Les traigo un nuevo relato, espero que les guste, yo se que se me hizo largo, pero créanme que es mejor contar bien las cosas, "paso a paso" 😉 Y de yapa, al final, las fotos que este papa travieso le saco a su nena. Disfruten 😃 😃 😃
Las separaciones siempre son duras, y más cuando no se tiene suficiente dinero, y entonces, la pareja decidió dividirse la manutención manteniendo bajo su techo, cada uno a una de sus hijas.
El padre soltero y joven llamado José a pesar de tener un pequeño departamento y un sueldo de fotógrafo profesional que esperaba por progresar, decidió darle el sí a su nueva inquilina.
Su hija Rocío entró con gracia y lo abrazó con afecto. Se vestía con ropa de gimnasia unos yoggins, campera de algodón, remeras con estampados desprolijos, y pocos accesorios.
- Es muy chiquito, pero confortable ¿No?- Y noto lo suelta de ropas que había venido, mientras él entraba dos enormes bolsos.
- Eso suele decirse sí, no te preocupes, estamos cerca de todo, vas a estar más tiempo afuera que dentro, yo no te voy a joder como tu madre.
- ¿Vos decís? ¡Gracias papá!- Exclamó abrazándolo de nuevo.- Vos siempre me dejaste hacer lo que quise, por eso le dije a mama que quería venir. Ella me sofoca.
- Es muy absorbente, sí, ya con 18 Ro, tenés que salir a disfrutar, siempre que andes con cuidado yo no te voy a molestar.- Vení, acá esta tu cuarto…- Despegándose de su abrazo.
El departamento era minúsculo, el hombre había pensado en ubicarla en su salón de fotografía, donde había faroles, trípodes, láminas y cajas con todo lo necesario para preparar un set de modelaje.
- Estos días tengo franco, así que tengo tiempo de mover todo al living…- Pero Rocío se había ido y estaba en su pieza.
- Me da pena ocupar tu espacio de trabajo, y en el comedor no tenes lugar. Imagínate si vienen las modelos de siempre y ven que esta todo apretado…
- ¿Y dónde querés dormir?- Preguntó desconcertado. - En el living el ruido de la calle no te va a dejar pegar un ojo- Ella arrastró los bolsos hasta su habitación y allí los dejó.
- Me tiro en el suelo acá, no te preocupes, mientras tenga una pared para mí todo bien.
- En realidad no tengo ningún problema Ro, solo quiero que estés cómoda ¿No te parece que vas a estar mejor en la habitación de fotos?
- No, no, tenés que cuidar el trabajo pa. ¿O no me queres cerca?- Pregunto en un tono en el que nunca le había hablado.
- Claro que no hija… mañana compramos una cama decente, tan pobre no soy, te podes quedar, pero no en el suelo como una hippie.
La relación padre e hija no podía ser mejor, él estaba de vacaciones y ella aún no empezaba a cursar, por lo que coincidieron en que querían aprovechar el tiempo al máximo. Empezaron a salir a trotar cada mañana, ella era muy atlética, tenía el físico de toda una gimnasta rusa que la calza apretadísima y el top corto que le dejaba el vientre al aire, la promocionaban como neón por la ciudad.
Tenía mucha más resistencia que su padre, no muy acostumbrado a entrenarse, aunque era de los que no necesitaba ejercicio para verse decente. Además, sus gustos eran parecidos:
Fotografía él, y ella el arte, descubrieron juntos que ambas actividades tenían mucho en común.
- Paremos a descansar Rocío, estoy medio acalambrado…
- Tirate al piso papa que te estiro.- El hombre le obedeció. Su hija tomó su pierna y masajeo con énfasis su pantorrilla. Se sintió incómodo, ya que al estar en shorts, su mano tocaba la pierna desnuda y velluda, oprimiendo los músculos muy hasta abajo, casi llegando a la cadera.
Su hija lo miró con curiosidad, ya que sin quererlo, tenía el placer dibujado en el rostro.
- Sabes dar masajes Ro… sigamos, pero más lento, acordate que soy grande ya.
- Jajaja no seas exagerado, mi instructora me enseñó bien hace unos años, a estirar y ayudar a los músculos a absorber el ácido láctico.
- Parece mentira que dejaste el gimnasio ¿Hace dos años? No lo parece.
- Gracias pa, vos también estás lindo…- Y ella dejó escapar una risita cómplice…
Y los momentos para el recuerdo se sucedieron, pero sin querer provocarlo, todo se estaba “erotizando” muy lentamente. Llegaron al departamento todos traspirados y Roció no perdió el tiempo para ir a bañarse antes que él. Al salir dijo…
- ¿Me mostrás trabajos tuyos? Quiero ver como es tu encuadre, la iluminación y todo eso.- Le pidió después de bañarse mientras su padre preparaba pastel de papa. La había visto salir de la ducha de reojo, con una remerita apretada y un jean todo rasgado que le levantaba la cola muy bien, detalle que no supo porqué noto.
- Están en la carpeta trabajos en el escritorio de la compu, igual Rocío, vos sabes que le saco fotos a modelos y chicas, abrí las carpetas lencería, catálogos y Avón, creo que en la carpeta “Mías” hay animales, paisajes y otras cosas que hice antes. No abras las otras.- Recordando que había hecho docenas de trabaos para páginas de internet pornográficas, con sesiones realmente subidas de todo con mujeres despampanantes.
Cuando el almuerzo estuvo listo se dio cuenta de que estaba viendo precisamente, las carpetas prohibidas…
- Hija, te dije que esas no.
- Ya soy grande pa, dejame ver, quiero ver como encajas la figura humana en el encuadre… además así se ven mejor los músculos, los cuerpos… todo.
Las fotos eran más que provocativas, había hecho sesiones que fueron compradas por Premium, Penthouse Brasil, otros magazines más obscenos y páginas web con grandes cantidades de sesiones eróticas como MPL. Las mujeres a las que atendía no solo era eran despampanantes, sino que revelaban lo mejor de su humanidad en los clásicos trajes de enfermera, colegiala, y otros más simples pero no por ello menos sensuales.
- Sabes, aunque ellos tienen sus fotógrafos, a veces compran trabajos independientes si tienen el nivel necesario y se corresponden con la bajada de línea… por ejemplo…- Inclinándose junto a su hija para ver la pantalla, sintiendo el perfume de su cabello castaño recién lavado.- En una sesión para Playboy…- Enseñando unas fotos realmente artísticas con una morocha muy bella…
- Si me doy cuenta, a veces no muestran la alcancía, tienen mucho fotoshop…
- Claro, algo así, y Playboy usa mucho fotoshop, pero eso es trabajo de otro, así que una foto como esta…- Poniendo una realmente atrevida, de una modelo en posición de perrito enseñando risueña sus cavidades.
- Esa te la compra Penthouse o Hustler ¿No? Esas son más chanchas.
Él la miró alarmado.
- ¿Cómo te diste cuenta?
- Mi hermanastro tiene un montón de estas, a veces cuando se va al colegio, con mi hermana las vemos, no más de curiosas.- Eso lo hizo darse cuenta de que tan grandes estaban sus nenas, acostumbradas a ver esas fotos porno sin horrorizarse o chillar como otras muchachitas harían. Empezaba a preocuparse, quizás había crecido demasiado rápido.
- Vamos a comer Ro…
En la mesa almorzó algo tenso, un poco ido también, y ella se lo hizo notar. Le explicó que estaba preocupado por la posesión de tales magazines de su hermanastro, un chico adolescente que apenas conocía, dado que era de la actual pareja de su ex.
- Tranqui pa, es re bueno, re virgo, nos re sorprendimos cando le encontramos las revistas, no lo podíamos creer, es re buenito, pero se tiene que descargar, pobre.
- ¿Y lo demás? Me preocupa lo suelta que sos, viste esas fotos y ni te afligiste, debes de tener muchos admiradores…- Ella lo miró con rostro maternal.
- En la escuela de arte trabajamos con modelos, hombres, mujeres, estoy acostumbrada a la desnudez pero nada más papi… soy virgen todavía, si eso te preocupa.
Eso no se lo esperaba e hizo que casi se atragantara. No esperaba saber tanto, aunque le pareció positivo que le confiara sus confesiones.
- No tenés porqué apresurarte por más que seas hermosa, y tengas un montón de curiosidad por la edad, cosa que es normal, créeme que vas a querer que sea especial. Y yo estoy dispuesto a ayudarte en eso… quiero decir.- Apresurándose a corregirse, dado lo mal que sonaba- con tus dudas, inquietudes.
- Ya lo sé pa, oportunidades no faltaron, pero no me interesa perderla con cualquiera, me parecen tan inmaduros, necesito a alguien más grande, más maduro me parece. Me gusta poder hablar con vos de mi intimidad pa, con ma no puedo, ella hace escándalo por todo. Se horroriza, vos sos más libre.
Eso definitivamente, le revolvió un poco las entrañas, ella siguió comiendo como si nada, y la vida de ambos continuó.
Con creciente peligrosidad, padre e hija se hicieron más compañeros, más amigos. Los últimos días de juerga se fueron al cine, al McDonalds, y a donde su hija quisiera, miraron películas y tv en el sillón, a veces jugaron videojuegos, hasta bailaron al ritmo de la música, a ella le encantaba el reggaeton aunque él lo aborrecía, rieron y conversaron casi como una parejita de tortolos, otra cosa que cambió, son ciertos detalles de la intimidad: En los primeros días, como siempre ocurre, cuando Rocío se tenía que cambiar o quedaba en ropa interior para dormir, le pedía a su padre que volteara con énfasis hasta que se cubría con las sábanas de su nueva cama, pero el último tiempo no solo se paseaba en toalla de baño por la casa, sino que a veces se desnudaba en su misma habitación mientras él leía, sin avisarle, ni importarle su presencia, él claro no la miraba, pero su visión periférica le pedía a gritos echar un vistazo a esa silueta perfecta.
Tampoco descontinuaron los entrenamientos, y cuando llovía, cosa común en Marzo, ella entrenaba adentro.
- Pa ¿No te molesta que entrene en corpiño?- Dijo cuando la encontró haciendo sentadillas contra la ventana del balcón, ante la lluvia torrencial.- Se siente más libre.
-Como vos quieras nena… es tu casa- Y se sirvió una leche en la cocina, alejado de ella,
percatándose de lo mal que había salido su tono, pareció un viejo verde. Prefirió desayunar solo en la mesita de la cocina, pegada al lavadero (Era un departamento minúsculo, concina y lavadero con un balconcito, y living y comedor todo en una, mas dos habitaciones medianas con un baño en el medio)
Como quien no quiere la cosa, mientras la lluvia caía contra el crista y pensaba en la siesta que se iba a pegar, apenas oía el entrenamiento de su hija, se imaginó a alguien viéndola desde el edifico de enfrente subir y bajar con esos pechos generosos, ese traserito redondo y hermoso tan favorecido por las calzas ajustadísimas que usaba. Se sintió sucio de pensar tal cosa, en extremo sexista acerca del fruto de su semiente y creyó que debía distraerse con la televisión.
- Pa ¿Me ayudas?- Como un sirviente estuvo ahí al instante, quería que le sostuviera las piernas para los abdominales. Eso no hizo más que pervertir su mente confundida más y más.
- Cinco… seis… siete- Y vio subir y bajar ese vientre chato y durito una y otra vez…- Doce… trece… catorce…- Mientras los pechos se bamboleaban en ese corpiño, y algunas gotitas de sudor le recorrían el pechito por el calor…- veinte, veintiuno… veintidós…
-No te hagas mal, hace despacito…- Pero fue el peor consejo del mundo, despacito se veía y escuchaba mejor. El conteo se volvió un leve gemidito de nena, apenas audible, encima lo hacía con los ojos cerrados, para que el pudiera ver. ¿Pero qué estaba haciendo?
Por fin termino el entrenamiento, pero no la seducción.
- Tócame, me quedó re duro pa.
Y no era lo único duro, tenerla semidesnuda, con esas calzas para el infarto, con las piernitas medio abiertas llevando su mano hacia su abdomen, estaba poniendo dura otra cosa. No supo porqué lo hizo, pero acaricio su vientre con devoción, con ambas manos, como si estuviera untando una crema, sintiendo bien sus músculos, desde el bajo vientre, metiendo los dedos levemente bajo su bombachita, hasta las costillas.
- Tenes una abdominales increíbles Ro, ya quisiera unos así.
- Bueno, no aparecen solos, dale, ponete cómodo que te ayudo…
- No deja… es al pedo
- ¡Dale! ¿Qué al pedo? Si te gusta el ejercicio, un poco cada día te va a hacer bien…- Le recomendó mientras se ponía una remerita minúscula.- Dale tirate. - Como un muñeco de ventrílocuo de obediente se sacó las zapatillas, se puso una musculosa frente a ella y se tiró.
Quizás todo estaba en su mente sucia, por años de sacar fotos de mujeres haciéndose pasar por colegialas, y otras situaciones más morbosas. Una vez incluso fotografío a dos modelos haciendo de hermanas, y no hermanitas de convento precisamente.
Ni bien se puso a “ayudarlo” supo que estaba equivocado, ella en su perversión, no se apoyó con sus rodillas o manos como haría cualquiera, se sentó con sus nalgas sobre sus pies, con las piernas para adelante, y se inclino de tal manera, que las tetas le reposaran cómodamente sobre las rodillas, para que sintiera su peso en toda su gloria.
- Así te tengo bien agarrado y no te moves, es importante que no se mueva todo el cuerpo…- Pero lo que era de verdad importante, es que esas nalgas estaban sobre sus pies desnudos y esas tetas sobre sus rodillas. Trato de concentrarse en los abdominales para que la sangre no se le vaya a la entrepierna, pero fue como parar una ola con la mano.
Su hija cada vez le sostenía menos las piernas, se iba retrasando de a poco, por lo tanto, sus pies estaban cada vez más cerca de su almejita remarcada por esas calzas… sus ojos se desviaban por completo cada vez que subía a sus tetas y luego a sus ojitos que lo miraban con dulzura, hasta que con cada flexión, sus pies se levantaban y no tocaban otra cosa que la vagina de su pequeña. Con cada abdominal, le daba un golpeteo en su zona más erógena, y juraría que ella empezaba a cerrar los ojos para disfrutarlo.
- Vamos pa, vas quince recién, veinte y paras.- Aunque no quería parar nunca, a las veinte paró demolido en todo sentido, aunque más que nada confundido y asustado. ¿En que podía terminar algo así?
Su hija le abrió levemente las piernas, y sus manos avanzaron con rumbo a… su vientre. Un alivio, había creído otra cosa ¿O quería que eso pase? Como siempre ante las perversiones, no sabía si estaba preparado para ellas o no por más atractivas que se presenten.
