Sergei era uno de mis compañeros de residencia. Era un chico ruso que estaba de intercambio en Italia. A las 2 semanas de estar ahi, ya había visitado mi habitación varias veces, no solo para garchar conmigo sino también había sido víctima de mi compañera de cuarto. Pero bueno, no es lo que voy a contar hoy.
Un día, cae a la residencia un minón de esos que ves en las películas de James Bond; una rubia ojos azules alta, lomazo la mina. Era rusa. Se llamaba Tanya y era la novia de Sergei. No los vimos por todo el fin de semana (no me extrañaba porque ya conocía la performance del rusito).
Los días siguientes tuvimos más contacto. El pibe nos saludaba como si nada. Una mañana, yo desayunando, cae la mina y se sienta conmigo. Yo, roja de vergüenza y nerviosa a más no poder. Nos pusimos a hablar, y me empieza a preguntar sobre Argentina.
Yo le pregunté como sabía que era argentina y me responde "Sergei ya me contó de vos...". Lo dijo con una naturalidad que me asustó. Me imaginé que ahí nomás me cagaba a trompadas.
"No te preocupes, está todo bien. Entre nosotros aceptamos estas cosas. Nos contamos todo". Yo seguía atónita sin creer lo que escuchaba. No sabía que decir. Sacamos otro tema y seguimos charlando como si nada.
Una noche, nos cruzamos en un pub. Yo estaba con unas chicas del curso y ellos dos habían salido a tomar algo. Sergei se acercó y me ofreció unirme a ellos. Yo le agradecí y le dije que estaba con mis compañeros. Al rato se empezaron a ir y me senté con ellos, además, de esa forma tenía compañía para la vuelta.
Ellos estaban tomando vodka, así de una. Me ofrecieron, les dije que no estaba acostumbrada, pero ellos insistieron. "Hoy vas a aprender como se toma el vodka de verdad", me dijeron. Y bueno, la propuesta era interesante.
Cuestión que aprendí a tomar vodka pero me ligué un pedo de aquellos. Después del segundo quedé volteadísima. Sergei se levantó y se fue al baño, y yo me quedé con Tanya.
Ella se acercó y me hablaba al oído. Mucho no entendía. Pero la cuestión es que terminamos chapando de una manera terrible durante varios minutos. Sergei llegó y se sentó a observarnos. Yo me detuve, pero él me incitó a seguir. Tanya me agarró la cabeza y la guio hasta su boca. Mi cuerpo no respondía, solo seguía la corriente de lo que hacía ella.
Yo no podía creer que me estaba comiendo a esa minita delante del novio! La situación me provocaba más morbo y calentura. Sus manos fueron bajando por mi espalda y agarraron mi cola.
Me hizo levantar del asiento para que pueda meterlas abajo, mientras recorría mi cuello intercalando besos y mordiscos. Me volvía loca la rubia. "Nos querés acompañar?" me dijo la mina. Sabía a qué se refería, yo no estaba en mis cabales y entre suspiros y gemidos dije que si.
Llegamos los 3 a la residencia y nos metimos a la habitación de Sergei de una. Sergei tomó la iniciativa y empezó a besar a su novia. Yo estaba parada a un lado observando la escena, hasta que Sergei se acercó con su novia y me la ofreció.
Ella me abrazó y me besó, mientras él se ponía detrás mío y empezaba a desvestirme. Me desabrochó el jean y metió su mano por encima de mi tanguita. Comenzó a rozar mi conchita por sobre mi tanguita, que estaba húmeda gracias a los besos de la rusa.
Yo deliraba. Cada roce de Sergei me hacía besar con más ganas a su novia. Sergei me abrazó y me hizo dar vuelta. Ahora era él quien me besaba con lujuria mientras su novia me bajaba los pantalones. Empezó a acariciarme la cola y meter sus manos por mi entrepierna. Sentí como mis músculos se ablandaban y me caía, pero los brazos fuertes de Sergei me sostenían de pie.
Sin parar de besarme, me arrastró hasta la cama. Me acostó en ella, y abrió mis piernas, haciendo que su novia se meta entre ellas. La rusa me miró y con una cara de felicidad enorme abrió su boca y me comió la concha desesperadamente.
