Sarita y su perro cocker (3)
Sarita me había dejado loco luego de los dos encuentros. Ella se excitaba con el juego del perro y su Ama. Claro, yo era el perro, su perro Cocker como ella decía.
Ella sabia como llevarme para lograr de mi lo que ella quería. Sus armas eran su belleza, la sensualidad, su carácter y el motor era mi deseo hacia ella que me hacía perder la voluntad.
Yo me preguntaba si tendría a otros perritos como yo. Pero no me animaba a preguntarle. Además, si me dijera que si tenía, me daría tantos celos.
El mismo día pactado, la semana anterior, para el encuentro, recibí un mensaje de texto de ella: "llamamé para instrucciones por la reunión".
Al llamarla ella me dijo:
"Sos un buen perrito cocker... pero de cachorro tenes que pasar a perro adulto"
"¿Estás de acuerdo a pasar a la siguiente etapa?", me preguntó.
Yo sin pensarlo le dije que si, aunque no tenía claro bien de que se trataba. Pero yo estaba entregado a su juego, no podía sacarla de mi mente. Me excitaba tanto en esos momentos, en realidad, Sarita me excitaba en todo momento.
Así que esa misma tarde, la esperé en el punto de encuentro acordado.
Al rato, ella llegó, como siempre venía del gimnasio con la típica ropa de siempre. Esta vez, además traía un bolso.
Me saludo con un beso en la mejilla y me dijo "siempre puntual mi perrito, me encanta, no se hace esperar a una Dama".
Subimos a un taxi y fuimos al mismo hotel de siempre. En el viaje charlamos de cualquier cosa. Ella estaba mas fría que de otras veces.
Al llegar al cuarto. Me dijo, casi con tono imperativo...
-"Hoy vas a pasar de cachorro a perro adulto". "Lo primero que tenes que saber es que los perros no usan ropa... desnudate!". Me ordenó.
Cosa que hice sin dudarlo. Quedando totalmente desnudo con una erección que ya era muy visible. Seguramente ella lo notó.
Ella aprovecho a sentarse en un sillón que había al costado del cuarto lejos de la cama.
-"Lo segundo que tenes saber es que los perros usan collar...." dijo.
Y sacó un collar de perro del bolso y lo tiró a mis pies.
Sin preguntar me lo puse.
-"Lo tercero es que los perros andan en cuatro patas..." afirmó.
Sin pensarlo quedé en cuatro patas ante ella.
-"Y ahora quiero que te acerques...." me dijo.
Me acerqué en cuatro patas y al llegar al alcance de sus manos, ella me acerco por la argolla del collar y me llevo a su regazo.
A continuación comenzó a acariciarme la cabeza y a contarme algunas nuevas reglas.
-"A un perrito como vos se lo debe educar para servir bien a su Ama. Un perro domestico no hace nada sin permiso, camina si su amo lo pide, se detiene si se le ordena y come si su amo le indica. En el caso de este perrito cocker (vos)... solo va a hablar si te lo indico, va a seguir las ordenes que te de, va a besar mi boca cuando yo lo indique, vas a chuparme cuando yo lo diga e incluso va a acabar solo cuando yo te lo permita". "¿Está claro?", me preguntó.
Y yo asentí con la cabeza, la situación me excitaba. La imagen de ella sentada y yo arrodillado me volvía loco. Tenía la vista su cuerpo, su ropa ajustada del gimnasio, estaba tan sexy, tan linda.
Luego acercó su boca a mi boca y siguió hablando, podía sentir su aliento que entraba en mi boca. Sus ojos miraban los míos.
-"Por ejemplo, ahora seguramente debes tener muchas ganas de besarme, pero no podrás hacerlo hasta que yo te lo indique", dijo.
Podía sentir casi rozando sus labios con los míos, pero permanecí totalmente quieto. Pero mi respiración me delataba, estaba muy caliente, moría por esa mujer. Estaba hipnotizado.
Luego ella estiro la mano y del bolso saco una fusta color negra y me la enseñó y dijo:
-"Está será mi herramienta para castigarte si no cumplís.... acerca la palma de tu mano....".
Le acerque mi mano y ella dio un pequeño y leve golpe.
-"Espero no tener que usarla con vos.... ¿está claro perrito?... pero es parte de tu adiestramiento y es necesario". Yo asentí con la cabeza.
A continuación bajó su calza y quedó expuesta su concha yo me quedé así arrodillado mirándola.
