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Un ganador. Capítulo 10

Un ganador. Capítulo 10

Esta es la historia de Emanuel, un ganador de 24 años que tiene anécdotas muy interesante para contar, llenas de chicas y amigas y por supuesto con muchas historias sexuales. Esta historia es ficción, sin embargo eso no quiere decir que no se basa en algunos hechos reales…


Capítulo 10: Sexo de a tres
   Repasemos un poquito la situación al momento. Con los chicos de la secundaria nos empezamos a ver un poco más ese año, en especial después de que los chicos viajáramos juntos a Gesell y de que nos reencontráramos todos en la despedida de Marisol. Camila seguía de novia con Patricio y según ella nos contaba las cosas iban bastante bien. Cristian se veía con una chica de Cabás, un pueblito de acá nomás, pero ella lo estaba volviendo un poco locos con sus mañanas y sus horarios. Esto ponía muy celosa a Clara, y Flavia y Celeste vivían consolándola. Juan Pablo y Giselle seguían juntos y cada día nos demostraban que eran la pareja ideal. Facundo se había compenetrado bastante en los estudios y en su noviazgo con Soledad, la amiga de mi novia, por lo que casi nunca lo veíamos. Por eso, es que mi compinche de momento era Leandro. Nos juntábamos a tomar una cerveza bastante seguido y a charlar de la vida y de las cosas que nos pasaban.

   En cuanto a los chicos de la facultad, la relación fue volviendo una vez que arrancó febrero y empezamos a estudiar para los exámenes. Luz nos abandonó y nos cambió por David para hacer trabajos y resumir apuntes. Por lo que el grupo se redujo a Diego, Paola, Esteban y Carla, y estos dos últimos venían saliendo hacía tiempo, es por eso que no nos sorprendió cuando se pusieron de novios a principios de Marzo.

   Mi noviazgo parecía tener problemas. Natalia y yo teníamos cada vez menos tiempo para vernos por cuestiones de estudio y diferentes cosas y cuando lo hacíamos solo nos encontrábamos una hora o un poquito más y lo hacíamos para tener sexo. Pero se empezaba a volver algo monótono. Ella me la chupaba, después yo a ella, se acostaba boca arriba y yo encima, después en cuatro, después yo abajo y para terminar le acaba en la boca, en el pecho y sino ella volvía abajo. Lo disfrutábamos, pero siempre era siempre lo mismo.
   - Tenemos que ver de hacer algo distinto Emanuel.- Me dijo los primeros días de abril- No podemos juntarnos coger y nada más.
   Así que decidí ponerme un poco las pilas y ver de encontrar algo de tiempo. Salimos al parque, fuimos al cine, cenamos afuera, y así algunas cosas distintas para cortar un poco con la rutina. Pero cuando nos encontrábamos en la cama, pasaba siempre lo mismo: sexo oral, yo arriba, en cuatro, ella arriba y después acababa. No podíamos encontrar una salida de la rutina del sexo.
   - Probemos cosas nuevas.- Le propuse los primeros días de mayo.
   - ¿Cómo ser?- Me preguntó ella.
   - Siempre me gustó la idea de poder atarte y vendarte los ojos.- Le confesé.- Y hacerte lo que sea.
   - Mmm. No se…- Me dijo ella.- Como que me da cosa.
   Pero yo sabía lo que yo de verdad quería. Me encantaba la idea de volver a llamar a Paulina y de volver a hacerlo con las dos, pero esta vez haciendo que Pau participe mucho más, poder cogérmela, tenerlas a las dos en cuatro, una cabalgándome y la otra besándome o volver a verlas tocarse en la cama. Me hubiese encantado revivir esa noche y mejorarla. Pero Nati no estaba muy convencida ya que su amiga aparentemente estaba inclinándose más por el lesbianismo que por otra cosa y no le copaba mucho la idea. Sin embargo…
   - Me gustaría probar con otro trío.- Me confesó después de un rato.
   - Sabés que con eso no tengo problema.- Le dije con una sonrisa en la cara.- Obviamente con Soledad no se puede, pero Flor podría ser. O esa morochita de tu facultad que me contaste que es re trola.
   - No.- Me dijo con una sonrisa pícara en la cara.- Ahora quiero probar otro tipo de tríos.
   Ni hizo falta que aclare nada, estaba todo sobre la mesa. La idea de coger con mi novia y con otro hombre no me cerraba. No sabía con quien podría llegar a pasar. Facundo fue la primer alternativa que se me cruzó por la cabeza, pero estaba con Sole y no sé si se iba a sumar y proponer una orgía entre los 4 no era algo que se me hubiese ocurrido en ese momento. Decirle que no, que la idea no me convencía habría sido lo mejor, pero todavía me carcomía la culpa por haberme acostado esa noche con Marisol y quería darle a Natalia todo lo que me pedía. Estaba entre la espada y la pared.
   - Dejame ver qué puedo hacer.- Le digo dándole un beso.
   - Tu amiguito de la facultad Esteban, está bastante lindo.- Cerró la conversación ella.