Sergei se puso en bolas en segundos. Se arrodilló al lado mío y me puso su pija en la boca. De más está decir que ya la tenía durísima. La mina sacó su boca de mi concha un segundo para decirle algo que obviamente no entendí ni por casualidad. Sergei se paró y fue al lado de ella. La mina se arrodilló ahora de frente a él y empezó a chuparle la pija con la misma desesperación que lo había hecho con mi conchita.
Yo tenía ganas de ir con ella, pero tenía miedo. No sabía bien las reglas del juego y preferí ser más sumisa. Como si hubiera leído mi mente, la mina se detuvo y me llamó. Me arrodillé junto a ella y la besé mientras agarraba con una mano la verga de Sergei. La puse al lado de la de Tanya. Entre las dos manos no llegábamos a cubrir el tronco.
Comenzamos a mover las manos pajeándolo mientras seguíamos besándonos y tocándonos. Ella me agarró de los pelos y me puso la pija en la boca. Ahora la agarré con las dos manos y aprovechaba para tocarle las bolas y llegar hasta su ano, que ya sabía le gustaba. Sentí como su pija empezó a latir de la calentura que tenía el chabón.
La mina se puso frente a mi, y empezó a besarme y acariciarme los pechos. Fue bajando por mi panza, hasta llegar a mis piernas. Me levanté un poco, para que ella pudiera tener acceso más fácil a mi concha. Sin dudarlo, se acostó en el piso y me chupó la concha con una habilidad envidiable. Tan bien lo hizo que no tardé en acabar y chorrearme fuerte en su cara. Tuve que detener mi pete porque el orgasmo fue fuertísimo.
Todavía estaba recuperando la respiración, cuando Sergei me tiró en la cama. Levantó mis piernas y las apoyó en sus hombros apoyando la punta de su pija en mi conchita que aún chorreaba del orgasmo anterior. Despacio fue penetrándome hasta que llegó al fondo. Ahí se aferró fuerte de mis piernas y empezó a meterla y sacarla con fuerza.
Yo me agarraba de las sábanas para no salir despedida de las embestidas del ruso. Tanya se acercó y apoyó sus piernas en mi cabeza, en forma de almohada. Con sus manos empezó a acariciarme por todo el cuerpo, mientras su novio seguía cogiéndome como un animal.
De pronto se detuvo. La miró a Tanya y en seguida se puso en 4 levantando la cola para él. Sergei sacó su pija de adentro mío y se la clavó a su novia. Siguió metiendo su pija a un ritmo salvaje, difícil de mantener por mucho tiempo. Pero el chabón lo hacía sin problemas.
Yo aproveché para descansar. Pero no pasó mucho tiempo hasta que la mano de Sergei empezó a tocarme la pierna. Me acerqué y me metió un dedo en la concha. Había bajado un poco el ritmo de la cogida, pero ahora tenía a su novia penetrada con la pija y a mi con sus dedos. Tanya estiró su mano y me se agarró fuerte de mi, mientras seguía gimiendo por las embestidas de Sergei.
El ruso se detuvo. Sacó la pija de la concha de Tanya y se abalanzó sobre mí. Me besó y con un movimiento rápido me dio vuelta. Me agarró de las caderas levantando mi cola. Abrió los cachetes de mi culo y apuntó su pija a mi concha. Ya estaba abierta y mojada, por lo que se deslizó suavemente hasta que su cuerpo se chocó con mis nalgas.
Me agarró del pelo y se trepó encima mío. Yo me sentía la más puta, re cogida como una perra. Y eso me excitaba más. Gritaba que no parara, que me garchara más fuerte. Pero Sergei se detuvo. Había que compartir.
Tanya seguía en 4 a mi lado, esperando que su novio volviera a garcharla. Y así lo hizo. Esta vez con un ritmo más lento. Le acariciaba el pelo y la espalda mientras penetraba suavemente el cuerpo de su novia. Observar el lomazo de la mina contorsionado moviéndose al ritmo de la poronga del novio, me calentaba mucho.
De repente, le pegó un jalón violento del pelo que le tiró la cabeza para atrás y nuevamente, le pegó una garchada que la hizo tumbar en la cama. Los gritos de la mina eran impresionantes. Estaba acabando de una manera violenta.
Cuando la dejó knock out, volvió por mi. Pensé que me iba a hacer lo mismo, pero no. Me acostó boca arriba y luego de chuparme la concha un rato, se me tiró encima. Agarró mis piernas y las fue llevando hacia mis hombros. La penetración era muy profunda. Pensé que no iba a aguantar su ritmo tan adentro.
