El:G
Ella: E
G
Ya en el hotel, después de pagar una habitación por cuatro horas, nos dirigimos a la misma pasando por una escalera, que al subir detrás de ella, me dejo la hermosa vista que al levantarse su vestido ofrecía su cola. Finalmente entramos, cerré la puerta y fui a colgar mi abrigo, ya no lo necesitaba para ocultar mi erección, la cual se hizo más evidente al verla contra la pared estirando su cuerpo para enchufar el ventilador
-me ayudas?-dijo sin despegar su cuerpo de la pared
-seguro.
Me acerque a ella rápidamente y pasando mi mano por debajo de su vestido comencé a frotar su caliente y mojada conchita sobre su ropa interior, no tardo en comenzar a gemir.
-así esta bien? Llegas?-pregunte frotando con más fuerza
-si ah.. aah. aaasí esta bien.
-pero no llegas, a ver así…-dije sujetándola por su concha e inclinando su cuerpo hacia atrás mientras también aumentaba la velocidad y fuerza con la que la masturbaba. Ver su cara de placer con solo tocarla por encima de su ropa fue magnifico, mi pene no podía aguantar mas, lo sentía tan duro que parecía iba a escapar de mi pantalón para introducirse en ella. El orgasmo no se hizo esperar y cayo rendida en la cama. Tome el enchufe y conecte el ventilador, la temperatura en aquella habitación ya había subido, faltaba poco menos de cuatro horas para que siguiera subiendo, ese ventilador seria un buen compañero por el resto de la noche. Ella yacía boca arriba en la cama aun respirando agitadamente y con los ojos cerrados. Me pare a su cabeza y libere a mi ansiosa verga de su de prisión tela para apoyarla sobre sus labios, su reacción fue perfecta, rápidamente giro sobre su cuerpo y tomando con su suave mano mi pija, la puso en su boca y comenzó a darme el mejor sexo oral de mi vida. Toda mi vega desaparecía en su boca, mis bolas rosaban sus labios, el espejo en la cabecera de la cama me permitía apreciar al máximo el arte de sus labios sobre mi pene. De a momentos lo sacaba de su boca y pasaba ágilmente su lengua por mi glande llenando mi pija de placer
-Ya tuviste mucho, me toca a mi.-dije ordenado que me dejara saborearla.
-mmmm bueno profe. -respondió abriendo sus piernas y recostándose boca arriba. Me coloque muy cerca de esa delicia y con ambas manos separe sus labios, la contemple por un momento… hermosa. Sutilmente di una pequeña caricia con mi lengua y ella se estremeció, volví a hacerlo y el resultado fue el mismo, acto seguido devore con pasión su deliciosa concha metía y sacaba mi lengua de ella, movía su clítoris, sus labios. Era todo un manjar, no podía dejar de saborearla, ella tomaba mi cabeza mientras me regalaba todos sus exquisitos jugos y pedía mi pija en donde estaba mi boca, pero yo estaba poseído por su sabor, tenia que seguir chupando ¡lo necesitaba! Le ordene colocarse en cuatro y metiendo mis dedos continúe dándole placer oral hasta que finalmente le concedí la pija que tanto pedía, tomándola por la cadera le clave una y otra vez mi dura verga cada vez mas fuerte. Gemia como loca, fue imposible llevar la cuenta de los orgasmos que tuvo Le daba bien duro, rápido, fuerte y profundo, pero no suficiente, no dejaba de pedir mas y mas. Le di mas rápido, pero sin metérsela del todo, dejaba unos cuantos centímetros afuera, preparaba una sorpresa… cuando se acostumbro a esa cantidad de pija en su concha, separe con mis manos los cachetes de su hermosa cola le clave toda mi verga sosteniéndola con fuerza en contra de mi, su expresión fue la gloria, levantando la mirada por el espejo, boquiabierta, me miraba haciendo que mi sangre hirviera y ganándose una cogida más fuerte todavía.
