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Mi primo y mi hermano me hicieron su puta

Este relato lo escribe mi prima, pero como le da pena lo manda por mi cuenta, espero les guste.

Todo comenzó en una fiesta. Había sido el cumpleaños de mi primo Saúl de 6 años, hermano de Sebastián. A mi parecer la fiesta era algo aburrida. Niños corriendo, bebés llorando, papás quejándose de la vida. Mi hermano Adrián platicaba con mi primo Sebastián. ¿de que?, no lo sé pero se veían muy misteriosos. Yo estaba sentada en la cabecera de la mesa dónde se habían sentado mis papás. Miraba a mi alrededor esperando que pasara algo interesante. Miré a los chicos y miré que Adrián le dijo algo al oído a Sebastián. Ambos rieron y voltearon a verme. Los ignoré y me serví un poco de refresco.

- ¡Majo! Gritó Adrián.

Me paré y me dirigí a ellos.

- ¿porqué tan apagada? Preguntaba Sebastián.

- ¿pues que quieren que haga? No hay nada interesante.

- ¿quieres venir con nosotros? Me preguntó mi hermano.

- ¿a dónde van?

- iremos a tomar a la casa y a charlar, ya que aquí no hay nada como tu dices.

- ¿ya le dijiste a mamá?

- no, pero no creo que se de cuenta. Mírala. Ni siquiera se a de acordar que existimos.

- no se...no creen que se darían cuenta de que no estamos.

- no seas chillona, ¿vas a venir o te quedarás a jugar con los niños? Jajaja. Dijo Sebastián molestándome.

- esperen, contesté.

- está bien, te vemos allá en afuera. Oye! No digas nada.

Fui por mi bolsa y en eso mi mamá me pregunta:

- ¿a dónde vas?

Me quedé quieta y la miré nerviosa.

- voy al baño.

- ¿y Adrián?

- no se, creo que estaba con Sebastián.

- bueno.

Seguí caminando hasta encontrarme con ellos.

- vámonos, les dije.

Los tres subimos al carro y fuimos camino a la casa.

- que haremos, oigan? Les pregunté.

Compraremos una botella y algo de comer.

- ah...¿y luego?

- ¿estarás así todo el tiempo?, preguntó mi hermano.

- ay! Solo quiero saber. ¿Que tiene?

- no te precipites, deja que las cosas fluyan.

- bueno ya.

Una vez que habíamos comprado una botella, llegamos a la casa.

- que alivio, decía Sebastián.

- relajémonos, dijo Adrián.

Me senté en el sillón.

- me gustó como te vestiste hoy, prima.

- gracias, tiene tiempo que no me ponía estos mayones.

- se te ven bien. Me alagaba.

- bien muchachos, tomemos, decía Adrián caminando hacía nosotros con dos caballitos en la mano.

- tome nena, me decía.

- toma pervertido. Le dijo a Sebastián.

- jaja no fastidies.

- ¡salud! Brindaba Adrián.

Los tres tomamos.

Resumiendo un poco las cosas, nuestra reunión empezó con charla de como nos iba en la escuela, las materias, los amigos. Fiestas, ligues, entre otras cosas, hasta que Adrián preguntó:

- ¿y ustedes que tal son en la cama?

- jaja ¿perdón? Le pregunté en tono gracioso.

- si, ¿que tal lo hacen?. ¡¡Vamos!! No me vengan con que aún no lo han hecho.

- pues...yo no, contesté insegura y nerviosa.

Los dos idiotas me voltearon a ver como si hubiera dicho algo fuera del otro mundo.

- ¿que? Pregunté.

- no nada, dijeron.

- oigan, no todos tenemos que coger tan rápido.

- no es eso, dijo Sebastián.

- ¿entonces?

- pues...pensábamos que si.

- ¿hee? ¿Cómo? ¿Cómo que pensaban?

- ajá, dijo, ya no eres una niña, tienes 20 años.

- ¿y eso que? Puedo tener 25 y aún siendo virgen.

- ¡vamos! Ya a esa edad es raro que una chica como tu, sea virgen, decía Adrián.

- ¿como que como yo?

- si, contestó mi primo.

