Ya mi hijo había recibido su merecido. Ahora era el turno de mi esposo. Me daba vueltas en la cabeza lo que me había dicho Fabio. Tal vez una buena fiesta sería interesante, pero no bastaba con eso si mi esposo y todos sus amigos y conocidos no se enteraban, así que al día siguiente en el gimnasio debía hablar con Fabio.
Leonel estaba muy atento y trató de llevarme todo el tiempo a la sala de masajes. El cabrón me quería volver a poseer, pero yo estaba organizando otra cosa. Además ya lo había probado y no se justificaba volver a hacerlo. Mas adelante se vería, así que se quedó con un palmo denarices. Paja para uno, pensé mientras lo dejaba solo.
En la oficina de Fabio, el ambiente estaba mas distendido, y además me interesaba la experiencia de este macho.
Entré y lo besé, y de inmediato mi mano bajó buscando su verga, que estaba dormida.
- Vamos, ponte en marcha que no tengo todo el día, le dije sonriendo mientras lo besaba.
- Pues díselo tú, me contesto, y entonces me agaché, lo desnudé y me la metí en la boca.
Dentro de ella la sentí como iba creciendo hasta convertirse en una estaca.
Terminamos de desnudarnos y me acosté en el sofá. El se acostó encima mío besándome y acariciando mis tetas y mi culo. Lentamente metió uno de sus dedos en mi ano lo que me sorprendió, ya que nunca había tenido sexo anal, pero la sensación era interesante. No placentera por el momento pero tampoco dolorosa.
Cuando me clavó hasta el fondo comenzó a moverse mientras su dedo insistía en juguetear con mi entrada posterior, y me excitó.
- Tienes los pezones duros como piedras, Vale, se nota que te gusta que juguetean con tu culito, me dijo al oído sin dejar de trabajarme en todo el cuerpo.
- Cállate cabrón y esmérate para hacerme gozar, le dije gimiendo.
Su dedo medio frotaba mi ano, lo mojaba en mis líquidos y volvía a frotarme, y yo sentí que iba enloqueciendo de placer. Cuando sintió que estaba al borde del orgasmo, cuando le pedí que me diera todo, mientras comenzaba a correrme, entonces su dedo traspasó mi esfinter y poseyó mi culo. Esa sensación intensificó mi acabada que fue gloriosa. Su dedo entró hasta el nudillo y yo seguía mientras acabando y acabando y acabando. Por fin me aflojé.
- Tengo que hacerte ese culito, nena, seguro que eres una experta, dijo mientras comenzaba a acelerar nuevamente.
- Nunca lo hice por ahí. Rogelio quería pero nunca lo dejé.
- Que alegría que me das. Soy un especialista en desvirgar culitos, pero no será hoy porque ya estoy a punto, y quiero probar tu boquita.
- Y a que esperas? Le contesté.
Desmontó y se sentó en el sofá, mientras que yo rápidamente capturé su verga dura y latente, para comenzar a chuparla con ganas.
- Que bien que la chupás, Vale, en eso no hace falta enseñarte nada. Ahora te vas a comer mis mocos y no quiero que desperdicies nada.... ahí te vaaaaaaaaaaaaa.......
Casi me ahogó la fuerza de su acabada. Como dije, era impresionante la cantidad de semen que disparaba este semental en cada orgasmo. Tuve que esforzarme pero al final ni una gota del macho se escapó de mi boca.
Por fin, vueltos a la tranquilidad, le conté como quería vengarme de mi marido.
- Fabio, tu me hablaste de una fiestita. ¿ Lo decías en serio?
- Por supuesto. Tengo varios amigos que morirían por pasar un rato contigo.
- No me sirven tus amigos, dije. Necesito a quienes tengan cuentas pendientes con mi maridito.
- Eso es mas complicado, pero se puede hacer.
- Y quiero que hagamos una película como si fuera una porno, agregué.
Me miró por un segundo.
- Y la película la subiremos a la red, completé, y le haremos llegar el link a mi esposo.
Me miró con los ojos desorbitados.
- Es una locura.
- Podrás venderla y quedarte con lo que ganes, dije para terminar de convencerlo.
- Sigue siendo complicado.
- Si me ayudas, luego de ese día te dejaré que desvirgues mi culito, dije poniendo la zanahoria adelante del caballo. Y fue efectivo, ahí mismo se puso en marcha.
- Pero necesitamos alguien que filme, dijo, de pronto, y me imagino que hará falta un argumento.
- Todo eso dejalo por mi cuenta. Tu consigue la gente y el lugar. Del resto me encargo yo. Iré preparando el guión y tu se lo pasarás a los otros.
- Me parece que estás totalmente loca, pero no me pierdo tu culito por nada del mundo. Te van a coger bombón, te van a coger bien cogida. ¿ estás segura?
