Aclaracion: Todos los personajes involucrados en actos sexuales son mayores de edad. Con respecto a los demas, se reserva la informacion.
Puede contener lenguaje ofensivo y situaciones maduras (ademas de las sexuales)
Capitulo anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/2809086/La-semilla-inutil---Capitulo-14-Habla-jugador.html
Estaba sentado en la barra de una discoteca, tomando una jarra de cerveza en compañía de Patricia y de Caricia. Ellas tomaban conmigo y se turnaban para besarme.
- Luego de esto nos iremos a tirar -me dijo mi profesora.
- A mi no me deje afuera usted -dijo mi linda negra -, yo lo haré primero.
Trataba de apaciguarlas, diciéndoles que había Julián suficiente para las dos, cuando al extremo opuesto de la barra veo a alguien bastante conocida. Ella me vio y me dijo:
- Vaya, Juli. Necesitas a dos para olvidarme? Tu no eres así, no sirves para jugar.
«Olinda».
Me desperté de golpe, ahogando un grito.
- Oye, que te pasó.
Tardé unos instantes en situarme en el tiempo y espacio. Estaba con Patricia, en su cama. Cómo había llegado hasta su casa sin temer que llegase su esposo y cuánto tiempo estuve allí eran cuestiones de las que me preocuparía después.
- Te dormiste cinco minutos y ya tenías pesadillas, mi niño. Déjame relajarte.
Buscó mi verga entre las sábanas y empezó a corrérmela.
Decidí relajar a mi madura acompañante y también comencé a dedearla.
- Ohhhh, sí, mi niño. Que inteligente eres. He decidido que ya aprobaste, príncipe.
Nos masturbamos mutuamente, sentía como su vagina se mojaba: eso hizo que mi pene sufriera unas contracciones placenteras.
Para evitar mi alud seminal, le propuse ir a la ducha.
-Me parece una excelente idea, joven aprendiz. Vamos.
Desnudos y tomados de la mano, me guío hacia el baño. Como si de un dinosaurio cuello largo se tratara, mi miembro se balanceaba, feliz.
Jaboné su cuerpo maduro de forma meticulosa, poniendo especial atención en su concha y en su ano. Patricia hizo lo propio, con especial énfasis en mi miembro. Mientras la besaba, me susurró:
-Hazme la cola. Sabes como, no?
Usamos para la lubricación una crema bastante suave y de textura grasa. Empujé mi tronco entre sus glúteos muy despacio, aferrándome de sus caderas.
-Agárrate de mis tetas y empuja nomás.
Alumno obediente realice al pie de la letra lo solicitado por mi tutora. Patricia trataba de girar su rostro lo más que podía para besarme mientras mi boa tuerta se perdía en su recto.
-Ah, ahhh -gemía Patricia, feliz-, nunca me la habían metido por el culo. Sigue, pingón: destroza mí colita.
Embestía una y otra vez su celulítica retaguardia, mientras masajeaba sus pechos y ella se tocaba el clítoris.
-Más, más, dame más, ahhh- gritó mientras yo eyaculaba en el tramo final de su intestino grueso- Lléname, lléname por favor.
Mi miembro se deslizó fuera del santuario sodomita. Patricia se aseó la cola e insistió en lavar mi pene con un jabón líquido especial para zona íntima. Le di gusto y salí de la ducha con mi miembro desinfectado y muy fresco y limpio.
Mientras me secaba, Patricia se echó en su cama, desnuda. No me di cuenta más que cuando ya había pasado un minuto que mi profesora de pintura se estaba «viendo con Manuel» (no mi amigo, sino que se estaba masturbando vaginalmente). La sola visión de ese hermoso espectáculo envió un torrente sanguíneo hacia mi verga, resucitándola junto a mí deseo.
-De verme así… -empezó a decirme mientras me acomodaba entre sus muslos- qué te provoca hacerme?
Ya estuvo. Le encajé mi miembro en su concha mojadita.
- Oh oh oh oh...
Las embestidas eran fuertes y hacía que la cama se sacudiera como si hubiera un cataclismo.
- Es hora de que me llenes, amor -me dijo.
Había recuperado el control sobre mi cuerpo. No tardé en complacerla: drenaba mi frenesí en el interior de Patricia cuando una patada en la puerta la abrió y en el umbral de la misma vi a alguien.
«Otra vez no, pensé. Es su marido?»
- Quien es ese? -la voz era un chillido, difícilmente era la de un hombre. Busqué mis lentes para ver a qué me enfrentaba (si no mencioné antes que soy miope, ya pueden hacerse una idea de mi estampa).
- Mi invitado -le dijo Patricia -, cómo se te ocurre entrar al cuarto de tu madre de esa manera?
- Y el respeto a la casa? -dijo el muchacho (ya tenía mis lentes) - Y mi papá?
No, sí ya me lo había comentado Olinda: «es un ganso terrible, Juli».
- Trabajando. Ahora retirate, este espacio es personal.
Se marchó dando un portazo. Viejo zorro en estas lides, me levanté y empecé a vestirme.