- ya dile, le dijo mi hermano a Sebastián.

- decirme que.

- te queremos proponer algo, dijo Sebastián.

- ¿que cosa? Respondí nerviosa

- ¿que aceptarías a cambio de dejarnos verte denuda?

- ¿queeee? Respondí molesta y exaltada.

- ¡vamos! No le diremos a nadie, me decía mi hermano.

- ¡¡están pendejos!! Me levanté caminando a la puerta.

Al casi llegar Adrián se interpuso en mi camino.

- ¿que haces? Déjame salir.

- no lo haré, y tranquilízate.

- como quieres que me tranquilicé, están enfermos.

- Relájate, me decía Sebastián parándose detrás de mí, tomándome de los brazos.

- ¡¡suéltame!! Me sacudí.

- no lo vamos a hacer, corazón, me decía Sebastián al oído.

- ¿porque no se buscan a una puta y se la cogen, les decía enojada.

- porqué esa puta serás tú, me dijo mi hermano acariciándome el rostro.

- suéltame, asqueroso.

Se acercó bruscamente y me plantó un beso en mis labios. Sebastián soltó mis brazos dejándole el turno a mi hermano.

Sus besos eran muy profundos, metía su lengua en mi boca.

- para, no sigas, le pedía.

- claro si, me gusta tu linda boca.

Mi primo me tomaba de la cadera. Sus manos eran largas. En un segundo empezó a tomarme del culo. Me manoseaba. Sus manos me empezaron a generar una sensación agradable pero no estaba bien lo que hacían.

- mírate, tienes un culo bien paradito, primita. Estás muy rica, me decía al tocar cada zona de mis nalgas. Me acariciaba la entre pierna.

- no, paren, ahí no, les suplicaba con los ojos cerrados aunque a la vez me estaba empezando a gustar.

Mi hermano empezó a besar mi cuello.

- me encanta tu piel, Majo. Lisa, suave, blanca. Eres lindísima.

- no me hagas esto, por favor.

- déjate, verás que te va a gustar, me decía Adrián.

Sebastián me manoseaba el culo muy rico. Resbaló un dedo sobré mi vagina, ¡Dios!, ¿que me pasaba?. Estaba cediendo.

- estás calientita de abajo, primita. Deja que te de una buena chupada.

- no!!

Aunque tenía el mayón, su delgadez no me protegía de las manos de mi primo. Al tocarme pareciera como si no tuviera nada. Lo que hacía que me gustara.

Cubrió mis nalgas con sus manos y se agachó.

- que rico culo, tienes, juraría que te lo mamaría con mucho gusto.

Mientras mi primo me manoseaba abajo, mi hermano invadía de besos mi cuello.

- sabes estupendamente, Majito, me decía Adrián.

- para, hermanito. ¡No me hagas esto!

- ¿sabes que es lo más rico?

- no, ¿que?

- que aún eres virgen. Deja que nosotros te enseñemos.

Justo cuando contestó mi hermano, Sebastián plantó su cara en mi culo.

- que rico hueles, me decía.

Su cabeza estaba entre mis dos glúteos, oliendo mi trasero.

La sensación o el hecho de lo que Sebastián estaba haciéndome, me estaba excitando.

- ¿sabias que siempre he querido chuparte las puntas de tus pechos?, me lo hacía saber mi hermano.

- no, y no lo harás, le respondí.

Mi primo justo en ese instante, tomó el resorte de mi pantalón y lo bajó lentamente, desnudando mi culo parado.

- ¡¡no, ¡Sebastián! ¡no lo hagas! Le suplicaba.

Le decía desesperadamente. No quería que vieran que solo tenía puesto eso.

- ¡¡Dios mio!! ¡¡Mírate, no puede ser!! No tienes absolutamente nada!!!

Me miró al rostro mi hermano, diciendo:

- tranquila, relájate, somos de confianza, ¿que es lo peor que puede ocurrir?

Lo miré a los ojos. No tenía muchas alternativas. Y a pesar de que era virgen, también me gustaría probar, que me enseñaran. Me dió un beso en los labios.

Mi primo bajo mi pantalón hasta los muslos y levanto mi culo.

