Soy Cintia, tengo 21 años y hace poco termine con mi novio, así que estaba muy bien soltera, el no me cuidaba lo suficiente, por mas que siempre se pasaba alabando mis dotes frente a todos, no me quería como persona que me parecía mucho mas importante, siempre le gustaba que me mostrara y a todos les hacia referencia sobre mi increíble delantera; a mi cintura sobre todo y a mi cola que es bien parada y redonda, y lo mejor de todo es que sin ni siquiera hacer ejercicio, solo lo que la naturaleza me dio, aunque mi estatura era muy reducida, solo 1.60 pero no me disgustaba ya que tenia buenas medidas para no necesitar tanta altura, en total y sin exagerar tenia 93-65-100.
Estudio medicina y me va muy bien, vivo con mi familia en un barrio común y corriente de la ciudad, al lado de mi casa vivía mi mejor amiga, con la cual he compartido casi toda mi vida, ella vive con su madre, una señora mayor pero rara, y su hermano que es gordo baboso pero respetuoso.
Yo siempre estaba estudiando, ya que mi carrera es muy dedicada, iba todas las tardes a la facultad y tenia que caminar algunas cuadras para llegar a la estación de colectivos, como siempre me puse unos jeans ajustados, una blusa bastante ligera, en la calle como siempre me percate de las miradas de los viejos que iban dirigida descaradamente a mi trasero o a mis pechos. Yo odiaba a los tipos babosos, y siempre había algún auto que tocaba bocina o gritaba alguna grosería, como ese día que me gritaron -¡Mira que culazo de la pendeja y que buenas tetas!! Yo no les daba importancia y seguía caminando como si nada.
Por ahí en la facultad me tocaba cursar de mañana y a veces de tarde, las veces que podía pasaba a buscar a mi amiga de al lado y pasábamos todo el tiempo hablando o haciendo algo, la verdad era mi mejor amiga, siempre nos reíamos de cosas, sobre todo algunas cosas que hacia el hermano y el pensaba que ella no se daba cuenta, ella me contaba que siempre lo enganchaba cuando estaba viendo alguna película porno, y muchas veces sabia que el le sacaba plata a su mama para ir a las putas a saciar sus deseos, no era un maniático pero creo que se debía entender, ya que era un sujeto muy gordo, con lentes bien con aumento y medio lento de pensamiento sin ser deficiente, es obvio que sus ganas los tenia que saciar pagando, no creo que debían haber mujeres para aguantar a tal sujeto y encima con 35 años.
Un día que iba a salir, era viernes, yo llevaba una camisita ajustada junto con unos jean ajustados también y unos tacos altos, estaba en la puerta de mi casa esperando a mis amigas que estaban retrasadas, en eso llego Alejandro, que es como se llama el hermano de mi amiga, estaciono rápido y se bajo, luego se aproximo a mi y se puso a hablarme, lo había hecho algunas veces, pero esta vez estaba mas animado parecía, me pregunto a donde iba tan linda y cosas así, al llevarme varia altura, yo le llego mas o menos arriba de su gran panza, el me hablaba mirando para abajo y dejando su mirada clavada en mis pechos, que llevaba algunos botones desprendidos y dejaba ver una buena parte de ellos. Estuvo hablándome de cosas sin sentido sin casi ni parpadear, yo no le daba importancia ya que me daba vergüenza decirle algo, paso un tiempo y se despidió agachándose un poco para darme un beso, el cual me dio en la mejilla casi chupándome, fue un asco, pero era medio así el. Luego llegaron mis amigas y nos fuimos a bailar. Al otro día después de levantarme tarde, me paso a buscar mi vecina para charlar un rato, entre esto y aquello me contó que había escuchado a su hermano masturbándose, ambas echamos a reír, ya que yo también tengo hermanos y los he escuchado, pero de un tipo de 35 años parecía absurdo. Los días iban pasando, un día vino mi vecina a invitarme a la montaña, pero debido a mis exámenes, le dije que gracias pero que no podía, me sentí muy mal por no poder ir, pero tenia que aprobar si o si.
