la cintura y una carpa por delante. Mi sobrina estaba esperando en la puerta para entrar, por lo que me examinó de arriba hasta abajo, se quedó mirando fijamente la prominente erección que llevaba.

Mi sobrina apareció cocina,el desayuno estuvo listo, ella se levanto antes que yo, y cuando terminé, fui hasta la cocina y me apoyé contra ese culito respingon de Gise. Me tomé mi tiempo en dejar la taza en la pileta, mi sobrina suspiró.

-¿estas bien sobrina?

-Si, juany – dijo mirandome con fuego en los ojos.

-Nos vemos más tarde – y esta vez fui yo quien le dio el beso casi en los labios.


Hacía muchísimo calor y el aire acondicionado de la oficina no daba abasto, por lo que estuve muy incómodo, cerca de las dos de la tarde hablé con mi jefe y teniendo listo todo el trabajo del día, me fui a casa. Estaba ansioso por saber que había hecho mi sobrina.


Mi llegada no pudo ser en mejor momento, entré al departamento y estaba todo apagado, solo se escuchaban unos gemidos provenientes de la habitación de mi sobrina; Estaba viendo los videos en la notebook, desnuda, con las piernas abiertas, dándose un furioso masaje en la encharcada concha, me apoyé en el marco de la puerta y me quedé mirándola mientras se pajeaba. La acabada que tuvo, mojó toda la toalla que había puesto en la cama, ya más relajada, levantó la vista y me vió, se puso roja de vergüenza, atinó a taparse con el toallón.

Pero en vez de eso, dejó todos los papeles de sobrina buena y se convirtió en una hembra caliente sedienta de sexo. Camino hasta mí, y se me colgó del cuello, me empezó a comer la boca, nuestras lenguas danzaban en un baile por demás erótico. Con sus piernas cruzadas en mi cintura, la agarré del culo y me la llevé a mi habitación, la dejé encima de la cama y ella me tiró de la corbata para quedar sobre su cuerpo.

Ninguna de todas las amantes ocasionales que tuve, fue tan fogosa, Gise, estaba totalmente entregada al placer; Gisele, se giró y quedó arriba, prácticamente me arrancó la camisa, me sacó el cinturón, el pantalón que se fueron junto a los zapatos y las medias.

Solo con los boxers, se tiro encima mío con las piernas abiertas, podía sentir el calor de su concha en toda la pija, mi sobrina se movía, gemía, estaba disfrutando con todo, en un determinado momento se la habría metido entera a no ser porque el boxer no me dejó. Siguió moviéndose, con la punta de mi verga clavada en la entrada de la concha, pero la tela del boxer no dejaba que entrara.

Haciendo un esfuerzo, la saque de arriba mío, la besé largamente, con la corbata que aún estaba en la cama, le tape los ojos, quiso protestar, pero no le di chance; con el cinturón le até las manos al respaldo de la cama.

-haber sobrinita, yo hablo y vos escuchas ¿estamos?.

-siiii, pero dale, metemela, quiero sentirte adentro mio.

-ahora vas a ver que no es aconsejable dejarme caliente.

-¿así que te calenté tío? – dijo con una sonrisa en la cara.

-Te vas a quedar un rato quietita acá, yo me voy a duchar, y vengo.

-Noooo juany, no me dejés así, damela un ratito, no doy más.

-Si esperas, vas a tener una linda recompensa, pero quietita, te voy a soltar las manos, pero no te saques la corbata de los ojos, ¿estamos?.

-Esta bien, te espero, pero vení pronto, mira como me tenés.

-Ya te dije, tenés que ser paciente.

Me fui a duchar, lo hice muy rápido, fui a la heladera por una cubetera y en bolas me fui a la habitación, mi sobrina estaba inquieta en la cama, me había obedecido, la corbata seguía en su lugar.