- mmmm…Estás más rica que nada, decía Sebastián con tono excitado y pervertido.

Sus manos separaron mis glúteos y de repente sentí que empezó a lamer mi ano. La sensación de su lengua era algo indescriptible.

Dejé de besar a mi hermano y giré la cabeza a la derecha, consiguiendo ver a mi primo.

- que rica sabes, primita. Tienes un hermoso culo.

- ¿porque lo haces?, para.

Sin responder, volteé a ver a mi hermano y me volvió a besar. Liberó mi brazo izquierdo y puso su mano derecha sobre mis pliegues. Tomé su brazo evitando que siguiera.

- no lo hagas, ¿si? Le dije.

Sin responder, sus dedos empezaron a frotarme en la parte de mi clítoris.

Nadie me había tocado así, a pesar de que no me parecía lo que estaban haciendo, me estaba excitando. Sus dedos se movían muy rico.

- ¿te gusta, hermanita?, me preguntó Adrián.

- no se...no sigas.

- no preciosa, no voy a parar, me dijo dándome un suave beso.

Ya no podía hacer más. Mi brazo que estaba evitando que me tocara mi hermano ahora estaba recargado en su hombro.

- Aaahhh!! Gemí un poco.

- eso preciosa, relájate, me incitaba mi hermano.

Mi primo disfrutaba de mi culo. Lo sentía. Me excitaba tener su boca ahí abajo.

Chupaba mi la entrada de mi culo. En ese momento, colocó un dedo en mi agujerito y me penetro delicadamente.

- Aaahhh!!! ¿Que haces?, pregunté confundida.

- tranquila primita.

Penetraba mi ano con su largo dedo. No lo podía creer.

Acerqué mi brazo izquierdo a mi culo, consiguiendo que me soltara mi hermano del brazo y agarré la mano de mi primo.

Solo la tomé sin forzar a que se detuviera. Había lubricado mi orificio con su saliva. La forma en como me introducía su dedo me gustaba. Mi hermano quito su mano de mi vagina y lamió su dedo.

- sabes ácida, pero te la comería con ganas, hermanita.

- ¿heeee?, le preguntaba desorientada. Estaba excitada.

- ven, quítate la blusa, me decía desabrochándome y chupando mis labios.

Mientras desabrochaba botón por botón, le acariciaba el rostro.

Abrió mi blusa.

- mírate, tienes un lindo cuerpo.

- ¿que vas a hacer?

- pienso chuparte las tetas, mi vida. Siempre he querido eso.

Cubrió mis copas con sus manos y quitó el seguro que se encontraba en medio de las dos copas.

Se paró mi primo y colocó sus manos en mi cintura, diciéndome al oído:

- parece que a la niña ya le gustó esto, ¿verdad?

- yo creo que si, complementaba mi hermano.

No les decía nada, simplemente no tenía otra alternativa más que dejar que me tocarán y probaran mi cuerpo.

Mi primo apretó en es momento mis tetas, y mi hermano bajó a lengüetearme el clítoris.

- ¡¡Aaahhh!! ¡¡Adrián!! ¡¡Rayos!!

- eso primita disfruta, no digas que no te gusta, me decía Sebastián al oído.

- cállate!! Aaahhh!!!

- ¿quieres sentir más rico?, hermosa, preguntó Sebastián.

No contesté pero sentí como frotaba mi ano con su dedo sin meterlo. Masajeaba mi orificio. Dios, se sentía muy rico. Mi hermano chupándome la vagina y mi primo acariciándome mi orificio anal.

Sin pensarlo, empecé a acariciar el rostro de mi primo.

- vamos hermanita, quítate bien tu pantaloncito.

Dejé que lo hiciera. Dejé que ellos me hicieran lo que se les antojara. Al desnudarme de abajo, vi como Adrián se acostó debajo entre mis piernas y me dijo:

- siéntate en mi cara, bonita, ven.

Lo miré. Mi primo me bajó despacio. Me guió logrando debilitar mis rodillas. Flexioné con nervios.

- tranquila, corazón, me tranquilizaba mi primo. Lo volteé a ver y vi como chupaba el dedo con el que me froto el ano.