   Así que eso era lo que ella quería, dos pitos, y la tentaba el pito de mi amigo de la facultad Esteban. Pero él acababa de ponerse de novio con Carla y para colmo ella no tenía mucha simpatía por mí y mi noviazgo con Nati, ya que ella seguía pensando que Luz y yo teníamos que estar juntos. Por lo que la posibilidad de preguntarle era casi nula y si algo terminó de confirmar que él no iba a ser el tercero, era el hecho de que nos comentó que Carla resultó ser súper celosa. Algo nuevo se me tenía que ocurrir.
   - ¡Que hija de mil! ¿Y qué vas a hacer?- Me preguntó Leandro el lunes 16 de Mayo mientras tomábamos una cerveza.- De última preguntale si le gusta alguien más.
   - No se.- Le dije pensando en que hacer al respecto.- Mañana es su cumpleaños. Voy a ir a la casa a la tarde y después de un buen polvo le diré que se olvide de esa posibilidad.
   - Buscá a alguien más.- Me dijo.- Sorprendela. Ella quiere probar coger con dos hombres, no le importa con quien le caigas.

   Así que al día siguiente fui a la casa a la tarde y después de pasar un rato con ella, de darle los regalos y de una buena chupada de concha y un lindo polvo que terminó con Nati llena de semen en el pecho, le comenté que Esteban estaba de novio y que ni daba proponerle de hacer un trío. Ella me dijo que no importaba, que no había problema, pero se notaba que estaba algo defraudada. Y en mi cabeza seguían sonando las palabras de Leandro: “Sorprendela”, “Ella quiere probar coger con dos hombres, no le importa con quien le caigas”. ¿Y si tenía razón? ¿y si lo único que ella quería era probar con dos hombres, sin importar con quien era? Ese sábado festejaba el cumpleaños en un boliche, por lo que podía arriesgarme a buscar a alguien para el trío ahí. Aunque hay que confesar que es muy raro que de la nada un desconocido te proponga de hacer un trío con él y su novia en el medio de un boliche. ¿Qué iba a hacer? No tenía idea.
   La situación se complicó más cuando Leandro y Cristian, ambos invitados por Nati en persona a su cumple, me preguntaron si se podían volver a casa a dormir ese día, ya que ella lo festejaba en un boliche a tres cuadras de casa. Les dije que sí, ya resignado a que esa noche podría llegar a existir un trío.

   El sábado 21 una ola de calor llegó a la ciudad. A la tarde el aire acondicionado y el ventilador eran tus mejores amigos y a la noche en el boliche la barra estuvo completamente inundada de gente que se moría pro comprar una cerveza bien fría o un fernet con mucho hielo. Natalia aprovechándose de esa situación le pedía tragos a sus amigas, que durante toda la noche la fueron invitando a tomar lo que sea. Al principio algo de cerveza, después fernet y cerca de las 3 empezaron a correr algunas botellas de champagne. Facundo y Soledad desaparecieron de un momento al otro y un mensaje suyo me llegó diciendo que estaban en la casa de ella. Cristian les siguió un rato más tarde, cuando me llamó desde un taxi diciéndome que estaba con la chica que había conocido en Gesell. Por lo que entre Lean y yo nos fuimos ocupando un poco de controlar a Nati que no paraba de tomar.
   - Estoy muy borracha mi amor.- Me dijo cerca de las 5 de la mañana. No hacía falta, se le notaba.- Y estoy caliente.- Agregó tocándome la pija por arriba de la bermuda sin ningún disimulo.- ¿Vamos a tu casa a coger?- Me preguntó.
   - Lean se vuelve a dormir a casa amor.- Le dijo tratando de mantenerla parada.
   - Ya fue.- Me dice ella.- Que se vaya a dormir a otro lado. O de última le decimos que se sume.- Agregó riéndose.
   Pero yo la miré fijo y comprobé que atrás de su risa había algo más. La solté y ella volvió a bailar con sus amigas y fui a buscar a Lean que seguía hablando de futbol con uno de los amigos de la facultad de Natalia. Le comenté que Nati se iba a venir a dormir a casa. “Y en el estado que está es lo mejor” me dijo él dándole poca importancia, pero rápido lo alejé del grupo y le pregunté si se acordaba de lo que habíamos hablado el lunes. Él me dijo que sí y enseguida entendió todo. Fui a buscar a Natalia, pero esta vez la agarré de la cintura y después de un beso en el cuello le dije un “¿Vamos amor?” muy sensual. Ella me dio un beso y poniendo cara de calentona me dijo que sí. Le guiñé un ojo a Lean y nos siguió unos pasos más atrás.

