La historia que les voy a contar es en verdad cierta ha ocurrido no necesariamente en los lugares que describo, ni los nombres que hube de haberle asignado a los personajes pero tampoco afirmo que es un cuento o surge de mi propia imaginación: entonces simplemente diré…
“era un sábado de un enero del dos mil… ese día, por la tarde había quedado en ir a la casa de Carlos, Juan C. C. compañero de trabajo.
Desde hace tiempo (hace más de dos años) Carlos era mi compañero de trabajo….
Donde el vivía era del tipo chalet (un tanto desmejorado porque Carlos hacía tiempo que no invertía plata en pintura ni detalles en esa casa) que a simple vista se manifestaban
Ciertamente la dueña de la casa era su esposa Ana debido a la herencia de los padres y estaba en el conurbano de la provincia de buenos aires, tampoco lejos de la cap., a tan solo 20 minutos de la Av. Gral Paz.
Carlos era mi jefe en la empresa a la cual había yo ingresado como analista de compras y ventas, y a cargo de los activos y pasivos de ventas y además del orden de pedidos adosados a las computadoras.
Con Carlos hube de formar una amistad sencilla y amena amistad desde mi ingreso, él vivía con una su esposa y no tenía hijos
Su mujer a un costado de su chalet alquilaba una vivienda donde ella tenía una peluquería y corte de cabello
Allí trabajaban mas de cinco empleados (dos hombres y tres mujeres) a clientes de ambos sexos
Los ingresos de Ana muchas veces sustituían a veces a economía de ese matrimonio.
Ana trabajaba desde las nueve de la mañana hasta las dieciocho de lunes a sábado. Este chalet era verdaderamente cómodo por dentro en donde había un patio grande enlosado con baldosa cordobesas esas que son irregulares y de un color natural lindo que bordaban también los costados exteriores del chalet, y al fondo un parque amplio en donde se veía una moderna pileta de esas que se compran ya hechas y se incrustan en la tierra así en poco tiempo se hacen y su material es eterno que es plástico duro
Contra la medianera una parrilla de esas compradas, que son de buena vista en ladrillos bien pintados color rojo dándole una excelente vista, y a un costado una cómoda pileta de lavados rápidos de platos y la comida como lechugas, papas, etc.
Era un hermoso lote ese patio amplio y rodeado de árboles de fruta y un viejo limonero y muchas plantas chicas a los costados que Ana cuidaba como si fuesen de oro.
II
Como hacía un calor de locos y la parrilla nos estaba haciendo transpirar como perros, Carlos me prestó un short y nos “tiramos” a la pileta en donde había una profundidad en declive desde los ochenta centímetros a los dos metros y nos así sentamos no era muy grande ese el espacio pero, al menos se podía estar con el agua hasta las tetillas, y eso alcanzaba para refrescarse un poco.
Mientras nos tomábamos un tinto hablando de política como expertos en ello, apareció Ana ya había cerrado el negocio con una malla de una pieza que a mi siempre modo de entender era chica porque sus senos se notaban muchos y aun sus dos pezones se marcaban duros, saludándome me dijo:
Juan C. gracias por el helado y los champagne, Carlos ya me imagino ni lo agradeció pero a mí me encanta el champagne y aún mas acompañarlos con helado limón me fije que había en su regalo lo cual desde ahora lo reclamo
Y como corolario de las observaciones me dijo seria en ese aspecto
Gracias Juan C., muchas gracias
Esta bastante buena, esa mujer es alta y grandota de todos lados. Tiene unos pechos formidables, rubia, con cara de gringa lo cual confirmé que era de padres rusos ya muertos e emigrado al país hacia más de cincuenta años, quienes con sus ganancias en la venta minorista de vino al poco tiempo habíase construido de casa
Así los tres esperamos que el asado se cociese y la pileta era grande, pero nos tuvimos que acomodar bien, para entrar los tres a ese espacio de poca profundidad.
