Antes de continuar con mi relato, quiero aclarar que todo lo que cuento es retrospectivo, y que agradezco los puntos y comentarios en mi post anterior.
Como recordarán los que leyeron mis post anterior, con Pau nunca había pasado nada antes de lo acontecido en el sillón del living de su departamento. Quizá un intento mío cuando éramos más chicos por darle un beso, pero eso no es nada a comparación de lo que conté.
Pasó un tiempo desde aquella experiencia, y nunca pudimos encontrar la privacidad para que se repita, aunque no sé si se hubiera repetido fácilmente ya que nos tratamos como amigos, como hermanos, con las jodas y chistes inherentes a esa condición. Tuvo que pasar un mes o más para que algo suceda nuevamente, y para mí fue pasar de 10 a 1000 en una noche.
Nos habíamos juntado con otros compañeros de la primaria, y aunque siempre en esos encuentros hay buena onda porque nos volvimos a ver después de muchos años con la mayoría, nosotros seguíamos siempre sentándonos juntos y charlando juntos con los demás. Alguno que otro tiró un comentario extrañado de que no hayamos sido pareja o de que no lo seamos en la actualidad... todo un vidente. Pero esta vez, cuando nos fuimos de la reunión, terminamos en mi casa.
Les explico que tanto Pau como yo tenemos 20 años, y ambos vivimos con nuestros padres, y en el caso de ella se le suman dos hermanas menores. Pasamos por mi casa para buscar unas cosas que yo compré a la tarde para comer, y de ahí nos íbamos a ir a su casa, pero terminamos por quedarnos en la mía. Llevé la notebook a mi pieza y nos acostamos en mi cama(de 1 plaza, pero bastante angosta para dos personas), y nos pusimos a ver videos graciosos de Youtube.
No nos habíamos podido sentar a charlar lo de la otra vez, no tuvimos mucho tiempo entre parciales y otras cosas, y además nos veníamos viendo siempre en alguna plaza, parque o uno iba a visitar al otro en su facultad. Pau aprovechó y, ya que se quedaba a dormir(cosa que era normal por nuestra relación desde casi bebés), se puso una remera de fútbol y un short ambos míos para dormir. Nos acostamos y nos tapamos, estábamos abrazados, pero normalmente siempre nos abrazábamos, y por lo menos a mí no se me había venido a la cabeza en ese momento la posibilidad de repetir lo sucedido en su casa. Estuvimos viendo videos hasta las 3 am más o menos, que ella se estaba quedando dormida. Pasó lo que pasó otras veces: yo apagaba la luz, me entraba el sueño, pero ella sin luz se despertaba y recuperaba toda su energía, igual esta vez se quedó despierta pero algo taciturna. Como hacía frío nos quedamos haciendo cucharita, cosa que hacíamos normalmente sin connotación sexual alguna. En ese momento yo le pregunté:
-Che, Pau, qué onda lo de la otra vez?
-Qué?
No entendí si la agarré desprevenida o si no quería hablar de eso, iba a insistir preguntando una vez más y sino me iba a resignarme a dormir. En ese último momento me acorde de sus tetitas y empecé a sentir algo que me fluía por el cuerpo hacia mi pene.
-Lo que pasó en tu casa... en el sillón...
-Ah... no sé, fue algo del momento.
Cuando me dijo eso se me derrumbó el mundo, creí entender que no iba a suceder nada nunca más, pero entonces ella dijo:
-Te gustó?
-Sí, estuvo bueno.
Ese "estuvo bueno" me hizo sentir un boludo, ella se rió un poco, pero no jodiéndome, era gracioso cómo lo dije.
-A vos te gustó, Pau?
-Sí.
A partir de ahí nos callamos, y yo sentí que ella se apretó más a mí, y su cola quedó bien apoyada sobre mi pene, que en segundos iba a comenzar a reaccionar en esa situación. Llego un punto donde mi pene estaba muy duro, y se apoyaba directamente contra su cola, que tenía un short y la bombacha de por medio, pero que no disimulaban mi presencia. Ella se apretó más a mí, y yo pasé un brazo sobre su cintura, me encanta recorrer sus curvas. Mi respiración estaba bastante agitada, no me acuerdo ahora cómo estaba la respiración de ella. En un momento y con un suspiro dije:
-Ah, Pau.
No podía más yo. Mi pene se movía solo para apretarse contra su cola, con nuestros shorts(yo también estaba en short) y ropa interior de por medio. Luego de ese suspiro donde dije su nombre, y sorpresivamente, ella empezó a mover la cola, pero con movimientos nada disimulados hacia arriba y abajo, restregándome la cola sobre el pene. Yo no aguante más, además los elásticos del short y el bóxer me estaban incomodando, y libere mi pene, que se frotaba directamente sobre su cola, aun vestida.
-Te gusta?- me dice Pau entre suspiros susurrando.
-Sí, seguí.
