Un dÃa estaba en casa de una amiga, estábamos algunos más, un amigo que vino de viaje, mi amiga con el novio, otra pareja más, la hermana de mi amiga y su hermano chico. Estábamos tranquilamente jugando a las cartas, cuando a mi amiga se le ocurrió quedarnos allà todos a dormir, debido a que sus padres estaba fuera de la ciudad, a todos les pareció buena idea, asà que eso hicimos, pedimos algo para cenar y seguimos jugando y hablando.
La hermana de mi amiga, con la cual hace ya un par de años estuve saliendo, aunque nada, fue una tonterÃa ya prácticamente casi olvidada, comenzó a tontear un poco conmigo, a su manera, siendo antipática y con malas contestaciones, pero yo ya sabÃa que juego se manejaba, asà que comencé a seguirlo un poco, y cuando me di cuenta estaba sentada a mi lado, y pasándome la mano por mi pierna sin que nadie viera nada, y rozándonos las piernas, que ella llevaba al aire, ya que tenÃa puesto un pantalón corto.
Ella mide más o menos lo mismo que yo tiene 23 años, el pelo a la taza, casi como un chico, unas tetas normalitas de tamaño, redonditas y bien puestas, su cara no es gran cosa aunque tiene algo que recuerda a un adorable conejito. Tras tanto tonteo, decidimos irnos a la cama, temporalmente, para que el hermano de mi amiga, que apenas tenÃa 9 ó 10 años, se fuera a dormir, el plan era que cuando se durmiera, nosotros nos levantarÃamos a seguir con lo nuestro.
Hicimos el reparto, mi amiga y el novio en la habitación de los padres, la otra pareja en otra habitación, el llegado de fuera en otra, y yo en la habitación de la hermana, me tocaba dormir con ella y el hermano chico. Puesto que era una litera, acordamos en dormir ella arriba y yo con el joven zagal abajo. Nos pusimos el chaval y yo al revés, él con la cabeza en los pies y yo con la mÃa en la cabecera. Y asà apagamos las luces y cada uno a dormir a sus cuartos. Sin duda las parejas aprovecharÃan para hacer sus cosas.
Yo por mi parte no podÃa cerrar aún los ojos, soy de dormir tarde, y menos aún teniendo a esta chica encima de mi cabeza y sabiendo que nos levantarÃamos en una media hora, cuando el joven se durmiera. De pronto vi como ella, dejó caer un brazo por un lado, yo me puse a cogerla de la mano y a darle suaves pasadas con la punta de los dedos, por la muñeca, la palma de la mano, el antebrazo. Por todos los sitios donde dan esas agradables sensaciones.
A ella desde luego no parecÃa molestarle asà que continué un rato más asÃ, unos diez minutos, ella bajaba un poco más el brazo y yo intentaba llegar desde donde estaba un poco más alto, hasta llegar a su hombro incluso. Luego cogà su mano y le di unos besos en cada uno de sus dedos. Luego cuando vi que el hermanillo ya se habÃa dormido, me puse de pie con mucho cuidado de no hacer ruido. Y apoyándome en el borde de la cama, pude ponerme de forma que mi cara estaba cerca de la suya… y bueno de su cuerpo ya dicho, ya que ella se mantenÃa tumbada.
Yo ya a sabiendas que ella no me rechazarÃa, me acerqué poco a poco a su cara y comencé a besarla, primero despacito, suave, y luego algo más fuerte, cada vez con más pasión, dándonos mordisquitos y mordiscazos en los labios. La verdad era una situación bastante extraña, en una postura tan incómoda, atento por si alguien de fuera entraba, ya que se escuchaban los sonidos de algunos salir y entrar en habitaciones y además con el zagal debajo.
Una situación morbosa, yo allà besándome con ella aunque dejándonos por unos instantes cuando escuchábamos ruido fuera. Al final dejamos de besarnos, y salà de la habitación, mi amiga estaba fuera, habÃa discutido con el novio, asà que hablé un poco con ella y le dije que su hermano se habÃa dormido ya. Me bajé a la cocina (la casa tiene los dormitorios arriba y cocina, salón y un cuarto de baño debajo) a por algo de agua, también bajó mi amiga, el que vino de fuera, y la hermana.
Mi colega se puso a tomarse unos cereales, y mi amiga dando vueltas por la cocina, cogimos y nos pusimos a jugar a las cartas la hermana, el de los cereales y yo. Después de unos diez minutos, la hermana ya dijo que se querÃa ir a dormir, y tal como lo dijo se fue. Yo como me sabÃa mal, dejarla irse sola, sabiendo lo que me esperaba arriba, asà que dije que estaba cansado asà que mejor nos fuéramos todos a la cama. Y eso hicimos. Todos a la cama.