- sabe rico tu culo, hermosa.

No respondí pero lo que había hecho se me hizo excitante.

Las manos de Adrián tomaron mis piernas acercando mi culo a su rostro. Quede sentada en él. Me levantó un poco y empezó a lamer mi vagina.

- ¡¡Aaahhh!!

- disfrútalo, primita.

La lengua de mi hermano me hizo soltar jadeos que ni yo misma creí hacerlos.

Su rica lengua acariciaba toda mi vagina y mi rabito.

Me acariciaba mis senos. Pellizcaba mis puntas, las jalaba.

De repente mi primo empezó a desabrocharse el pantalón con rapidez.

Vi como su grueso pene se marcaba en su bóxer.

- ven, tócalo, me decía tomando mi mano derecha.

La tenía muy dura. Solo tocársela hacía excitarme más. Mordía mi labio superior de lo excitada que estaba.

Bajé lentamente su bóxer logrando que su largo miembro saltara.

- ¡¡Dios!!

Me puse nerviosa. Nunca había hecho eso.

Lo tomé. La tenía dura, caliente, podía sentir sus venas marcadas.

- chúpamela, primita, ándale.

Despejé mi cabello de mi cara y me metí su pene.

- eso preciosa!!! Mámamela!!!

No creía lo que estaba haciéndole. Chupaba su miembro con ganas. Se lo succionaba y lengüeteaba su punta.

Me la saqué y di un lindo jadeo.

- Aaahhh!!! Siii!!!

Mi hermano me la estaba lamiendo muy rico. Lengüeteaba muy sabroso mi clítoris.

- chupa, me decía mi primo tomándome de la nuca para acercarme a su miembro.

Me la metí sin problema. Abrí lo mas que pude mi linda boquita y llevé todo su largo y duro pene hasta mi garganta.

Su glande pegaba en mi campana, bajaba por mi garganta.

- así primita, lo haces bien.

Plantó sus dos manos en la parte de atrás de mi cabeza y me mantuvo así por unos segundos. No podía respirar. Me quería apartar pero me ganaba la fuerza de Sebastián. Dios, no respiraba bien. Mis ojos empezaron a soltar lágrimas. Mi sufrimiento se revolvía con el placer que me generaba mi hermano. Le pegué en el muslo a Sebastián, y me aparté.

- estúpido!! Me estaba quedando sin aire!!, le grité agitada.

Me limpié mis lágrimas.

- tranquila, ¿si?

Me besó,

- Aaahhh!!! Espera!!! Gemí.

Sacó su lengua y lengüeteó mis labios. Saqué al igual mi lengüita y comencé a jugar con la suya.

Ambos revolvíamos nuestra saliva.

- quiero cogerte por el culo y llenarte de mi semen, me decía mi primo.

- Aaahhh!!! Si!!! Pero él no para!!!

- ahorita yo lo quito, descuida.

- Aaahhh!!! Ajá!!!

Se apartó de mi boca, diciéndole a mi hermano:

- cambiaremos, párate.

Levantó mi culo de su rostro.

- ¿ahora que? Preguntó Adrián.

- ella quiere hacer cambios

No sabía que decirles.

- ¿quien hará que? Preguntó mi hermano

- solo siéntate en el sillón, le ordenó.

- jaja está bien. Sorpréndeme hermanita.

Sin contestarlo me hinqué frente a él y comencé a desabrocharle el pantalón.

Se levantó ayudándome a quitárselo. Se quito su calzón.

- chúpamela, ven. Me pedía mientras se jalaba su verga.

Me acerqué y resbalé mi lengua en todo su tronco desde sus testículos hasta su punta.

- eso hermanita!! Me decía acariciando mi cabello.

Se paró detrás de mí Sebastián y me dió una fuerte nalgada.

- ¡¡¡hey!!! Le grité.

Me acarició el trasero diciéndome:

- incite, ponte en cuatro.

Lo obedecí. Me puse en cuatro y paré un poco mi culo, de modo que viera mi rajita y la entrada de mi culo.

- eso primita.

Se hincó y besó mi espalda.