Yo no podía más, y entonces ella hizo otra cosa que no me esperaba: en un movimieno bajó su short y la bombacha hasta sus rodillas, y sacando la frazada pude ver su cola desnuda con la poca luz que entraba por la ventana, no me quiero olvidar más de esa cola redondita, bien blanca, yo quería enterrar mi cara en esa cola, besarla. Y entonces mi pene se frotaba directamente contra la cola de ella, que ahora hacía movimientos más detallados; no tardó mucho en amoldarse mi pene a la raya de su cola, y la transpiración propia de mi pene hacia que cuando nos frotáramos resbalara mejor.
Yo acariciaba sus nalgas, estaba embobado por esa cola. Ella puso mi brazo rodeando su cuerpo, abrió con sus manos su cola y aprisionó mi pene entre sus nalgas. Fue una sensación increíble, quería acabar en ese momento y ver cómo abría sus nalgas llenas de mi semen, besarle el cuello y masajear su clítoris. Por algún motivo ella mi insistió en que deje mi mano abrazándola, quería hacer todo ella. Pero en un momento paso algo que ninguno de los dos imaginó: en todo el movimiento para frotarnos, la cabeza de mi pene quedó en la entrada de su ano. Yo sabía que había tenido sexo pocas veces con un novio que le duró poco tiempo, y estaba seguro de que su cola era virgen, ella me lo confirmó luego. Sentía ese agujerito lubricado por nuestras transpiraciones.
-Me dejás?- le dije.
Me contestó afirmando con la cabeza, y entre gemiditos ahogados de ella yo iba introduciendo mi pene en su ano. Sentía como su ano abrazaba todo mi pene a medida que éste entraba. Metí la mitad de mi pene, y pensaba que estaba por acabar, me quedé quieto unos segundo y continué hasta meterlo todo. Entraba sin problema, y los gemiditos de ella eran tranquilos, quería que ella disfrute más que yo, porque la quiero mucho y porque quiero que sepa que cuenta conmigo siempre que quiera, que la voy a cuidar.
Ambos estábamos muy exitados. Pau se movió unas pocas veces y yo le avisé que estaba por acabar. Ella apretaba sus piernas sobre su pelvis, donde está su vagina, y en unos movimientos, mientras exprimía mi pene que dejaba toda su carga adentro de ella, ella tuvo un orgasmo donde su ano se contrajo, apretando más mi pene, y donde mojó todo el colchón.
Cuando acabamos no saque mi pene, nos quedamos dormidos en esa posición y mi pene salió de ella cuando estuvo totalmente relajado. Al día siguiente, y saber mi casa sin mis padres, nos bañamos juntos, donde limpié cada milímetro de su cuerpo con total delicadeza, pudiendo al fin verla totalmente desnuda.
Como recordarán los que leyeron mis post anterior, con Pau nunca había pasado nada antes de lo acontecido en el sillón del living de su departamento. Quizá un intento mío cuando éramos más chicos por darle un beso, pero eso no es nada a comparación de lo que conté.
Pasó un tiempo desde aquella experiencia, y nunca pudimos encontrar la privacidad para que se repita, aunque no sé si se hubiera repetido fácilmente ya que nos tratamos como amigos, como hermanos, con las jodas y chistes inherentes a esa condición. Tuvo que pasar un mes o más para que algo suceda nuevamente, y para mí fue pasar de 10 a 1000 en una noche.
Nos habíamos juntado con otros compañeros de la primaria, y aunque siempre en esos encuentros hay buena onda porque nos volvimos a ver después de muchos años con la mayoría, nosotros seguíamos siempre sentándonos juntos y charlando juntos con los demás. Alguno que otro tiró un comentario extrañado de que no hayamos sido pareja o de que no lo seamos en la actualidad... todo un vidente. Pero esta vez, cuando nos fuimos de la reunión, terminamos en mi casa.
Les explico que tanto Pau como yo tenemos 20 años, y ambos vivimos con nuestros padres, y en el caso de ella se le suman dos hermanas menores. Pasamos por mi casa para buscar unas cosas que yo compré a la tarde para comer, y de ahí nos íbamos a ir a su casa, pero terminamos por quedarnos en la mía. Llevé la notebook a mi pieza y nos acostamos en mi cama(de 1 plaza, pero bastante angosta para dos personas), y nos pusimos a ver videos graciosos de Youtube.
No nos habíamos podido sentar a charlar lo de la otra vez, no tuvimos mucho tiempo entre parciales y otras cosas, y además nos veníamos viendo siempre en alguna plaza, parque o uno iba a visitar al otro en su facultad. Pau aprovechó y, ya que se quedaba a dormir(cosa que era normal por nuestra relación desde casi bebés), se puso una remera de fútbol y un short ambos míos para dormir. Nos acostamos y nos tapamos, estábamos abrazados, pero normalmente siempre nos abrazábamos, y por lo menos a mí no se me había venido a la cabeza en ese momento la posibilidad de repetir lo sucedido en su casa. Estuvimos viendo videos hasta las 3 am más o menos, que ella se estaba quedando dormida. Pasó lo que pasó otras veces: yo apagaba la luz, me entraba el sueño, pero ella sin luz se despertaba y recuperaba toda su energía, igual esta vez se quedó despierta pero algo taciturna. Como hacía frío nos quedamos haciendo cucharita, cosa que hacíamos normalmente sin connotación sexual alguna. En ese momento yo le pregunté:
-Che, Pau, qué onda lo de la otra vez?
