Todo parecía normal, Juan marchó al trabajo, los gemelos se habían quedado con los abuelos hasta que fueran a pasar sus vacaciones y Eva libraba hasta el martes; se acomodó en una butaca con un café largo y llamó a su amiga Charo.
.- ¿Cómo estas bruja? Desde antes de la verbena no sé nada de ti.
Oyó la respuesta de su amiga pero continuó con su monologo.
.- Esta tarde tampoco nos veremos en el gimnasio.
.- Cuando me contaste que te enrollaste con tu vecino te prometí que cuando yo tuviera un lio te lo contaría y ¡YA! Ya tengo algo que contar.
—Más o menos esto es lo que sucedió.
.- La tarde de la verbena trabajé hasta las seis de la tarde y como no encontré a nadie que me lo cambiara, al día siguiente tuve que hacerlo de diez a dos. Mi hermana, su marido, Juan y los niños marcharon por la mañana a la casona que nuestros padres tienen en Peñíscola; pasaron allí la verbena y el día de San Juan por la noche regresaron sin los niños.
Bueno, el caso es que al salir me encuentro a mi sobrino en la puerta; es un chico guapísimo y la mar de simpático que al verme se abalanzó sobre mí para abrazarme y besarme y es que hacía meses que no coincidíamos; me contó mi hermana que su chica lo había dejado hacia unas semanas para irse a Colombia con su superior. Cuando me soltó le pregunté.
—¿Qué haces aquí? Te hacía en Peñíscola con los demás, o eso me dijo tu madre.
• Esa era la idea, pero un amigo me pidió que le hiciera mañana un turno en el hospital y como es un buen tipo accedí. Mamá me dijo que estarías sola y si no tienes otros planes podríamos pasar la verbena juntos, te llevo a cenar donde digas y después si te apetece a bailar.
.- Habíamos comenzado a caminar y le respondí.
—No gracias, prefiero una velada tranquila, cenaré algo ligero y me acostaré temprano, así cuando los petardos lo permitan me dormiré, además ¿dónde vas tú con una tía casi cuarentona?
• Con una “tía buena” querrás decir y además desde este momento te llamaré Eva. Y por si no te gustaba mi primera opción, tengo un plan “B”; mamá me dejó unos cuantos tapers con algunas de sus delicatesen; los he recogido esta mañana; he comprado coca y tengo cava en la nevera por si lo que te apetece es una verbena “casera”.
.- No me podía negar, Pol es encantador y me contagió su entusiasmo; pero al detenernos junto a una enorme moto repare en que llevaba un casco en la mano y le pregunté azorada.
—¿Has venido en moto? Jamás he subido en una y no sé si es una buena idea; me da algo de miedo.
• Perfecto; este será el primer día del resto de tu vida; iremos en moto a la playa y descubrirás que no es tan peligroso como muchos piensan.
—Pero si no tengo bañador, y además con esta falda no podré montarme en ella.
• No necesitamos bañador, vamos a una cala nudista que frecuentaba con Raquel y no te apures porque no encontraras a ningún conocido si es lo que te preocupa, y en el baúl de la moto llevo toallas y protector solar ¡estaba convencido que accederías!
—Lo que me preocupa es que voy sin depilar y además no tenía planeado ir a la playa.
• Te digo que no te apures; allí cada cual va a lo suyo sin inmiscuirse en lo que hacen los otros; además ¿Cuándo hiciste una locura por última vez? Sé espontanea hoy que puedes.
.- No estaba totalmente convencida pero me dejé poner el casco; me ayudó a subir a la moto y antes de sentarme tiró de mi falda lo necesario para que lo hiciera con facilidad; subió delante de mi haciendo una pirueta para pasar la pierna por encima del manillar y oí por el intercomunicador del casco.
• Agárrate fuerte y si crees que corro mucho dímelo y aflojaré
.- Me agarre a su cintura y arrancamos despacio; dio un poco de gas y parecía que me despegara del asiento; subí mis manos hasta su pecho y me aplasté contra su espalda y así, notando como el viento destapaba más mis piernas nos incorporamos al tránsito que salía de la ciudad; vi como los ocupantes de los coches que nos adelantaban se giraban a mirarnos y supe porque.
—Acelera un poco si quieres y puedes, de momento no tengo miedo y me estoy divirtiendo.
.- Sin responder dio gas y noté como aumentaba la velocidad; dejamos de ser adelantados y pronto comenzamos a superar a algunos de los vehículos que lo habían hecho antes; sentí una gran satisfacción al sentirme observada por esos desconocidos y realmente no me importaba que admiraran mis muslos.
.- Llegamos a la playa; la cala es preciosa, no había demasiada gente y todos los que vi iban desnudos; al vernos algunos y algunas saludaron a Pol con la mano sin aproximarse; tendió las toallas y sin más se despojó de la ropa; me resultó imposible no mirar y al ver su verga un escalofrío recorrió mi espinazo.
• ¡Vamos Eva! Vamos al agua antes de que se oculte el sol.
.- Faltaban horas para que eso sucediera pero viendo como me miraba me sentí intimidada; le di la espalda y me desnudé sin pensar en nada, solo en quitarme la ropa y dejar de hacer el ridículo; recordé la primera vez que hice toples después de que me crecieran las tetas y en aquella ocasión no tuve tantos remilgos.
.- Con una corta carrera y sin mirar a nadie me zambullí en el agua, al salir a la superficie y mirar a la orilla vi a Pol sonriendo y mis ojos fueron directamente a su verga; esa verga que me pareció imposible, aunque hace más de veinte años que dejé de cambiarle los pañales, ahora destacaba como un faro en la oscuridad; en nada se parecía a las que había disfrutado o incluso visto anteriormente; traté de apartar esos pensamientos y comencé a dar enérgicas brazadas, como si de ese modo pudiera conseguirlo; en uno de los giros choque con él que me seguía de cerca y como si de un imán se tratase, mi mano tropezó con su verga; me disculpé aunque él hizo como si no supiera de que se trataba y lo agradecí; de haberse reído o haber hecho algún comentario me habría muerto de la vergüenza.