Ella sabía que moría por chuparla. También sabía lo que me gustaba darle placer con mi boca. Pero se tomó su tiempo. Yo no quería recibir un castigo. Las reglas habían sido claras.
Así me agarró del collar y me llevó a su concha. Quedé a milímetros de su hermosa rayita. Y recién cuando ella me dijo "chupá perro", comencé a lamerla.
Ella comenzó a gozar y a decirme cosas cariñosas. Con una mano me acariciaba la cabeza y con la otra sentía su fusta que acariciaba mi lomo.
Por momentos me daba algún golpecito pidiendo que lo haga mas rápido, más lento o que suba o que baje.
En otros momentos con su mano en mi cabeza, me aprisionaba contra su concha y casi no podía respirar y por momentos me alejaba para que solo la punta de mi lengua la estimulará.
Así, fue que acabo en mi boca, pude sentirlo. Al volver a incorporarme tenía una sonrisa de oreja a oreja. Me tomó la cara, me dijo que podía besarla y me dio un profundo beso mescla de sus juegos y nuestras salivas.
-"No me equivoqué con vos... sos justo el perro que necesitaba..." me dijo... ella estaba tan contenta y yo tan caliente.
Ella seguía sentada en el sillón y yo de rodillas...
Se levantó el top dejando sus lindo pechos al aire, y me dijo "yo sé que te gusta besarlos.... vení. podes hacerlo" me acerqué me puse arriba de ella y comencé a besarlos con pasión. A ella le gustaba y me decía cosas lindas al oído.
Ella podía sentir mi erección rosando su pubis y nuevamente comenzó con el juego de la vez anterior de pasársela por la concha toda mojada. Yo seguí besando sus pechos y ella me calentaba más y más frotando mi pija con su concha, su clítoris, los labios.
Luego tomó mi boca y me dijo que la besara, entre beso y beso, me preguntó si quería entrar.... yo le dije que si.
-Si querés entrar rogameló... pedímeló con la suficiente convicción para que yo acceda...." me dijo.
Yo le rogaba y ella se reía o hacia como que no me escuchaba. Seguía con su juego.
Así nos besamos por un montón de tiempo.
Hasta que le dije... " estoy por acabar, si no te detenes no voy a poder contenerme..." entonces ella se alejó, soltó mi pene y dejó de besarme.
-"Muy bien, perrito, te salvaste de un castigo... sabes que acabar sin permiso de tu Ama no está bien", me dijo complacida.
Así nos quedamos unos cuantos segundos, hasta que nuevamente me acercó, me indicó que la besara de muevo y siguió refregando mi pija con su concha, estaba tan mojada, tan excitada... como yo.
De esa manera, cada vez que yo estaba a punto de acabar, ella se detenía, paraba todo y esperaba que se alejara mi orgasmo.
Siempre en la cornisa.... siempre al límite.
Así seguimos por un montón de tiempo, creo que perdí la cuenta de las veces que paramos y reiniciamos.
Hasta que llego un momento, que tal vez aburrida, del juego, o por compasión a mis ruegos, que me dijo...
-"Ya podes ponerla adentro y acabar".
Y ahí la puse y sentí como en el paraíso, cogiéndola después de tanto tiempo deseando entrar. Pero claro, después de una erección tan larga y un orgasmo contenido en tanto tiempo, no podía acabar. Ella sí, acabó dos veces más y yo no podía. Semejante erección y no podía.
Hasta que al fin, acabé y fue un bombazo y un montón de cañonazos más, el orgasmo largo, intenso y profundo de mi vida.
Estábamos los dos tan transpirados. Sarita me dijo que vayamos a la cama.
Nos quedamos abrazados durante... no se... mucho tiempo. Me quedé dormido.
Luego de un buen rato, Sarita me despertó en forma cariñosa "perrito, tenemos que irnos...." . Ella ya se había duchado se había cambiado de ropa, ya me había sacado el collar y guardado todo en el bolso, estaba lista para irse.
-"Me dio pena despertarme, te portaste tan bien.... me gusta como jugamos, no te imaginas las veces que acabé". Me dijo con una sonrisa enorme.
Me duché rápidamente, me vestí y nos fuimos.
Tomamos un taxi hasta unas cuadras de su casa.
Al despedirme me dio un apasionado beso y al oído me dijo "... no gozo con nadie como con vos... sos mi único perrito, no te cambio por ninguno".
