Hola a quien vaya a leer esta historia. Me da un poco de vergüenza contarla, pero a la vez nostalgia de revivir en mi mente aquellos días que añoro con tanto entusiasmo.
Quizás la historia sea aberrante, quizás sea placentera, eso me da igual. En éstos tiempos oscuros necesito rememorar épocas buenas para sentirme bien. Y ésta, puede que sea la mejor locura de mi vida.
Sí, me presento. Mi nombre es Romina. Ya estoy entrando en la treintena. Más de los que quisiera tener. Pero es ley de vida. Divorciada hace poco. La historia que narraré sucedió hace poco más de 10 años.
Tomando un té a las 1 a.m., no tengo sueño, sólo quiero escribir mientras navego por mi mente rememorando esos tiempos del pasado tan buenos.
Empezaré diciendo que tengo una hermana sola, se llama Florencia. No me corresponde hablar de su vida actual.
En aquel tiempo, cuando ambas éramos adolescentes, recuerdo que Florencia tenía 21 años, y yo 18. Vivíamos en la casa de nuestros padres, Pedro y Marta. Era una casa normal, de una familia de clase media.
Lo primero que recuerdo son mis primeros días en la universidad, apenas ingresaba. Yo era la típica 'nerd' que sólo le interesaba estudiar. No era fea, pero ya con ser 'nerd', ningún chico se me acercaba, mientras las demás ya todas tenían novio. Tengo el cabello un poco rizado y morocho, bastante largo, mis ojos son color café, y no me quejo de mi cuerpo, pero podría ser mucho mejor, para qué engañarse. Yo me pasaba mi tiempo libre estudiando, de la facultad a casa y de casa a la facultad, el resto de la tarde estudiaba. Tampoco me gustaba salir por la noche.
Y mi hermana era la contra-cara. Bonita, blanco de mira de todos los chicos, con su cabellera larga, rubia y su cara angelical, con sus ojitos verdosos. Su cuerpo perfecto con sus medidas justas. También es muy extrovertida, tiene voz de mando, con lo cual jamás pasa desapercibida. Tiene una figura que muchas chicas envidian.
Yo me llevaba bien con ella, teníamos una buena relación, y nos contábamos todo.
Papá por aquellos tiempos estaba un poco irascible con mi hermana. Estudiar no era lo suyo. Apenas con mi gran ayuda pudo terminar la secundaria. Trabajaba de lo que encontraba, se aburría al mes y renunciaba, así era ella. También tuve que acostumbrarme a verla con novios distintos a cada año.
Nuestra familia era de creencias antiguas y cerradas. Nuestros padres se casaron apenas cumplieron la mayoría de edad. Era la típica familia que no permitía a sus hijas salir a ningún lado hasta tener 18 años, los temas como el sexo eran tabú, nuestros padres nunca nos enseñaron sobre sexo y esas cuestiones. Lo único que recuerdo es cuando nuestros padres, juntos nos llamaron al salón para decirnos algo, y era que nosotras debíamos llegar vírgenes al matrimonio. Para ponerles en contexto la historia que voy a contar.
Papá quería que Florencia se casase pronto, claro que ella nunca se dejaba ver con sus novios, pues que nuestro padre se enterara que ya había tenido 3 novios, hasta la podía echar de la casa. Yo sabía de sus aventuras, pero era un secreto que yo nunca diría a nuestros padres. Le advertí varias veces de las cosas que hacía, que si papá se enterara podía acabar mal, me preocupaba por ella, pero Florencia sabía cuidarse.
No me quiero imaginar si papá se hubiera enterado de que su angelito, o sea yo, tuve sexo a los 17 años, un día que con la excusa de ir a dormir de una amiga, salimos, con un par de tragos ya estaba ebria como nunca lo había estado, y encima termine en un parque con un chico que ni sabía quien era!!
Sí, tuvimos sexo. Estaba tan alcoholizada que ni me acuerdo como fue, lo único que recuerdo es que me dolió tanto que juré nunca más hacerlo!!! Estaba enojada conmigo misma por tamaña estupidez de pendeja… a los pocos días se lo comenté a mi hermana y ella supo entender… estaba claro que decírselo a mis padres era una locura.
En fin, estábamos una noche acostadas mi hermana y yo hablando como siempre antes de dormir, puesto que compartíamos habitación, cuando me confesó que ese día había estado con el novio. Los diálogos trataré de contarlos más o menos como me los acuerdo, una virtud es mi buena memoria:
- Que hicieron?-Pregunté yo.
- No sé si contarte.
- Por?
- Bueno, ya tenés 18 pendeja, podría contarte.
- Dale contame.
- Fuimos a su casa, y no estaban los padres, y...
- Y qué?
- Y lo hicimos.
- En serio?
- Sí.
- Cómo estuvo?
- Uff re bueno.
- Wow. Si papá se entera..
- No se va a enterar. Vos no le vas a decir nada, no?
- No, tranquila.
...
- Cuando vas a tener novio, vos?
- No sé, soy fea.
- No boluda, seguro algún chico te mira.
- No creo.
- Pero te gusta alguien?
- No.
Mi respuesta fue en un tono que mi hermana se dió cuenta que me molestaba hablar de esos temas, y nos dormimos.
En este punto es en donde comienza la historia con mi hermana.
Al final del año, termine bien el primer año de la Facu, y con la familia nos fuimos de vacaciones a Mar del Plata como generalmente hacemos.
Estábamos acostadas boca abajo en la playa, ambas en bikini, tomando el radiante sol bajo una toalla, la playa estaba a medio llenar, aún era algo temprano en la mañana.
Nuestros padres habían ido a caminar a lo largo de la orilla, es algo que cada año hacen y les gusta mucho hacer.
Le pedí a mi hermana que me pasase protector solar por la espalda, ella aceptó y mientras se arrodillaba al lado de mi cuerpo, me pasaba la crema. Entonces, empezó a fastidiarme:
- Y cuando vas a estrenar novio? –Preguntó mi hermana.
- Que se yo Flor, no me jodas con eso.
- Acá hay muchos chicos lindos, podemos probar.
- Florencia.-Dije en tono de voz negativo, parándole el carro.
- Bueno, tranquila. No quería molestar, pero es raro.
- Raro qué?
- Que con 18 no hayas tenido novio.
- Florencia, no todas las chicas son como vos.