• ¿Vamos fuera? Has sido muy valiente al desnudarte, pero ahora tienes que ponerte protector o mañana estarás tostada; este sol es muy traicionero.
.- Me dio la mano cuando el agua nos llegó a la cintura y así llegamos a las toallas; me ofreció el tarro y me tumbé en la toalla para aplicarme la crema; después lo tomó de mis manos y sin dudarlo continuó por mis muslos y bajó hasta llegar a los tobillos.
• ¡Date la vuelta!
.- Lo dijo con tal autoridad que lo hice sin dudar; comenzó por los hombros y siguió hasta la espalda, bajó por el lateral del cuerpo sin esquivar la parte del pecho que asomaba y continuó hasta las nalgas; aplicó crema en los cachetes sin inmutarse; por el rabillo del ojo comprobé que no estaba “empalmado” y eso me tranquilizó; no me estaba sobando.
.- ¡No! No me interrumpas porque no quiero perder el hilo.
.- Al poco me di la vuelta sin importarme quedar expuesta, pasaron algunas personas pero al parecer a ninguna le interesaba mi desnudez y es que al estarlo todos eso era lo normal. Comenzaba a notar calor y Pol me tomó de la mano y me arrastró al agua; nadamos un poco y en esta ocasión no me importó quedarme quieta bocarriba y dejarme mecer por el suave oleaje, consciente que estaba a mi lado y que mis pechos y sexo eran observados por él. Al salir nos fuimos directamente a la ducha y nos enjuagamos un poco antes de vestirnos, aunque en este caso prescindí de la ropa interior; me parecía extraño, pero ya no le daba tanta importancia a la desnudez.
Llegamos a su casa alrededor de las diez; me ofreció tomar una ducha y lo agradecí, notaba la piel tirante y es que el rato que estuve sin crema me quemé un poco; salí de la ducha desnuda y al ver mi piel enrojecida me aplicó un poco de crema hidratante tipo After-sun y como noté frio por causa de la quemazón, me ofreció una camisa suya que me quedaba enorme; dispuso las viandas en una bandeja y sirvió cava.
• Espero que sea de tu agrado; todo esto lo preparo tu hermana para llevárselo y seguro que a esta hora estarán comiendo lo mismo que nosotros aunque dudo que se hayan bañado del mismo modo.
.- Comimos y bebimos, el cava estaba fresquito y entró de maravilla; estaba eufórica y me sorprendí al oírme decir entusiasmada.
—Me apetece bailar ¿Pones música?
.- Su apartamento es chiquito pero al ser un ático tiene una enorme terraza que es donde cenamos; mientras entraba a por el portátil conectaba los altavoces y seleccionaba la música, me acodé en la baranda y vi que todos los demás edificios quedaban por debajo de ese.
• ¿Me concede este baile bella dama?
—Encantada caballero.
.- Me tomó por la cintura y apoyé mi cabeza en su pecho; sonaba una antigua balada y dejé de pensar; solo sentía ese cuerpo al que me había pegado y sin planearlo nuestros labios se encontraron; yo levantaba el rostro y él doblaba su cuello, me sentó sobre una mesa de jardín y resultó más cómodo para ambos; nos besábamos con desespero y me notaba mojada; cuando no pude soportar más le pedí que me tomara y cogiéndome en brazos me llevó a su habitación.
Sin dejar de besarnos me desabrochó la camisa y sin sacarla comenzó a acariciarme, notaba los pezones duros y sus caricias me excitaron tanto que le exigí.
—¡Fóllame ya!
.- No se hizo de rogar y a pesar de que su polla es el doble de gruesa y más larga que la de Juan, fue muy delicado y al principio fueron lentas y suaves acometidas, hasta que me moví acompasadamente acelerando el ritmo que tomó una intensidad infernal; noté los primeros calambres y supe que esta vez “llegaría” con él y no como sucede con Juan, que en cuanto se corre se acabó y mientras va al baño a enjuagarse termino sola acariciándome el botoncito; en esta ocasión, cuando llegué a ese punto en que suelo quedarme quieta disfrutando el momento; Pol arremetió con brío y una serie de espasmos comenzaron a sacudirme violentamente aumentando por mil la sensación que conocía y que siempre supuse era lo máximo que se podía obtener; todos mis músculos se tensaron, me arquee mientras me oía jadear como jamás lo había hecho.
.- Traté de mirarlo y con la vista borrosa vi que sonreía, continuó moviéndose mientras todo mi cuerpo vibraba y los espasmos me zarandeaba como una hoja en un vendaval y le oí decir cosas preciosas.
• < Te adoro desde hace mucho > <Seré tuyo sin condiciones si me aceptas>
.- Se detuvo momentáneamente y parecía que se había terminado; recobré la respiración y cuando fui a hablar retomó su tarea con más ímpetu si cabe; instantes después estaba otra vez en ese carrusel que me sacudía sin piedad; repitió la operación una y otra vez consiguiendo en cada ocasión más placer que en la anterior, hasta que comenzó a inundarme con su semen coincidiendo con un orgasmo que no me permitía terminar; un pequeño desvanecimiento me sumió en un limbo en el que no me habría importado permanecer por siempre.
Al recobrar totalmente la conciencia pregunté que me había sucedido.
• Me has mostrado dos cosas, que nunca antes habías llegado a disfrutar como mereces y que eres multiorgásmica. Podemos pasar momentos gloriosos si me aceptas en tu mundo.
—Ya hablaremos cuando despierte de este sueño, pero ahora quiero más; no más sexo de momento pero si más mimos.
.- Nos levantamos y nos dimos una larga ducha, hacía mucho calor y el intenso ejercicio había calentado nuestros cuerpos, y las caricias bajo el agua no permitieron que nos refrescáramos mucho; salimos desnudos a la terraza y Pol sirvió unas copas de cava fresquito que acarició mi garganta reseca por tanto jadeo y suspiro; se estiró en una tumbona y yo sobre él; le iba dando picos con cava y abrazada a él le dije.
