Mi hermanita hembra zarpada con imágenes

Para mi gusto, mi hermanita siempre fue un mamotreto (aunque para gustos no hay nada escrito) dice el refrán, por ello creo yo, ella siempre quería llamar la atención "y vaya que lo lograba" pero, a mi juicio, desde el ridículo. Con semejantes dimensiones y vestida de manera tan llamativa, era como que buscaba las exclamaciones burdas y grotescas en la vía pública. Desde cualquier vehículo le gritaban improperios, los que ella disfrutaba, a pesar que con sus dichos lo reprobara, les respondía ¡Callate baboso! ¡Nunca vieron a una mujer!

Sin embargo, @felina se la pasaba provocando, no sólo con la forma de ataviarse, sino con las poses que adoptaba al sentarse o andando en público. A la única que parecía no molestarle, ni llamarle la atención era a nuestra madre, Que para colmo la alentaba a que fuera avasalladora con todos y mas aún con los extraños, le inculcaba no hacer caso al que dirán. La gente siempre va a hablar, le aseguraba.
Mi hermana se agrandaba peor.

Nuestro padre, sufría cada vez que ella, su hija, iba de visita a su trabajo, los compañeros de oficina. no sólo lo gozaban a él, sino también a ella, a la que además de boludear, arrimaban, y manoseaban. Nuestro padre debía estar con las antenas paradas, muy atento, porque en cualquier distracción se la cojìan a la hija, y ella feliz sintiéndose acosada, lo interpretaba como considerarse deseada.

Hasta la desafiaban a que no era capaz de hacer algo, cualquier locura y ella se enganchaba demostrando que si lo era. O le decían "mentirosa" con referencia a sus pechos y era capaz de pelar en ese mismo momento y mostrar las tetas. Siempre supe que a mi hermanita le fallaba algo en la cabeza, nunca fue muy normal que digamos la pobre.

Pero en casa aún era mucho peor, andaba constantemente sin ropas, desnuda, y a veces no se sabía si no era mejor eso, a las prendas seductoras y diminutas que usaba, las que hacían que todos nos excitáramos mal, de calentura sexo genital, nos alzaba a todos, y quedàbamos alterados.

Millones de veces la encontraba poniéndose cremas en la sala de estar o en el comedor absolutamente desnuda sin ropas, desde adolescente se paseaba en cueros por la casa. delante de cualquiera, visitas, parientes, amigos, compañeros, etc.

Esta es una imagen de la ultima vez que ella me gustó, estaba mucho mas delgada, teñida de rubia, como yo quería y me agradaba, y principalmente, porque cojía sólo conmigo, bah, o por lo menos yo no la había descubierto en un renuncio, como sucedió después..

Me esperaba en traje de Eva en el sillón/sofá de la sala de estar, para cojer conmigo, su único hermano. Lo hacía deseosa, feliz y contenta.

Era mía, sólo mía, bue... Eso creía, ya no estoy tan seguro.

Y nos deseábamos los dos con frenesí.
Jugábamos ambos, las historias que creábamos, sólo como excusa para hacer el amor

Lo amorosa y bien predispuesta que era en aquellos tiempos, dista por completo con la actualidad.

Ella hacia todo lo que yo pedía, sin necesidad de que se lo dijera.

Hasta que la encontré cojiendo con otros, para colmo de males, familiares, nuestros primos.

En nuestra casa, que desilusión, esa fue la ultima vez que nos dirigimos la palabra en público, para colmo, tras el estupor de todos menos el de ella que siguió como si nada, los otros exclamaron casi aliviados ¡Ah, sos vos! ¡Cerrá la puerta y quedate de campana! Todo un bochornoso espectáculo el que tuve que presenciar y asumir.

Desde allí hacia delante, todo fue peor, mi hermana se ganó el apelativo de la "putita" de la familia, y eso trascendió hasta en el barrio, ya nadie la tomaba en serio. Mis amigos, que hasta ese momento me enfermaban pidiéndome que se la presente y hablándome de establecer relaciones serias con ella, al poco tiempo la esquivaban, a ella y a toda mi familia. Temían ser descubiertos junto a cualquier miembro de nuestra familia, y más aún con ella, era un "quemo" algo vergonzoso y ser estigmatizado como "putañero" un disvalor en aquellos tiempos.

