Lo que a continuación relato, sucedió hace un par de años mientras estudiaba en la universidad.
Después de un año, uno conoce bien a la gente con la que convive día a día en la escuela, pero después de dos, uno ya sabe quién quiere acostarse contigo y cómo lograrlo, eso es lo que sucedió...
Un bue lugar para conocer mujeres es un taller de danza, nunca faltan, de todos colores, sabores, texturas y áromas; ahí fue donde la conocí a ella, le llamaremos "Paty"; Paty no era la más guapa de ahí, ni la que tenía el mejor cuerpo, pero eso sí, tenía unas grandes caderas y unas tetas que enloquecian a cualquiera, además de una bella piel blanca.
Mi acercamiento a ella fue casual, y conforme los meses pasaban, me fui dando cuenta de que era una chava a la que era fácil de excitar, bastaba con ver su blusa después de darle por "error" un beso en el cuello, sus pezones duros y firmes resaltaban de entre su ropa, además de su rostro ruborizado y la forma en que te estrechaba contra ella; así que decidí hacerla mía, debía acostarme con Paty.
Empecé a acerme más intimo de ella, con el fin de medir los límites que ella me ponía, y así mismo, irlos haciendo menos, primero una mano en la cintura, unos besos casuales en el cuello, para luego transformarse en roces de mi miebro duro contra sus gluteos y pequeños mordiscos en sus hombros. Aquello era maravilloso, con cada pequeño acercamiento a ella, sentía como su piel elevaba su temperatura, sus pechos se tornaban firmes, y ella correspondía a cada uno de mis acercamientos; aquello era más que evidente, Paty deseaba acostarse conmigo, pero aún faltaba la ocasión para ello.
Con el tiempo empezamos a platicar por skype, lo cual era tortuoso, pues siempre encendia su webcam y aparecia frente a mí con blusas escotadas que permitían ver claramente aquel par de jugosos pechos que hacía mucho anhelaba tener en mis manos, pero también fue de gran ayuda, pues por ese medio y el whatsapp, le comencé a dar indirectas sobre lo que deseaba hacer con ella, a lo que ella respondía haciendose la díficil, pero dejando ver su amplio ínteres por que eso se efectura.
Una de esas noches de platica, recorde que dentro de un par de días, parte del estudiantado no estaría en la escuela y que los pocos estudiantes que llegarían, estarían en el auditorio encerrados en una junta sin importancia pero obligatoria para todos; así que decidí que era el momento adecuado, la cité en la parte más alejada de la escuela, cerca de las áreas verdes más escondidas para platicar y diciendole que había una parte de su cuerpo que me encantaba, y que si quería saber cuál era, debía ir al lugar citado, pues sólo ahí se lo diría...ella aceptó sin chisitar.
El día llegó, me preparé mentalmente, acudí puntual al lugar y la esperé; y apareció, con una blusa holgada que me dejaba ver toda su blanca piel, y sobre todo, sus grandes lolas, llevaba un pantalón que acentuaba sus caderas, esas benditas caderas que hacía mucho deseaba tener entre mis manos; elegimos una de las mesas de piedra para platicar, tomé uno de los asientos y ella se colocó sobre la mesa para luego recostarse boca abajo. La charla comenzó con tonterías, la idea era no empezar de lleno, hasta que surgió el punto que esperaba:
-Y bueno, ¿Cuál es la parte de mi cuerpo que más te gusta?
Juntamente al decir eso, levantó su torso apoyandose en sus codos y quedando frente a mí sus grandes pechos colgando y siendo aprisionados sólo por su brasier, sentí hervir la sangre con esa imagen delante de mí. Estuve divagando un poco, hasta que con un movimiento rápido, metí mi mano entre su blusa y tomé uno de sus pechos y lo acaricé:
-Tus pechos, siempre me han gustado tus pechos grandes que tienes
Ella hizo una cara de sorpresa, sorpresa que rápidamente cambió a satisfacción:
-Que interesante, no pensaba que mis pechos fueran de tu agrado.
