Tengo un primo de nombre Gerardo, de unos treinta y cinco años, el esta casado con mi prima en realidad, es un hombre no muy alto, bien macizo con sus músculos marcados, morocho de ojos café, un hombre interesante para muchas mujeres... Yo siempre lo veía y no le daba importancia, era el esposo de mi prima, pero una vez lo vi en la pileta, con su short mojado y noté se le marcaba su pedazo de gran tamaño, él me miro pero yo disimule al instante.
Al poco tiempo tuvo que ser internado en un sanatorio para unos estudios que tenia que hacerse, la internación llevo mas de tres días y uno de esos días me toco quedarme a hacerle compañía, ya que mi prima debía ocuparse de sus hijos.
Era tarde ya y la clínica no tenia mucho movimiento, él estaba durmiendo, ya la habitación estaba oscura, yo estaba sentada al lado de la cama leyendo, de pronto Gerardo extiende su mano y la pone sobre la mía pronunciando el nombre de mi prima, atiné a quitar mi mano pero él la apretó aún más. Comprobé que estaba dormido, supongo que soñando con mi prima, entonces la curiosidad me invadió, pensé en seguir el juego y aprovecharme que estaba dormido y confundido, así que me recoste en su torso y me quede quieta, él tomó mi cabeza y la comenzó a bajar hacia su abdomen, me sentí incomoda y nerviosa, pero al ver que su ropa interior, me dí cuenta que su pene comenzaba a tomar vida, lo comencé a mirar, se notaba a travéz de la bata que era un pedazo bien grande, asi que bien sigilosamente para no despertarlo corrí su bata para verlo en directo y ahí estaba, bien gordo, lleno de venas, se iba agrandando de a poco y tomaba un tamaño realmente asombroso.
Tengo que ser sincera, me invadían muchas sensaciones, nerviosismo por que alguien me descubriera en el sanatorio, culpa por ser el esposo de mi prima, pero tremenda excitación de tener ese pene listo, erecto, con su cabeza a medio descubrir por esa piel tan suave, lleve mi mano a esa escultura y comencé a descubrir el glande, cuando quedó libre asomaba una hermosa cabeza roja y brillosa, seguí jugando masturbándolo de a poco, bien suave y veía como el se movía placenteramente, le gustaba y eso me excitaba aun mas, empece a sentir como mi sexo se humedecía cada vez mas , comenzó a empujar mi cabeza mas abajo hasta que tuve ese mástil a dos centímetros de mi cara, quería saborearlo pero no me animaba y fue ahí cuando lo tomó con su mano y comenzó a golpearme la cara, es así que varias veces choco con mi boca cerrada, en un momento la abrí un poco y sentí el rose de su verga, luego saque un poco la lengua y toque ese pedazote caliente, con gusto a hombre, de a poco abrí mas la boca hasta que la tuve adentro mio, de a poco me lo fui metiendo mas y mas, el seguía diciendo el nombre de mi prima, cosa que en ese momento ya no me importaba, solo quería disfrutar de esa cosa hermosa que tenia en mi boca.
Se lo chupaba con mucha suavidad, lo llevaba bien al fondo de mi garganta, lo sacaba y lamia todo su tronco, acariciaba sus dos huevos que estaban duros como roca, mi lengua jugaba con su cabeza y su falo, era algo enorme y a punto de estallar, mientras con los dedos de mi otra mano empecé a penetrar mi conchita, hasta que comenzó a salir el liquido pre-seminal, amargo, caliente, lo saboreé pasándolo por toda mi boca y lo tragué, yo deseaba beber todo su semen, esperaba bien excitada ese momento hasta que por fin estalló, libero toda su leche, que salia como si fuera un volcán, llenó toda mi boca, mi cara, mi pelo mientras yo se la seguía succionando hasta tomar la ultima gota.
Me incorporé y él me estaba mirando, asombrado, asustado, diciendo que lo perdone, que no sabia lo que había hecho, yo lo disfrute como loca pero me hice la ofendida, le dije que eso quedaría entre nosotros y me retiré simulando llorar.
Fui al baño donde me limpie y volví, pero esta vez me quede en el pasillo. Desde ese día, cada vez que nos cruzamos en alguna reunión familiar o donde sea, a Gerardo le cuesta mirarme a la cara y a mi me cuesta dejar de mirarle la entrepierna je...
