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De viaje con mi suegro.

Christian me dijo que su padre nos había invitado a una acampada por parte de la empresa de la que es parte, en el Parque Nacional Santa Teresa, al este de Montevideo, un lugar de más de mil hectáreas de naturaleza, bordeado por playas hermosas y un pueblo en el centro del parque.
Era una actividad ideal y necesaria a todas luces; tocaba conocer más a su familia y desde luego que ellos me conocieran también. Christian y yo estábamos a punto de llegar a nuestro tercer año juntos y sentía que era tiempo de que conocieran otra faceta mía distinta a la que mostraba durante las cenas, cumpleaños y eventos en los que estaba.
Me quedé sorprendida al saber que ni su hermano ni si madre de Christian irían ya que se iban a quedar en Montevideo para arreglar algunas cosas del colegio, pero de todas formas iríamos ya que teníamos libre el fin de semana y Christian no quería que su padre se fuera solo.

Dos días después, día viernes salimos muy temprano, Jorge era el que conducía el vehículo; un hombre bastante bien conservado pese a sus 50 años, siempre se mostró coqueto conmigo cuando su hijo no estaba presente o no se daba cuenta, pero esta vez lo hacía con mayor frecuencia a pesar de la presencia Christian; me decía que tendría que protegerme de los “buitres acosadores” refiriéndose a sus amigos de la empresa.
Llegando al famoso parque instalamos las carpas en una parcela agreste, nuestras carpas no estaban muy separadas ya que había otras carpas en la zona, supongo que serían las de sus compañeros de Jorge y sus familias. El lugar se divide en zonas de ruido y silencio, la primera es para gente joven que viene a farrear y está cerca de la costa y el otro lado es para familias que vienen a descansar y convivir, esta zona está en la parte más boscosa por lo tanto es evidente elección para acampar y disfrutar de la naturaleza ya que el bosque es denso y tranquilo

El lugar parecía un paraíso, después de instalarnos nos metimos a descansar dentro de la carpa, escuchando el sonido de la naturaleza. Más tarde su padre nos fue a decir que lo acompañáramos a la playa pues se iban a reunir todos sus compañeros y se iba a servir la comida, pero Christian le dijo que se adelantara que allá lo buscábamos.
Al retirarse, Christian me rodeó los hombros con su brazo;

-Qué tal te la estás pasando?

-Pues bien, me gusta el lugar y tu padre se ha portado muy atento conmigo.

-Me he dado cuenta, a veces suele ser un poco pesado con mi hermano y conmigo y desde un principio me preocupaba que fuera así contigo y por lo que te ha dicho me parece que tendré cuidado o me va a robar la novia.

No sabía si eso lo decía enojado o si estaba bromeando, y sólo le dije que estaba exagerando y que ya me iba a cambiar, aunque en realidad me estaba volviendo loquita con tanto piropo. Me puse un bañador negro con lazos anudados hacia atrás y un pareo que me cubría de la cintura hasta abajo y salimos a buscar a su padre, camino a la playa Christian me decía;

-¡Vamos, Rocío! suelta un poco el sujetador y que quítate el pareo, que eso le va al viejo y te apuesto que le vas a robar el corazón.- No sabía si lo decía por enojo o en serio.

- No sigas con eso Christian, si sigues molestando me regresaré a la carpa.- Para terminar de molestarme se me acercó por atrás y desajustó los lazos del sujetador y me dijo;

-Seguro a mi padre le gustaría ver esos lindos senos, y con esa “colita” que tienes se va a quedar sorprendido y no te va a dejar en paz.

-Te dije que no siguieras, además yo nunca haría eso y menos por ser tu padre, tú eres mi novio caramba y no estés de pervertido, ni molestando más, termina ya con ese asunto y acomódame el sujetador que me vas a dejar en pelotas, carbón.-

Su padre se acercó trotando, con un vaso de cerveza en mano, recuerdo que vestía una bermuda negra.

-Muchacho imberbe, en dónde estabas, creí que no iban a venir, ¿no quieres venir a tomar unos tragos y jugar dominó con nosotros?, nos falta un hombre y como no hay uno pues nos conformamos contigo.

-¡Qué gracioso eres!, jugar dominó con dinosaurios debe ser una experiencia alucinante, yo paso.

-¡Ya decía que no tenís pelotas suficientes para jugar con nosotros! Rocío, querida

-¿Qué pasó señor Jorge?

-¿Quieres jugar una partida con nosotros?, mis colegas me están destrozando y veo que mi hijo no quiere.

-¡Ja, déjala en paz! Rocío quiere ir a bañarse al mar y no creo que quiera aburrirse con ustedes, ¿quién en su sano juicio quiere estar entre unos viejos jugando dominó a pecho descubierto? No es agradable a la vista, ¿sabes?

Pues lo cierto es que no sé jugar muy bien al dominó, pero no quería rechazar a su padre, es decir, no viajamos a un extremo del país para estar acostada en la carpa todo el día o estar todo el día pegada a Christian, la idea era estar conviviendo un poco y acompañar a su padre en su convivio. Me acerqué un poco molesta a y le dije Christian;

-¡Ya deja de tratar así a tu papá!, y si no quieres jugar, yo lo haré.

-¿En serio Rocío?, ¿estás segura?, no sabes lo aburrido que es estar con mi padre y sus colegas.

-Eso es nuerita, ¡has salvado mi tarde!, ven que nos esperan en la mesa, y tú malagradecido ni te atrevas a acercarte y vete al cine del pueblo o a pintarte las uñas un rato.