- Va a tardar en ponerse durito, pero como sos flaco, no vas a tener problemas… - Le explicó mientras lo acariciaba, y estaba llegando peligrosamente, a una erección que el forro de la malla no ocultaba muy bien, ella lo notó, la miró y…
El teléfono salvador sonó. Rocío para ayudarse a incorporarse le puso una mano en todo el pene, palpando su dureza, y haciéndose la boluda se fue a atender. José se hizo el boludo también y se levantó hecho una luz para desentenderse de ese juego erótico.
- Okay lady, please wait a second…- Y le dio el teléfono- Hablan en inglés, no entiendo mucho.
Cuando hablaban en ingles, solo significaba una cosa: Dólares.
Ese día cerró redondo. Eran dos modelos de una compañía extranjeras, buscaban a un fotógrafo con urgencia dado que el que tenían había desaparecido y estaban debiendo una sesión a una página reconocida. Arreglaron con la cuenta bancaria y todos los trámites, su oído atento le ayudó a percibir que estaban desesperadas por hacer la sesión.
- Van a venir mañana a sacarse fotos muy atrevidas, quieren una sesión de entrecasa hot, algo así como una milf con su pareja joven o hija, algo así de sugestivo. ¿Enfermo no?
- Nha, creo que se llaman cougar, cada quien tiene sus gustos. Que nervios pa ¿No? Deben estar re buenas, voy a ver una sesión en vivo por primera vez.
- Vos no las vas a ver.- Cerró tajante- Te voy a dar plata para salir o algo así, tengo que trabajar tranquilo y no quiero que veas a esas chicas, tu mama me mataría si se entera.
- ¿Qué? No, yo quiero ver, así aprendo, ya soy grande vos lo dijiste…
- No se discute. Salí con amigas, anda al cine, a donde quieras, pero te volves como mínimo a las dos. Te voy a dar plata no te aflijas.
- No quiero salir, ni plata, quiero ver como trabajas, nada más, ya vi minas en vivo ¿Qué te asusta tanto?
- Basta Rocío, yo sé cómo hacer mi trabajo, no me jodas he.
A las pocas horas se sintió muy mal por haberla retado, y comieron en silencio. La cabeza le daba mil vueltas, primero por la sesión de entrenamiento que fue casi un masaje erótico, la oferta de trabajo bien remunerada, la pelea, y la idea de que si su ex se enteraba que Ro veía una sesión así, lo degollaba. “De todas formas, tiene un pibe con revistas porno escondidas, no debería de ser tan puritana, al fin de cuentas, gracias a mí su hijo se clava cucas. ¿Y si no está mal que lo vea? ¿Si le interesa la fotografía? Capaz me estoy asustando al pedo”
- Ro…
-¿Qué papa?
- Podés quedarte, pero le tengo que preguntar a las modelos si no les molesta, cosa que no creo, pero por las dudas.- El angelito rojo de su hombro izquierdo le había ganado al blando de su hombro derecho.
La “nena” se inclino sobre la mesa para abrazarlo de agradecimiento, de seguro más por haber ganado la puja que por el interés en la sesión en sí.
- Sos el mejor pa, no voy a joder para nada, te juro- Besándolo en la mejilla repetidamente.- Huy me ensucie las tetas…-Las había metido en la ensalada rusa. Por suerte, se pudo limpiar ella y no se lo pidió a él. Tenía el no difícil últimamente.
Las horas pasaron muy rápido, a ella se la notaba nerviosa por el proyecto. Estuvo dibujando flores y cosas así un rato, pero necesitaba descargar energía y puso la Play 2.
- ¿Sabes no que van por la 4?
- ¿Sabes lo que cuesta esa mierda no?
- No dije nada papu…
Se fueron a dormir, de nuevo, ella se sacó la remera sin avisarle para ponerse ese trapo con agujeros que llamaba pijama, y se bajó la calza, de manera bastante lenta, con la cola apuntando a él, y esta vez la contemplo con atención para ver si se incomodaba, tenía una bombachita que le quedaba muy chica para ese trasero tan apetecible.
- Con esa plata, te voy a comprar ropa de dormir decente…
- No gastes en boludeces, ahorra para comprar una Play 4- Le sugirió mientras se sacaba el corpiño con la remera puesta- Caminó hasta su papa y le dio el beso de las buenas noches- Hasta mañana papi. No leas hasta tarde que me molesta la luz.
- Vos dormí pendejita, he…- Le dijo haciéndose el malo.
La verdad el también estuvo nervioso. Toda la mañana se quedó solo preparando el set de fotografía. Corrió muebles de su casa al estudio y los acondiciono para cuando llegaran las modelos a las 8 de la noche. Probó cada foco, las lámparas, revisó la memoria de cada cámara, sus baterías, lentes y todo estaba en óptimas condiciones. Le gustaba cuando no surgían imprevistos, ahora podía almorzar tranquilo y comprar bocadillos para las chicas, siempre era bien visto alimentarlas para que ellas volvieran por su cuenta.
Su celular sonó, era su hija, almorzaría con una amiga y le pareció perfecto para estar tranquilo antes de empezar. ¿Le contaría algo de lo que pasaba en la casa? Era mejor que no pensara en eso, cuando ella curse las clases de arte y él vuelva al trabajo intenso, no habría tiempo para cachondeos. Todo volvería a ser como antes.
Una hora antes de las 8, llegó Ro, anunciándose, y pidiendo entrar al baño para orinar a pesar de que su padre estaba bañándose. Él se negó, no quería perturbarse antes del trabajo.
- ¡Dale pa! ¡No pasa nada! ¿Qué voy a ver?
- Bueno pasa…- Era un baño minúsculo, de esos que tienen un cubículo de cristal cuadrado para la ducha, sin bañadera o esas cosas lujosas, el inodoro estaba de costado a él, y allí se sentó su hija. Tanto él como ella solo se veían sus siluetas. Se preguntaba si deseaba verlo desnudo tanto como él a ella, solo por curiosidad, aunque era su hija, seguía siendo muy hermosa y toda una mujercita.
- Pa, ¿Alguna vez saliste en las fotos?- Orinar le estaba llevando demasiado. Se preguntaba si hacía tiempo, después de esa sesión de entrenamiento, podía esperar cualquier cosa.
- No hija, cada quien a lo suyo, he fotografiado a parejas haciéndolo, pero yo tengo que hacer lo mío.
- ¿Pero nunca quisiste sumarte después o algo así?
- Aunque la gente de ese ámbito es bastante promiscua en ese sentido, no siempre cogen con cada cosa que se mueve, después de terminar el trabajo cada quien a lo suyo la mayoría de las veces Ro. Para ser profesional en este negocio, con esta gente tan suelta, es mejor estar con la mente tranquila, pero no te voy a negar te tuve mis aventuras…
- Me imagino, ver semejantes minones y vos sin poder sacar la mano de la cámara…
- ¿Ves Rocío porqué no quería que te involucraras? Te comen la cabeza estas cosas si no estás preparada…
- Si claro pa, tengo doce años yo.- Se rió y por fin, escuchó el ruido del papel higiénico aseando su sexo, la cadena y la puerta.
Por fin llegaron las modelos, la saludó hablando en inglés y después se saludaron educadamente con Rocío, vestida muy discreta por suerte, no quería que llamara la atención ni diera una sensación que no correspondía.
Los perfiles eran muy reconocibles aunque todavía no estaban vestidas para la sesión. La mujer más grande, de un poco más de 40, muy pechugona, diosa de cabellera rubia, era de las que tienen nombres raros: Phoenix Marie, muy conocida en el rubro, Y su presa, una jovencita delgada y bajita con un perfil más inocente, de ojos azules y tez blanquecina, era más novata, se llamaba Molly Maddission.
- Hello Darling…- Le saludó la milf infernal a su hija.
- Howdy cute… im Molly…- Se presentó ante ella la segunda, el hombre la notó algo apagada, quizás estaba cansada por el viaje o por la conocida noche porteña.
- Welcome… Im Rocío- Dijo Ro en su inglés de secundaria.
Al instante José les explicó la situación, y presentó a su hija no como tal, sino como una aprendiz, ellas asintieron en todo momentos, y Ro se percató de ello.
- Bueno Ro, no tienen ningún problema, así que podes ver, ya sabes, no hagas nada que las incomode, se tienen que sentir cómodas mientras hacen lo suyo.
- Si, ya sé, quedate tranquilo.
- Please ¿Want to serve something to eat? – Enseñándoles las charolas con fiambres, masas y varias cosas deliciosas.- Its argentinian meat, trust me, its delicious…
Ambas tomaron algunos pequeños cubos de carne y los probaron con gestos de aprobación inmediatos y siguieron así mientras hablaban entre ellas. Aunque la más pequeña, cuando tenía un cubo de queso pinchado en el cerillo, se tambaleó, su mirada estaba perdida y no respondía ninguna pregunta.
- ¿You are alrigth? ¿Something happens?
De repente se desmayó, cayendo sobre la mesa de comida. Inmediatamente, José la tomó y la llevó al sofá, abrió la ventana y llamó a emergencias. La otra modelo le habló a Rocío enfervorizada, sin poder entenderle nada. Capaz era intolerante a la lactosa, pero le pareció poco probable que no se percatara de que estaba comiendo queso.
- Correte Ro, necesita aire…- Mientras le ponía una almohada en el cuello y la abanicaba con un diario. La rubia le explicó la situación más calmada al ver que parpadeaba y de a poco, despertaba.
- ¿Qué le paso?
- Me dijo que esta a dieta, y no come muy bien, anoche estuvieron de joda, y al estar sin comer ni dormir esto pasa.
La situación fue una mierda, tanto cuidado en los preparativos para semejante garrón, por suerte Molly despertó de a poco, y dijo que se sentía débil. Intuyó que le bajó la presión. Los enfermeros llegaron rápido, y mientras le tomaban la presión, picaron como ratones de biblioteca. Presumieron que tenía además de presión muy baja, anemia, así que la llevaron para una observación más a fondo. Phoenix se quedó sentada.
Estaba en un predicamento, tenía órdenes de tomarse fotos en pareja y no se podía hacer individual porqué era precisamente para una página de lesbianas de edades dispares. Estaba muy preocupada, le pidió algo de tomar y Ro le trajo gaseosa, la modelo la miró raro.
- Mejor abrí una botella de frizzé amor…- El “amor” se le escapó sin querer. Al rato volvió con una bebida más acorde a las penas y la mujer la tomó con ganas. Hablaron de la situación complicada en la que estaban, el dinero de la sesión ya había sido transferido y esperaban las fotos por mail sin falta para mañana a riesgo de ser despedidas si no lo hacían, dado que necesitaban pasar por un proceso de edición y publicarse. Las mujeres se habían retrasado por culpa del anterior fotógrafo que en una falta grave de profesionalismo, avisó de su decidía una semana tarde.
José le dijo que estaba pensando en algo, si el sitio de internet no les daba tiempo, entonces debía llamar a una modelo local. Así que empezó a hojear a sus contactos en su teléfono bastante perdido. Una mano conocida lo detuvo.
- No papa, tengo una idea, déjamelo a mí. I can do the job, i have no problem.- Le expresó a Phoenix para ver si estaba de acuerdo y tenía su apoyo temprano.
- ¿Are you sure honey? That would save me, i can show you the tricks of the job in a blink.
- No digas pavadas Rocío ¿Estás loca? Es para un sitio fuerte.
- Es salir desnuda nada más, yo me animo, por favor- Y empezó una nueva discusión que no tenía sentido, con esa mocosa era siempre igual, no podía imponer su paternidad. Y Phoenix metía el dedo en la llaga.
- She have the perfect shape, the rigth perfil for the job, if she want to learn, its a rigth situation…
- Sorry, excuse me, Rocío, veni conmigo.- Aunque trato de poner un rosto enojado para que cese con sus insistencias, de verdad estaba preocupado y quería resolver el trabajo, ella lo notó al instante.
Juntos fueron a la habitación, y ella inmediatamente lo tomó de las manos y le explicó su punto.
- ¿Para que te vas a complicar llamando? Con todo lo que hiciste porque esto salga bien, desesperándote porque una mina que parezca pendeja, conteste, venga, y encima se desnude… si yo te puedo ayudar, yo me animo, por favor…
- Te voy a tener que ver desnuda, no es una pavada.- Y ella le puso la mano en el pecho.
- ¿Y lo del otro día? Ya nos conocemos pa, no le des tanta importancia, vence el pudor, además, miralo como un acto de profesionalismo con la gringa, ella estaba entusiasmada. Pensa que decís que si y se resuelve todo para vos, ella y la otra pobre chica…
No supo que tenían esos ojos enigmáticos que lo convencían como si fueran de mentalista, y aceptó lo imposible. Le dijo que debía vestirse sugestiva “pero no tanto” porque le tocaba el papel de la presa de la mujer mayor, un poco más inocente, así que si debía tocarla, la tocaría, y si debía besarla, la besaría. Se sintió un dt de futbol en una final en la que iba perdiendo, un dt de esos nerviosos que dan diez mil indicaciones por minuto. Quería darle la mayor cantidad de tips recopilados en años y años de trabajo.
- Voy a hacer mi mejor esfuerzo, no me digas más nada si no perdemos tiempo, por vos papa hago lo que sea, vos me que me aceptaste acá, gracias. - Y lo besó muy cercano a la comisura de la boca, dejando sus labios ardientes un segundo de más.
Con el corazón en la boca y nervioso como hace añares, fue al living a dar la noticia a la modelo.
Le explicó algo nervioso que se estaba cambiando para empezar, y que como era totalmente inexperta necesitaba conducción. La mujer se mostró aliviada, y empezó a sacar ropa de su bolso y con ella fue al baño. José optó por darle los últimos toques al estudio y Phoenix llegó al poco tiempo, vestida de esposa de clase alta: Un vestido rojo súper ajustado, alhajas, y un escote infartante.
Le explicó a Phoenix que su “alumna” estaba próxima a llegar, y la mujer se mostró agradecida por su gesto mientras admiraba el set, era una pared con cuadros, un escritorio y varios elementos de utilería prestados por sus contactos, y otros de su propio departamento.
Al rato, Rocío entró en escena, hermosa como nunca y vestida de la manera ideal, había tenido olfato para ponerse una camisa apretada, muy indicada, una pollera de aspecto estudiantil, medias altas y un peinado discreto. Parecía una típica estudiante de piano o hija santurrona de las que en las películas XXX terminan despatarradas y más llenas de carne que heladera de carnicero. Tener esos pensamientos en su trabajo era normal, pero tenerlos sobre su hija, no lo sabía, de todas formas, ella se había arrastrado a eso y pensaría cosas peores al verle más carne…
- Estas preciosa, Ro, mira, te explico de que va el plan, la escena es así, ella te acosa, es la señora a la que le gustan las nenas, vos te mostras confundida pero a la vez curiosa, al principio te resistís un poco, después la cosa se va calentando y termina como te imaginas. Phoenix te va a dirigir ¿Entendiste?
