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El Pequeñín...... sera ? III

Sigo con la historia del "PEQUEÑO" que resulto no ser tan pequeño


Sebastián pone a trabajar su herramienta de forma inesperada con una chica muy especial.



El regreso a su vida rutinaria fue toda una experiencia, si bien su nueva "herramienta" le cambio la vida y lo lleno de confianza en sí mismo por otro lado le da unos problemas.
A sus años las palabras mujeres y sexo están de la mano y las hormonas gobiernan, en más de una ocasión sufrió de erecciones en lugares públicos y fue toda una proeza esconderlas. Su miembro presiona bastante fuerte en sus pantalones esto lo hace algo muy incómodo y sumamente notorio, Sebastián debe esforzarse por mantenerlo bajo control.
Los viajes en bus también se convirtieron en un suplicio, en una ocasión le punteo el culo a varias mujeres de una vez, la situación fue tal que debió bajarse a ocho calles del colegio y aun así esperar casi diez minutos hasta calmarse, llego atrasado pero era la única manera, ahora prefiere levantarse más temprano e irse caminando para evitar estos problemas, viajar en bus ya no es una buena idea.
Al llegar al colegio escucha las burlas habituales, pero ahora solo se ríe, "si supieran estos tarados" murmura él.
Va por el patio cuando escucha las bromas de nuevo, pero ahora su vista está en otro lado, un poco más lejos, en unas bancas esta la única chica del colegio que le quita el sueño, y no solo a Sebastián, el nombre de esta belleza es Susana.
Por desgracia no está sola, junto a ella esta Francisco, su novio y capitán del equipo de básquetbol, "un miserable, pedante y cretino" en palabras de Sebastián.
Mientras camina la mira fijamente, su belleza y su sonrisa lo cautivan, ella lo mira de vuelta y él se sonroja.
Distraído no se fija en la puerta que está abierta y Sebastián se estrella golpeándose en el rostro, las carcajadas estallan por todos lados, todos se ríen pero a ella no le hace gracia, a Sebastián menos que se soba su nariz para saber si aún la tiene en su lugar.
Sebastián se vuelve sumamente propenso a los accidentes cuando Susana está cerca, ella ya lo ha advertido y se compadece de él.
Por desgracia el accidente de la mañana solo fue un presagio de lo que ocurriría más tarde. Sebastián tiene clases de deportes, la asignatura que él detesta, y al momento de llegar al gimnasio se da cuenta que el equipo de voleibol femenino está ahí, con Susana a la cabeza.
Embobado se queda mirándola.
- olvídalo viejo esta fuera de tu alcance - le dice un compañero.
- entiéndelo de esta forma, si ella es una estrella tu eres el asteroide más pequeño e insignificante del universo - agrega otro en términos astronómicos.
En el camarín se cambian de ropa, Sebastián llevo un buzo bien holgado y debajo shorts ajustados a fin de poder contener su "monstruo" en caso que algo suceda, precauciones bastante sabias con Susana ahí, enfundada en sus ajustados pantalones cortos y una polera blanca que marca su bien desarrollada figura.
La clase no transcurre sin incidentes, Sebastián se tropieza en una ocasión y en otra no pone atención a las órdenes de la profesora por estar pendiente de Susana, "¡después la mira todo lo que quiere ahora ponga atención y haga lo que le digo!" le grita la profe, Susana sabe que alude a ella y sonríe tímidamente, a pesar de todo le gusta ser el centro de atención.
La profesora deja en libertad al curso por el resto de la clase y se organiza un improvisado partido de fútbol, Sebastián se pone al arco y a lo lejos Susana sigue practicando con sus compañeras de equipo.
Nuevamente Sebastián tiene problemas de concentración y en un par de ocasiones casi les hacen un gol por ello. Sus compañeros le advierten que ponga más atención al juego y deje de babear por ella aunque sea por un instante.
El partido se disputaba en la otra área cuando una amiga de Susana decide hacerle una broma a Sebastián, "¡Sebastián, Susana quiere hablar contigo!", él reacciona de inmediato y la busca con la mirada, Susana le hace un gesto de desagrado a su amiga, "¡oye, cuidado!" se escucha desde la otra dirección, Sebastián se voltea pero lo único que alcanza a ver es una mancha blanca, luego todo se vuelve negro.