- De solo pensarlo ya estoy acabando, le dije, y ahora me voy. Cuando tengas todo listo me avisas, vale?
- Cuenta con ello. El lunes pasa que tendré todo organizado.
Salí, y en la puerta me estaba esperando Leonel.
- Vale, tengo que hablar contigo.
- Estoy apurada, Leo.
- Te acompaño y hablamos mientras caminamos.
- Bueno.
-Mira, no se como pasó pero tu hijo se enteró de lo nuestro, dijo compungido, me encaró en la escuela y quería pelearme. Yo negué todo lo que pude, pero al final tuve que reconocerlo y le dije que tu me habías buscado, que yo no tenía la culpa. Creo que entendió.
- A ver Leo, primero lo nuestro fue un simple polvo. La pasamos bien, y quizás en otro momento lo repitamos. Segundo, me importa poco lo que piense el cabrón de mi hijo. Si se enteró ahora sabe que sus padres son los dos iguales, pero estoy por alcanzarlo por todo lo que hizo, y ahí es donde tengo que pedirte que hagas algo por mi, le dije aprovechando el momento.
- Tu sabes que haré lo que quieras, dijo rendido a mis pies.
- Necesito que trabajes como camarógrafo de una producción amateur.
- Bueno, algo entiendo de video, pero no se si tanto.
- Solo tu puedes hacerlo, le insistí.
- Está bien, pero dame mas datos.
- Es entre tu y yo, estate preparado, cierra la boca, y espera mi llamado.
- Está bien, pero necesito estar contigo, insistió mientras trataba de acariciarme.
Lo corté en seco.
-Estate quieto, nene. En la calle ni se te ocurra tocarme, porque recibirás un guantazo.
Luego de la violencia el premio.
- Ayúdame con ésto y después seré tuya toda una tarde en un lugar donde nadie nos moleste y podamos desahogarnos tranquilos, dije guiñándole un ojo.
La cara de felicidad de ese bebé, era para un marco.
Una vez en casa, me senté en la Notebook y preparé el guión de lo que sería mi venganza a la alta escuela. El sábado mi esposo salió, y pude trabajar tranquila. El domingo por la noche me sentía totalmente satisfecha. Cuando fui a acostarme, mi maridito trató de tener sexo, pero le dije que me dolía la cabeza, por haber trabajado tanto.
- Me gustaría saber en que trabajas, dijo enojado, dándose vuelta en la cama.
“ En ponerte los cuernos mas grandes que se han visto sobre la tierra” pensé mientras me dormía con una sonrisa.
Leonel estaba muy atento y trató de llevarme todo el tiempo a la sala de masajes. El cabrón me quería volver a poseer, pero yo estaba organizando otra cosa. Además ya lo había probado y no se justificaba volver a hacerlo. Mas adelante se vería, así que se quedó con un palmo denarices. Paja para uno, pensé mientras lo dejaba solo.
En la oficina de Fabio, el ambiente estaba mas distendido, y además me interesaba la experiencia de este macho.
Entré y lo besé, y de inmediato mi mano bajó buscando su verga, que estaba dormida.
- Vamos, ponte en marcha que no tengo todo el día, le dije sonriendo mientras lo besaba.
- Pues díselo tú, me contesto, y entonces me agaché, lo desnudé y me la metí en la boca.
Dentro de ella la sentí como iba creciendo hasta convertirse en una estaca.
Terminamos de desnudarnos y me acosté en el sofá. El se acostó encima mío besándome y acariciando mis tetas y mi culo. Lentamente metió uno de sus dedos en mi ano lo que me sorprendió, ya que nunca había tenido sexo anal, pero la sensación era interesante. No placentera por el momento pero tampoco dolorosa.
Cuando me clavó hasta el fondo comenzó a moverse mientras su dedo insistía en juguetear con mi entrada posterior, y me excitó.
- Tienes los pezones duros como piedras, Vale, se nota que te gusta que juguetean con tu culito, me dijo al oído sin dejar de trabajarme en todo el cuerpo.
- Cállate cabrón y esmérate para hacerme gozar, le dije gimiendo.
Su dedo medio frotaba mi ano, lo mojaba en mis líquidos y volvía a frotarme, y yo sentí que iba enloqueciendo de placer. Cuando sintió que estaba al borde del orgasmo, cuando le pedí que me diera todo, mientras comenzaba a correrme, entonces su dedo traspasó mi esfinter y poseyó mi culo. Esa sensación intensificó mi acabada que fue gloriosa. Su dedo entró hasta el nudillo y yo seguía mientras acabando y acabando y acabando. Por fin me aflojé.
- Tengo que hacerte ese culito, nena, seguro que eres una experta, dijo mientras comenzaba a acelerar nuevamente.
- Nunca lo hice por ahí. Rogelio quería pero nunca lo dejé.
