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Iniciación ( 2da. Parte)

Un buen día al revisar la correspondencia, encuentro una carta con el sello de mi escuela secundaria. Habían pasado 20 años desde que había finalizado mis estudios en ese establecimiento. En la nota se me informaba que en un par de semanas se había organizado una reunión de ex-alumnos de mi promoción, a la que podíamos asistir con nuestras parejas.
Me senté y recordé mis años de estudiante, y a cada uno de mis compañeros. Por supuesto, el lugar de honor lo ocupaba Norita. Cuando terminé mis estudios no volví a saber de ella.
Faltaban un par de semanas para el encuentro, así que lo agendé y seguí con mis ocupaciones habituales. Pero a medida que se acercaba el día, la ansiedad me iba ganando.
Mi pareja del momento no tenía muchas ganas de acompañarme, pero al final aceptó y esa noche los dos ingresamos al salón donde se realizaría la reunión.
Apenas llegar me crucé con varios ex-compañeros, a los que saludé muy contento, y por supuesto recordamos algunas de las travesuras que habíamos hecho hacía 20 años. Cuanto tiempo.
Por fin, en una mesa en el fondo del salón, la vi. Nora, tan hermosa como siempre, y ahora con la belleza de la madurez, además, estaba sentada en una mesa, con un hombre al lado que imaginé que sería su esposo, cosa que confirmé de inmediato.
Nos acercamos a saludarla y en su rostro vi la alegría del reencuentro. Seguramente ella también estaba recordando aquellos momentos especiales que habíamos pasado.
Me besó en la mejilla, le presenté a mi novia, Lucía, y ella luego de saludarla muy amablemente me presentó a su esposo.
- Lucas, te presento a Mauri, uno de mis compañeros mas cercanos, dijo dirigiéndose al hombre, Mauri, mi esposo, Lucas.
Nos saludamos con mucha amabilidad y Lucas nos invitó a sentarnos y compartir la mesa con ellos, cosa que hicimos.
De inmediato empezamos a hablar de los años transcurridos. Nora se había casado hacía 10 años y tenía dos hijos pequeños que hoy estaban con los abuelos. Yo por mi parte, confesé que no me había casado y que hacía un año que salía con mi actual pareja.
Cenamos y bebimos, en un ambiente de distendida camaradería, pero en medio de las charlas, muchas veces me sorprendí buscando los ojos de Nora, y siempre que los encontré estaban clavados en los míos, para de inmediato girar su mirada hacia otro lado.
Cuando salimos a bailar, Lucía, con el instinto que todas las mujeres tienen, lo mencionó.
- ¿ Qué tuviste con Nora en la escuela? Preguntó sin anestesia.
- Nada, contesté sorprendido, ¿Por?
- Por la forma en que se miran. Si no han tenido nada, me parece que ambos se quedaron con las ganas.
- Me parece que inventas.
- Mauri, no te burles. Nora te está desnudando con la mirada desde que llegamos. Hay cosas que a las mujeres no nos engaña y máxime cuando tenemos adelante una perra que se quiere quedar con nuestro hombre.
- Pero está casada, dije como pobre excusa.
- Ok. El problema será de su esposo, me imagino.
- Estás exagerando.
- Mauri, sabes que nuestra relación es abierta. Si te la quieres tirar, no hay problema, pero trata de que nadie se entere. No quiero quedar como una idiota, dijo mientras seguía bailando.
Luego del baile las mujeres fueron al baño y me quedé charlando con Lucas. Al rato volvieron y noté que el rostro de Nora estaba sonrojado. Lucas, por supuesto no notó nada. Volvimos a bailar y entonces le pregunté a Lucía que había pasado en el baño.
Se rió muy alegre.
- Nada Mauri. Simplemente aclaramos las cosas.
- Lucía, no me asustes.
- No te asustes bobo, tu sabes que me gustan las cosas claras.
- ¿ Qué hablaron? Pregunté mientras me temblaban las piernas.