—Me gusta cómo me acaricias y la cosas que me dices aunque pienso, que tengo mucho por aprender y espero que seas paciente conmigo; con Juan llevo casi veinte años y jamás he estado con otro; antes de conocerlo salí con un par de chicos con los que no pasé de caricias y besos, por tanto solo sé lo que aprendí junto a él y que se reduce a follar hasta que se corre y se acabó; lo de acariciarme lo aprendí viendo a una compañera de trabajo que lo hacía mientras hablaba con un amigo por teléfono porque según decía su marido no la satisface totalmente.
.- Nos apapuchamos y tardamos poco en comenzar otra vez esa danza que tanto me gusta; que tanto nos gusta y es que Pol es incansable; al rato le pedí que fuéramos a la habitación; nos tomamos de la mano y frente a la cama le pedí que me enseñara algo diferente.
.- Me hizo tender cruzada en la cama y comenzó a lamer mis ojos; bajó hasta los pechos mientras con la mano me acariciaba el monte de venus, comencé a temblar imaginando que seguiría y no me decepcionó; había visto algunas imágenes de sexo oral en internet aunque pensaba que eran “trucadas” al llegar al vientre parecía que quisiera meter su lengua por mi ombligo y eso me enervó.
.- Llegó el momento decisivo y cuando comenzó a chupar, mordisquear y lamer mi botoncito creí morir aunque lo que consiguió es que me viniera varias veces antes de que le pidiera “clemencia”; cuando logré reponerme supe que debía hacer. Me retorcí hasta que su polla quedó al alcance de mis labios y aunque solo lo había visto como “lo otro” en película, agarre su verga con ambas manos y comencé a pasar mi lengua por su capullo, al principio me pareció que no reaccionaba y entonces recordé que retiraban el pellejo que lo cubre; lo hice y ante mis ojos apareció ese capullo rojo oscuro y brillante con el que tanto me había deleitado. Entonces sí reaccionó; el tronco se ponía más rígido y Pol comenzó a bufar al ritmo de las ligeras mordidas que le fui haciendo; al rato noté que se tensaba y apoyó sus manos en mi cabeza tratando de apartarme; supe que estaba a punto de reventar pero no quise decepcionarlo y me apresté a recibir en mi boca y rostro lo que me obsequió que no fue poco, y al saborearlo con una mezcla de prudencia y miedo por si me resultaba repulsivo, resultó tener un sabor acre, semejante a cómo te queda la boca si estás muy cerca de donde explotan los cohetes.
• Eres una diosa y aprendes deprisa cielo. ¿Qué nos deparará el futuro?
.- No sabía muy bien cómo responderle, pero tenía claro que eso no podía quedar como una anécdota o el resultado de una noche loca; yo merecía lo que él me ofrecía y pensé que debía pasar tiempo con él antes de decidir nada drástico.
— Por el momento vamos a mi casa; necesito recoger ropa para mañana y después regresaremos aquí; quiero despertar junto a ti; pienso que la sensación será sublime si el primero despierta al otro de la mejor forma que imagine.
.- El paseo en moto por la ciudad resultó ser aún más estimulante que por la tarde y es que al llegar a casa no pude resistirme y prácticamente violé al atónito Pol que por otra parte sucumbió a mis deseos, ¡follar en mi cama! ese acto me convenció de cuál sería mi postura respecto al futuro.
.- Regresamos a casa cerca de las seis y nos echamos en la cama estaba agotada y me adormile hasta que Pol me despertó besándome; hicimos el amor una vez más y sin ducharme ni desayunar me acompañó al trabajo en la moto; una hora después de empezar hable con la supervisora y le pedí que me asignara al turno de tarde; aceptó de inmediato porque es un horario que nadie quiere y de ese modo podía encontrarme con Pol por las mañanas; al salir fui directamente a “Las Ramblas” y compre en un sex-shop un CD porno, para tomar “notas” de cómo hacen las mamadas las profesionales; a Pol le encantó a pesar de que reconozco que fue torpe y a mí me gustó casi más que a él al poder satisfacerlo; en casa lo vi varias veces y me pareció muy interesante y didáctico.
Charo debió decir algo gracioso por la sonrisa que se dibujó en su rostro, pero continuó con su perorata.
.- Esa noche llegó Juan pasadas las doce; me dijo que los niños estaban muy bien y que se acostaba porque estaba cansado y habían tomado algo por el camino; le di las buenas noche y me quedé levantada; llame a Pol y le pregunté si me dejaba ir a su casa por la mañana.
• Naturalmente tonta; te estaré esperando.
.- Llevé ropa para ir después al trabajo y ese día fue crucial; no solo disfrute tanto o más que en nuestra peculiar verbena; fue algo calculado y nada fortuito; al día siguiente viernes repetimos, y como trabajé hasta las diez, salimos Juan y yo el sábado temprano para ir a Peñíscola a ver a los niños; ese fin de semana lo pasamos en blanco; me visitó “la rojilla” y no tuvimos sexo.
Eva escucho con atención a su amiga que le hizo algunas preguntas y su respuesta fue ambigua.
.- Pues no sé cómo lo haré, pero estoy segura que quiero estar con Pol a pesar de las consecuencias, aunque tratare de organizarme con ambos; ha tenido que ir a Tarragona por un servicio especial que le pagan muy bien; pero como libro hasta el martes nos veremos esta tarde; por eso y por todo lo demás es por lo que no iré al gimnasio de momento.
Viernes 3 de julio
Antes de que Juan marchara a trabajar Eva le recordó que por la noche quería hablarle de un asunto y que posiblemente no podrían marchar hasta el sábado por la tarde o quizás el domingo por la mañana a ver a los niños; él la miró sin darle importancia al asunto, asintió y marcho sin apenas despedirse; Eva antes de marchar a casa de Pol llamó a Peñíscola y habló con su madre.
— Hola mama ¿Cómo estáis?
No pasa nada, pero este fin de semana no iremos a veros; Juan y yo tenemos algunas cosas que hacer y aprovecharemos que no están los niños. ¿Me los quieres pasar o ya están en la piscina?
Ya lo imagino, bueno, llamaremos esta noche cuando llegue Juan y así hablamos los cuatro.
¡SI! Nosotros también nos cuidaremos.
