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El Bautizo 2

Después del episodio del Bautizo, a pesar de ver numerosas veces a mi cuñada no me dio pelota para nada, varias veces estuvimos solos en mi casa o en la de ella, pero no tocó el tema de ninguna forma.

Unos meses después por motivos de trabajo me toco ir a la ciudad de Calama, en esa ciudad tenemos un proyecto de control ambiental en la compañía minera más grande de Chile. Por esas cosas de la vida en la misma ciudad trabaja mí cuñado el Negro y por supuesto cuando le llame avisando que pasarían un mes por esos lados me invito a quedarme en su casa. El negro estaba soltero aún, y después del bautizo quedé muy impresionado por los caminos que la calentura me estaba llevando.

Me fue a buscar al aeropuerto, ya que estaba en sus días de descanso, me hizo por la ciudad bueno Calama es una ciudad minera, fea, en realidad muy fea, jajajaja, denominada la ciudad de las tres P, perros, polvo y putas.

Al otro día fui a varias reuniones a las oficinas de la minera y quedamos de cenar juntos con el Negro, que me paso a buscar a las siete de la tarde y nos fuimos al centro, pasamos a un café con piernas repleto de mineros. Los café con piernas en Chile, son lugares donde lo menos importante es el café, ya que lo atienden chicas jóvenes en bikini, en algunos casos en topless y en los mejores completamente desnudas. Allí estuvimos hasta pasadas las diez, mirando tetas, culos y porque no, tocándolas por unos pocos billetes.

Cuando estábamos saliendo de tamaño antro del pecado y de la perdición, lo digo por la cantidad de billetes gastados en chicas, que en su mayoría en mulatas colombianas, conocidas en Chile como “Las Culombianas”, en Negro me dice que esta súper triste pues al otro día tiene turno de ocho por seis, es decir ocho días de trabajo continuo y luego seis días de descanso. Pero que no me dejará sólo pues su hermana Ely (mi cuñada del Bautizo) llega en la noche a pasar unos días con él, bueno ella sin saber las pasará conmigo.

Cuando llegamos a su casa, que mas bien era una serie de casas de dos pisos en series de seis, pequeñas, cocina y comedor en la primera planta y dos dormitorios en el segundo piso, ambas con camas de dos plazas diseñadas pensando en mineros solteros que no eran de la ciudad, me invito un trago y nos sentamos a conversar. Vi que quería acercarse pero su timidez se lo impidió y yo no intente tampoco acercarme, le di las gracias y me fui a dormir.

Esa noche dormí como tronco y en la mañana cuando desperté el negro ya se había ido, prepare mis cosas y salí, esta vez ya vestido de minero y me fui a Chuquicamata, tuve algunas reuniones y aproveche de pasar a ver a varios Administrador de Contratos de nuestra compañía, que necesitaban coordinar estados de pagos y nuevos estudios.

Uno de los mejores contratos estábamos a punto de tomarlos, para lo que me asignarían como Administrador, cosa que me tendría varias semanas al mes por la dichosa ciudad. El encargado de la minera, que ya había tenido numerosas reuniones me invito a conocer las instalaciones y almorzar en el casino de la gerencia, y discutimos durante el almuerzo los términos de cómo tomar el contrato, no había más de 50 personas, en cambio en el casino de los trabajadores había cinco mil comensales por turno.

En la tarde llegue a la casa del Negro agotado y me fui a la ducha, estuve allí un buen rato, y cuando termine me fui a mi habitación, había un perfume muy dulce en el ambiente, casi como estuviera mi mujer allí, cerré los ojos, y pensé que estaba soñando tonteras, los polvos con mi mujer eran buenos pero a veces sentía que la rutina nos mataba. Tire la toalla a la cama y me quede buscando la ropa que me iba a poner, se me antojaba una rato de culombianas, quizás coger algún buen culo o mejor aun que me dieran una mamada. En eso sentí una manos tomándome de las caderas, jure que era el Negro y al darme vuelta era Ely, mi querida y fornicable cuñada, no podía creer lo guapa que estaba, la mire de pies a cabeza y le di un beso profundo, mi polla se elevó de golpe y ella no me soltó mirando hacia el tronco y bajo su boca directamente a mi polla, y muy despacio le paso su lengua, para luego coger la cabeza y ponerla dentro de su boca, chupando suave se la trago casi entera, uff me recordé del Negro, usaban la misma técnica para comerse la polla jajajaja.

