Que complicado es cumplir con un capítulo semanal. Tengo la agenda ocupada y no estoy seguro de poder escribir un capítulo este domingo, pero vamos a ver como le hacemos.
Aclaracion: Todos los personajes involucrados en actos sexuales son mayores de edad. Con respecto a los demas, se reserva la informacion.
Puede contener lenguaje ofensivo y situaciones maduras (ademas de las sexuales)
Capitulo anterior:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2818512/La-semilla-inutil---Capitulo-17-Hasta-cuando.html
He aquí un acontecimiento que es para sacarse el sombrero.
Había tenido la oportunidad de volver a salir con Beatriz a un concierto tributo a los Rolling Stones. Esa noche fuimos los mejores amigos del mundo, no hubo ningún acercamiento pero lo pasé bien.
La semana siguiente fui invitado a un concierto de su grupo «Creepypasta». Al finalizar el mismo le invité un helado.
- Está bien, pero quiero una copa de helado. Ja!
Mientras tomábamos helados, fuimos conversando.
- Oye burrito. Tu estabas con Zegarra, no? La percusionista.
«Por qué todo el mundo tiene que recordarmela?», pensé. Lógicamente, negué esa afirmación, diciéndole que éramos buenos amigos. Juzgue usted si fue bueno o malo decirle eso.
- Por qué me besaste esa noche de la fiesta? -me dijo como restando importancia al asunto.
La pregunta me descolocó un poco. «Cierto, por qué?»
- Creo que me gustas.
Beatriz me miró con cara de desconcierto. Sonrió nerviosa.
Los dados estaban ya lanzados. Me acerqué a ella muy despacio. Sentí su nariz rozar la mía, su respiración muy suave. Sus labios muy cerca de los míos, abriéndose como una fresa cortada a la mitad. Un beso. Un beso que se estaba prolongando más de lo que suponía.
« Será que ninguno de los dos sabe como terminarlo?», me dije.
Al separamos ella no quiso verme, apoyó su cabeza en mi hombro y se quedó allí.
- Tu también me gustas, y desde hace mucho tiempo, maldito. Nunca podía encontrarte soltero.
Eso también me descolocó. Beatriz estaba sonrojada y me pegó. Luego me abrazó y volvimos a besarnos.
Pasaron semanas antes de atreverme siquiera a estar con ella a solas. Nuestra relación era muy diferente a las anteriores: No tirábamos nunca, sólo nos besábamos y caminábamos tomados de la mano para todos lados.
Y ésta situacion duraba ya más de un mes. En un arranque de locura (Beatriz lo llamo histeria colectiva) cada uno llevó al otro a su casa para que la familia pudiera conocernos.
Un día se presentó una oportunidad en mi casade estar solos. Nos habíamos quedado solos viendo una película aburridisima, habíamos caminado tanto ese día que nos adormilamos en el sofá.
La sensación de caída que experimenté minutos después me hizo reaccionar, teniendo sobre mí el cuerpo de Beatriz. Estaba cálida. Coloqué mis manos en sus hombros y fui descendiendo poco a poco.
Mi miembro estaba rígido, presionando contra su pelvis. Ella se movió un poco, pero no tuvo mayor reacción. Ya tenía las manos por su cintura cuando ella despertó.
Detuve mi avance inmediatamente y, como siempre, reaccionó de forma inesperada. Buscó mi boca para besarme, mientras yo volvía a explorar el hemisferio sur de su anatomía.
Mis manos acariciaban sus nalgas (aclaro que tenía poco trasero, pero bueno), realizando movimientos circulares. Eso produjo unos besos más ardientes, mis manos buscaron su entrepierna.
Cuando los dedos de mi mano izquierda dieron con su sexo, dio un respingo. Decidí no soltarla, disfrutar del momento y acariciar su secreto.
Beatriz hizo descender su mano derecha hacia mi miembro, atrapandolo debajo de mi pantalón. Empezó a apretarlo y a frotarlo: la situación se nos iba de las manos.
Yo sabía que es lo que queríamos ambos. Le fui desabrochando el pantalón poco a poco, buscaba meter mi mano por debajo de su calzón.
- Julián, te amo.
- También te amo, Bea.
El ruido de la puerta nos obligó a fingir que diríamos tratando de que no se notara nuestra excitación. Lo mejor que se nos ocurrió fue fingir que estábamos durmiendo. Sin abrir los ojos, supuse que era mi mamá. En minutos estuvo en el segundo piso, en su cuarto.
Beatriz estaba en modo vibrador, lo sentía. Antes de poder preguntarle qué le pasaba, estalló en carcajadas.