Corto la comunicación y marcho a casa de Pol que la esperaba; por la tarde, regresó con tiempo para pasar por casa de Charo a por unos documentos que esta había preparado y después, recibir algunas cosas que había encargado y entregaron a la hora prevista, unos ahumados, embutidos, pastas saladas y varias botellas de cava que mantenían en fresco, lo colocó todo en su lugar y se vistió para la ocasión; por su cumpleaños Juan le regaló un conjunto de lencería erótica que no había tenido oportunidad de lucir y esa era la oportunidad ideal, cuando llegó lo recibió con una copa de cava y lista para seducirlo; le desabotonó la camisa y esperó a que tomara un primer sorbo; después se desató el huracán
— Ven aquí que te voy a destrozar.
Esas simples palabras hicieron mella en el atribulado Juan que nunca había visto esa faceta en su esposa que comenzó a sobarle la pija mientras le soltaba los pantalones; él ayudó, y poco después estaba totalmente desnudo mientras ella parecía querer comérselo a besos, y en realidad esa era la idea “comérselo” aunque su plan era empezar por el cuello y terminar por la polla.
— Túmbate aquí cariño.
Lo había arrastrado literalmente hasta el sofá y él se dejó hacer; poco después miraba desconcertado como esa delicada mujer, la madre de sus hijos, la niña que él había modelado a su antojo para hacerla a su gusto le estaba comiendo literalmente la polla; igual que las profesionales que frecuentaba desde hacía un tiempo.
A pesar de las pocas que había hecho, Eva logró llevar al pobre Juan al límite en varias ocasiones aflojando el ritmo antes de permitir que se corriera, y cuando lo hizo no desaprovecho apenas nada, y cuando al fin este se repuso preguntó enojado.
< ¿Dónde has aprendido esto? ¡Conmigo no!
— “Tengo un amante cariño”
< Lo dices así y te quedas tan fresca.
Sin responder, Eva tomó el mando a distancia del televisor y pulso el play; en la pantalla aparecieron algunas imágenes y sobreimpresionado el título “Tengo un amante cariño” instantes después un hombre sorprendía a una pareja manteniendo sexo y ella dijo esa frase, añadiendo que lo necesitaba porque él no le daba suficiente; el recién llegado se colocó en un rincón de la habitación y empezó a masturbarse mientras la pareja retomaba su actividad; Eva pulsó el stop y cambió el mando por la polla de Juan acercándola a su boca para limpiar los restos que aún quedaban.
< Me habías asustado, por un momento pensé. Pero ¡No! Tú no harías eso.
— ¿No haría qué? Cuéntame, ¿cómo terminó lo de ese compañero que sorprendió a su esposa con otro en su cama?
< En realidad mejor de lo que imaginaba; él tiene ahora más y mejor sexo que antes, no discute en absoluto con su esposa, sigue yendo de putas cuando le apetece sin tener que esconderse y su vida familiar ha mejorado mucho y además, conoció al amante de su esposa y resulta que es un tipo estupendo.
Eva sonrió y arrodillándose en la cama de espaldas a él le preguntó.
— ¿Porque nunca me has pedido entrar por aquí?
Totalmente descolocado Juan pensó que a su esposa le pasaba algo raro y a su vez preguntó.
< ¿Qué está pasando? Tú no eres así. Nunca he intentado nada de esto porque te respeto
— ¿Te gustaría tener una puta como la de la película en casa? Puedo aprender todo lo que hacen ellas si me lo propongo, y pienso que lo he demostrado de sobras.
< ¿Dónde está el truco? Creo que no me lo has contado todo.
— No hay truco ¿Por qué no puedo disfrutar de lo mismo que otras mujeres?
< Insisto ¡dime que pasa! esto no es normal.
— Ya te lo he dicho todo, lo que pasa es que no lo quieres entender. Al decir “Tengo un amante cariño” me refería a que con el video traté de mejorar la técnica para ti, porque quiero satisfacerte en todo eso que sé que te gusta y que consigues por ahí, pero tengo un amante y ha sido, con él que he descubierto no solo lo que es un orgasmo de verdad; además que soy multiorgásmica y que. ¡Quiero! Disfrutar tanto cuanto pueda; voy a tomarme una copa tranquila en nuestra habitación; me gustaría que recapacitaras sobre esta propuesta, pero por si no te gusta, encima de la mesa tienes unos datos para la alternativa y si por el contrario piensas que podemos seguir hablando te espero en la habitación.
Eva se retiró a la habitación con un cubo de hielo, una botella de cava recién descorchada y dos copas; Juan se sentó en una silla y con la cabeza entre las manos se quedó inmóvil unos minutos, sin abrir la carpeta fue a la habitación y exclamó.
< ¡Me importa un huevo que tengas un amante! No creo que me vayas a dejar y si a partir de ahora voy a poder gozar de la puta que llevas dentro acepto encantado; ya sé que serás discreta y te aseguro que no me importa quién sea ese hombre que ha sido capaz de descubrir lo que tenías oculto bajo esa apariencia de niña buena.
— ¿Así no te importa quién sea? Podría ser una gran sorpresa, porque es conocido.
< ¡No! No me importa y cuando quieras ya me dirás quién es, me gustaría conócelo y poder darle las gracias; ¿De qué vale tener a una santurrona en exclusiva? Prefiero compartir a la mayor de las putas y disfrutarla siempre que quiera.
— Has de saber que tú eres el primero; siempre que me quieras me tendrás, evidentemente me dejaras tiempo para estar con él y puede que si lo acordamos y nos organizamos podemos pasar tiempo juntos los tres.
Unas semanas después fueron a cenar a un restaurante donde por fin Juan conocería al amante de Eva; ese hombre junto al que ella floreció y al que a fin de cuentas debía agradecerle la feliz etapa que estaba viviendo; vio aparecer a Pol y murmuró a su esposa.
< Joder, tu sobrino nos va a fastidiar la cena, seguro que tu amante, al verlo y si es tan discreto como dices no se acercará y tendré que esperar a conocerlo en otra ocasión.
Sin responder, cuando Pol se inclinó para besar a “su tía”, esta giró el rostro y sujetándolo se enredó en un magnifico morreo.
— Este es Pol y además de mi sobrino, te puedo asegurar que es el mejor amante que puedas imaginar, de hecho si quieres esta noche después de cenar podemos ir a su casa y pasar una alegre velada en la terraza juntos, sois las personas que más quiero y me gustaría que fuerais buenos amigos.
