Se acercaba el cumpleaños de Lucas y quería darle un regalo especial. La distancia nos había separado bastante, y nuestros encuentros eran más espaciados. Quería darle algo para que no se olvide de mi por un tiempo.
Mis amigas me tiraron varias ideas, pero hubo una que me quedó picando y me pareció la mejor.
- Porqué no le hacés un "lapdance"?
- Qué es eso? - pregunté con cara de no entender nada
Mi amiga buscó en youtube un video y me mostró de que se trata. Me lo imaginé a Lucas sentadito sin poder hacer nada mientras yo le bailaba refregando mi cola en su pija y me calenté de sólo pensarlo.
Me organicé para ir el fin de semana siguiente a su cumpleaños a Rosario. Él me invitó a un bar, donde lo festejaba con sus amigos pero le dije que no podía, pero que quería verlo y darle un regalo. Organizamos para el domingo a la noche. Mentí en mi casa que me volvía a Buenos Aires, pero en realidad me fui para su departamento.
Sin que él supiera nada, aparecí en su casa vestida con un tapado negro hasta los pies, los tacos más altos que tenía y el pelo atado con un rodete arriba de mi cabeza. Ya en el ascensor Lucas intentó meterme mano, pero lo detuve. "Paciencia... esto es parte del regalo" le dije. Yo también tenía que aguantarme las ganas de violarlo ahí nomás, pero no era la idea esa noche.
Cuando entramos, yo me quedé parada en la puerta. Le ordené que trajera una silla y se sentara. Abrí un cierre de mi valija y saqué un par de sogas que había preparado. Despacio me fui acercando a él, haciendo sonar fuerte los tacos contra el piso. Me puse atrás de él. Agarré sus manos y las até atrás a la silla. Fui hasta la compu y busqué la música que había seleccionado para el show. Me fui acercando mientras me desabrochaba el tapado, al ritmo de la música.
Cuando terminé con el último botón lo fui abriendo, dejando ver mis piernas. Hasta que lo saqué por completo. Estaba prácticamente en bolas. Un top que apenas cubría mis tetas y una pollerita de cuando tenía 15 años que me quedaba ajustada y solo tapaba los cachetes de mi cola. Lucas largó un suspiro de aprobación. Me solté el pelo, y empezó el show.
Empecé a bailar de espaldas acercándome hasta él. Abrí mis piernas y me senté de frente, rodeándole el cuello con mis brazos. Con mis labios rozaba su boca y su cuello. Me volví a levantar, y me puse de espaldas. Me senté en sus rodillas y mientras me movía franeleando toda su verga.
Podía sentir como su enorme aparato estallaba de calentura. Le moví la cola en sus piernas un rato, me arrodillé delante suyo y le bajé el jean. Su verga saltó durísima y se estrelló contra su estómago.
Fui metiendo mis manos dentro de su remera acariciándole el torso. Seguí bajando hasta rozar sus muslos. Suavemente pasé mis manos por sus bolas y subí recorriendo todo el tronco de esa verga enorme. Lo pajeaba despacio, mientras lo miraba con lujuria.
Llevé mi boca a su panza, sin soltar la pija, fui acercándome a ella besándolo y mordiéndolo. Cuando la tuve delante mío, abrí mi boca lo más que pude y metí la cabeza. Con mi lengua la acaricié y mojé con saliva.
Alejé un poco su pija de mi boca y la escupí. Con mis manos desparramaba la saliva por el tronco. Otra vez, me la metí en la boca. Ahora más lubricada me la enterraba un poco más. Era tan grande que con menos de la mitad ya me provocaba unas arcadas terribles.
Me levanté dejando la pija lustrada y brillosa. Seguí bailando, mientras me sacaba el top. Me senté otra vez encima suyo, ahora con un roce directo de su pija en mis piernas. Mientras lo franeleaba, acerqué mis tetas a su boca. Lo agarré de los pelos y lo aplasté contra mis pechos. Desesperado, Lucas me besó y chupó las tetas. Yo me pajeaba franeleando mi concha contra su pierna.
Volví a bajar, despacio, hasta su pija. La poronga pegaba saltos con cada roce en su piel. Sin usar las manos, me pegué contra su cuerpo y me la metí en la boca. La levanté y comencé a meterla y sacarla un rato mientras dejaba caer saliva por su tronco.