Podes ver la primera parte aqui:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2760573/Sarita-y-su-perro-cocker.html
Podes ver la segunda parte aquí:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2762681/Sarita-y-su-perro-cocker-2.html
Sarita me había dejado loco luego de los dos encuentros. Ella se excitaba con el juego del perro y su Ama. Claro, yo era el perro, su perro Cocker como ella decía.
Ella sabia como llevarme para lograr de mi lo que ella quería. Sus armas eran su belleza, la sensualidad, su carácter y el motor era mi deseo hacia ella que me hacía perder la voluntad.
Yo me preguntaba si tendría a otros perritos como yo. Pero no me animaba a preguntarle. Además, si me dijera que si tenía, me daría tantos celos.
El mismo día pactado, la semana anterior, para el encuentro, recibí un mensaje de texto de ella: "llamamé para instrucciones por la reunión".
Al llamarla ella me dijo:
"Sos un buen perrito cocker... pero de cachorro tenes que pasar a perro adulto"
"¿Estás de acuerdo a pasar a la siguiente etapa?", me preguntó.
Yo sin pensarlo le dije que si, aunque no tenía claro bien de que se trataba. Pero yo estaba entregado a su juego, no podía sacarla de mi mente. Me excitaba tanto en esos momentos, en realidad, Sarita me excitaba en todo momento.
Así que esa misma tarde, la esperé en el punto de encuentro acordado.
Al rato, ella llegó, como siempre venía del gimnasio con la típica ropa de siempre. Esta vez, además traía un bolso.
Me saludo con un beso en la mejilla y me dijo "siempre puntual mi perrito, me encanta, no se hace esperar a una Dama".
Subimos a un taxi y fuimos al mismo hotel de siempre. En el viaje charlamos de cualquier cosa. Ella estaba mas fría que de otras veces.
Al llegar al cuarto. Me dijo, casi con tono imperativo...
-"Hoy vas a pasar de cachorro a perro adulto". "Lo primero que tenes que saber es que los perros no usan ropa... desnudate!". Me ordenó.
Cosa que hice sin dudarlo. Quedando totalmente desnudo con una erección que ya era muy visible. Seguramente ella lo notó.
Ella aprovecho a sentarse en un sillón que había al costado del cuarto lejos de la cama.
-"Lo segundo que tenes saber es que los perros usan collar...." dijo.
Y sacó un collar de perro del bolso y lo tiró a mis pies.
Sin preguntar me lo puse.
-"Lo tercero es que los perros andan en cuatro patas..." afirmó.
Sin pensarlo quedé en cuatro patas ante ella.
-"Y ahora quiero que te acerques...." me dijo.
Me acerqué en cuatro patas y al llegar al alcance de sus manos, ella me acerco por la argolla del collar y me llevo a su regazo.
A continuación comenzó a acariciarme la cabeza y a contarme algunas nuevas reglas.
-"A un perrito como vos se lo debe educar para servir bien a su Ama. Un perro domestico no hace nada sin permiso, camina si su amo lo pide, se detiene si se le ordena y come si su amo le indica. En el caso de este perrito cocker (vos)... solo va a hablar si te lo indico, va a seguir las ordenes que te de, va a besar mi boca cuando yo lo indique, vas a chuparme cuando yo lo diga e incluso va a acabar solo cuando yo te lo permita". "¿Está claro?", me preguntó.
Y yo asentí con la cabeza, la situación me excitaba. La imagen de ella sentada y yo arrodillado me volvía loco. Tenía la vista su cuerpo, su ropa ajustada del gimnasio, estaba tan sexy, tan linda.
Luego acercó su boca a mi boca y siguió hablando, podía sentir su aliento que entraba en mi boca. Sus ojos miraban los míos.
-"Por ejemplo, ahora seguramente debes tener muchas ganas de besarme, pero no podrás hacerlo hasta que yo te lo indique", dijo.
Podía sentir casi rozando sus labios con los míos, pero permanecí totalmente quieto. Pero mi respiración me delataba, estaba muy caliente, moría por esa mujer. Estaba hipnotizado.
Luego ella estiro la mano y del bolso saco una fusta color negra y me la enseñó y dijo:
-"Está será mi herramienta para castigarte si no cumplís.... acerca la palma de tu mano....".
Le acerque mi mano y ella dio un pequeño y leve golpe.
-"Espero no tener que usarla con vos.... ¿está claro perrito?... pero es parte de tu adiestramiento y es necesario". Yo asentí con la cabeza.
A continuación bajó su calza y quedó expuesta su concha yo me quedé así arrodillado mirándola.