Sergei seguía taladrándome bien profundo, hasta que Tanya se acercó y se puso a sus espaldas. Empezó a acariciarlo, mientras él con un ritmo lento pero constante seguía metiendo y sacando su pija de adentro mío. De repente se frena. Siento como su pija se hincha dentro mío y la cara del chabón se transforma.
Cuando me asomo para ver que hacía Tanya, veo como con sus dedos estaba jugando en la cola de Sergei. Y al parecer al guacho le gustaba y mucho. Cuando se acostumbró, siguió cogiéndome cada vez más fuerte. Cuanto más fuerte se movía el loco, más enterrado el dedo en su culo. Mi cuerpo empezó a temblar y acabé en un orgasmo fabuloso.
Le pedí que parara, no daba más. Tanya también estaba exhausta. Se acercó a mi y me besó. La abracé y estuvimos un tiempo chapando y acariciándonos. Sergei aprovechó y empezó a pajearse delante nuestro.
Cuando lo vimos, cruzamos una mirada cómplice que nos llevó a levantarnos y ponernos a compartir la pija del chabón. La chupamos un rato cada una, hasta que con un fuerte grito, agarró a Tanya de los pelos y la llenó de leche en la cara.
La mina empezó a limpiarse la acabada con sus manos y se la llevaba a la boca, chupándose los dedos. Luego, me ofreció la pija para limpiarla. La agarré con mis manos desde los huevos y me metí la cabeza en la boca. Jugué un poco con la lengua hasta que perdió dureza.
Me tiré en la cama al lado de Tanya. Me besó y se recostó sobre mis hombros. Nos quedamos las dos dormidas toda la noche. Fue increíble como una sola pija nos dejó más que satisfechas a las dos.
Otros relatos de mi viaje
Conociendo la residencia
Historias de mi compañera de cuarto
Enseñando español a una holandesa
Con un italiano
Mi primo lejano
Africanos
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Indice
Un día, cae a la residencia un minón de esos que ves en las películas de James Bond; una rubia ojos azules alta, lomazo la mina. Era rusa. Se llamaba Tanya y era la novia de Sergei. No los vimos por todo el fin de semana (no me extrañaba porque ya conocía la performance del rusito).
Los días siguientes tuvimos más contacto. El pibe nos saludaba como si nada. Una mañana, yo desayunando, cae la mina y se sienta conmigo. Yo, roja de vergüenza y nerviosa a más no poder. Nos pusimos a hablar, y me empieza a preguntar sobre Argentina.
Yo le pregunté como sabía que era argentina y me responde "Sergei ya me contó de vos...". Lo dijo con una naturalidad que me asustó. Me imaginé que ahí nomás me cagaba a trompadas.
"No te preocupes, está todo bien. Entre nosotros aceptamos estas cosas. Nos contamos todo". Yo seguía atónita sin creer lo que escuchaba. No sabía que decir. Sacamos otro tema y seguimos charlando como si nada.
Una noche, nos cruzamos en un pub. Yo estaba con unas chicas del curso y ellos dos habían salido a tomar algo. Sergei se acercó y me ofreció unirme a ellos. Yo le agradecí y le dije que estaba con mis compañeros. Al rato se empezaron a ir y me senté con ellos, además, de esa forma tenía compañía para la vuelta.
Ellos estaban tomando vodka, así de una. Me ofrecieron, les dije que no estaba acostumbrada, pero ellos insistieron. "Hoy vas a aprender como se toma el vodka de verdad", me dijeron. Y bueno, la propuesta era interesante.
Cuestión que aprendí a tomar vodka pero me ligué un pedo de aquellos. Después del segundo quedé volteadísima. Sergei se levantó y se fue al baño, y yo me quedé con Tanya.
Ella se acercó y me hablaba al oído. Mucho no entendía. Pero la cuestión es que terminamos chapando de una manera terrible durante varios minutos. Sergei llegó y se sentó a observarnos. Yo me detuve, pero él me incitó a seguir. Tanya me agarró la cabeza y la guio hasta su boca. Mi cuerpo no respondía, solo seguía la corriente de lo que hacía ella.
Yo no podía creer que me estaba comiendo a esa minita delante del novio! La situación me provocaba más morbo y calentura. Sus manos fueron bajando por mi espalda y agarraron mi cola.
