Como conté en un relato anterior, yo andaba con una chica que tenía una amiga llamada Mayra (también amiga mía), con quien incluso hicimos un viaje y vi como se la tiraba un amigo. Mi historia con Mayra empezó como la de muchos, eramos compañeros de universidad, nos reunimos en su casa, salíamos en ocasiones a conversar o tomar algo junto a otros amigos de la universidad. Ella también había capturado mi atención al iniciar la uni, pero como dije en otro relato, más simpática me pareció su amiga con la que tuve varios "encuentros".
Cuando lo mio con Talía ya se terminó, no se bien porque empezamos a juntarnos mas ella y yo, porque sinceramente no pensaba en tirármela o algo así, creo que había buena onda entre los dos y la pasábamos bien, me contaba sus cosas y yo las mías, una relación completamente de amigos. Pero con el pasar de los meses empecé a verla y tenía un "no se que" que la hacía interesante, porque no era precisamente un mujerón, no era muy alta, era blanca, cabello negro, algo ojoncita, no tenía grandes tetas ni un culazo (aunque se defendía en ambas partes), y era algo llenita, pero no gorda.
En una de esas salidas a las discos o pubs que frecuentábamos, tomamos al grado de marearnos más de lo que solíamos hacerlo, por lo que la acompañé hasta su casa, le pedí me preste su baño para echarme un poco de agua antes de ir a mi casa (en ese entonces ya no tenía el cuarto que alquilaba los primeros ciclos), accedió sin problema, además que ya todos estaban dormidos en su hogar. Cuando salí ya para despedirme, estaba ella en la puerta esperándome, me acerqué para despedirme con un beso en la mejilla, pero a último momento cambie de dirección y fui hacia su boca, ella me correspondió y estuvimos besándonos unos segundos cuando empecé a pasar mis manos por detrás y tocarle el culo, que fue cuando reaccionó y me dijo que mejor ya me retire, me fui algo pensativo, porque pensé que la había fregado, tal vez malogré toda mi amistad con ella.
En la uni nos saludábamos, hacíamos trabajos, pero ninguno se animaba a decir algo de lo sucedido, pero llegó un momento donde tuve la oportunidad de quedarme a solas y le dije que lo sentía, ella también se disculpó por seguirme el juego ese día, así que arreglamos las cosas y seguimos bien como siempre. Aunque la verdad me quedé pensando en hasta donde podríamos haber llegado ese día, en mi casa me la imaginaba con su culito y sus tetas blancas, pero trataba de no pensar mucho en eso.
Como ya volvimos a tomar cierta confianza, iba nuevamente a su casa para hacer trabajos y conversar de las cosas de la uni o de nuestras amistades. Pero uno de esos días, tuvimos otro acercamiento, esta vez sin haber tomado nada de alcohol. Mientras estábamos en su mueble viendo una película, ella se me acerca y me da un beso, yo le correspondí y estábamos entrelazando ya nuestras lenguas, mientras pensaba si daba otro paso mas o no, porque ya tenía el miedo de malograr el momento como esa vez, así que me la jugué y toque suavemente sus piernas, subía por sus caderas hasta llegar a sus tetas, las acariciaba circularmente (todo por encima de la ropa), mientras no paraba de besarla.
Al ver que no rechazaba las caricias y que ya se empezaba a notar unos leves gemidos, bajé una de mis manos hacia la parte de su entrepierna, como tenía puesto un jean, solo podía tocarla por encima, y en ese momento me di cuenta que le gustaba, pues no rechazaba mis caricias y además ella demostró querer mas pues sentí una de sus manos pasando con algo de miedo por la parte de mi pinga, pero obviamente encima de mi pantalón.
Continuará...
Cuando lo mio con Talía ya se terminó, no se bien porque empezamos a juntarnos mas ella y yo, porque sinceramente no pensaba en tirármela o algo así, creo que había buena onda entre los dos y la pasábamos bien, me contaba sus cosas y yo las mías, una relación completamente de amigos. Pero con el pasar de los meses empecé a verla y tenía un "no se que" que la hacía interesante, porque no era precisamente un mujerón, no era muy alta, era blanca, cabello negro, algo ojoncita, no tenía grandes tetas ni un culazo (aunque se defendía en ambas partes), y era algo llenita, pero no gorda.
En una de esas salidas a las discos o pubs que frecuentábamos, tomamos al grado de marearnos más de lo que solíamos hacerlo, por lo que la acompañé hasta su casa, le pedí me preste su baño para echarme un poco de agua antes de ir a mi casa (en ese entonces ya no tenía el cuarto que alquilaba los primeros ciclos), accedió sin problema, además que ya todos estaban dormidos en su hogar. Cuando salí ya para despedirme, estaba ella en la puerta esperándome, me acerqué para despedirme con un beso en la mejilla, pero a último momento cambie de dirección y fui hacia su boca, ella me correspondió y estuvimos besándonos unos segundos cuando empecé a pasar mis manos por detrás y tocarle el culo, que fue cuando reaccionó y me dijo que mejor ya me retire, me fui algo pensativo, porque pensé que la había fregado, tal vez malogré toda mi amistad con ella.
En la uni nos saludábamos, hacíamos trabajos, pero ninguno se animaba a decir algo de lo sucedido, pero llegó un momento donde tuve la oportunidad de quedarme a solas y le dije que lo sentía, ella también se disculpó por seguirme el juego ese día, así que arreglamos las cosas y seguimos bien como siempre. Aunque la verdad me quedé pensando en hasta donde podríamos haber llegado ese día, en mi casa me la imaginaba con su culito y sus tetas blancas, pero trataba de no pensar mucho en eso.
Como ya volvimos a tomar cierta confianza, iba nuevamente a su casa para hacer trabajos y conversar de las cosas de la uni o de nuestras amistades. Pero uno de esos días, tuvimos otro acercamiento, esta vez sin haber tomado nada de alcohol. Mientras estábamos en su mueble viendo una película, ella se me acerca y me da un beso, yo le correspondí y estábamos entrelazando ya nuestras lenguas, mientras pensaba si daba otro paso mas o no, porque ya tenía el miedo de malograr el momento como esa vez, así que me la jugué y toque suavemente sus piernas, subía por sus caderas hasta llegar a sus tetas, las acariciaba circularmente (todo por encima de la ropa), mientras no paraba de besarla.
Al ver que no rechazaba las caricias y que ya se empezaba a notar unos leves gemidos, bajé una de mis manos hacia la parte de su entrepierna, como tenía puesto un jean, solo podía tocarla por encima, y en ese momento me di cuenta que le gustaba, pues no rechazaba mis caricias y además ella demostró querer mas pues sentí una de sus manos pasando con algo de miedo por la parte de mi pinga, pero obviamente encima de mi pantalón.
Continuará...
1 comentarios - Mi amiga Mayra