-No te imaginas cuanto me gustan, las he deseado por tanto tiempo.
-¿Sí?, pues...ahora estan delante tuyo, puedes tomarlas cuánto gustes.
Ni bien ella dijo eso, me abalancé sobre su cuello, llenandolo de besos y mordidas, sentía su jadeo contra mi oido, poco a poco ella se fue excitando más y más, cuando vi que ella ya no aguantaba tanta excitación, me paré y la jalé conmigo, hacía la parte escondida de la escuela, a donde sabía que ni de casualidad alguien iba a llegar.
La puse contra la pared y la besé con fuerza, ella me mordía los labios y me apretaba contra ella; arranqué su blusa, dejando al aire esos pechos gloriosos, que chupé, lamí, apreté, a la par de que ella gemía y acariciaba mi pene por sobre mi pantalón. Ella bajó ambas manos, y mientas yo me comía su cuello, desabrochó mi pantalón y saco mi pene. Empezó a darme una paja asombrosa, era obvia su experiencia haciendo eso. Se dio la vuelta, pego sus nalgas contra mi pene y comenzó a mover sus caderas de una manera grandiosa, aunque ella tenía puesto su pantalón, yo podía sentir sus nalgas contra mi pene.
Hice el primer intento de bajar su pantalón pero ella tomó mi pene, se pusó frente a frente conmigo y me dijo:
-Aún no, espera un poco para ello.
Me siguió masturbando, y sólo me permitía acariciar su conchita por encima de su ropa, hasta que mientras se encorvaba para lamer mi pene, metí mi mano por detrás de su pantalón alcanzando su culo y lo penetré con mi dedo, sentí y vi somo se estremeció al percibir mi dedo violando su culo, seguí masturbando su culo y pasé mi otra mano a su concha, estaba chorreando, la muy perra ya no aguantaba las ganas de coger.
Le bajé el pantalón y las bragas, la puse contra la pared y la penetré, en cuanto ella sintió mi verga dentro de sí, comenzó a mover sus caderas como toda una experta, haciedo de ello aún más satisfactorio, la embestía con fuerza, mientras ella me decía:
-¡No vayas a parar, cogeme!, ¡Sigue así por favor!
Su petición me hacía excitar más, aumentando mis ganas de seguirla cogiendo, al fin tenía delante de mí a esa tetona de grandes caderas que tanto había deseado. Saqué mi verga un momento y le jugué su culito con mis dedos, la empujé contra la pared y la seguí penetrando, hasta que ella gritó:
-¡Ve a mi casa por favor!, ve y cogeme ahí también, así de rico como lo estás haciendo en este momento.
Me moví con tanta agresividad que mi verga se salió de su panocha; tomé mi verga y la coloqué en la orilla de su culo, ella lo sintió y dijo que ahí le iba a doler; le dije que no se preocupará, que yo haría que no le dolería.
La penetré analmente despacio, y una vez dentro me moví poco a poco, aumentado la velocidad gradualmente así como la intensidad, hasta que volvimos a estar en ese frenesí de sexo con el que tanto había yo fantaseado. Escuchaba sus gemidos de placer, su jadeo, y veía el vaiven de esos pechos suculentos; erguí su espalda, sujete sus tetas y la seguí penetrando mientras la comprimía contra mí. Entonces ella gritó que se iba a venir, y sabía que yo también; sentía la explosión de su orgasmo, al tiempo que mi leche llenaba su culo. Aquello era la gloría, ni en mi más grande fantasía, imaginé que ella fuera así de grandiosa.
Nos besamos con fuerza, para después esperar a que se vistiera; salimos de entre nuestro escondite disimulando lo que acababa de suceder; nadie sabría jamás lo que hicimos. Antes de por fin quedar a la vista de todos, la besé de nuevo y ella se sonrío mientras me decía:
-No olvides que prometiste ir a mi casa y darme más de esto.
Claro que no lo olvidaría; pero eso es otra historia.