-¡Ni siquiera pienso acercarme!, Rocío ten cuidado con los bastones y las pastillas- dijo Christian y se fue caminado un poco molesto hacia el bar.

-Dios santo ya dejen de pelear, Christian en un momento estoy contigo- le grité mientras su padre me dirigía hacia la mesa.

Caminamos unos 10 minutos, hasta llegar a una de las mesas más apartadas de la costa. En una débil capa de arena descansaba una mesa vieja y unos bancos de madera desgastados jugaban sus colegas, nos sentamos, me sentía incómoda estar entre los amigos de Jorge, aunque ellos no me ponían mayor atención sólo estaban charlando y tomando cerveza de una pequeña conservadora de hielo que tenían a un lado, sacaron una lata de cerveza y me preguntaron que si quería una, respondí que sí. Iba en serio eso de que nadie querría ver a unos señores a pecho abierto jugando dominó en la playa, ya que estábamos prácticamente solos. Uno de sus colegas me paso una lata de cerveza y preguntó a Jorge.

-¿Es tu hija, Jorge?

-Vamos amigos, compórtense, es mi nuera y se llama Rocío, no hagas caso a lo que te digan, suelen bromear mucho.

Me puse demasiado nerviosa que sólo alcancé a decirles;
-Buenas tardes señores-

-No estés seria Rocío, pero preocúpate un poco porque me transformo, soy un experto en el dominó y para mí no hay amistades, ni nueritas, ¡sólo rivales!- dijo un colega de Jorge en tono de juego.

-Sí, ¡te transformas en Moby Dick!- Le contesto otro de ellos, mientras todos reían.

Después de varias partidas, no sé cuántas, perdí la cuenta y un par de cervezas gané mi primer juego y uno de sus colegas dijo;

-¡Uy! Vaya la nuerita, a parte de linda, inteligente.

-¿No hay manera de que abandones a tu noviecito?- dijo otro.

-¡Basta buitres!- dijo Jorge mientras reía.

Me puse muy nerviosa con la situación, no sabía cómo lidiar con lo que decían Jorge y sus colegas, me desconcentré muy rápido, así que empecé a perder todas las partidas, Jorge decía, -¡Venga Rocío”!, demuestra de lo que estás echa y me daba una palmada cerca de mi pierna; apretándola con un poco de fuerza y jalando un poco el pareo. Después de otro par de cerveza me empecé a sentir mareada y las fichas constantemente se me caían de las manos, lo que provocaba la risa de sus colegas, Jorge me volteó a ver y me dijo que no les hiciera el mayor caso y volvió a darme una palmada en mi pierna, pero un poco más arriba y al apretarla sus dedos rosaron apenas cerca de mi pubis, eso hizo que me estremeciera, rápidamente aparté su mano. En una de las tantas ocasiones que tuve que agacharme para levantar las fichas de la arena el lazo de mi sujetador se desató, supongo que fue la culpa de Christian que no lo dejó bien atado, me di cuenta que Jorge estaba boquiabierto al ver como se asomaba mi teta, se acercó a mí, me tomó del hombro y dijo en voz baja que me acomodara el bañador. Al decir eso se me congeló la sangre; lo primero que se me apareció en la mente fue en matar a Christian ya que fue su culpa por no dejar bien atadas las cintas del bañador, la broma de ese cabronazo sólo había servido para exhibirme enfrente de los colegas de su padre.

Jorge se levantó y dijo –Señores, por hoy hemos terminado, me llevo Rocío”-, sus colegas tiraban bromas sobre lo sucedido, me levanté y caminé deprisa, sentí que iba a desmayarme de la pena, tenía ganas de llorar, me sentí una tonta, Jorge trataba de animarme, pero era inútil. El sol ya estaba ocultándose y la playa y el mar empezaron a teñirse de un color naranja, nos metimos por un sendero boscoso, Jorge se dirigió hacia a mí en tono serio

-Rocío, linda, eres muy divertida y guapa, no te preocupes por lo que pasó hace un momento, mis colegas suelen ser así y no le diré nada a Christian, ¿sabes?, mi hijo es afortunado.

Al decir eso se acercó despacio, se detuvo a mi espalda y me dijo; -si no te importa te voy a ajustar el pareo- le dije que no había problema, sentí sus manos desatando el nudo del pareo, lo sacudió una vez y rodeo mi cintura con sus manos para acomodarlo, mientras anudaba el pareo me empujó suavemente hacia él, la verdad no sé por qué me gustó tanto que lo hiciera, tiró del nudo con algo de fuerza, me tomó de los hombros y me dijo con su voz grave, muy parecida a la de Christian - ¿no te importa si ajusto tu sujetador?- le dije que no y comenzó a desatar las tiras de un lado de mi sujetador, acercó su nariz a mi cabello, me sujetó de la cintura y comenzó a besarme el cuello, no sabía qué estaba pasando, pero yo hacía movimiento voluntario con mis caderas hacia atrás, me cogió del cabello y empezó a morder mi cuello, desató las cinta del sujetador negro. dejando caer una de mis tetas , Jorge me dijo al oído; – Ok, esto se pone interesante-, me empujó hacia un árbol y cogió mi teta con su mano, con la otra jalaba mi cintura hacia él, sentía el paquete de Jorge rosando mis nalguitas, me volteé hacia él y Jorge me rodeó con sus brazos y cogió mis nalguitas con sus manos y comenzó a apretarlas, metiendo con maestría sus dedos por en medio, yo metí mi mano en su bermuda, sentí su pene totalmente erecto, pasé por sus pecho, por su ombligo y quedé de frente de su cintura, bajé su bermuda y su pene se salió enfrente de mí, no era muy grande por lo que pude percibir, podría decir que más o menos del tamaño que el de Christian, creo que algunas cosas se heredan, con mi lengua recorrí su glande, sus testículos y sus piernas. Tomé su pene y comencé a chupar la puntita de su pene lentamente, lo metía y lo sacaba de mi boca, levanté mi mirada y vi que Jorge tenía una cara de placer, me cogió del cabello y me dijo; -lo estás haciendo muy bien nuerita.- De pronto me levantó y me dijo que venía alguien, me levanté de prisa, acomodé mi sujetador, ajusté las cintas y Jorge hizo lo mismo con su bermuda, ya estaba un poco oscuro y caminamos hacia la playa, antes de llegar Jorge me dijo no tendría problemas en dejarme dormir en su carpa si me daba miedo la noche, no supe responder, no sé por qué me había dejado llevar por la situación, por qué había hecho eso, quizá la cerveza me había pegado tanto que me por un momento perdí la prudencia, quizá con cualquier otra persona hubiera sido normal, pero con el padre de Christian, sé que me piropeaba mucho, pero no creí que llegara a esto.