- Bueno… pero… no te dan ganas?
- Ganas de qué?
- De hacerlo.
- Hacer qué?
- Tener sexo, boba.
- No sé.
- Cómo no sabes? No sentís la necesidad de estar con un hombre?
- A veces, pero se me pasa.
- Tocándote?
- Eh? No.
- No te tocas?
- No. No hago esas cochinadas.
- No mientas, soy tu hermana boluda.
- Es la verdad, no hago eso.
- No te creo… pero porqué?
- No sé, intenté una vez pero no siento nada.
- Qué? Cómo que no sentís nada?
- Basta.
- No no no, Romina, estas diciendo que no te masturbas porque no sentís nada?
- Shhhhhhhhh, te van a escuchar boluda.
- Buenoo, pero es verdad que no sentís nada cuando te tocás?
- Sí, eso dije! Burlate.
- Jajaja nooo, pero te estas perdiendo de mucho.
- Da igual, no me interesa.
- Tengo una idea.
- Qué?
- Te tengo que enseñar a masturbarte.
- Quéeeee???????????? Estas loca????
- No, por?
- Me da vergüenza! Encima si papá o mamá se enteran de algo así nos echan de casa!
- Jajaja tranquila, no puedo permitir que mi hermanita no sepa darse placer.
- Pero ya te dije que no siento nada, no hagas nada. Me dan asco esas cosas!
- Shh, tranquila Ro, yo te voy a enseñar.
Yo no es que necesitara de un manual de instrucciones para mi cuerpo, pero había intentado masturbarme una vez, y no sé si era demasiado chica o qué, pero no sentí nada, me toqué un poco porque se corría el rumor en la secundaria entre las chicas que se masturbaban, y bueno. Pero por alguna razón sea la que fuere no sentí nada, además de que para mí, con la familia que me crió, hacer eso era muy malo, yo pensaba así, por eso no lo hice nunca más.
Mis experiencias sexuales, aparte de perder mi virginidad a los 17, empezó bastante más tarde de lo normal. Recién a los 18 tuve mi primer orgasmo, seguramente por la educación que recibí de mis padres, no concurría en esos temas. Algo que mi hermana había concurrido hace largo rato. De hecho mi primer orgasmo fue gracias a mi hermana.
Volviendo a la playa. Así es ella, todo rápido y sin pensar. Yo permanecía acostada boca abajo, mientras ella agarró el pote de crema y se puso mucha cantidad en las manos, y empezó a pasármela por las piernas.
Me fue pasando la crema por mis pies, fue subiendo por mis piernas, y luego masajeaba mis muslos, con delicadeza y lentitud, pasándome el protector solar. Después me la pasó por la cola, y luego bajo de nuevo a mis muslos.
Tenía la sensación de que me iba pasando la crema con las manos cada vez más cerca del comienzo de mi cola, con las palmas abiertas de sus manos subía por mis muslos, y los dedos grandes me los metía ligeramente abajo del bikini, sentía que con esos dedos me rozaba un poquito los labios de mi vagina, y con esos movimientos repetitivos yo me empecé a sentir muy relajada, pero me vi obligada a hablarle:
- Qué haces?
- Te estoy pasando la crema, porqué?
- Ya me la pasaste muchas veces.
Ella no respondió, seguía con esos movimientos, me dí cuenta de lo que estaba haciendo, y traté de no ser exaltada, había bastante gente alrededor, aunque no muy muy cerca como para ver lo que estábamos haciendo.
- Flor, nos van a ver.
- Vos tranquila, relajate.
- Ya van a venir papá y mamá Florencia, basta.
Traté de sonar más agresiva, pero no había caso. Incluso hice el amago de levantarme, pero mi hermana me indicó que permanezca así.
- Estoy vigilando Ro, no te asustes.
Yo estaba aterrorizada ya, esa situación me incomodaba mucho porque cualquiera nos podía ver!
Mientras seguía sintiendo sus dedos peligrosamente cerca de mi cosita, incluso los empezó a hundir más adentro.
- Mmmm, deberías rasurarte hermanita.
Claramente lo decía por mi entrepierna, nunca me la había rasurado, sabía de chicas que lo hacían pero yo nunca lo hice.
Me estaba tocando los labios de la conchita metiendo los dedos abajo del bikini, y encima me empezó a gustar, que sucia me sentía!!!
En un acto de cordura, le pregunté:
- Flor, nos ve alguien? Tengo miedo.
- No, tranquila que estoy mirando.
Yo empecé a sentir algo rico, y me empezaba a retorcer. Mi hermana se dio cuenta:
- Te gusta Ro?
No respondí.
- Tenés muchos pelitos boluda, esta noche te depilo.
La verdad es que nunca había sentido algo así, me sentía re extraña, por un lado me gustaba eso que me hacía pero yo pensaba que estaba mal, que era una guarrada, cochinada, y mis pensamientos éticos estaban muy presentes. Una parte de mí quería levantarse y terminar con esa locura, y otra quería quedarme acostada pensando que estábamos solas y que me siga tocando.
En ese momento en que mi cabeza se debatía qué hacer, sentí cómo un dedo de mi hermana me tocaba más adentro aún, en mis labios menores, inmediatamente sentí como electricidad por todo mi cuerpo, fue raro en ese momento para mí, me estaba excitando a full y nunca lo había sentido.
Incluso largué un gemido leve, yo permanecía con los ojos cerrados tratando de pensar en que nadie nos estaba viendo, pero tuve que hablar por mi miedo:
- Flor, no vienen papá y mamá?
- No… estoy viendo y nadie nos mira, tranquila.
- Dios, esto es muy raro.
- Hacé silencio Ro, ya siento cómo te estás mojando toda.
Sabía que se refería a la lubricación de la vagina, eso lo aprendí en la escuela con las clases básicas de sexualidad, pero nunca lo había sentido hasta ahora.
No me gasté en seguir hablando, estaba disfrutando de los toqueteos que me brindaba mi hermana y sentía ahí abajo como me humedecía cada vez más.
En fin, ahí estaba yo, la niña buena, correcta y estudiosa, siendo masturbada por mi propia hermana mayor en el medio de la playa y a la vista de todo el mundo. ¡Qué locura!
Unos segundos después, Florencia se detuvo y quitó las manos de ahí:
- Ahí vienen.
