Verano, calor, graduaciones en la ciudad que se ponen a full.
Conseguimos entradas 'gratis' (vale decir, robadas por una amiga que trabajaba en la barra de tragos), genial, nos ahorraba 400 mangos a cada una.
La fiesta era en un salón enorme, había tantas personas que apenas se podía caminar. Estaba sola, parada en la barra, esperando para que me dieran Champagne. El barman me sonreía como si supiera algo, yo lo miraba pensando 'que le pasa a este boludo?'
Se acerca y me susurra - El chico de allá te manda esto - y me entrega una jarra de Champagne con speed.
-Pero si es gratis de todas formas! - le digo, aunque me causa gracia el gesto del pibe. Miro a la esquina de la barra y ahí estaba parado. Ya lo conocía, iba a un año más que yo en la facultad, la verdad se partía en dos millones de pedazos, pero por lo que sabía tenía novia, por eso nunca me había acercado.
Jugador de rugby, 1,80 mts, rubio, ojos claros. Generalmente los rubios no me van, pero este era especial. Y mi tip favorito, como todo jugador de rugby: un buen culo.
Me acerqué.
-Así que andas regalando tragos, que son gratis, por si no sabías- le medio grité por arriba de la música.
- Por vos tenía que hacer algo especial - me dijo, y se rió - Sos Sara, no? Amiga de la Colo -
Así que me conocía...
- Si, y vos Nico, si no me equivoco - me hice la boluda, me acerqué un poco a su oído y le rocé el lóbulo de la oreja con los labios mientras le decía - Perdí a mis amigas, me acompañás a buscarlas?-
Me aseguré de que mi cara pasara muy cerca de la de él cuando volví a mirarlo. No dudó en acompañarme.
Lo tomé de la mano y lo llevé entre la gente, moviéndome al ritmo de la música, siguiendo los movimientos de los demás para pasar con más facilidad. En un momento quedamos tan apretados que mi mano agarrada a la de él quedó entre la bragueta de su jean y el volado de mi vestido, podía sentir sus nudillos rozando la piel del cachete izquierdo de mi cola y sentía su respiración, acalorada por el amontonamiento cerca del cuello.
Estiró un dedo de la mano que tenía agarrada a la mía y lo pasó por la línea que separa el glúteo de la pierna, despacito. Yo contuve la respiración unos segundos, retrocedí un poco y sentí como repetía el movimiento. Eso me estaba gustando, retrocedí un poco más para quedar pegada a él. Me soltó la mano y recorrió por debajo del vestido desde mis gluteos, hacia adelante, hasta la cintura de mi tanga por delante, metiendo los dedos por debajo del elástico de ésta. A la vez, sentía como la entrepierna de su jean se hinchaba contra mi cola, así que empecé a moverme frotándosela contra mi cuerpo, fingiendo que bailaba para pasar desapercibidos.
Me giré y quedamos de frente, muy cerca, sentíamos uno la respiración del otro sobre la boca.
-Me parece que tus amigas no andan por acá- me dijo
-Parece que no- esbocé una media sonris, le hablaba a 1 mm de sus labios -Podríamos probar buscar por allá - le señalé el espacio atrás del escenario, donde estaba tocando una banda. Estaba oscuro, ahí atrás no nos iba a ver nadie.
Cuando llegamos ahí atrás me apoyé contra la pared y lo agarré del pasa cintos del jean, lo traje lo más pegado a mi que pude, comenzamos a besarnos: los labios, la línea de la mandíbula, mordisquitos en los lóbulos de las orejas, me estaba calentando demasiado, sentía como de a poco empezaba a mojarme, mientras su erección crecía y apretaba cada vez más contra mi.
Bajé la mano y comencé a frotarle la pija por encima del pantalón, luego metí un par de dedos por la cintura del jean y el boxer y le rocé la punta. Desprendí el botón para tener mejor acceso, ahí pude agarrarla casi con la mano entera, se sentía ancha, dura y bastante grande. 'Bingo', pensé.
Saqué la mano y comencé a besarlo de nuevo. Él metió las dos manos por debajo de la falda del vestido, uno de cada lado, con las manos sobre mis caderas e introdujo los dos pulgares por debajo del elástico de la tanga otra vez, esta vez por delante, los pasó por los labios de mi conchita, que ya estaba muy mojada. Con uno de los pulgares masajeaba mi clítoris, con el otro subía y bajaba por la línea entre los labios vaginales. Mi respiración acelerada golpeaba contra sus labios, iba a hacer que terminara ahí nomás, me estaba volviendo loca.
-Vamos a mi casa, ahora - prácticamente se lo ordené. Por suerte vivía a sólo un par de cuadras de ahí.
To be continued...