- Le dije que eras mi pareja, y que entendía las asignaturas pendientes que podían quedar en la secundaria.
Sentí que el piso se movía bajo mis pies.
- ¡ cómo pudiste!
- Fue fácil. Además al principio se ofendió, pero cuando se dio cuenta de que mi ánimo no era de pelea, se fue tranquilizando. Hasta que llegamos a un acuerdo.
- Temo preguntar cual fue ese acuerdo, dije temblando.
- No temas. Te va a encantar. Ella me contó lo que tú no te animaste, por aquello de que hay mas intimidad entre las mujeres. Le dije que la entendía y que esta noche de reencuentro yo no iba a ser un obstáculo, siempre que todo quedara aquí y ahora. Y que si luego me enteraba que la cosa seguía, entonces el escándalo sería de película.
- No entiendo, dije
- Porque eres muy tonto, Mauri. La cuestión queda así. Si te la puedes tirar esta noche está todo bien, Yo no diré nada. Pero si se hace costumbre, entonces tendré que hablar con Lucas y el cuadro no será muy alentador para esa familia.
- ¿ Cómo crees que me la voy a tirar esta noche?
- Ese es el problema de Uds. Yo puedo darle conversación a Lucas un rato, pero el resto lo tendrán que resolver Uds. Y espero que alguna vez lo hagas conmigo si paso por la misma situación. Ahora empieza a pensar como armar un plan.
Volvimos a la mesa y yo temblaba. Cuando miré a Nora, su mirada lo dijo todo. Estaba esperando que yo hiciera mi movida, y la verdad no sabía que hacer, así que una vez en la mesa, mientras los demás conversaban y Nora me miraba de reojo, pensé en una solución. Aunque todo fue mas facil.
Al rato, por los parlantes, pidieron a todos los egresados que se reunieran en el centro de la pista, y allí fuimos con Nora.
Una vez que estuvimos allí, nos invitaron a ir todos juntos hasta la escuela que estaba a unas pocas cuadras del salón, y una vez allí recorrerla todos juntos recordando los viejos tiempos. Nos miramos de inmediato con Nora, y nuestras miradas no necesitaban palabras.
Saludó con una mano a Lucas y yo hice lo propio con Lucía, quien sonrió con sarcasmo. Sabía lo que iba a pasar.
Cuando salimos, la tomé del brazo y la fui deteniendo para quedarnos al final de la fila, y cuando conseguimos retrasarnos, la llevé hacia el estacionamiento. Abrí mi auto y subimos en el asiento trasero.
El lugar estaba oscuro y los vidrios polarizados nos daban una total intimidad. Apenas cerré la puerta nos arrojamos uno en brazo del otro, con desesperación.
- Desde que supe de la reunión esperaba este momento, dijo Nora mientras nos besábamos.
- Yo también, contesté entre beso y beso.
Los dos estabamos acelerados. Sabíamos que no íbamos a tener mucho tiempo. En cuestión de minutos, me había sacado el pantalón y ella había abierto su camisa y desabrochado su corpiño, dejando a la vista esas hermosas tetas que tanto me habían gustado. Cuando mi boca las buscó y comenzó a chuparlas, su mano tomo posesión de mi verga y comenzó a masturbarla con desesperación.
Necesitaba poseerla. No podía esperar mas. Mi mano buscó su sexo y se encontró con que estaba mojado y dispuesto. Cuando corrí su bombacha y mis dedos juguetearon con sus labios, comenzó a suspirar con desesperación.
- Espera, espera, me dijo, y cuando la dejé un momento, se sacó su bombacha y levantó su vestido de fiesta. Cruzó una pierna sobre mi cuerpo y dirigiendo mi verga con una mano, se dejó caer hasta empalarse por completo.