- Te imaginas si tu mamá nos encontraba con los pantalones abajo? -me dijo, cuando se tranquilizó -, fácil y me echaba, burrito imprudente.
En otra ocasión estábamos en su casa. Estábamos viendo televisión en su cuarto. A falta de sillas nos sentamos en su cama.
Pronto nos estábamos besando: hacerlo me provocaba las corrientes eléctricas descritas antes (una vez le pregunté si ella sentía algo así: la única diferencia es que ella sentía un voltaje más intenso).
Era la primera vez que tocaba sus senos: los tenía grandes y firmes. Sin sacarnos la ropa, se subió a horcajadas sobre mí. Jamás nuestros sexos habían estado tan cerca, su entrepierna se frotaba con la mía, mis manos se deslizaron debajo de su polo, mis dedos buscaban los pezones.
Beatriz respiraba muy fuerte, parecía que le iba a dar algo..tal vez la estaba lastimando: ella llevaba una minifalda y el roce de mis pantalones incidia con fuerza sobre la delgada tela de su ropa interior.
No se como pero nos pusimos de pie: la aplaste contra la pared, acariciandonos como dos locos. Beatriz apoyó su brazo izquierdo de una forma un tanto rara (es un calambre?, pense).
Apagó la luz. Sus manos buscaron el cierre de mi pantalón. Mi única respuesta fue bajarle el calzón, sacárselo rápidamente mientras ella hacía lo mismo con mi verga.
No podía más. Sabía que solo podría conseguir la paz verdadera enterrando mi sexo en el suyo.
Beatriz estaba anegada, deliciosamente anegada. Sentía mi glande cubierto de su néctar vaginal. Un par de milímetros más…
-Viene alguien- me susurró al oído.
Nos arreglamos la ropa como pudimos. La puerta de su cuarto se abrió de golpe pero, como la velocidad geométrica es superior a la física, fingimos nuevamente estar dormidos. Minutos después nos reímos como locos.
Sin embargo, era evidente que ambos queríamos estar más juntos que hasta ese momento, así que decidimos coordinar un encuentro sólo para poder acostarnos.
Continuará...
Bien, Julián tiene nueva novia. Y quiere tirar con ella (novedad).
El próximo capítulo llevará por título "en cuerpo y alma". A ver cuándo lo público
Aclaracion: Todos los personajes involucrados en actos sexuales son mayores de edad. Con respecto a los demas, se reserva la informacion.
Puede contener lenguaje ofensivo y situaciones maduras (ademas de las sexuales)
Capitulo anterior:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2818512/La-semilla-inutil---Capitulo-17-Hasta-cuando.html
He aquí un acontecimiento que es para sacarse el sombrero.
Había tenido la oportunidad de volver a salir con Beatriz a un concierto tributo a los Rolling Stones. Esa noche fuimos los mejores amigos del mundo, no hubo ningún acercamiento pero lo pasé bien.
La semana siguiente fui invitado a un concierto de su grupo «Creepypasta». Al finalizar el mismo le invité un helado.
- Está bien, pero quiero una copa de helado. Ja!
Mientras tomábamos helados, fuimos conversando.
- Oye burrito. Tu estabas con Zegarra, no? La percusionista.
«Por qué todo el mundo tiene que recordarmela?», pensé. Lógicamente, negué esa afirmación, diciéndole que éramos buenos amigos. Juzgue usted si fue bueno o malo decirle eso.
- Por qué me besaste esa noche de la fiesta? -me dijo como restando importancia al asunto.
La pregunta me descolocó un poco. «Cierto, por qué?»
- Creo que me gustas.
Beatriz me miró con cara de desconcierto. Sonrió nerviosa.
Los dados estaban ya lanzados. Me acerqué a ella muy despacio. Sentí su nariz rozar la mía, su respiración muy suave. Sus labios muy cerca de los míos, abriéndose como una fresa cortada a la mitad. Un beso. Un beso que se estaba prolongando más de lo que suponía.
« Será que ninguno de los dos sabe como terminarlo?», me dije.
Al separamos ella no quiso verme, apoyó su cabeza en mi hombro y se quedó allí.
- Tu también me gustas, y desde hace mucho tiempo, maldito. Nunca podía encontrarte soltero.
Eso también me descolocó. Beatriz estaba sonrojada y me pegó. Luego me abrazó y volvimos a besarnos.
Pasaron semanas antes de atreverme siquiera a estar con ella a solas. Nuestra relación era muy diferente a las anteriores: No tirábamos nunca, sólo nos besábamos y caminábamos tomados de la mano para todos lados.