-Qué?
No entendí si la agarré desprevenida o si no quería hablar de eso, iba a insistir preguntando una vez más y sino me iba a resignarme a dormir. En ese último momento me acorde de sus tetitas y empecé a sentir algo que me fluía por el cuerpo hacia mi pene.
-Lo que pasó en tu casa... en el sillón...
-Ah... no sé, fue algo del momento.
Cuando me dijo eso se me derrumbó el mundo, creí entender que no iba a suceder nada nunca más, pero entonces ella dijo:
-Te gustó?
-Sí, estuvo bueno.
Ese "estuvo bueno" me hizo sentir un boludo, ella se rió un poco, pero no jodiéndome, era gracioso cómo lo dije.
-A vos te gustó, Pau?
-Sí.
A partir de ahí nos callamos, y yo sentí que ella se apretó más a mí, y su cola quedó bien apoyada sobre mi pene, que en segundos iba a comenzar a reaccionar en esa situación. Llego un punto donde mi pene estaba muy duro, y se apoyaba directamente contra su cola, que tenía un short y la bombacha de por medio, pero que no disimulaban mi presencia. Ella se apretó más a mí, y yo pasé un brazo sobre su cintura, me encanta recorrer sus curvas. Mi respiración estaba bastante agitada, no me acuerdo ahora cómo estaba la respiración de ella. En un momento y con un suspiro dije:
-Ah, Pau.
No podía más yo. Mi pene se movía solo para apretarse contra su cola, con nuestros shorts(yo también estaba en short) y ropa interior de por medio. Luego de ese suspiro donde dije su nombre, y sorpresivamente, ella empezó a mover la cola, pero con movimientos nada disimulados hacia arriba y abajo, restregándome la cola sobre el pene. Yo no aguante más, además los elásticos del short y el bóxer me estaban incomodando, y libere mi pene, que se frotaba directamente sobre su cola, aun vestida.
-Te gusta?- me dice Pau entre suspiros susurrando.
-Sí, seguí.
Yo no podía más, y entonces ella hizo otra cosa que no me esperaba: en un movimieno bajó su short y la bombacha hasta sus rodillas, y sacando la frazada pude ver su cola desnuda con la poca luz que entraba por la ventana, no me quiero olvidar más de esa cola redondita, bien blanca, yo quería enterrar mi cara en esa cola, besarla. Y entonces mi pene se frotaba directamente contra la cola de ella, que ahora hacía movimientos más detallados; no tardó mucho en amoldarse mi pene a la raya de su cola, y la transpiración propia de mi pene hacia que cuando nos frotáramos resbalara mejor.
Yo acariciaba sus nalgas, estaba embobado por esa cola. Ella puso mi brazo rodeando su cuerpo, abrió con sus manos su cola y aprisionó mi pene entre sus nalgas. Fue una sensación increíble, quería acabar en ese momento y ver cómo abría sus nalgas llenas de mi semen, besarle el cuello y masajear su clítoris. Por algún motivo ella mi insistió en que deje mi mano abrazándola, quería hacer todo ella. Pero en un momento paso algo que ninguno de los dos imaginó: en todo el movimiento para frotarnos, la cabeza de mi pene quedó en la entrada de su ano. Yo sabía que había tenido sexo pocas veces con un novio que le duró poco tiempo, y estaba seguro de que su cola era virgen, ella me lo confirmó luego. Sentía ese agujerito lubricado por nuestras transpiraciones.
-Me dejás?- le dije.
Me contestó afirmando con la cabeza, y entre gemiditos ahogados de ella yo iba introduciendo mi pene en su ano. Sentía como su ano abrazaba todo mi pene a medida que éste entraba. Metí la mitad de mi pene, y pensaba que estaba por acabar, me quedé quieto unos segundo y continué hasta meterlo todo. Entraba sin problema, y los gemiditos de ella eran tranquilos, quería que ella disfrute más que yo, porque la quiero mucho y porque quiero que sepa que cuenta conmigo siempre que quiera, que la voy a cuidar.
Ambos estábamos muy exitados. Pau se movió unas pocas veces y yo le avisé que estaba por acabar. Ella apretaba sus piernas sobre su pelvis, donde está su vagina, y en unos movimientos, mientras exprimía mi pene que dejaba toda su carga adentro de ella, ella tuvo un orgasmo donde su ano se contrajo, apretando más mi pene, y donde mojó todo el colchón.
Cuando acabamos no saque mi pene, nos quedamos dormidos en esa posición y mi pene salió de ella cuando estuvo totalmente relajado. Al día siguiente, y saber mi casa sin mis padres, nos bañamos juntos, donde limpié cada milímetro de su cuerpo con total delicadeza, pudiendo al fin verla totalmente desnuda.
6 comentarios - Una amiga de la infancia II