Ella sabía que moría por chuparla. También sabía lo que me gustaba darle placer con mi boca. Pero se tomó su tiempo. Yo no quería recibir un castigo. Las reglas habían sido claras.
Así me agarró del collar y me llevó a su concha. Quedé a milímetros de su hermosa rayita. Y recién cuando ella me dijo "chupá perro", comencé a lamerla.
Ella comenzó a gozar y a decirme cosas cariñosas. Con una mano me acariciaba la cabeza y con la otra sentía su fusta que acariciaba mi lomo.
Por momentos me daba algún golpecito pidiendo que lo haga mas rápido, más lento o que suba o que baje.
En otros momentos con su mano en mi cabeza, me aprisionaba contra su concha y casi no podía respirar y por momentos me alejaba para que solo la punta de mi lengua la estimulará.
Así, fue que acabo en mi boca, pude sentirlo. Al volver a incorporarme tenía una sonrisa de oreja a oreja. Me tomó la cara, me dijo que podía besarla y me dio un profundo beso mescla de sus juegos y nuestras salivas.
-"No me equivoqué con vos... sos justo el perro que necesitaba..." me dijo... ella estaba tan contenta y yo tan caliente.
Ella seguía sentada en el sillón y yo de rodillas...
Se levantó el top dejando sus lindo pechos al aire, y me dijo "yo sé que te gusta besarlos.... vení. podes hacerlo" me acerqué me puse arriba de ella y comencé a besarlos con pasión. A ella le gustaba y me decía cosas lindas al oído.
Ella podía sentir mi erección rosando su pubis y nuevamente comenzó con el juego de la vez anterior de pasársela por la concha toda mojada. Yo seguí besando sus pechos y ella me calentaba más y más frotando mi pija con su concha, su clítoris, los labios.
Luego tomó mi boca y me dijo que la besara, entre beso y beso, me preguntó si quería entrar.... yo le dije que si.
-Si querés entrar rogameló... pedímeló con la suficiente convicción para que yo acceda...." me dijo.
Yo le rogaba y ella se reía o hacia como que no me escuchaba. Seguía con su juego.
Así nos besamos por un montón de tiempo.
Hasta que le dije... " estoy por acabar, si no te detenes no voy a poder contenerme..." entonces ella se alejó, soltó mi pene y dejó de besarme.
-"Muy bien, perrito, te salvaste de un castigo... sabes que acabar sin permiso de tu Ama no está bien", me dijo complacida.
Así nos quedamos unos cuantos segundos, hasta que nuevamente me acercó, me indicó que la besara de muevo y siguió refregando mi pija con su concha, estaba tan mojada, tan excitada... como yo.
De esa manera, cada vez que yo estaba a punto de acabar, ella se detenía, paraba todo y esperaba que se alejara mi orgasmo.
Siempre en la cornisa.... siempre al límite.
Así seguimos por un montón de tiempo, creo que perdí la cuenta de las veces que paramos y reiniciamos.
Hasta que llego un momento, que tal vez aburrida, del juego, o por compasión a mis ruegos, que me dijo...
-"Ya podes ponerla adentro y acabar".
Y ahí la puse y sentí como en el paraíso, cogiéndola después de tanto tiempo deseando entrar. Pero claro, después de una erección tan larga y un orgasmo contenido en tanto tiempo, no podía acabar. Ella sí, acabó dos veces más y yo no podía. Semejante erección y no podía.
Hasta que al fin, acabé y fue un bombazo y un montón de cañonazos más, el orgasmo largo, intenso y profundo de mi vida.
Estábamos los dos tan transpirados. Sarita me dijo que vayamos a la cama.
Nos quedamos abrazados durante... no se... mucho tiempo. Me quedé dormido.
Luego de un buen rato, Sarita me despertó en forma cariñosa "perrito, tenemos que irnos...." . Ella ya se había duchado se había cambiado de ropa, ya me había sacado el collar y guardado todo en el bolso, estaba lista para irse.
-"Me dio pena despertarme, te portaste tan bien.... me gusta como jugamos, no te imaginas las veces que acabé". Me dijo con una sonrisa enorme.
Me duché rápidamente, me vestí y nos fuimos.
Tomamos un taxi hasta unas cuadras de su casa.
Al despedirme me dio un apasionado beso y al oído me dijo "... no gozo con nadie como con vos... sos mi único perrito, no te cambio por ninguno".
Podes ver la primera parte aqui:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2760573/Sarita-y-su-perro-cocker.html
Podes ver la segunda parte aquí:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2762681/Sarita-y-su-perro-cocker-2.html
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