- Será mejor ponerme mi ropa. Ya me voy.
- Espera, voy contigo.
No me llevaba la contra, como Lakshmi. En cinco minutos ganamos la calle y caminamos por los parques que bordean el malecón del distrito de San Miguel.
- La próxima semana empiezan los finales. -me dijo - Está demás decir que has aprobado, pero quería que lo supieras. He enviado tu registro por anticipado.
Le agradecí, pero luego cambié al tema que me interesaba.
- Ése sí es un gran problema -me confió -: Adam es débil e inmaduro. Se quejaba de todo siempre. Un día me lo mandaron borracho como una cuba, lloraba y me contaba algo de una tal Olinda no se qué.
Lo cual confirmaba lo que mi amazona me contó.
- Hace poco le hacía la corte a una chica..., Linda, Laura?
- Lakshmi -, le corregí.
- Esa. Me confesó que tenía cólera, que estaba tratando de quitarsela a un tipo, pero que aún así ella no lo dejaba y hasta se acostaba con él. Eso lo frustraba mucho.
Le dije que ese tipo era yo. Se rió, pero sin mucha gana.
- O sea que el destino hizo que te vengaras. Ella, si mal no recuerdo, había sido su novia antes. Que joyita es la muchachita.
Le confesé que no tenía ganas de vengarme, que Adam más bien me había hecho un favor.
- Habías resultado castigador, Julián -luego se puso seria -. Me puedo divorciar del impotente de mierda, pero no puedo divorciarme de mis hijos. Adam te debe odiar, más que antes. Y mi hija también, una vez que le vaya con el chisme. Creo que aquí se acaba nuestra aventura.
Estuve de acuerdo y se lo hice saber. Me dijo que me extrañaría, pero no mucho.
Me echó los brazos al cuello y me besó por última vez.
- Aprobado - me dijo-, estaré el día de tu graduación. Es una promesa.
La vi alejarse: era una buena mujer.
Pero antes de ser una buena mujer, tenía también que ser una buena madre.
Continuará...
...
Mil disculpas por el retraso considerable de "La semilla...": estuve atravesando por un proceso viral (nada relacionado a infecciones sexuales, aclaro) y ya me encuentro reestablecido.
Julian, al parecer, no le guardo nunca rencor a Adam..., sin embargo el destino hizo que se tirara a la madre de este ultimo no una, sino muchas veces: hasta le rompio el culo, con creampie incluido! Karma, le dicen.
Moraleja: no quieran pasarse de astutos nunca jamas...
El proximo capitulo (que subire en breves instantes) llevara por titulo "Y no era una actuacion". Esperen unos minutos :v
Puede contener lenguaje ofensivo y situaciones maduras (ademas de las sexuales)
Capitulo anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/2809086/La-semilla-inutil---Capitulo-14-Habla-jugador.html
Estaba sentado en la barra de una discoteca, tomando una jarra de cerveza en compañía de Patricia y de Caricia. Ellas tomaban conmigo y se turnaban para besarme.
- Luego de esto nos iremos a tirar -me dijo mi profesora.
- A mi no me deje afuera usted -dijo mi linda negra -, yo lo haré primero.
Trataba de apaciguarlas, diciéndoles que había Julián suficiente para las dos, cuando al extremo opuesto de la barra veo a alguien bastante conocida. Ella me vio y me dijo:
- Vaya, Juli. Necesitas a dos para olvidarme? Tu no eres así, no sirves para jugar.
«Olinda».
Me desperté de golpe, ahogando un grito.
- Oye, que te pasó.
Tardé unos instantes en situarme en el tiempo y espacio. Estaba con Patricia, en su cama. Cómo había llegado hasta su casa sin temer que llegase su esposo y cuánto tiempo estuve allí eran cuestiones de las que me preocuparía después.
- Te dormiste cinco minutos y ya tenías pesadillas, mi niño. Déjame relajarte.
Buscó mi verga entre las sábanas y empezó a corrérmela.
Decidí relajar a mi madura acompañante y también comencé a dedearla.
- Ohhhh, sí, mi niño. Que inteligente eres. He decidido que ya aprobaste, príncipe.
Nos masturbamos mutuamente, sentía como su vagina se mojaba: eso hizo que mi pene sufriera unas contracciones placenteras.
Para evitar mi alud seminal, le propuse ir a la ducha.
-Me parece una excelente idea, joven aprendiz. Vamos.
Desnudos y tomados de la mano, me guío hacia el baño. Como si de un dinosaurio cuello largo se tratara, mi miembro se balanceaba, feliz.
Jaboné su cuerpo maduro de forma meticulosa, poniendo especial atención en su concha y en su ano. Patricia hizo lo propio, con especial énfasis en mi miembro. Mientras la besaba, me susurró:
-Hazme la cola. Sabes como, no?
Usamos para la lubricación una crema bastante suave y de textura grasa. Empujé mi tronco entre sus glúteos muy despacio, aferrándome de sus caderas.
-Agárrate de mis tetas y empuja nomás.