Yo quede en un rincón, frente a ellos dos y de espaldas a la parrilla.
Esto de estar los tres era algo complicado, ya que por más que fuese la esposa de mi amigo, no podía evitar mirarla, empleando en ello, la forma de mirar “con disimulo”, siempre para intentar ver ese pedazo milimétrico de piel que la malla no tapaba en esa mujer.
Los ojos se me iban solos..., dos pechos formidables.
Ello me tenía obsesionado, ya que las tetas en una mujer e enloquecían y más como los que ella dejaba de ver con esos dos pezones que querían reventar debajo de la delgada tela de la malla...
La cabeza de uno empieza a maquinar cosas.
Con las charlas más confianzudas, más cerveza del tipo negra tomados por los tres y el roce de sus piernas con las mías, yo me imaginaba lo que haría con ella en la cama
En cierta medida ella deliberadamente me había calentado y a un momento medio la vi a ella, mirarme el bulto entre mis piernas que las abrí para que ello fuese evidente a su vista, creo o me imaginé que ella asintió este idiota acto mío, porque desde ese momento ella (me hube de imaginar) estaba sabiendo que porque la pija mía estaba dura y gorda me había calentado) o al menos en esa cabeza con ya algo de alcohol me daba a entender
Carlos a un momento se levantó y salió de la pileta, fue a la parrilla y miró que no le faltara fuego al asado
Luego me gritó avisándome que iba a traer unas cervezas, como para abrir el apetito, me comento.
Yo me quede en la pileta con Ana, y como ahora había más lugar ella aprovecho para estirarse bien y aun tiempo se tiró, a los dos metros.
Cuando salió de abajo del agua, no pude evitar mirar hacia su corpiño, que hasta entonces había permanecido seco. La tela se le había adherido a la piel y marcaban todo su contorno mucho más claramente.
Quedé un segundo paralizado con esa vista, y cuando volví la mirada a su cara ella estaba observándome con una sonrisa leve, como diciéndome " no está bien lo que estás haciendo”.
Al instante se acomodó el corpiño que se había caído un poco y dejaba entre ver una hermosa franja de piel nunca alcanzada por el sol.
Esto hizo que yo volviera a mover la vista instintivamente hacia sus tetas, a lo que ella contesto con uno pellizco en mi pierna
“Hay cielo, los hombres son todos iguales” me dijo eternamente calientes y siempre se fijan en la mercadería que no está a su disposición
Y riendo pícaramente, se volvió a sumergir en lo hondo de la pileta.
Bueno, la noche se pasó entre asado, cerveza negra y champagne.
El asado paso casi inadvertido, al menos para Juan C...
III
Toda la noche me la pase pensando en si Ana me tiraba onda o si yo estaba caliente y lo imaginaba...
A esa altura yo estaba un poco jugado y casi al finalizar la sobremesa decidí ir al baño lavarme la cara a ver si me ponía un poco las pilas portándome decentemente en la casa de mi amigo, además esa mujer era su esposa….
Todo este trámite, me tomo unos cuantos minutos, tiempo que Ana y Carlos se habían puesto cariñosos
Los dos estaban nuevamente en la pileta, y pude ver como él le pedía algo que ella no quería hacer y ante la insistencia agudicé mi oído
Escuchando “Carlos él, nos puede ver”.
Carlos insistió dándole un par de besos en el cuello y ella pareció aflojarse. No podía creer lo que estaba pasando. La cabeza de Ana subía y bajaba compasadamente, y Carlos emitía ruidos de placer, estaban en la parte baja de la pileta el de espalda a donde yo estaba y ella lo enfrentaba no la veía pero me lo imaginaba.
Bueno, a decirlo sin muchas excusas:
“se la estaba mamando”.
En menos de un minuto, ella lo miro y le dijo, dale acaba que va a venir fue al baño no te das cuenta Carlos
Y vos escúpelo afuera de la pileta, escuche decirle a él que sale caro cambiar el agua, Ana
El alcohol nos había invadido a los tres pensé, lo cual era ciertamente lo correcto en esas personas.
