Ella 45, yo 22 (Parte 1) Para ellas y ellos

Buenas tardes amigos, despues de una larga ausencia vuelvo con un relato que me
sucedio a mi hace alguno años.
Está un poco largo Espero que les guste.

Ella 45, yo 22


Hola de nuevo lectores, estoy de vuelta con una historia que me pasó
cuando tenía 22 años, una de las mejores sesiones de sexo que he tenido
y la segunda vez que me acostaba con una madura, y que MADURA!

Tenía yo 22 años cuando empecé a trabajar en un taller de herrería y soldadura, yo estaba
encargado del departamento de compras, mi trabajo era cotizar los materiales, bucar
distribuidores y comprar a los mejores precios.
Desde el primer día me dieron algunos de los distribuidores que manejabamos, y había uno
en especial, que me gustaba mucho llamar, del otro lado del telefóno contestaba una voz
increíblemente sensual, siempre pensé que se trataba de una señorita de unos 25 años.
Seguimos haciendo tratos, lupita es su nombre, eventualmente me dió su número de móvil,
y ya le hablaba directamente a su número, siempre buscaba pretextos para llamarle y
escuchar esa voz que tanto me inquietaba, me gustaba imaginar como era ella, su cuerpo,
el cuerpo de una chava de 25, delgada, de piernas largas, pechos chicos y firmes y una
colita para hacerla pedazos con mi miembro... me obsecioné con ella.
Siempre que haciamos compras, ellos enviavan un repartidor con el material y un cobrador
a recojer el pago... Un día, un par de meses después de que yo comenzara a trabajar, hicimos
una compra grande de material, y cual fué mi sorpresa al ver que ella había ido a recojer
personalmente el cheque... Es una mujer increíble, un pedazo de hembra como pocos: 1.70
de estatura, piernas largas y torneadas, un culote perfecto, una cinturita, un par de
senos, no enormes, pero si muy grandes, y la cara mas sensual!, y con el uniforme
de oficina, se veía inclreible... y tenía 45 años, nunca lo hubiera imaginado, la conocí
unicamente por su voz, llegó, saludó,tomó el pago y se fue sin que yo pudiera decir apenas
una palabra, me dejó sin aliento.
Mi obseción por ella creció, debia poseer a esa mujer y que ella me poseyera a mi.
La madura perfecta, un cuerpazo increible.
Seguimos en contacto, solo profesional, hasta que una semana despues de haberla visto, me
llené de valor y la llamé.
-Buenas tardes lupita, le llamó porque tengo unas dudas respecto a unos materiales nuevos
de los que nos acaban de mandar catalogos, y quería saber si podía venir a darnos una
plática al equipo y a mi.
(Cualquier excusa para verla)
-Buenas tardes -Me contestó- Claro que puedo, sólo que hoy tengo junta a las 5 y salimos
hasta las 7, no se si quieras posponerlo para mañana.
-Pues, salimos a las 6.30 aqui en la oficina, pero yo me podría quedar a esperarla, para
ver eso, y ya mañana yo les pasaría la información al resto del equipo.
La situación era perfecta, todo mundo se iría a las 6.30 de la oficina, y para las 7.15
que ella llegara estariamos completamente solos, era una oportunidad en un millón.
-Perfecto, yo saliendo de la junta voy a verte, llegaría como a las 7.15 no se si
tengas algún problema en esperar.
-Yo no... Ninguno...

Eran a penas las 4.50 de la tarde y yo ya me moría de ansiedad, me imaginé verla llegar
en su uniforme, desnudarla despacio, y besar cada centímetro de piel descubierta, me
imaginé tirarmela como 100 veces desde ese momento hasta la hora de su llegada, mi
calentura era tanta que tuve ir al bañó a masturbarme... 2 veces, siempre pensando en
ella, en esos carnosos labios, sus ojos penetrantes y su cuerpo entre mis manos.

Dieron las 6.30 y la oficina comenzó a vaciarse, uno a uno se iban llendo todos...
Hasta que para las 7.00 ya estaba yo solo... esperando.
Justo a las 7.15, el timbré sonó, miré por la cámara del interfón, y ahi la vi, de pie, tan
perfecta como siempre, la dejé entrar, y nos vimos por primera vez en una semana.
Era más perfecta de lo que la recordaba, zapatillas negras asentuaban sus largas y torneadas
piernas, la falda de su uniforme se apretaba en sus nalgas, y la blusa un poco desabotonada
dejaba ver el escote de sus senos, que parecía quería saltar a mis manos, labial rojo intenso
coloreaban esos labios carnosos y un poco de rimel acentuaban sus negros ojos.