Las ganas de asesinar a Christian se me habían esfumado, sólo quería verlo y estar con él cuanto antes, al llegar a la playa vi que Christian estaba comiendo algo raro cerca de una fogata, estaba muy molesto conmigo y muy tomado, ya que era muy tarde, tras la cena le dije que ya nos regresáramos a la carpa, quería irme con él, quería que me quitara lo caliente que estaba y de paso olvidar lo culpable que me sentía. En la carpa comencé a besar su pecho y a dibujar cosas en él, me preguntó qué había sucedido y por supuesto que tuve que maquillar los hechos,

-Así que ganaste varios juegos ehh, ¡ vaya campeona!-.

-Sí algunos juegos Christian, pero estuvo demasiado aburrido.-

-¿Por qué tardaron tanto?-

-No fue mucho tiempo, fue un poco más de una hora.-

-Si tú lo dices, pero fue más tiempo- respondió molesto.

Comencé a besarlo, él de resistía pero a poco fue cediendo, en ese justo momento se empezaron a escuchar unos lejanos gemidos de alguna de las carpas de a lado, me reí pero Christian puso una cara de molestia, pasé mis dedos su cabello y le pregunté si le molestaban y él respondió que le cabreaba un poco, así que se volteó y se arropó con la manta, cerró los ojos y dejó de hacerme caso pese a que lo zarandeaba, no había duda que se había cortado todo el rollo,yo seguía un poco excitada de lo que pasó en el sendero y quería Christian me quitara el calor que me tenía a ascuas.
Al despertar Christian seguía molesto conmigo, Jorge nos avisó que nos diéramos prisa ya que nos llevaría a desayunar al pueblo; me puse una camiseta holgada, sujetador, unas braguitas negras, short y unas sandalias, Christian me dijo que se le dolía la cabeza y que él no iría, traté de convencerle, después de tanto rogar accedió ir al pueblo a conseguir unas pastillas para aliviar su dolor de cabeza, en todo el camino Christian no me habló y Jorge iba guiándonos, al llegar al pueblo nos metimos a una casa de comida. Después de terminar de comer, Christian se levantó y dijo que iría a conseguir una pastilla, le dije que lo acompañaba pero él respondió en tono serio que preferiría ir solo, que además no tardaba y partió, Jorge me preguntó si Christian tenía algo y le dije que estaba molesto de que ayer había tardado mucho, y Jorge con burla dijo que tenía toda la razón y que no preocupara que pronto se le pasaría, pasaron unos 10 minutos y Christian no volvía, me preocupé un poco así que salí y le marqué al móvil. Christian me dijo que ya estaba en la carpa, que le dolía la cabeza y apenas se iba a tomar su pastilla y que intentaría dormir un poco, entré a la casa y le dije a Jorge que su hijo ya estaba en la carpa y que yo igual ya me retiraba, Jorge me detuvo y me dijo que él se iría también, pero antes quería mostrarme algo. Me dirigió por las calles del centro del pueblo, el pueblo era antiguo y rústico había pocas lamparas en las calles y muchos pedazos de pasto y hierbas se asomaban de la acera, entramos a una calle con forma de una curva, al parecer era la parte más rica del lugar ya que había muchas casas grandes, pasamos una calle y nos detuvimos en un cine un poco viejo, se notaba por las paredes descuidadas y viejas, me dijo que él y sus compañeros del colegio venían a este cine en su época de estudiante y que le traía buenos recuerdos, me propuso que entráramos, le dije que no era buena idea por qué Christian se iba a molestar más, pero Jorge no hizo caso y pidió un boleto, me lo dio y dijo que me adelantara mientras él pagaba, le dije que no, pero la chica me dijo que pasara, Jorge me dijo que él me buscaba adentro, no tuve de otra así que hice lo que me indicó, al entrar a la sala no distinguí más de tres parejas y pocas personas dispersadas por la sala, se apagaron las luces y comenzó la proyección. El lugar era cómodo, no hacía tanto calor como afuera y las butacas me parecían cómodas, la sala estaba en silencio y me sumergí en la película, pasaron alrededor de unos 20 minutos me di cuenta que Jorge no había entrado, poco después se abrió la puerta de la sala y alcancé a ver que era Jorge, observó la sala buscándome, le hice una seña con mi mano y caminó hasta donde estaba, detuvo su mirada en mí, se acercó y se sentó a mi lado, me sentí un poco molesta por haberme dejado tanto tiempo sola, me dio una soda y me dijo es voz baja que sentía haberme hecho esperar y me preguntó;

-¿Te gusta?