Puso sus manos sobre mis glúteos y los separó consiguiendo abrir mi zona.

- métemela, primo. Cógeme como me dijiste.

- así que ya das ordenes, maldita puta, me dijo mi hermano.

- oye, no me hables así.

- te voy a hablar como se me de la gana, entendiste.

Lo miré seriamente

- deja de mirarme y chúpamela.

Me forzó a meterla en mi boca. No quería pero su fuerza me ganaba.

- eso, así, chúpala, has que me venga en tu rica boca.

Mientras mamaba la verga de mi hermano, mi primo de posicionó detrás de mí. Rosaba su punta en mi mojado ano. Sentía rico, como si me estuvieran lamiendo. Colocó su punta y empezó a empujarla.

- empuja, métemela, le decía.

Solté la verga de mi hermano y tomé mi culo para separar mis nalgas.

- mételo con fuerza, vamos.

- no quiero que te duela, me decía.

- espera, le dije.

Acerqué mi mano derecha a mi boca y escupí para luego llevarla a mi culo resbalándola sobre mi ano. Introduje dos dedos consiguiendo hacer mi orificio más grande. Mi primo frotó mi vagina bañando sus dedos de mis jugos vaginales. Me sentía muy mojadita, como si me hubiera orinado.

- estás chorreando Majito.

- si, jaja me siento muy húmeda.

Retiré mis dedos, diciéndole:

- métemela, primito.

Miré a mi hermano. Se jalaba su verga. La tenía más larga que la de Sebastián.

Me peiné y tomé su rico miembro.

- aso, está caliente y dura, dije.

- pruébala, es toda tuya.

Justo cuando iba a chupársela, sentí el miembro de mi primo penetrándome por el ano.

- Aaahhh!!! Gemí haciendo un gesto de dolor.

Dios, me ardía el culo. Me mataba de dolor.

- para!!!para!!!, espera!!!, me duele!!!.

Había metido la mitad de su verga dentro de mí. Lo sentía.

- me gusta verte así, primita. Te vez linda, me decía al oído acariciando mis muslos. - hazlo con delicadeza, por favor.

- yo veré.

Una vez que terminó de contestarme, mi hermano me tomó de la nuca y me acercó a su verga. Me la untó por todo el rostro. Estaba suave, dura, olí su glande.

- que rico hueles, le dije.

- chúpala, ¡vamos!

- Aaahhh!!! Dios!!! Gemí y grité al sentir los empujones de mi primo. Me penetraba con delicadeza.

- ¿te gusta como te lo meto?, preguntó.

- si, aunque me sigue doliendo.

- relájate.

Besé el pene de mi hermano, lo lamía, tenía un rico aroma. Escupí su punta y la jugué con mi lengua.

- eso, preciosa, así.

- ¿lo hago bien?

- lo haces de maravilla, no pares.

Sacó su verga mi primo.

- Aaahhh!!! Siento rico!! Me gusta!!!

Me liberó delicadamente el ano. Lo sentía estrecho.

- lo tienes bien abierto, primita.

- tu verga está gruesa, corazón.

- me gusta como te ves con el culo bien abierto, Majito.

- no creí que me lo dejaras así.

- ni yo, pero aquí estamos.

- chúpamelo, déjame sentir tu lengua en mi culito.

- si, mi vida, claro que lo haré.

Se apartó un poco y de un movimiento sentí su linda lengua en mi ano.

- aaahhh!!! Así!!! Chúpame!!!

- ven linda, me decía mi hermano metiéndome su verga a la boca.

¡Dios! Que puta soy. Me dejaba coger muy pervertidamente. Mi primo probándome el culo, y mi hermano penetrándome la boca.

La verga de mi hermano me llenaba la boquita. Como no me entraba bien, mi saliva empezó a escurrir por mi mentón. La tenía lubricaba de saliva. Al penetrarme su verga, me llegaba hasta la campana. Dios, sentía que iba a vomitar. Era riquísimo como me hacían su puta mi hermano y mi primo.

Retiré su pene y dije:

- eso bebé, chúpame el ano como si fuera la única vez que te dejara hacerlo.

- me encantas, hermosa. Lo tienes bien abierto.

