Esta es la historia de Emanuel, un ganador de 24 años que tiene anécdotas muy interesantes para contar, llenas de chicas y amigas y por supuesto con muchas historias sexuales. Esta historia es ficción, sin embargo eso no quiere decir que se basa en algunos hechos reales…
Capítulo 33: Eliana
- ¿Te haces el difícil? Esta noche te venís a casa y te cojo en todos lados.- Me dijo Cintia el primer viernes de febrero después de que volvieran a la oficina. El verano estaba llegando a su fin y la rutina volvía a hacerse presente. Obviamente esa noche terminé en su cama, después en su ducha y por último en su sillón. Parecía que a pesar de que ella no quería nada de exclusividad, las cosas iban volviendo poquito a poco a la normalidad.
Pero en Marzo volvía a la facultad y eso implicaba estudio, poco tiempo para relajarme y noches de poco sueño. Para colmo tenía que cursar una materia de segundo que me había quedado colgada y si no la hacía no podía seguir avanzando. Por suerte Diego estaba en la misma situación que yo y cuando nos sentamos la primera clase supimos que iba a ser un embole total. Eran temas que ya habíamos visto en otras materias y algunos conceptos eran bastante básicos. Casi que no tenía sentido que cursáramos, pero aprovechamos las clases para hablar con algunas compañeras. Nos hicimos muy amigos de dos chicas, Rocío y Andrea, que a la semana siguiente ya nos buscaron para sentarse con nosotros.
La tercera semana de clases no paramos de hablar, las chicas nos contaron de todo. Eran del interior, vivían juntas, amigas desde la infancia y para nuestra desgracia Rocío (la más linda de las dos) tenía novio y estaba ultra comprometida. Sin embargo a Diego le gustó Andrea, que no era nada bella para mi, y terminamos arreglando para hacer algo el fin de semana siguiente.
Las tardes, estaban bastante plagadas de trabajo y a pesar de que habíamos aprovechado la ausencia de Georgina para coger encima de los escritorios, cuando volvió se frenó todo y las salidas empezaron a reducirse. A pesar de eso la relación seguía muy bien y los dos aprovechábamos algún viernes o sábado para terminar tirados, completamente satisfechos en su colchón.
Esa semana llegamos a la facultad para la clase de la materia de segundo y nos sentamos donde solíamos sentarnos. En frente nuestro había una chica muy linda, con un escote tremendo. Llegaron Rocio y Andrea y se sentaron al lado nuestro y enseguida empezamos la charla para organizar la salida para ese sábado. A mitad de la clase Rocio empezó a hablar con la chica de adelante, que aparentemente conocía y la invitó a salir con nosotros.
Cuando llego a la oficina, reviso los mails, abro el facebook (lo hacía rápido al principio y después lo cerraba para trabajar) y veo que tenía una invitación de una Eli Yunker, cuando entro al face veo que es la tetona que se había sentado delante de mí, por lo que enseguida la agrego. Me habló al instante, preguntándome como estaba y algunas pavadas de la facultad. Empecé a mirar sus fotos con mucho discimulo y no solo era hermosa, sino que bien gato. Tenía piernas bien largas, una cinturita chiquita con una linda colita y un buen lomo, pero lo mejor eran sus tetas bien grandes para el cuerpo que tenía. Una carita preciosa, pelo marrón, ojos celestes, nariz chiquita y boquita divina. En las fotos posaba de manera que sus gomas quedaran siempre a la vista y en algunas mostraba la colita. Cuando empecé a sentir cosquillas dentro del bóxer dejé de mirar y me puse a trabajar.
Eliana me habló un rato más por facebook y le di me celular para que me mandara whatsapp para poder trabajar. Esa noche seguimos hablando bastante y me contó que era de un pueblo del norte de Buenos Aires y que estaba viviendo sola acá en un depto en el centro, enseguida me propuso de hacer la previa en su casa y si queríamos que después podíamos ir a hacer algo tipo after. Le dije que después veíamos. Los siguientes días de la semana Eliana se terminó de incorporar al grupo y era bastante suelta y provocadora, cosa que nos encantó a Diego y a mi. Cuando les mostramos a Esteban y a Bruno la mina con la que íbamos a salir, se morían de la envidia.
El sábado al final, acordamos en juntarnos en un bar a tomar algo tranqui y después salir a bailar. Andrea y Diego venían con la provocación desde hacía tiempo, por lo que los otros tres apostábamos a ver cuánto tardaban en estar juntos. Terminó ganando Rocío, que bien conocía a su amiga y dijo “apenas entremos al boliche”. Se fueron los dos contra una pared y sin ningún disimulo se pusieron a chapar en frente de todo el mundo. Rocío se terminó encontrando con unas amigas y se fue.
No recuerdo muy bien como fue ni de que estábamos hablando, pero Eliana y yo terminamos contra la otra pared apretando. El alcohol sin duda había ayudado a que se diera la situación y terminé entre una niña de 19 años y la pared de un boliche. Mis manos se soltaron enseguida y cuando le apreté bien fuerte el culo por encima del short ella me miró como diciendo “No me provoques”. Seguimos apretando y mi cuerpo se seguía liberando, con caricias en la cintura arriba de la cola, besos en el cuello y mi lengua que se salía para tocar su piel.
- Basta Emanuel.- Me dijo alejándose intentando hacerse la seria, pero no pudo evitar una sonrisita.