Sebastián se siente raro, su cabeza le duele bastante y por un momento cree estar en la hacienda la noche después de haber tomado la poción o de estar con Isabel.
- Déjenlo respirar ya está volviendo en si - dice alguien
Al abrir los ojos ve a sus compañeros a su alrededor y la enfermera se le acerca.
- ¿Cómo te sientes? –
- ¡horrible, pero asumo que en el peor de los casos viviré! - todos se ríen.
- bien, quédate acostado un momento, y ustedes déjenlo en paz - ella se retira un
instante.
- ¿Qué paso?" pregunta aun desconcertado,
- para variar cuando escuchaste el nombre de Susana te distrajiste" dice uno.
- Si y el Franco saco un tremendo cañonazo y te dio en la cabeza, al caer te pegaste muy fuerte en el piso –
- por lo menos atajaste el tiro - bromea otro.
- ¿Y ella…? –
- si viejo, Susana lo vio todo -.
Avergonzado Sebastián se tapa la cara con las sabanas, lo último que necesitaba era esto, "bien te dejamos, si quieres suicidarte hay jeringas y veneno en la repisa de enfrente", "gracias solo déjenlo a la mano".
Sebastián los escucha irse, se siente peor que nunca y su cabeza le duele aun, tiene un chichón bastante grande detrás, lo que más le enfada es siempre lucir como idiota frente a ella.
La puerta se abre nuevamente
- Lárguense, déjenme en paz - dice él, que no quiere saber nada más por ahora.
- Si quieres estar solo me voy", esa voz se le hace muy familiar.
Sebastián se levanta y ve a Susana en la puerta.
- Perdón, no sabía que eras tú –
Ella se acerca y Sebastián se pone nervioso y se sonroja visiblemente.
- ¿estás bien?" –
- Si, solo herido en mi orgullo y amor propio, pero nada importante –
Susana esboza una sonrisa.
-Al parecer soy un peligro para ti, cada vez que estoy cerca te sucede algo" –
Susana tiene razón, en otras ocasiones Sebastián se ha caído, se le volteo una bebida en los pantalones y en otra casi lo atropellan, solo porque ella está cerca, Sebastián se sonroja y Susana se da cuenta que no debió decir eso,
- Lo siento, no era mi intención avergonzarte –
- No es tu culpa" responde él que se acomoda la bolsa con hielo.
- Espera déjame ayudarte –
Ella se le acerca y le quita la bolsa, de forma involuntaria le pone sus pechos cerca de su rostro y Sebastián siente su miembro reaccionar casi de inmediato, no puede evitarlo.
- Me alegro que estés bien, caíste súper mal en el gimnasio -
- No te preocupes, al menos mi cabeza dura sirvió de algo en esta ocasión -
Susana se ríe, su sonrisa es preciosa
- bien nos vemos, mi novio me espera afuera –
La expresión de desagrado de Sebastián es evidente
- Ya sé que te cae mal porque te molesta y es mi novio -
- No es por eso - responde Sebastián
- ¿y por qué entonces?
Sebastián espera antes de responder
- Porque te está usando para lucirse con los demás –
La respuesta directa de Sebastián deja sin habla a Susana, ella lo mira fijamente, se le acerca y le da un beso en la mejilla
- Nos vemos - y se va.
Sebastián se queda ahí, se toca la mejilla y se deja caer de espaldas en la camilla con una sonrisa de oreja a oreja.
El viernes en la mañana Sebastián sale atrasado de la casa, ya lleva sumados varios atrasos en el colegio así que se arriesga a tomar el bus, solo ruega que no esté demasiado lleno. Hace parar uno y se sube, al parecer no lleva mucha gente. Aun así le cuesta desplazarse hacia atrás.
- Hola ¿cómo estás?
Sebastián levanta la vista y ve a Susana, de nuevo tiene un accidente y casi se cae al tropezarse con alguien
- vamos arriba, no empieces ahora - le dice ella
- ¿Cómo está tu cabeza?
- Mejor gracias.
Ambos se van juntos, conversando de todo un poco, al principio Sebastián se ve nervioso pero después se va calmando y actúa con más naturalidad. Susana se muestra bastante abierta al conversar con él, le admite incluso, que tiene razón cuando le dijo que su novio solo se lucia con ella.
- Lo más probable es que hoy lo deje - le confiesa para felicidad de Sebastián.
Sebastián no deja de contemplar a Susana, ella es alta, más alta que él, tiene 18 años y está en tercero medio.