-Siempre me ha gustado ver películas en el cine.

-A mí igual me gusta, siempre que tenía tiempo venía a este cine, por cierto no preocupes por Christian-

En el transcurso de la película rosaba discretamente mis piernas con sus dedos, tal vez quería ver si me molestaba o algo así, poco a poco fue tomando confianza y acariciaba mi pierna por ratos, no sabía qué hacer y de pronto me rodeó los hombros con su brazo, hizo mi cabeza hacia atrás y quiso besar mi cuello, lo aparté y le dije que no, Jorge no hizo caso, me sujetó las manos con fuerza y comenzó a besar mi cuello, a pesar que lo empujaba hacia atrás y le decía que se apartara, él seguía sin ceder, me cogió de mi cabello y jalando hacia atrás levantó mi cabeza y comenzó a besarme en la parte media del cuello, sus labios eran cálidos y un cosquilleo recorría mi cuerpo cada vez que me besaba en ese lugar, su otra mano la deslizó rápidamente por debajo de mi camiseta, quiso levantar mi camiseta pero le dije que estaba loco, que ya me soltara y que alguien podía vernos, pero siguió sin hacerme ningún caso, levantó mi camiseta y comenzó a tocar mis tetas, lentamente bajó su mano y la deslizó dentro de mi short, y comenzó a frotar sus dedo por encima de mis braguitas y remarcando la entrada de mi vulva, realmente me sentía muy rara con la situación, pero me excitó mucho que me estuviera tocando a la fuerza, para mí era muy placentero lo que estaba haciendo, sin embargo sabía cuáles eran sus intenciones y decidí seguir con el juego. De pronto Jorge se arrodilló en el suelo y me dijo en voz baja; –no me quiero quedar con las ganas-, no sabría describir el placer que me recorrió todo el cuerpo cuando me hizo a un lado el short de algodón que tenía puesto, separó descaradamente mis piernas, hizo a un lado mis braguitas y comenzó a chupar mi vagina abultada y húmeda sentía las contracciones de mi vagina como descargas de energía que fluía en mi cuerpo cada vez que sentía su lengua pasar por mí, estuve a punto de soltar un gemido y casi tuve un orgasmo descontrolado cuando me cogió mis nalguitas y las apretó con fuerza, tomé unos de sus manos y la llevé a mi boca y comencé a chupar su dedo. Jorge apretaba mis tetas con su otra mano y yo no podía dejar de contraer mi cadera, a pesar de esto no podía dejar de pensar en Christian, sabía que estaba enojado conmigo y no quería llegar muy tarde o que sospechara algo, detuve a Jorge y le dije que no siguiera y que ya tenía que irme, al momento de decirle eso y bajó mi sujetador y comenzó a chupar los pezones de mis tetas sentí que me ponía muy mojada y creo que él también lo sintió ya que en ese instante decidió introducir su dedo dentro de mí, no podía gemir a pesar de que mi boca lo deseaba, a pesar de que no había mucha gente en la sala, estoy segura de que si lo hacía alguien podría oírme, mordí mis labios mientras él seguía introduciendo sus dedos dentro de mí, deslizándolos de fuera hacia dentro, mi cadera se movía al compás de su mano, no aguanté más, estaba a punto de alcanzar un orgasmo, pero se detuvo acercó su nariz y me dijo que mi olor era esplendido. Se apartó de mí dejando caer mis piernas y se sentó en el asiento, cogió mi mano y la llevó sobre su pantalón, pude notar su erección a la perfección, y eso hizo crecer mi excitación, desabrochó su pantalón, dejando libre su pene, invitándome a tocarle, pude ver esa sonrisa pícara que tenía y adiviné lo que quería, me arrodilló en el suelo, me acomodé entre sus piernas y justo cuando iba a empezar a chupar su pene, de reojo vi que una pareja estaba volteando hacia nosotros, evidentemente nos habían pillado, me alarmé y me acomodé mi blusa y justo antes de levantarme, Jorge me dijo que no preocupara e intentó tranquilizarme;

-Jorge, por dios, no me gusta que nos estén viendo.

-Para nada, este cine es tan oscuro que no se ve nada, ¿acaso ves lo están haciendo ellos?, además a mí no me preocupa, ya que si nos salimos antes no nos verán.

-Pues a mí me parece incómodo… Madre mía, ¡siguen mirando!

Roja como una manzana, decidí no continuar pero recibí la mano de Jorge sobre mi hombro, y me dijo que los mandara a tomar por viento que ellos no me conocían, ni los conocía, y antes de que pudiera decir algo me dio una sutil nalgada que me hizo dar un respingo y apretó sus dedos con fuerza separando mis nalguitas, eso hizo que mi excitación comenzara a desbocarse. La cabeza se me arremolinaba en una amalgama de sensaciones contradictorias, estar haciendo esto con el padre de Christian, estar en el cine haciendo esto con un par de desconocidos viéndonos, quizá ellos también estuvieran haciendo lo mismo, me gustaría decir que ya no quería continuar, pero me gustó poco a poco la idea de que nos estuvieran observando, así que agarré su pene y empecé a chuparlo, trataba de comerme su pene completamente, comencé a acariciar la cabeza de su pene con mi lengua, él me agradecía soltando pequeños jadeos, al escuchar como disfrutaba comencé a chuparlo más rápido, me sujetó con fuerza de mi cabello y justo cuando estaba a punto de venirse apartó mi boca de su pene y levantó mi cara, quedé de rodillas, levantó mi camiseta, bajó mi sujetador y comenzó a jugar con mis tetas, lo hacía como si quisiera que la pareja nos viera, porque los sujetaba entre sus manos y los soltaba, dejando que esa caída fuera evidente, con su otra mano comenzó a tocar mis piernas y poco a poco se deslizó hacia mis entrepierna, empezó a hacer a un lado los bordes de mi short y con su dedo delineaba la entrada de mi vagina por encima de mis bragas con antes, sentía como la tela se hundía, no pude evitar estremecerme, sentí como hacía a un lado el contorno de mis bragas dejando mis labios expuestos. Estaba tan excitada, prácticamente estábamos haciendo un acto de exhibicionismo en el cine, con su otra mano me dio una pequeña nalgada y deslizó un dedo por mi vagina y me susurró, -te quiero dar algo especial-, no sabía a qué se refería, pero no me importaba, estaba tan excitada por los actos pervertidos de mi suegro, así que le dije, -¿qué quieres hacer conmigo?-al decir eso me sentí muy excitada, estaba a punto de tener un orgasmo, Jorge se dio cuenta y me dijo;