- Perfecto, bueno…- Y camino por el set recibiendo elogios de la actriz- Thank you ¿Be start? ¿Me pongo aca Pa, digo, José?- Casi se equivoca, él dio el visto bueno y los flashes empezaron.
- Perfecto Ro, bueno actúen… así, muy bien, se mueven y se quedan, se mueven y se quedan… así…
Con la cámara en mano, las chicas empezaron a posar y él a capturar los momentos claves. La rubia se acercó a la castaña, la tomó de las caderas y posaron juntas.
Ro entendió la situación, huía con la mirada distraída haciéndose la difícil, luego si miró a su acosadora, y se dejo tomar de la mano, Phoenix la besó en la mano, y la acercó a su voluptuoso cuerpo una vez más, ella la volvió a rechazar, pero la rubia le puso una mano en la cadera.
- Muy bien… very good… ahora Ro mirala fijamente, ahora hacete la interesada, te gusta lo que ves… así, muy bien…
Las escenas se sucedieron, cada tanto, Phoenix le indicaba algo al oído en un inglés muy claro, o la tomaba y acomodaba como a un maniquí. La sesión iba rápido, el hombre estaba tranquilo.
- Vos también tócala un poquito Ro, muy bien, en la cintura, así, levantale un poquito la pollera… no toda corazón, de a poco…
Así, Phoenix con las piernas carnosas y sensuales expuestas, atacó a la jovencita con besos en su cuello dejándole marcas de labial, en la primera situación comprometedora para Rocío, ya que la mujer empezaba a levantarle la minifalda para acariciar sus piernas jóvenes. Ro puso una expresión sumisa, y le devolvió los besos, era un golpe por golpe.
- Very hot ladies, very hot… now touch her bra, a little.
La rubia, sobreviviente de varias batallas, se sentó en el escritorio, puso a Ro entre sus piernas y con ellas la apresó, y con la manos firmes comenzó a jugar con sus pechos aún ocultos, expectantes, mientras la jovencita se dejaba acosar juguetona, con carita de placer. José no podía creerlo, estaba a punto de ver las tetas de su hija, aquellas tetas prohibidas que tanto crecieron esos últimos años, los botones de su camisa se fueron desabrochando y la milf pasaba su mano por todo el vientre trabajado de ella. Disfrutando de los abdominales juveniles.
Como poseída por el perfume encantador de la mujer, Ro volteó su cuello buscando aquellos labios obscenos que empezaron a comerle la boquita. José no podía creerlo, estaba fotografiando a su los labios de su hija, ultrajados por aquella boca experimentada en el entretenimiento masculino que la doblaba en edad. Si hubiera habido un termómetro en la sala, hubiera salpicado todo su mercurio cuando le bajó los tirantes del corpiño desde los hombros, y descubrió aquellos pezones tan ideados.
Mientras la mujer la seguía besando, sus pezones apuntaba al hombre, paralizado por el impacto, se recuperó antes de que el corpiño cayera por completo, y capturó a esas manos hábiles que pellizcaban con soltura esos timbres cada vez más en punta. Se notaba que le dolían por la carita de sufrida que tenida, le apretaba fuerte y se los estiraba como queriendo ordeñarla.
Su dirección se trabó, estaba nervioso, las fotografías ya no tenía la misma calidad porque le temblaba el pulso, le sudaban las manos como a un testigo falso, no podía soportar ver a su hijita así, una cosa era el jueguito romántico del entrenamiento, de la exhibición, del comentario subido de tono, pero eso era como pasar de primera a sexta en un saque, y el primero en sentirlo, era su pantalón. La erección le dificultaba posicionarse y además, de tan apretado que estaba su calzoncillo, le latía con fuerza.
- Now you Phoenix, show some flesh, you know… very good.- En realidad, quería posar el foco en la milf en vez de su hija por un momento.
La experimentada cougar llevó las manos de Rocío a sus pechos, y ella obediente, en varios pasos, le bajó el vestido para rebelarle aquellos melones colgantes… entonces recibió un susurró audible al oído…suck my tits.
La nena fue directa a esos pezones tan diferentes, marrones y enormes, castigados por más bocas que un asado en África, andanadas de salivazos y trenes que cruzaron su centro, tocándolos, exprimiéndolos, pellizcándolos. Esas eran unas tetas que habían visto tantas cosas, mientras que la espala de Ro, por primera vez eran presentadas al mundo cuando le sacó la camisa. Su hija se animaba a besarle los pechos, y hasta le clavó un par de chupones sonoros.
Empezaba a parecerse más a una película porno que una sesión de fotos.
- Me gusta, muy bien, hace como un robot Rocío, como el baile del robot, te moves, te frenas, te moves, te frenas, para que pueda captar cada momento, así… muy bien.
- No me hagas reír pa, digó José.
La sesión siguió, y como es costumbre, seguía el orden cronológico de una película condicionada: Romance, besos, tetas al aire, y había que pasar a uno de los últimos pasos; los orificios, lo que la gente pagaba por ver en esas páginas comedoras de tarjetas de crédito.
- Muy sexi, sigan… muy buena esa…- Alentó mientras volvían a besarse y Ro le apresaba las tetas con las manos. Empezaba a controlarse y acostumbrarse a la visión de esas tetas turgentes y familiares al aire besadas y acariciadas por manos llenas de anillos- Hace como si las estuvieras pesando, balancéalas… muy bien amor.
¿Amor? ¿De nuevo le decía amor a su hija? No podía detenerse a pensar un segundo, tras un nuevo susurró Ro le terminó de bajar el vestido para revelar su lencería erótica a juego.
- You can touchme rigth there Darling…- Indicándole el trasero y todo lo que había bajo él, ya que la cola de ella estaba parada exigiendo atención, y Rocío increíblemente, no se echaba para atrás. Pasaba sus manos como encerando ese trasero, y jugaba con el hilo minúsculo de la tanga subiéndolo y bajándolo. José había visto muy pocas veces a modelos hacer esos trucos sin que se los digan.
- Bueno, ahora el momento de la noche…- Pensó como para terminar, dado que sacó toneladas de fotos y debía de haber cinco excelentes por cada buen momento.- Bajale la tanga despacito, se la dejas a medio camino, que se vea, y después se la terminas de sacar.
Su hija obedeció, pasó una mano por detrás para tener una mano a cada lado y desnudar esas nalgas grandes y firmes, acostumbradas a complacer a hombres salvajes y juguetes rabiosos. De a poquito el juego se intensificó, y se las abrió para revelar sus castigados orificios por años de achaque y achaque. A José le encanto fotografiar ese ano perfecto, grande como una boca, era sin dudas un camionazo, uno de esos minones que no se ven seguido.
- Show my pussy.- Y la mujer se dio vuelta, levantó una pierna y le indicó que se acercara a la vagina. Ro la tocó con algo de pudor, mirando a la cámara y a la mujer, abría y cerraba los labios depilados para enseñar el orificio húmedo. Phoenix le siguió insistiendo para que se acerque más, y Ro acercó su lengua al clítoris.
Y gracias a Dios, el cielo y todos sus santos, no se animó a tocarla, porqué sus huevos estaban bombeando de forma independiente, y no podría resistir tanto cachondeo. Con que simule un oral era suficiente, ya se habían tocado bastante.
- Very good ladyes, be are finishing… - Dijo a modo de despedida, ya estaba por guardar la cámara, cuando la milf impaciente y decidida a mostrar a la jovencita en toda su gloria, se arrodilló para bajarle la pollera.
- Wait, be have a good argentinian meat rigth here, be have to show her to the world.
Si por ver las tetas de su hija casi le da un síncope, lo que vino a continuación se sintió como la caída de un rayo en su entrepierna. Phoenix empezó a jugar con las nalgas de Ro, acariciándolas, tocándolas, con su rostro libidinoso al costado de ellas… le tocaba la bombacha blanca masajeando las nalguitas de su hija.
Hasta que como era natural, las manos anilladas bajaron las panties un poco, hasta el nacimiento de su rajita, rebelando la colita desnuda y firme. Por como la acariciaba y apretaba (dejando sus marcas dactilares), le gustaba la firmeza de ese trasero joven. Puso sus manos en la base del culo y le levantaba las nalgas sintiendo su consistencia pulposa pero firme. Por suerte su ropa interior estaba fuertemente apresada y no dejó ver nada
- Wat a lovely ass, let show some young asshole.- Y como le previno, le abrió la colita de par en par.
José bajó la cámara, quedándose congelado por lo lejos que había llegado.
- ¿Estás bien?- Le preguntó Ro dádnosle vuelta, con la carita perdida ahí atrás y su asterisco en primera plana. Era un orifico precioso, como el que muchos hombres quisieran que el de su pareja fuese, pequeño, discreto, simple, apenas grisáceo, una pincelada de arte.
- No, estoy bien, bueno.- Colocando la cámara a punto.- Es que le tenía que hacer unos ajustes… ahora seguimos. A last shots ladies, we are finishing.- Avisó, porqué no aguantaba más, así que sacó lo que los hombres querían ver, ese culito joven expuesto, inmortalizado por su cámara profesional, enseñado con orgullo al mundo, antes de que Phoenix lo atacara con sus dedos largos y lujuriosos.
Tras varias poses con su hija expuesta de tal forma, logró terminarla antes de que enseñara su vagina, eso no lo habría podido resistir. Ro se acomodó la ropa, se puso la camisa mientras Phoenix no dejaba de agradecerles a ambos el compromiso.
Eran recién las once, José hubiera jurado que eran pasadas las tres. Luego de que la modelo se fue (dándole un pico a Rocío, felicitándole por el trabajo) ambos volvieron a estar solos, y se sentó en el sillón, disfrutando la paz, se sintió expuesto e indefenso a lo que su hija le tenía deparado. Simplemente no podía contenerla, incapaz de decirle que no, hacer que parara con su jugueteo, y tras esas sesión de fotos, supo que todo recién empezaba.
La pequeña se sentó junto a él en el sillón.
- No te sientas mal papa, fuiste re profesional y yo aprendí un montón. No estuvo tan difícil al final, aunque su boca jaja tenía un montón de rush.
- Te voy a pagar de mi sueldo Ro, lo que hiciste es un favor muy grande, no tiene nombre.
- No me importa la plata, me voy a bañar, después te digo que tengo en mente. No te acuestes tarde. Chau.- Dándole un beso de buenas noches, por suerte, en el cachete. Hasta ella se dio cuenta de que estaba abatido y le dio un break a sus intenciones.
- A la mierda que tenía rush…
Y lo dejó así nomás, con la certeza de que le iba a cobrar el favor de una manera insólita. ¿Cómo hacía para dar marcha atrás? ¿Cómo volvía al estado normal en el que se encontraron los primeros días? ¿Qué había pasado? ¿Él era el culpable?
Seleccionó las quince mejores fotos, las acomodó y envió en el formato indicado a la dirección indicada. Ver a su hija en el resultado final entregada apasionadamente a la cuarentona no ayudo a curar su erección crónica. Al instante le mandaron un mensaje al celular. Su trabajo estaba hecho, y el dinero en el banco ya se lo había ganado. Rocío se había acostado, y había una única manera de que pudiera dormir: Ahogando pibes crudos en el inodoro.
Ro dormía con la vestimenta de siempre, con la colita para arriba. Era increíble que supiera exactamente, como lucía lo que esa prenda ocultaba, muy perverso también que pensara algo así, cuando en realidad, la vio nacer y siempre la vio desnuda de chiquita sin tener el más mínimo atisbo de depravación. Agotado, se acostó, y al poco tiempo, su hija lo envolvió en un abrazo muy cálido.
- Me gustaría que me sacaras fotos a mi… quiero ser tu modelo, papa.- Requirió acomodándose junto a él como una amante muy despechada. El no se resistió, al contrario, la envolvió más, hasta sentir el delicioso olor de su piel y su cabello.
- Acepto, pero una sesión más artística, quiero que se note tu belleza natural y joven, nada muy vulgar.
- Acepto. Gracias papa…- Y se quedó dormidita junto a él confortada. Lo que ella sentía por él era innegable, era como tapar el sol con los dedos, su amor hacia él había tomado un rumbo inesperado.
Todo sucedió muy rápido. Al día siguiente no salieron a ejercitarse, no, la nena estaba apurada, quería resolver el asunto de sus sesión de fotos antes de empezar a cursar y perderlo a él en agobiantes horas de trabajo. José le pagó la deuda a su hija sin poner peros. Desde temprano, ella salió del baño lista, con la boquita pintada de rojo, una camisa verde esmeralda, un jean muy prolijo y un peinado precioso; ya preparada, le dedicó una vueltita a su padre. Era eso lo que quería, fotografiarse desnuda a solas con papa.
- Te lo pregunto por última vez ¿Estás segura? Mira que si me las compran, cosa que es segura, miles de pajeros por todo el mundo te van a ver, y vas a quedar muy expuesta.
- Si es lo que quiero, si se vende los dos ganamos y a mí me sirve para pagarme los estudios.
- Bueno, he aquí…
El set era hermoso, pero ni un céntimo de lo hermosa que estaba ella, recorrió el espacio fotográfico, que esta vez, era el living de la casa más algunos accesorios de la última sesión, para que pareciera un departamento lujoso. Pero ningún detalle podía opacar la figura perfecta de Rocío.
Los flashes no tardaron en comérsela, aunque decidió sacarlo porque le sentaba mejor la iluminación natural, para que en las fotos se aprecie el color trigueño de su piel perfecta.
Ella estaba suelta, pero a la vez, discreta, posaba con mucha naturalidad y él no tenía que decirle nada, dado que era Ro la que dirigía la batuta ahora. La sensualidad iba en aumento con cada “click” de su herramienta, y cuando la chica dejó caer un poco la camisa para revelar la curvatura de sus senos, lo que haría ruido era su vaquero.
Ni un cinturón de castidad de hierro detendría al madero que salía a flote de su entrepierna, para colmo, la mirada de ella ya lo había notado, de hecho, no le sacaba los ojos del instrumento que la engendró.
Era demasiado amor para contener en imágenes, ambos se devoraban con la mirada, y él en especial con el lente de la cámara. No tardo en perder el jean y la ropita interior, capturando cada fase de su desnudamiento de manera discreta, sin mostrar nada aún. Y por primera vez, Rocío le rebeló su entrepierna en poses elegantes, muy de a poquito, haciéndosela desear, como una cortina que desciende lenta y discretamente, primero el lente entrevió los bellos púbicos prolijos y cortos, que debían ser una delicia al tacto… y luego, en poses un poco más osadas, la deliciosa abertura de su sexo se expuso.
