Hace unos años estaba pasando el rato en contactossex y le escribí a una pareja (no voy a poner el perfil, obviamente). En la descripción decía que no eran de Capital Federal, pero que viajaban seguido. Ambos rondaban los 55 años. No buscaban sexo frenético sino algo tranquilo, que pare mi era ideal.
No esperaba respuesta, pero respondieron. Estábamos cerca y arreglamos para vernos en un bar cerca de Plaza de Mayo. Cuando llegué ya estaban ahí. Eran mucho más atractivos de lo que imaginaba por las fotos que tenían, donde ni siquiera se veía el rostro. Luego de un rato charlando me preguntaron si quería ir al departamento. Un tanto nervioso dije que sí.
Caminamos unas cuatro cuadras hasta el departamento. Estaba prácticamente vacío. Tenían un living con dos sillones de un cuerpo y un colchón en el piso. Nada más. Besé suavemente a Annha. Se la notaba nerviosa, pero a la vez con ganas de seguir. Le desabotoné una blusa que tenía y me comenzó a tocar tímidamente entre las piernas y me puse duro al toque. Nunca había estado con una mujer de su edad y me encantaba la idea.
El marido sólo miraba, casi como en una suerte de ceremonia dejó un preservativo sobre cada silloncito y uno sobre el colchón. El mensaje estaba claro, aunque yo tampoco hubiera hecho nada sin preservativo. Había llevado los míos.
Le dije a Annha al oído que era muy atractiva. Se sonrojó y su respuesta fue arrodillarse despacio, sacar mi pija afuera y chuparla despacio. Casi tímidamente. El marido se iba sacando la ropa mientras miraba. Estaba clarísimo que disfrutaba viendo a su mujer con otro.
Annha y yo nos recostamos en el colchón y previa encapuchada la penetré. Estuvimos un rato en posición de misionero mientras Luis se masturbaba mirándonos. Annha me pidió que no fuera a acabar y me pidió dejar que Luis la penetre un rato. Obviamente dije que no había problema. Después de todo, era su marido.
Yo estaba muy caliente, nunca pensé que ver a una pareja coger así me podía calentar tanto. Entre ellos no usaban preservativo y eso me daba morbo también.
Cuando se notaba que les faltaba medianamente poco Luis me pidió que le acercar mi pija a la boca para que Annha pudiera chupármela un rato. Yo estaba que no podía más. Annha lo notó y me pidió que le acabara en las tetas. No pasaron dos segundos de haber terminado en uno de los pezones de ella para que Luis acabara en su abdomen.
Espero que les haya gustado el relato. Verídico, por cierto.
Si quieren dar puntos, bienvenidos, y sino me conformo con que lo hayan disfrutado.
No esperaba respuesta, pero respondieron. Estábamos cerca y arreglamos para vernos en un bar cerca de Plaza de Mayo. Cuando llegué ya estaban ahí. Eran mucho más atractivos de lo que imaginaba por las fotos que tenían, donde ni siquiera se veía el rostro. Luego de un rato charlando me preguntaron si quería ir al departamento. Un tanto nervioso dije que sí.
Caminamos unas cuatro cuadras hasta el departamento. Estaba prácticamente vacío. Tenían un living con dos sillones de un cuerpo y un colchón en el piso. Nada más. Besé suavemente a Annha. Se la notaba nerviosa, pero a la vez con ganas de seguir. Le desabotoné una blusa que tenía y me comenzó a tocar tímidamente entre las piernas y me puse duro al toque. Nunca había estado con una mujer de su edad y me encantaba la idea.
El marido sólo miraba, casi como en una suerte de ceremonia dejó un preservativo sobre cada silloncito y uno sobre el colchón. El mensaje estaba claro, aunque yo tampoco hubiera hecho nada sin preservativo. Había llevado los míos.
Le dije a Annha al oído que era muy atractiva. Se sonrojó y su respuesta fue arrodillarse despacio, sacar mi pija afuera y chuparla despacio. Casi tímidamente. El marido se iba sacando la ropa mientras miraba. Estaba clarísimo que disfrutaba viendo a su mujer con otro.
Annha y yo nos recostamos en el colchón y previa encapuchada la penetré. Estuvimos un rato en posición de misionero mientras Luis se masturbaba mirándonos. Annha me pidió que no fuera a acabar y me pidió dejar que Luis la penetre un rato. Obviamente dije que no había problema. Después de todo, era su marido.
Yo estaba muy caliente, nunca pensé que ver a una pareja coger así me podía calentar tanto. Entre ellos no usaban preservativo y eso me daba morbo también.
Cuando se notaba que les faltaba medianamente poco Luis me pidió que le acercar mi pija a la boca para que Annha pudiera chupármela un rato. Yo estaba que no podía más. Annha lo notó y me pidió que le acabara en las tetas. No pasaron dos segundos de haber terminado en uno de los pezones de ella para que Luis acabara en su abdomen.
Espero que les haya gustado el relato. Verídico, por cierto.
Si quieren dar puntos, bienvenidos, y sino me conformo con que lo hayan disfrutado.
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