Volví a pararme frente a él, ahora de espaldas. Me bajé la pollerita hasta mis tobillos, sin doblar mis piernas. Después fue el turno de la tanguita. Estaba toda mojada. Me senté en sus piernas de nuevo, mientras franeleaba su pija en la entrada de mi concha.
"Sentí que mojada que está", le dije mientras le acercaba la tanguita a su cara. Lucas la olió y me dijo "te la quiero chupar". Pero ahora no era el momento. Le refregué la tanga empapada por su cara, se la metí en la boca y la dejé colgada en uno de sus hombros. Seguí bailando, ahora totalmente desnuda.
Me acerqué de espaldas y me senté sobre su pija, rozando toda mi concha. Ya no daba más. Acomodé la punta de la verga y me fui sentando encima de ese tronco inmenso que me partía al medio. La lubricación de mi concha y su pija hacía que la entrada fuese más fácil. No podía evitar gemir con cada centímetro de carne que me penetraba.
Empecé a moverme con más rapidez. Paraba, me la enterraba y la movía en círculos. Me lo garché un rato de espaldas, para luego darme vuelta y hacer lo mismo de frente. Por primera vez en toda la noche, le comí la boca agarrándolo fuerte de los pelos pegándolo contra mi cara mientras su pija se perdía dentro mío.
Con cada embestida sentía que me mojaba aún más. Lucas no aguantó mucho tiempo esa cabalgata y acabó violentamente adentro de mi concha. Me quedé quieta un rato. Si había algo que me gustaba de él, era que podía tirar dos polvos seguidos sin problemas. Y ese día no fue la excepción.
Su pija dejó de tirar leche, pero seguía durísima. Seguí cabalgándolo, ante los reiterados pedidos de él para que lo soltara. Mientras disfrutaba subir y bajar en su verga, lo fui desatando. En cuanto pudo, me sacó de encima suyo y me tiró al suelo. Saltó arriba mío y me empezó a besar toda, desde mis brazos hasta mis muslos.
Abrió mis piernas y me la clavó hasta el fondo. Dejó caer su cuerpo contra el mío y agarrándome fuerte de los hombros me pegó una garchada fantástica. Sus embestidas eran cortas, pero bien profundo. 22 cm de profundidad que me rompían al medio. Mi cuerpo tembló y acabé maravillosamente. Lucas ni se enteró, siguió garchándome como si nada.
De pronto se detuvo, y las embestidas cortas y profundas se convirtieron en suaves y largas. Dejaba sacar toda su pija y despacio la metía hasta el fondo. Yo no paraba de mojarme. Sentía como cada vez que me enterraba su verga mi concha rebalsaba de flujos.
Lucas se detuvo. La sacó y abriendo bien mis piernas empezó a comerme la concha. Abrió su boca y la rodeó con sus labios. La chupaba moviendo rápido su lengua. Bajaba y me cogía con la lengua. Levantó mis piernas y empezó a chuparme la cola. Subía y bajaba, comía, chupaba, me volvía a penetrar. Me la chupaba de nuevo. No aguanté tanto placer y acabé de nuevo, esta vez en su boca. Mi concha chorreaba por ese orgasmo y Lucas desesperado se tomaba todos los flujos.
Me levantó y se volvió a sentar en la silla. Me hizo acercar y lo cabalgué un rato. Hasta que se paró y sin sacarla de adentro mío me levantó por los aires. Me tenía agarrada de mis piernas y clavada con su vergón. Yo me aferraba a su cuello. Con fuerza me alejaba y traía contra su cuerpo.
Sin sacar su pija de adentro mío, y sin bajarme, me llevó a su habitación; penetrada y colgando de su cuerpo. Me tiró en la cama y me dio vuelta. Me pegó un par de cachetazos en la cola que me la dejaron latiendo unos segundos. Yo ya no controlaba más la situación. Estaba a su merced. Lo había calentado y ahora tenía que hacerme cargo.
Me agarró de la cintura y levantó mi cola. Abrí mis piernas lo más que pude. Lucas agarró mis cachetes y los separó. Sentí como caía saliva en mi ano. Con sus dedos empezó a desparramarla y con su lengua empezó a jugar en mi agujerito. Se acomodó atrás mío y me clavó la pija en la concha nuevamente. La movía despacio, pero fui sintiendo como sus dedos empezaban a meterse en mi cola.