Se refería a nuestros padres. Yo ya estaba en una especie de trance, excitada como una perrita en celo, abrí los ojos y vi de nuevo la arena, traté de comportarme como si nada hubiera sucedido, pero tenía muchas preguntas para mi hermana!!! Tenía una sensación nueva en todo el cuerpo, estaba muy caliente, pero lo disimulé bien toda la mañana.
Ya con nuestros padres al lado de nosotras, me giré para broncearme la parte delantera, nos miramos con mi hermana y nos reímos jaja. Yo por primera vez sentía la conchita toda calentita e hinchada, y tenía ganas de tocármela, pero me contuve.
Un rato después, con mi hermana nos fuimos a caminar la orilla. Mientras caminábamos, empecé a preguntarle:
- Me siento rara Flor.
- Jajaja porqué?
- No sé.
- Te gustó?
- Sí, mucho.
- Y bueno, entonces?
- Así entonces se siente masturbarse? Es mejor de lo que pensaba jaja.
- Jajajajaja.
- Me siento húmeda.
- Es normal hermanita, no sé como no te lo enseñé antes, creí que lo aprenderías solita como yo jajaja.
- Jajaja.
- Te sentís rara porque todavía estás excitada, en un rato se te pasa.
- Entiendo.
- Ah, y te tengo que depilar toda ahí.
- Cómo?
- No sé…. Nos vamos a la casa un rato antes, y ahí lo hacemos.
Durante el resto del día todo transcurrió normalmente. Luego antes del atardecer, con mi hermana dijimos a nuestros padres que íbamos a la casa que alquilamos a bañarnos, que por hoy habíamos tenido suficiente (una tonta mentira para meternos juntas al baño y hacer otro tipo de cuestiones jeje.)
Nuestros padres se quedaban un rato más en la playa, así que caminamos hasta la casa (estaba a 2 cuadras) y nos metimos directas al baño.
Cabe destacar que muy pocas veces nos bañamos juntas, sólo recuerdo algunas imágenes cuando éramos pequeñitas, porque nuestros padres no nos dejaban hacerlo.
Yo sabía de mis amigas y las que tenían hermana, a veces se bañaban juntas.
Con lo cual la idea de meterme con mi hermana a la bañera me daba miedo, quien sabe que dirían nuestros padres si se enteran.
Le dije que había que hacerlo rápido porque podían venir.
Bueno, ya las dos ahí, nos sacamos la bikini y ella abrió la ducha, como decía, había una bañera, así que nos sentamos una de cada lado mirándonos de frente. Mi hermana abrió la boca:
- Te crecieron bastante las tetas, eh pendeja jaja.
- Sí, supongo, aunque no como las tuyas.
Era raro ver a mi hermana desnuda, es decir, hacía mucho que no la veía así. Nos miramos las tetas mutuamente jaja, era claro que las suyas eran un poco más grandes. Incluso pude apreciar que sus pezones eran más rosaditos que los míos, los suyos eran de un rosa fuerte, y los míos un rosa más clarito.
Sí, siempre fui muy detallista, es algo que llevo en mi personalidad.
Ella abrió sus piernas delante de mí, yo miré y vi como estaba toda depiladita, sin un solo pelito. Me agradaba como se veía. Le podía ver toda la conchita al descubierto, era extraño para mí porque yo tenía mucho vello y no me la podía ver bien cuando me bañaba. Mi hermana se miró su pubis y se pasó la mano por allí, y por la conchita, me dijo:
- Está suavecita.
- Te gusta así? –Preguntó ella.
- Sí, se ve bien.
- Bueno, a ver empecemos antes de que lleguen los papás.
Vi que en la mano tenía el pote de crema que usa papá para afeitarse… lo abrió y se puso mucha cantidad en una mano.
- Papá no se va a dar cuenta?
- No creo.
Yo abrí mis piernas con algo de vergüenza, y mi hermana con toda la naturalidad del mundo, me echó toda la crema en el pubis. Con sus dedos hacía círculos sobre mi piel para llenar todo el lugar de crema.
Enseguida tomó la afeitadora manual que usábamos para las vellos de las piernas (en esa época era lo que usábamos) y poco a poco me fue rasurando el pubis.
Esa situación me había empezado a excitar por alguna razón, sentía como volvía ese calorcito a mi cuerpo, pero traté de disimularlo.
Mi hermana puso mas crema, ahora alrededor de mi conchita, y con cuidado me rasuraba todo, yo sólo observaba cómo lo hacia. Con todos esos roces me seguía calentando.
Finalmente terminó el trabajito, y quedé toda depilada.
- Te gusta?
Yo me miré por encima y me agradó.
- Sí.
Enseguida salimos rápido de la bañera por temor a que lleguen los papás.
Nos pusimos una bombachita y el corpiño, antes de salir del baño mi hermana que estaba atrás mio me dio una palmada en la cola!
Después en la noche cenamos, y nos fuimos a dormir temprano. Nuestros padres tenían su habitación, y nosotras otra, sólo que había una sola cama grande donde dormiríamos las dos juntas.
Había sido un día bastante inusual, mi hermana me había masturbado en la playa, luego nos metimos juntas a la bañera y me depiló el pubis, yo me excité por primera vez y me había encantado, todo esto a espaldas de nuestros severos y conservadores padres.
Bueno, ya con mi hermana nos acostamos juntas y no hablamos nada, estábamos muertas después del viaje y el intenso primer día. Nosotras siempre dormimos en ropa interior, nada más corpiño y bombacha.
El sol entrando por la ventana, abro los ojos aún dormida, y mi hermana llamándome.
- Qué? Qué pasa?-Pregunté yo.
- Dale que se hace tarde.
- Para?
- Para ir a la playa boluda.
- Ya?
- Son las 10, dormilona.
- Uhm.
La miré y la vi frente a mí bajándose la bombacha para ponerse el bikini. Tenía una cola envidiable. Estaba desnuda, agarró su bikini y me tiró el mío a la cama.
Yo quería dormir un rato más, cerré los ojos y enseguida los abrí porque mi hermana ya con el bikini puesto, saltó a la cama encima mío.
- Dale hermanita que nos vamos.
- Quiero dormir un rato más, dale…
Ante mi negativa, me sacó la sábana con la cual me tapaba, y me dijo:
- Dale, o querés que te cambie como a los bebés?
