PRIMERA PARTE: LA INICIACIÓN FUE CON AURA
Es sábado en la mañana. Nuevamente un aburrido fin de semana en aquel agujero de tiempo conocido como Ciudadtele. Llego temprano, soy el primero en llegar como casi siempre. Saco un café de la máquina y subo a adelantar el trabajo, con poca actitud, quizás con desidia y pereza pero lo hago.
Tirando mi mochila al suelo y dejándome caer sobre una silla inicio prendiendo los equipos. Me paro forzosamente para revisar quiénes tenían que trabajar ese fin de semana. Luego de revisar la lista tomo una corta pausa para ir al baño y en el camino me encuentro a Aura; ella no estaba en la lista. Se detiene a saludarme y le pregunto por qué está allí ese fin de semana. Aura deja de lado, por primera vez, su habitual tono gruñón y altanero y me dice que le han avisado a última hora que debe hacer el reemplazo de un compañero enfermo.
Una vez que salgo del baño me encuentro de nuevo a Aura. Está recostada en el marco de la puerta, me llama y me hace detener. Me pide el favor de que le prepare un café.
Tomé la orden de muy mala gana. Evidentemente Aura lo ha notado y me llama nuevamente. Supuse que para reprochármelo. Di la vuelta y me quedé quieto, esperando un alarido, de esos que suelta cuando está de mal humor. Sin embargo se quedó callada y se fue acercando a mí hasta detenerse muy cerca mío. Cuando quedamos muy cerca, sin pensárselo dos veces me arroja su cara y me come la boca.
Aura es una mujer delgada, bastante delgada para muchos; su piel es blanca y no tiene grandes atributos Para su edad no está mal, en su cara apenas se observan un par de arrugas cerca de las comisuras labiales. Tiene ojos negros y una nariz fina. Sus senos, a pesar de no ser muy grandes, son bastantes paraditos. Esa mañana de sábado lleva puesto un jean clásico y una blusa blanca muy ajustada. Sus pequeños pero provocativos senos destacan en punta con esa blusa. Contrastan a la perfección con su muy marcado abdomen.
Una vez que la estoy besando me olvido de dónde estoy. Deslizo mi mano desde la parte de atrás de su cabeza, voy bajando por su espalda y poco a poco bajo mi mano hasta sus nalgas. No son enormes, es un culo normal, ni muy pequeño ni muy grande; lo suficiente para agarrarlo y disfrutarlo. Mientras tanto con mi otra mano rodeo su cintura.
Aura se detiene, separa sus labios de los míos. Me agarra la cabeza por atrás y me mira fijamente. Me dice “no vas a creer lo que vamos a hacer”. Sin darme un segundo para reaccionar, me toma de una mano y me mete abruptamente en el baño. Apenas cruzamos la puerta empieza a besarme y de a poco a empujarme para que entremos a un cubículo. Cierra fuertemente la puerta e inmediatamente se desabotona el pantalón, se lo quita con gran prisa. Es la primera vez que veo bien las piernas de Ana ya que normalmente usa faldas largas o pantalones. Son delgadas y bien bronceadas. Lleva puesta una linda tanga blanca.
Mientras la beso le toco por encima de la braga. Le acaricio muy despacio. Ella aprovecha y me quita el cinturón, sin ninguna pena ni remordimiento mete su mano debajo de mi bóxer y empieza a acariciarme. Duramos así un par de minutos, luego Aura se detuvo y me pidió que le besara la concha. Sin meditarlo ni un instante bajé mi cabeza, corrí su tanga hacia un costado y me di tarea a darle placer con mi lengua. Ya se sentía algo mojada y caliente esa linda vagina. Parecía que Aura lo disfrutaba mucho , mientras yo jugaba con mi lengua y sus labios, Aurita reclinaba su cabeza, quedaba mirando hacia el techo; con mucha excitación pero buscando no hacer ruido me pedía que no me detuviera.
