Les voy a dejar un caso práctico de cómo se siente una mujer sexópata viviendo en Mendoza.
Situación: llamo a mis amigas porque estaba preocupada por mi falta de sexo y necesitaba hablar con ellas ya que me podían dar otro punto de vista y calmar mis ánimos porque lo único que puede reemplazar aquella ansiedad es salir a correr y era tarde.
Arreglamos para vernos, nos juntamos en un bar y entre que hacemos el pedido, comemos una pizza con cerveza, cada una empezó a largar sus frustraciones.
La primera decía algo así como: “Estoy cansada de que mi novio me busque todo el tiempo para hacer el amor, éste se cree que yo tengo ganas todos los fines de semana, y como me da no sé qué decirle que no, terminamos haciéndolo”
La segunda en la ronda agrega: “¡Bueno amiga, tenés suerte! Yo vengo invicta hace 4 meses, porque desde que me peleé con E-T no he estado con nadie, igual estoy bien así, estoy disfrutando la soledad.
Mi tercer amiga engancha la competencia con: “¡Ustedes son un poroto al lado mío! Desde que nos fuimos a vivir juntos, la cama la tenemos sólo para dormir, llevo 1 año sin hacerlo.” Y repito esto por las dudas de que no hayan leído bien…ella dijo: ¡Llevo un año sin hacerlos!
Acto seguido; mi cara a punto de entrar en shock, y mi turno por hablar, hizo que me pidieran por favor que empiece a decir al menos por qué estábamos ahí. Dudé en decir la verdad, en inventar algo que para ellas valiera la pena, pero no, son mis amigas, por mas frías que sean… Agachando la cabeza y sintiéndome una larva pegajosa y diminuta les dije: “¡Hace una semana y media decidí dejar en manos de mi novio nuestra vida sexual sin que él no lo sepa! ¡Estoy de los pelos! ¡Desde ese momento es que no le veo más la cara a Dios! ¡Chicas por favor! Díganme que me leyeron la mente y que todo lo que dijeron es mentira o sus nombres son Frígida, Dormilona y Cornuda (en el orden en el que hablaron).
Definitivamente el adjetivo menos descalificativo hacia mi fue puta.
Aparento ser una persona normal, hasta que hablo de sexo. Entre amigas o mujeres suceden estas cosas. Ahora, cuando lo charlo con varones… primero; dejo de tener amigos y los adjetivos suelen ser muy inspiradores, tales como: ¡ídola, genia, la mina ideal, la mujer perfecta, la amante de mis sueños! Uno de ellos una vez me dijo; yo quiero que mi hija sea como vos! Así sale ¡Puta!….y también ¡Hija de Puta! Otro amigo negó que compartiésemos departamento para abaratar costos porque no hubiese soportado compartir con alguien que sabe que vive pensando en tener sexo pero que es como una hermana.
¡Pongámonos las pilas muchachas y dejemos de reprimir esas ganas que nos grita el cuerpo! Háganme sentir un poco más a tono con ustedes.
¡A quién no le gustaría hacer cuchi cuchi todos los días! ¡Bailar salsa, merengue, y comer fruta todos los días!
Situación: llamo a mis amigas porque estaba preocupada por mi falta de sexo y necesitaba hablar con ellas ya que me podían dar otro punto de vista y calmar mis ánimos porque lo único que puede reemplazar aquella ansiedad es salir a correr y era tarde.
Arreglamos para vernos, nos juntamos en un bar y entre que hacemos el pedido, comemos una pizza con cerveza, cada una empezó a largar sus frustraciones.
La primera decía algo así como: “Estoy cansada de que mi novio me busque todo el tiempo para hacer el amor, éste se cree que yo tengo ganas todos los fines de semana, y como me da no sé qué decirle que no, terminamos haciéndolo”
La segunda en la ronda agrega: “¡Bueno amiga, tenés suerte! Yo vengo invicta hace 4 meses, porque desde que me peleé con E-T no he estado con nadie, igual estoy bien así, estoy disfrutando la soledad.
Mi tercer amiga engancha la competencia con: “¡Ustedes son un poroto al lado mío! Desde que nos fuimos a vivir juntos, la cama la tenemos sólo para dormir, llevo 1 año sin hacerlo.” Y repito esto por las dudas de que no hayan leído bien…ella dijo: ¡Llevo un año sin hacerlos!
Acto seguido; mi cara a punto de entrar en shock, y mi turno por hablar, hizo que me pidieran por favor que empiece a decir al menos por qué estábamos ahí. Dudé en decir la verdad, en inventar algo que para ellas valiera la pena, pero no, son mis amigas, por mas frías que sean… Agachando la cabeza y sintiéndome una larva pegajosa y diminuta les dije: “¡Hace una semana y media decidí dejar en manos de mi novio nuestra vida sexual sin que él no lo sepa! ¡Estoy de los pelos! ¡Desde ese momento es que no le veo más la cara a Dios! ¡Chicas por favor! Díganme que me leyeron la mente y que todo lo que dijeron es mentira o sus nombres son Frígida, Dormilona y Cornuda (en el orden en el que hablaron).
Definitivamente el adjetivo menos descalificativo hacia mi fue puta.
Aparento ser una persona normal, hasta que hablo de sexo. Entre amigas o mujeres suceden estas cosas. Ahora, cuando lo charlo con varones… primero; dejo de tener amigos y los adjetivos suelen ser muy inspiradores, tales como: ¡ídola, genia, la mina ideal, la mujer perfecta, la amante de mis sueños! Uno de ellos una vez me dijo; yo quiero que mi hija sea como vos! Así sale ¡Puta!….y también ¡Hija de Puta! Otro amigo negó que compartiésemos departamento para abaratar costos porque no hubiese soportado compartir con alguien que sabe que vive pensando en tener sexo pero que es como una hermana.
¡Pongámonos las pilas muchachas y dejemos de reprimir esas ganas que nos grita el cuerpo! Háganme sentir un poco más a tono con ustedes.
¡A quién no le gustaría hacer cuchi cuchi todos los días! ¡Bailar salsa, merengue, y comer fruta todos los días!
6 comentarios - Sentirse la última mina del desierto
también soy de Mendoza y todas las que conozco... Son un clavo jajajaja... Salufoss!!!