- Mmmhh… (yo aún estaba media dormida)
Evidentemente mi gesto de sueño no le gustó, y sentí sus dedos a ambos lados de mis caderas, sujetando la bombacha.
- Ja ja ja, parece que la nenita se despertó toda mojada.
La escuché, pero ni le contesté. En ese momento me acordé de una especie de sueño erótico que había tenido a la noche y sí, sentía toda la bombacha húmeda. Me moría de vergüenza.
- Querés que te saque la bombacha?
- Mmmhh… papá y mamá donde están?
- En la cocina.
- Bueno, dale, pero rápido…
Agarró el elástico de la bombacha y me la fue bajando, hasta sacármela por completo. Nos miramos a los ojos mientras me la sacaba, había una tensión sexual palpable entre ambas.
Luego de sacármela, manejó mis piernas a su antojo, y agarrándome de los tobillos me las abrió por completo. Yo sólo me dejaba hacer, ella se acercó más y me acarició los alrededores de mi conchita.
- Uhmmm –Gemí ante la caricia.
Florencia además me abrió los labios de mi rajita con sus dedos, mientras yo estaba despatarrada en la cama ante ella, mostrándole mi conchita.
- Estás toda mojada Ro…
- Flor, después quiero me muestres tu conchita así.
- Bueno, en la playa. Ahora ponete esto que nos vamos.
Le había visto la concha ya a mi hermana ayer en la bañera, pero consideraba justo que me la mostrara toda abierta como me la estaba viendo a mí. Sí, poco a poco me estaba transformando en una perra ante mi propia sorpresa e incredulidad.
Bueno, me puse el bikini y ya salimos, a la playa a pasar el día.
Apenas llegamos nos acostamos a tomar el sol, esa era siempre nuestra rutina.
Nos acostamos juntas boca abajo, nuestros padres estaban al lado sentados en las reposeras.
Sin dudas yo seguía caliente, después de la escena en la cama estaba muy cachonda.
Un rato después, con mi hermana fuimos al agua un ratito para refrescarnos un poco.
Sin dudas ese día la playa estaba con más gente que el día anterior, incluso podía notar la mirada de algunos chicos sobre nuestros cuerpos.
Nos metimos al agua, fría, luego de unos minutos nos fuimos acostumbrando a la temperatura. El agua ya nos llegaba a la altura de las tetas, cuando Florencia me abrazó desde atrás, pegándose a mi cuerpo, mientras con una mano me acariciaba la pancita abajo del agua. Luego la pasó hacia atrás y me acariciaba la parte de atrás del muslo.
Me susurraba al oído:
- Mmm querés una caricia?
Yo, que seguía caliente por lo de la mañana, no me podía resistir.
- Sí, pero nos van a ver.
- Si?
- Sí, allá en frente nuestro están papá y mamá, y hay mucha gente en el agua.
- Tranquila, abajo del agua no nos pueden ver.
- Bueno pero es raro que estés con las tetas aplastadas a mi espalda.
- Jaja porqué? No somos hermanas? Yo quiero mucho a mi hermanita y quiero abrazarla.
Superada por la excitación, me convenció. Comenzó subiendo despacito por mis muslos, hasta manosearme la cola con devoción abajo del agua, todo disimulado mientras me abrazaba.
Yo miraba por todos lados a la gente alrededor en el agua, y cada uno parecía enfrascado en lo suyo.
Enseguida me percaté de que Florencia aparte de tocarme la cola, me corrió la parte de abajo del bikini a un costado, dejando libre mis partes íntimas en el agua.
Me pasó dos o tres dedos por la raya de la cola, hasta llegar a mi agujerito. Me lo acarició unos segundos mientras al oído me susurraba:
- Mmm por la colita? Jaja
- Ahh…
Aquello me mataba, sus caricias eran tan efectivas. Luego siguió bajando con sus dedos hasta toparse con mi conchita, acariciándome por encima de la rajita. Solté un suspiro grande de placer.
- Qué hinchadita estás, Ro…
- Uhmmm estoy muy excitada Flor, deberíamos parar.
- Yo también estoy caliente, pero déjame terminar esto…
Subió sus dedos hasta la zona de mi clítoris, me abrió los labios y me lo empezó a frotar.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
- Shhhhhhhhhhhh
Solté un terrible gemido!!!! Seguro alguien me tuvo que escuchar! Miré desesperada a ambos lados pero la gente seguía en lo suyo…
- Tranquilita hermanita, ahora vas a tener un orgasmo pero no hagas ruido…
- Mmmmm
Mi hermana nuevamente apoyo sus dedos sobe mi clítoris y lo frotó de nuevo, yo me moví toda del gusto y ella me sujetaba bien abrazada desde atrás.
- Ves? Así, así, sin chillar…
- Uhmm Flor, mmmmmmm los papás nos van a ver!
- Shhh… crees que piensan que te estoy tocando toda abajo del agua?
- Ufffff
- Mmm seguro piensan que somos unas hermanas santitas.
- Ahhhhhhhhhhhhh uhhhhhhhhhhhhhhmmmmmmmm
Ese fue el final para mí. Sus palabras me calentaron tanto que mientras me rozaba el clítoris estallé en mi primer super-orgasmo! Fue brutal. Temblé toda y mi hermana con la mano que tenía en mi clítoris, ahora me sujetaba la pierna para que no me mueva… fue delicioso. Me toqué la conchita por encima y estaba toda hinchada… que placer!
Ella se separó de mí mientras yo consumía el máximo de oxígeno posible y me acomodaba el bikini en su lugar…
No hablamos de eso, simplemente nos miramos y nos reímos a la vez. Enseguida salimos del agua. Yo había experimentado mi primer orgasmo, que locura, mi hermana me lo había dado!
Nos acostamos de nuevo en la playa, esta vez boca arriba.. yo notaba que a Florencia se le notaban tremendamente los pezones duros sobre el bikini. Un rato después:
- Me pasás el bronceador? –Preguntó ella.
Mi padre me lo alcanzó y yo se lo dí. Ella aún acostada se lo pasó por la cara, el cuello, los hombros, brazos y el abdomen. Como no se quería levantar, me dijo que se lo pasase yo por sus piernas. Acepté.
Sería, por lo menos, raro para nuestros padres ver que yo le pase protector solar a mi hermana. Sí, hasta una cosa así era mal visto por nuestros padres. Pero creí que esta vez no habría problema.