Me saludó de beso en la mejilla y me llené con su aroma, no traia perfume ese día, pero el
sólo olor de su piel era suficiente para despertar los mas primitivos instintos en cualquier
hombre...

Comenzó a darme la explicación de algunos productos que eran nuevos, llevó una presentación
en diapositivas y se paró frente al proyector, la luz sobre su silueta ma tenía perdido
ya con mi miembro erecto por completo.

Cuando por fin terminó, guardó sus cosas y se preparaba para irse, no podía dejar ir ésta
oportunidad, me paré y le dije:

-Lupita, seré sincero con usted y espero no ofenderla, la primera vez que la escuché, pensé
que era mas jóven, me refiero es a que tiene una voz increíble, coqueta, seductora...
y que alegría que no fuera ninguna mujer más jóven, porque usted está increible, y lo
digo con todo respeto y disculpe si la ofendí.

-No te preocupes -me dijo- Me halagas -No se sonrrojó, pero pude ver una mirada pícara en ella-
y de hecho, me pasó algo parecido, yo pensé que eras mucho mayor, al escuchar tu voz, me
imaginé un hombre de mi edad, nunca alguien tan jóven.

Pensé que ya lo tenía todo bajo control, habia desaparecido la incomodidad, y el profesionalismo
era una plática casual, y una persona de su edad ya sabía a donde iban las cosas, así que
si no se había ido aún, era porque quería estar ahí conmigo. Se acercó a mi, y me dijo.
-Bueno, si eso era todo, me retiro... a menos que necesites algo mas de mi.

Con ese comentario ella tomó el control de todo, yo ya no tenía las cosas en mis manos, ella
era la dueña de la noche, claro que tenía experiencia con las mujeres, pero tenía menos de la
mitad de años que ella, y me ganaba por mucho.

-Cuando recién llegó, pude percibir su aroma -Dije tratando de recuperar el control- Y me
fascinó, cual perfume usa? -Pregunté, sabiendo que no traía puesto ninguno.
En lugar de responderme, se acercó mas a mi, pegó su cuello a mi nariz y pude inundarme con
ese olor que me tenia tan exitado.
-Es mi olor natural... te gusta?
No pude contestar, sin darme cuenta, yo estaba llenando de besos ese cuello, lamiendo cada
centímetro de el.
-Supongo que eso significa que si -Me dijo. Y sin mas palabras tomó mi cara entre sus manos
y me besó, un beso que duró una eternidad y al mismo tiempo fué tan corto, pude probar su labial
metió su lengua en mi boca y mordió mis labios, un beso como pocos en mi vida.
Dejó mis labios y bajó a mi cuello, desabotonó mi camisa y besó mi pecho, después comenzó
lamer y morder mis pezones, mientras con sus manos libres desabotonaba mi pantalón, sin
desperdiciar un sólo segundo, bajó sus labios a mi verga, durísima como nunca habia estado
y se la tragó toda de un solo bocado, y no es que mi miembro sea pequeño, no es gigante,
pero tampoco es fácil tragarse 16 centímetros de un sólo jalón.
Me la mamó como nunca hasta ese día en mi vida me la habían mamado, se la tragaba toda y me
acariciaba los huevos, despues me masturbaba y me chupaba la cabeza, comenzó a lamer y morder
huevos, mientras con una mano me hacía una paja, besó mi pene desde la base hasta la punta
y jugaba con el preseminal con su lengua
-Me avisas cuando vayas a terminar -Dijo- No puedo manchar el uniforme.
Siguió chupando y mordiendo mi glande, despues comenzó a masturbarme con las dos manos
-Ya no aguanto, voy a explotar!.
Y en ese momento se lo metió todo a la boca, le heche todo mi semen en la boca, hasta su
garganta, y se lo tragó como dulce.
se sacó mi miembro de la boca, me vió a los ojos y me dijo
-Que esperas para desnudarme? quieres que te enseñe como tratar a una dama?