- Que alegría que me das. Soy un especialista en desvirgar culitos, pero no será hoy porque ya estoy a punto, y quiero probar tu boquita.
- Y a que esperas? Le contesté.
Desmontó y se sentó en el sofá, mientras que yo rápidamente capturé su verga dura y latente, para comenzar a chuparla con ganas.
- Que bien que la chupás, Vale, en eso no hace falta enseñarte nada. Ahora te vas a comer mis mocos y no quiero que desperdicies nada.... ahí te vaaaaaaaaaaaaa.......
Casi me ahogó la fuerza de su acabada. Como dije, era impresionante la cantidad de semen que disparaba este semental en cada orgasmo. Tuve que esforzarme pero al final ni una gota del macho se escapó de mi boca.
Por fin, vueltos a la tranquilidad, le conté como quería vengarme de mi marido.
- Fabio, tu me hablaste de una fiestita. ¿ Lo decías en serio?
- Por supuesto. Tengo varios amigos que morirían por pasar un rato contigo.
- No me sirven tus amigos, dije. Necesito a quienes tengan cuentas pendientes con mi maridito.
- Eso es mas complicado, pero se puede hacer.
- Y quiero que hagamos una película como si fuera una porno, agregué.
Me miró por un segundo.
- Y la película la subiremos a la red, completé, y le haremos llegar el link a mi esposo.
Me miró con los ojos desorbitados.
- Es una locura.
- Podrás venderla y quedarte con lo que ganes, dije para terminar de convencerlo.
- Sigue siendo complicado.
- Si me ayudas, luego de ese día te dejaré que desvirgues mi culito, dije poniendo la zanahoria adelante del caballo. Y fue efectivo, ahí mismo se puso en marcha.
- Pero necesitamos alguien que filme, dijo, de pronto, y me imagino que hará falta un argumento.
- Todo eso dejalo por mi cuenta. Tu consigue la gente y el lugar. Del resto me encargo yo. Iré preparando el guión y tu se lo pasarás a los otros.
- Me parece que estás totalmente loca, pero no me pierdo tu culito por nada del mundo. Te van a coger bombón, te van a coger bien cogida. ¿ estás segura?
- De solo pensarlo ya estoy acabando, le dije, y ahora me voy. Cuando tengas todo listo me avisas, vale?
- Cuenta con ello. El lunes pasa que tendré todo organizado.
Salí, y en la puerta me estaba esperando Leonel.
- Vale, tengo que hablar contigo.
- Estoy apurada, Leo.
- Te acompaño y hablamos mientras caminamos.
- Bueno.
-Mira, no se como pasó pero tu hijo se enteró de lo nuestro, dijo compungido, me encaró en la escuela y quería pelearme. Yo negué todo lo que pude, pero al final tuve que reconocerlo y le dije que tu me habías buscado, que yo no tenía la culpa. Creo que entendió.
- A ver Leo, primero lo nuestro fue un simple polvo. La pasamos bien, y quizás en otro momento lo repitamos. Segundo, me importa poco lo que piense el cabrón de mi hijo. Si se enteró ahora sabe que sus padres son los dos iguales, pero estoy por alcanzarlo por todo lo que hizo, y ahí es donde tengo que pedirte que hagas algo por mi, le dije aprovechando el momento.
- Tu sabes que haré lo que quieras, dijo rendido a mis pies.
- Necesito que trabajes como camarógrafo de una producción amateur.
- Bueno, algo entiendo de video, pero no se si tanto.
- Solo tu puedes hacerlo, le insistí.
- Está bien, pero dame mas datos.
- Es entre tu y yo, estate preparado, cierra la boca, y espera mi llamado.
- Está bien, pero necesito estar contigo, insistió mientras trataba de acariciarme.
Lo corté en seco.
-Estate quieto, nene. En la calle ni se te ocurra tocarme, porque recibirás un guantazo.
Luego de la violencia el premio.
- Ayúdame con ésto y después seré tuya toda una tarde en un lugar donde nadie nos moleste y podamos desahogarnos tranquilos, dije guiñándole un ojo.
La cara de felicidad de ese bebé, era para un marco.
Una vez en casa, me senté en la Notebook y preparé el guión de lo que sería mi venganza a la alta escuela. El sábado mi esposo salió, y pude trabajar tranquila. El domingo por la noche me sentía totalmente satisfecha. Cuando fui a acostarme, mi maridito trató de tener sexo, pero le dije que me dolía la cabeza, por haber trabajado tanto.
- Me gustaría saber en que trabajas, dijo enojado, dándose vuelta en la cama.
“ En ponerte los cuernos mas grandes que se han visto sobre la tierra” pensé mientras me dormía con una sonrisa.
2 comentarios - Coronando a mi familia ( 4ta. parte)