- Ahhhh, fue todo lo que alcancé a decir cuando esa cueva ardiente envolvió mi vara. Parecía que la había metido en un horno. La sensación era maravillosa. Cuando la tuvo bien adentro comenzó a cabalgarme con desesperación. Tardó apenas unos minutos en estar al borde del orgasmo, y yo recordé que no había tenido tiempo de ponerme un condón. Comencé a esforzarme para no acabar, mientras ella se acercaba cada vez mas al clímax. Me dí cuenta que no iba a poder controlarme.
- Por favor, espera, dejame que me ponga un condón, supliqué.
- No te preocupes que no es como antes. Me cuido así que espero sentir el calor de tu leche como no pude la otra vez, me dijo sin dejar de cabalgarme, y acelerando a punto de acabar.
Por fin, se clavó hasta el fondo, sus piernas se tensaron, sus manos tiraron mis cabellos y por un momento dejó de respirar, quedando así, en el aire, en tensión.
Comenzó a suspirar y gemir, hasta que por fin estalló en un alarido, que me apresuré a cubrir con mi boca, mientras sentía que mi semen subía por el tronco de mi verga y estallaba dentro de su cuerpo
- Ahhhh, te siento, siento tu leche caliente, damela toda, toda, toda, dijo entre dientes ya que yo seguía besándola para evitar que sus gritos fueran oídos fuera del auto.
Despacio, recuperamos la respiración y la calma. Lentamente desmontó y con su bombacha fue recogiendo el semen que brotaba de su cuerpo.
Había sido hermoso, pero ninguno de los dos estábamos satisfechos. Sabíamos que nos debíamos una noche completa de placer. Vimos que nuestros compañeros empezaban a regresar de la escuela, y ella, luego de besarme, me pidió mi teléfono. Cargó en el su número y su correo electrónico, y se acomodó la ropa, para luego pasar adelante, y en el espejo arreglarse nuevamente. Yo también me vestí y salí del auto. Cuando ella bajó me dio un beso muy caliente.
- Tenemos que arreglar, para vernos, aunque sea una vez mas, pero sin prisa ninguna, me dijo al oído.
- Estoy de acuerdo. Dime en que horario puedo llamarte.
- Por la tarde estoy sola en casa todos los días. Entre las 15 y las 18. Llámame y vamos a combinar un encuentro, me dijo, mientras se iba para unirse con los compañeros que regresaban.
Yo esperé a otro grupo y me uní a ellos. Entré a la fiesta y fui a la mesa donde los tres ya estaban sentados.
- ¿ Que tal la pasaste? Preguntó Lucía cargada de doble intención.
- Fue interesante.
- ¿ Revivieron viejas épocas? Preguntó y Nora se apresuró a apurar una copa de champagne para esconder su rostro que estaba colorado. Su marido miraba el salón y nada percibió de lo que estaba pasando.
Un rato después nos despedimos y nos fuimos. Apenas salimos Lucía me tomó del brazo.
- No voy a preguntarte nada, pero me imagino. Solo espero que haya quedado algo para mí, dijo sonriendo.
- Te equivocas, dije, no ha pasado nada.
Llegamos al auto y nos fuimos al departamento de Lucía.
Cuando iba a bajar, Lucía me detuvo.
- No Mauri, es mejor que descanses. Esta noche ya has tenido suficiente. Mañana te llamo.
- Pero Lucía.....
- No te preocupes, yo también necesito descansar. Me dio un beso y descendió del auto.
Yo no entendía nada. Quise arrancar y ella me detuvo. Dio la vuelta y se paró frente a la ventanilla de mi lado.
- Si vas a mentir, al menos cuida el detalle de esconder la bombacha de Nora que quedó en el asiento trasero. Me di vuelta y efectivamente allí estaba, y a simple vista se veía pringosa de semen.
Lucía entró a su departamento y yo me fui. Por supuesto , jamás volvió a llamarme.

2 comentarios - Iniciación ( 2da. Parte)

kramalo
al final, Mauri quiso hacerte el dandy y la novia lo madrugo toda la noche..ja!! muy bueno..!!