Primera parte
Empezamos a chapar con Agustín en el pallier. Sus manos me acariciaban las piernas y me encendían. Sentía como mi conchita se humedecía. No podía perder tiempo ni querer frenar el deseo incontrolable de garchar que tenía. Lo agarré de la remera y lo metí adentro del departamento.
Cerré la puerta y seguimos a los besos. Mi espalda estaba pegada a la puerta y él me apretaba fuerte agarrándome de la cola. Mi panza apretaba contra su pija, que ya podía sentirla dura bajo su pantalón.
Lo separé de mi y me bajé el short, sin dejar de mirarlo. Agustín tenía sus ojos clavados en mis manos, que despacio fueron desabrochando los botones. Me di vuelta y me lo bajé despacio, descubriendo mi tanguita diminuta que casi ni se veía por estar enterrada en mi cola.
El pibito no se aguantó y me empezó a manosear. Pero yo venía muy exaltada. No tenía intenciones de dejarlo participar. Me di vuelta, lo besé y agarrándolo de la cabeza lo obligué a arrodillarse. Cuando lo tuve a mis pies, levanté una de mis piernas sobre su hombro, me corrí la tanga y empujé su cabeza contra mi. Lo aplasté obligándolo a chuparmela. Agustín obedeció magistralmente y su lengua empezó a rozar mi clítoris y meterse adentro mío.
Me dejé caer hacia atrás, apoyada contra la puerta. El nene seguía desesperado chupándomela. Ahora solo acariciaba su pelo mientras su cabeza se movía dándome placer. Mis piernas temblaban. Un poco por su chupada y otro porque venían cansadas de la noche anterior.
Su lengua golpeaba con fuerza mi clítoris. "Ahiii ahiii!" le grité agarrándolo fuerte de la cabeza para que no se moviera. Me hizo acabar de una manera bestial. Pegué unos gritos de placer que se escucharon hasta la calle, más o menos. El orgasmo me hizo caer. Terminé sentada, frente a Agustín que se recuperaba de la chupada que me había pegado.
Lo tumbé contra el piso y lo desvestí torpemente. Me arrodillé entre sus piernas y tomando su pija totalmente erecta la empecé a lamer. Primero despacio. Pasaba mi lengua desde la base hasta la cabeza, y la metía mientras la pajeaba.
Estaba muy calentito el nene, porque con solo un par de lamidas me llenó de leche la cara. Saltó una bestialidad.
Si hay algo que me gusta de los pibitos, es su rápida recuperación. Me senté arriba de él y empecé a besarlo, sin dejarle tiempo a nada. Él me seguía el ritmo como podía, pero yo estaba muy caliente y desesperada de su pija.
"Quiero que me cojas", le dije. "Pero... pero...esperá un poco..." me decía poniendo una carita de miedo que me dio mucha ternura. "NO! Ahora...". Sabía que Lucas estaba por llegar, y no podía demorar mucho.
Volví a ponerme entre sus piernas. Su pija estaba blanda y a la mitad de su tamaño. Le agarré las bolas y empecé a chuparlas y tocarlas, mientras lo pajeaba.
"Ahhh pendeja pará" me suplicaba, pero yo no lo escuchaba. Seguí chupandole la pija, que empezaba a tomar tamaño. Como ya había aprendido, empecé a rozar mis dedos abajo de sus bolas, casi llegando a su culo. "Ey ey ey" llegó a decir el nene cuando sintió mis dedos en su cola. Pero se ve que el placer que sentía fue más fuerte que sus prejuicios y me dejó hacer. Cuando al fin se puso bien dura, me levanté y me senté encima. Empecé a cabalgar su pija desesperada.
Me tumbé sobre su cuerpo y levantaba mis caderas. Mi concha seguía mojada. La calentura me brotaba por toda la piel. La pija de Agustín volvió a bajarse un poco. Me levanté y se la chupé un rato, hasta que la levanté de nuevo. Y volví a sentarme arriba. Esta vez, mis movimientos fueron más suaves, pero bien profundos.
Mis piernas temblaban, y estaba por acabar de nuevo. No me podía aguantar más. Empecé a moverme otra vez bien rápido con su pija clavada y franeleando mi cuerpo contra el suyo. Hasta que me detuve por completo. Mi cuerpo tembló y sentí como acababa mojando entera su pija. Me levanté. Su verga salió chorreando mis flujos.
Me puse en 4 y le pedí que me cogiera fuerte. Muy obediente, Agustín se acomodó atrás mío y me pegó una garchada salvaje y desesperada como solo un nenito de 19 años puede dar. Me tumbó al piso con la fuerza de sus embestidas.
El guacho mantuvo el ritmo por varios minutos. Hasta que no aguantó más, sacó su pija y acabó en mi cola. Sentía su leche caliente chorrear por mis piernas. Mis nalgas estaban totalmente bañadas de semen. Cuando recuperé el aire, me limpié con las manos y me levanté. Agustín estaba tirado en el piso, aun agitado.
Agarré mi celu y vi 2 mensajes de Lucas! Me quería matar. Estaba llegando! Reaccioné con las pocas fuerzas que me quedaban y me vestí. Le tiré la ropa a Agustín y le dije que se cambiara, que estaba llegando el dueño del departamento y no podía verlo ahí. Lo saqué afuera mientras me pedía explicaciones. "Después hablamos", le dije dándole un beso y cerrando la puerta.
Volví a agarrar el celu. Le mandé un mensaje a Lucas. "Me voy a bañar. Te espero".