Y ésta situacion duraba ya más de un mes. En un arranque de locura (Beatriz lo llamo histeria colectiva) cada uno llevó al otro a su casa para que la familia pudiera conocernos.
Un día se presentó una oportunidad en mi casade estar solos. Nos habíamos quedado solos viendo una película aburridisima, habíamos caminado tanto ese día que nos adormilamos en el sofá.
La sensación de caída que experimenté minutos después me hizo reaccionar, teniendo sobre mí el cuerpo de Beatriz. Estaba cálida. Coloqué mis manos en sus hombros y fui descendiendo poco a poco.
Mi miembro estaba rígido, presionando contra su pelvis. Ella se movió un poco, pero no tuvo mayor reacción. Ya tenía las manos por su cintura cuando ella despertó.
Detuve mi avance inmediatamente y, como siempre, reaccionó de forma inesperada. Buscó mi boca para besarme, mientras yo volvía a explorar el hemisferio sur de su anatomía.
Mis manos acariciaban sus nalgas (aclaro que tenía poco trasero, pero bueno), realizando movimientos circulares. Eso produjo unos besos más ardientes, mis manos buscaron su entrepierna.
Cuando los dedos de mi mano izquierda dieron con su sexo, dio un respingo. Decidí no soltarla, disfrutar del momento y acariciar su secreto.
Beatriz hizo descender su mano derecha hacia mi miembro, atrapandolo debajo de mi pantalón. Empezó a apretarlo y a frotarlo: la situación se nos iba de las manos.
Yo sabía que es lo que queríamos ambos. Le fui desabrochando el pantalón poco a poco, buscaba meter mi mano por debajo de su calzón.
- Julián, te amo.
- También te amo, Bea.
El ruido de la puerta nos obligó a fingir que diríamos tratando de que no se notara nuestra excitación. Lo mejor que se nos ocurrió fue fingir que estábamos durmiendo. Sin abrir los ojos, supuse que era mi mamá. En minutos estuvo en el segundo piso, en su cuarto.
Beatriz estaba en modo vibrador, lo sentía. Antes de poder preguntarle qué le pasaba, estalló en carcajadas.
- Te imaginas si tu mamá nos encontraba con los pantalones abajo? -me dijo, cuando se tranquilizó -, fácil y me echaba, burrito imprudente.
En otra ocasión estábamos en su casa. Estábamos viendo televisión en su cuarto. A falta de sillas nos sentamos en su cama.
Pronto nos estábamos besando: hacerlo me provocaba las corrientes eléctricas descritas antes (una vez le pregunté si ella sentía algo así: la única diferencia es que ella sentía un voltaje más intenso).
Era la primera vez que tocaba sus senos: los tenía grandes y firmes. Sin sacarnos la ropa, se subió a horcajadas sobre mí. Jamás nuestros sexos habían estado tan cerca, su entrepierna se frotaba con la mía, mis manos se deslizaron debajo de su polo, mis dedos buscaban los pezones.
Beatriz respiraba muy fuerte, parecía que le iba a dar algo..tal vez la estaba lastimando: ella llevaba una minifalda y el roce de mis pantalones incidia con fuerza sobre la delgada tela de su ropa interior.
No se como pero nos pusimos de pie: la aplaste contra la pared, acariciandonos como dos locos. Beatriz apoyó su brazo izquierdo de una forma un tanto rara (es un calambre?, pense).
Apagó la luz. Sus manos buscaron el cierre de mi pantalón. Mi única respuesta fue bajarle el calzón, sacárselo rápidamente mientras ella hacía lo mismo con mi verga.
No podía más. Sabía que solo podría conseguir la paz verdadera enterrando mi sexo en el suyo.
Beatriz estaba anegada, deliciosamente anegada. Sentía mi glande cubierto de su néctar vaginal. Un par de milímetros más…
-Viene alguien- me susurró al oído.
Nos arreglamos la ropa como pudimos. La puerta de su cuarto se abrió de golpe pero, como la velocidad geométrica es superior a la física, fingimos nuevamente estar dormidos. Minutos después nos reímos como locos.
Sin embargo, era evidente que ambos queríamos estar más juntos que hasta ese momento, así que decidimos coordinar un encuentro sólo para poder acostarnos.
Continuará...
Bien, Julián tiene nueva novia. Y quiere tirar con ella (novedad).
El próximo capítulo llevará por título "en cuerpo y alma". A ver cuándo lo público
1 comentarios - La semilla inútil - Capítulo 18: Tú