Dejó de prestarle un poco de atención a mi cola, para pararse encima y cogerme como a una perra. Me agarró de los pelos y me movía fuerte contra su cuerpo. Mis piernas temblaban de placer con cada embestida. Me tiró en la cama y me volvió a dar vuelta.
Se volvió a meter entre mis piernas comiéndome la concha desesperadamente. Mi cuerpo se arqueó al sentir su lengua rozar mi clítoris. Me agarré fuerte de la almohada y acabé otra vez en su boca.
Cuando mi cuerpo se relajó, Lucas se acostó y me hizo sentar arriba suyo. Me clavé la pija en mi concha. Él se sentó y fue a buscar su objetivo final. Primero metió un dedo en mi cola, después dos. Yo me movía despacio, para adelante clavándome su pija y para atrás enterrándome sus dedos.
Pocas personas logran lo que logró Lucas esa noche: pedirle, casi como una súplica, que me hiciera el culo. "Haceme el orto... por favor, rompeme el orto". El hijo de puta me hizo hasta pedirle por favor. Y yo estaba tan caliente que gritaba "por favor, rompeme el culo", ante la sonrisa de satisfacción de él.
Sin embargo, no quiso. "Primero voy a acabar. A esa cola la voy a agarrar descansado". Dicho esto, me tiró a un costado y me puso la pija en la boca. "Imagino que te la vas a tragar toda", me dijo. Lo miré y moví la cabeza asintiendo sin sacarla de adentro mío. Después de todo, era su cumple. Un par de chupadas, paja fuerte y explotó todo en mi boca. Como pude, tragué dejando caer un poco sobre las sábanas.
Nos tiramos en la cama un rato. Estaba muerta y faltaba lo más duro. Después de un breve descanso, volvió a ponerme en 4 pero esta vez, fue derecho a mi cola. Su lengua se clavó en mi ano y me lo chupó hasta dejarlo empapado. Se acostó en la cama y me hizo subir arriba suyo para hacer un 69. Agarré su pija media muerta y empecé a chuparla. Sentir como se va endureciendo una pija en tu boca es una de las maravillas del mundo, sin dudas.
Mientras yo terminaba de endurecer su verga, Lucas me chupaba la concha y me metía los dedos en la cola. Me clavaba dedos en todos lados. Con una mano, me clavaba la concha y con la otra la cola. Yo no podía concentrarme en chuparle la pija de la locura que me producía.
Cuando su pija volvió a estar al palo de nuevo, me sacó de encima suyo, agarró un poco de lubricante y me embardunó la cola. Se mojó la pija y la acercó a mi cola. Ya estaba dilatada por toda la previa, pero esa nutria no se compara con un par de dedos. De a poco la enterró. La cabeza primero y fue avanzando. Yo me agarraba de donde podía y mordía la almohada soportando el dolor inicial que me provocaba esa verga desgarrándome la colita.
Sentía como me caía alguna que otra lágrima también. Mientras iba cediendo, Lucas sacaba un poco la pija y volvía a enterrarla cada vez un poco más. Cuando ya estaba acostumbrada, le grité "Daaleeee!" para que empezara a culearme en serio. Se acomodó bien y empezó a taladrarme el culo sin piedad. Me movía para todos lados. Me agarró fuerte de los pelos llevando mi cabeza hacia atrás.
- Esto querías puta? - me gritaba casi al oído.
- Siiii rompeme el culo, dale no pares - le gritaba.
- Cada vez te la estás tragando más... me encanta. - me decía mientras miraba lo que mi cola se había comido de su poronga.
De a poco iba intentando meterla más, pero me empezó a doler. Le pedí que parara. La sacó un poco y volvió a cogerme, pero con menos profundidad que antes. Cuando estuvo por acabar, me preguntó donde quería la leche.
En general, siempre le pedía que me tirara todo en la espalda, la cola o mis tetas. Pero ese día estaba tan caliente que le pedí que me acabara adentro. Me dio dos embestidas fuertes y sentí como la pija se ensanchaba dilatando más mi culo. La sacó un poco y la volvió a enterrar, hasta que la dejó adentro un rato. Cuando la sacó por completo, sentí como mi colita totalmente abierta iba cerrándose nuevamente. Exhausta, me dejé caer rendida en la cama.