Y ella parecía a propósito, que lo hacía más evidente, se vestía de forma mucho más audaz y descarada, y comenzó a relacionarse con adultos mayores, veteranos, comerciantes, dueños de negocios en el barrio, con la edad de nuestro padre, pero, como dije, no tenía chances, no podía elegir mientras permaneciera en nuestra comunidad, agarraba lo que podía, lo que encontraba para saciar sus bajos instintos.

Una de las actividades que comenzó a realizar, fue el lavado del auto de nuestro padre, vestida de manera escandalosa y/o los vidrios de las ventanas de nuestra casa que daban a la calle, es decir, la idea era mostrarse en el exterior y llamar la atención de propios y extraños, eso se transformó en un espectáculo habitual para el barrio, muchos esperaban el horario en que ella lo hacía y slían a las veredas para observarla.

Al tiempo de realizar en forma consuetudinaria esto, se instaló una agencia de remis frente a nuestra casa y el dueño de la misma, al ver a la vecina hacendosa lavar semidesnuda, le ofreció trabajo, que realizara lo mismo con los autos de su agencia a cambio de dinero, ella, por supuesto, no lo pensó ni un segundo, aceptó sin dudar.

Así fue que consiguió su primer trabajo, haciendo lo mismo que antes, pero a partir de ese momento, de manera onerosa, le pagaban para dar aquel espectáculo, porque convengamos que lo que menos hacía era limpiar o lavar los autos, estos quedaban peor que antes, pero les convino a ambos, el comercio consiguió más clientes y ella más contactos personales.

Además, le sumaba a sus ingresos las changas o extras que les hacía a los choferes, quienes también le pagaban por otras tareas, en otras palabras, se profesionalizó y maximizó sus ganancias. Para ello, para conseguir nuevos clientes, tenía una política bien agresiva, los convencía mostrando sus encantos a través de los cristales de los autos y sus ventanillas.

Para tras ello, ingresar a los habitáculos de aquellos vehículos y poner manos a la obra, o tetas o lo que arreglara, aquello dejó de ser un pasatiempo y fue una importante fuente de ingresos, tenía demanda de sus servicios, ella se brindaba entera, ya que lo disfrutaba, lo hubiera hecho gratis, pero encima le pagaban, estaba feliz de su emprendimiento.

Aquello creció, se desarrolló, y a veces según el servicio, hasta traía alguna de sus amigas, tan trolas como ella. Cuando sucedía eso no era en la vía pública, hasta le alquilaba la oficina del agenciero para tener más privacidad, a la agencia de remís la llamaban "La remisería del viaje feliz", hasta telefónicamente al solicitar un auto, el operador consultaba ¿Viaje normal o con final feliz?

De esta manera fui perdiendo contacto con mi hermana, nuestros caminos se distanciaron, más tarde ella se convirtió en casi una empresaria, y abrió su propia agencia de autos de alquiler, tuvo éxito comercial, profesional y personal, ya que encontró a su "peor es nada" se juntó en concubinato con uno de sus clientes, para mi, un degenerado perverso que aceptaba que su mujer trabajara explotando su cuerpo.

El tipo (mi cuñado) era un swinger, que gozaba entregando a su mujer a terceros, encima gratis, le gustaba ver como se la cojían desconocidos, y ella feliz, ya que le gustaba cojer mas que comer, sin embargo, le había tomado el gusto al dinero y las desavenencias conyugales comenzaron por el vil metal, las discusiones surgían porque se negaba a hacerlo sin mediar en la transacción un precio.

Así fue que un día después de años sin conocer su paradero, sin noticias de ella en la familia, se apareció en la vieja casa natal con la novedad de que se había separado, qué el tipo la había dejado y se había marchado. Mi madre me llamó dándome esa noticia y me pidió que fuera, que me hiciera presente y me arreglara con mi hermanita.