Puse un poco en mis manos, y lo fui pasando por sus perfectas piernas… por los pies, las rodillas, los muslos. En ese momento yo pensaba en la ocasión del día anterior cuando mi hermana haciendo esto me había tocado la conchita.
Tenía a mis padres atrás, con lo cual, no podían ver si yo delicadamente le tocaba un poco la concha a mi hermana. Sí me podían ver otra gente de la playa.
No sé que se me pasó por la cabeza, pero quería devolverle la jugada a mi hermana jeje.
Hice hincapié en sus muslos, pasando mis manos con la crema por allí, cuando con disimulo le acaricié con dos dedos la conchita por encima del bikini.
Ella abrió los ojos y me miró con sorpresa, yo la miré y me reí. Un par de veces más hice lo mismo ante su atenta mirada. Me hubiera gustado más pero dadas las circunstancias con tanta gente y mis padres era imposible.
Durante el resto de la tarde no pasó nada más, nuestros padres estaban cerca, y había mucha gente, así que fue todo tranquilo, a la tardecita nos fuimos a casa.
Luego de bañarnos y de cenar, cuando nos fuimos a dormir, se dio la siguiente situación.
Yo ya estaba acostada, y luego de un rato mi hermana terminó de bañarse, y entró en ropa interior a la habitación, a acostarse. Era la primera vez solas después de lo de la tarde para poder hablarnos.
Nos miramos y ella habló:
- Te animaste a tocarme, y con toda la gente…
- Sí, quería vengarme por lo de ayer jaja.
- Ah, mirá que bien la pendeja jajaja.
- Jajaja.
- No nos quedó algo pendiente?
- Sí…
Rápidamente mi hermana tomó mi mano, y me la llevó hasta su conchita.
- Dale, bájame la bombacha
- Ahora?
- Sí, dale que ya estoy mojada.
- Creí que podemos esperar a que se vayan a dormir (nuestros padres)
- Da igual… hace de hoy que estoy excitada, y que estén despiertos me da morbo!
- Morbo?
- Quiero decir que me pone más caliente.
Yo entendí y me puse de rodillas en frente de ella, y agarré con ambas manos a los lados la bombacha y se la empecé a bajar, se la saqué y mi hermana abrió las piernas. Ante mí quedó expuesta la conchita de Florencia, ahora que la veía mejor, me encantaba como se veía. Sus labios eran más gruesos que los míos, de un color rosado fuerte. Podía notar que la tenía un poco brillante porque como me había dicho estaba húmeda. Estaba embobada explorándola con los ojos, cuando me habló de nuevo:
- Qué esperas? Pásame la lengua.
Yo no entendí.
- Qué?
- Que me pases la lengua por la conchita
Yo me quedé mirándola como boba.
- Qué? No me digas que tampoco sabés lo rico que es que nos hagan eso!
- En serio?
- Sí, después yo te lo hago.
Yo estaba sorprendida, pero… bajé mi cabeza hasta su entrepierna, y la miré antes de empezar.
- No seas tímida… tenés que pasarme la lengua como si mi conchita fuese una paleta, es fácil, dale.
Hice caso, y saqué mi lengua, me aproximé más e intenté hacer lo que me pedía. Mi primer lengüetazo fue de abajo hacia arriba, empezando en el final de su rajita hasta su clítoris.
- Uhm, que bueno.
Repetí el movimiento varias veces sobre su vagina, mientras mi hermana suspiraba con los ojos cerrados. Al ver cómo le gustaba, me animé más y lamí más rápido. Mi hermana entre suspiros me dijo que le lamiera el clítoris.
Subí un poco mi cara y ahora lamí su clítoris, estaba muy hinchado, y me estaba empezando a gustar.
- Uhhhhhhhhhhhh ahí, ahí….. ahhhhhhhhhhhhhhh
Florencia jadeaba y se movía mucho, estaba inminente su orgasmo, y minutos después de lamerle el clítoris pudo ‘explotar’.
Se tapó la boca con la almohada para que no se escuchen sus gemidos!
A todo esto, yo sentía la bombacha húmeda otra vez.
Mi hermana se repuso, y nos miramos.
- Uff que bueno Ro… que bueno.. lo hiciste re bien!
- En serio?
- Sí… vení acá.
Me acerqué, y ella me dio un beso en la boca. Nunca lo habíamos hecho.
Me acosté a su lado, mientras ella se recomponía.
- Flor, si estás cansada podemos dormir.
- No seas tonta, espérame un minuto más y te la devuelvo…
Unos minutos luego, ella se arrodilló ahora frente a mí y me acercó su cara, nos volvimos a besar. Esta vez fue un beso más largo, y lento… acto seguido, se sacó el corpiño, y me bajó la bombacha. Me acarició la conchita.
- Uff ya estás toda mojadita Ro.
- Me puse así mientras te lo hacía.
- Umm, que pendeja chanchita, seguro te calentó mucho.
Puso su cara entre mis piernas y ahora era ella quien me lamía mi conchita, me lo hacía más pausado y lento, me gustaba mucho.
Me pasaba la lengua por el clítoris, y con sus dedos me acariciaba toda la rajita.
- Te voy a meter un dedo.
Yo la escuché pero suspiraba ante el placer, sentí que un dedo de mi hermana me estaba penetrando, estaba muy caliente, su dedo entraba y salía con facilidad gracias a mi humedad.
- Mmmm te gusta Ro?
- Sí… sí Flor… mmmm chupame la concha… ahhhhh
- Imaginarán papá y mamá que al lado de su cuarto te estoy lamiendo la concha?
- Nos echan… nos echan a la calle… ahhhhhhhhhhhhhhh
- Que rica está tu conchita, Ro… me encanta comértela
- Uhmm me vas a matar Flor….
- Te meto otro dedito?
- Dos?
- Sí, más o menos así es el tamaño cuando te coja una pija
Luego metió otro dedo, ahí yo me puse una almohada en la cara mientras gemía como loca. Mi hermana me succionaba el clítoris, y me cogía con los dedos muy rápido, hasta que llegué al orgasmo, tuve un temblor en todo el cuerpo otra vez.
Mi hermana se chupaba los dedos mientras terminábamos…
- Está rico el jugo de mi conchita?