En la cabeza del hombre sonaba una orquesta de ángeles mientras en éxtasis no podía dejar de inmortalizarla. No supo cuanto tiempo duró, ni cuantas fotos sacó, porqué como un beso, ese cuerpo desnudo se robó la realidad misma y lo abstrajo de todo. En un momento la cabeza de arriba se prendió y decidió bajar la cámara.
- Vamos a comer algo, y armemos la carpeta mientras llega el delivery. Ya estamos.
- Espera, quiero ver en la cámara…
Acercándose contra él, mientras pasaba las fotos, (que eran 65) ella no tenía ningún reparo en evitar el contacto de sus pechos desnudos contra su brazo. Su piel se electrizó ante el contacto de sus timbres duritos, que le oprimía contra él sin importarle.
- Mejor vamos a comer, vestite Ro, mientras pido algo.
- Están buenísimas, algo me dice que te las compran…
- A mi me conocen y vos saliste hecha una diosa, además siempre buscan modelos jóvenes y nuevas esos buitres, ya te dije que eso es seguro.
José sabía, como iba a terminar todo eso, aunque se contuvo con un entusiasmo innegable por recobrar la normalidad de su vida, cuando pasó las fotos a la pc junto a ella, supo que tenía un diamante en bruto en su casa.
- No puedo creer que te haya hecho yo en parte, sos tan hermosa, no creo que tengas una parte de mi.
Ella le sonrió alagada, mostrando falsa inocencia.
- Me alegro de haber terminado, aunque ahora con lo de anoche y hoy estoy media cansada. ¿Vos?
- Si, algo- Mintió, en realidad estaba a mil- Después dormimos una siestita ¿Querés?
- Dale.- Y ella lo abrazó con mucha fuerza, aunque en realidad, José supo que abrazaba al destino, que caprichoso, le deparó a una hija como amante.
La sesión les había dado hambre, atacaron a una pizza de anchoas y otra de cantimpalo con jamón que daban calambres. Hablaron de que al día siguiente se les terminaba la joda, cada uno empezaba su propia rutina.
- No tiene que ser rutina papa.- atrapando los hilillos de queso de una porción con la lengüita.- Estamos juntos ahora, podemos hacer todo más llevadero.
El hombre la entendió a la perfección, con ella en casa, no había trabajo que no pudiera soportarse.
Por fin, después de cerrar un ciclo de una vida medianamente normal, turbulenta en sus últimas horas, José terminó de lavar los platos y entró a su habitación decidido a abrazar su destino. Rocío descansaba en la cama frente a la puerta, pasó a su lado sintiendo una caricia suya, y cerró las persianas pero no del todo, para que entren rayos de luz iluminando la habitación mansamente. Por fin se tiró en la cama grande a la derecha de la misma, de cara a la cama de su hija. Se quedó boca arriba, en bóxer, esperando la movida de la que, en definitiva, quería que eso ocurriera, y ocurrió.
Sintió el colchón hundirse, unas piernas desnudas apresarle la caderas y un dedo índice posarse sobre su labios para indicar silencio. No hacían falta las palabras, excepto las de placer. Su mente se apagó y se dejó llevar con lágrimas de extrañeza saliéndole de los ojos, su hijita, el fruto de su vientre había crecido y elegido a su progenitor para esos juegos de perversión. ¿O eran lágrimas de felicidad?
Primero se frotaron los sexos de manera rítmica. La ropa interior de ella estaba empapada, hecha un charco, parecía más querer lubricarlo que masturbarlo. Él sin quedarse atrás, palpo su pecho con los ojos cerrados, tenía puesta esa remera rotosa que usaba para dormir, la toqueteó con suavidad en los contornos, sintiendo toda su figura, y luego las tetas por arriba, sintiendo en sus palmas esos senos firmes y encantadores apenas protegidos por una tela fina y gastada. Los pezones estaban tan hinchados que podía tomarlos por fuera y pellizcarlos con la tela de por medio. No tardó de todas formas en sacarle esa remera para verla desnuda, con la escasa luz que provenía de la ventana iluminando un lado de ella.
Sus manos grandes estaban muy transpiradas y al masajear esas tetas no se solucionó, al contrario, sentía que con sus manos húmedas se las estaba lubricando, dejándoselas brillantes y mojaditas con agüita de su papa sumiéndola en un gemidos de éxtasis. Cada caricia doblaba esos pezones duros como analógicos de mando, sintiéndolos en las yemas y oprimiéndolos como si quisiera sacar leche de ellos. Esa idea le dio patadas en la cabeza.
Rocío se inclinó por completo sobre él para besarlo, para sentir esa boquita al natural. Hasta reconoció los sabores de la pizza fuerte que habían almorzado, las anchoas, el cantimpalo… la salsa. El beso se hacía más y más profundo, quería sentir hasta el puré de manzana que le hacía de bebé, sus lenguas se enroscaban como víboras mientras que las manos del hombre le acariciaban la espalda y bajaban con destino a esas hermosas pompas.
Las apretó y estiró disfrutándolas más de lo que Phoenix había hecho el otro día, sintiéndolas en toda su gloria. Ella se fue hacia adelante colocando su vagina sobre su vientre, para que pudiera alcanzar las tetas con su boca y su cola con las manos mejor. Estuvieron minutos mirándose a los ojos con mutua devoción, muy de cerca, mientras el succionaba de manera monótona sus ubres. Fundidos como dos, no tardó en pasar un dedo por la raya humedecida para entrar en contacto con su sexo, e ingresar ahí con sus manos experimentadas en apretar gatillos.
Los gemiditos de ella se hicieron más sublimes, y esa era una palabra que la definía la perfección, todo en ella era sublime, era su mejor obra, y quería admirarla por siempre. Como una contorsionista, se fue hacia atrás para poder bajarle el bóxer mientras sus dedos seguían auto lubricándola. El jugo de su vulva se mezclaba con la sudoración excesiva de esas manos y cada tanto se las secaba pasándolas por sus tetas, dejándolas aceitosas y saladas.
Sus dedos sintieron su virginidad al límite de quitarla, haciendo ruidos muy húmedos, retiro tres dedos empapados, goteantes, y con ellos mojó su glande para terminar de preparar el terreno. Ella, como osada que era, de frente y sobre él, plantó ambos pies en la cama, a la altura de la cadera del hombre, levantó las caderas por sobre sus rodillas, acomodó el pene y se dejó caer sobre el muy lentamente agarrada del cuello de su padre, sin despegarle la mirada a él.
Su vulva fue abrazando al pene muy lentamente, era una nena muy fuerte para hacer una pose así, que requería equilibrio, fuerza en las piernas y brazos… para que no caiga su cadera provocando una penetración excesiva y pronta, estaba agarrada del cuello de su padre, y como un columpio, se dejaba ir y venir para introducir el miembro erecto hasta la cabeza… parecía una boca que se comía el glande y lo escupía, lo comía y lo escupía…
- Dejate caer amor, un poquito más, papi te cuida…- Agarrándola bien fuerte de las nalgas. No aguantaba más, le latía la pija tan fuerte que si no le daban lo que quería le iban a reventar los huevos.
- Bueno, pero de a poquito… me duele. Aaahhhm ahhhhmmm… despacito… mmm.- Sus gemiditos intercalaban palabras y se mezclaban con los de su padre.
Sintió una suma de líquidos contra su cabeza roja, un poco era el flujo y otro contenido era la carnecita sanguinolenta que indicaba que ya no era virgen nunca más. Los restos minúsculos de su himen estaban aún apresados por su pene y eran arrastrados por toda la vagina, sin que ella se moleste en lo absoluto… dado que dé a poquito, se fue soltando de su cuello, para que sea su padre quien tuviera total domino de la situación.
- ¿Me sostenes? Toda de una no todavía- La mitad por ahora estaba bien, el hombre ya había sentido a su pene cargarse cuatro veces.
- Por supuesto mi amor, papi no te suelta…- Y le siguió bombeando con mayor dificultad dado la pose, para explicarlo claramente, estaba sentada como las nenitas cuando hacen pipi en la callé pero con las piernas más adelante, y lo único que evitaba que cayera por completo para atrás, sobre el pene, eran las manos grandes y fuertes de papa. O como la pose de la bufanda aunque con los pies en el suelo y las manos en el cuello, todo el peso, estaba en la cadera.
Sus músculos reaccionaron como en una situación límite, para resistir con mayor intensidad la situación, su hija se volvió un objeto que manipulaba a su antojo, de a poco, empezó a dejarla caer y subirla con una velocidad increíble. Era una nena pesada debido a su altura perfecta y carnes firmes, su pene lo sentía, y lo dejó salir para que todo el caldo que se había formado en su vagina cayera por el tronco venoso como una mezcladora de cemento vertiendo su mezcla.
- Ahora papi te la mete toda ¿Estás lista?
- Sí, estoy lista…- Y lo besó como una desesperada, refregando su boca babosa contra la suya.
Muy de a poquito, haciendo galardón de una excelsa fuerza, la dejó caer y el glande endurecido abrió el camino hasta el útero, aunque hasta allí, solo había entrado en tres cuartos, como cuando uno guarda asado para navidad, sobraba carne y faltaba lugar en la nevera…
Su nena soltó un gemido más descontrolado contra su oído haciéndole doler, pero el trato era que entrara toda.
- Eso que sentís apretado contra mi pija, es tu cérvix amor, lo podemos meter un poco más…
- Me duele mucho…
El la besó un rato para calmarla, mientras la penetraba rítmicamente sin meter el cuarto restante.
- Es la primera vez mi amor, siempre duele…- Y ahí, la deslizó del todo. La nena chilló y el sintió que se había excedido, el tope de su vagina estaba hundido a recibir el pene entero hasta que los bellos púbicos de ambos se enredaron y sus huevos conocieron al ano de frente. Ella le oprimió el cuello sin poder contenerse, y él confiando en que era solo falta de costumbre, volvió a bombear para goce total de su falo.
- Me rompes papi. ¿Me queres reventar la conchita?
- La tengo normal mi amor – Humildad ante todo- es que estas toda nuevita, quedate tranquila, confía en papa, en un rato lo gozas.
- Es que… me… duele…. mucho…- Expresó entre gemidos de dolor.
- Vos elegiste esta posición tan avanzada, que es muy buena, pero tiene sus cosas, ya te vas a acostumbrar.
- ¿Si cambiamos?
- No mi amor, es perfecta la pose, vos dejate caer, papi regula la velocidad, ni bien te guste, meto quinta, y terminamos…
Y pasados quince minutos que para ella fueron una agonía, empezó la leve mejoría que él esperaba. Cada segundo le estuvo viendo la cara esperando que cambiara su mueca, atento a sus quejidos, esperando a que sean gemidos placenteros una vez más, desde que le había metido el cien por ciento ella lo padecía, y él también, en parte. Cada tanto chorritos de flujos eran dejados salir para evacuar la zona, liberarla de tanta presión sanguínea y fálica, y de paso, lubricarlo más y más. Estaba tan apretada que sentía a sus venas latiendo como corazones contra las cavidades dilatadas a extremo de su hija, y otra sensación agradable, era que el jugo de su coñito al estar él quieto, se chorreaba por su escroto sin freno, pasando por cada pelo y arruga, hasta llegar a su ano, empapando al hombre de un extraño placer. Ahora entre sus nalgas había un charco de presemen y flujo, y por supuesto, los residuos del himen.
Por fin, fue ella la que fue aflojando su abrazo dejándose caer como al principio, la nena tomó las riendas y empezó a gozar, el hombre volvió a cargar la pistola una y otra vez preparado para dar el tiro de gracia, que estaba pronto a llegar. Empezó a armarse bochinche entre los gemidos, las nalgas golpeando sus muslos y los resortes del colchón, al final se sumaron la rompepijas del 7B golpeando la pared con la escoba.
- mmmahhha mmmmahha mmmmahhhaaa…- Empezó a cantar, eso, más el contacto abrasivo de sus paredes vaginales fue suficiente para hacerlo venir como hacía años no se venía. De una manera tan copiosa como espesa, dejó el papel de pasivo entre bufidos de toro para alzar su cadera arqueando su columna, levantándola toda, penetrándola en un 130 por ciento, estrujándole los huevos contra su trasero hasta el punto de dolerles.
Ella acabó ríos de flujo, y emanó un quejido ronco de mujer de la boca, gutural, quedando como muerta contra él, quietita, con el corazón a mil estiró las piernitas para ponerse cómoda mientras su entrepierna se seguía quejando. Ahora era la mujer de papa, y él se sintió como el protagonista de la película Lolita, ni bien la cabeza se le encendió de nuevo, el pene volvió a un merecido reposa bañado en semen y lubricante natural.
- No pudo creerlo, nunca pensé cuando llegaste a mi departamento que algo parecido pasaría.- Los pensamientos volvieron como torbellinos pasados diez minutos de estar quietitos.- Yo te cambié los pañales, te limpié el culo hasta los siete, te lleve a tu primer día de colegio, fui hace dos semanas a inscribirte a la escuela de arte. ¿Hice algo mal?
Su hija levanto la cabeza, le dio un pico tranquilizador y lo miró.
- Yo tampoco lo pensé al llegar. No vine con la idea de coger con vos, pero la verdad es que la pasó tan bien…y se fue dando como en cualquier otra pareja, no le busques motivo, no fuiste ni vos ni yo, fuimos los dos.
- Somos padre e hija, no es tan poca cosa, como todo nos condujo a esto. Me da miedo.
- Si el incesto existe por algo es. No tiene nada de malo que lo hagamos cuando más nos necesitemos, y yo prefiero que haya sido con vos antes que con cualquier otro…
- Pero hija ¿Cómo te ves en diez años contándole a tu esposo que tu primera vez fue con tu padre?
- Lo que tenga que pasar, pasará, yo ahora quiero estar con vos. Si es mi novio tiene que tener la cabeza abierta y entender que fue hermoso de todas formas. Quiero ser tu lolita.
- Hay hijita, me das un miedo… - Mirando el techo, fiel testigo de su perdición y su alma atormentada.
- Ahora quiero dormirme así… arriba de vos. ¿Te molesto?
- No mi amor, no me molestas- Besándole la frente, vestigios de su antiguo rol de padre- dormite bebé.
Pasaron cinco minutos y…
-Ro, mejor vamos a darnos una duchita…
- Si, eso te quería decir y no sabía cómo, no aguanto más este pegote…
Los dos rieron a pesar de todo. Ella salió mejor parada a pesar de su juventud, porque se la notaba más decidida a embarcarse en esa aventura prohibida, su padre, quizás más pensante por toda una historia a cuestas, seguía oponiendo resistencias pero con un escudo de algodón, nada que los encantos de Rocío y sus cada vez mejores sesiones fotográficas, no podían eludir cada noche.