—Qué linda, ¿estás teniendo un orgasmo sabiendo que unos desconocidos te miran?

—N-no… —mordí mis labios y me contuve, así que le dije que ya nos saliéramos antes de que encendieran las luces. Estar enfrente de unos desconocidos mientras mi suegro me trataba como una zorrita me gustó mucho, no conocer sus nombres, ni sus edades, de dónde venían, no saber nada de ellos se convirtió en una de mis oscuras fantasías.

Salimos del cine antes que terminara la película, sin voltear a mirar a Jorge le dije que estaba exhausta y que me adelantaría a la carpa, en el camino me acordé de Christian, estaba cociente de lo que había ocurrido ahí adentro, me preocupaba que se enterara y se enojara más conmigo o algo peor, llegué a la carpa pero Christian no estaba ahí, entonces fui hacia la playa, también sentía un remordimiento muy grande, me sentía terriblemente culpable, sentía ganas de llegar y contarle todo lo que había pasado y pedirle disculpas, aunque sé que tal vez no las merecía, no sabía por qué hacer, sólo sabía que todo lo que dijera para justificarlo serían sólo excusas, al llegar a la costa vi que Christian estaba sentado fumando un cigarro, al verme se sorprendió un poco;

-Rocío, ¿en dónde estabas?-

-Te estaba buscando.

-Fui a caminar un poco después de dormir, oye Rocío disculpa por haber estado un poco molesto, me sentía fatal por la resaca.

-Oye Christian, te extrañé, ¿te parece si vas y yo nos vamos a dar una ducha?

-Sí vamos, estoy lleno de arena- caminamos hacia la carpa por unas toallas y nos dirigimos a la zona en donde estaban las duchas. Cerca de las duchas Christian me dijo;

-Oye, por cierto, ¿no has visto al viejo?, yo no lo he visto en todo el día y sus colegas lo andan buscando.

-No Christian, no lo he visto, después de comer salió al pueblo, me dijo que acá nos veía.

-Es raro que no ande detrás de ti, por un momento creí que en realidad me iba a bajar a mi novia.

-Christian no empieces con eso de nuevo.

-Pues no sería raro, ya que podrías volver loco a quien tú quisieras-, al decir eso me cogió de la cintura y me metió a uno de los baños. En ese momento me dí cuenta de que no sospechaba nada o no se había dado cuenta.

-¡Christian qué te pasa!, no nos podemos bañar juntos, alguien podría entrar.

-No te preocupes, nadie va a entrar-

Me sujetó por detrás y empezó a besar la parte de atrás de mi cuello, metió sus manos entre mi blusa y me quitó el sujetador, me arrancó la blusa, me puso contra la pared y sujetó mis senos, sus manos se parecían a las de su padre, aunque nunca me había dado cuenta de eso, abrió la ducha y el agua fría comenzó a caer sobre mi cuerpo, bajó por mi espalda dándome pequeños besos a lo largo de ella, me quitó el short, le dije que se detuviera pero no hacía caso, ahora sabía de dónde había sacado lo impertinente y lo sordo, me volteó hacia él y me comenzó a quitar mis bragas, al hacerlo vi que tenían una mancha blanca y aún estaba húmeda de los fluidos que habían quedado ahí de lo excitada que la pasé en el cine, las olió y me dijo que le gustaría que alguien más oliera mis bragas, y me dio un beso en la entrepierna y se movió hacia mi vagina y comenzó a chuparla, lo aparté y subió hacia mi boca, nos empezamos a besar mientras el agua caía, me volteó y quiso penetrarme pero le dije que no quería hacerlo ahí, así que le dije que se apurara, tomé mis cosas y le dije que lo esperaba afuera, no tardó mucho en salir y nos fuimos hacia la carpa. Su padre estaba encendiendo una fogata, -Criaturas en donde han estado, cámbiense y vengan a cenar y me guiñó el ojo.
Nos tendimos en la carpa a descansar un poco;

-Oye Christian no te voy a mentir, sé que tu padre se ha portado muy atento conmigo, al principio pensé que era sólo para hacerte enojar.

-Él siempre ha sido muy pesado y más cuando está con sus colegas, creo que por la edad les afecta estar bajo el sol por mucho tiempo.

-Lo que quiero decir es que todos somos distintos, cometemos errores, los hombres son distintos a las mujeres, es lo que quiero decir.