Ella: E
G
Ya en el hotel, después de pagar una habitación por cuatro horas, nos dirigimos a la misma pasando por una escalera, que al subir detrás de ella, me dejo la hermosa vista que al levantarse su vestido ofrecía su cola. Finalmente entramos, cerré la puerta y fui a colgar mi abrigo, ya no lo necesitaba para ocultar mi erección, la cual se hizo más evidente al verla contra la pared estirando su cuerpo para enchufar el ventilador
-me ayudas?-dijo sin despegar su cuerpo de la pared
-seguro.
Me acerque a ella rápidamente y pasando mi mano por debajo de su vestido comencé a frotar su caliente y mojada conchita sobre su ropa interior, no tardo en comenzar a gemir.
-así esta bien? Llegas?-pregunte frotando con más fuerza
-si ah.. aah. aaasí esta bien.
-pero no llegas, a ver así…-dije sujetándola por su concha e inclinando su cuerpo hacia atrás mientras también aumentaba la velocidad y fuerza con la que la masturbaba. Ver su cara de placer con solo tocarla por encima de su ropa fue magnifico, mi pene no podía aguantar mas, lo sentía tan duro que parecía iba a escapar de mi pantalón para introducirse en ella. El orgasmo no se hizo esperar y cayo rendida en la cama. Tome el enchufe y conecte el ventilador, la temperatura en aquella habitación ya había subido, faltaba poco menos de cuatro horas para que siguiera subiendo, ese ventilador seria un buen compañero por el resto de la noche. Ella yacía boca arriba en la cama aun respirando agitadamente y con los ojos cerrados. Me pare a su cabeza y libere a mi ansiosa verga de su de prisión tela para apoyarla sobre sus labios, su reacción fue perfecta, rápidamente giro sobre su cuerpo y tomando con su suave mano mi pija, la puso en su boca y comenzó a darme el mejor sexo oral de mi vida. Toda mi vega desaparecía en su boca, mis bolas rosaban sus labios, el espejo en la cabecera de la cama me permitía apreciar al máximo el arte de sus labios sobre mi pene. De a momentos lo sacaba de su boca y pasaba ágilmente su lengua por mi glande llenando mi pija de placer
-Ya tuviste mucho, me toca a mi.-dije ordenado que me dejara saborearla.
-mmmm bueno profe. -respondió abriendo sus piernas y recostándose boca arriba. Me coloque muy cerca de esa delicia y con ambas manos separe sus labios, la contemple por un momento… hermosa. Sutilmente di una pequeña caricia con mi lengua y ella se estremeció, volví a hacerlo y el resultado fue el mismo, acto seguido devore con pasión su deliciosa concha metía y sacaba mi lengua de ella, movía su clítoris, sus labios. Era todo un manjar, no podía dejar de saborearla, ella tomaba mi cabeza mientras me regalaba todos sus exquisitos jugos y pedía mi pija en donde estaba mi boca, pero yo estaba poseído por su sabor, tenia que seguir chupando ¡lo necesitaba! Le ordene colocarse en cuatro y metiendo mis dedos continúe dándole placer oral hasta que finalmente le concedí la pija que tanto pedía, tomándola por la cadera le clave una y otra vez mi dura verga cada vez mas fuerte. Gemia como loca, fue imposible llevar la cuenta de los orgasmos que tuvo Le daba bien duro, rápido, fuerte y profundo, pero no suficiente, no dejaba de pedir mas y mas. Le di mas rápido, pero sin metérsela del todo, dejaba unos cuantos centímetros afuera, preparaba una sorpresa… cuando se acostumbro a esa cantidad de pija en su concha, separe con mis manos los cachetes de su hermosa cola le clave toda mi verga sosteniéndola con fuerza en contra de mi, su expresión fue la gloria, levantando la mirada por el espejo, boquiabierta, me miraba haciendo que mi sangre hirviera y ganándose una cogida más fuerte todavía.
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