Tomé un cubito, y derritiéndolo con la mano, las gotas de agua fría, comenzaron a caer primero en la cara, después en el abdomen, después en las piernas, dejaba los puntos más sensibles para después, tomé otro cubito y lo fui llevando desde el ombligo hasta las tetas, asiento círculos cerca del pezón, que se puso duro como piedra, fui cambiando de teta; Gisele no paraba de gemir, trataba de no moverse, pero el contacto con el hielo, la estremecía.

Me pedía que se la metiera, que estaba a punto, que me quería adentro; no hice caso y con otro nuevo hielo en la mano, lo llevé hasta su concha, que ardía en deseo, el clítoris estaba hinchadísimo, dio un respingo cuando lo toque con el hielo, gimió y una mueca de dolor apareció en su rostro, pero no me inmuté, segui castigándolo con el hielo, hasta que estaba muy al borde del orgasmo.

Cambié el hielo por mi lengua, apenas rocé la concha con la lengua un mar de líquidos expulsados a presión, me mojaron la cara, Gisele, quedó en la cama como en trance, daba la impresión que estaba teniendo un ataque, se sacudía, los estertores del orgasmo la tenían mal. A los pocos minutos, se saco la corbata y abrió apenas los ojos, y mirándome no pudo pronunciar palabra.

Me limpié la cara con la sábana y me acosté a su lado, Gisele se giró y me besó apasionadamente, se quedó mirandome fijamente:

-juany, es el mejor orgasmo que he tenido en la vida.

-me alegro que lo disfrutaras Gise, y eso que recién empezamos.

-mmmmmm que lindo, hay más.

Sin dejarla seguir hablando me situé entre sus piernas y sin mas demora, comencé a jugar con la punta de la pija en la cueva de mi sobrina, le metía la cabeza y la sacaba, a veces la metía y con la mano la movía en círculos, como revolviéndole el interior, mi sobrina nuevamente estaba a punto de acabar.

Sin previo aviso se la mandé hasta el fondo, ella arqueó la espalda y se quedó sin respirar unos segundos, sentía que la pija se me quemaba con el calor de la concha de Gisele, el orgasmo la atravesó por completo, la dejó desmadejada en la cama. Con la pija bien clavada, esperé a que se recuperara, cuando me miró nuevamente la saque y violentamente se la clavé nuevamente enterita, cada empujón, era un gritito que salia de su garganta. Estuvimos casi media hora así, tomandome mi tiempo, hasta que las sensaciones en la pija, me avisaron que estaba en un camino sin retorno.

-Ay sobrinita como estás! – le dije al oido.

-Mmmmmmm aaaaaahhhhhhhh,

-Estoy por soltar toda la lechita, ¿te la vas a comer toda?.

-Mmmmmmmm, nunca …. Ahhhh probée……
-Hoy va a ser tu día.


Aumenté la velocidad de las embestidas y cuando sentí la leche burbujear en la punta de la pija, la saque y me ubique cerca de la cara de Gisele, le di dos pajeadas y el primer chorro salió disparado, le cruzó la cara, manchandole la frente y el pelo, el segundo con mas punteria, fue a dar a la nariz y parte de la boca, el tercero dio de lleno en el interior de la boquita de mi sobrina.

Lo siguiente fueron gotas que caian y caian, me situe sobre su cabeza y exprimiendo la pija, las ultimas fueron derecho a la boca, que las esperaba hambrientas, no debió desagradarle, ya que lo saboreo y tragó todo lo que tenía en la boca.

Descansamos un rato, con Gise sobre mi pecho, nos bañamos juntos y cenamos liviano y nos fuimos a dormir, juntos, abrazados.

Ese sería el comienzo de una hermosa relación de pareja con Gisele, mi sobrina.

8 comentarios - Mi sobrina giselle 2

youasakura +1
Increíble que me topara con este relato jajaja capooo
dmn94rp
Ecxelente relato, hay continuacion?
edudalio
Excelente tus relatos, me encantaron, van puntos.
anto5115
Muy bueno loco, faltan fotos. Van puntos
fatsy936
MUY BUENO, PARA CUANDO LA 2DA. PARTE?
RBronce +1
Muy bueno, habra Continuacion??
smithdm
cual es el anterior a este el primero de tu sobrina???