(Lamento tener que dejarlo acá por ahora, prometo terminarlo mañana, se hace muy largo)
Próx. post Verano pasado (parte II)
Conseguimos entradas 'gratis' (vale decir, robadas por una amiga que trabajaba en la barra de tragos), genial, nos ahorraba 400 mangos a cada una.
La fiesta era en un salón enorme, había tantas personas que apenas se podía caminar. Estaba sola, parada en la barra, esperando para que me dieran Champagne. El barman me sonreía como si supiera algo, yo lo miraba pensando 'que le pasa a este boludo?'
Se acerca y me susurra - El chico de allá te manda esto - y me entrega una jarra de Champagne con speed.
-Pero si es gratis de todas formas! - le digo, aunque me causa gracia el gesto del pibe. Miro a la esquina de la barra y ahí estaba parado. Ya lo conocía, iba a un año más que yo en la facultad, la verdad se partía en dos millones de pedazos, pero por lo que sabía tenía novia, por eso nunca me había acercado.
Jugador de rugby, 1,80 mts, rubio, ojos claros. Generalmente los rubios no me van, pero este era especial. Y mi tip favorito, como todo jugador de rugby: un buen culo.
Me acerqué.
-Así que andas regalando tragos, que son gratis, por si no sabías- le medio grité por arriba de la música.
- Por vos tenía que hacer algo especial - me dijo, y se rió - Sos Sara, no? Amiga de la Colo -
Así que me conocía...
- Si, y vos Nico, si no me equivoco - me hice la boluda, me acerqué un poco a su oído y le rocé el lóbulo de la oreja con los labios mientras le decía - Perdí a mis amigas, me acompañás a buscarlas?-
Me aseguré de que mi cara pasara muy cerca de la de él cuando volví a mirarlo. No dudó en acompañarme.
Lo tomé de la mano y lo llevé entre la gente, moviéndome al ritmo de la música, siguiendo los movimientos de los demás para pasar con más facilidad. En un momento quedamos tan apretados que mi mano agarrada a la de él quedó entre la bragueta de su jean y el volado de mi vestido, podía sentir sus nudillos rozando la piel del cachete izquierdo de mi cola y sentía su respiración, acalorada por el amontonamiento cerca del cuello.
Estiró un dedo de la mano que tenía agarrada a la mía y lo pasó por la línea que separa el glúteo de la pierna, despacito. Yo contuve la respiración unos segundos, retrocedí un poco y sentí como repetía el movimiento. Eso me estaba gustando, retrocedí un poco más para quedar pegada a él. Me soltó la mano y recorrió por debajo del vestido desde mis gluteos, hacia adelante, hasta la cintura de mi tanga por delante, metiendo los dedos por debajo del elástico de ésta. A la vez, sentía como la entrepierna de su jean se hinchaba contra mi cola, así que empecé a moverme frotándosela contra mi cuerpo, fingiendo que bailaba para pasar desapercibidos.
Me giré y quedamos de frente, muy cerca, sentíamos uno la respiración del otro sobre la boca.
-Me parece que tus amigas no andan por acá- me dijo
-Parece que no- esbocé una media sonris, le hablaba a 1 mm de sus labios -Podríamos probar buscar por allá - le señalé el espacio atrás del escenario, donde estaba tocando una banda. Estaba oscuro, ahí atrás no nos iba a ver nadie.
Cuando llegamos ahí atrás me apoyé contra la pared y lo agarré del pasa cintos del jean, lo traje lo más pegado a mi que pude, comenzamos a besarnos: los labios, la línea de la mandíbula, mordisquitos en los lóbulos de las orejas, me estaba calentando demasiado, sentía como de a poco empezaba a mojarme, mientras su erección crecía y apretaba cada vez más contra mi.
Bajé la mano y comencé a frotarle la pija por encima del pantalón, luego metí un par de dedos por la cintura del jean y el boxer y le rocé la punta. Desprendí el botón para tener mejor acceso, ahí pude agarrarla casi con la mano entera, se sentía ancha, dura y bastante grande. 'Bingo', pensé.
Saqué la mano y comencé a besarlo de nuevo. Él metió las dos manos por debajo de la falda del vestido, uno de cada lado, con las manos sobre mis caderas e introdujo los dos pulgares por debajo del elástico de la tanga otra vez, esta vez por delante, los pasó por los labios de mi conchita, que ya estaba muy mojada. Con uno de los pulgares masajeaba mi clítoris, con el otro subía y bajaba por la línea entre los labios vaginales. Mi respiración acelerada golpeaba contra sus labios, iba a hacer que terminara ahí nomás, me estaba volviendo loca.
-Vamos a mi casa, ahora - prácticamente se lo ordené. Por suerte vivía a sólo un par de cuadras de ahí.
To be continued...
(Lamento tener que dejarlo acá por ahora, prometo terminarlo mañana, se hace muy largo)
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2 comentarios - Verano pasado (parte I)