Ella lo hizo terminar moviendo mas rápido la cabeza
Todo esto lo pude ver desde la ventana de la cocina.
Vi como los ojos de Ana trataban de ver que yo no estuviese al salir del agua y escupir el semen en el pasto y él salir del agua y acomodarse en una hamaca paraguaya
Me demoré unos segundos y a ellos los deje que se acomodaran como si nada hubiese pasado.
IV
Para disimular, destapé otra botella de Champagne, haciendo bastante ruido para anunciar mi llegada.
Ana oí decirle a Carlos zafamos querido es medio lento tu amigo, no se avivó
Y secándose el cuerpo como pudo, se cubrió con una salida de baño (era experta o tenía experiencia en situaciones difíciles me dije)
Carlos ya estaba fuera de la pileta, fumando en la hamaca paraguaya donde al rato, se hubo de dormir.
Ana se había sentado en la mesa a comer el resto de helado de limon con champagne
Está bien fresco el champagne, excelente como esta...", dije después de dar unos tragos, ya mi mente estaba en otra cosa y mi lengua se empezaba a trabar por la calentura que había adquirido con esa mujer
Ella asintió sin decir una palabra.
Seguimos hablando boludeces. Por sobre el hombro de Ana, pude ver como Carlos se estaba durmiendo en la hamaca, hasta se le había caído el cigarrillo, al piso.
“Esta re palmado", le comenté a Ana refiriéndome a Carlos.
“Si, tomamos los tres demasiado", contesto.
Ella vio o se dio cuenta algo de mi, seguramente noto mi calentura al verme lo hinchado que tenia mi pija y antes de que se levantara la agarre del brazo suavemente.
Espera, no te cortes, terminemos la botella y me voy, le dije
Creo que se empezó a dar cuenta de cual era mi intención. Lo note en su mirada, temerosa pero picara.
Le hice un gesto dándole a entender que viniera más cerca, que quería decirle algo.
Ella lo miro a Carlos que dormía como un tronco y me dijo:
“Te voy a confesar algo, desde la ventana de la cocina, hay una vista espectacular..." le susurre al oído.
Quedó paralizada, no lo podía creer.
Que viste ", pregunto con miedo.
“Algo, pero no lo que yo quería " dije.
Su cara estaba roja como un tomate pero se la veía hermosa, de una inmensa timidez.
Bueno creo que él tiene derecho es mi esposo y me pude pedir lo que quiera
Estire mi mano lentamente, y tomando con los dedos el bretel de su malla, lo empecé a bajar con mucho cuidado, no hacer un movimiento torpe de mi parte.
Ella me miraba fijo a los ojos, pero no hacia el menor movimiento para alejarse de mi
Antes de poder ver algo, ella paro mi mano con la suya y sin soltarla, giro la cabeza para ver a Carlos, que estaba más dormido que nunca.
Cuando volvió a mirarme, soltó mi mano y deje caer su bretel por completo. Sus pechos eran tan firmes, que la malla quedó en su lugar, por lo que tuve que tirar un poco más para dejar sus pechos a fuera.
Con el último tirón, su pecho salto fuera, totalmente blanco, y como yo lo imaginé, un pezón rosado y espumoso.
Ana se lo miró para luego mirarme a mí y ver mi expresión.
Sin dejarla pensar, tome nuevamente, su mano y la lleve hacia mi short.
Ella dudo un segundo pero fue inútil, a esa altura resistirse era despertar a Carlos, y además, creo que quería hacerlo.
Le ayude a sacar mi pija afuera del short de baño, y mientras me masturbaba para que estuviese totalmente dura, me paré y se la puse en la boca.
Traté de no hacer ninguna exclamación que despertara a Carlos.
Mientras con una mano tomaba su cabeza por la nuca, con la otra le apretujaba la teta y el pezón, que a esta altura estaba preciosamente duro y tibio.