Tercera Parte
Cuarta Parte
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Indice
Empezamos a chapar con Agustín en el pallier. Sus manos me acariciaban las piernas y me encendían. Sentía como mi conchita se humedecía. No podía perder tiempo ni querer frenar el deseo incontrolable de garchar que tenía. Lo agarré de la remera y lo metí adentro del departamento.
Cerré la puerta y seguimos a los besos. Mi espalda estaba pegada a la puerta y él me apretaba fuerte agarrándome de la cola. Mi panza apretaba contra su pija, que ya podía sentirla dura bajo su pantalón.
Lo separé de mi y me bajé el short, sin dejar de mirarlo. Agustín tenía sus ojos clavados en mis manos, que despacio fueron desabrochando los botones. Me di vuelta y me lo bajé despacio, descubriendo mi tanguita diminuta que casi ni se veía por estar enterrada en mi cola.
El pibito no se aguantó y me empezó a manosear. Pero yo venía muy exaltada. No tenía intenciones de dejarlo participar. Me di vuelta, lo besé y agarrándolo de la cabeza lo obligué a arrodillarse. Cuando lo tuve a mis pies, levanté una de mis piernas sobre su hombro, me corrí la tanga y empujé su cabeza contra mi. Lo aplasté obligándolo a chuparmela. Agustín obedeció magistralmente y su lengua empezó a rozar mi clítoris y meterse adentro mío.
Me dejé caer hacia atrás, apoyada contra la puerta. El nene seguía desesperado chupándomela. Ahora solo acariciaba su pelo mientras su cabeza se movía dándome placer. Mis piernas temblaban. Un poco por su chupada y otro porque venían cansadas de la noche anterior.
Su lengua golpeaba con fuerza mi clítoris. "Ahiii ahiii!" le grité agarrándolo fuerte de la cabeza para que no se moviera. Me hizo acabar de una manera bestial. Pegué unos gritos de placer que se escucharon hasta la calle, más o menos. El orgasmo me hizo caer. Terminé sentada, frente a Agustín que se recuperaba de la chupada que me había pegado.
Lo tumbé contra el piso y lo desvestí torpemente. Me arrodillé entre sus piernas y tomando su pija totalmente erecta la empecé a lamer. Primero despacio. Pasaba mi lengua desde la base hasta la cabeza, y la metía mientras la pajeaba.
Estaba muy calentito el nene, porque con solo un par de lamidas me llenó de leche la cara. Saltó una bestialidad.
Si hay algo que me gusta de los pibitos, es su rápida recuperación. Me senté arriba de él y empecé a besarlo, sin dejarle tiempo a nada. Él me seguía el ritmo como podía, pero yo estaba muy caliente y desesperada de su pija.
"Quiero que me cojas", le dije. "Pero... pero...esperá un poco..." me decía poniendo una carita de miedo que me dio mucha ternura. "NO! Ahora...". Sabía que Lucas estaba por llegar, y no podía demorar mucho.
Volví a ponerme entre sus piernas. Su pija estaba blanda y a la mitad de su tamaño. Le agarré las bolas y empecé a chuparlas y tocarlas, mientras lo pajeaba.
"Ahhh pendeja pará" me suplicaba, pero yo no lo escuchaba. Seguí chupandole la pija, que empezaba a tomar tamaño. Como ya había aprendido, empecé a rozar mis dedos abajo de sus bolas, casi llegando a su culo. "Ey ey ey" llegó a decir el nene cuando sintió mis dedos en su cola. Pero se ve que el placer que sentía fue más fuerte que sus prejuicios y me dejó hacer. Cuando al fin se puso bien dura, me levanté y me senté encima. Empecé a cabalgar su pija desesperada.
Me tumbé sobre su cuerpo y levantaba mis caderas. Mi concha seguía mojada. La calentura me brotaba por toda la piel. La pija de Agustín volvió a bajarse un poco. Me levanté y se la chupé un rato, hasta que la levanté de nuevo. Y volví a sentarme arriba. Esta vez, mis movimientos fueron más suaves, pero bien profundos.
Mis piernas temblaban, y estaba por acabar de nuevo. No me podía aguantar más. Empecé a moverme otra vez bien rápido con su pija clavada y franeleando mi cuerpo contra el suyo. Hasta que me detuve por completo. Mi cuerpo tembló y sentí como acababa mojando entera su pija. Me levanté. Su verga salió chorreando mis flujos.
Me puse en 4 y le pedí que me cogiera fuerte. Muy obediente, Agustín se acomodó atrás mío y me pegó una garchada salvaje y desesperada como solo un nenito de 19 años puede dar. Me tumbó al piso con la fuerza de sus embestidas.
El guacho mantuvo el ritmo por varios minutos. Hasta que no aguantó más, sacó su pija y acabó en mi cola. Sentía su leche caliente chorrear por mis piernas. Mis nalgas estaban totalmente bañadas de semen. Cuando recuperé el aire, me limpié con las manos y me levanté. Agustín estaba tirado en el piso, aun agitado.
Agarré mi celu y vi 2 mensajes de Lucas! Me quería matar. Estaba llegando! Reaccioné con las pocas fuerzas que me quedaban y me vestí. Le tiré la ropa a Agustín y le dije que se cambiara, que estaba llegando el dueño del departamento y no podía verlo ahí. Lo saqué afuera mientras me pedía explicaciones. "Después hablamos", le dije dándole un beso y cerrando la puerta.
Volví a agarrar el celu. Le mandé un mensaje a Lucas. "Me voy a bañar. Te espero".
Tercera Parte
Cuarta Parte
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22 comentarios - Finde intenso 2
gracias por pasar!
gracias por pasar
gracias por pasar!
Buen relato
gracias!
gracias por pasar
pobres pibes...
gracias por pasar! 😉
gracias por pasar!