Y volvemos al ruedo: ahora tengo mi propia laptop y seria mezquino no publicar.
Aclaracion: Todos los personajes involucrados en actos sexuales son mayores de edad. Con respecto a los demas, se reserva la informacion.
Puede contener lenguaje ofensivo y situaciones maduras (ademas de las sexuales)
Como siempre, link al cap anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/2831131/La-semilla-inutil---Capitulo-18-Tu.html
Los días previos a nuestro encuentro yo andaba muy nervioso. Para distraerme, le pedí a Beatriz que me contara como había sido su primera vez.
- Fue bonito: era mi novio de 4 años y fue muy cariñoso. Y tú?
- Por qué terminaron? -le pregunté, ignorando su cuestión.
- Me engañó, ja!
Efectivamente: mi novia había sido víctima de un engaño antes, al igual que yo. Quien sabe por qué, la historia me pareció triste: una seguridad de cuatro años al tacho.
Para distraerme tambien considere prudente retomar mi vieja aficion de dibujar manga. Debido a mi falta de material de modelo y de mi pereza para buscar imagenes a fin de reproducirlas, termine dibujando (a mi estilo) a Merrian, Lakshmi, Olinda, Patricia, Caricia, Carla y, por supuesto, a mi Bea.
(Nota del creador del post: los dibujos de Julian estan en mi poder, espero poder subirlos en algun post)
Llego el gran dia. Más que un hotel, parecía una casa. Nuestro cuarto era pequeño pero cómodo. No había televisión, sólo una radio.
-Julián, tengo miedo -me dijo Beatriz-, y si también me dejas?
Mientras nos besábamos, le jure que jamás lo haría, que no habría nadie más que ella.
Decidi
Me desvestí mientras ella hacía lo propio. Para darle confianza, me puse a bailar. Iba funcionando, porque ella se echó a reír.
- Tus senos son grandes- le dije.
Ella había terminado de quitarse el sostén, al escucharme, se tapó con sus manos.
- No digas eso -se había sonrojado -, me empezaron a crecer a los trece y todos los hombres me miraban por eso.
Separé sus manos y besé sus pechos suavemente, lamiendo sus pezones.
«Merrian».
Me aparté de Beatriz. Ella me sonrió, me abrazó y me besó nuevamente.
- Nunca me habían besado los pechos -me susurró.
Nos acostamos en la cama. Yo la besaba por completo, bebiendo su imagen con los ojos. Nunca nadie me pareció tan linda, tan linda, tan...
«Olinda».
- Julián, te sientes bien?
- De maravilla -mentí.
«Basta con eso, pensé, Beatriz es mi novia y merece respeto.»
Ya desnudos por completo, nos abrazamos muy fuerte. Me juré que no la perdería jamás.
Ella sujeto mi verga con las manos y empezo a masturbarme.
- Te gusta, a que si?
No podia hablar, sus manos parecian las de una experta. Sobre todo se entretenia apretando los websites.
Aleje sus manos para evitar un diluvio seminal imparable. Nos besamos mientras la situaba sobre mí. El contacto con su piel me excitaba sobremanera. Ya mi pene estaba situado en la apertura de su intimidad, ambos lo sentíamos y sabíamos que un movimiento nos haría una sola carne, una sola alma, un solo corazón. La miré, a la espera de su señal.
Ella hizo que sí con la cabeza.
Empecé a ingresar en su suave canal vaginal. Cada milímetro que le iba introduciendo era como una dulce agonía.
- Ay, está entrando -decía Beatriz-, ay, lo estoy sintiendo. Ay, despacio. No tienes ni idea de lo que se siente, mfff.
Ella estaba lubricando, mi miembro resbalaba en su vagina.
Y Beatriz gemía suavemente, moviéndose al compás que su cuerpo le dictaba, besándome, acercándose cada vez más a mí, hasta que la lógica se impuso.
Vamos a ver: si ya narré anteriormente como me ponía sólo con besarla, que crees que fue lo que ocurrió?
En efecto: a los cinco minutos yo ya estaba terminando. Lo que si debo acotar es que, al momento de vacearme, empecé a rivalizar con mí novia, a ver quién gemía más fuerte.