- Boluda.. te zarpaste mal - me dijo Lucas. - Todavía tengo un poco para vos
Su pija seguía durísima y no quería perder oportunidad. Buscó otro forro y se lo puso mientras me acomodaba de nuevo. "Por favor, pará no doy más" le suplicaba, pero él no me hacía caso.
Abrió mis piernas y me chupó la concha un rato hasta dejarme al borde del orgasmo. Me arrastró contra él y me la clavó hasta el fondo. Se tiró encima mío y me garchó violentamente haciéndome sentir la punta de su verga bien adentro.
Yo ya no daba más, pero tenía otro orgasmo por caer. Y cayó. Le clavé las uñas en la espalda y le pedí a los gritos que no parara. "Viste que si querías pendeja, si yo se que te gusta mi pija y que te gusta como te cojo" me decía sin dejar de clavarme violentamente. "Ayy siii me encanta tu pija cogeme.. cogemeeee" gritaba desencajada, justo al tiempo que explotaba en un orgasmo que me aflojó todo el cuerpo.
"Ahora si, por favor basta" le supliqué. Lucas se dio cuenta que esta vez sí, no daba más. Despacio sacó su pija de adentro y se pajeó acabando sobre mis tetas. Con mis últimas fuerzas desparramé toda la leche por mi cuerpo. "Te extrañé", le dije. Se acostó al lado mío y nos dormimos.
A las 4am, como pude, me levanté y me fui a la terminal a tomar el micro a Buenos Aires. Me tuvieron que despertar en Retiro porque estaba desmayada. La parte positiva, es que aún hoy, Lucas no se olvida de ese cumpleaños.
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Indice
Mis amigas me tiraron varias ideas, pero hubo una que me quedó picando y me pareció la mejor.
- Porqué no le hacés un "lapdance"?
- Qué es eso? - pregunté con cara de no entender nada
Mi amiga buscó en youtube un video y me mostró de que se trata. Me lo imaginé a Lucas sentadito sin poder hacer nada mientras yo le bailaba refregando mi cola en su pija y me calenté de sólo pensarlo.
Me organicé para ir el fin de semana siguiente a su cumpleaños a Rosario. Él me invitó a un bar, donde lo festejaba con sus amigos pero le dije que no podía, pero que quería verlo y darle un regalo. Organizamos para el domingo a la noche. Mentí en mi casa que me volvía a Buenos Aires, pero en realidad me fui para su departamento.
Sin que él supiera nada, aparecí en su casa vestida con un tapado negro hasta los pies, los tacos más altos que tenía y el pelo atado con un rodete arriba de mi cabeza. Ya en el ascensor Lucas intentó meterme mano, pero lo detuve. "Paciencia... esto es parte del regalo" le dije. Yo también tenía que aguantarme las ganas de violarlo ahí nomás, pero no era la idea esa noche.
Cuando entramos, yo me quedé parada en la puerta. Le ordené que trajera una silla y se sentara. Abrí un cierre de mi valija y saqué un par de sogas que había preparado. Despacio me fui acercando a él, haciendo sonar fuerte los tacos contra el piso. Me puse atrás de él. Agarré sus manos y las até atrás a la silla. Fui hasta la compu y busqué la música que había seleccionado para el show. Me fui acercando mientras me desabrochaba el tapado, al ritmo de la música.
Cuando terminé con el último botón lo fui abriendo, dejando ver mis piernas. Hasta que lo saqué por completo. Estaba prácticamente en bolas. Un top que apenas cubría mis tetas y una pollerita de cuando tenía 15 años que me quedaba ajustada y solo tapaba los cachetes de mi cola. Lucas largó un suspiro de aprobación. Me solté el pelo, y empezó el show.
Empecé a bailar de espaldas acercándome hasta él. Abrí mis piernas y me senté de frente, rodeándole el cuello con mis brazos. Con mis labios rozaba su boca y su cuello. Me volví a levantar, y me puse de espaldas. Me senté en sus rodillas y mientras me movía franeleando toda su verga.
Podía sentir como su enorme aparato estallaba de calentura. Le moví la cola en sus piernas un rato, me arrodillé delante suyo y le bajé el jean. Su verga saltó durísima y se estrelló contra su estómago.