Espero les gusté esta pequeña anecdota de ua vivencia propia; disculpen si no esta muy bien redactada o cosas así, es el primer post que hago y si les gusta, no será el último. Saludos a todos
Después de un año, uno conoce bien a la gente con la que convive día a día en la escuela, pero después de dos, uno ya sabe quién quiere acostarse contigo y cómo lograrlo, eso es lo que sucedió...
Un bue lugar para conocer mujeres es un taller de danza, nunca faltan, de todos colores, sabores, texturas y áromas; ahí fue donde la conocí a ella, le llamaremos "Paty"; Paty no era la más guapa de ahí, ni la que tenía el mejor cuerpo, pero eso sí, tenía unas grandes caderas y unas tetas que enloquecian a cualquiera, además de una bella piel blanca.
Mi acercamiento a ella fue casual, y conforme los meses pasaban, me fui dando cuenta de que era una chava a la que era fácil de excitar, bastaba con ver su blusa después de darle por "error" un beso en el cuello, sus pezones duros y firmes resaltaban de entre su ropa, además de su rostro ruborizado y la forma en que te estrechaba contra ella; así que decidí hacerla mía, debía acostarme con Paty.
Empecé a acerme más intimo de ella, con el fin de medir los límites que ella me ponía, y así mismo, irlos haciendo menos, primero una mano en la cintura, unos besos casuales en el cuello, para luego transformarse en roces de mi miebro duro contra sus gluteos y pequeños mordiscos en sus hombros. Aquello era maravilloso, con cada pequeño acercamiento a ella, sentía como su piel elevaba su temperatura, sus pechos se tornaban firmes, y ella correspondía a cada uno de mis acercamientos; aquello era más que evidente, Paty deseaba acostarse conmigo, pero aún faltaba la ocasión para ello.
Con el tiempo empezamos a platicar por skype, lo cual era tortuoso, pues siempre encendia su webcam y aparecia frente a mí con blusas escotadas que permitían ver claramente aquel par de jugosos pechos que hacía mucho anhelaba tener en mis manos, pero también fue de gran ayuda, pues por ese medio y el whatsapp, le comencé a dar indirectas sobre lo que deseaba hacer con ella, a lo que ella respondía haciendose la díficil, pero dejando ver su amplio ínteres por que eso se efectura.
Una de esas noches de platica, recorde que dentro de un par de días, parte del estudiantado no estaría en la escuela y que los pocos estudiantes que llegarían, estarían en el auditorio encerrados en una junta sin importancia pero obligatoria para todos; así que decidí que era el momento adecuado, la cité en la parte más alejada de la escuela, cerca de las áreas verdes más escondidas para platicar y diciendole que había una parte de su cuerpo que me encantaba, y que si quería saber cuál era, debía ir al lugar citado, pues sólo ahí se lo diría...ella aceptó sin chisitar.
El día llegó, me preparé mentalmente, acudí puntual al lugar y la esperé; y apareció, con una blusa holgada que me dejaba ver toda su blanca piel, y sobre todo, sus grandes lolas, llevaba un pantalón que acentuaba sus caderas, esas benditas caderas que hacía mucho deseaba tener entre mis manos; elegimos una de las mesas de piedra para platicar, tomé uno de los asientos y ella se colocó sobre la mesa para luego recostarse boca abajo. La charla comenzó con tonterías, la idea era no empezar de lleno, hasta que surgió el punto que esperaba:
-Y bueno, ¿Cuál es la parte de mi cuerpo que más te gusta?
Juntamente al decir eso, levantó su torso apoyandose en sus codos y quedando frente a mí sus grandes pechos colgando y siendo aprisionados sólo por su brasier, sentí hervir la sangre con esa imagen delante de mí. Estuve divagando un poco, hasta que con un movimiento rápido, metí mi mano entre su blusa y tomé uno de sus pechos y lo acaricé:
-Tus pechos, siempre me han gustado tus pechos grandes que tienes
Ella hizo una cara de sorpresa, sorpresa que rápidamente cambió a satisfacción:
-Que interesante, no pensaba que mis pechos fueran de tu agrado.
-No te imaginas cuanto me gustan, las he deseado por tanto tiempo.