Por supuesto que yo ya estaba muy caliente, no podía esperar más el momento de sentir a Aurita en toda mi humanidad. Además debía tener en cuenta que tenía que apurarme, mis compañeros y el productor no tardarían en llegar si es que no lo habían hecho ya. Quise pedirle de vuelta el favor, quería que ahora fuera ella quien me lo chupara. Pero no había tiempo.
Sabía que si fuera por Aura todo acabaría en que yo le diera sexo oral. Así que me aventé. Sin dudarlo me levante, agarré mi pene con una mano y fui guiándolo para penetrar a Aura. Se la introduje despacito ya que era bastante flaca. Aura apenas abría su boquita, cerraba sus ojitos y suspiraba. Su respiración se agitaba. Yo iba lento, contra la pared y de pie, la penetraba lento. No sabía en qué fijarme, si en su coño recibiendo mi pene, su hermoso abdomen contrayéndose y dilatándose a medida que la follaba, su cara de madura deliciosa pero que poco se la comen por su carácter tosco y soberbio.
De a poco fui incrementando el ritmo, sentía como mi pene deslizaba a la perfección en la, quizás experimentada y muy húmeda a esta altura, concha de Aura. Ella empezó a lanzar unos pequeños gemidos que buscaba retener pero no podía. Se tapaba la boca con una mano.
Subí su blusa pero no se la saqué, la situé por encima de sus senos. Estos la sostenían. Por fin estaba viendo, sintiendo y chupando los paraditos pezones de Aura. No podía creerlo. Cada vez me excitaba más, empezaba a moverme más duro, la hacía gemir cada vez más duro y lográbamos hacer un enorme ruido con la pared del baño, que era metálica. Ya no podía contenerme y no me importaba nada.
Sabía que el tiempo se agotaba y que debíamos terminar lo más pronto posible si no queríamos ganarnos un gran problema. Quité su mano de la boca y empecé a besarla, a la vez incrementé la intensidad. Debo decirles la verdad, Aura no era la mejor follando, me quedó debiendo una palmada en el trasero o quizás un arañazo en la espalda, pero aún así me calentó tanto que no tuve más remedio que correrme en ella, olvidando por completo que no estábamos usando protección. Fue un orgasmo largo. Mientras me descargaba, ella seguía moviendo sus caderas, sus senos firmes seguían saltando; ella la recibió sin decir nada. Una vez terminamos ella tenía la cara muy roja, su respiración muy agitada y casi no podía hablar. Se paró abriendo sus piernas y dejando caer mi semen al suelo.
Le pregunté del por qué de su repentino instinto de follarme. Admitió que llevaba un rato largo sin hacerlo y que dada esa oportunidad, encontrar un piso de oficinas casi vacío y un hombre casi 20 años menor que ella con ganas de follarla, no la iba a dejar pasar. Rápidamente se vistió, me aclaró que lo sucedido allí quedaba entre los dos, evidentemente no faltaba que me lo dijera. Y lo mejor fue que me dio su número para que nos siguiéramos “conociendo” pero en un lugar más íntimo. Fue un gran arranque para lo que parecía ser un fin de semana más en el que debía trabajar.
Este relato es 99% real. Los nombres de los personajes y algunas situaciones fueron modificadas para proteger su identidad.
SEGUNDA PARTE: MOLLY, LA MADURA DE FARÁNDULA
Aura salió del baño y yo me quedésentado en el inodoro mientras recuperaba el aliento. Allí permanecí unos cincominutos, buscando que nadie sospechara nada. Apenas recuperé el aire me vestí yemprendí mi camino hacia el islote de producción. Apenas llegué Damián, elproductor, me saludó con mucho apuro. Inmediatamente empezó a contarme comosería la agenda de trabajo. Me dijo que para empezar el día debía irme con Molly,la jefe de la sección de farándula, a grabar un falso directo, una vez que lograbáramos yo debía volver al canal con el material y ella se quedaría en ellugar de la noticia haciendo un cubrimiento en directo...