No aguanté más, saque la verga de su boca y se la llevé a los pechos. Ana se bajó el corpiño por completo y me masturbó hasta llenárselos de semen sus tetas.
Luego todo fue muy rápido, nos limpiamos, salimos de la pileta y me fui a mi casa sin despertar a Carlos.
Cuando ella me despido en la puerta le dije que al día siguiente la esperaba en mi casa a las cuatro de la tarde, dándole una tarjeta mía y mi celular
Me contestó que me fuera, que no sabía cómo hacer para mirarme a la cara.
Al día siguiente, a las cuatro, sonó el portero.
Era Ana.
Bajé a abrirle a los pedos.
Nos saludamos con un beso en las mejillas.
Dentro del ascensor el silencio era tenso.
Fue ella quien lo rompió preguntándome:
Juan C. fumas, tenes cigarrillo en tu departamento, estoy muy nerviosa.
Si, dije
Y casi sin pensarlo repitió
Juan C., estoy muy nerviosa, me tiembla todo el cuerpo, es la primera vez que voy a hacerlo con otro hombre y además desde que te vi:
Creo que estoy enamorada de vos, anoche no pude dormir: esperaba a verte hoy y que me hicieras el amor esa noche Juan C....
Acabamos los dos veces esa tarde y cuando ella se iba empezaba a llover…
Epilogo:
Ana hace más de dos años, es mi amante.
Ellos se han separado y lo que pasa que Carlos aun no le dan el traslado a la sucursal de la provincia de Córdoba, pero ya no viven en la misma casa
El ahora alquila a diez cuadras de donde vivía de casado, creo que esta de novio por decirlo con una empleada de la fábrica que los padres viven en Córdoba.
Ana desde hace un mes, está embarazada, y hace cinco días que vive junto a mí, en mi departamento.
Puso en venta su casa que no era de bien en común y ya no trabaja en su antiguo barrio, ni trabaja ya-
Ahora según dichos de ella, vive muy feliz en mi departamento.
GGC
Almagro
Febrero-2015.
“era un sábado de un enero del dos mil… ese día, por la tarde había quedado en ir a la casa de Carlos, Juan C. C. compañero de trabajo.
Desde hace tiempo (hace más de dos años) Carlos era mi compañero de trabajo….
Donde el vivía era del tipo chalet (un tanto desmejorado porque Carlos hacía tiempo que no invertía plata en pintura ni detalles en esa casa) que a simple vista se manifestaban
Ciertamente la dueña de la casa era su esposa Ana debido a la herencia de los padres y estaba en el conurbano de la provincia de buenos aires, tampoco lejos de la cap., a tan solo 20 minutos de la Av. Gral Paz.
Carlos era mi jefe en la empresa a la cual había yo ingresado como analista de compras y ventas, y a cargo de los activos y pasivos de ventas y además del orden de pedidos adosados a las computadoras.
Con Carlos hube de formar una amistad sencilla y amena amistad desde mi ingreso, él vivía con una su esposa y no tenía hijos
Su mujer a un costado de su chalet alquilaba una vivienda donde ella tenía una peluquería y corte de cabello
Allí trabajaban mas de cinco empleados (dos hombres y tres mujeres) a clientes de ambos sexos
Los ingresos de Ana muchas veces sustituían a veces a economía de ese matrimonio.
Ana trabajaba desde las nueve de la mañana hasta las dieciocho de lunes a sábado. Este chalet era verdaderamente cómodo por dentro en donde había un patio grande enlosado con baldosa cordobesas esas que son irregulares y de un color natural lindo que bordaban también los costados exteriores del chalet, y al fondo un parque amplio en donde se veía una moderna pileta de esas que se compran ya hechas y se incrustan en la tierra así en poco tiempo se hacen y su material es eterno que es plástico duro
Contra la medianera una parrilla de esas compradas, que son de buena vista en ladrillos bien pintados color rojo dándole una excelente vista, y a un costado una cómoda pileta de lavados rápidos de platos y la comida como lechugas, papas, etc.
