Queridos Poringeros esperamos puntos y comentarios !!!!!
Esta historia que sucedió hace tiempo cuando estábamos vacacionando en una playa. Ocurrió un fin de semana que tuvimos la visita de mis tios con sus hijos.
El sábado, después de que los mayores fueron a dar una vuelta y nosotros fuimos un rato a la playa, nos unimos para almorzar todos juntos, incluidos mis pequeños primos, mi tío y mi tía, la cual era espectacular, ese día llevaba una blusa de malla transparente, que dejaba ver sus bellos senos, una mini falda cortita y unos zapatos de tacón alto, la verdad que no era una ropa ideal para estar por la playa, pero mi tía solía usar ese tipo de ropa. Ella poseía un cuerpo muy bien proporcionado, medía 173 cms, su peso era ideal, sus tetas eran magnificas y su culo era colosal. Comimos, y tras recoger todo, nos fuimos a sentar en el salón, a ver la televisión, mi tía se sentó justo en un sofá frente a mí, y nos pusimos a ver la tele.
Al rato algo me absorbió toda la atención, la postura en que tenía las piernas mi tía, me mostraba de vez en cuando, un triángulo blanco en su entrepierna, mi tía me enseñaba su tanga, pero eso, por la posición que teníamos en el salón, solo lo podía observar yo, por lo que empecé a dejar de poner atención a la televisión, y me centré en tan maravillosa vista, sus hermosas piernas eran coronadas por una tanguita blanca. Minutos después, mi tía se dio cuenta de la situación, y cerró las piernas inmediatamente, pero después de un rato, las abrió otra vez, esta vez ya más a proposito, como persiguiendo jugar conmigo, a veces cerraba las piernas y otras las abría. Ella también se olvidó de la televisión, y estaba jugando conmigo, y yo ante esta situación estaba asombrado y excitado.
Así pasó el tiempo, yo cada vez me ponia más caliente, tenía mi pene al borde de la locura dentro de la opresión del traje de baño, eso se me notaba, y mi tía se reía con sonrisa pícara. De repente, ella se puso de pie, comentó que iba al baño, me guiñó un ojo, y se fue.
Minutos después retornó a la sala, y se sentó de nuevo frente a mí, pero algo en ella era diferente, la noté algo ida, los ojos un poco cerrados, su cara esbozaba una ligera sonrisa, y sus pezones ligeramente marcados en su blusa.
Mi imaginación echo a volar, y sospeché que se había masturbado y había tenido un plácido orgasmo, mis pensamientos me llevaron a especular en lo que podía haber sucedido en el cuarto de baño, me fui mentalmente del salón, y mi pene estaba a punto de estallar sin haber sido ni tocado.
Pero algo me hizo bajar del sueño, mi tía me guiño de nuevo un ojo, a la vez que entreabría sus piernas, y pude notar que ya no llevaba puesta la tanga, que me mostraba su depilada vagina, casi acabo ahí mismo, fue increíble, no podía aguantar, me levanté y marché al baño a toda prisa, entre la sonrisa de mi tía. Me metí en el baño, puse el seguro, y busqué la tanguita, porque imaginaba que la había dejado allí, al instante las encontré, estaban dentro de un pequeño mueble y de inmediato me la llevé a la nariz para oler ese perfume embriagador de hembra caliente.
La tanga estaba totalmente mojada e impregnada del sabor a vagina de mi tía, obviamente allí había pasado algo, se había masturbado, y me imaginé que había sido por lo acontecido en el salón antes, lamí la tanga hasta hartarme, mientras me masturbaba violentamente, con una calentura excepcional. Acabé rápidamente, y bañé su preciosa tanguita blanca, dejé toda mi leche concentrada en el lugar en que su vagina se apoyó antes. Dejé la tanguita donde la encontré, y regrese al salón. Al entrar, ella me miró con ansiedad, yo mediante un disimulado gesto, le di a entender que estaba listo y feliz, ella se puso de pie, y al pasar por mi lado, me proporcionó una mirada cargada de lujuria, la cual me dejó caliente de nuevo, y se metió nuevamente en el baño, yo me senté de nuevo en mi sitio, contento por lo sucedido.
Cuando ella volvió, me miró con cara alegre, y se sentó en su lugar, después de unos instantes repitió la operación de sus piernas, y pude comprobar que la tanguita había vuelto a su lugar de origen, en su bello rostro, había una sonrisa de satisfacción y complicidad, estaba uniendo en sus tanguita mi semen y sus jugos.
Ella había mojado su tanga para que yo me masturbase Con Ella.