Es sábado en la mañana. Nuevamente un aburrido fin de semana en aquel agujero de tiempo conocido como Ciudadtele. Llego temprano, soy el primero en llegar como casi siempre. Saco un café de la máquina y subo a adelantar el trabajo, con poca actitud, quizás con desidia y pereza pero lo hago.
Tirando mi mochila al suelo y dejándome caer sobre una silla inicio prendiendo los equipos. Me paro forzosamente para revisar quiénes tenían que trabajar ese fin de semana. Luego de revisar la lista tomo una corta pausa para ir al baño y en el camino me encuentro a Aura; ella no estaba en la lista. Se detiene a saludarme y le pregunto por qué está allí ese fin de semana. Aura deja de lado, por primera vez, su habitual tono gruñón y altanero y me dice que le han avisado a última hora que debe hacer el reemplazo de un compañero enfermo.
Una vez que salgo del baño me encuentro de nuevo a Aura. Está recostada en el marco de la puerta, me llama y me hace detener. Me pide el favor de que le prepare un café.
Tomé la orden de muy mala gana. Evidentemente Aura lo ha notado y me llama nuevamente. Supuse que para reprochármelo. Di la vuelta y me quedé quieto, esperando un alarido, de esos que suelta cuando está de mal humor. Sin embargo se quedó callada y se fue acercando a mí hasta detenerse muy cerca mío. Cuando quedamos muy cerca, sin pensárselo dos veces me arroja su cara y me come la boca.
Aura es una mujer delgada, bastante delgada para muchos; su piel es blanca y no tiene grandes atributos Para su edad no está mal, en su cara apenas se observan un par de arrugas cerca de las comisuras labiales. Tiene ojos negros y una nariz fina. Sus senos, a pesar de no ser muy grandes, son bastantes paraditos. Esa mañana de sábado lleva puesto un jean clásico y una blusa blanca muy ajustada. Sus pequeños pero provocativos senos destacan en punta con esa blusa. Contrastan a la perfección con su muy marcado abdomen.
Una vez que la estoy besando me olvido de dónde estoy. Deslizo mi mano desde la parte de atrás de su cabeza, voy bajando por su espalda y poco a poco bajo mi mano hasta sus nalgas. No son enormes, es un culo normal, ni muy pequeño ni muy grande; lo suficiente para agarrarlo y disfrutarlo. Mientras tanto con mi otra mano rodeo su cintura.
Aura se detiene, separa sus labios de los míos. Me agarra la cabeza por atrás y me mira fijamente. Me dice “no vas a creer lo que vamos a hacer”. Sin darme un segundo para reaccionar, me toma de una mano y me mete abruptamente en el baño. Apenas cruzamos la puerta empieza a besarme y de a poco a empujarme para que entremos a un cubículo. Cierra fuertemente la puerta e inmediatamente se desabotona el pantalón, se lo quita con gran prisa. Es la primera vez que veo bien las piernas de Ana ya que normalmente usa faldas largas o pantalones. Son delgadas y bien bronceadas. Lleva puesta una linda tanga blanca.
Mientras la beso le toco por encima de la braga. Le acaricio muy despacio. Ella aprovecha y me quita el cinturón, sin ninguna pena ni remordimiento mete su mano debajo de mi bóxer y empieza a acariciarme. Duramos así un par de minutos, luego Aura se detuvo y me pidió que le besara la concha. Sin meditarlo ni un instante bajé mi cabeza, corrí su tanga hacia un costado y me di tarea a darle placer con mi lengua. Ya se sentía algo mojada y caliente esa linda vagina. Parecía que Aura lo disfrutaba mucho , mientras yo jugaba con mi lengua y sus labios, Aurita reclinaba su cabeza, quedaba mirando hacia el techo; con mucha excitación pero buscando no hacer ruido me pedía que no me detuviera.
