Hola Poringueros, este post es la continuación de:http://www.poringa.net/posts/relatos/2737216/Masajitos-y-algo-mas-fotitos-con-la-P.html
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Arranqué por sus pies, luego fui subiendo por las pantorrillas, relaje sus gemelos preparándolos para usar luego el ultra sonido. Seguí subiendo, siempre con ambas manos en paralelo recorriendo los músculos en toda su ramificación. Yacía sereno, estaba como ido; hasta que llegué a su entrepierna trabajando el recto interno. Abrió los ojos grandes y por el resto de la sesión no me quitó la mirada. Al llegar a la zona de los pectorales me tuve que colocar detrás de su cabeza e inclinarme un poco sino no llegaba. Y claro; fue inevitable que sus ojos se insertaran de lleno en mi escote.
Si a eso le sumamos mis manos por el pecho y hombros con un masaje ligero y envolvente el pobre no pudo controlar su excitación. Desde arriba tenía una vista privilegiada, fui su única y fiel testigo de una leve erección. Fue incómodo para mí, de esos momentos que no sabes que decir. Preferí hacerme la tonta y cambiar el clima.
(Le pedí que se diera vuelta para relajar el cuello los omóplatos y la espalda)
Me miró avergonzado, su erección no cesaba y comenzó a inquietarse.
-Discúlpame! Es la segunda vez que me atiende una mujer, pero muy por el contrario a vos: era gorda vieja y fea. Y siempre me atendí con Fernando Hurtado con él eso no me pasa nunca ja ja
Está bien! No te preocupes! Cierra los ojos y trata de concentrarte en la música como hace unos minutos.
-No mejor no! Prefiero ver cómo me lo haces. “El masaje, obvio” – dijo con un tono entre suave y murmullo
¡Bueno, como quieras! Boca abajo no vas a ver mucho igual. (Largue una risita) y seguí con mi trabajo
La charla se tornó muy amena, lo típico; el paciente habla y yo escucho. Me hizo saber que había cortado con su novia y que llevaba varios meses solo.
Ingeniero agrónomo de profesión. Juega tenis y surfea cuando el tiempo y las olas se lo permiten.
Casualmente suele frecuentar el mismo boliche que yo; sin embargo no nos teníamos visto, y eso es bastante raro tratándose de una ciudad no muy grande.
Luego de relajar espalda y brazos, le dedique unos minutos a su cintura, con la presión de mis dedos sobre el nervio ciático se quejó, (Le había hecho doler).
- Ufff eso dolió y mucho Martina – (le explique que ahí se aloja el nervio ciático y si había dolor era porque estaba inflamado, que tendría que aguantar el dolor si quería que desapareciera)
- Nunca me había dolido antes.
Le expliqué que es bastante común que los pacientes se asombraran ante este malestar durante la sesión, y que de no estar inflamada la zona no debería doler y mis manos se sentirían como un suave y relajante masaje.
- ¡Está bien! ¡Comprendo! ¡Haz lo que tengas que hacer!
¡Ok! Le respondí con una sonrisa a medias.
Trabajé la zona con un ungüento que da un resultado casi mágico. (El mismo que usé luego en sus gemelos) Quienes sufren dolor de ciático y se hayan realizado sesiones de masajes sabrán que duelen los glúteos; zona que hay que masajear y masajear para aliviar. Cuando mis dedos se deslizaron por debajo de la tela del bóxer se me complicó porque tenía uno de esos ajustados, pegados al cuerpo.
¡Te lo podrás bajar un poco! Más que una pregunta sonó como una orden.
-¡Ojito! Con lo que vas a hacer con mi colita. Dijo haciéndose el gracioso.
¡Tranquilo! ¡Tranquilo! Solo haré mi trabajo.
Le apliqué una generosa cantidad de átomo desinflamante y con el ultra sonido masajee en forma circular hasta su completa absorción para calentar los glúteos y claro; este masaje es realmente placentero.
Soliviaba la pelvis producto del goce ocasionado, quizás pensó que se venía un masaje prostático que se yo, jajaja ... Pero todo cambió cuando empecé a ejercer presión. Fue una trifulca constante entre excitación y dolor, lástima de no tener un espejo enfrente para ver su cara en ese momento…
Ni bien le pedí que se diera vuelta. Su mirada buscabala dirección de la mía, esperaba que le re ojeara el bulto, pero muy por encima de mi curiosidad mi profesionalismo era mi prioridad. Tomé una toalla y lo cubrí.
Encendí el ultra sonido y le trabaje la zona baja de las piernas, primero una y después la otra, luego fui subiendo en tramos pequeños hasta llegar a la ingle; “zona de peligro”, pero es parte del masaje. Luego y para finalizar el trabajo se hace manual. Calenté nuevamente mis manos con una generosa cantidad de oleó y con los nudillos de mis dedos relajé, luego procedí a usar toda mi mano hundiendo mis dedos lubricados sobre la parte previamente relajada.