Pasado el impacto, nos echamos a reír.
- Qué manera de gemir, Julián. Jamás había sabido de algo semejante.
- Es la primera vez que me pasa, sabrás.
Miré su vulva, esperando.
-Que pasa, burrito? Que me estás mirando?
Le expliqué que me parecía raro que su vagina no echara fuera mi semen.
-Tal vez lo absorbió. Estaba sedienta.
Nos reímos de buena gana. Calló unos minutos. Luego se puso seria.
- Me hubiera gustado...
- Sí?
- Es qué... Yo llegué hasta ti sin ser virgen...
- Y? Yo no soy San José. No quiero armar un pesebre.
Volvimos a reír. Me dispuse nuevamente y volví a entrar en ella. Le dije que la amaba y que no me iba a separar nunca de ella, mientras mí verga se introducía en su sexo, adaptándose a ella.
Asi pase esos dias de pura felicidad. Aprendimos muchas cosas juntos, a conocer nuestros cuerpos y a ser dichosos. Bea era bien disciplinada y cada dia salia con una novedad en cuestion de posiciones.
Lo que mas me agradaba de ella era su capacidad para mojarse casi instantaneamente. A diferencia de Patricia o Lakshmi, por citar un par de ejemplos, vez que mi ciclope estaba a una nada de hundirse en su vientre, se humedecia un segundo antes; y de que manera: sentia mi verga resbalar, entrar y salir como si nada. Bea suspiraba, no gritaba nunca y me hacia venir en cuestion de minutos; asi que con ella me acostumbre a tirar dos veces como minimo.
Sus orgasmos eran una delicia que perfumaba la habitacion de turno.
Lo mejor era que nos amabamos.
Beatriz era mi segunda piel.
Continuará...
Mucha felicidad: durara esta vez?
El proximo capitulo llevara por titulo: La semilla inutil (no, no me he equivocado) y sera el penultimo capitulo de esta pequeña y humilde serie de relatos. Hasta la proxima, en un par de dias subo el capitulo
Aclaracion: Todos los personajes involucrados en actos sexuales son mayores de edad. Con respecto a los demas, se reserva la informacion.
Puede contener lenguaje ofensivo y situaciones maduras (ademas de las sexuales)
Como siempre, link al cap anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/2831131/La-semilla-inutil---Capitulo-18-Tu.html
Los días previos a nuestro encuentro yo andaba muy nervioso. Para distraerme, le pedí a Beatriz que me contara como había sido su primera vez.
- Fue bonito: era mi novio de 4 años y fue muy cariñoso. Y tú?
- Por qué terminaron? -le pregunté, ignorando su cuestión.
- Me engañó, ja!
Efectivamente: mi novia había sido víctima de un engaño antes, al igual que yo. Quien sabe por qué, la historia me pareció triste: una seguridad de cuatro años al tacho.
Para distraerme tambien considere prudente retomar mi vieja aficion de dibujar manga. Debido a mi falta de material de modelo y de mi pereza para buscar imagenes a fin de reproducirlas, termine dibujando (a mi estilo) a Merrian, Lakshmi, Olinda, Patricia, Caricia, Carla y, por supuesto, a mi Bea.
(Nota del creador del post: los dibujos de Julian estan en mi poder, espero poder subirlos en algun post)
Llego el gran dia. Más que un hotel, parecía una casa. Nuestro cuarto era pequeño pero cómodo. No había televisión, sólo una radio.
-Julián, tengo miedo -me dijo Beatriz-, y si también me dejas?
Mientras nos besábamos, le jure que jamás lo haría, que no habría nadie más que ella.
Decidi
Me desvestí mientras ella hacía lo propio. Para darle confianza, me puse a bailar. Iba funcionando, porque ella se echó a reír.
- Tus senos son grandes- le dije.
Ella había terminado de quitarse el sostén, al escucharme, se tapó con sus manos.
- No digas eso -se había sonrojado -, me empezaron a crecer a los trece y todos los hombres me miraban por eso.
Separé sus manos y besé sus pechos suavemente, lamiendo sus pezones.