- Jajaja riquísimo.
Nos acostamos desnudas y todas despatarradas…
Yo estaba viviendo en el paraíso con estos nuevos placeres!
Después de aquella noche, pasaron un par de días, estaba malo el tiempo, lluvia y algunas circunstancias que no nos dejaron tocarnos como hubiéramos deseado, más que algun toqueteo leve. Por las noches seguíamos haciendo este tipo de encuentros sexuales con mi hermana.
Uno de esos días, habíamos llegado a casa luego de pasear un poco por la ciudad con nuestros padres, y mi hermana se metió a bañarse.
Ese día tampoco habíamos podido hacer nada, bajo la excusa de que no aguantaba y tenía que ir al baño, para que mis padres no sospecharan, entré al baño.
Mi hermana obviamente había escuchado, me miró como diciendo ‘qué atrevida’. Abrió la ducha para hacer creer que ella se estaba bañando…
Florencia estaba en ropa interior, me acerqué y nos empezamos a acariciar, por la pancita, los muslos, los hombros…
Me saqué el jean que tenía y nos tocábamos por encima de la bombacha.
Nos tocábamos la cola, las tetas…
Yo le tocaba la conchita a ella y ella a mí por encima de la tela, nos estábamos mojando ambas.
Lo hicimos unos minutos hasta que paramos, para que nadie sospeche nada. Me puse el jean, y salí hacia mi habitación con toda la bombachita húmeda.
Pero si hasta acá están sorprendidos (como yo, no puedo creer todo lo que hice) sin dudas la situación más loca, caliente, y excitante es la que quiero contar ahora.
El último día, por la mañana empacamos todo, era cerca del mediodía cuando estábamos un tiempito solas en la casa, ya que nuestros padres habían ido a comprar la comida a la rotisería por lo que habían salido y tardarían un rato.
Apenas cerraron la puerta, nos juntamos y nos besamos. Ella me sentó en una silla y me abrió las piernas. Yo traía una falda corta, esas de jean, que me llegaban a tapar la cola, no mucho más. Florencia se arrodilló y me corrió la bombachita a un costado, para empezar a lamerme la concha.
Me dio unas lamidas, cuando se le ocurrió algo, y se detuvo.
- Tengo una idea, ya vengo.
Fue corriendo a la cocina… vaya a saber que tenía en mente en un momento así, pensé… mientras la esperaba me escupí la mano y me la pase por toda la conchita… sentirme tan sucia me hacía sentir tan excitada….
Apareció mi hermana con una banana en la mano, bien…
- Qué vas a hacer con eso?
- Te la voy a meter.
- Jajaja estás loca, eso no me entra.
- Vas a ver que sí.
- Pero… una banana?
- Sí, porqué? Tiene forma de pija.
- Sí, eso seguro… pero…
Bueno, Florencia actuó nomás, primero se metió la banana en la boca, con la cáscara, y la fue lamiendo, y llenando de saliva. Yo preparaba mi conchita también llenándola de baba.
Una vez lista, me acercó la banana e hizo contacto con mi vagina, poco a poco la fue metiendo, lo que más me sorprendió es que me entraba sin problemas, se deslizaba dentro de mi conchita de una manera tan excitante que me encantó.
Llegó a meterme media banana y ya no me cabía más, en ese momento hizo movimientos metiéndola y sacándola de mi cuevita mojada.
Yo estaba a punto de llegar al orgasmo, pero justo en ese instante, escuchamos el ruido de la puerta, nuestros padres habían llegado!!!!
En un par de milésimas mi hermana se paró, la muy forra me dejó la banana enterrada en la concha, y yo con las piernas abiertas! Las cerré, y no me dio tiempo para más, porque la puerta estaba ahí nomás de donde estábamos ‘jugando’. Me tapé como pude, con las manos arriba de las piernas, hasta que nuestros padres estaban preparando todo para servir el almuerzo…
Nos miramos con mi hermana mientras papá ponía los platos, yo estaba dura como una piedra! Que poco había faltado para que nos descubrieran!
- Vamos chicas hagan algo. (dijo mi madre para que pongamos los cubiertos a la mesa)
Por suerte mi hermana dijo que ella lo hacía… así que buscó los cubiertos ella misma, mientras yo permanecía ahí… en un momento en que nadie me veía, metí mi mano abajo y me acomodé la bombacha, la puse en su lugar, la media banana que tenía afuera hacía presión en la tela y marcaba bulto, pero al menos nadie me iba a ver la banana en esa comprometida posición…
Todos almorzando a escasos metros y yo con la concha llena de banana.
Con la situación más o menos controlada, todos se sentaron a comer, yo ni me paré, arrimé la silla en la que estaba sentada hasta la mesa…
Lo peor (o mejor) es que la presión que hacía la bombacha sobre la banana, me la metía más adentro todavía… bueno, al menos de esa forma no se me iba a escapar, que quien sabe que pasaba si se caía al piso y mi mami me preguntaba porque la banana tenía olor a concha…
Con mi hermana cruzábamos miradas y la muy tonta se reía…
Yo sentía la banana adentro y la concha toda hinchada de la excitación, encima estaba tan mojada, seguía desprendiendo jugos, la bombacha se me pegaba a la piel de lo mojada que estaba, casi parecía como si me hubiera meado encima, que locura… no me quería imaginar como debiera estar la silla.
Luego cuando terminamos de comer, por suerte el calvario acabó… disimuladamente fui al baño, caminar con esa cosa metida entre las piernas era difícil pero pude hacerlo sin levantar sospechas…
En el baño me senté en el inodoro y me bajé la bombacha, estaba empapada, agarré la banana, me la saqué y me la volví a meter, así, cada vez más rápido hasta llegar al orgasmo. Estaba tan mojada que hacía ruido cuando me la metía, y entraba derechita, sin problemas. Me imaginaba que era una pija dura, y me excitaba tanto…
En fin, después de terminar aquello, lamí la banana del placer jaja, para probar el gustito de mi conchita. Me limpié la concha y los muslos con la única parte seca de tela que quedaba de la bombacha, y la guardé, salí sin nada debajo de la falda, para ponerme otra, porque esas estaban inutilizables… la banana también la saqué a escondidas y después se la terminó comienzo mi hermana en el viaje.