Su lengua entraba en mi hoyo. Sentía muy rico. Me lamía con gusto.

- quiero metértelo en la vagina, ven, me dijo mi hermano Adrián.

Se paró del sillón.

- te toca allá, ¡hey! ¡Ya déjala! Le decía mi hermano a Sebastián.

Se paró mi primo y se sentó en el sillón. Ambos cambiaron de lugar.

- que sabrosa te vez, hermanita.

Al estar en cuatro patas, solo se montó en mi colocando su punta en la entrada de mi vagina sin penetrarme aún.

- ¿estás lista?

- si, hazlo. Cógeme.

- está bien, aquí vamos.

Resbalaba su punta sobre mis pliegues húmedos. Uso mis fluidos para lubricar su puntita. Al hacerlo fue introduciéndola en mí.

- aaaahhhhh!!!! Despacio!!!! No lo metas tan rápido, por favor, tranquilo, le suplicaba para que no me doliera.

Era una chica que no había tenido sexo.

- Ssshhhhh!!!! Si, hermosa, tranquila, me decía al oído.

- si, despacio.

Me estaba desgarrando al meter su miembro en mí. Apretaba los muslos de mi primo conteniendo el dolor.

- Aaa!!! Duele, duele.

- ssshhhh!!! Tranquila!!! Me decía mi primo al inclinarse hacia mí, lengüeteando mis labios. Introducía su linda lengua en mi boca. La verga de mi hermano me estaba entrando lentamente. Tuve que aguantarme. Me ardía. Quería llorar.

- tranquila, hermosa, decía mi hermano.

- si, de acuerdo.

Se pegó a mi espalda Adrián y me tomó de la garganta. Me cubrió con su mano. No se que intentaba hacer. Parecía como si me quisiera asfixiar.

- voy a metértela toda

- no por favor!! Me duele!!

- no me importa, aguántate.

Una vez que me dijo eso, me dió un empujón introduciendo toda su larga verga.

- aaaahhhhh!!!!! Nooo!!!! Espera, espera!!!! Gritaba de dolor.

Me abrazó fuertemente. Su pecho se recargaba sobre mi espalda y sus manos cubrían mi estomago.

- me voy a hincar y quiero que te sientes sobre mí, me dijo.

Me separé de los labios de Sebastián y me eché hacia atrás, consiguieron que mi trasero callera sobre los muslos de mi hermano logrando que su rica verga me entrara bien en mi vagina.

- ¡¡rayos!! Decía yo dando un profundo respiro.

- eso chaparrita, hazlo de nuevo.

A pesar de que me dolía demasiado, me había gustado como me entró su rico miembro.

Subía y bajaba mi cadera, flexionaba mis piernas. Me entraba y me lo sacaba.

Mi primo se sentó en la orilla del sillón y me metió su pene dentro de mi linda boca.

- chúpala, mi vida, trágatela, me decía acariciando mi cabello.

Nunca imaginé hacer todo eso. Dejar que mi hermano me cogiera mientras mi primo me obligaba a chupársela

Los movimientos de mi hermano y su ritmo me estaba encantando. Me penetraba lentamente y a la vez rápido. El dolor aún estaba pero había disminuido.

- me encantas, majo. Me gusta tu culo parado, me decía Adrián.

El miembro de mi primo estaba bañado de mi saliva. La lubricación me incitaba a metérmelo todo hasta adentro.

- Aaahhh!!! Eso preciosa!!! Cómetela!!!

Me gustaba que me primo me dijera como le gustaba.

- ¿te gusta como te la chupo?, le preguntaba.

- si, me encanta! Lo haces bien!

La penetración de mi hermano había hecho que mi dolor se esfumara. Me estaba empezando a gustar más.

- así!!! Métela más!!!

- ¿la quieres toda, hermosa?

- si!!! Toda!!! Cógeme más rico!!! Házmelo!

- se siente de maravilla!! Me excitas mucho!!! Me decía Adrián con un tono entrecortado. No estaba segura si quería venirse, pero si fuera eso, dejaría que lo hiciera.

- vamos hermanito, cógeme bien rico!!! Le decía excitada.