.- ¿Cómo estas bruja? Desde antes de la verbena no sé nada de ti.
Oyó la respuesta de su amiga pero continuó con su monologo.
.- Esta tarde tampoco nos veremos en el gimnasio.
.- Cuando me contaste que te enrollaste con tu vecino te prometí que cuando yo tuviera un lio te lo contaría y ¡YA! Ya tengo algo que contar.
—Más o menos esto es lo que sucedió.
.- La tarde de la verbena trabajé hasta las seis de la tarde y como no encontré a nadie que me lo cambiara, al día siguiente tuve que hacerlo de diez a dos. Mi hermana, su marido, Juan y los niños marcharon por la mañana a la casona que nuestros padres tienen en Peñíscola; pasaron allí la verbena y el día de San Juan por la noche regresaron sin los niños.
Bueno, el caso es que al salir me encuentro a mi sobrino en la puerta; es un chico guapísimo y la mar de simpático que al verme se abalanzó sobre mí para abrazarme y besarme y es que hacía meses que no coincidíamos; me contó mi hermana que su chica lo había dejado hacia unas semanas para irse a Colombia con su superior. Cuando me soltó le pregunté.
—¿Qué haces aquí? Te hacía en Peñíscola con los demás, o eso me dijo tu madre.
• Esa era la idea, pero un amigo me pidió que le hiciera mañana un turno en el hospital y como es un buen tipo accedí. Mamá me dijo que estarías sola y si no tienes otros planes podríamos pasar la verbena juntos, te llevo a cenar donde digas y después si te apetece a bailar.
.- Habíamos comenzado a caminar y le respondí.
—No gracias, prefiero una velada tranquila, cenaré algo ligero y me acostaré temprano, así cuando los petardos lo permitan me dormiré, además ¿dónde vas tú con una tía casi cuarentona?
• Con una “tía buena” querrás decir y además desde este momento te llamaré Eva. Y por si no te gustaba mi primera opción, tengo un plan “B”; mamá me dejó unos cuantos tapers con algunas de sus delicatesen; los he recogido esta mañana; he comprado coca y tengo cava en la nevera por si lo que te apetece es una verbena “casera”.
.- No me podía negar, Pol es encantador y me contagió su entusiasmo; pero al detenernos junto a una enorme moto repare en que llevaba un casco en la mano y le pregunté azorada.
—¿Has venido en moto? Jamás he subido en una y no sé si es una buena idea; me da algo de miedo.
• Perfecto; este será el primer día del resto de tu vida; iremos en moto a la playa y descubrirás que no es tan peligroso como muchos piensan.
—Pero si no tengo bañador, y además con esta falda no podré montarme en ella.
• No necesitamos bañador, vamos a una cala nudista que frecuentaba con Raquel y no te apures porque no encontraras a ningún conocido si es lo que te preocupa, y en el baúl de la moto llevo toallas y protector solar ¡estaba convencido que accederías!
—Lo que me preocupa es que voy sin depilar y además no tenía planeado ir a la playa.
• Te digo que no te apures; allí cada cual va a lo suyo sin inmiscuirse en lo que hacen los otros; además ¿Cuándo hiciste una locura por última vez? Sé espontanea hoy que puedes.
.- No estaba totalmente convencida pero me dejé poner el casco; me ayudó a subir a la moto y antes de sentarme tiró de mi falda lo necesario para que lo hiciera con facilidad; subió delante de mi haciendo una pirueta para pasar la pierna por encima del manillar y oí por el intercomunicador del casco.
• Agárrate fuerte y si crees que corro mucho dímelo y aflojaré
.- Me agarre a su cintura y arrancamos despacio; dio un poco de gas y parecía que me despegara del asiento; subí mis manos hasta su pecho y me aplasté contra su espalda y así, notando como el viento destapaba más mis piernas nos incorporamos al tránsito que salía de la ciudad; vi como los ocupantes de los coches que nos adelantaban se giraban a mirarnos y supe porque.
—Acelera un poco si quieres y puedes, de momento no tengo miedo y me estoy divirtiendo.
.- Sin responder dio gas y noté como aumentaba la velocidad; dejamos de ser adelantados y pronto comenzamos a superar a algunos de los vehículos que lo habían hecho antes; sentí una gran satisfacción al sentirme observada por esos desconocidos y realmente no me importaba que admiraran mis muslos.
.- Llegamos a la playa; la cala es preciosa, no había demasiada gente y todos los que vi iban desnudos; al vernos algunos y algunas saludaron a Pol con la mano sin aproximarse; tendió las toallas y sin más se despojó de la ropa; me resultó imposible no mirar y al ver su verga un escalofrío recorrió mi espinazo.
• ¡Vamos Eva! Vamos al agua antes de que se oculte el sol.
.- Faltaban horas para que eso sucediera pero viendo como me miraba me sentí intimidada; le di la espalda y me desnudé sin pensar en nada, solo en quitarme la ropa y dejar de hacer el ridículo; recordé la primera vez que hice toples después de que me crecieran las tetas y en aquella ocasión no tuve tantos remilgos.
.- Con una corta carrera y sin mirar a nadie me zambullí en el agua, al salir a la superficie y mirar a la orilla vi a Pol sonriendo y mis ojos fueron directamente a su verga; esa verga que me pareció imposible, aunque hace más de veinte años que dejé de cambiarle los pañales, ahora destacaba como un faro en la oscuridad; en nada se parecía a las que había disfrutado o incluso visto anteriormente; traté de apartar esos pensamientos y comencé a dar enérgicas brazadas, como si de ese modo pudiera conseguirlo; en uno de los giros choque con él que me seguía de cerca y como si de un imán se tratase, mi mano tropezó con su verga; me disculpé aunque él hizo como si no supiera de que se trataba y lo agradecí; de haberse reído o haber hecho algún comentario me habría muerto de la vergüenza.
• ¿Vamos fuera? Has sido muy valiente al desnudarte, pero ahora tienes que ponerte protector o mañana estarás tostada; este sol es muy traicionero.