Sus brazos permanecían relajados al costado de su cuerpo, pero sus manos no se podían contener, apretaba los puños, los abría y los volvía a apretar. La toalla se elevaba hacia el cielo mientras su mirada tildada permanecía sobre mi escote. Seguí ignorando su exaltación hasta que terminé la sesión.
- ¡Eso se sintió muy bien Martina! ¡Tienes unas manos fabulosas!
Ahora baja despacio y notarás que el musculo descomprimió. Estaba inflamado; y eso lógicamente produce mucho dolor.
Al bajar su toalla cayó al suelo, lejos de agacharse a levantarla se quedó halagando el masaje con su miembro a media asta.
Cúbrete y ve al vestidor mientras lavo mis manos…
Cuando volví permanecía desnudo
¡Por favor! ¡Que perderé el turno con el médico!
- ¡Ok disculpa! Lo había olvidado!
Mientras se vestía le consulté si iba a querer repetir la sesión; “a lo que me respondió:
-¡Por supuesto! Sólo puedo en “este” horario, no te olvides… No me la perdería por nada del mundo (mencionó tímidamente)
Esbocé una sonrisa y fui en busca de mi agenda para darle una nueva fecha. La misma por algún descuido yacía en el suelo por lo que tuve que agacharme; lejos de intentar ayudar y levantarla me estaba mirando el culo.
Con la llave en mano lo invite a retirarse. Y en lugar de irse se quedó parado y ofreció alcanzarme con el auto. Acepté sin dudar, estaba a sólo cinco minutos de mi turno.
¿Me esperas que voy al baño? Le dije conteniendo las ganas de orinar…
Me quite la chaqueta, me puse una remera musculosa y salimos del gabinete.
Al frenar frente al consultorio me acerqué para saludarlo y agradecerle por haberme alcanzado y el hijo de perra me corrió la cara, y el beso termino sobre su boca.
Me alejé unos centímetros de su cara, lo miré y le dije: esto lo padecerás en la próxima sesión…
¿Y cuál fue su reacción?
Con un ligero movimiento me agarro de la mano y para mi sorpresa me la llevó hasta su pija y dijo: y a vos te espera ésta! Baje del auto y me introduje en la clínica, con aquella respuesta en mi cabeza generando un sin fin de sensaciones...
Y MIS DEMÁS POST PODRÁN ENCONTRARLOS AQUI!!!! http://www.poringa.net/Antohott/posts
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Arranqué por sus pies, luego fui subiendo por las pantorrillas, relaje sus gemelos preparándolos para usar luego el ultra sonido. Seguí subiendo, siempre con ambas manos en paralelo recorriendo los músculos en toda su ramificación. Yacía sereno, estaba como ido; hasta que llegué a su entrepierna trabajando el recto interno. Abrió los ojos grandes y por el resto de la sesión no me quitó la mirada. Al llegar a la zona de los pectorales me tuve que colocar detrás de su cabeza e inclinarme un poco sino no llegaba. Y claro; fue inevitable que sus ojos se insertaran de lleno en mi escote.
Si a eso le sumamos mis manos por el pecho y hombros con un masaje ligero y envolvente el pobre no pudo controlar su excitación. Desde arriba tenía una vista privilegiada, fui su única y fiel testigo de una leve erección. Fue incómodo para mí, de esos momentos que no sabes que decir. Preferí hacerme la tonta y cambiar el clima.
(Le pedí que se diera vuelta para relajar el cuello los omóplatos y la espalda)
Me miró avergonzado, su erección no cesaba y comenzó a inquietarse.
-Discúlpame! Es la segunda vez que me atiende una mujer, pero muy por el contrario a vos: era gorda vieja y fea. Y siempre me atendí con Fernando Hurtado con él eso no me pasa nunca ja ja
Está bien! No te preocupes! Cierra los ojos y trata de concentrarte en la música como hace unos minutos.
-No mejor no! Prefiero ver cómo me lo haces. “El masaje, obvio” – dijo con un tono entre suave y murmullo
¡Bueno, como quieras! Boca abajo no vas a ver mucho igual. (Largue una risita) y seguí con mi trabajo
La charla se tornó muy amena, lo típico; el paciente habla y yo escucho. Me hizo saber que había cortado con su novia y que llevaba varios meses solo.
Ingeniero agrónomo de profesión. Juega tenis y surfea cuando el tiempo y las olas se lo permiten.
Casualmente suele frecuentar el mismo boliche que yo; sin embargo no nos teníamos visto, y eso es bastante raro tratándose de una ciudad no muy grande.
Luego de relajar espalda y brazos, le dedique unos minutos a su cintura, con la presión de mis dedos sobre el nervio ciático se quejó, (Le había hecho doler).
- Ufff eso dolió y mucho Martina – (le explique que ahí se aloja el nervio ciático y si había dolor era porque estaba inflamado, que tendría que aguantar el dolor si quería que desapareciera)
- Nunca me había dolido antes.