Gracias por leer! Espero que les hay gustado! he aquí algunas fotos de "Rocío" 😉
La modelo real responde al nombre de... (Je) Isabella Kalinka, Alexandra Kroha, Kalinka, Isabella A. Con estos nombres no van a tener drama en encontrar fotos y vídeos de este pedazo de nena 😉
Las separaciones siempre son duras, y más cuando no se tiene suficiente dinero, y entonces, la pareja decidió dividirse la manutención manteniendo bajo su techo, cada uno a una de sus hijas.
El padre soltero y joven llamado José a pesar de tener un pequeño departamento y un sueldo de fotógrafo profesional que esperaba por progresar, decidió darle el sí a su nueva inquilina.
Su hija Rocío entró con gracia y lo abrazó con afecto. Se vestía con ropa de gimnasia unos yoggins, campera de algodón, remeras con estampados desprolijos, y pocos accesorios.
- Es muy chiquito, pero confortable ¿No?- Y noto lo suelta de ropas que había venido, mientras él entraba dos enormes bolsos.
- Eso suele decirse sí, no te preocupes, estamos cerca de todo, vas a estar más tiempo afuera que dentro, yo no te voy a joder como tu madre.
- ¿Vos decís? ¡Gracias papá!- Exclamó abrazándolo de nuevo.- Vos siempre me dejaste hacer lo que quise, por eso le dije a mama que quería venir. Ella me sofoca.
- Es muy absorbente, sí, ya con 18 Ro, tenés que salir a disfrutar, siempre que andes con cuidado yo no te voy a molestar.- Vení, acá esta tu cuarto…- Despegándose de su abrazo.
El departamento era minúsculo, el hombre había pensado en ubicarla en su salón de fotografía, donde había faroles, trípodes, láminas y cajas con todo lo necesario para preparar un set de modelaje.
- Estos días tengo franco, así que tengo tiempo de mover todo al living…- Pero Rocío se había ido y estaba en su pieza.
- Me da pena ocupar tu espacio de trabajo, y en el comedor no tenes lugar. Imagínate si vienen las modelos de siempre y ven que esta todo apretado…
- ¿Y dónde querés dormir?- Preguntó desconcertado. - En el living el ruido de la calle no te va a dejar pegar un ojo- Ella arrastró los bolsos hasta su habitación y allí los dejó.
- Me tiro en el suelo acá, no te preocupes, mientras tenga una pared para mí todo bien.
- En realidad no tengo ningún problema Ro, solo quiero que estés cómoda ¿No te parece que vas a estar mejor en la habitación de fotos?
- No, no, tenés que cuidar el trabajo pa. ¿O no me queres cerca?- Pregunto en un tono en el que nunca le había hablado.
- Claro que no hija… mañana compramos una cama decente, tan pobre no soy, te podes quedar, pero no en el suelo como una hippie.
La relación padre e hija no podía ser mejor, él estaba de vacaciones y ella aún no empezaba a cursar, por lo que coincidieron en que querían aprovechar el tiempo al máximo. Empezaron a salir a trotar cada mañana, ella era muy atlética, tenía el físico de toda una gimnasta rusa que la calza apretadísima y el top corto que le dejaba el vientre al aire, la promocionaban como neón por la ciudad.
Tenía mucha más resistencia que su padre, no muy acostumbrado a entrenarse, aunque era de los que no necesitaba ejercicio para verse decente. Además, sus gustos eran parecidos:
Fotografía él, y ella el arte, descubrieron juntos que ambas actividades tenían mucho en común.
- Paremos a descansar Rocío, estoy medio acalambrado…
- Tirate al piso papa que te estiro.- El hombre le obedeció. Su hija tomó su pierna y masajeo con énfasis su pantorrilla. Se sintió incómodo, ya que al estar en shorts, su mano tocaba la pierna desnuda y velluda, oprimiendo los músculos muy hasta abajo, casi llegando a la cadera.
Su hija lo miró con curiosidad, ya que sin quererlo, tenía el placer dibujado en el rostro.
- Sabes dar masajes Ro… sigamos, pero más lento, acordate que soy grande ya.
- Jajaja no seas exagerado, mi instructora me enseñó bien hace unos años, a estirar y ayudar a los músculos a absorber el ácido láctico.
- Parece mentira que dejaste el gimnasio ¿Hace dos años? No lo parece.
- Gracias pa, vos también estás lindo…- Y ella dejó escapar una risita cómplice…
Y los momentos para el recuerdo se sucedieron, pero sin querer provocarlo, todo se estaba “erotizando” muy lentamente. Llegaron al departamento todos traspirados y Roció no perdió el tiempo para ir a bañarse antes que él. Al salir dijo…
- ¿Me mostrás trabajos tuyos? Quiero ver como es tu encuadre, la iluminación y todo eso.- Le pidió después de bañarse mientras su padre preparaba pastel de papa. La había visto salir de la ducha de reojo, con una remerita apretada y un jean todo rasgado que le levantaba la cola muy bien, detalle que no supo porqué noto.
- Están en la carpeta trabajos en el escritorio de la compu, igual Rocío, vos sabes que le saco fotos a modelos y chicas, abrí las carpetas lencería, catálogos y Avón, creo que en la carpeta “Mías” hay animales, paisajes y otras cosas que hice antes. No abras las otras.- Recordando que había hecho docenas de trabaos para páginas de internet pornográficas, con sesiones realmente subidas de todo con mujeres despampanantes.
Cuando el almuerzo estuvo listo se dio cuenta de que estaba viendo precisamente, las carpetas prohibidas…
- Hija, te dije que esas no.
- Ya soy grande pa, dejame ver, quiero ver como encajas la figura humana en el encuadre… además así se ven mejor los músculos, los cuerpos… todo.
Las fotos eran más que provocativas, había hecho sesiones que fueron compradas por Premium, Penthouse Brasil, otros magazines más obscenos y páginas web con grandes cantidades de sesiones eróticas como MPL. Las mujeres a las que atendía no solo era eran despampanantes, sino que revelaban lo mejor de su humanidad en los clásicos trajes de enfermera, colegiala, y otros más simples pero no por ello menos sensuales.
- Sabes, aunque ellos tienen sus fotógrafos, a veces compran trabajos independientes si tienen el nivel necesario y se corresponden con la bajada de línea… por ejemplo…- Inclinándose junto a su hija para ver la pantalla, sintiendo el perfume de su cabello castaño recién lavado.- En una sesión para Playboy…- Enseñando unas fotos realmente artísticas con una morocha muy bella…
- Si me doy cuenta, a veces no muestran la alcancía, tienen mucho fotoshop…
- Claro, algo así, y Playboy usa mucho fotoshop, pero eso es trabajo de otro, así que una foto como esta…- Poniendo una realmente atrevida, de una modelo en posición de perrito enseñando risueña sus cavidades.
- Esa te la compra Penthouse o Hustler ¿No? Esas son más chanchas.
Él la miró alarmado.
- ¿Cómo te diste cuenta?
- Mi hermanastro tiene un montón de estas, a veces cuando se va al colegio, con mi hermana las vemos, no más de curiosas.- Eso lo hizo darse cuenta de que tan grandes estaban sus nenas, acostumbradas a ver esas fotos porno sin horrorizarse o chillar como otras muchachitas harían. Empezaba a preocuparse, quizás había crecido demasiado rápido.
- Vamos a comer Ro…
En la mesa almorzó algo tenso, un poco ido también, y ella se lo hizo notar. Le explicó que estaba preocupado por la posesión de tales magazines de su hermanastro, un chico adolescente que apenas conocía, dado que era de la actual pareja de su ex.
- Tranqui pa, es re bueno, re virgo, nos re sorprendimos cando le encontramos las revistas, no lo podíamos creer, es re buenito, pero se tiene que descargar, pobre.
- ¿Y lo demás? Me preocupa lo suelta que sos, viste esas fotos y ni te afligiste, debes de tener muchos admiradores…- Ella lo miró con rostro maternal.
- En la escuela de arte trabajamos con modelos, hombres, mujeres, estoy acostumbrada a la desnudez pero nada más papi… soy virgen todavía, si eso te preocupa.
Eso no se lo esperaba e hizo que casi se atragantara. No esperaba saber tanto, aunque le pareció positivo que le confiara sus confesiones.
- No tenés porqué apresurarte por más que seas hermosa, y tengas un montón de curiosidad por la edad, cosa que es normal, créeme que vas a querer que sea especial. Y yo estoy dispuesto a ayudarte en eso… quiero decir.- Apresurándose a corregirse, dado lo mal que sonaba- con tus dudas, inquietudes.
- Ya lo sé pa, oportunidades no faltaron, pero no me interesa perderla con cualquiera, me parecen tan inmaduros, necesito a alguien más grande, más maduro me parece. Me gusta poder hablar con vos de mi intimidad pa, con ma no puedo, ella hace escándalo por todo. Se horroriza, vos sos más libre.
Eso definitivamente, le revolvió un poco las entrañas, ella siguió comiendo como si nada, y la vida de ambos continuó.
Con creciente peligrosidad, padre e hija se hicieron más compañeros, más amigos. Los últimos días de juerga se fueron al cine, al McDonalds, y a donde su hija quisiera, miraron películas y tv en el sillón, a veces jugaron videojuegos, hasta bailaron al ritmo de la música, a ella le encantaba el reggaeton aunque él lo aborrecía, rieron y conversaron casi como una parejita de tortolos, otra cosa que cambió, son ciertos detalles de la intimidad: En los primeros días, como siempre ocurre, cuando Rocío se tenía que cambiar o quedaba en ropa interior para dormir, le pedía a su padre que volteara con énfasis hasta que se cubría con las sábanas de su nueva cama, pero el último tiempo no solo se paseaba en toalla de baño por la casa, sino que a veces se desnudaba en su misma habitación mientras él leía, sin avisarle, ni importarle su presencia, él claro no la miraba, pero su visión periférica le pedía a gritos echar un vistazo a esa silueta perfecta.
Tampoco descontinuaron los entrenamientos, y cuando llovía, cosa común en Marzo, ella entrenaba adentro.
- Pa ¿No te molesta que entrene en corpiño?- Dijo cuando la encontró haciendo sentadillas contra la ventana del balcón, ante la lluvia torrencial.- Se siente más libre.
-Como vos quieras nena… es tu casa- Y se sirvió una leche en la cocina, alejado de ella,
percatándose de lo mal que había salido su tono, pareció un viejo verde. Prefirió desayunar solo en la mesita de la cocina, pegada al lavadero (Era un departamento minúsculo, concina y lavadero con un balconcito, y living y comedor todo en una, mas dos habitaciones medianas con un baño en el medio)
Como quien no quiere la cosa, mientras la lluvia caía contra el crista y pensaba en la siesta que se iba a pegar, apenas oía el entrenamiento de su hija, se imaginó a alguien viéndola desde el edifico de enfrente subir y bajar con esos pechos generosos, ese traserito redondo y hermoso tan favorecido por las calzas ajustadísimas que usaba. Se sintió sucio de pensar tal cosa, en extremo sexista acerca del fruto de su semiente y creyó que debía distraerse con la televisión.
- Pa ¿Me ayudas?- Como un sirviente estuvo ahí al instante, quería que le sostuviera las piernas para los abdominales. Eso no hizo más que pervertir su mente confundida más y más.
- Cinco… seis… siete- Y vio subir y bajar ese vientre chato y durito una y otra vez…- Doce… trece… catorce…- Mientras los pechos se bamboleaban en ese corpiño, y algunas gotitas de sudor le recorrían el pechito por el calor…- veinte, veintiuno… veintidós…
-No te hagas mal, hace despacito…- Pero fue el peor consejo del mundo, despacito se veía y escuchaba mejor. El conteo se volvió un leve gemidito de nena, apenas audible, encima lo hacía con los ojos cerrados, para que el pudiera ver. ¿Pero qué estaba haciendo?
Por fin termino el entrenamiento, pero no la seducción.
- Tócame, me quedó re duro pa.
Y no era lo único duro, tenerla semidesnuda, con esas calzas para el infarto, con las piernitas medio abiertas llevando su mano hacia su abdomen, estaba poniendo dura otra cosa. No supo porqué lo hizo, pero acaricio su vientre con devoción, con ambas manos, como si estuviera untando una crema, sintiendo bien sus músculos, desde el bajo vientre, metiendo los dedos levemente bajo su bombachita, hasta las costillas.
- Tenes una abdominales increíbles Ro, ya quisiera unos así.
- Bueno, no aparecen solos, dale, ponete cómodo que te ayudo…
- No deja… es al pedo
- ¡Dale! ¿Qué al pedo? Si te gusta el ejercicio, un poco cada día te va a hacer bien…- Le recomendó mientras se ponía una remerita minúscula.- Dale tirate. - Como un muñeco de ventrílocuo de obediente se sacó las zapatillas, se puso una musculosa frente a ella y se tiró.
Quizás todo estaba en su mente sucia, por años de sacar fotos de mujeres haciéndose pasar por colegialas, y otras situaciones más morbosas. Una vez incluso fotografío a dos modelos haciendo de hermanas, y no hermanitas de convento precisamente.
Ni bien se puso a “ayudarlo” supo que estaba equivocado, ella en su perversión, no se apoyó con sus rodillas o manos como haría cualquiera, se sentó con sus nalgas sobre sus pies, con las piernas para adelante, y se inclino de tal manera, que las tetas le reposaran cómodamente sobre las rodillas, para que sintiera su peso en toda su gloria.
- Así te tengo bien agarrado y no te moves, es importante que no se mueva todo el cuerpo…- Pero lo que era de verdad importante, es que esas nalgas estaban sobre sus pies desnudos y esas tetas sobre sus rodillas. Trato de concentrarse en los abdominales para que la sangre no se le vaya a la entrepierna, pero fue como parar una ola con la mano.
Su hija cada vez le sostenía menos las piernas, se iba retrasando de a poco, por lo tanto, sus pies estaban cada vez más cerca de su almejita remarcada por esas calzas… sus ojos se desviaban por completo cada vez que subía a sus tetas y luego a sus ojitos que lo miraban con dulzura, hasta que con cada flexión, sus pies se levantaban y no tocaban otra cosa que la vagina de su pequeña. Con cada abdominal, le daba un golpeteo en su zona más erógena, y juraría que ella empezaba a cerrar los ojos para disfrutarlo.
- Vamos pa, vas quince recién, veinte y paras.- Aunque no quería parar nunca, a las veinte paró demolido en todo sentido, aunque más que nada confundido y asustado. ¿En que podía terminar algo así?
Su hija le abrió levemente las piernas, y sus manos avanzaron con rumbo a… su vientre. Un alivio, había creído otra cosa ¿O quería que eso pase? Como siempre ante las perversiones, no sabía si estaba preparado para ellas o no por más atractivas que se presenten.
- Va a tardar en ponerse durito, pero como sos flaco, no vas a tener problemas… - Le explicó mientras lo acariciaba, y estaba llegando peligrosamente, a una erección que el forro de la malla no ocultaba muy bien, ella lo notó, la miró y…
El teléfono salvador sonó. Rocío para ayudarse a incorporarse le puso una mano en todo el pene, palpando su dureza, y haciéndose la boluda se fue a atender. José se hizo el boludo también y se levantó hecho una luz para desentenderse de ese juego erótico.