Morena de pelo negro largo y liso que le llega a la cintura, grandes ojos negros, nariz respingona y rostro de suaves facciones. Sus labios los lleva pintados de un vivo color rojo. Su blusa blanca se amolda su figura, la curvatura de sus impresionantes pechos se recorta de forma muy notoria, cada vez que ella respira estos levantan un poco a Sebastián eso lo enloquece. Su falda de color azul le llega bien por encima de la rodilla, se ven sus muslos tersos y firmes, la falda también destaca la forma de su trasero bien parado y formado, queda bien claro porque Susana atrae tanto a los hombres aunque también por su simpatía, es una chica bastante sencilla y agradable a pesar de lo que muchos dicen de ella.
El bus comienza a llenarse cada vez más, el chofer le para a medio mundo y pronto la cosa se vuelve realmente difícil, Sebastián trata de mantenerse junto a Susana pero a medida que sube más gente queda detrás de ella, de inmediato se da cuenta que tiene problemas, pero Susana actúa con normalidad, se voltea y le sonríe.
El tenerla tan cerca le hace las cosas muy difíciles, el sentir su cuerpo y tener frente a su miembro su perfecto trasero lo complica mucho, Sebastián se siente cautivado por su cabello negro que roza su rostro, el aroma de su piel y su suave perfume lo tienen en las nubes, pero pronto algo más le llama la atención, su miembro está empezando a despertar y de qué manera.
La silueta de su verga erecta se recorta de forma notable en sus pantalones y el culo de Susana está a unos centímetros de él.
- Demonios - dice en voz baja.
- ¿algún problema? - le pregunta Susana al escucharlo
- no nada, solo me olvide de algo - le responde.
Sebastián se pone nervioso, trata de alejarse un poco pero más gente sube y la situación se le escapa de las manos. Hace todo lo posible por no puntearla, pero en ese momento una mujer gorda se pone de pie tras él y le da tal empujón que Sebastián queda encima de Susana y su miembro la carga con toda su fuerza.
No dice nada, pero nota su reacción, ella se pone tensa y se queda quieta, de reojo mira su rostro y este tiene cierta expresión de sorpresa e incredulidad.
Sebastián se esfuerza por alejarse, sin embargo eso empeoro más las
cosas y le restriega su miembro en el culo, para peor subió más gente, el bus está totalmente atestado y él queda pegado a Susana que luce muy desconcertada al sentir semejante miembro presionando su trasero.
Fueron minutos que parecieron una eternidad, mientras la cargaba más dura se ponía su verga, Sebastián no sabe qué hacer para evitarlo y sus esfuerzos resultan inútiles.
El silencio de Susana es lo que más lo desconcierta.
Finalmente el bus llega al paradero frente al colegio y comienza a bajar algo de gente, Sebastián se aparta rápidamente y se abre paso a la fuerza, pone su chaqueta frente a él y entra raudo al colegio sin atreverse a voltearse y ver a Susana a los ojos.
El resto de la jornada Sebastián jugo literalmente al gato y al ratón, en cada ocasión que ambos se toparon él le hace el quite, se esconde en la biblioteca, en los baños o en una sala vacía, donde sea, no tiene cara para mirarla tras lo sucedido.
Sin embargo Susana al parecer lo busca, para matarlo cree Sebastián, mira con atención en los recreos, incluso les pregunta a los hermanos de Sebastián si lo han visto y les pide que le den el mensaje que ella quiere hablar con él, esto para el total desconcierto de ambos que simplemente no pueden creer que ella lo busque.
Cuando llega la hora de salida Sebastián apura el paso y se va por detrás del colegio para hacer el quite al tumulto y a sus hermanos, sin mencionar a Susana, camina lo más rápido que puede pero cuando va cruzando la calle alguien lo toma del brazo y lo jala, es Susana.
- Debemos hablar - le dice en un tono serio.



Continuara………………………………….

3 comentarios - El Pequeñín...... sera ? III

electroman61 +1
lo estoy siguiendo me esta gustando el relato aunque lo haría un poco mas largo pero igual esta bueno sin ir directo al final desarrollando así da gusto, saca la cuarta parte haber que pasa!