Fui metiendo mis manos dentro de su remera acariciándole el torso. Seguí bajando hasta rozar sus muslos. Suavemente pasé mis manos por sus bolas y subí recorriendo todo el tronco de esa verga enorme. Lo pajeaba despacio, mientras lo miraba con lujuria.
Llevé mi boca a su panza, sin soltar la pija, fui acercándome a ella besándolo y mordiéndolo. Cuando la tuve delante mío, abrí mi boca lo más que pude y metí la cabeza. Con mi lengua la acaricié y mojé con saliva.
Alejé un poco su pija de mi boca y la escupí. Con mis manos desparramaba la saliva por el tronco. Otra vez, me la metí en la boca. Ahora más lubricada me la enterraba un poco más. Era tan grande que con menos de la mitad ya me provocaba unas arcadas terribles.
Me levanté dejando la pija lustrada y brillosa. Seguí bailando, mientras me sacaba el top. Me senté otra vez encima suyo, ahora con un roce directo de su pija en mis piernas. Mientras lo franeleaba, acerqué mis tetas a su boca. Lo agarré de los pelos y lo aplasté contra mis pechos. Desesperado, Lucas me besó y chupó las tetas. Yo me pajeaba franeleando mi concha contra su pierna.
Volví a bajar, despacio, hasta su pija. La poronga pegaba saltos con cada roce en su piel. Sin usar las manos, me pegué contra su cuerpo y me la metí en la boca. La levanté y comencé a meterla y sacarla un rato mientras dejaba caer saliva por su tronco.
Volví a pararme frente a él, ahora de espaldas. Me bajé la pollerita hasta mis tobillos, sin doblar mis piernas. Después fue el turno de la tanguita. Estaba toda mojada. Me senté en sus piernas de nuevo, mientras franeleaba su pija en la entrada de mi concha.
"Sentí que mojada que está", le dije mientras le acercaba la tanguita a su cara. Lucas la olió y me dijo "te la quiero chupar". Pero ahora no era el momento. Le refregué la tanga empapada por su cara, se la metí en la boca y la dejé colgada en uno de sus hombros. Seguí bailando, ahora totalmente desnuda.
Me acerqué de espaldas y me senté sobre su pija, rozando toda mi concha. Ya no daba más. Acomodé la punta de la verga y me fui sentando encima de ese tronco inmenso que me partía al medio. La lubricación de mi concha y su pija hacía que la entrada fuese más fácil. No podía evitar gemir con cada centímetro de carne que me penetraba.
Empecé a moverme con más rapidez. Paraba, me la enterraba y la movía en círculos. Me lo garché un rato de espaldas, para luego darme vuelta y hacer lo mismo de frente. Por primera vez en toda la noche, le comí la boca agarrándolo fuerte de los pelos pegándolo contra mi cara mientras su pija se perdía dentro mío.
Con cada embestida sentía que me mojaba aún más. Lucas no aguantó mucho tiempo esa cabalgata y acabó violentamente adentro de mi concha. Me quedé quieta un rato. Si había algo que me gustaba de él, era que podía tirar dos polvos seguidos sin problemas. Y ese día no fue la excepción.
Su pija dejó de tirar leche, pero seguía durísima. Seguí cabalgándolo, ante los reiterados pedidos de él para que lo soltara. Mientras disfrutaba subir y bajar en su verga, lo fui desatando. En cuanto pudo, me sacó de encima suyo y me tiró al suelo. Saltó arriba mío y me empezó a besar toda, desde mis brazos hasta mis muslos.
Abrió mis piernas y me la clavó hasta el fondo. Dejó caer su cuerpo contra el mío y agarrándome fuerte de los hombros me pegó una garchada fantástica. Sus embestidas eran cortas, pero bien profundo. 22 cm de profundidad que me rompían al medio. Mi cuerpo tembló y acabé maravillosamente. Lucas ni se enteró, siguió garchándome como si nada.
De pronto se detuvo, y las embestidas cortas y profundas se convirtieron en suaves y largas. Dejaba sacar toda su pija y despacio la metía hasta el fondo. Yo no paraba de mojarme. Sentía como cada vez que me enterraba su verga mi concha rebalsaba de flujos.