Le expliqué que es bastante común que los pacientes se asombraran ante este malestar durante la sesión, y que de no estar inflamada la zona no debería doler y mis manos se sentirían como un suave y relajante masaje.
- ¡Está bien! ¡Comprendo! ¡Haz lo que tengas que hacer!
¡Ok! Le respondí con una sonrisa a medias.
Trabajé la zona con un ungüento que da un resultado casi mágico. (El mismo que usé luego en sus gemelos) Quienes sufren dolor de ciático y se hayan realizado sesiones de masajes sabrán que duelen los glúteos; zona que hay que masajear y masajear para aliviar. Cuando mis dedos se deslizaron por debajo de la tela del bóxer se me complicó porque tenía uno de esos ajustados, pegados al cuerpo.
¡Te lo podrás bajar un poco! Más que una pregunta sonó como una orden.
-¡Ojito! Con lo que vas a hacer con mi colita. Dijo haciéndose el gracioso.
¡Tranquilo! ¡Tranquilo! Solo haré mi trabajo.
Le apliqué una generosa cantidad de átomo desinflamante y con el ultra sonido masajee en forma circular hasta su completa absorción para calentar los glúteos y claro; este masaje es realmente placentero.
Soliviaba la pelvis producto del goce ocasionado, quizás pensó que se venía un masaje prostático que se yo, jajaja ... Pero todo cambió cuando empecé a ejercer presión. Fue una trifulca constante entre excitación y dolor, lástima de no tener un espejo enfrente para ver su cara en ese momento…
Ni bien le pedí que se diera vuelta. Su mirada buscabala dirección de la mía, esperaba que le re ojeara el bulto, pero muy por encima de mi curiosidad mi profesionalismo era mi prioridad. Tomé una toalla y lo cubrí.
Encendí el ultra sonido y le trabaje la zona baja de las piernas, primero una y después la otra, luego fui subiendo en tramos pequeños hasta llegar a la ingle; “zona de peligro”, pero es parte del masaje. Luego y para finalizar el trabajo se hace manual. Calenté nuevamente mis manos con una generosa cantidad de oleó y con los nudillos de mis dedos relajé, luego procedí a usar toda mi mano hundiendo mis dedos lubricados sobre la parte previamente relajada.
Sus brazos permanecían relajados al costado de su cuerpo, pero sus manos no se podían contener, apretaba los puños, los abría y los volvía a apretar. La toalla se elevaba hacia el cielo mientras su mirada tildada permanecía sobre mi escote. Seguí ignorando su exaltación hasta que terminé la sesión.
- ¡Eso se sintió muy bien Martina! ¡Tienes unas manos fabulosas!
Ahora baja despacio y notarás que el musculo descomprimió. Estaba inflamado; y eso lógicamente produce mucho dolor.
Al bajar su toalla cayó al suelo, lejos de agacharse a levantarla se quedó halagando el masaje con su miembro a media asta.
Cúbrete y ve al vestidor mientras lavo mis manos…
Cuando volví permanecía desnudo
¡Por favor! ¡Que perderé el turno con el médico!
- ¡Ok disculpa! Lo había olvidado!
Mientras se vestía le consulté si iba a querer repetir la sesión; “a lo que me respondió:
-¡Por supuesto! Sólo puedo en “este” horario, no te olvides… No me la perdería por nada del mundo (mencionó tímidamente)
Esbocé una sonrisa y fui en busca de mi agenda para darle una nueva fecha. La misma por algún descuido yacía en el suelo por lo que tuve que agacharme; lejos de intentar ayudar y levantarla me estaba mirando el culo.
Con la llave en mano lo invite a retirarse. Y en lugar de irse se quedó parado y ofreció alcanzarme con el auto. Acepté sin dudar, estaba a sólo cinco minutos de mi turno.
¿Me esperas que voy al baño? Le dije conteniendo las ganas de orinar…
Me quite la chaqueta, me puse una remera musculosa y salimos del gabinete.
Al frenar frente al consultorio me acerqué para saludarlo y agradecerle por haberme alcanzado y el hijo de perra me corrió la cara, y el beso termino sobre su boca.
Me alejé unos centímetros de su cara, lo miré y le dije: esto lo padecerás en la próxima sesión…
¿Y cuál fue su reacción?
Con un ligero movimiento me agarro de la mano y para mi sorpresa me la llevó hasta su pija y dijo: y a vos te espera ésta! Baje del auto y me introduje en la clínica, con aquella respuesta en mi cabeza generando un sin fin de sensaciones...
28 comentarios - Masajitos 2 con fotis certificada!
No tuve tiempo todavía de leer tus otros post.
No quiero imaginarme lo que viene lo que viene...
Si podes leer mis relatos (reales) vas a notar que me encantan los masajes y bue por ahí quién sabe, me das una mano ja
Van merecidos puntines.
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
BESOS
FEDE