De ser una niña buena, ‘nerd’, correcta, sin pensamientos sobre sexo, a mis 18 años mi propia hermana mayor me había trasformado en una perra caliente… húmeda a cualquier hora, me despertaba húmeda, pensaba en mi hermana y mojaba las bombachas, lista para el sexo todo el tiempo, sólo en una semana.
Estaba claro que todo se había salido de control en esas vacaciones…
Los años siguientes seguimos teniendo encuentros sexuales a escondidas, yo disfrutaba muchísimo con ella, además de que aún le tenía cierta fobia a los hombres por mi experiencia a los 17, llegó un momento en que por distintas obligaciones lo hacíamos cada vez menos, y la rutina se apoderó de nosotras como en toda relación, además luego mi hermana se casó, y yo también conocí a alguien especial y nos casamos, pero hace poco llegó el divorcio, y esa es una historia que no voy a contar.
Quizás la historia sea aberrante, quizás sea placentera, eso me da igual. En éstos tiempos oscuros necesito rememorar épocas buenas para sentirme bien. Y ésta, puede que sea la mejor locura de mi vida.
Sí, me presento. Mi nombre es Romina. Ya estoy entrando en la treintena. Más de los que quisiera tener. Pero es ley de vida. Divorciada hace poco. La historia que narraré sucedió hace poco más de 10 años.
Tomando un té a las 1 a.m., no tengo sueño, sólo quiero escribir mientras navego por mi mente rememorando esos tiempos del pasado tan buenos.
Empezaré diciendo que tengo una hermana sola, se llama Florencia. No me corresponde hablar de su vida actual.
En aquel tiempo, cuando ambas éramos adolescentes, recuerdo que Florencia tenía 21 años, y yo 18. Vivíamos en la casa de nuestros padres, Pedro y Marta. Era una casa normal, de una familia de clase media.
Lo primero que recuerdo son mis primeros días en la universidad, apenas ingresaba. Yo era la típica 'nerd' que sólo le interesaba estudiar. No era fea, pero ya con ser 'nerd', ningún chico se me acercaba, mientras las demás ya todas tenían novio. Tengo el cabello un poco rizado y morocho, bastante largo, mis ojos son color café, y no me quejo de mi cuerpo, pero podría ser mucho mejor, para qué engañarse. Yo me pasaba mi tiempo libre estudiando, de la facultad a casa y de casa a la facultad, el resto de la tarde estudiaba. Tampoco me gustaba salir por la noche.
Y mi hermana era la contra-cara. Bonita, blanco de mira de todos los chicos, con su cabellera larga, rubia y su cara angelical, con sus ojitos verdosos. Su cuerpo perfecto con sus medidas justas. También es muy extrovertida, tiene voz de mando, con lo cual jamás pasa desapercibida. Tiene una figura que muchas chicas envidian.
Yo me llevaba bien con ella, teníamos una buena relación, y nos contábamos todo.
Papá por aquellos tiempos estaba un poco irascible con mi hermana. Estudiar no era lo suyo. Apenas con mi gran ayuda pudo terminar la secundaria. Trabajaba de lo que encontraba, se aburría al mes y renunciaba, así era ella. También tuve que acostumbrarme a verla con novios distintos a cada año.
Nuestra familia era de creencias antiguas y cerradas. Nuestros padres se casaron apenas cumplieron la mayoría de edad. Era la típica familia que no permitía a sus hijas salir a ningún lado hasta tener 18 años, los temas como el sexo eran tabú, nuestros padres nunca nos enseñaron sobre sexo y esas cuestiones. Lo único que recuerdo es cuando nuestros padres, juntos nos llamaron al salón para decirnos algo, y era que nosotras debíamos llegar vírgenes al matrimonio. Para ponerles en contexto la historia que voy a contar.
Papá quería que Florencia se casase pronto, claro que ella nunca se dejaba ver con sus novios, pues que nuestro padre se enterara que ya había tenido 3 novios, hasta la podía echar de la casa. Yo sabía de sus aventuras, pero era un secreto que yo nunca diría a nuestros padres. Le advertí varias veces de las cosas que hacía, que si papá se enterara podía acabar mal, me preocupaba por ella, pero Florencia sabía cuidarse.
No me quiero imaginar si papá se hubiera enterado de que su angelito, o sea yo, tuve sexo a los 17 años, un día que con la excusa de ir a dormir de una amiga, salimos, con un par de tragos ya estaba ebria como nunca lo había estado, y encima termine en un parque con un chico que ni sabía quien era!!
Sí, tuvimos sexo. Estaba tan alcoholizada que ni me acuerdo como fue, lo único que recuerdo es que me dolió tanto que juré nunca más hacerlo!!! Estaba enojada conmigo misma por tamaña estupidez de pendeja… a los pocos días se lo comenté a mi hermana y ella supo entender… estaba claro que decírselo a mis padres era una locura.
En fin, estábamos una noche acostadas mi hermana y yo hablando como siempre antes de dormir, puesto que compartíamos habitación, cuando me confesó que ese día había estado con el novio. Los diálogos trataré de contarlos más o menos como me los acuerdo, una virtud es mi buena memoria:
- Que hicieron?-Pregunté yo.
- No sé si contarte.
- Por?
- Bueno, ya tenés 18 pendeja, podría contarte.
- Dale contame.
- Fuimos a su casa, y no estaban los padres, y...
- Y qué?
- Y lo hicimos.
- En serio?
- Sí.
- Cómo estuvo?
- Uff re bueno.
- Wow. Si papá se entera..
- No se va a enterar. Vos no le vas a decir nada, no?
- No, tranquila.
...
- Cuando vas a tener novio, vos?
- No sé, soy fea.
- No boluda, seguro algún chico te mira.
- No creo.
- Pero te gusta alguien?
- No.
Mi respuesta fue en un tono que mi hermana se dió cuenta que me molestaba hablar de esos temas, y nos dormimos.
En este punto es en donde comienza la historia con mi hermana.
Al final del año, termine bien el primer año de la Facu, y con la familia nos fuimos de vacaciones a Mar del Plata como generalmente hacemos.
Estábamos acostadas boca abajo en la playa, ambas en bikini, tomando el radiante sol bajo una toalla, la playa estaba a medio llenar, aún era algo temprano en la mañana.
Nuestros padres habían ido a caminar a lo largo de la orilla, es algo que cada año hacen y les gusta mucho hacer.