Yo una vez tumbado esperé hasta que dejé de escuchar movimiento fuera. Una vez todo estaba en la más absoluta calma de la noche, me levanté, y viendo que la chica estaba despierta, sin duda esperándome. Me volvà a subir al borde de la cama y comencé otra vez a besarla, y ya con una mano apoyándome para no caerme, la otra comencé a sobarle las tetas por encima de la camisa que llevaba para dormir, y el sujetador. Empecé a apretarle un poco fuerte.
Le dije que se quitara la camisa y el sujetador, y asà lo hizo. Y allà estábamos liándonos, y yo comencé a masajear una de sus tetas y luego la otra, pellizcándole pezones, apretando, pasando las yemas de los dedos en cÃrculo.
Ya cuando saciado estaba de su boca, comencé a bajar poco a poco, primero la barbilla, la mejilla, el cuello, ahà me entretuve un poco y después empecé por la garganta y bajé hasta sus pechos, suaves y comencé a acercarme despacito, besando y pasando la lengua, llegué a la teta y comencé a acercarme al pezón haciendo cÃrculos, despacito pasando la lengua y besando, hasta llegar al pezón que comencé a presionar con la lengua y mover, a darle pequeños mordisquitos, ella ya respiraba pesadamente, aunque sin decir palabras.
Mi mano que ya no tenÃa trabajo, comenzó a ir bajando, mientras mi boca se entretenÃa con esas suaves tetas, la mano fue yendo por el abdomen, la cintura y debajo del pantalón y las bragas, hasta que llegué a la zona peluda, juguetee un poco con los pelos y seguà bajando, hasta llegar a su rajita. Comencé a pasar los dedos por fuera, por los labios, despacio, despacio, y luego como siempre, más rápido, hasta que estaba bastante lubricado uno de mis dedos se deslizó dentro de su rajita y comencé a moverlo dentro y fuera rápidamente, mientras mi boca se seguÃa divirtiendo con sus tetas.
Yo ya tenÃa la polla dura como una roca. Y ella movÃa su cintura, adelante y atrás, sin duda disfrutando de mi dedo dentro de ella, al poco comencé a meterle un segundo dedo, ella abrió un poco más las piernas y para mi sorpresa sentà una de sus manos que me palpaba la barriga, y bajaba, y se colaba por debajo del pantalón de pijama y de los calzoncillos, buscando mi dura polla, me puse un poco de puntilla para que le fuera más fácil alcanzarla, y la agarró con fuerza y comenzó a meneármela, sin mucho arte tengo que decir, pero el hecho de que su mano estuviera meneando mi miembro, me ponÃa a cien.
Comencé a meterle los dedos más rápido y a darle algunos mordiscos a sus tetas y pasaba también por su boca, las iba turnando. De pronto ella gimió un poco y empezó a respirar muy fuerte y moviéndose más rápido, haciendo un pequeño ruido con la cama, yo estaba disfrutando, pero temiendo que alguien entrara, disfrutando muchÃsimo con la situación, el riesgo me ponÃa aún más. Ella comenzó a relajarse hasta que empezó a respirar más pausadamente y dejó de mover la cadera, e incluso soltó mi pene. Yo saqué mis dedos, llenos de sus jugos y dejé de besarla.
La ayudé a bajar de la cama, con mucho tiento de no hacer ruido. Me dijo que estaba cansada y se querÃa echar a dormir. Yo le dije que no me podÃa dejar asÃ, con el pedazo de erección que tenÃa, asà que me bajó un poco los pantalones se agachó y comenzó a chuparme la polla, lo hacÃa con poco arte, sin duda no tenÃa mucha experiencia igual que cuando me pajeó, pero aún asÃ, el tener mi pollita dentro de su boca, húmeda y caliente, y comenzó a mamarme la punta, a pasarme la lengua. Yo ya estaba casi para correrme, cuando escuchamos abrirse la puerta de al lado, la habitación de sus padres…
Asà que se sacó la polla de la boca, me subà los pantalones, y la ayudé a subirse a la cama, hizo bastante ruido, yo me tumbé en la cama y entonces la puerta se abrió, y allà estaba mi amiga. Miró y vio a su hermana arriba dormida, (se lo estaba haciendo) y me preguntó si yo estaba dormido, le dije que no, que aún no podÃa dormir. ¿Cómo iba a dormir con el calentón que llevaba y ella me acababa de joder una mamada? Y encima tenÃa que procurar ocultar mi erección. Asà que esperé que ella saliera, y salà yo detrás de ella para irme al cuarto de baño, donde con excusa de mear, terminé de aliviar el calentón.