Casi no dormía estudiando, y debido a que en mi casa somos muchos, tenia una pieza de estudio en el patio de mi casa, ahí pasaba la mayoría del tiempo, recuerdo muy bien que ese miércoles, no se me podía quedar nada en la cabeza, no se que me pasaba, era plena tarde, todos dormían, cuando en silencio escucho un golpe en la casa de mi vecina, yo sabia que no había nadie, entonces me preocupe, salí de la pieza de estudio y me subí a un banquito para asomarme por la pequeña pared que divide nuestros patios, que no es ni de 1.80. No había nadie, cuando me estaba por bajar oí alguna voces dentro de la casa y pensé que serian ladrones, por las dudas y por curiosidad me quede un poco mas para escuchar y ver. Cuando de repente sale Alejandro medio desnudo con una mujer, que por su pinta debía ser una prostituta, el la llevaba del brazo y luego de quedar cerca de su pileta le dijo -¡¡Vamos zorra, quiero que me chupes la verga acá!! Yo seguía media escondida tras las ramas de un árbol, mirando la obscena escena, cuando Alejandro se bajó su traje de baño, entonces apareció su miembro, era enorme, demasiado gordo parecía mi brazo y estaba como hinchado, la chica, que no debía ser muy mayor que yo, rápidamente se arrodillo y comenzó una mamada metía y sacaba ese miembro de gran tamaño de su boca, yo miraba sorprendida de como no le cabía en la boca aquel enorme miembro, Alejandro solo cerraba los ojos, su rostro demostraba su placer mientras aquella loca le devoraba su miembro el solo exclamaba -¡¡Ahgg ahh siii cometela todaa ahh!! -¡¡AHh ahh asiii asiii chupamela toda Cintia siiii AAHHH!! Yo me quede helada al escuchar su nombre, que era igual al mío, una sensación rara atravesó mi cuerpo y no podía dejar de mirar estaba boquiabierta sorprendida y ya habían pasados unos 10 minutos en los que yo estaría ahí viendo.
De pronto pude ver que Alejandro se excitaba mas aun, seguramente estaba por acabar, cuando grito -¡¡Ya me vengo putita abrí la boca!! Saco su enorme miembro de la boca de ella y la empezó a masturbar, ella permanecía con la boca abierta esperando la descarga, de pronto empezaron a salir los disparos de semen de su miembro y se los hecho en la boca y en toda la cara, después de haber descargado todo agarro su miembro y empezó a pasárselo por la cara de ella y a darle golpes en las mejillas y en los labios con su verga, todo eso que estaba yo viendo me parecía asqueroso y obsceno. Alejandro tenia cara de triunfador, de haber gozado de ella como el quería, entonces le dijo -¡¡Ya putita quedaste bien bañadita de mi leche ahora límpiamela!! Ella como una orden empezó a limpiar con su lengua aquel enorme miembro y Alejandro cuando hizo su rostro hacia arriba de placer miro hacia donde estaba yo, yo no sabia si me estaba mirando pero parecía que si, así que me fui ocultado rápidamente.
autor: cintia
Estudio medicina y me va muy bien, vivo con mi familia en un barrio común y corriente de la ciudad, al lado de mi casa vivía mi mejor amiga, con la cual he compartido casi toda mi vida, ella vive con su madre, una señora mayor pero rara, y su hermano que es gordo baboso pero respetuoso.
Yo siempre estaba estudiando, ya que mi carrera es muy dedicada, iba todas las tardes a la facultad y tenia que caminar algunas cuadras para llegar a la estación de colectivos, como siempre me puse unos jeans ajustados, una blusa bastante ligera, en la calle como siempre me percate de las miradas de los viejos que iban dirigida descaradamente a mi trasero o a mis pechos. Yo odiaba a los tipos babosos, y siempre había algún auto que tocaba bocina o gritaba alguna grosería, como ese día que me gritaron -¡Mira que culazo de la pendeja y que buenas tetas!! Yo no les daba importancia y seguía caminando como si nada.
Por ahí en la facultad me tocaba cursar de mañana y a veces de tarde, las veces que podía pasaba a buscar a mi amiga de al lado y pasábamos todo el tiempo hablando o haciendo algo, la verdad era mi mejor amiga, siempre nos reíamos de cosas, sobre todo algunas cosas que hacia el hermano y el pensaba que ella no se daba cuenta, ella me contaba que siempre lo enganchaba cuando estaba viendo alguna película porno, y muchas veces sabia que el le sacaba plata a su mama para ir a las putas a saciar sus deseos, no era un maniático pero creo que se debía entender, ya que era un sujeto muy gordo, con lentes bien con aumento y medio lento de pensamiento sin ser deficiente, es obvio que sus ganas los tenia que saciar pagando, no creo que debían haber mujeres para aguantar a tal sujeto y encima con 35 años.