Por supuesto que yo ya estaba muy caliente, no podía esperar más el momento de sentir a Aurita en toda mi humanidad. Además debía tener en cuenta que tenía que apurarme, mis compañeros y el productor no tardarían en llegar si es que no lo habían hecho ya. Quise pedirle de vuelta el favor, quería que ahora fuera ella quien me lo chupara. Pero no había tiempo.
Sabía que si fuera por Aura todo acabaría en que yo le diera sexo oral. Así que me aventé. Sin dudarlo me levante, agarré mi pene con una mano y fui guiándolo para penetrar a Aura. Se la introduje despacito ya que era bastante flaca. Aura apenas abría su boquita, cerraba sus ojitos y suspiraba. Su respiración se agitaba. Yo iba lento, contra la pared y de pie, la penetraba lento. No sabía en qué fijarme, si en su coño recibiendo mi pene, su hermoso abdomen contrayéndose y dilatándose a medida que la follaba, su cara de madura deliciosa pero que poco se la comen por su carácter tosco y soberbio.
De a poco fui incrementando el ritmo, sentía como mi pene deslizaba a la perfección en la, quizás experimentada y muy húmeda a esta altura, concha de Aura. Ella empezó a lanzar unos pequeños gemidos que buscaba retener pero no podía. Se tapaba la boca con una mano.
Subí su blusa pero no se la saqué, la situé por encima de sus senos. Estos la sostenían. Por fin estaba viendo, sintiendo y chupando los paraditos pezones de Aura. No podía creerlo. Cada vez me excitaba más, empezaba a moverme más duro, la hacía gemir cada vez más duro y lográbamos hacer un enorme ruido con la pared del baño, que era metálica. Ya no podía contenerme y no me importaba nada.
Sabía que el tiempo se agotaba y que debíamos terminar lo más pronto posible si no queríamos ganarnos un gran problema. Quité su mano de la boca y empecé a besarla, a la vez incrementé la intensidad. Debo decirles la verdad, Aura no era la mejor follando, me quedó debiendo una palmada en el trasero o quizás un arañazo en la espalda, pero aún así me calentó tanto que no tuve más remedio que correrme en ella, olvidando por completo que no estábamos usando protección. Fue un orgasmo largo. Mientras me descargaba, ella seguía moviendo sus caderas, sus senos firmes seguían saltando; ella la recibió sin decir nada. Una vez terminamos ella tenía la cara muy roja, su respiración muy agitada y casi no podía hablar. Se paró abriendo sus piernas y dejando caer mi semen al suelo.
Le pregunté del por qué de su repentino instinto de follarme. Admitió que llevaba un rato largo sin hacerlo y que dada esa oportunidad, encontrar un piso de oficinas casi vacío y un hombre casi 20 años menor que ella con ganas de follarla, no la iba a dejar pasar. Rápidamente se vistió, me aclaró que lo sucedido allí quedaba entre los dos, evidentemente no faltaba que me lo dijera. Y lo mejor fue que me dio su número para que nos siguiéramos “conociendo” pero en un lugar más íntimo. Fue un gran arranque para lo que parecía ser un fin de semana más en el que debía trabajar.
Este relato es 99% real. Los nombres de los personajes y algunas situaciones fueron modificadas para proteger su identidad.
SEGUNDA PARTE: MOLLY, LA MADURA DE FARÁNDULA
Aura salió del baño y yo me quedésentado en el inodoro mientras recuperaba el aliento. Allí permanecí unos cincominutos, buscando que nadie sospechara nada. Apenas recuperé el aire me vestí yemprendí mi camino hacia el islote de producción. Apenas llegué Damián, elproductor, me saludó con mucho apuro. Inmediatamente empezó a contarme comosería la agenda de trabajo. Me dijo que para empezar el día debía irme con Molly,la jefe de la sección de farándula, a grabar un falso directo, una vez que lograbáramos yo debía volver al canal con el material y ella se quedaría en ellugar de la noticia haciendo un cubrimiento en directo...
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