Me estaba volviendo toda una puta. A pesar de que esto que los tres estábamos haciendo estaba mal, lo disfrutaba como nunca.

- sigue primita, quiero venirme en tu boquita, me decía Sebastián acercando mi cara a su largo miembro.

Abrí mi boca y me la tragué intentando que me entrara más. Dios, si que me había entrado bien. Sus testículos chocaban con mis labios. Su punta atravesaba mi campana bajando por mi garganta. Me empecé a quedar sin oxigeno, pero mi primo no me dejaba sacarme su verga.

Plantó sus dos manos para sostener mi cabeza y penetrarme la boca con un ritmo acelerado.

- eso corazón, deja que te coja esta boquita.

Apreté sus muslos, los pellizqué para que me soltara. No lo hacía. Me estaba ahogando, no podía respirar. Mi respiración estaba acelerando como si me estuviera convulsionando. Me lloraban los ojos.

Lo sacó y solté un ligero eructo. Respiré como loca.

- ¡Dios! No lo vuelvas a hacer! Le grité.

- mejor no digas nada que bien que te gustó, me decía mi hermano al oído mientras me cogía. Lo hacía muy bien.

- quiero cambiar, dije.

- ¿ahora como?, preguntó mi primo.

- ya sé. Acuéstate, le dije a Sebastián.

- ¿mmm acostarme?

- si, hazlo.

Me obedeció el niño. Se acostó sobre el tapete. Su verga la tenía muy parada.

- mmmm que rica la tienes, le decía a mi primo.

Me hinqué de modo que mi vagina tocara su punta.

- Métetela majo. Anda.

- espera, respondí.

Resbalaba su punta sobre mis pliegues mojados. Se sentía muy rico. Quería meterla pero quise esperar.

De pronto, sus manos se apoyaron en mi cadera y me bajó de un movimiento logrando meter su punta.

- Aaahhh!!! Que rico, dijo soltando a la vez un jadeo.

- métemela más, cógeme. Comencé a brincar en su rico miembro, haciendo que me entrara y me saliera. No imaginé que coger fuera a ser tan rico.

- si!! Házmelo!! Vamos, papito!! Lléname de semen!!

- si, primita, eso quiero hacer!!! Contestaba mi primo muy excitado.

- Lamela, ven, me decía mi hermano pegando la punta de su verga sobre mis labios.

Saqué mi lengüita y la resbalé sobre su glande. También quería su espesa leche.

- ¡¡Aaahhh!! Siii!!! Así!!!! Jadeaba e incitaba a mi primo al sentí que me penetraba el ano con su dedo y a la vez la vagina con su grueso miembro.

Apreté el culo manteniendo su lindo dedo dentro de mí.

- Así quédate bonita, me dijo mi primo

- si!! Se siente rico!!!

De repente empecé a brincar desesperadamente.

- Aaahhh!!!! Rayos!!!! Siiii!!!! Cógeme!!!! Métemela hasta adentro!!!, decía yo excitada y alocadamente.

- siii!!! Sigue, preciosa!!! Haz que me venga!!!

- si, Seba...!!! Que rico!!!! Hazme tuya!!!

- ya eres nuestra, corazón!!! Me decía mi hermano.

- métanmela!!! Quiero que me cojan los dos!!!

Que pervertida estaba siendo yo. Salía esa personalidad mía que aún no conocía.

- levántate y voltéate. Ven, me ordenó Sebastián sacándome su dedo y su larga verga.

Me levanté y me volteé quedando frente a Sebastián, y me volví a montar sobre él tomando su miembro para metérmelo.

- Aaahhh!!, solté un suave gemido.

- ¡¡Dios, que buena estás!!, dijo Sebastián, tomándome de la cintura.

Adrián se pego a mí y se hincó. Me incliné hacía delante como queriendo recostarme en el pecho de mi primo, y

Una vez estando en esa posición, Adrián colocó la cabeza de su verga en la entrada de mi culo. Lo tenía muy dilatado. El haberme cogido por el ano, no se le dificultaría penetrarme de nuevo.

- mételo, vamos!!!, lo incitaba con una voz entrecortada.