.- Me dio la mano cuando el agua nos llegó a la cintura y así llegamos a las toallas; me ofreció el tarro y me tumbé en la toalla para aplicarme la crema; después lo tomó de mis manos y sin dudarlo continuó por mis muslos y bajó hasta llegar a los tobillos.
• ¡Date la vuelta!
.- Lo dijo con tal autoridad que lo hice sin dudar; comenzó por los hombros y siguió hasta la espalda, bajó por el lateral del cuerpo sin esquivar la parte del pecho que asomaba y continuó hasta las nalgas; aplicó crema en los cachetes sin inmutarse; por el rabillo del ojo comprobé que no estaba “empalmado” y eso me tranquilizó; no me estaba sobando.
.- ¡No! No me interrumpas porque no quiero perder el hilo.
.- Al poco me di la vuelta sin importarme quedar expuesta, pasaron algunas personas pero al parecer a ninguna le interesaba mi desnudez y es que al estarlo todos eso era lo normal. Comenzaba a notar calor y Pol me tomó de la mano y me arrastró al agua; nadamos un poco y en esta ocasión no me importó quedarme quieta bocarriba y dejarme mecer por el suave oleaje, consciente que estaba a mi lado y que mis pechos y sexo eran observados por él. Al salir nos fuimos directamente a la ducha y nos enjuagamos un poco antes de vestirnos, aunque en este caso prescindí de la ropa interior; me parecía extraño, pero ya no le daba tanta importancia a la desnudez.
Llegamos a su casa alrededor de las diez; me ofreció tomar una ducha y lo agradecí, notaba la piel tirante y es que el rato que estuve sin crema me quemé un poco; salí de la ducha desnuda y al ver mi piel enrojecida me aplicó un poco de crema hidratante tipo After-sun y como noté frio por causa de la quemazón, me ofreció una camisa suya que me quedaba enorme; dispuso las viandas en una bandeja y sirvió cava.
• Espero que sea de tu agrado; todo esto lo preparo tu hermana para llevárselo y seguro que a esta hora estarán comiendo lo mismo que nosotros aunque dudo que se hayan bañado del mismo modo.
.- Comimos y bebimos, el cava estaba fresquito y entró de maravilla; estaba eufórica y me sorprendí al oírme decir entusiasmada.
—Me apetece bailar ¿Pones música?
.- Su apartamento es chiquito pero al ser un ático tiene una enorme terraza que es donde cenamos; mientras entraba a por el portátil conectaba los altavoces y seleccionaba la música, me acodé en la baranda y vi que todos los demás edificios quedaban por debajo de ese.
• ¿Me concede este baile bella dama?
—Encantada caballero.
.- Me tomó por la cintura y apoyé mi cabeza en su pecho; sonaba una antigua balada y dejé de pensar; solo sentía ese cuerpo al que me había pegado y sin planearlo nuestros labios se encontraron; yo levantaba el rostro y él doblaba su cuello, me sentó sobre una mesa de jardín y resultó más cómodo para ambos; nos besábamos con desespero y me notaba mojada; cuando no pude soportar más le pedí que me tomara y cogiéndome en brazos me llevó a su habitación.
Sin dejar de besarnos me desabrochó la camisa y sin sacarla comenzó a acariciarme, notaba los pezones duros y sus caricias me excitaron tanto que le exigí.
—¡Fóllame ya!
.- No se hizo de rogar y a pesar de que su polla es el doble de gruesa y más larga que la de Juan, fue muy delicado y al principio fueron lentas y suaves acometidas, hasta que me moví acompasadamente acelerando el ritmo que tomó una intensidad infernal; noté los primeros calambres y supe que esta vez “llegaría” con él y no como sucede con Juan, que en cuanto se corre se acabó y mientras va al baño a enjuagarse termino sola acariciándome el botoncito; en esta ocasión, cuando llegué a ese punto en que suelo quedarme quieta disfrutando el momento; Pol arremetió con brío y una serie de espasmos comenzaron a sacudirme violentamente aumentando por mil la sensación que conocía y que siempre supuse era lo máximo que se podía obtener; todos mis músculos se tensaron, me arquee mientras me oía jadear como jamás lo había hecho.
.- Traté de mirarlo y con la vista borrosa vi que sonreía, continuó moviéndose mientras todo mi cuerpo vibraba y los espasmos me zarandeaba como una hoja en un vendaval y le oí decir cosas preciosas.
• < Te adoro desde hace mucho > <Seré tuyo sin condiciones si me aceptas>
.- Se detuvo momentáneamente y parecía que se había terminado; recobré la respiración y cuando fui a hablar retomó su tarea con más ímpetu si cabe; instantes después estaba otra vez en ese carrusel que me sacudía sin piedad; repitió la operación una y otra vez consiguiendo en cada ocasión más placer que en la anterior, hasta que comenzó a inundarme con su semen coincidiendo con un orgasmo que no me permitía terminar; un pequeño desvanecimiento me sumió en un limbo en el que no me habría importado permanecer por siempre.
Al recobrar totalmente la conciencia pregunté que me había sucedido.
• Me has mostrado dos cosas, que nunca antes habías llegado a disfrutar como mereces y que eres multiorgásmica. Podemos pasar momentos gloriosos si me aceptas en tu mundo.
—Ya hablaremos cuando despierte de este sueño, pero ahora quiero más; no más sexo de momento pero si más mimos.
.- Nos levantamos y nos dimos una larga ducha, hacía mucho calor y el intenso ejercicio había calentado nuestros cuerpos, y las caricias bajo el agua no permitieron que nos refrescáramos mucho; salimos desnudos a la terraza y Pol sirvió unas copas de cava fresquito que acarició mi garganta reseca por tanto jadeo y suspiro; se estiró en una tumbona y yo sobre él; le iba dando picos con cava y abrazada a él le dije.
—Me gusta cómo me acaricias y la cosas que me dices aunque pienso, que tengo mucho por aprender y espero que seas paciente conmigo; con Juan llevo casi veinte años y jamás he estado con otro; antes de conocerlo salí con un par de chicos con los que no pasé de caricias y besos, por tanto solo sé lo que aprendí junto a él y que se reduce a follar hasta que se corre y se acabó; lo de acariciarme lo aprendí viendo a una compañera de trabajo que lo hacía mientras hablaba con un amigo por teléfono porque según decía su marido no la satisface totalmente.