Al volver a la habitación, mi queridÃsima amiga estaba dormida, esta vez de verdad, lo comprobé bien de cerca. Asà que me fui yo también a dormir, con el dulce olor de su conejito en mis dedos…
La hermana de mi amiga, con la cual hace ya un par de años estuve saliendo, aunque nada, fue una tonterÃa ya prácticamente casi olvidada, comenzó a tontear un poco conmigo, a su manera, siendo antipática y con malas contestaciones, pero yo ya sabÃa que juego se manejaba, asà que comencé a seguirlo un poco, y cuando me di cuenta estaba sentada a mi lado, y pasándome la mano por mi pierna sin que nadie viera nada, y rozándonos las piernas, que ella llevaba al aire, ya que tenÃa puesto un pantalón corto.
Ella mide más o menos lo mismo que yo tiene 23 años, el pelo a la taza, casi como un chico, unas tetas normalitas de tamaño, redonditas y bien puestas, su cara no es gran cosa aunque tiene algo que recuerda a un adorable conejito. Tras tanto tonteo, decidimos irnos a la cama, temporalmente, para que el hermano de mi amiga, que apenas tenÃa 9 ó 10 años, se fuera a dormir, el plan era que cuando se durmiera, nosotros nos levantarÃamos a seguir con lo nuestro.
Hicimos el reparto, mi amiga y el novio en la habitación de los padres, la otra pareja en otra habitación, el llegado de fuera en otra, y yo en la habitación de la hermana, me tocaba dormir con ella y el hermano chico. Puesto que era una litera, acordamos en dormir ella arriba y yo con el joven zagal abajo. Nos pusimos el chaval y yo al revés, él con la cabeza en los pies y yo con la mÃa en la cabecera. Y asà apagamos las luces y cada uno a dormir a sus cuartos. Sin duda las parejas aprovecharÃan para hacer sus cosas.
Yo por mi parte no podÃa cerrar aún los ojos, soy de dormir tarde, y menos aún teniendo a esta chica encima de mi cabeza y sabiendo que nos levantarÃamos en una media hora, cuando el joven se durmiera. De pronto vi como ella, dejó caer un brazo por un lado, yo me puse a cogerla de la mano y a darle suaves pasadas con la punta de los dedos, por la muñeca, la palma de la mano, el antebrazo. Por todos los sitios donde dan esas agradables sensaciones.
A ella desde luego no parecÃa molestarle asà que continué un rato más asÃ, unos diez minutos, ella bajaba un poco más el brazo y yo intentaba llegar desde donde estaba un poco más alto, hasta llegar a su hombro incluso. Luego cogà su mano y le di unos besos en cada uno de sus dedos. Luego cuando vi que el hermanillo ya se habÃa dormido, me puse de pie con mucho cuidado de no hacer ruido. Y apoyándome en el borde de la cama, pude ponerme de forma que mi cara estaba cerca de la suya… y bueno de su cuerpo ya dicho, ya que ella se mantenÃa tumbada.
Yo ya a sabiendas que ella no me rechazarÃa, me acerqué poco a poco a su cara y comencé a besarla, primero despacito, suave, y luego algo más fuerte, cada vez con más pasión, dándonos mordisquitos y mordiscazos en los labios. La verdad era una situación bastante extraña, en una postura tan incómoda, atento por si alguien de fuera entraba, ya que se escuchaban los sonidos de algunos salir y entrar en habitaciones y además con el zagal debajo.
Una situación morbosa, yo allà besándome con ella aunque dejándonos por unos instantes cuando escuchábamos ruido fuera. Al final dejamos de besarnos, y salà de la habitación, mi amiga estaba fuera, habÃa discutido con el novio, asà que hablé un poco con ella y le dije que su hermano se habÃa dormido ya. Me bajé a la cocina (la casa tiene los dormitorios arriba y cocina, salón y un cuarto de baño debajo) a por algo de agua, también bajó mi amiga, el que vino de fuera, y la hermana.
Mi colega se puso a tomarse unos cereales, y mi amiga dando vueltas por la cocina, cogimos y nos pusimos a jugar a las cartas la hermana, el de los cereales y yo. Después de unos diez minutos, la hermana ya dijo que se querÃa ir a dormir, y tal como lo dijo se fue. Yo como me sabÃa mal, dejarla irse sola, sabiendo lo que me esperaba arriba, asà que dije que estaba cansado asà que mejor nos fuéramos todos a la cama. Y eso hicimos. Todos a la cama.