Agarré su pene y me lo metí yo. Me tomó de los brazos y me jaló hacía él.

- Aaahhh!!!! Que rico!!!! Sii!!!!

¡Woww! Me había entrado todo en el culo. Su enorme verga me estaba entrando muy sabroso.

- eso, hermosa, muévete!!!, me decía mi hermano.

- ¡¡Dios, Majo!!! Me voy a venir!!! Decía mi primo.

- sii!!! Hazlo!!! Lléname de tu rico semen!!!

- ¡¡¡ue puta eres!!! Me dijo Adrián a la oreja.

- pero aún así me sigues cogiendo, ¿no?. Le contesté seria y excitada.

- si!! Y lo seguiré haciendo primita!!

- si, que rico, cógeme las veces que quieras!! Aaahhh!!!

- vamos, ya!!! Gritaba mi hermano cogiéndome más rápido.

Quería venirse a propósito. Y eso me estaba gustando.

- eso primita, brinca!!! Decía mi primo.

- sii!!! Se siente bien que me cojan!!! Aaahhh!!!!

- si!! Eso!! Ya casi!! Ya casi!!!

- si!!!! Házmelo!!!

Les urgía venirse. Y lo hicieron.

- Aaahhh!!! Dios!!! Siii!!! Que rico!!! Aaahhh!! Celebraba mi primo al expúlsame su semen dentro de mi vagina.

- ya casi!! No te muevas!!!, me pedía mi hermano mientras el llevaba su ritmo.

Sus testículos chocaban con mis nalgas.

- Aaahhh!!!! Yaaa!!!! Siiii!!!!, gemía Adrián.

Me abrazó fuertemente y me penetraba suevamente.

- tranquilo, corazón, le decía pellizcando mis tetas y frotándome el clítoris.

Sacó su verga despacito hasta liberarme. - Aaahhh!!! Que bien me lo hiciste, le dije a Adrián.

Se paró, al igual que yo sacándome el miembro de mi primo.

Me sentía muy sucia. Cogida, con semen en mi interior.

- debemos regresar, dije.

- ¿que hora es? Preguntó Adrián.

- las 5:30, contestó Sebastián.

- vámonos muchachos. Seguro ya nos han de estar buscando, dije.

Nos vestimos los tres. Y Sebastián se encargó de guardar la botella y los caballitos.

- ¿listos? Preguntó Adrián.

- si, ya.

Dejamos ordenado y al llegar de nuevo a la fiesta. Todo seguía normal. Tal como cuando nos fuimos.

- ¡¡hey!! Oigan!!! Gritaba mi mamá.

- ouch!! Ya nos cacharon, dijo Sebastián.

- ustedes, tranquilos, yo me encargo, dije.

- ¿que pasó mamá?

- ¿dónde estaban?, preguntó.

- fuimos a comprar unas cosas para una reunión que haremos con unos amigos.

- ¿y...las cosas?

- ah las dejamos con un amigo. El nos acompañó y como será en su casa, se llevó las cosas.

- aa...está bien.

- ¿y cuando es esa fiesta? ¿Porque no dijeron que iban a salir?

- es que pensábamos que no tardaríamos.

- de acuerdo, luego quiero detalles de esa fiesta.

- si, mamita, no te preocupes. Mis primitos me cuidaran muy bien. Es más, no se separaran de mí. ¿Verdad?

Solo faltaba que los tarados la echaran a perder. Solo me miraban como lelos.

- ah no…descuida mamá, nos encargaremos de cuidarla.

- si, tía. No te preocupes. Nosotros seremos sus guardaespaldas. Tenlo por seguro.

- bueno, bueno. Coman pastel. Y ya no se anden perdiendo.

Caminamos a la mesa del pastel.

- ¿y cuando será esa fiesta, Majo?, preguntaba Adrián.

- ¿cuando quieren cogerme?, les pregunté con un tono burlón.

FIN

7 comentarios - Mi primo y mi hermano me hicieron su puta

bier324 +1
Excelente relato! Te dejo puntos
KaluraCD
Mi primo y mi hermano me hicieron su puta


Excelente 👏 👏 👏

Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...