Lucas se detuvo. La sacó y abriendo bien mis piernas empezó a comerme la concha. Abrió su boca y la rodeó con sus labios. La chupaba moviendo rápido su lengua. Bajaba y me cogía con la lengua. Levantó mis piernas y empezó a chuparme la cola. Subía y bajaba, comía, chupaba, me volvía a penetrar. Me la chupaba de nuevo. No aguanté tanto placer y acabé de nuevo, esta vez en su boca. Mi concha chorreaba por ese orgasmo y Lucas desesperado se tomaba todos los flujos.
Me levantó y se volvió a sentar en la silla. Me hizo acercar y lo cabalgué un rato. Hasta que se paró y sin sacarla de adentro mío me levantó por los aires. Me tenía agarrada de mis piernas y clavada con su vergón. Yo me aferraba a su cuello. Con fuerza me alejaba y traía contra su cuerpo.
Sin sacar su pija de adentro mío, y sin bajarme, me llevó a su habitación; penetrada y colgando de su cuerpo. Me tiró en la cama y me dio vuelta. Me pegó un par de cachetazos en la cola que me la dejaron latiendo unos segundos. Yo ya no controlaba más la situación. Estaba a su merced. Lo había calentado y ahora tenía que hacerme cargo.
Me agarró de la cintura y levantó mi cola. Abrí mis piernas lo más que pude. Lucas agarró mis cachetes y los separó. Sentí como caía saliva en mi ano. Con sus dedos empezó a desparramarla y con su lengua empezó a jugar en mi agujerito. Se acomodó atrás mío y me clavó la pija en la concha nuevamente. La movía despacio, pero fui sintiendo como sus dedos empezaban a meterse en mi cola.
Dejó de prestarle un poco de atención a mi cola, para pararse encima y cogerme como a una perra. Me agarró de los pelos y me movía fuerte contra su cuerpo. Mis piernas temblaban de placer con cada embestida. Me tiró en la cama y me volvió a dar vuelta.
Se volvió a meter entre mis piernas comiéndome la concha desesperadamente. Mi cuerpo se arqueó al sentir su lengua rozar mi clítoris. Me agarré fuerte de la almohada y acabé otra vez en su boca.
Cuando mi cuerpo se relajó, Lucas se acostó y me hizo sentar arriba suyo. Me clavé la pija en mi concha. Él se sentó y fue a buscar su objetivo final. Primero metió un dedo en mi cola, después dos. Yo me movía despacio, para adelante clavándome su pija y para atrás enterrándome sus dedos.
Pocas personas logran lo que logró Lucas esa noche: pedirle, casi como una súplica, que me hiciera el culo. "Haceme el orto... por favor, rompeme el orto". El hijo de puta me hizo hasta pedirle por favor. Y yo estaba tan caliente que gritaba "por favor, rompeme el culo", ante la sonrisa de satisfacción de él.
Sin embargo, no quiso. "Primero voy a acabar. A esa cola la voy a agarrar descansado". Dicho esto, me tiró a un costado y me puso la pija en la boca. "Imagino que te la vas a tragar toda", me dijo. Lo miré y moví la cabeza asintiendo sin sacarla de adentro mío. Después de todo, era su cumple. Un par de chupadas, paja fuerte y explotó todo en mi boca. Como pude, tragué dejando caer un poco sobre las sábanas.
Nos tiramos en la cama un rato. Estaba muerta y faltaba lo más duro. Después de un breve descanso, volvió a ponerme en 4 pero esta vez, fue derecho a mi cola. Su lengua se clavó en mi ano y me lo chupó hasta dejarlo empapado. Se acostó en la cama y me hizo subir arriba suyo para hacer un 69. Agarré su pija media muerta y empecé a chuparla. Sentir como se va endureciendo una pija en tu boca es una de las maravillas del mundo, sin dudas.
Mientras yo terminaba de endurecer su verga, Lucas me chupaba la concha y me metía los dedos en la cola. Me clavaba dedos en todos lados. Con una mano, me clavaba la concha y con la otra la cola. Yo no podía concentrarme en chuparle la pija de la locura que me producía.
Cuando su pija volvió a estar al palo de nuevo, me sacó de encima suyo, agarró un poco de lubricante y me embardunó la cola. Se mojó la pija y la acercó a mi cola. Ya estaba dilatada por toda la previa, pero esa nutria no se compara con un par de dedos. De a poco la enterró. La cabeza primero y fue avanzando. Yo me agarraba de donde podía y mordía la almohada soportando el dolor inicial que me provocaba esa verga desgarrándome la colita.