Era un hermoso lote ese patio amplio y rodeado de árboles de fruta y un viejo limonero y muchas plantas chicas a los costados que Ana cuidaba como si fuesen de oro.
II
Como hacía un calor de locos y la parrilla nos estaba haciendo transpirar como perros, Carlos me prestó un short y nos “tiramos” a la pileta en donde había una profundidad en declive desde los ochenta centímetros a los dos metros y nos así sentamos no era muy grande ese el espacio pero, al menos se podía estar con el agua hasta las tetillas, y eso alcanzaba para refrescarse un poco.
Mientras nos tomábamos un tinto hablando de política como expertos en ello, apareció Ana ya había cerrado el negocio con una malla de una pieza que a mi siempre modo de entender era chica porque sus senos se notaban muchos y aun sus dos pezones se marcaban duros, saludándome me dijo:
Juan C. gracias por el helado y los champagne, Carlos ya me imagino ni lo agradeció pero a mí me encanta el champagne y aún mas acompañarlos con helado limón me fije que había en su regalo lo cual desde ahora lo reclamo
Y como corolario de las observaciones me dijo seria en ese aspecto
Gracias Juan C., muchas gracias
Esta bastante buena, esa mujer es alta y grandota de todos lados. Tiene unos pechos formidables, rubia, con cara de gringa lo cual confirmé que era de padres rusos ya muertos e emigrado al país hacia más de cincuenta años, quienes con sus ganancias en la venta minorista de vino al poco tiempo habíase construido de casa
Así los tres esperamos que el asado se cociese y la pileta era grande, pero nos tuvimos que acomodar bien, para entrar los tres a ese espacio de poca profundidad.
Yo quede en un rincón, frente a ellos dos y de espaldas a la parrilla.
Esto de estar los tres era algo complicado, ya que por más que fuese la esposa de mi amigo, no podía evitar mirarla, empleando en ello, la forma de mirar “con disimulo”, siempre para intentar ver ese pedazo milimétrico de piel que la malla no tapaba en esa mujer.
Los ojos se me iban solos..., dos pechos formidables.
Ello me tenía obsesionado, ya que las tetas en una mujer e enloquecían y más como los que ella dejaba de ver con esos dos pezones que querían reventar debajo de la delgada tela de la malla...
La cabeza de uno empieza a maquinar cosas.
Con las charlas más confianzudas, más cerveza del tipo negra tomados por los tres y el roce de sus piernas con las mías, yo me imaginaba lo que haría con ella en la cama
En cierta medida ella deliberadamente me había calentado y a un momento medio la vi a ella, mirarme el bulto entre mis piernas que las abrí para que ello fuese evidente a su vista, creo o me imaginé que ella asintió este idiota acto mío, porque desde ese momento ella (me hube de imaginar) estaba sabiendo que porque la pija mía estaba dura y gorda me había calentado) o al menos en esa cabeza con ya algo de alcohol me daba a entender
Carlos a un momento se levantó y salió de la pileta, fue a la parrilla y miró que no le faltara fuego al asado
Luego me gritó avisándome que iba a traer unas cervezas, como para abrir el apetito, me comento.
Yo me quede en la pileta con Ana, y como ahora había más lugar ella aprovecho para estirarse bien y aun tiempo se tiró, a los dos metros.
Cuando salió de abajo del agua, no pude evitar mirar hacia su corpiño, que hasta entonces había permanecido seco. La tela se le había adherido a la piel y marcaban todo su contorno mucho más claramente.
Quedé un segundo paralizado con esa vista, y cuando volví la mirada a su cara ella estaba observándome con una sonrisa leve, como diciéndome " no está bien lo que estás haciendo”.
Al instante se acomodó el corpiño que se había caído un poco y dejaba entre ver una hermosa franja de piel nunca alcanzada por el sol.