De yapa y a pedido, una foto mia...
Al poco tiempo tuvo que ser internado en un sanatorio para unos estudios que tenia que hacerse, la internación llevo mas de tres días y uno de esos días me toco quedarme a hacerle compañía, ya que mi prima debía ocuparse de sus hijos.
Era tarde ya y la clínica no tenia mucho movimiento, él estaba durmiendo, ya la habitación estaba oscura, yo estaba sentada al lado de la cama leyendo, de pronto Gerardo extiende su mano y la pone sobre la mía pronunciando el nombre de mi prima, atiné a quitar mi mano pero él la apretó aún más. Comprobé que estaba dormido, supongo que soñando con mi prima, entonces la curiosidad me invadió, pensé en seguir el juego y aprovecharme que estaba dormido y confundido, así que me recoste en su torso y me quede quieta, él tomó mi cabeza y la comenzó a bajar hacia su abdomen, me sentí incomoda y nerviosa, pero al ver que su ropa interior, me dí cuenta que su pene comenzaba a tomar vida, lo comencé a mirar, se notaba a travéz de la bata que era un pedazo bien grande, asi que bien sigilosamente para no despertarlo corrí su bata para verlo en directo y ahí estaba, bien gordo, lleno de venas, se iba agrandando de a poco y tomaba un tamaño realmente asombroso.
Tengo que ser sincera, me invadían muchas sensaciones, nerviosismo por que alguien me descubriera en el sanatorio, culpa por ser el esposo de mi prima, pero tremenda excitación de tener ese pene listo, erecto, con su cabeza a medio descubrir por esa piel tan suave, lleve mi mano a esa escultura y comencé a descubrir el glande, cuando quedó libre asomaba una hermosa cabeza roja y brillosa, seguí jugando masturbándolo de a poco, bien suave y veía como el se movía placenteramente, le gustaba y eso me excitaba aun mas, empece a sentir como mi sexo se humedecía cada vez mas , comenzó a empujar mi cabeza mas abajo hasta que tuve ese mástil a dos centímetros de mi cara, quería saborearlo pero no me animaba y fue ahí cuando lo tomó con su mano y comenzó a golpearme la cara, es así que varias veces choco con mi boca cerrada, en un momento la abrí un poco y sentí el rose de su verga, luego saque un poco la lengua y toque ese pedazote caliente, con gusto a hombre, de a poco abrí mas la boca hasta que la tuve adentro mio, de a poco me lo fui metiendo mas y mas, el seguía diciendo el nombre de mi prima, cosa que en ese momento ya no me importaba, solo quería disfrutar de esa cosa hermosa que tenia en mi boca.
Se lo chupaba con mucha suavidad, lo llevaba bien al fondo de mi garganta, lo sacaba y lamia todo su tronco, acariciaba sus dos huevos que estaban duros como roca, mi lengua jugaba con su cabeza y su falo, era algo enorme y a punto de estallar, mientras con los dedos de mi otra mano empecé a penetrar mi conchita, hasta que comenzó a salir el liquido pre-seminal, amargo, caliente, lo saboreé pasándolo por toda mi boca y lo tragué, yo deseaba beber todo su semen, esperaba bien excitada ese momento hasta que por fin estalló, libero toda su leche, que salia como si fuera un volcán, llenó toda mi boca, mi cara, mi pelo mientras yo se la seguía succionando hasta tomar la ultima gota.
Me incorporé y él me estaba mirando, asombrado, asustado, diciendo que lo perdone, que no sabia lo que había hecho, yo lo disfrute como loca pero me hice la ofendida, le dije que eso quedaría entre nosotros y me retiré simulando llorar.
Fui al baño donde me limpie y volví, pero esta vez me quede en el pasillo. Desde ese día, cada vez que nos cruzamos en alguna reunión familiar o donde sea, a Gerardo le cuesta mirarme a la cara y a mi me cuesta dejar de mirarle la entrepierna je...
De yapa y a pedido, una foto mia...
12 comentarios - El marido de mi prima...
ME LA DEJASTE MAS GRANDE QUE EN MI FOTO DE AVATAR JAJAJA
GRACIAS