-No te preocupes ya se le pasará, además me gusta verte tan coqueta, mostrándote tan natural, mostrando esos senos y esa colita preciosa que tienes-

Se quitó la toalla y me preguntó si me iba a cambiar, le dije que sí y busqué en mi maleta un vestido azul, me despojé del short, blusita, sujetador y braguitas ya que estaban mojadas, antes de que pudiera buscar otro sujetador y otra braga, Christian me jaló hacia sus brazos y empezó a besarme, sentí que su pene ya estaba erecto y me pidió que le hiciera una chupetina, le dije que su padre estaba ahí fuera y podría vernos, él dijo que no entraría y sujetó su pene y lo acercó a mi boca, comencé a chuparlo despacio, estaba un poco preocupada que Jorge entrara a nuestra carpa, por eso de la impertinencia.

-Christian, ¿no te enoja que tu padre me vea desnuda?

-¿Qué quieres que te diga?, no te importaría mucho.

—¿En serio, Christian?, estás loco.

Continué chupando su pene, después de un par de minutos sentí su líquido preseminal y comencé a sentir su semen en mi boca, estaba otra vez muy excitada, le dije que me penetrara, pero me dijo que debía pasar un rato para eso, así que comenzó a lamer mis pezones, había olvidado todo el remordimiento que tenía y Christian no me daba un espacio para poder hablar con él, empecé a soltar pequeños gemidos para que su padre no escuchara, de pronto Jorge se acercó a la carpa y dijo que nos diéramos prisa porque la cena se estaba quemando, me levanté de prisa, creí que iba a abrir la carpa, me puse mi sujetador, mis bragas y mi vestido y le dije a Christian que se diera prisa. Se vistió y salimos a la fogata, aún estaba un poco caliente y un poco confundida por los comentarios de Christian. La cena transcurrió sin problemas, pero obviamente me sentía incómoda así que le dije a Christian que me adelantaría a la carpa, lo estuve esperando un buen rato pero no llegaba.
Ni siquiera me di cuenta cuando entró a la carpa, en la mañana escuché que los colegas de Jorge estaban afuera, vi que Christian dormía a mi lado, poco después Jorge y sus colegas se pararon en frente de la tienda y nos dijeron que nos levantáramos;

-Christian, Rocío, levántense que es nuestro último día y tenemos planeado ir al humedal, no está muy lejos de aquí.

-No gracias, no quiero ir al humedal, hace calor y tengo sueño, además quedé unos pibes que iríamos a jugar un partido al pueblo.

-Venga Christian, no seas así, bueno Rocío, ¿tú qué dices?, ¿te gustaría ir?-, repuso uno de sus colegas.

-Sí, se nota que eres una chica que no se da sus toques de diva, además ya has jugado con nosotros, ya eres casi parte de la empresa-, dijo otro de sus colegas.

-Caballeros tranquilos-, dijo Jorge y comenzaron a reírse.

-No, gracias, creo que me quedaré con Christian, mejor en otra ocasión.

-Vamos Rocío, no seas así, dijo uno de sus colegas

-Gracias, pero prefiero quedarme.

Jorge y sus colegas no tuvieron más opción que irse, Christian con un tono enojado me dijo;

-No te preocupes Rocío, si quieres ir con mi padre, al fin se ve que se han entendido bien, además que prefiero estar solo que contigo.

-Christian, ¿por qué dices eso?

-Bueno nos vemos.

Al decir eso tomó sus cosas y salió de la carpa sin despedirse, me quedé muy enojada por lo que había dicho y totalmente desconcertada, comí un poco y me preparé para ir al mar, no sabía si Christian ya se había dado cuenta, o sólo estaba fastidiado. Estuve una hora dentro del mar intentado despejar mi mente, después fui a tomar una ducha y me tendí sobre una toalla a descansar afuera de la carpa, el clima era agradable, de pronto vi que Jorge salió de su carpa con algunas cosas en las manos, se me hizo raro verlo ahí y fue al coche a dejar las cosas que traía en las manos y se sentó a mi lado;

-El humedal estaba inaccesible, había un montón de gente así que decidimos regresar, por cierto, ¿En dónde está mi hijo?

-Fue al pueblo

-Rocío, ¿qué piensas de lo que ha pasado?

-No sé, me siento arrepentida y muy incómoda.

-¿Qué es lo que te incomoda?

-Pues todo, estar acá, Christian ha estado muy raro conmigo, por favor no le vayas a mencionar lo que ha pasado entre nosotros.

-No te preocupes, no le diré que te gusta el exhibicionismo, ¿sabes?, me gustó esa carita de gozo que tenías en el cine.

-No tenía ninguna cara de nada, por ciento te quería preguntar, ¿acaso me llevaste ahí a drede?

-Tal vez sí, pero no hablemos de eso, ¿por cierto recuerdas que te dije que te quería dar algo especial?-

Al decir eso me cogió de la mano y me dijo que subiera al auto, me causaba curiosidad, pero me había prometido no seguir este juego y le dije que Christian estaba a punto de regresar, Jorge me dijo que sólo tardaríamos unos 20 minutos y de regreso podríamos pasar a la ciudad a buscar a Christian, me dijo que después ya no me molestaría, confieso que me daba un poco de curiosidad a lo que se refería, lo pensé unos minutos y subí a su auto, recorrimos al menos dos kilómetros por la costa, no había vegetación, sólo un montón de palmeras y arena, no había muchas casas por el lugar, llegamos a una parte de la costa que estaba rodeada de rocas grandes, me dijo que era ahí donde rompían las olas y era el lugar más tranquilo y lindo de la zona, cogió mi mano y con su otra mano comenzó a jugar con los labios de mi boca;

-¿Sabías que hay ciertas cosas que te puedo hacer?, digo, por eso de la potestad del suegro.

-¿Qué cosas son esas?- le devolví una sonrisa sucia, repleta de vicio y saqué mi lengua para lamer sus dedos.