Esto hizo que yo volviera a mover la vista instintivamente hacia sus tetas, a lo que ella contesto con uno pellizco en mi pierna
“Hay cielo, los hombres son todos iguales” me dijo eternamente calientes y siempre se fijan en la mercadería que no está a su disposición
Y riendo pícaramente, se volvió a sumergir en lo hondo de la pileta.
Bueno, la noche se pasó entre asado, cerveza negra y champagne.
El asado paso casi inadvertido, al menos para Juan C...
III
Toda la noche me la pase pensando en si Ana me tiraba onda o si yo estaba caliente y lo imaginaba...
A esa altura yo estaba un poco jugado y casi al finalizar la sobremesa decidí ir al baño lavarme la cara a ver si me ponía un poco las pilas portándome decentemente en la casa de mi amigo, además esa mujer era su esposa….
Todo este trámite, me tomo unos cuantos minutos, tiempo que Ana y Carlos se habían puesto cariñosos
Los dos estaban nuevamente en la pileta, y pude ver como él le pedía algo que ella no quería hacer y ante la insistencia agudicé mi oído
Escuchando “Carlos él, nos puede ver”.
Carlos insistió dándole un par de besos en el cuello y ella pareció aflojarse. No podía creer lo que estaba pasando. La cabeza de Ana subía y bajaba compasadamente, y Carlos emitía ruidos de placer, estaban en la parte baja de la pileta el de espalda a donde yo estaba y ella lo enfrentaba no la veía pero me lo imaginaba.
Bueno, a decirlo sin muchas excusas:
“se la estaba mamando”.
En menos de un minuto, ella lo miro y le dijo, dale acaba que va a venir fue al baño no te das cuenta Carlos
Y vos escúpelo afuera de la pileta, escuche decirle a él que sale caro cambiar el agua, Ana
El alcohol nos había invadido a los tres pensé, lo cual era ciertamente lo correcto en esas personas.
Ella lo hizo terminar moviendo mas rápido la cabeza
Todo esto lo pude ver desde la ventana de la cocina.
Vi como los ojos de Ana trataban de ver que yo no estuviese al salir del agua y escupir el semen en el pasto y él salir del agua y acomodarse en una hamaca paraguaya
Me demoré unos segundos y a ellos los deje que se acomodaran como si nada hubiese pasado.
IV
Para disimular, destapé otra botella de Champagne, haciendo bastante ruido para anunciar mi llegada.
Ana oí decirle a Carlos zafamos querido es medio lento tu amigo, no se avivó
Y secándose el cuerpo como pudo, se cubrió con una salida de baño (era experta o tenía experiencia en situaciones difíciles me dije)
Carlos ya estaba fuera de la pileta, fumando en la hamaca paraguaya donde al rato, se hubo de dormir.
Ana se había sentado en la mesa a comer el resto de helado de limon con champagne
Está bien fresco el champagne, excelente como esta...", dije después de dar unos tragos, ya mi mente estaba en otra cosa y mi lengua se empezaba a trabar por la calentura que había adquirido con esa mujer
Ella asintió sin decir una palabra.
Seguimos hablando boludeces. Por sobre el hombro de Ana, pude ver como Carlos se estaba durmiendo en la hamaca, hasta se le había caído el cigarrillo, al piso.
“Esta re palmado", le comenté a Ana refiriéndome a Carlos.
“Si, tomamos los tres demasiado", contesto.
Ella vio o se dio cuenta algo de mi, seguramente noto mi calentura al verme lo hinchado que tenia mi pija y antes de que se levantara la agarre del brazo suavemente.
Espera, no te cortes, terminemos la botella y me voy, le dije
Creo que se empezó a dar cuenta de cual era mi intención. Lo note en su mirada, temerosa pero picara.
Le hice un gesto dándole a entender que viniera más cerca, que quería decirle algo.