Sentía como me caía alguna que otra lágrima también. Mientras iba cediendo, Lucas sacaba un poco la pija y volvía a enterrarla cada vez un poco más. Cuando ya estaba acostumbrada, le grité "Daaleeee!" para que empezara a culearme en serio. Se acomodó bien y empezó a taladrarme el culo sin piedad. Me movía para todos lados. Me agarró fuerte de los pelos llevando mi cabeza hacia atrás.
- Esto querías puta? - me gritaba casi al oído.
- Siiii rompeme el culo, dale no pares - le gritaba.
- Cada vez te la estás tragando más... me encanta. - me decía mientras miraba lo que mi cola se había comido de su poronga.
De a poco iba intentando meterla más, pero me empezó a doler. Le pedí que parara. La sacó un poco y volvió a cogerme, pero con menos profundidad que antes. Cuando estuvo por acabar, me preguntó donde quería la leche.
En general, siempre le pedía que me tirara todo en la espalda, la cola o mis tetas. Pero ese día estaba tan caliente que le pedí que me acabara adentro. Me dio dos embestidas fuertes y sentí como la pija se ensanchaba dilatando más mi culo. La sacó un poco y la volvió a enterrar, hasta que la dejó adentro un rato. Cuando la sacó por completo, sentí como mi colita totalmente abierta iba cerrándose nuevamente. Exhausta, me dejé caer rendida en la cama.
- Boluda.. te zarpaste mal - me dijo Lucas. - Todavía tengo un poco para vos
Su pija seguía durísima y no quería perder oportunidad. Buscó otro forro y se lo puso mientras me acomodaba de nuevo. "Por favor, pará no doy más" le suplicaba, pero él no me hacía caso.
Abrió mis piernas y me chupó la concha un rato hasta dejarme al borde del orgasmo. Me arrastró contra él y me la clavó hasta el fondo. Se tiró encima mío y me garchó violentamente haciéndome sentir la punta de su verga bien adentro.
Yo ya no daba más, pero tenía otro orgasmo por caer. Y cayó. Le clavé las uñas en la espalda y le pedí a los gritos que no parara. "Viste que si querías pendeja, si yo se que te gusta mi pija y que te gusta como te cojo" me decía sin dejar de clavarme violentamente. "Ayy siii me encanta tu pija cogeme.. cogemeeee" gritaba desencajada, justo al tiempo que explotaba en un orgasmo que me aflojó todo el cuerpo.
"Ahora si, por favor basta" le supliqué. Lucas se dio cuenta que esta vez sí, no daba más. Despacio sacó su pija de adentro y se pajeó acabando sobre mis tetas. Con mis últimas fuerzas desparramé toda la leche por mi cuerpo. "Te extrañé", le dije. Se acostó al lado mío y nos dormimos.
A las 4am, como pude, me levanté y me fui a la terminal a tomar el micro a Buenos Aires. Me tuvieron que despertar en Retiro porque estaba desmayada. La parte positiva, es que aún hoy, Lucas no se olvida de ese cumpleaños.
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45 comentarios - Cumple con lapdance
muy bueno!!!
Saludos
gracias por pasar
me alegro que te gusten. espero que disfrutes los próximos!!
gracias por pasar
ejejeje después de tremenda celebración, ni como olvidarse de ese cumpleaños
gracias por pasar!
Me gustaria, algun dia, que si tuviera una novia sea como vos
Pregunta
Alguna vez lloraste por sexo anal?
graicas por pasar!
Es el sueño del pibe...jeje
Muy bueno!!
Besos
Felicidades por tu post n° 100 esperamos muchos mas.
gracias a vos por seguirme y comentar siempre mis relatos,. sos parte de estos 100 primeros 😉
Te dejo besos y puntos Juli!
gracias por pasar!
Te dejo 10 puntos y te mando un besito!
me mato!!!!!!
ese si es un buen garche!!!!
y si haces uno de esos bailes no pretendas menos...
excelente nena.. cada vez me calentas mas!!
besitos...
Excelente relato juli 👏👏
Después de todo, era su cumple. Un par de chupadas, paja fuerte y explotó todo en mi boca
que buen regalo jaja