-Quiero ver tus preciosos senos-, me levantó mi blusa y me abrazó, desató las cintas del sujetador, cogió mis senos con mis manos, volvió a abrazarme y me dio una nalgada y pegó su cuerpo con el mío, sentí su erección en mi vientre y con mi mano traté de desabrochar el cierre del pantalón, pero me detuvo y deslizó su mano hasta mi pubis, hizo a un lado mis bragas y comenzó a acariciarme con sus gruesos y rugosos dedos, tal y como lo hizo en el cine;

-Me gusta que tengas una vagina abultadita, podría pasar todo el día rebuscando dentro de ella, por cierto, ¿te gustó que te vieran en el cine?

-Un poco, pero no mucho.

-Sabes que me muero de envidia de que Christian pueda hacer esto siempre que quiera-, no respondí a eso, sólo puede gemir un poco ante lo bien que estaba metiendo sus dedos.

-No me gusta que seas tan acomplejada, a mí me gusta verte- Así que cerré los ojos, resoplé y bajé mis brazos, dejando que mis tetas cayeran lentamente y se mostraran en toda su plenitud.

Estaba de no creerlo, si seguía así, en poco tiempo me vendría, me tomó de la mano y con una sonrisa me llevó al asiento de atrás del auto, estaba muy confundida y me dejé llevar.
Me acostó sobre el asiento, había un par de hojas que estaban pegadas a mis piernas, las despegó y me recostó en su brazo, empecé a lamer su pecho y a arañarlo mientras que Jorge apretaba mis nalgas, las movía en forma circular y las separaba y las dejaba caer. Me calenté tanto que empecé a restregarme contra él, buscando como sea sacar su pene del pantalón y abriendo mis piernas, para regalarle mi vulva;

-¿Qué te pasa?, ¿la quieres dentro guapa?, me preguntó mientras terminaba de despojarme las cintas del sujetador y mi short, gemí y afirmé ligeramente con mi cabeza, ya que no quería hablar.
Acomodó la puntita de su pene en la entrada de mi vulva, sentí como se mojaba con mis juguitos, de pronto la sacó y me dijo que tenía mi cara muy roja, lo abracé con fuerza diciéndole que ya la metiera, se levantó y volvió a meterla, un poco más profundo, pero la sacó de nuevo, el cabrón estaba jugando conmigo, se divertía viéndome rogarle que me follara, le dije que se diera prisa y levanté mi cadera, me sujetó del cabello y sentí que su pene se abría paso por mi interior, tenía varios días que no tenía Christian no me follaba en forma. Le dije que me dolía y Jorge me dijo que nunca había estado con alguien tan apretadita como yo, y tan calientita y tan húmeda, mi vulva se contraía de placer, de pronto comencé a tener un orgasmo, no había durado ni un minuto, me retorcí y arrugué grotescamente mi rostro, encharcando su pene de mis juguitos. Se me nubló la visión y los demás sentidos mientras él seguía penetrándome rico.

-¡Jorge perdón!, no quería apresurarme tan rápido, sé que soy una tonta.

-¿Cómo vas a decir eso?, a mí me parece un regalo eso que acabas de hacer, se nota que te falta aprender mucho, me encanta eso, mi hijo es el pendejo más afortunado que pueda existir.

Me acarició el caballo y empezó a salirse con lentitud, su pene estaba totalmente totalmente mojado

—¡No!, ¡no te salgas de mí! ¡Por favor, no me lo voy a perdonar!, dame otra oportunidad, te juro que lo haré mejor-, cuando levanté la mirada, vi que Jorge me veía a los ojos;

—¿Quieres otra oportunidad?

-Sí.

-Está bien pero dime una cosa, ¿amas a mi hijo?, tomó su pene y lo restregó por los labios de mi vulva, conseguí a decirle –Sí-, mientras sentía como su pene se ponía duro, estaba confusa y había roto la promesa de no hacer esto;

-Está bien nuerita, voltéate-, afirmé con mi cabeza y adopté la posición que me ordenó, se acercó para lamerme la espalda, desde mis hombros, trazó una línea de saliva por mi espalda hasta llegar a mi nalguitas, tal como lo hacía su hijo, me dio un fuerte beso en una nalga, el beso se escuchó muy pervertido y muy ruidoso, después me dio otro beso en la otra nalguita, me cogió de la cadera y acercó su pene hacia mi vulva, me sentía muy hinchada o algo así sentía, me tomó de la cintura con más fuerza, tiró hacia él y lentamente sentí que su pene entraba por mi vulva;

—¡Ay!, ¡me duele…!, pero no te salgas, puedo aguantar.

-Tranquila, lo haré más despacio.

-Sí sólo hazlo más despacio.

-Estás muy apretada.

-N… no te burles de mí.

-¡Es la verdad!-, se separó de mí y metió dos de sus dedos en mí, los hundió hasta adentro de mi vulva, sentí el placer más fuerte de toda mi vida al sentir sus dedos entrando, y casi como un reflejo levanté mi cintura para que los metiera más adentro, me dio una nalgada un poco fuerte;
-Creo que ahora sí, ya estás lista-, volvió a meter su pene, sentí que entraba sin dolor, sentía que me partía en dos, me sobrevino una visión cristalina,

-¿Estás bien?-, me preguntó mientras paseaba sus dedos por las areolas de mis senos y jugando con mis pezones;

-Me gusta tenerte adentro, puedo sentirte todo, ¡que rico!

-¿Te excita hacerlo en donde puedan verte?, ¿te gusta que unos extraños puedan disfrutar de ti, verdad?