-¿Sí?, pues...ahora estan delante tuyo, puedes tomarlas cuánto gustes.
Ni bien ella dijo eso, me abalancé sobre su cuello, llenandolo de besos y mordidas, sentía su jadeo contra mi oido, poco a poco ella se fue excitando más y más, cuando vi que ella ya no aguantaba tanta excitación, me paré y la jalé conmigo, hacía la parte escondida de la escuela, a donde sabía que ni de casualidad alguien iba a llegar.
La puse contra la pared y la besé con fuerza, ella me mordía los labios y me apretaba contra ella; arranqué su blusa, dejando al aire esos pechos gloriosos, que chupé, lamí, apreté, a la par de que ella gemía y acariciaba mi pene por sobre mi pantalón. Ella bajó ambas manos, y mientas yo me comía su cuello, desabrochó mi pantalón y saco mi pene. Empezó a darme una paja asombrosa, era obvia su experiencia haciendo eso. Se dio la vuelta, pego sus nalgas contra mi pene y comenzó a mover sus caderas de una manera grandiosa, aunque ella tenía puesto su pantalón, yo podía sentir sus nalgas contra mi pene.
Hice el primer intento de bajar su pantalón pero ella tomó mi pene, se pusó frente a frente conmigo y me dijo:
-Aún no, espera un poco para ello.
Me siguió masturbando, y sólo me permitía acariciar su conchita por encima de su ropa, hasta que mientras se encorvaba para lamer mi pene, metí mi mano por detrás de su pantalón alcanzando su culo y lo penetré con mi dedo, sentí y vi somo se estremeció al percibir mi dedo violando su culo, seguí masturbando su culo y pasé mi otra mano a su concha, estaba chorreando, la muy perra ya no aguantaba las ganas de coger.
Le bajé el pantalón y las bragas, la puse contra la pared y la penetré, en cuanto ella sintió mi verga dentro de sí, comenzó a mover sus caderas como toda una experta, haciedo de ello aún más satisfactorio, la embestía con fuerza, mientras ella me decía:
-¡No vayas a parar, cogeme!, ¡Sigue así por favor!
Su petición me hacía excitar más, aumentando mis ganas de seguirla cogiendo, al fin tenía delante de mí a esa tetona de grandes caderas que tanto había deseado. Saqué mi verga un momento y le jugué su culito con mis dedos, la empujé contra la pared y la seguí penetrando, hasta que ella gritó:
-¡Ve a mi casa por favor!, ve y cogeme ahí también, así de rico como lo estás haciendo en este momento.
Me moví con tanta agresividad que mi verga se salió de su panocha; tomé mi verga y la coloqué en la orilla de su culo, ella lo sintió y dijo que ahí le iba a doler; le dije que no se preocupará, que yo haría que no le dolería.
La penetré analmente despacio, y una vez dentro me moví poco a poco, aumentado la velocidad gradualmente así como la intensidad, hasta que volvimos a estar en ese frenesí de sexo con el que tanto había yo fantaseado. Escuchaba sus gemidos de placer, su jadeo, y veía el vaiven de esos pechos suculentos; erguí su espalda, sujete sus tetas y la seguí penetrando mientras la comprimía contra mí. Entonces ella gritó que se iba a venir, y sabía que yo también; sentía la explosión de su orgasmo, al tiempo que mi leche llenaba su culo. Aquello era la gloría, ni en mi más grande fantasía, imaginé que ella fuera así de grandiosa.
Nos besamos con fuerza, para después esperar a que se vistiera; salimos de entre nuestro escondite disimulando lo que acababa de suceder; nadie sabría jamás lo que hicimos. Antes de por fin quedar a la vista de todos, la besé de nuevo y ella se sonrío mientras me decía:
-No olvides que prometiste ir a mi casa y darme más de esto.
Claro que no lo olvidaría; pero eso es otra historia.
Espero les gusté esta pequeña anecdota de ua vivencia propia; disculpen si no esta muy bien redactada o cosas así, es el primer post que hago y si les gusta, no será el último. Saludos a todos
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