.- Nos apapuchamos y tardamos poco en comenzar otra vez esa danza que tanto me gusta; que tanto nos gusta y es que Pol es incansable; al rato le pedí que fuéramos a la habitación; nos tomamos de la mano y frente a la cama le pedí que me enseñara algo diferente.
.- Me hizo tender cruzada en la cama y comenzó a lamer mis ojos; bajó hasta los pechos mientras con la mano me acariciaba el monte de venus, comencé a temblar imaginando que seguiría y no me decepcionó; había visto algunas imágenes de sexo oral en internet aunque pensaba que eran “trucadas” al llegar al vientre parecía que quisiera meter su lengua por mi ombligo y eso me enervó.
.- Llegó el momento decisivo y cuando comenzó a chupar, mordisquear y lamer mi botoncito creí morir aunque lo que consiguió es que me viniera varias veces antes de que le pidiera “clemencia”; cuando logré reponerme supe que debía hacer. Me retorcí hasta que su polla quedó al alcance de mis labios y aunque solo lo había visto como “lo otro” en película, agarre su verga con ambas manos y comencé a pasar mi lengua por su capullo, al principio me pareció que no reaccionaba y entonces recordé que retiraban el pellejo que lo cubre; lo hice y ante mis ojos apareció ese capullo rojo oscuro y brillante con el que tanto me había deleitado. Entonces sí reaccionó; el tronco se ponía más rígido y Pol comenzó a bufar al ritmo de las ligeras mordidas que le fui haciendo; al rato noté que se tensaba y apoyó sus manos en mi cabeza tratando de apartarme; supe que estaba a punto de reventar pero no quise decepcionarlo y me apresté a recibir en mi boca y rostro lo que me obsequió que no fue poco, y al saborearlo con una mezcla de prudencia y miedo por si me resultaba repulsivo, resultó tener un sabor acre, semejante a cómo te queda la boca si estás muy cerca de donde explotan los cohetes.
• Eres una diosa y aprendes deprisa cielo. ¿Qué nos deparará el futuro?
.- No sabía muy bien cómo responderle, pero tenía claro que eso no podía quedar como una anécdota o el resultado de una noche loca; yo merecía lo que él me ofrecía y pensé que debía pasar tiempo con él antes de decidir nada drástico.
— Por el momento vamos a mi casa; necesito recoger ropa para mañana y después regresaremos aquí; quiero despertar junto a ti; pienso que la sensación será sublime si el primero despierta al otro de la mejor forma que imagine.
.- El paseo en moto por la ciudad resultó ser aún más estimulante que por la tarde y es que al llegar a casa no pude resistirme y prácticamente violé al atónito Pol que por otra parte sucumbió a mis deseos, ¡follar en mi cama! ese acto me convenció de cuál sería mi postura respecto al futuro.
.- Regresamos a casa cerca de las seis y nos echamos en la cama estaba agotada y me adormile hasta que Pol me despertó besándome; hicimos el amor una vez más y sin ducharme ni desayunar me acompañó al trabajo en la moto; una hora después de empezar hable con la supervisora y le pedí que me asignara al turno de tarde; aceptó de inmediato porque es un horario que nadie quiere y de ese modo podía encontrarme con Pol por las mañanas; al salir fui directamente a “Las Ramblas” y compre en un sex-shop un CD porno, para tomar “notas” de cómo hacen las mamadas las profesionales; a Pol le encantó a pesar de que reconozco que fue torpe y a mí me gustó casi más que a él al poder satisfacerlo; en casa lo vi varias veces y me pareció muy interesante y didáctico.
Charo debió decir algo gracioso por la sonrisa que se dibujó en su rostro, pero continuó con su perorata.
.- Esa noche llegó Juan pasadas las doce; me dijo que los niños estaban muy bien y que se acostaba porque estaba cansado y habían tomado algo por el camino; le di las buenas noche y me quedé levantada; llame a Pol y le pregunté si me dejaba ir a su casa por la mañana.
• Naturalmente tonta; te estaré esperando.
.- Llevé ropa para ir después al trabajo y ese día fue crucial; no solo disfrute tanto o más que en nuestra peculiar verbena; fue algo calculado y nada fortuito; al día siguiente viernes repetimos, y como trabajé hasta las diez, salimos Juan y yo el sábado temprano para ir a Peñíscola a ver a los niños; ese fin de semana lo pasamos en blanco; me visitó “la rojilla” y no tuvimos sexo.
Eva escucho con atención a su amiga que le hizo algunas preguntas y su respuesta fue ambigua.
.- Pues no sé cómo lo haré, pero estoy segura que quiero estar con Pol a pesar de las consecuencias, aunque tratare de organizarme con ambos; ha tenido que ir a Tarragona por un servicio especial que le pagan muy bien; pero como libro hasta el martes nos veremos esta tarde; por eso y por todo lo demás es por lo que no iré al gimnasio de momento.
Viernes 3 de julio
Antes de que Juan marchara a trabajar Eva le recordó que por la noche quería hablarle de un asunto y que posiblemente no podrían marchar hasta el sábado por la tarde o quizás el domingo por la mañana a ver a los niños; él la miró sin darle importancia al asunto, asintió y marcho sin apenas despedirse; Eva antes de marchar a casa de Pol llamó a Peñíscola y habló con su madre.
— Hola mama ¿Cómo estáis?
No pasa nada, pero este fin de semana no iremos a veros; Juan y yo tenemos algunas cosas que hacer y aprovecharemos que no están los niños. ¿Me los quieres pasar o ya están en la piscina?
Ya lo imagino, bueno, llamaremos esta noche cuando llegue Juan y así hablamos los cuatro.
¡SI! Nosotros también nos cuidaremos.