-No, ¡ahh!, ¡mmm..!, no es verdad, no me gusta eso, no inventes cosas.

-Eres una pequeña exhibicionista- Su pene se salía completamente de mí y con fuerza volvía a meterlo haciendo un ruido muy rico con la húmeda que estaba.

—¡Auch, no tan fuerte, por fa!-, sus gruesas manos me tomaron de la cadera, eso me calentó a tope.

-¿Por qué no lo quieres admitir?, quiero que lo hagas conmigo, en casa.

-¿Q-q-qué cosa?, ¿a qué te refieres?

-Que andes sin sujetador, sólo con una playera para que pueda ver tus tetas, que andes así, sin bragas, sin pudor y siempre coqueta-, al decir eso comenzó a cogerme más rápido.

-¡Ahh!, noo, no lo voy hacer.

-Por favor, muéstrame todo lo que tienes, es una fantasía que siempre he tenido

-B,bbueno-, me costaba hablar, Jorge empezó a penetrarme más fuerte, volteé a verlo y vi que tenía una sonrisa perversa, mi cara seguramente estaba mostrando el placer que sentía;

-Está bien, quiero verte toda, quiero que me enseñes todo.

-S-sss, sí, sí, sí ¡Sí Jorge!, voy a enseñarte todo de mí, pero por favor, no le digas nada a Christian.

Como el segundo previo a un orgasmo, me desboqué descontroladamente, sin querer solté un poco de pipí sobre él o tal vez me había venido, no lo sé pero veía como ese líquido caía en el asiento del auto, pero no pareció importarle o simplemente no quiso detenerse, me sujetó con más fuerza, apreté mis dientes y cerré mis ojos y tiró con fuerza metiendo todo su pene en mí, llevé mi mano hacia mi vagina, sentí que estaba muy mojada, pude sentir como su pene entraba y salía y sus testículos chocaban contra mis dedos, sentí que Jorge estaba teniendo un orgasmo dentro de mí, de pronto pude sentir el calorcito de su semen contenido dentro de él y toda mi aventura se agolpó chupando uno de sus gruesos dedos que jugaban con el pezón de mis teta, mis piernas y mi vientre se contrajeron, estaba empapada de sudor, Jorge sacó su pene y con rapidez paso su lengua por mi vagina, chupando un poco de su semen y dejando cerca de mi ano.

—¡Ay! ¡Dios! ¡P-perdón, no pude aguantarme!

—¡Listo, Rocío. !…es lo más rico que he vivido..

En el camino de regreso, cerré mis ojos y me quedé dormida, no supe cuánto tiempo dormí, cuando desperté estaba un poco recargada en el hombro de Jorge, me di cuenta que no tenía puestas mis bragas, no tenía idea si las había olvidado, ni de lo que había pasado, sólo tenía mi short, mis camiseta y mis sujetador. Jorge iba fumando un cigarrillo, a verme despierta lo primero que hizo fue invitarme de su cigarrillo, fumé un poco pero casi me ahogo tosiendo;

-Esta es la cancha de fútbol, Jorge debe estar cerca, o si no tal vez ya esté en la carpa, de todas formas desperézate un poco y acomódate la ropa.

-¡Uff!, sí eso es lo que tengo que hacer, ¿por cierto, no viste mis bragas?

-Sí, yo la tengo, a ver qué día volvemos a salir y te devuelvo tu braguita.

-¡Ya!, ¡qué vivo!, devuélvemela.

-No pongas esa cara, tú me prometiste algo-, subimos al auto ya que no lo encontramos en la cancha, concluimos que lo mejor sería no decirle nada a Christian, bajé del coche y encontré Christian cambiándose, recién se había bañado;

-¿En dónde estabas?

-Te fuimos a buscar a la ciudad pero no te encontramos-, como era claro, intentaba maquillar los hechos.

-¿Por qué no me esperaron acá?

-Porque tu papá me dijo que ya era tarde y que nos teníamos que volver a casa, además creo que tu padre está enamorado de mí-, no sé por qué dije eso, pero me causó placer que se enojara.

-¡No te creo!

-No te enojes Christian, tú decías que no te importaba si tu padre se enamorara de mí-, sentí que mi corazón comenzó a palpitar rápido al ver que se enojaba más, lo abracé con fuerza y le dije que era una broma, comencé a besarlo y le dije que entre su padre y yo nunca iba a pasar nada, bueno en primera a mí me hubiera gustado creerlo.
De regreso a casa Jorge conducía el coche, ya se estaba oscureciendo y Christian iba sentado en la parte de atrás conmigo, iba recostada en su hombro a punto de dormir y sucedió algo llamativo, en la ruta estaban una pareja besándose y cachondeando cerca de la costa, de pronto Jorge dijo;

-Qué indignación, la juventud de hoy en día es muy degenerada, ¿no lo crees Rocío?-, al decir eso comenzó a reírse.

-Este asiento está mojado, ¿o qué tiene?-, dijo Christian, de pronto recordé que había mojado el asiento mientras Jorge me follaba. Jorge se giró brevemente y me dio un guiño cómplice, mientras Christian buscaba en la cajuela algo para poner sobre el asiento.

6 comentarios - De viaje con mi suegro.

Elqtedamasa -1
Seré el único q siente el estómago revuelto o similar leyendo esta clase de relatos?
KaluraCD
De viaje con mi suegro.


Buenísimo, super morboso y caliente !!

Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...
piro234
Muy buen relato dejo. Puntos
kaspersderk
Comparte fotos del lo q te estas comiendo hermano muy buen post
Angel4047
Y qué más paso? Quiero saber más excelente relato...