   Fuimos esas dos cuadras caminando abrazados y con Leandro siguiéndonos de cerca. Yo le tocaba la cola y ella no paraba de darme besos y de agradecerme por lo bien que me había portado esa noche. Sin disimulo alguno le metí un dedo entre las piernas y le apreté la conchita. Ella se paró en seco y me dijo un: “¡Emanuel!” me gritó como diciendo: “¿Qué haces?”, pero no pudo evitar una sonrisa culposa confesando que le había gustado. Volvimos a abrazarnos y seguimos caminando, Lean venía atrás cagándose de la risa. Yo estaba algo nervioso, después de todo estaba bastante sobrio, pero el manoseo que nos estábamos pegando con Nati me empezaba a calentar.
   Llegamos a casa y ella me pidió un vaso con agua por lo que fuimos a la cocina y se tomó de un sorbo el vaso entero. Lean se sentó en la mesa, mientras que nosotros nos paramos al lado de la mesada. Mis viejos dormían en la su pieza, por lo que intentamos no hacer ningún ruido, pero Natalia no podía mantenerse callada, y cada vez hablaba más fuerte. La besé con el fin de que se callara un poco. Ella me devolvió el beso y lo hizo de manera calentona y recorriendo todo mi cuerpo con sus manos. Sin previo aviso empezó a bajar su cabeza.
   Al principio me abrió un poco la camisa y me besó en el cuello, mucho labio y mucha lengua, síntomas de que no podía terminar bien. De a poco empezó a abrir los botones de la camisa y a bajar por el pecho de manera muy sensual. Leandro nos miraba fijo, con una sonrisa en la cara. Natalia terminó por arrodillarse frente a mí de a poco me fui abriendo el cierre, me bajó la bermuda y el bóxer de una y comenzó a chuparme la verga.
   Lo hacía muy acelerada, el alcohol la desinhibía por completo y hacia que no le importara nada, ni que uno de mis amigos estuviera mirando, ni que estuviéramos en la cocina de mi cada, ni que mis viejos pudieran aparecer en cualquier momento. Ella solo quería chuparme la verga. Me la agarró con su mano derecha y mientras me pajeaba la iba mamando como una fanática de la pija que era. Yo me apoyé contra la mesada y me dediqué a gozar. Natalia le pasaba la lengua por toda la verga como una loca y me chupaba todo como una desesperada. Se me estaba poniendo completamente dura y la calentura era lo único que sentía. Leandro seguía sentado mirando con una sonrisa, pero ahora se estaba tocando arriba del pantalón con una mano.
   Le hice una señal indicándole que viniera. Él me sonrió y se paró. Despacio se acercó a donde estábamos nosotros y una vez que estuvo al lado de nosotros se desabrochó el pantalón y se lo bajó para dejar al descubierto su pija de unos 16 centímetros que estaba bastante dura. Natalia se dio cuenta de lo que había pasado y mirándolo con una sonrisa de pícara se la agarró con la otra mano y se la metió en la boca. Ahora se la chupaba a él como una desesperada, como una loca, mientras a mi me pajeaba como podía. Después volvió a mi pija y se dedicó a pajearlo a él. Así estuvo un buen rato, cambiando cada unos segundos de verga en verga. Masturbándonos y mamándonos a los dos a la vez, mientras nosotros la mirábamos.
   Lean se agachó mientras ella me la seguía chupando y la fue desvistiendo. Primero le sacó al remera, después le bajó el jean y con un poco de complicaciones se lo terminó sacando, por último le desabrochó el corpiño. Se arrodilló atrás de ella y mientras seguía mamándome, él la abrazó y le empezó a manosear las tetas y a besar la espalda. Ella se fue excitando cada vez más.
   - Cogeme.- Le dijo a Leandro que no paraba de apoyarle la verga por atrás.