«Merrian».
Me aparté de Beatriz. Ella me sonrió, me abrazó y me besó nuevamente.
- Nunca me habían besado los pechos -me susurró.
Nos acostamos en la cama. Yo la besaba por completo, bebiendo su imagen con los ojos. Nunca nadie me pareció tan linda, tan linda, tan...
«Olinda».
- Julián, te sientes bien?
- De maravilla -mentí.
«Basta con eso, pensé, Beatriz es mi novia y merece respeto.»
Ya desnudos por completo, nos abrazamos muy fuerte. Me juré que no la perdería jamás.
Ella sujeto mi verga con las manos y empezo a masturbarme.
- Te gusta, a que si?
No podia hablar, sus manos parecian las de una experta. Sobre todo se entretenia apretando los websites.
Aleje sus manos para evitar un diluvio seminal imparable. Nos besamos mientras la situaba sobre mí. El contacto con su piel me excitaba sobremanera. Ya mi pene estaba situado en la apertura de su intimidad, ambos lo sentíamos y sabíamos que un movimiento nos haría una sola carne, una sola alma, un solo corazón. La miré, a la espera de su señal.
Ella hizo que sí con la cabeza.
Empecé a ingresar en su suave canal vaginal. Cada milímetro que le iba introduciendo era como una dulce agonía.
- Ay, está entrando -decía Beatriz-, ay, lo estoy sintiendo. Ay, despacio. No tienes ni idea de lo que se siente, mfff.
Ella estaba lubricando, mi miembro resbalaba en su vagina.
Y Beatriz gemía suavemente, moviéndose al compás que su cuerpo le dictaba, besándome, acercándose cada vez más a mí, hasta que la lógica se impuso.
Vamos a ver: si ya narré anteriormente como me ponía sólo con besarla, que crees que fue lo que ocurrió?
En efecto: a los cinco minutos yo ya estaba terminando. Lo que si debo acotar es que, al momento de vacearme, empecé a rivalizar con mí novia, a ver quién gemía más fuerte.
Pasado el impacto, nos echamos a reír.
- Qué manera de gemir, Julián. Jamás había sabido de algo semejante.
- Es la primera vez que me pasa, sabrás.
Miré su vulva, esperando.
-Que pasa, burrito? Que me estás mirando?
Le expliqué que me parecía raro que su vagina no echara fuera mi semen.
-Tal vez lo absorbió. Estaba sedienta.
Nos reímos de buena gana. Calló unos minutos. Luego se puso seria.
- Me hubiera gustado...
- Sí?
- Es qué... Yo llegué hasta ti sin ser virgen...
- Y? Yo no soy San José. No quiero armar un pesebre.
Volvimos a reír. Me dispuse nuevamente y volví a entrar en ella. Le dije que la amaba y que no me iba a separar nunca de ella, mientras mí verga se introducía en su sexo, adaptándose a ella.
Asi pase esos dias de pura felicidad. Aprendimos muchas cosas juntos, a conocer nuestros cuerpos y a ser dichosos. Bea era bien disciplinada y cada dia salia con una novedad en cuestion de posiciones.
Lo que mas me agradaba de ella era su capacidad para mojarse casi instantaneamente. A diferencia de Patricia o Lakshmi, por citar un par de ejemplos, vez que mi ciclope estaba a una nada de hundirse en su vientre, se humedecia un segundo antes; y de que manera: sentia mi verga resbalar, entrar y salir como si nada. Bea suspiraba, no gritaba nunca y me hacia venir en cuestion de minutos; asi que con ella me acostumbre a tirar dos veces como minimo.
Sus orgasmos eran una delicia que perfumaba la habitacion de turno.
Lo mejor era que nos amabamos.
Beatriz era mi segunda piel.
Continuará...
Mucha felicidad: durara esta vez?
El proximo capitulo llevara por titulo: La semilla inutil (no, no me he equivocado) y sera el penultimo capitulo de esta pequeña y humilde serie de relatos. Hasta la proxima, en un par de dias subo el capitulo
1 comentarios - la semilla inutil - Capitulo 19: En cuerpo y Alma