Corto la comunicación y marcho a casa de Pol que la esperaba; por la tarde, regresó con tiempo para pasar por casa de Charo a por unos documentos que esta había preparado y después, recibir algunas cosas que había encargado y entregaron a la hora prevista, unos ahumados, embutidos, pastas saladas y varias botellas de cava que mantenían en fresco, lo colocó todo en su lugar y se vistió para la ocasión; por su cumpleaños Juan le regaló un conjunto de lencería erótica que no había tenido oportunidad de lucir y esa era la oportunidad ideal, cuando llegó lo recibió con una copa de cava y lista para seducirlo; le desabotonó la camisa y esperó a que tomara un primer sorbo; después se desató el huracán
— Ven aquí que te voy a destrozar.
Esas simples palabras hicieron mella en el atribulado Juan que nunca había visto esa faceta en su esposa que comenzó a sobarle la pija mientras le soltaba los pantalones; él ayudó, y poco después estaba totalmente desnudo mientras ella parecía querer comérselo a besos, y en realidad esa era la idea “comérselo” aunque su plan era empezar por el cuello y terminar por la polla.
— Túmbate aquí cariño.
Lo había arrastrado literalmente hasta el sofá y él se dejó hacer; poco después miraba desconcertado como esa delicada mujer, la madre de sus hijos, la niña que él había modelado a su antojo para hacerla a su gusto le estaba comiendo literalmente la polla; igual que las profesionales que frecuentaba desde hacía un tiempo.
A pesar de las pocas que había hecho, Eva logró llevar al pobre Juan al límite en varias ocasiones aflojando el ritmo antes de permitir que se corriera, y cuando lo hizo no desaprovecho apenas nada, y cuando al fin este se repuso preguntó enojado.
< ¿Dónde has aprendido esto? ¡Conmigo no!
— “Tengo un amante cariño”
< Lo dices así y te quedas tan fresca.
Sin responder, Eva tomó el mando a distancia del televisor y pulso el play; en la pantalla aparecieron algunas imágenes y sobreimpresionado el título “Tengo un amante cariño” instantes después un hombre sorprendía a una pareja manteniendo sexo y ella dijo esa frase, añadiendo que lo necesitaba porque él no le daba suficiente; el recién llegado se colocó en un rincón de la habitación y empezó a masturbarse mientras la pareja retomaba su actividad; Eva pulsó el stop y cambió el mando por la polla de Juan acercándola a su boca para limpiar los restos que aún quedaban.
< Me habías asustado, por un momento pensé. Pero ¡No! Tú no harías eso.
— ¿No haría qué? Cuéntame, ¿cómo terminó lo de ese compañero que sorprendió a su esposa con otro en su cama?
< En realidad mejor de lo que imaginaba; él tiene ahora más y mejor sexo que antes, no discute en absoluto con su esposa, sigue yendo de putas cuando le apetece sin tener que esconderse y su vida familiar ha mejorado mucho y además, conoció al amante de su esposa y resulta que es un tipo estupendo.
Eva sonrió y arrodillándose en la cama de espaldas a él le preguntó.
— ¿Porque nunca me has pedido entrar por aquí?
Totalmente descolocado Juan pensó que a su esposa le pasaba algo raro y a su vez preguntó.
< ¿Qué está pasando? Tú no eres así. Nunca he intentado nada de esto porque te respeto
— ¿Te gustaría tener una puta como la de la película en casa? Puedo aprender todo lo que hacen ellas si me lo propongo, y pienso que lo he demostrado de sobras.
< ¿Dónde está el truco? Creo que no me lo has contado todo.
— No hay truco ¿Por qué no puedo disfrutar de lo mismo que otras mujeres?
< Insisto ¡dime que pasa! esto no es normal.
— Ya te lo he dicho todo, lo que pasa es que no lo quieres entender. Al decir “Tengo un amante cariño” me refería a que con el video traté de mejorar la técnica para ti, porque quiero satisfacerte en todo eso que sé que te gusta y que consigues por ahí, pero tengo un amante y ha sido, con él que he descubierto no solo lo que es un orgasmo de verdad; además que soy multiorgásmica y que. ¡Quiero! Disfrutar tanto cuanto pueda; voy a tomarme una copa tranquila en nuestra habitación; me gustaría que recapacitaras sobre esta propuesta, pero por si no te gusta, encima de la mesa tienes unos datos para la alternativa y si por el contrario piensas que podemos seguir hablando te espero en la habitación.
Eva se retiró a la habitación con un cubo de hielo, una botella de cava recién descorchada y dos copas; Juan se sentó en una silla y con la cabeza entre las manos se quedó inmóvil unos minutos, sin abrir la carpeta fue a la habitación y exclamó.
< ¡Me importa un huevo que tengas un amante! No creo que me vayas a dejar y si a partir de ahora voy a poder gozar de la puta que llevas dentro acepto encantado; ya sé que serás discreta y te aseguro que no me importa quién sea ese hombre que ha sido capaz de descubrir lo que tenías oculto bajo esa apariencia de niña buena.
— ¿Así no te importa quién sea? Podría ser una gran sorpresa, porque es conocido.
< ¡No! No me importa y cuando quieras ya me dirás quién es, me gustaría conócelo y poder darle las gracias; ¿De qué vale tener a una santurrona en exclusiva? Prefiero compartir a la mayor de las putas y disfrutarla siempre que quiera.
— Has de saber que tú eres el primero; siempre que me quieras me tendrás, evidentemente me dejaras tiempo para estar con él y puede que si lo acordamos y nos organizamos podemos pasar tiempo juntos los tres.
Unas semanas después fueron a cenar a un restaurante donde por fin Juan conocería al amante de Eva; ese hombre junto al que ella floreció y al que a fin de cuentas debía agradecerle la feliz etapa que estaba viviendo; vio aparecer a Pol y murmuró a su esposa.
< Joder, tu sobrino nos va a fastidiar la cena, seguro que tu amante, al verlo y si es tan discreto como dices no se acercará y tendré que esperar a conocerlo en otra ocasión.
Sin responder, cuando Pol se inclinó para besar a “su tía”, esta giró el rostro y sujetándolo se enredó en un magnifico morreo.
— Este es Pol y además de mi sobrino, te puedo asegurar que es el mejor amante que puedas imaginar, de hecho si quieres esta noche después de cenar podemos ir a su casa y pasar una alegre velada en la terraza juntos, sois las personas que más quiero y me gustaría que fuerais buenos amigos.
2 comentarios - Aventuras con mi tia.....