Me hizo levantar del asiento para que pueda meterlas abajo, mientras recorría mi cuello intercalando besos y mordiscos. Me volvía loca la rubia. "Nos querés acompañar?" me dijo la mina. Sabía a qué se refería, yo no estaba en mis cabales y entre suspiros y gemidos dije que si.
Llegamos los 3 a la residencia y nos metimos a la habitación de Sergei de una. Sergei tomó la iniciativa y empezó a besar a su novia. Yo estaba parada a un lado observando la escena, hasta que Sergei se acercó con su novia y me la ofreció.
Ella me abrazó y me besó, mientras él se ponía detrás mío y empezaba a desvestirme. Me desabrochó el jean y metió su mano por encima de mi tanguita. Comenzó a rozar mi conchita por sobre mi tanguita, que estaba húmeda gracias a los besos de la rusa.
Yo deliraba. Cada roce de Sergei me hacía besar con más ganas a su novia. Sergei me abrazó y me hizo dar vuelta. Ahora era él quien me besaba con lujuria mientras su novia me bajaba los pantalones. Empezó a acariciarme la cola y meter sus manos por mi entrepierna. Sentí como mis músculos se ablandaban y me caía, pero los brazos fuertes de Sergei me sostenían de pie.
Sin parar de besarme, me arrastró hasta la cama. Me acostó en ella, y abrió mis piernas, haciendo que su novia se meta entre ellas. La rusa me miró y con una cara de felicidad enorme abrió su boca y me comió la concha desesperadamente.
Sergei se puso en bolas en segundos. Se arrodilló al lado mío y me puso su pija en la boca. De más está decir que ya la tenía durísima. La mina sacó su boca de mi concha un segundo para decirle algo que obviamente no entendí ni por casualidad. Sergei se paró y fue al lado de ella. La mina se arrodilló ahora de frente a él y empezó a chuparle la pija con la misma desesperación que lo había hecho con mi conchita.
Yo tenía ganas de ir con ella, pero tenía miedo. No sabía bien las reglas del juego y preferí ser más sumisa. Como si hubiera leído mi mente, la mina se detuvo y me llamó. Me arrodillé junto a ella y la besé mientras agarraba con una mano la verga de Sergei. La puse al lado de la de Tanya. Entre las dos manos no llegábamos a cubrir el tronco.
Comenzamos a mover las manos pajeándolo mientras seguíamos besándonos y tocándonos. Ella me agarró de los pelos y me puso la pija en la boca. Ahora la agarré con las dos manos y aprovechaba para tocarle las bolas y llegar hasta su ano, que ya sabía le gustaba. Sentí como su pija empezó a latir de la calentura que tenía el chabón.
La mina se puso frente a mi, y empezó a besarme y acariciarme los pechos. Fue bajando por mi panza, hasta llegar a mis piernas. Me levanté un poco, para que ella pudiera tener acceso más fácil a mi concha. Sin dudarlo, se acostó en el piso y me chupó la concha con una habilidad envidiable. Tan bien lo hizo que no tardé en acabar y chorrearme fuerte en su cara. Tuve que detener mi pete porque el orgasmo fue fuertísimo.
Todavía estaba recuperando la respiración, cuando Sergei me tiró en la cama. Levantó mis piernas y las apoyó en sus hombros apoyando la punta de su pija en mi conchita que aún chorreaba del orgasmo anterior. Despacio fue penetrándome hasta que llegó al fondo. Ahí se aferró fuerte de mis piernas y empezó a meterla y sacarla con fuerza.
Yo me agarraba de las sábanas para no salir despedida de las embestidas del ruso. Tanya se acercó y apoyó sus piernas en mi cabeza, en forma de almohada. Con sus manos empezó a acariciarme por todo el cuerpo, mientras su novio seguía cogiéndome como un animal.
De pronto se detuvo. La miró a Tanya y en seguida se puso en 4 levantando la cola para él. Sergei sacó su pija de adentro mío y se la clavó a su novia. Siguió metiendo su pija a un ritmo salvaje, difícil de mantener por mucho tiempo. Pero el chabón lo hacía sin problemas.
Yo aproveché para descansar. Pero no pasó mucho tiempo hasta que la mano de Sergei empezó a tocarme la pierna. Me acerqué y me metió un dedo en la concha. Había bajado un poco el ritmo de la cogida, pero ahora tenía a su novia penetrada con la pija y a mi con sus dedos. Tanya estiró su mano y me se agarró fuerte de mi, mientras seguía gimiendo por las embestidas de Sergei.