Ella lo miro a Carlos que dormía como un tronco y me dijo:
“Te voy a confesar algo, desde la ventana de la cocina, hay una vista espectacular..." le susurre al oído.
Quedó paralizada, no lo podía creer.
Que viste ", pregunto con miedo.
“Algo, pero no lo que yo quería " dije.
Su cara estaba roja como un tomate pero se la veía hermosa, de una inmensa timidez.
Bueno creo que él tiene derecho es mi esposo y me pude pedir lo que quiera
Estire mi mano lentamente, y tomando con los dedos el bretel de su malla, lo empecé a bajar con mucho cuidado, no hacer un movimiento torpe de mi parte.
Ella me miraba fijo a los ojos, pero no hacia el menor movimiento para alejarse de mi
Antes de poder ver algo, ella paro mi mano con la suya y sin soltarla, giro la cabeza para ver a Carlos, que estaba más dormido que nunca.
Cuando volvió a mirarme, soltó mi mano y deje caer su bretel por completo. Sus pechos eran tan firmes, que la malla quedó en su lugar, por lo que tuve que tirar un poco más para dejar sus pechos a fuera.
Con el último tirón, su pecho salto fuera, totalmente blanco, y como yo lo imaginé, un pezón rosado y espumoso.
Ana se lo miró para luego mirarme a mí y ver mi expresión.
Sin dejarla pensar, tome nuevamente, su mano y la lleve hacia mi short.
Ella dudo un segundo pero fue inútil, a esa altura resistirse era despertar a Carlos, y además, creo que quería hacerlo.
Le ayude a sacar mi pija afuera del short de baño, y mientras me masturbaba para que estuviese totalmente dura, me paré y se la puse en la boca.
Traté de no hacer ninguna exclamación que despertara a Carlos.
Mientras con una mano tomaba su cabeza por la nuca, con la otra le apretujaba la teta y el pezón, que a esta altura estaba preciosamente duro y tibio.
No aguanté más, saque la verga de su boca y se la llevé a los pechos. Ana se bajó el corpiño por completo y me masturbó hasta llenárselos de semen sus tetas.
Luego todo fue muy rápido, nos limpiamos, salimos de la pileta y me fui a mi casa sin despertar a Carlos.
Cuando ella me despido en la puerta le dije que al día siguiente la esperaba en mi casa a las cuatro de la tarde, dándole una tarjeta mía y mi celular
Me contestó que me fuera, que no sabía cómo hacer para mirarme a la cara.
Al día siguiente, a las cuatro, sonó el portero.
Era Ana.
Bajé a abrirle a los pedos.
Nos saludamos con un beso en las mejillas.
Dentro del ascensor el silencio era tenso.
Fue ella quien lo rompió preguntándome:
Juan C. fumas, tenes cigarrillo en tu departamento, estoy muy nerviosa.
Si, dije
Y casi sin pensarlo repitió
Juan C., estoy muy nerviosa, me tiembla todo el cuerpo, es la primera vez que voy a hacerlo con otro hombre y además desde que te vi:
Creo que estoy enamorada de vos, anoche no pude dormir: esperaba a verte hoy y que me hicieras el amor esa noche Juan C....
Acabamos los dos veces esa tarde y cuando ella se iba empezaba a llover…
Epilogo:
Ana hace más de dos años, es mi amante.
Ellos se han separado y lo que pasa que Carlos aun no le dan el traslado a la sucursal de la provincia de Córdoba, pero ya no viven en la misma casa
El ahora alquila a diez cuadras de donde vivía de casado, creo que esta de novio por decirlo con una empleada de la fábrica que los padres viven en Córdoba.
Ana desde hace un mes, está embarazada, y hace cinco días que vive junto a mí, en mi departamento.
Puso en venta su casa que no era de bien en común y ya no trabaja en su antiguo barrio, ni trabaja ya-
Ahora según dichos de ella, vive muy feliz en mi departamento.
GGC
Almagro
Febrero-2015.
5 comentarios - Ana