Yo una vez tumbado esperé hasta que dejé de escuchar movimiento fuera. Una vez todo estaba en la más absoluta calma de la noche, me levanté, y viendo que la chica estaba despierta, sin duda esperándome. Me volvà a subir al borde de la cama y comencé otra vez a besarla, y ya con una mano apoyándome para no caerme, la otra comencé a sobarle las tetas por encima de la camisa que llevaba para dormir, y el sujetador. Empecé a apretarle un poco fuerte.
Le dije que se quitara la camisa y el sujetador, y asà lo hizo. Y allà estábamos liándonos, y yo comencé a masajear una de sus tetas y luego la otra, pellizcándole pezones, apretando, pasando las yemas de los dedos en cÃrculo.
Ya cuando saciado estaba de su boca, comencé a bajar poco a poco, primero la barbilla, la mejilla, el cuello, ahà me entretuve un poco y después empecé por la garganta y bajé hasta sus pechos, suaves y comencé a acercarme despacito, besando y pasando la lengua, llegué a la teta y comencé a acercarme al pezón haciendo cÃrculos, despacito pasando la lengua y besando, hasta llegar al pezón que comencé a presionar con la lengua y mover, a darle pequeños mordisquitos, ella ya respiraba pesadamente, aunque sin decir palabras.
Mi mano que ya no tenÃa trabajo, comenzó a ir bajando, mientras mi boca se entretenÃa con esas suaves tetas, la mano fue yendo por el abdomen, la cintura y debajo del pantalón y las bragas, hasta que llegué a la zona peluda, juguetee un poco con los pelos y seguà bajando, hasta llegar a su rajita. Comencé a pasar los dedos por fuera, por los labios, despacio, despacio, y luego como siempre, más rápido, hasta que estaba bastante lubricado uno de mis dedos se deslizó dentro de su rajita y comencé a moverlo dentro y fuera rápidamente, mientras mi boca se seguÃa divirtiendo con sus tetas.
Yo ya tenÃa la polla dura como una roca. Y ella movÃa su cintura, adelante y atrás, sin duda disfrutando de mi dedo dentro de ella, al poco comencé a meterle un segundo dedo, ella abrió un poco más las piernas y para mi sorpresa sentà una de sus manos que me palpaba la barriga, y bajaba, y se colaba por debajo del pantalón de pijama y de los calzoncillos, buscando mi dura polla, me puse un poco de puntilla para que le fuera más fácil alcanzarla, y la agarró con fuerza y comenzó a meneármela, sin mucho arte tengo que decir, pero el hecho de que su mano estuviera meneando mi miembro, me ponÃa a cien.
Comencé a meterle los dedos más rápido y a darle algunos mordiscos a sus tetas y pasaba también por su boca, las iba turnando. De pronto ella gimió un poco y empezó a respirar muy fuerte y moviéndose más rápido, haciendo un pequeño ruido con la cama, yo estaba disfrutando, pero temiendo que alguien entrara, disfrutando muchÃsimo con la situación, el riesgo me ponÃa aún más. Ella comenzó a relajarse hasta que empezó a respirar más pausadamente y dejó de mover la cadera, e incluso soltó mi pene. Yo saqué mis dedos, llenos de sus jugos y dejé de besarla.
La ayudé a bajar de la cama, con mucho tiento de no hacer ruido. Me dijo que estaba cansada y se querÃa echar a dormir. Yo le dije que no me podÃa dejar asÃ, con el pedazo de erección que tenÃa, asà que me bajó un poco los pantalones se agachó y comenzó a chuparme la polla, lo hacÃa con poco arte, sin duda no tenÃa mucha experiencia igual que cuando me pajeó, pero aún asÃ, el tener mi pollita dentro de su boca, húmeda y caliente, y comenzó a mamarme la punta, a pasarme la lengua. Yo ya estaba casi para correrme, cuando escuchamos abrirse la puerta de al lado, la habitación de sus padres…
Asà que se sacó la polla de la boca, me subà los pantalones, y la ayudé a subirse a la cama, hizo bastante ruido, yo me tumbé en la cama y entonces la puerta se abrió, y allà estaba mi amiga. Miró y vio a su hermana arriba dormida, (se lo estaba haciendo) y me preguntó si yo estaba dormido, le dije que no, que aún no podÃa dormir. ¿Cómo iba a dormir con el calentón que llevaba y ella me acababa de joder una mamada? Y encima tenÃa que procurar ocultar mi erección. Asà que esperé que ella saliera, y salà yo detrás de ella para irme al cuarto de baño, donde con excusa de mear, terminé de aliviar el calentón.
Al volver a la habitación, mi queridÃsima amiga estaba dormida, esta vez de verdad, lo comprobé bien de cerca. Asà que me fui yo también a dormir, con el dulce olor de su conejito en mis dedos…
2 comentarios - El morbo de hacerlo a escondidas con una amiga