- Okay lady, please wait a second…- Y le dio el teléfono- Hablan en inglés, no entiendo mucho.
Cuando hablaban en ingles, solo significaba una cosa: Dólares.
Ese día cerró redondo. Eran dos modelos de una compañía extranjeras, buscaban a un fotógrafo con urgencia dado que el que tenían había desaparecido y estaban debiendo una sesión a una página reconocida. Arreglaron con la cuenta bancaria y todos los trámites, su oído atento le ayudó a percibir que estaban desesperadas por hacer la sesión.
- Van a venir mañana a sacarse fotos muy atrevidas, quieren una sesión de entrecasa hot, algo así como una milf con su pareja joven o hija, algo así de sugestivo. ¿Enfermo no?
- Nha, creo que se llaman cougar, cada quien tiene sus gustos. Que nervios pa ¿No? Deben estar re buenas, voy a ver una sesión en vivo por primera vez.
- Vos no las vas a ver.- Cerró tajante- Te voy a dar plata para salir o algo así, tengo que trabajar tranquilo y no quiero que veas a esas chicas, tu mama me mataría si se entera.
- ¿Qué? No, yo quiero ver, así aprendo, ya soy grande vos lo dijiste…
- No se discute. Salí con amigas, anda al cine, a donde quieras, pero te volves como mínimo a las dos. Te voy a dar plata no te aflijas.
- No quiero salir, ni plata, quiero ver como trabajas, nada más, ya vi minas en vivo ¿Qué te asusta tanto?
- Basta Rocío, yo sé cómo hacer mi trabajo, no me jodas he.
A las pocas horas se sintió muy mal por haberla retado, y comieron en silencio. La cabeza le daba mil vueltas, primero por la sesión de entrenamiento que fue casi un masaje erótico, la oferta de trabajo bien remunerada, la pelea, y la idea de que si su ex se enteraba que Ro veía una sesión así, lo degollaba. “De todas formas, tiene un pibe con revistas porno escondidas, no debería de ser tan puritana, al fin de cuentas, gracias a mí su hijo se clava cucas. ¿Y si no está mal que lo vea? ¿Si le interesa la fotografía? Capaz me estoy asustando al pedo”
- Ro…
-¿Qué papa?
- Podés quedarte, pero le tengo que preguntar a las modelos si no les molesta, cosa que no creo, pero por las dudas.- El angelito rojo de su hombro izquierdo le había ganado al blando de su hombro derecho.
La “nena” se inclino sobre la mesa para abrazarlo de agradecimiento, de seguro más por haber ganado la puja que por el interés en la sesión en sí.
- Sos el mejor pa, no voy a joder para nada, te juro- Besándolo en la mejilla repetidamente.- Huy me ensucie las tetas…-Las había metido en la ensalada rusa. Por suerte, se pudo limpiar ella y no se lo pidió a él. Tenía el no difícil últimamente.
Las horas pasaron muy rápido, a ella se la notaba nerviosa por el proyecto. Estuvo dibujando flores y cosas así un rato, pero necesitaba descargar energía y puso la Play 2.
- ¿Sabes no que van por la 4?
- ¿Sabes lo que cuesta esa mierda no?
- No dije nada papu…
Se fueron a dormir, de nuevo, ella se sacó la remera sin avisarle para ponerse ese trapo con agujeros que llamaba pijama, y se bajó la calza, de manera bastante lenta, con la cola apuntando a él, y esta vez la contemplo con atención para ver si se incomodaba, tenía una bombachita que le quedaba muy chica para ese trasero tan apetecible.
- Con esa plata, te voy a comprar ropa de dormir decente…
- No gastes en boludeces, ahorra para comprar una Play 4- Le sugirió mientras se sacaba el corpiño con la remera puesta- Caminó hasta su papa y le dio el beso de las buenas noches- Hasta mañana papi. No leas hasta tarde que me molesta la luz.
- Vos dormí pendejita, he…- Le dijo haciéndose el malo.
La verdad el también estuvo nervioso. Toda la mañana se quedó solo preparando el set de fotografía. Corrió muebles de su casa al estudio y los acondiciono para cuando llegaran las modelos a las 8 de la noche. Probó cada foco, las lámparas, revisó la memoria de cada cámara, sus baterías, lentes y todo estaba en óptimas condiciones. Le gustaba cuando no surgían imprevistos, ahora podía almorzar tranquilo y comprar bocadillos para las chicas, siempre era bien visto alimentarlas para que ellas volvieran por su cuenta.
Su celular sonó, era su hija, almorzaría con una amiga y le pareció perfecto para estar tranquilo antes de empezar. ¿Le contaría algo de lo que pasaba en la casa? Era mejor que no pensara en eso, cuando ella curse las clases de arte y él vuelva al trabajo intenso, no habría tiempo para cachondeos. Todo volvería a ser como antes.
Una hora antes de las 8, llegó Ro, anunciándose, y pidiendo entrar al baño para orinar a pesar de que su padre estaba bañándose. Él se negó, no quería perturbarse antes del trabajo.
- ¡Dale pa! ¡No pasa nada! ¿Qué voy a ver?
- Bueno pasa…- Era un baño minúsculo, de esos que tienen un cubículo de cristal cuadrado para la ducha, sin bañadera o esas cosas lujosas, el inodoro estaba de costado a él, y allí se sentó su hija. Tanto él como ella solo se veían sus siluetas. Se preguntaba si deseaba verlo desnudo tanto como él a ella, solo por curiosidad, aunque era su hija, seguía siendo muy hermosa y toda una mujercita.
- Pa, ¿Alguna vez saliste en las fotos?- Orinar le estaba llevando demasiado. Se preguntaba si hacía tiempo, después de esa sesión de entrenamiento, podía esperar cualquier cosa.
- No hija, cada quien a lo suyo, he fotografiado a parejas haciéndolo, pero yo tengo que hacer lo mío.
- ¿Pero nunca quisiste sumarte después o algo así?
- Aunque la gente de ese ámbito es bastante promiscua en ese sentido, no siempre cogen con cada cosa que se mueve, después de terminar el trabajo cada quien a lo suyo la mayoría de las veces Ro. Para ser profesional en este negocio, con esta gente tan suelta, es mejor estar con la mente tranquila, pero no te voy a negar te tuve mis aventuras…
- Me imagino, ver semejantes minones y vos sin poder sacar la mano de la cámara…
- ¿Ves Rocío porqué no quería que te involucraras? Te comen la cabeza estas cosas si no estás preparada…
- Si claro pa, tengo doce años yo.- Se rió y por fin, escuchó el ruido del papel higiénico aseando su sexo, la cadena y la puerta.
Por fin llegaron las modelos, la saludó hablando en inglés y después se saludaron educadamente con Rocío, vestida muy discreta por suerte, no quería que llamara la atención ni diera una sensación que no correspondía.
Los perfiles eran muy reconocibles aunque todavía no estaban vestidas para la sesión. La mujer más grande, de un poco más de 40, muy pechugona, diosa de cabellera rubia, era de las que tienen nombres raros: Phoenix Marie, muy conocida en el rubro, Y su presa, una jovencita delgada y bajita con un perfil más inocente, de ojos azules y tez blanquecina, era más novata, se llamaba Molly Maddission.
- Hello Darling…- Le saludó la milf infernal a su hija.
- Howdy cute… im Molly…- Se presentó ante ella la segunda, el hombre la notó algo apagada, quizás estaba cansada por el viaje o por la conocida noche porteña.
- Welcome… Im Rocío- Dijo Ro en su inglés de secundaria.
Al instante José les explicó la situación, y presentó a su hija no como tal, sino como una aprendiz, ellas asintieron en todo momentos, y Ro se percató de ello.
- Bueno Ro, no tienen ningún problema, así que podes ver, ya sabes, no hagas nada que las incomode, se tienen que sentir cómodas mientras hacen lo suyo.
- Si, ya sé, quedate tranquilo.
- Please ¿Want to serve something to eat? – Enseñándoles las charolas con fiambres, masas y varias cosas deliciosas.- Its argentinian meat, trust me, its delicious…
Ambas tomaron algunos pequeños cubos de carne y los probaron con gestos de aprobación inmediatos y siguieron así mientras hablaban entre ellas. Aunque la más pequeña, cuando tenía un cubo de queso pinchado en el cerillo, se tambaleó, su mirada estaba perdida y no respondía ninguna pregunta.
- ¿You are alrigth? ¿Something happens?
De repente se desmayó, cayendo sobre la mesa de comida. Inmediatamente, José la tomó y la llevó al sofá, abrió la ventana y llamó a emergencias. La otra modelo le habló a Rocío enfervorizada, sin poder entenderle nada. Capaz era intolerante a la lactosa, pero le pareció poco probable que no se percatara de que estaba comiendo queso.
- Correte Ro, necesita aire…- Mientras le ponía una almohada en el cuello y la abanicaba con un diario. La rubia le explicó la situación más calmada al ver que parpadeaba y de a poco, despertaba.
- ¿Qué le paso?
- Me dijo que esta a dieta, y no come muy bien, anoche estuvieron de joda, y al estar sin comer ni dormir esto pasa.
La situación fue una mierda, tanto cuidado en los preparativos para semejante garrón, por suerte Molly despertó de a poco, y dijo que se sentía débil. Intuyó que le bajó la presión. Los enfermeros llegaron rápido, y mientras le tomaban la presión, picaron como ratones de biblioteca. Presumieron que tenía además de presión muy baja, anemia, así que la llevaron para una observación más a fondo. Phoenix se quedó sentada.
Estaba en un predicamento, tenía órdenes de tomarse fotos en pareja y no se podía hacer individual porqué era precisamente para una página de lesbianas de edades dispares. Estaba muy preocupada, le pidió algo de tomar y Ro le trajo gaseosa, la modelo la miró raro.
- Mejor abrí una botella de frizzé amor…- El “amor” se le escapó sin querer. Al rato volvió con una bebida más acorde a las penas y la mujer la tomó con ganas. Hablaron de la situación complicada en la que estaban, el dinero de la sesión ya había sido transferido y esperaban las fotos por mail sin falta para mañana a riesgo de ser despedidas si no lo hacían, dado que necesitaban pasar por un proceso de edición y publicarse. Las mujeres se habían retrasado por culpa del anterior fotógrafo que en una falta grave de profesionalismo, avisó de su decidía una semana tarde.
José le dijo que estaba pensando en algo, si el sitio de internet no les daba tiempo, entonces debía llamar a una modelo local. Así que empezó a hojear a sus contactos en su teléfono bastante perdido. Una mano conocida lo detuvo.
- No papa, tengo una idea, déjamelo a mí. I can do the job, i have no problem.- Le expresó a Phoenix para ver si estaba de acuerdo y tenía su apoyo temprano.
- ¿Are you sure honey? That would save me, i can show you the tricks of the job in a blink.
- No digas pavadas Rocío ¿Estás loca? Es para un sitio fuerte.
- Es salir desnuda nada más, yo me animo, por favor- Y empezó una nueva discusión que no tenía sentido, con esa mocosa era siempre igual, no podía imponer su paternidad. Y Phoenix metía el dedo en la llaga.
- She have the perfect shape, the rigth perfil for the job, if she want to learn, its a rigth situation…
- Sorry, excuse me, Rocío, veni conmigo.- Aunque trato de poner un rosto enojado para que cese con sus insistencias, de verdad estaba preocupado y quería resolver el trabajo, ella lo notó al instante.
Juntos fueron a la habitación, y ella inmediatamente lo tomó de las manos y le explicó su punto.
- ¿Para que te vas a complicar llamando? Con todo lo que hiciste porque esto salga bien, desesperándote porque una mina que parezca pendeja, conteste, venga, y encima se desnude… si yo te puedo ayudar, yo me animo, por favor…
- Te voy a tener que ver desnuda, no es una pavada.- Y ella le puso la mano en el pecho.
- ¿Y lo del otro día? Ya nos conocemos pa, no le des tanta importancia, vence el pudor, además, miralo como un acto de profesionalismo con la gringa, ella estaba entusiasmada. Pensa que decís que si y se resuelve todo para vos, ella y la otra pobre chica…
No supo que tenían esos ojos enigmáticos que lo convencían como si fueran de mentalista, y aceptó lo imposible. Le dijo que debía vestirse sugestiva “pero no tanto” porque le tocaba el papel de la presa de la mujer mayor, un poco más inocente, así que si debía tocarla, la tocaría, y si debía besarla, la besaría. Se sintió un dt de futbol en una final en la que iba perdiendo, un dt de esos nerviosos que dan diez mil indicaciones por minuto. Quería darle la mayor cantidad de tips recopilados en años y años de trabajo.
- Voy a hacer mi mejor esfuerzo, no me digas más nada si no perdemos tiempo, por vos papa hago lo que sea, vos me que me aceptaste acá, gracias. - Y lo besó muy cercano a la comisura de la boca, dejando sus labios ardientes un segundo de más.
Con el corazón en la boca y nervioso como hace añares, fue al living a dar la noticia a la modelo.
Le explicó algo nervioso que se estaba cambiando para empezar, y que como era totalmente inexperta necesitaba conducción. La mujer se mostró aliviada, y empezó a sacar ropa de su bolso y con ella fue al baño. José optó por darle los últimos toques al estudio y Phoenix llegó al poco tiempo, vestida de esposa de clase alta: Un vestido rojo súper ajustado, alhajas, y un escote infartante.
Le explicó a Phoenix que su “alumna” estaba próxima a llegar, y la mujer se mostró agradecida por su gesto mientras admiraba el set, era una pared con cuadros, un escritorio y varios elementos de utilería prestados por sus contactos, y otros de su propio departamento.
Al rato, Rocío entró en escena, hermosa como nunca y vestida de la manera ideal, había tenido olfato para ponerse una camisa apretada, muy indicada, una pollera de aspecto estudiantil, medias altas y un peinado discreto. Parecía una típica estudiante de piano o hija santurrona de las que en las películas XXX terminan despatarradas y más llenas de carne que heladera de carnicero. Tener esos pensamientos en su trabajo era normal, pero tenerlos sobre su hija, no lo sabía, de todas formas, ella se había arrastrado a eso y pensaría cosas peores al verle más carne…
- Estas preciosa, Ro, mira, te explico de que va el plan, la escena es así, ella te acosa, es la señora a la que le gustan las nenas, vos te mostras confundida pero a la vez curiosa, al principio te resistís un poco, después la cosa se va calentando y termina como te imaginas. Phoenix te va a dirigir ¿Entendiste?
- Perfecto, bueno…- Y camino por el set recibiendo elogios de la actriz- Thank you ¿Be start? ¿Me pongo aca Pa, digo, José?- Casi se equivoca, él dio el visto bueno y los flashes empezaron.