Alumno obediente realice al pie de la letra lo solicitado por mi tutora. Patricia trataba de girar su rostro lo más que podía para besarme mientras mi boa tuerta se perdía en su recto.
-Ah, ahhh -gemía Patricia, feliz-, nunca me la habían metido por el culo. Sigue, pingón: destroza mí colita.
Embestía una y otra vez su celulítica retaguardia, mientras masajeaba sus pechos y ella se tocaba el clítoris.
-Más, más, dame más, ahhh- gritó mientras yo eyaculaba en el tramo final de su intestino grueso- Lléname, lléname por favor.
Mi miembro se deslizó fuera del santuario sodomita. Patricia se aseó la cola e insistió en lavar mi pene con un jabón líquido especial para zona íntima. Le di gusto y salí de la ducha con mi miembro desinfectado y muy fresco y limpio.
Mientras me secaba, Patricia se echó en su cama, desnuda. No me di cuenta más que cuando ya había pasado un minuto que mi profesora de pintura se estaba «viendo con Manuel» (no mi amigo, sino que se estaba masturbando vaginalmente). La sola visión de ese hermoso espectáculo envió un torrente sanguíneo hacia mi verga, resucitándola junto a mí deseo.
-De verme así… -empezó a decirme mientras me acomodaba entre sus muslos- qué te provoca hacerme?
Ya estuvo. Le encajé mi miembro en su concha mojadita.
- Oh oh oh oh...
Las embestidas eran fuertes y hacía que la cama se sacudiera como si hubiera un cataclismo.
- Es hora de que me llenes, amor -me dijo.
Había recuperado el control sobre mi cuerpo. No tardé en complacerla: drenaba mi frenesí en el interior de Patricia cuando una patada en la puerta la abrió y en el umbral de la misma vi a alguien.
«Otra vez no, pensé. Es su marido?»
- Quien es ese? -la voz era un chillido, difícilmente era la de un hombre. Busqué mis lentes para ver a qué me enfrentaba (si no mencioné antes que soy miope, ya pueden hacerse una idea de mi estampa).
- Mi invitado -le dijo Patricia -, cómo se te ocurre entrar al cuarto de tu madre de esa manera?
- Y el respeto a la casa? -dijo el muchacho (ya tenía mis lentes) - Y mi papá?
No, sí ya me lo había comentado Olinda: «es un ganso terrible, Juli».
- Trabajando. Ahora retirate, este espacio es personal.
Se marchó dando un portazo. Viejo zorro en estas lides, me levanté y empecé a vestirme.
- Será mejor ponerme mi ropa. Ya me voy.
- Espera, voy contigo.
No me llevaba la contra, como Lakshmi. En cinco minutos ganamos la calle y caminamos por los parques que bordean el malecón del distrito de San Miguel.
- La próxima semana empiezan los finales. -me dijo - Está demás decir que has aprobado, pero quería que lo supieras. He enviado tu registro por anticipado.
Le agradecí, pero luego cambié al tema que me interesaba.
- Ése sí es un gran problema -me confió -: Adam es débil e inmaduro. Se quejaba de todo siempre. Un día me lo mandaron borracho como una cuba, lloraba y me contaba algo de una tal Olinda no se qué.
Lo cual confirmaba lo que mi amazona me contó.
- Hace poco le hacía la corte a una chica..., Linda, Laura?
- Lakshmi -, le corregí.
- Esa. Me confesó que tenía cólera, que estaba tratando de quitarsela a un tipo, pero que aún así ella no lo dejaba y hasta se acostaba con él. Eso lo frustraba mucho.
Le dije que ese tipo era yo. Se rió, pero sin mucha gana.
- O sea que el destino hizo que te vengaras. Ella, si mal no recuerdo, había sido su novia antes. Que joyita es la muchachita.
Le confesé que no tenía ganas de vengarme, que Adam más bien me había hecho un favor.
- Habías resultado castigador, Julián -luego se puso seria -. Me puedo divorciar del impotente de mierda, pero no puedo divorciarme de mis hijos. Adam te debe odiar, más que antes. Y mi hija también, una vez que le vaya con el chisme. Creo que aquí se acaba nuestra aventura.
Estuve de acuerdo y se lo hice saber. Me dijo que me extrañaría, pero no mucho.
Me echó los brazos al cuello y me besó por última vez.
- Aprobado - me dijo-, estaré el día de tu graduación. Es una promesa.
La vi alejarse: era una buena mujer.
Pero antes de ser una buena mujer, tenía también que ser una buena madre.
Continuará...
...
Mil disculpas por el retraso considerable de "La semilla...": estuve atravesando por un proceso viral (nada relacionado a infecciones sexuales, aclaro) y ya me encuentro reestablecido.
Julian, al parecer, no le guardo nunca rencor a Adam..., sin embargo el destino hizo que se tirara a la madre de este ultimo no una, sino muchas veces: hasta le rompio el culo, con creampie incluido! Karma, le dicen.
Moraleja: no quieran pasarse de astutos nunca jamas...
El proximo capitulo (que subire en breves instantes) llevara por titulo "Y no era una actuacion". Esperen unos minutos :v
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