   Después de que se acomodaran un poco, ella arrodillada encima de él, Lean terminó metiéndole la pija en la conchita simplemente con correrle la bombacha a un costadito. Mientras tanto, yo seguía parado frente a los dos, con mi verga en la boca de ella. Los gemidos y grititos de placer no tardaron en llegar. Leandro movía su cintura hacia arriba y hacia abajo haciendo que su pija saliera y entrara de la concha de mi novia. Era una pose muy incómoda, pero parecía gustarles. Yo los miraba desde arriba, mientras ella me seguía haciendo un pete entre gemidos de placer.
   Leandro se levantó y volvió a pararse al lado de ella, que sin siquiera decirle se la empezó a chupar de nuevo. Yo aproveché para desvestirme y buscar un forro en la billetera que me lo puse mientras ella se la seguía mamando a mi amigo. Cuando estuve listo le pedí que se pusiera en cuatro en el piso. Ella obedeció y una vez que estuvo lista yo me arrodillé atrás y Lean se acostó adelante. Apenas se puso su pija en la boca, yo me la empecé a coger.
   Puse mis manos en su cintura y entré a cogérmela con ganas. Nati volvió a los gemidos que quedaban tapados por la verga que tenía en la boca. Leandro me miraba con una sonrisa inmensa en la cara, y yo se la devolví sabiendo que eso estaba haciendo muy feliz a mi novia. Pero lo mejor de todo es que me calentaba mucho lo que estaba viviendo. Le daba cada vez más duro, se la metía y se la sacaba casi por completo con muchas ganas y ella disfrutaba mientras tenía otra pija en la boca.
   Después de un rato él se paró y fue hasta su ropa y se puso un preservativo. Simplemente dándome un golpecito en el hombro se la saqué a mi novia y me paré dándole lugar a él que enseguida se la empezó a coger. Me quedé unos segundos parados viendo como él se la metía y se la sacaba como loco hasta que Nati emitió un leve “Vení” indicándome que me acueste como antes estaba Leandro. Así que tiré el preservativo a la mierda y me acosté delante de mi novia para que me la chupara mientras él se la cogía.
   - ¿Querés que te metamos las dos pijas a la vez?- Le preguntó Leandro acercándose al oído de ella después de un rato.
   - Sí.- Le contestó ella con vos de puta golosa.
   Él se acostó boca arriba y le dijo que se sentara. Ella se colocó sobre sus muslos y una vez que tuvo la pija adelante inclinó su cuerpo hacia adelante. Yo me agaché atrás de Nati y con un poco de dificultad le fui metiendo la verga en la concha, que ya tenía bastante llena. No pude. Así que decidí probar suerte por el culito. No lo tenía abierto, pero se lo había hecho tantas veces, que en cuestión de segundos mi verga ya estaba adentro. La pose era algo incómoda, pero mi pija sin forro entrando y saliendo de su culo era muy placentero. Natalia no paraba de gemir con cada movimiento que dábamos. Sus gritos ya no eran para nada disimulados.
   - ¡Ay sí!- Gemía cuando mi verga entraba por completo en su cola.- ¡Ay sí! ¡Cójanme! ¡Llénenme de leche!- Gritó desesperada.
   Enseguida me paré y me puse a un lado. Leandro levantó a Natalia y la acostó al lado suyo, se sacó el forro y parado entre sus piernas se empezó a pajear. Yo me arrodillé al lado de su cara e hice lo mismo que él. En cuestión de segundo Natalia estaba empapada en semen mío en su cara y de mi amigo en la panza. Todavía seguía exaltada, suspirando fuerte y gimiendo de placer mientras se tocaba la concha despacito, completamente cubierta de leche.
   Miré a Leandro que me guiñó un ojo y me sonrió. Lo había hecho, había tenido un trío con otro hombre y me había gustado. Escucharla gemir a Natalia de placer había sido demasiado excitante. Ahora tenía que dar un paso más y quería probar una orgía.


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2 comentarios - Un ganador. Capítulo 10

profezonasur +1
Comparto.
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Gracias por comentar y compartir
ellocoamor33
muy bueno van 5
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Gracias por comentar y por los puntos!