- Perfecto Ro, bueno actúen… así, muy bien, se mueven y se quedan, se mueven y se quedan… así…
Con la cámara en mano, las chicas empezaron a posar y él a capturar los momentos claves. La rubia se acercó a la castaña, la tomó de las caderas y posaron juntas.
Ro entendió la situación, huía con la mirada distraída haciéndose la difícil, luego si miró a su acosadora, y se dejo tomar de la mano, Phoenix la besó en la mano, y la acercó a su voluptuoso cuerpo una vez más, ella la volvió a rechazar, pero la rubia le puso una mano en la cadera.
- Muy bien… very good… ahora Ro mirala fijamente, ahora hacete la interesada, te gusta lo que ves… así, muy bien…
Las escenas se sucedieron, cada tanto, Phoenix le indicaba algo al oído en un inglés muy claro, o la tomaba y acomodaba como a un maniquí. La sesión iba rápido, el hombre estaba tranquilo.
- Vos también tócala un poquito Ro, muy bien, en la cintura, así, levantale un poquito la pollera… no toda corazón, de a poco…
Así, Phoenix con las piernas carnosas y sensuales expuestas, atacó a la jovencita con besos en su cuello dejándole marcas de labial, en la primera situación comprometedora para Rocío, ya que la mujer empezaba a levantarle la minifalda para acariciar sus piernas jóvenes. Ro puso una expresión sumisa, y le devolvió los besos, era un golpe por golpe.
- Very hot ladies, very hot… now touch her bra, a little.
La rubia, sobreviviente de varias batallas, se sentó en el escritorio, puso a Ro entre sus piernas y con ellas la apresó, y con la manos firmes comenzó a jugar con sus pechos aún ocultos, expectantes, mientras la jovencita se dejaba acosar juguetona, con carita de placer. José no podía creerlo, estaba a punto de ver las tetas de su hija, aquellas tetas prohibidas que tanto crecieron esos últimos años, los botones de su camisa se fueron desabrochando y la milf pasaba su mano por todo el vientre trabajado de ella. Disfrutando de los abdominales juveniles.
Como poseída por el perfume encantador de la mujer, Ro volteó su cuello buscando aquellos labios obscenos que empezaron a comerle la boquita. José no podía creerlo, estaba fotografiando a su los labios de su hija, ultrajados por aquella boca experimentada en el entretenimiento masculino que la doblaba en edad. Si hubiera habido un termómetro en la sala, hubiera salpicado todo su mercurio cuando le bajó los tirantes del corpiño desde los hombros, y descubrió aquellos pezones tan ideados.
Mientras la mujer la seguía besando, sus pezones apuntaba al hombre, paralizado por el impacto, se recuperó antes de que el corpiño cayera por completo, y capturó a esas manos hábiles que pellizcaban con soltura esos timbres cada vez más en punta. Se notaba que le dolían por la carita de sufrida que tenida, le apretaba fuerte y se los estiraba como queriendo ordeñarla.
Su dirección se trabó, estaba nervioso, las fotografías ya no tenía la misma calidad porque le temblaba el pulso, le sudaban las manos como a un testigo falso, no podía soportar ver a su hijita así, una cosa era el jueguito romántico del entrenamiento, de la exhibición, del comentario subido de tono, pero eso era como pasar de primera a sexta en un saque, y el primero en sentirlo, era su pantalón. La erección le dificultaba posicionarse y además, de tan apretado que estaba su calzoncillo, le latía con fuerza.
- Now you Phoenix, show some flesh, you know… very good.- En realidad, quería posar el foco en la milf en vez de su hija por un momento.
La experimentada cougar llevó las manos de Rocío a sus pechos, y ella obediente, en varios pasos, le bajó el vestido para rebelarle aquellos melones colgantes… entonces recibió un susurró audible al oído…suck my tits.
La nena fue directa a esos pezones tan diferentes, marrones y enormes, castigados por más bocas que un asado en África, andanadas de salivazos y trenes que cruzaron su centro, tocándolos, exprimiéndolos, pellizcándolos. Esas eran unas tetas que habían visto tantas cosas, mientras que la espala de Ro, por primera vez eran presentadas al mundo cuando le sacó la camisa. Su hija se animaba a besarle los pechos, y hasta le clavó un par de chupones sonoros.
Empezaba a parecerse más a una película porno que una sesión de fotos.
- Me gusta, muy bien, hace como un robot Rocío, como el baile del robot, te moves, te frenas, te moves, te frenas, para que pueda captar cada momento, así… muy bien.
- No me hagas reír pa, digó José.
La sesión siguió, y como es costumbre, seguía el orden cronológico de una película condicionada: Romance, besos, tetas al aire, y había que pasar a uno de los últimos pasos; los orificios, lo que la gente pagaba por ver en esas páginas comedoras de tarjetas de crédito.
- Muy sexi, sigan… muy buena esa…- Alentó mientras volvían a besarse y Ro le apresaba las tetas con las manos. Empezaba a controlarse y acostumbrarse a la visión de esas tetas turgentes y familiares al aire besadas y acariciadas por manos llenas de anillos- Hace como si las estuvieras pesando, balancéalas… muy bien amor.
¿Amor? ¿De nuevo le decía amor a su hija? No podía detenerse a pensar un segundo, tras un nuevo susurró Ro le terminó de bajar el vestido para revelar su lencería erótica a juego.
- You can touchme rigth there Darling…- Indicándole el trasero y todo lo que había bajo él, ya que la cola de ella estaba parada exigiendo atención, y Rocío increíblemente, no se echaba para atrás. Pasaba sus manos como encerando ese trasero, y jugaba con el hilo minúsculo de la tanga subiéndolo y bajándolo. José había visto muy pocas veces a modelos hacer esos trucos sin que se los digan.
- Bueno, ahora el momento de la noche…- Pensó como para terminar, dado que sacó toneladas de fotos y debía de haber cinco excelentes por cada buen momento.- Bajale la tanga despacito, se la dejas a medio camino, que se vea, y después se la terminas de sacar.
Su hija obedeció, pasó una mano por detrás para tener una mano a cada lado y desnudar esas nalgas grandes y firmes, acostumbradas a complacer a hombres salvajes y juguetes rabiosos. De a poquito el juego se intensificó, y se las abrió para revelar sus castigados orificios por años de achaque y achaque. A José le encanto fotografiar ese ano perfecto, grande como una boca, era sin dudas un camionazo, uno de esos minones que no se ven seguido.
- Show my pussy.- Y la mujer se dio vuelta, levantó una pierna y le indicó que se acercara a la vagina. Ro la tocó con algo de pudor, mirando a la cámara y a la mujer, abría y cerraba los labios depilados para enseñar el orificio húmedo. Phoenix le siguió insistiendo para que se acerque más, y Ro acercó su lengua al clítoris.
Y gracias a Dios, el cielo y todos sus santos, no se animó a tocarla, porqué sus huevos estaban bombeando de forma independiente, y no podría resistir tanto cachondeo. Con que simule un oral era suficiente, ya se habían tocado bastante.
- Very good ladyes, be are finishing… - Dijo a modo de despedida, ya estaba por guardar la cámara, cuando la milf impaciente y decidida a mostrar a la jovencita en toda su gloria, se arrodilló para bajarle la pollera.
- Wait, be have a good argentinian meat rigth here, be have to show her to the world.
Si por ver las tetas de su hija casi le da un síncope, lo que vino a continuación se sintió como la caída de un rayo en su entrepierna. Phoenix empezó a jugar con las nalgas de Ro, acariciándolas, tocándolas, con su rostro libidinoso al costado de ellas… le tocaba la bombacha blanca masajeando las nalguitas de su hija.
Hasta que como era natural, las manos anilladas bajaron las panties un poco, hasta el nacimiento de su rajita, rebelando la colita desnuda y firme. Por como la acariciaba y apretaba (dejando sus marcas dactilares), le gustaba la firmeza de ese trasero joven. Puso sus manos en la base del culo y le levantaba las nalgas sintiendo su consistencia pulposa pero firme. Por suerte su ropa interior estaba fuertemente apresada y no dejó ver nada
- Wat a lovely ass, let show some young asshole.- Y como le previno, le abrió la colita de par en par.
José bajó la cámara, quedándose congelado por lo lejos que había llegado.
- ¿Estás bien?- Le preguntó Ro dádnosle vuelta, con la carita perdida ahí atrás y su asterisco en primera plana. Era un orifico precioso, como el que muchos hombres quisieran que el de su pareja fuese, pequeño, discreto, simple, apenas grisáceo, una pincelada de arte.
- No, estoy bien, bueno.- Colocando la cámara a punto.- Es que le tenía que hacer unos ajustes… ahora seguimos. A last shots ladies, we are finishing.- Avisó, porqué no aguantaba más, así que sacó lo que los hombres querían ver, ese culito joven expuesto, inmortalizado por su cámara profesional, enseñado con orgullo al mundo, antes de que Phoenix lo atacara con sus dedos largos y lujuriosos.
Tras varias poses con su hija expuesta de tal forma, logró terminarla antes de que enseñara su vagina, eso no lo habría podido resistir. Ro se acomodó la ropa, se puso la camisa mientras Phoenix no dejaba de agradecerles a ambos el compromiso.
Eran recién las once, José hubiera jurado que eran pasadas las tres. Luego de que la modelo se fue (dándole un pico a Rocío, felicitándole por el trabajo) ambos volvieron a estar solos, y se sentó en el sillón, disfrutando la paz, se sintió expuesto e indefenso a lo que su hija le tenía deparado. Simplemente no podía contenerla, incapaz de decirle que no, hacer que parara con su jugueteo, y tras esas sesión de fotos, supo que todo recién empezaba.
La pequeña se sentó junto a él en el sillón.
- No te sientas mal papa, fuiste re profesional y yo aprendí un montón. No estuvo tan difícil al final, aunque su boca jaja tenía un montón de rush.
- Te voy a pagar de mi sueldo Ro, lo que hiciste es un favor muy grande, no tiene nombre.
- No me importa la plata, me voy a bañar, después te digo que tengo en mente. No te acuestes tarde. Chau.- Dándole un beso de buenas noches, por suerte, en el cachete. Hasta ella se dio cuenta de que estaba abatido y le dio un break a sus intenciones.
- A la mierda que tenía rush…
Y lo dejó así nomás, con la certeza de que le iba a cobrar el favor de una manera insólita. ¿Cómo hacía para dar marcha atrás? ¿Cómo volvía al estado normal en el que se encontraron los primeros días? ¿Qué había pasado? ¿Él era el culpable?
Seleccionó las quince mejores fotos, las acomodó y envió en el formato indicado a la dirección indicada. Ver a su hija en el resultado final entregada apasionadamente a la cuarentona no ayudo a curar su erección crónica. Al instante le mandaron un mensaje al celular. Su trabajo estaba hecho, y el dinero en el banco ya se lo había ganado. Rocío se había acostado, y había una única manera de que pudiera dormir: Ahogando pibes crudos en el inodoro.
Ro dormía con la vestimenta de siempre, con la colita para arriba. Era increíble que supiera exactamente, como lucía lo que esa prenda ocultaba, muy perverso también que pensara algo así, cuando en realidad, la vio nacer y siempre la vio desnuda de chiquita sin tener el más mínimo atisbo de depravación. Agotado, se acostó, y al poco tiempo, su hija lo envolvió en un abrazo muy cálido.
- Me gustaría que me sacaras fotos a mi… quiero ser tu modelo, papa.- Requirió acomodándose junto a él como una amante muy despechada. El no se resistió, al contrario, la envolvió más, hasta sentir el delicioso olor de su piel y su cabello.
- Acepto, pero una sesión más artística, quiero que se note tu belleza natural y joven, nada muy vulgar.
- Acepto. Gracias papa…- Y se quedó dormidita junto a él confortada. Lo que ella sentía por él era innegable, era como tapar el sol con los dedos, su amor hacia él había tomado un rumbo inesperado.
Todo sucedió muy rápido. Al día siguiente no salieron a ejercitarse, no, la nena estaba apurada, quería resolver el asunto de sus sesión de fotos antes de empezar a cursar y perderlo a él en agobiantes horas de trabajo. José le pagó la deuda a su hija sin poner peros. Desde temprano, ella salió del baño lista, con la boquita pintada de rojo, una camisa verde esmeralda, un jean muy prolijo y un peinado precioso; ya preparada, le dedicó una vueltita a su padre. Era eso lo que quería, fotografiarse desnuda a solas con papa.
- Te lo pregunto por última vez ¿Estás segura? Mira que si me las compran, cosa que es segura, miles de pajeros por todo el mundo te van a ver, y vas a quedar muy expuesta.
- Si es lo que quiero, si se vende los dos ganamos y a mí me sirve para pagarme los estudios.
- Bueno, he aquí…
El set era hermoso, pero ni un céntimo de lo hermosa que estaba ella, recorrió el espacio fotográfico, que esta vez, era el living de la casa más algunos accesorios de la última sesión, para que pareciera un departamento lujoso. Pero ningún detalle podía opacar la figura perfecta de Rocío.
Los flashes no tardaron en comérsela, aunque decidió sacarlo porque le sentaba mejor la iluminación natural, para que en las fotos se aprecie el color trigueño de su piel perfecta.
Ella estaba suelta, pero a la vez, discreta, posaba con mucha naturalidad y él no tenía que decirle nada, dado que era Ro la que dirigía la batuta ahora. La sensualidad iba en aumento con cada “click” de su herramienta, y cuando la chica dejó caer un poco la camisa para revelar la curvatura de sus senos, lo que haría ruido era su vaquero.
Ni un cinturón de castidad de hierro detendría al madero que salía a flote de su entrepierna, para colmo, la mirada de ella ya lo había notado, de hecho, no le sacaba los ojos del instrumento que la engendró.
Era demasiado amor para contener en imágenes, ambos se devoraban con la mirada, y él en especial con el lente de la cámara. No tardo en perder el jean y la ropita interior, capturando cada fase de su desnudamiento de manera discreta, sin mostrar nada aún. Y por primera vez, Rocío le rebeló su entrepierna en poses elegantes, muy de a poquito, haciéndosela desear, como una cortina que desciende lenta y discretamente, primero el lente entrevió los bellos púbicos prolijos y cortos, que debían ser una delicia al tacto… y luego, en poses un poco más osadas, la deliciosa abertura de su sexo se expuso.
En la cabeza del hombre sonaba una orquesta de ángeles mientras en éxtasis no podía dejar de inmortalizarla. No supo cuanto tiempo duró, ni cuantas fotos sacó, porqué como un beso, ese cuerpo desnudo se robó la realidad misma y lo abstrajo de todo. En un momento la cabeza de arriba se prendió y decidió bajar la cámara.