- Bueno, vámonos entonces.- Le digo señalando la puerta con la mirada.
- ¿A dónde?
- ¿Me dijiste que vivías sola? Podemos ir a tu casa.- Le digo acercándola nuevamente a mi.
- Ni loca.- Me dice riéndose.- Van a pensar que soy re puta.- Agregó mirando alrededor.
- Eliana, no seas boluda.- Le digo yo acariciándole el brazo.- Vamos a tu casa, más tranqui. Aparte no me podés dejar así después de esos besos.
- No, no.- Dijo ella intentando alejarse.- Me da cosa.
- Eli…
- ¡No!- Se negó una vez más ella, pero no se iba, seguía ahí al lado mío. Así que decidí provocarla.
- Ah, está.- Le digo haciéndome el indignado.- Sos de las que calientan y se va después. Ta, ta. Está bueno saberlo.
- ¡Nada que ver!- Me dice ella ofendida, había dado en el blanco.- Vos también me calentaste a mi.
- ¿Entonces?- Le pregunto.- Si no querés ir es porque no te la aguantás.
- ¿Qué no me la aguanto?- Me preguntó ella abriendo bien los ojos.- Ya vas a ver.- Agregó agarrándome de la mano.
Cuando acabé no lo podía creer. Eliana era una loba en la cama, me cogió de una manera increíble. Cuando llegamos a su departamento fuimos directo a la pieza y me acostó en la cama. Después de un manoseo y besuqueo intenso, me dejó en bolas y empezó a cabalgar. No salió de encima de mí hasta que había terminado y no le costó mucho de la manera en que lo hacía. Después se paró, me sacó el forro y lo tiró al piso y se acostó al lado mío.
- ¿Seguís opinando que no me la aguanto?- Me preguntó haciéndose la mala.
- Para nada.- Le digo poniéndome de costado y mirándola.
- Al final, el que no se la aguantó fuiste vos.- Me dijo riéndose.
- ¿A no? Ahora vas a ver.
Me tiré encima de ella y volvimos a los besos. Mi pija que todavía estaba algo firme, en cuestión de seguros se puso bien dura y lista para una segunda ronda. Fui bajando por el cuello y los hombros de Eliana hasta llegar a sus hermosas tetas. Las chupé por completo, le pasé la lengua por todos lados, las besé como loco. Me habían fascinado esas tetas perfectas.
Seguí bajando hasta su pancita y su cintura pasándole la lengua por todo el cuerpo. Le besé los muslos y un poquito la concha, pero enseguida le levante las piernas y me empecé a chupar el culito. Pensé que me iba a sacar de vuelo, pero como no dijo nada seguí jugando con su cola hasta meterle un dedito. Ahí me dijo que por ahora no y me volví a levantar para besarla de nuevo.
- Para hacerme la colita tenes que trabajar un poquito más.- Me dijo poniendo un dedo en los labios antes de que pudiera darle un beso.
Me coloqué entre sus piernas y se la metí despacito en la concha. “Mmm” dijo Eliana cerrando los ojos y abriendo la boca. Me abrazó con sus piernas y tiró las manos hacia atrás para agarrarse del respaldar de la cama. Enseguida empecé a moverme, despacio al principio, más fuerte después, haciendo que mi pija entrara y saliera de su concha cada vez más rápido. Ella gemía suave y despacio, con los ojos cerrados y la boca semi abierta.
Cuando cambiamos de pose me dijo que me pusiera un forro y mientras lo hacía ella se acomodaba en cuatro sobre el borde de la cama. Me paré atrás de ella y volví a agacharme para chuparle un rato el culito, cosa que a ella parecía encantarle. Le pasaba la lengua bien rápido hacia arriba y hacia abajo y ella emitía un “Mmm” de placer puro. Después volví a pararme y se la fui metiendo despacito en la concha.
La tomé por la cintura y me la fui cogiendo bien fuerte. Eliana gemía y suspiraba por lo bajo, pero sus ruidos de placer y el rechinar de la cama era lo único que se escuchaba en la habitación. Mis manos se fueron deslizando por el borde de su cuerpo hasta sus tetas. Se las agarré bien fuerte y le fui levantando el cuerpo hasta que su espalda estuvo a centímetros de mi pecho. Tiró sus manos hacia atrás y las colocó sobre mi nuca y girando la cabeza me dio un buen beso.
La solté y ella volvió a apoyarse en cuatro y poniendo mis manos nuevamente en su cintura volví a cogérmela bien fuerte. Eliana suspiraba y gemía cada vez más, me excitaba mucho como lo hacía. “Más” me pidió de la nada y yo le di más. Me la cogía bien fuerte, mi pija entraba y salía casi en su totalidad. Mis muslos pegaban bien fuerte contra su cola. Acabé sintiendo un placer increíble.
Eliana volvió a acostarse en la cama y yo me acosté al lado. Me dio un beso y después se prendió un pocho. “¿Querés?” me preguntó convidándome y yo negué con la cabeza. Hablamos por unos minutos y después me terminé cambiando y yéndome a mi casa. Me encantaba Eli, era hermosa, tenía un cuerpo increíble, unas tetas descomunales y una actitud a la hora del sexo sorprendente. Lo que no sabía en ese momento es que acababa de acostarme por primera vez con mi futura novia.
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