El ruso se detuvo. Sacó la pija de la concha de Tanya y se abalanzó sobre mí. Me besó y con un movimiento rápido me dio vuelta. Me agarró de las caderas levantando mi cola. Abrió los cachetes de mi culo y apuntó su pija a mi concha. Ya estaba abierta y mojada, por lo que se deslizó suavemente hasta que su cuerpo se chocó con mis nalgas.
Me agarró del pelo y se trepó encima mío. Yo me sentía la más puta, re cogida como una perra. Y eso me excitaba más. Gritaba que no parara, que me garchara más fuerte. Pero Sergei se detuvo. Había que compartir.
Tanya seguía en 4 a mi lado, esperando que su novio volviera a garcharla. Y así lo hizo. Esta vez con un ritmo más lento. Le acariciaba el pelo y la espalda mientras penetraba suavemente el cuerpo de su novia. Observar el lomazo de la mina contorsionado moviéndose al ritmo de la poronga del novio, me calentaba mucho.
De repente, le pegó un jalón violento del pelo que le tiró la cabeza para atrás y nuevamente, le pegó una garchada que la hizo tumbar en la cama. Los gritos de la mina eran impresionantes. Estaba acabando de una manera violenta.
Cuando la dejó knock out, volvió por mi. Pensé que me iba a hacer lo mismo, pero no. Me acostó boca arriba y luego de chuparme la concha un rato, se me tiró encima. Agarró mis piernas y las fue llevando hacia mis hombros. La penetración era muy profunda. Pensé que no iba a aguantar su ritmo tan adentro.
Sergei seguía taladrándome bien profundo, hasta que Tanya se acercó y se puso a sus espaldas. Empezó a acariciarlo, mientras él con un ritmo lento pero constante seguía metiendo y sacando su pija de adentro mío. De repente se frena. Siento como su pija se hincha dentro mío y la cara del chabón se transforma.
Cuando me asomo para ver que hacía Tanya, veo como con sus dedos estaba jugando en la cola de Sergei. Y al parecer al guacho le gustaba y mucho. Cuando se acostumbró, siguió cogiéndome cada vez más fuerte. Cuanto más fuerte se movía el loco, más enterrado el dedo en su culo. Mi cuerpo empezó a temblar y acabé en un orgasmo fabuloso.
Le pedí que parara, no daba más. Tanya también estaba exhausta. Se acercó a mi y me besó. La abracé y estuvimos un tiempo chapando y acariciándonos. Sergei aprovechó y empezó a pajearse delante nuestro.
Cuando lo vimos, cruzamos una mirada cómplice que nos llevó a levantarnos y ponernos a compartir la pija del chabón. La chupamos un rato cada una, hasta que con un fuerte grito, agarró a Tanya de los pelos y la llenó de leche en la cara.
La mina empezó a limpiarse la acabada con sus manos y se la llevaba a la boca, chupándose los dedos. Luego, me ofreció la pija para limpiarla. La agarré con mis manos desde los huevos y me metí la cabeza en la boca. Jugué un poco con la lengua hasta que perdió dureza.
Me tiré en la cama al lado de Tanya. Me besó y se recostó sobre mis hombros. Nos quedamos las dos dormidas toda la noche. Fue increíble como una sola pija nos dejó más que satisfechas a las dos.
Otros relatos de mi viaje
Conociendo la residencia
Historias de mi compañera de cuarto
Enseñando español a una holandesa
Con un italiano
Mi primo lejano
Africanos
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27 comentarios - Estudiando en Italia. La pareja rusa
me volví loco imaginando eso en mi cabeza.....
gracias.
gracias por pasar!
Son de esas cosas canchas que me vuelvo loco por hacer con mi novia jajaja
Pero no digas con ustedes, te prestas para que salga como loco hasta tu cama. Jajajajaj y no quiero empezar así ahora.
Rescato que el amor siempre vence, Sergey reservó su acabada para su amorcito y no para la invitada... 😀
Como siempre me agarra sin puntos. Volveré...
gracias por pasar!
Felicitaciones!! Van 10...
Besos!
gracias por pasar!
gracias por pasar!
Saludos!
Van puntos
gracias por pasar!
Te leo y te deseo Juli
espero disfrutes los otros relatos