- Vamos a comer algo, y armemos la carpeta mientras llega el delivery. Ya estamos.
- Espera, quiero ver en la cámara…
Acercándose contra él, mientras pasaba las fotos, (que eran 65) ella no tenía ningún reparo en evitar el contacto de sus pechos desnudos contra su brazo. Su piel se electrizó ante el contacto de sus timbres duritos, que le oprimía contra él sin importarle.
- Mejor vamos a comer, vestite Ro, mientras pido algo.
- Están buenísimas, algo me dice que te las compran…
- A mi me conocen y vos saliste hecha una diosa, además siempre buscan modelos jóvenes y nuevas esos buitres, ya te dije que eso es seguro.
José sabía, como iba a terminar todo eso, aunque se contuvo con un entusiasmo innegable por recobrar la normalidad de su vida, cuando pasó las fotos a la pc junto a ella, supo que tenía un diamante en bruto en su casa.
- No puedo creer que te haya hecho yo en parte, sos tan hermosa, no creo que tengas una parte de mi.
Ella le sonrió alagada, mostrando falsa inocencia.
- Me alegro de haber terminado, aunque ahora con lo de anoche y hoy estoy media cansada. ¿Vos?
- Si, algo- Mintió, en realidad estaba a mil- Después dormimos una siestita ¿Querés?
- Dale.- Y ella lo abrazó con mucha fuerza, aunque en realidad, José supo que abrazaba al destino, que caprichoso, le deparó a una hija como amante.
La sesión les había dado hambre, atacaron a una pizza de anchoas y otra de cantimpalo con jamón que daban calambres. Hablaron de que al día siguiente se les terminaba la joda, cada uno empezaba su propia rutina.
- No tiene que ser rutina papa.- atrapando los hilillos de queso de una porción con la lengüita.- Estamos juntos ahora, podemos hacer todo más llevadero.
El hombre la entendió a la perfección, con ella en casa, no había trabajo que no pudiera soportarse.
Por fin, después de cerrar un ciclo de una vida medianamente normal, turbulenta en sus últimas horas, José terminó de lavar los platos y entró a su habitación decidido a abrazar su destino. Rocío descansaba en la cama frente a la puerta, pasó a su lado sintiendo una caricia suya, y cerró las persianas pero no del todo, para que entren rayos de luz iluminando la habitación mansamente. Por fin se tiró en la cama grande a la derecha de la misma, de cara a la cama de su hija. Se quedó boca arriba, en bóxer, esperando la movida de la que, en definitiva, quería que eso ocurriera, y ocurrió.
Sintió el colchón hundirse, unas piernas desnudas apresarle la caderas y un dedo índice posarse sobre su labios para indicar silencio. No hacían falta las palabras, excepto las de placer. Su mente se apagó y se dejó llevar con lágrimas de extrañeza saliéndole de los ojos, su hijita, el fruto de su vientre había crecido y elegido a su progenitor para esos juegos de perversión. ¿O eran lágrimas de felicidad?
Primero se frotaron los sexos de manera rítmica. La ropa interior de ella estaba empapada, hecha un charco, parecía más querer lubricarlo que masturbarlo. Él sin quedarse atrás, palpo su pecho con los ojos cerrados, tenía puesta esa remera rotosa que usaba para dormir, la toqueteó con suavidad en los contornos, sintiendo toda su figura, y luego las tetas por arriba, sintiendo en sus palmas esos senos firmes y encantadores apenas protegidos por una tela fina y gastada. Los pezones estaban tan hinchados que podía tomarlos por fuera y pellizcarlos con la tela de por medio. No tardó de todas formas en sacarle esa remera para verla desnuda, con la escasa luz que provenía de la ventana iluminando un lado de ella.
Sus manos grandes estaban muy transpiradas y al masajear esas tetas no se solucionó, al contrario, sentía que con sus manos húmedas se las estaba lubricando, dejándoselas brillantes y mojaditas con agüita de su papa sumiéndola en un gemidos de éxtasis. Cada caricia doblaba esos pezones duros como analógicos de mando, sintiéndolos en las yemas y oprimiéndolos como si quisiera sacar leche de ellos. Esa idea le dio patadas en la cabeza.
Rocío se inclinó por completo sobre él para besarlo, para sentir esa boquita al natural. Hasta reconoció los sabores de la pizza fuerte que habían almorzado, las anchoas, el cantimpalo… la salsa. El beso se hacía más y más profundo, quería sentir hasta el puré de manzana que le hacía de bebé, sus lenguas se enroscaban como víboras mientras que las manos del hombre le acariciaban la espalda y bajaban con destino a esas hermosas pompas.
Las apretó y estiró disfrutándolas más de lo que Phoenix había hecho el otro día, sintiéndolas en toda su gloria. Ella se fue hacia adelante colocando su vagina sobre su vientre, para que pudiera alcanzar las tetas con su boca y su cola con las manos mejor. Estuvieron minutos mirándose a los ojos con mutua devoción, muy de cerca, mientras el succionaba de manera monótona sus ubres. Fundidos como dos, no tardó en pasar un dedo por la raya humedecida para entrar en contacto con su sexo, e ingresar ahí con sus manos experimentadas en apretar gatillos.
Los gemiditos de ella se hicieron más sublimes, y esa era una palabra que la definía la perfección, todo en ella era sublime, era su mejor obra, y quería admirarla por siempre. Como una contorsionista, se fue hacia atrás para poder bajarle el bóxer mientras sus dedos seguían auto lubricándola. El jugo de su vulva se mezclaba con la sudoración excesiva de esas manos y cada tanto se las secaba pasándolas por sus tetas, dejándolas aceitosas y saladas.
Sus dedos sintieron su virginidad al límite de quitarla, haciendo ruidos muy húmedos, retiro tres dedos empapados, goteantes, y con ellos mojó su glande para terminar de preparar el terreno. Ella, como osada que era, de frente y sobre él, plantó ambos pies en la cama, a la altura de la cadera del hombre, levantó las caderas por sobre sus rodillas, acomodó el pene y se dejó caer sobre el muy lentamente agarrada del cuello de su padre, sin despegarle la mirada a él.
Su vulva fue abrazando al pene muy lentamente, era una nena muy fuerte para hacer una pose así, que requería equilibrio, fuerza en las piernas y brazos… para que no caiga su cadera provocando una penetración excesiva y pronta, estaba agarrada del cuello de su padre, y como un columpio, se dejaba ir y venir para introducir el miembro erecto hasta la cabeza… parecía una boca que se comía el glande y lo escupía, lo comía y lo escupía…
- Dejate caer amor, un poquito más, papi te cuida…- Agarrándola bien fuerte de las nalgas. No aguantaba más, le latía la pija tan fuerte que si no le daban lo que quería le iban a reventar los huevos.
- Bueno, pero de a poquito… me duele. Aaahhhm ahhhhmmm… despacito… mmm.- Sus gemiditos intercalaban palabras y se mezclaban con los de su padre.
Sintió una suma de líquidos contra su cabeza roja, un poco era el flujo y otro contenido era la carnecita sanguinolenta que indicaba que ya no era virgen nunca más. Los restos minúsculos de su himen estaban aún apresados por su pene y eran arrastrados por toda la vagina, sin que ella se moleste en lo absoluto… dado que dé a poquito, se fue soltando de su cuello, para que sea su padre quien tuviera total domino de la situación.
- ¿Me sostenes? Toda de una no todavía- La mitad por ahora estaba bien, el hombre ya había sentido a su pene cargarse cuatro veces.
- Por supuesto mi amor, papi no te suelta…- Y le siguió bombeando con mayor dificultad dado la pose, para explicarlo claramente, estaba sentada como las nenitas cuando hacen pipi en la callé pero con las piernas más adelante, y lo único que evitaba que cayera por completo para atrás, sobre el pene, eran las manos grandes y fuertes de papa. O como la pose de la bufanda aunque con los pies en el suelo y las manos en el cuello, todo el peso, estaba en la cadera.
Sus músculos reaccionaron como en una situación límite, para resistir con mayor intensidad la situación, su hija se volvió un objeto que manipulaba a su antojo, de a poco, empezó a dejarla caer y subirla con una velocidad increíble. Era una nena pesada debido a su altura perfecta y carnes firmes, su pene lo sentía, y lo dejó salir para que todo el caldo que se había formado en su vagina cayera por el tronco venoso como una mezcladora de cemento vertiendo su mezcla.
- Ahora papi te la mete toda ¿Estás lista?
- Sí, estoy lista…- Y lo besó como una desesperada, refregando su boca babosa contra la suya.
Muy de a poquito, haciendo galardón de una excelsa fuerza, la dejó caer y el glande endurecido abrió el camino hasta el útero, aunque hasta allí, solo había entrado en tres cuartos, como cuando uno guarda asado para navidad, sobraba carne y faltaba lugar en la nevera…
Su nena soltó un gemido más descontrolado contra su oído haciéndole doler, pero el trato era que entrara toda.
- Eso que sentís apretado contra mi pija, es tu cérvix amor, lo podemos meter un poco más…
- Me duele mucho…
El la besó un rato para calmarla, mientras la penetraba rítmicamente sin meter el cuarto restante.
- Es la primera vez mi amor, siempre duele…- Y ahí, la deslizó del todo. La nena chilló y el sintió que se había excedido, el tope de su vagina estaba hundido a recibir el pene entero hasta que los bellos púbicos de ambos se enredaron y sus huevos conocieron al ano de frente. Ella le oprimió el cuello sin poder contenerse, y él confiando en que era solo falta de costumbre, volvió a bombear para goce total de su falo.
- Me rompes papi. ¿Me queres reventar la conchita?
- La tengo normal mi amor – Humildad ante todo- es que estas toda nuevita, quedate tranquila, confía en papa, en un rato lo gozas.
- Es que… me… duele…. mucho…- Expresó entre gemidos de dolor.
- Vos elegiste esta posición tan avanzada, que es muy buena, pero tiene sus cosas, ya te vas a acostumbrar.
- ¿Si cambiamos?
- No mi amor, es perfecta la pose, vos dejate caer, papi regula la velocidad, ni bien te guste, meto quinta, y terminamos…
Y pasados quince minutos que para ella fueron una agonía, empezó la leve mejoría que él esperaba. Cada segundo le estuvo viendo la cara esperando que cambiara su mueca, atento a sus quejidos, esperando a que sean gemidos placenteros una vez más, desde que le había metido el cien por ciento ella lo padecía, y él también, en parte. Cada tanto chorritos de flujos eran dejados salir para evacuar la zona, liberarla de tanta presión sanguínea y fálica, y de paso, lubricarlo más y más. Estaba tan apretada que sentía a sus venas latiendo como corazones contra las cavidades dilatadas a extremo de su hija, y otra sensación agradable, era que el jugo de su coñito al estar él quieto, se chorreaba por su escroto sin freno, pasando por cada pelo y arruga, hasta llegar a su ano, empapando al hombre de un extraño placer. Ahora entre sus nalgas había un charco de presemen y flujo, y por supuesto, los residuos del himen.
Por fin, fue ella la que fue aflojando su abrazo dejándose caer como al principio, la nena tomó las riendas y empezó a gozar, el hombre volvió a cargar la pistola una y otra vez preparado para dar el tiro de gracia, que estaba pronto a llegar. Empezó a armarse bochinche entre los gemidos, las nalgas golpeando sus muslos y los resortes del colchón, al final se sumaron la rompepijas del 7B golpeando la pared con la escoba.
- mmmahhha mmmmahha mmmmahhhaaa…- Empezó a cantar, eso, más el contacto abrasivo de sus paredes vaginales fue suficiente para hacerlo venir como hacía años no se venía. De una manera tan copiosa como espesa, dejó el papel de pasivo entre bufidos de toro para alzar su cadera arqueando su columna, levantándola toda, penetrándola en un 130 por ciento, estrujándole los huevos contra su trasero hasta el punto de dolerles.
Ella acabó ríos de flujo, y emanó un quejido ronco de mujer de la boca, gutural, quedando como muerta contra él, quietita, con el corazón a mil estiró las piernitas para ponerse cómoda mientras su entrepierna se seguía quejando. Ahora era la mujer de papa, y él se sintió como el protagonista de la película Lolita, ni bien la cabeza se le encendió de nuevo, el pene volvió a un merecido reposa bañado en semen y lubricante natural.
- No pudo creerlo, nunca pensé cuando llegaste a mi departamento que algo parecido pasaría.- Los pensamientos volvieron como torbellinos pasados diez minutos de estar quietitos.- Yo te cambié los pañales, te limpié el culo hasta los siete, te lleve a tu primer día de colegio, fui hace dos semanas a inscribirte a la escuela de arte. ¿Hice algo mal?
Su hija levanto la cabeza, le dio un pico tranquilizador y lo miró.
- Yo tampoco lo pensé al llegar. No vine con la idea de coger con vos, pero la verdad es que la pasó tan bien…y se fue dando como en cualquier otra pareja, no le busques motivo, no fuiste ni vos ni yo, fuimos los dos.
- Somos padre e hija, no es tan poca cosa, como todo nos condujo a esto. Me da miedo.
- Si el incesto existe por algo es. No tiene nada de malo que lo hagamos cuando más nos necesitemos, y yo prefiero que haya sido con vos antes que con cualquier otro…
- Pero hija ¿Cómo te ves en diez años contándole a tu esposo que tu primera vez fue con tu padre?
- Lo que tenga que pasar, pasará, yo ahora quiero estar con vos. Si es mi novio tiene que tener la cabeza abierta y entender que fue hermoso de todas formas. Quiero ser tu lolita.
- Hay hijita, me das un miedo… - Mirando el techo, fiel testigo de su perdición y su alma atormentada.
- Ahora quiero dormirme así… arriba de vos. ¿Te molesto?
- No mi amor, no me molestas- Besándole la frente, vestigios de su antiguo rol de padre- dormite bebé.
Pasaron cinco minutos y…
-Ro, mejor vamos a darnos una duchita…
- Si, eso te quería decir y no sabía cómo, no aguanto más este pegote…
Los dos rieron a pesar de todo. Ella salió mejor parada a pesar de su juventud, porque se la notaba más decidida a embarcarse en esa aventura prohibida, su padre, quizás más pensante por toda una historia a cuestas, seguía oponiendo resistencias pero con un escudo de algodón, nada que los encantos de Rocío y sus cada vez mejores sesiones fotográficas, no podían eludir cada noche.
Gracias por leer! Espero que les hay gustado! he aquí algunas fotos de "Rocío" 😉
La modelo real responde al nombre de... (Je) Isabella Kalinka, Alexandra Kroha, Kalinka, Isabella A. Con estos nombres no van a tener drama en encontrar fotos y vídeos de este pedazo de nena 😉
15 comentarios - Sesión de fotos, con su hijita
Espectacular!!
Tremendo relato 👏 👏 👏
Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...