Aquella fue una experiencia única e inolvidable, después de lo sucedido no comentamos nada de lo ocurrido entre ella y yo
Esta historia que sucedió hace tiempo cuando estábamos vacacionando en una playa. Ocurrió un fin de semana que tuvimos la visita de mis tios con sus hijos.
El sábado, después de que los mayores fueron a dar una vuelta y nosotros fuimos un rato a la playa, nos unimos para almorzar todos juntos, incluidos mis pequeños primos, mi tío y mi tía, la cual era espectacular, ese día llevaba una blusa de malla transparente, que dejaba ver sus bellos senos, una mini falda cortita y unos zapatos de tacón alto, la verdad que no era una ropa ideal para estar por la playa, pero mi tía solía usar ese tipo de ropa. Ella poseía un cuerpo muy bien proporcionado, medía 173 cms, su peso era ideal, sus tetas eran magnificas y su culo era colosal. Comimos, y tras recoger todo, nos fuimos a sentar en el salón, a ver la televisión, mi tía se sentó justo en un sofá frente a mí, y nos pusimos a ver la tele.
Al rato algo me absorbió toda la atención, la postura en que tenía las piernas mi tía, me mostraba de vez en cuando, un triángulo blanco en su entrepierna, mi tía me enseñaba su tanga, pero eso, por la posición que teníamos en el salón, solo lo podía observar yo, por lo que empecé a dejar de poner atención a la televisión, y me centré en tan maravillosa vista, sus hermosas piernas eran coronadas por una tanguita blanca. Minutos después, mi tía se dio cuenta de la situación, y cerró las piernas inmediatamente, pero después de un rato, las abrió otra vez, esta vez ya más a proposito, como persiguiendo jugar conmigo, a veces cerraba las piernas y otras las abría. Ella también se olvidó de la televisión, y estaba jugando conmigo, y yo ante esta situación estaba asombrado y excitado.
Así pasó el tiempo, yo cada vez me ponia más caliente, tenía mi pene al borde de la locura dentro de la opresión del traje de baño, eso se me notaba, y mi tía se reía con sonrisa pícara. De repente, ella se puso de pie, comentó que iba al baño, me guiñó un ojo, y se fue.
Minutos después retornó a la sala, y se sentó de nuevo frente a mí, pero algo en ella era diferente, la noté algo ida, los ojos un poco cerrados, su cara esbozaba una ligera sonrisa, y sus pezones ligeramente marcados en su blusa.
Mi imaginación echo a volar, y sospeché que se había masturbado y había tenido un plácido orgasmo, mis pensamientos me llevaron a especular en lo que podía haber sucedido en el cuarto de baño, me fui mentalmente del salón, y mi pene estaba a punto de estallar sin haber sido ni tocado.
Pero algo me hizo bajar del sueño, mi tía me guiño de nuevo un ojo, a la vez que entreabría sus piernas, y pude notar que ya no llevaba puesta la tanga, que me mostraba su depilada vagina, casi acabo ahí mismo, fue increíble, no podía aguantar, me levanté y marché al baño a toda prisa, entre la sonrisa de mi tía. Me metí en el baño, puse el seguro, y busqué la tanguita, porque imaginaba que la había dejado allí, al instante las encontré, estaban dentro de un pequeño mueble y de inmediato me la llevé a la nariz para oler ese perfume embriagador de hembra caliente.
La tanga estaba totalmente mojada e impregnada del sabor a vagina de mi tía, obviamente allí había pasado algo, se había masturbado, y me imaginé que había sido por lo acontecido en el salón antes, lamí la tanga hasta hartarme, mientras me masturbaba violentamente, con una calentura excepcional. Acabé rápidamente, y bañé su preciosa tanguita blanca, dejé toda mi leche concentrada en el lugar en que su vagina se apoyó antes. Dejé la tanguita donde la encontré, y regrese al salón. Al entrar, ella me miró con ansiedad, yo mediante un disimulado gesto, le di a entender que estaba listo y feliz, ella se puso de pie, y al pasar por mi lado, me proporcionó una mirada cargada de lujuria, la cual me dejó caliente de nuevo, y se metió nuevamente en el baño, yo me senté de nuevo en mi sitio, contento por lo sucedido.
Cuando ella volvió, me miró con cara alegre, y se sentó en su lugar, después de unos instantes repitió la operación de sus piernas, y pude comprobar que la tanguita había vuelto a su lugar de origen, en su bello rostro, había una sonrisa de satisfacción y complicidad, estaba uniendo en sus tanguita mi semen y sus jugos.
Ella había mojado su tanga para que yo me masturbase Con Ella.
Aquella fue una experiencia única e inolvidable, después de lo sucedido no comentamos nada de lo ocurrido entre ella y yo
10 comentarios - la tanga de mi Tia