Finalmente estaba conviviendo con Walter( mi ex suegro) hombre que me encanta pero en dpto necesitaba unos arreglos de albañilería así él se fue a trabajar y quedamos que el sabado a las ocho venía el albañil un hombre de unos 50 años con una panza prominente y nada atractivo. Tocó el timbre tipo 8,15 estaba durmiendo así que agarré la mini del día anterior y con musculosa de tiritas salí a abrir porque me había quedado dormida. Entró,me miró de arriba abajo como escaneandome ,le indiqué el lugar de trabajo y me fui a tomar unos mates.
Mientras desayunaba escuché al señor que dijo: -doña necesito un martillo,no tendrá?-me mató el echo q me diga "doña" ,me acerqué,busqué entre las cosas de Walter y sin darme cuenta dejé mi cola al aire,la mirada del albañil hizo darme cuenta de la situación: estaba con la pollera totalmente subida con la tanga negra de encaje a total deleite del albañil,apenas me percaté de éso,la bajé rápidamente y dije : -disculpe...qué disculpe pedazo de yegua respondió y me apoyó contra la pared corriendome la tanga hacia un costado y penetrandome con fuerza una y otra vez,no quería,no tenía ganas pero me las contagió sólo pude acceder a los deseos de ése hombre espantoso que me tenía allí contra la pared cogiendo la conchita,llenandome de humedad por completo,jadeaba gritaba de placer.
Ése hombre espantoso estaba cogiendome bestialmente . Sacó su pija enorme y la pasó por la entrada de mi cola que estaba repleta de los jugos que mi conchita derramaba ,me negué mas de una vez pero no hubo caso la embistió terriblemente mientras balbuceaba groserías al oído ( así me gustan las clientas: bien putas y entregadoras,así goza con ése orto enorme que tenés) y tenías razón,no planeaba ser cogida por una albañil panzón a las nueve de la mañana de un sabado aparentemente tranquilo,pero ahí estaba gozando con la cola destrozada y gritando ,implorando mas y mas.
Sentí su lechita tibia llenar mi colita rota por ése hombre desconocido. Después de acabar,se limpió la pija semimuerta con la camisa y dijo : bueno doña me voy a trabajar,ya descargué el martillo.
Mientras desayunaba escuché al señor que dijo: -doña necesito un martillo,no tendrá?-me mató el echo q me diga "doña" ,me acerqué,busqué entre las cosas de Walter y sin darme cuenta dejé mi cola al aire,la mirada del albañil hizo darme cuenta de la situación: estaba con la pollera totalmente subida con la tanga negra de encaje a total deleite del albañil,apenas me percaté de éso,la bajé rápidamente y dije : -disculpe...qué disculpe pedazo de yegua respondió y me apoyó contra la pared corriendome la tanga hacia un costado y penetrandome con fuerza una y otra vez,no quería,no tenía ganas pero me las contagió sólo pude acceder a los deseos de ése hombre espantoso que me tenía allí contra la pared cogiendo la conchita,llenandome de humedad por completo,jadeaba gritaba de placer.
Ése hombre espantoso estaba cogiendome bestialmente . Sacó su pija enorme y la pasó por la entrada de mi cola que estaba repleta de los jugos que mi conchita derramaba ,me negué mas de una vez pero no hubo caso la embistió terriblemente mientras balbuceaba groserías al oído ( así me gustan las clientas: bien putas y entregadoras,así goza con ése orto enorme que tenés) y tenías razón,no planeaba ser cogida por una albañil panzón a las nueve de la mañana de un sabado aparentemente tranquilo,pero ahí estaba gozando con la cola destrozada y gritando ,implorando mas y mas.
Sentí su lechita tibia llenar mi colita rota por ése hombre desconocido. Después de acabar,se limpió la pija semimuerta con la camisa y dijo : bueno doña me voy a trabajar,ya descargué el martillo.
6 comentarios - Vino el albañil