Un día que iba a salir, era viernes, yo llevaba una camisita ajustada junto con unos jean ajustados también y unos tacos altos, estaba en la puerta de mi casa esperando a mis amigas que estaban retrasadas, en eso llego Alejandro, que es como se llama el hermano de mi amiga, estaciono rápido y se bajo, luego se aproximo a mi y se puso a hablarme, lo había hecho algunas veces, pero esta vez estaba mas animado parecía, me pregunto a donde iba tan linda y cosas así, al llevarme varia altura, yo le llego mas o menos arriba de su gran panza, el me hablaba mirando para abajo y dejando su mirada clavada en mis pechos, que llevaba algunos botones desprendidos y dejaba ver una buena parte de ellos. Estuvo hablándome de cosas sin sentido sin casi ni parpadear, yo no le daba importancia ya que me daba vergüenza decirle algo, paso un tiempo y se despidió agachándose un poco para darme un beso, el cual me dio en la mejilla casi chupándome, fue un asco, pero era medio así el. Luego llegaron mis amigas y nos fuimos a bailar. Al otro día después de levantarme tarde, me paso a buscar mi vecina para charlar un rato, entre esto y aquello me contó que había escuchado a su hermano masturbándose, ambas echamos a reír, ya que yo también tengo hermanos y los he escuchado, pero de un tipo de 35 años parecía absurdo. Los días iban pasando, un día vino mi vecina a invitarme a la montaña, pero debido a mis exámenes, le dije que gracias pero que no podía, me sentí muy mal por no poder ir, pero tenia que aprobar si o si.
Casi no dormía estudiando, y debido a que en mi casa somos muchos, tenia una pieza de estudio en el patio de mi casa, ahí pasaba la mayoría del tiempo, recuerdo muy bien que ese miércoles, no se me podía quedar nada en la cabeza, no se que me pasaba, era plena tarde, todos dormían, cuando en silencio escucho un golpe en la casa de mi vecina, yo sabia que no había nadie, entonces me preocupe, salí de la pieza de estudio y me subí a un banquito para asomarme por la pequeña pared que divide nuestros patios, que no es ni de 1.80. No había nadie, cuando me estaba por bajar oí alguna voces dentro de la casa y pensé que serian ladrones, por las dudas y por curiosidad me quede un poco mas para escuchar y ver. Cuando de repente sale Alejandro medio desnudo con una mujer, que por su pinta debía ser una prostituta, el la llevaba del brazo y luego de quedar cerca de su pileta le dijo -¡¡Vamos zorra, quiero que me chupes la verga acá!! Yo seguía media escondida tras las ramas de un árbol, mirando la obscena escena, cuando Alejandro se bajó su traje de baño, entonces apareció su miembro, era enorme, demasiado gordo parecía mi brazo y estaba como hinchado, la chica, que no debía ser muy mayor que yo, rápidamente se arrodillo y comenzó una mamada metía y sacaba ese miembro de gran tamaño de su boca, yo miraba sorprendida de como no le cabía en la boca aquel enorme miembro, Alejandro solo cerraba los ojos, su rostro demostraba su placer mientras aquella loca le devoraba su miembro el solo exclamaba -¡¡Ahgg ahh siii cometela todaa ahh!! -¡¡AHh ahh asiii asiii chupamela toda Cintia siiii AAHHH!! Yo me quede helada al escuchar su nombre, que era igual al mío, una sensación rara atravesó mi cuerpo y no podía dejar de mirar estaba boquiabierta sorprendida y ya habían pasados unos 10 minutos en los que yo estaría ahí viendo.
De pronto pude ver que Alejandro se excitaba mas aun, seguramente estaba por acabar, cuando grito -¡¡Ya me vengo putita abrí la boca!! Saco su enorme miembro de la boca de ella y la empezó a masturbar, ella permanecía con la boca abierta esperando la descarga, de pronto empezaron a salir los disparos de semen de su miembro y se los hecho en la boca y en toda la cara, después de haber descargado todo agarro su miembro y empezó a pasárselo por la cara de ella y a darle golpes en las mejillas y en los labios con su verga, todo eso que estaba yo viendo me parecía asqueroso y obsceno. Alejandro tenia cara de triunfador, de haber gozado de ella como el quería, entonces le dijo -¡¡Ya putita quedaste bien bañadita de mi leche ahora límpiamela!! Ella como una orden empezó a limpiar con su lengua aquel enorme miembro y Alejandro cuando hizo su rostro hacia arriba de placer miro hacia donde estaba yo, yo no sabia si me estaba mirando pero parecía que si, así que me fui ocultado rápidamente.
autor: cintia
6 comentarios - mi vecino el asqueroso 1
Herni • hace 3 años
Soy Cintia, tengo 21 años y hace poco termine con mi novio, así que estaba muy bien soltera, el no me cuidaba lo suficiente, por mas que siempre se pasaba alabando mis dotes frente a todos, no me quería como persona que me parecía mucho mas importante...