En pocos minutos me tuvo con la polla dura como piedra, tomándole la cabeza para metérsela hasta el fondo de la garganta, con una seguidilla de arcadas, mis ganas de cogerle la boca con violencia aumentaron hasta ya no aguante mas y le llene la garganta de semen, uff eyacule lo que no había podido hacer con mi mujer en los última semana. La tome de los brazos y la lleve a la cama, la bese en la boca sintiendo aún el sabor de mi semen, y le saque su blusa para disfrutar de senos enormes y deliciosos, dulces y con un olor que me enloquece.

Me comí su coño depilado con calma, devorando sus labios y su clítoris con pausa, dedicado a lamer y chupar cada pedazo de ese tremendo cuerpo, me divertí con sus pezones enormes, tenía una aureola rozada inmensa, devoré su abdomen plano, y bese cada rincón de su cola. Ella exudaba sensualidad, de su cuerpo emanaba un aroma cachondo, a sudor y fluidos vaginales que me enloquecían, la puse boca abajo y su cola, hermosa cola, por fin la pude aprecia en plenitud, pensé en aquella noche que la cogí a la fuerza y la polla se puso como hierro, le chupe el ojete del culo, a lo que mi cuñada se sobresaltó igual que la vez anterior, solo que esta vez subí besando su espalda hasta su nuca, y ya cerca de su oído le dije que la iba penetrar por la cola, esta vez sí muy despacio, a lo que ella me respondió que lo hiciera igual de bruto, que eso la había inflamado.

Su respuesta inesperada me enloqueció, baje rápidamente a lamer de nuevo el ojete y apunte la verga, con solo sentirla ella levanto su cola buscando el encuentro, un poco de saliva en la punta y apreté, apoye y empuje como bestia, los brazos de Ely se estiraron, tensos y apretó la cola, un gemido profundo salió de su garganta, su primer orgasmo salió y su cola busco con más fuerza el encuentro.

Con la cabeza dentro sentí una presión increíble, me había costado mucho meterla, mi pecho transpiraba y Ely respiraba muy fuerte, me acerque nuevamente a su oído para morder su oreja y empecé a meterla cada vez con más fuerza, Ely se tensó completa nuevamente, sentía sus duras nalgas cada vez más paradas y yo metiendo la polla con fuerza, la cogí a lo bestia, no me preocupe de sus movimientos ni gemidos lastimeros, solo metí y metí hasta que mis huevos tocaron sus nalgas, a punto de reventar y llenarle la cola de leche, me detuve un momento para mirar esa cola soñada, la saque entera y de un golpe la metí hasta el fondo, ella gimió y se aferró a la cama con ambas manos, mordía la sabana y yo disfrutaba como nunca ese culo, era mío, todo mío, y seguí metiéndole la verga hasta que reventé dentro, liberé la leche que tenía acumulada hace unos días y la saque goteante, roja y con dolor, de su culo emanaba semen y un hilillo de sangre, le había roto el culo, su hermoso culo.

Me recosté a su lado, la abrace y ella apenas podía moverse, sus ojos cerrados de a poco se abrieron, y me miraron con una mirada perdida, extraña, ausente, vi correr unas lágrimas de cada uno de sus ojos y me asuste, la apreté contra mi cuerpo y se estremeció.

Estaba como en trance, me acerque a quitarle las lágrimas y le pregunte por que lloraba, si yo el pelotudo le había hecho daño, si me odiaba por ser tan bruto. Su inmovilidad se mantuvo un rato, hasta que tragó saliva y movió sus piernas se acercó y me dio un beso, apasionado, me tomo del pelo, balbuceando mi nombre muy despacio, me besaba y me apretaba.

Se levantó de la cama, toda adolorida, y me llevo de la mano a la ducha, el agua caliente la reconfortó, la enjaboné entera y sus manos enjabonaron el mío, su silencio me mataba, le volví a preguntar qué pasaba, y sus manos taparon mi boca y a mis preguntan sólo recibí besos y su mano cogía mi polla y la apretaba una y otra vez, hasta que estuvo como hierro nuevamente.

Salimos de la ducha, nos secamos y de la mano volvimos a la cama, sacamos una botella de ron, cubos de hielo y nos tomamos un trago, de su cartera saco un cigarro que fumamos a medias y sentándose encima de mi pecho me dijo que lo había disfrutado como nunca, que jamás se había imaginado que lo intenso de esa penetración la había excitado tanto, se había corrido varias veces… cuñadito quiero que me lo hagas siempre así…

Su cola había sido bautizada por segunda vez.

Seguirá.

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