Le pedí a mi hermana que me pasase protector solar por la espalda, ella aceptó y mientras se arrodillaba al lado de mi cuerpo, me pasaba la crema. Entonces, empezó a fastidiarme:
- Y cuando vas a estrenar novio? –Preguntó mi hermana.
- Que se yo Flor, no me jodas con eso.
- Acá hay muchos chicos lindos, podemos probar.
- Florencia.-Dije en tono de voz negativo, parándole el carro.
- Bueno, tranquila. No quería molestar, pero es raro.
- Raro qué?
- Que con 18 no hayas tenido novio.
- Florencia, no todas las chicas son como vos.
- Bueno… pero… no te dan ganas?
- Ganas de qué?
- De hacerlo.
- Hacer qué?
- Tener sexo, boba.
- No sé.
- Cómo no sabes? No sentís la necesidad de estar con un hombre?
- A veces, pero se me pasa.
- Tocándote?
- Eh? No.
- No te tocas?
- No. No hago esas cochinadas.
- No mientas, soy tu hermana boluda.
- Es la verdad, no hago eso.
- No te creo… pero porqué?
- No sé, intenté una vez pero no siento nada.
- Qué? Cómo que no sentís nada?
- Basta.
- No no no, Romina, estas diciendo que no te masturbas porque no sentís nada?
- Shhhhhhhhh, te van a escuchar boluda.
- Buenoo, pero es verdad que no sentís nada cuando te tocás?
- Sí, eso dije! Burlate.
- Jajaja nooo, pero te estas perdiendo de mucho.
- Da igual, no me interesa.
- Tengo una idea.
- Qué?
- Te tengo que enseñar a masturbarte.
- Quéeeee???????????? Estas loca????
- No, por?
- Me da vergüenza! Encima si papá o mamá se enteran de algo así nos echan de casa!
- Jajaja tranquila, no puedo permitir que mi hermanita no sepa darse placer.
- Pero ya te dije que no siento nada, no hagas nada. Me dan asco esas cosas!
- Shh, tranquila Ro, yo te voy a enseñar.
Yo no es que necesitara de un manual de instrucciones para mi cuerpo, pero había intentado masturbarme una vez, y no sé si era demasiado chica o qué, pero no sentí nada, me toqué un poco porque se corría el rumor en la secundaria entre las chicas que se masturbaban, y bueno. Pero por alguna razón sea la que fuere no sentí nada, además de que para mí, con la familia que me crió, hacer eso era muy malo, yo pensaba así, por eso no lo hice nunca más.
Mis experiencias sexuales, aparte de perder mi virginidad a los 17, empezó bastante más tarde de lo normal. Recién a los 18 tuve mi primer orgasmo, seguramente por la educación que recibí de mis padres, no concurría en esos temas. Algo que mi hermana había concurrido hace largo rato. De hecho mi primer orgasmo fue gracias a mi hermana.
Volviendo a la playa. Así es ella, todo rápido y sin pensar. Yo permanecía acostada boca abajo, mientras ella agarró el pote de crema y se puso mucha cantidad en las manos, y empezó a pasármela por las piernas.
Me fue pasando la crema por mis pies, fue subiendo por mis piernas, y luego masajeaba mis muslos, con delicadeza y lentitud, pasándome el protector solar. Después me la pasó por la cola, y luego bajo de nuevo a mis muslos.
Tenía la sensación de que me iba pasando la crema con las manos cada vez más cerca del comienzo de mi cola, con las palmas abiertas de sus manos subía por mis muslos, y los dedos grandes me los metía ligeramente abajo del bikini, sentía que con esos dedos me rozaba un poquito los labios de mi vagina, y con esos movimientos repetitivos yo me empecé a sentir muy relajada, pero me vi obligada a hablarle:
- Qué haces?
- Te estoy pasando la crema, porqué?
- Ya me la pasaste muchas veces.
Ella no respondió, seguía con esos movimientos, me dí cuenta de lo que estaba haciendo, y traté de no ser exaltada, había bastante gente alrededor, aunque no muy muy cerca como para ver lo que estábamos haciendo.
- Flor, nos van a ver.
- Vos tranquila, relajate.
- Ya van a venir papá y mamá Florencia, basta.
Traté de sonar más agresiva, pero no había caso. Incluso hice el amago de levantarme, pero mi hermana me indicó que permanezca así.
- Estoy vigilando Ro, no te asustes.
Yo estaba aterrorizada ya, esa situación me incomodaba mucho porque cualquiera nos podía ver!
Mientras seguía sintiendo sus dedos peligrosamente cerca de mi cosita, incluso los empezó a hundir más adentro.
- Mmmm, deberías rasurarte hermanita.
Claramente lo decía por mi entrepierna, nunca me la había rasurado, sabía de chicas que lo hacían pero yo nunca lo hice.
Me estaba tocando los labios de la conchita metiendo los dedos abajo del bikini, y encima me empezó a gustar, que sucia me sentía!!!
En un acto de cordura, le pregunté:
- Flor, nos ve alguien? Tengo miedo.
- No, tranquila que estoy mirando.
Yo empecé a sentir algo rico, y me empezaba a retorcer. Mi hermana se dio cuenta:
- Te gusta Ro?
No respondí.
- Tenés muchos pelitos boluda, esta noche te depilo.
La verdad es que nunca había sentido algo así, me sentía re extraña, por un lado me gustaba eso que me hacía pero yo pensaba que estaba mal, que era una guarrada, cochinada, y mis pensamientos éticos estaban muy presentes. Una parte de mí quería levantarse y terminar con esa locura, y otra quería quedarme acostada pensando que estábamos solas y que me siga tocando.
En ese momento en que mi cabeza se debatía qué hacer, sentí cómo un dedo de mi hermana me tocaba más adentro aún, en mis labios menores, inmediatamente sentí como electricidad por todo mi cuerpo, fue raro en ese momento para mí, me estaba excitando a full y nunca lo había sentido.
Incluso largué un gemido leve, yo permanecía con los ojos cerrados tratando de pensar en que nadie nos estaba viendo, pero tuve que hablar por mi miedo:
- Flor, no vienen papá y mamá?
- No… estoy viendo y nadie nos mira, tranquila.
- Dios, esto es muy raro.
- Hacé silencio Ro, ya siento cómo te estás mojando toda.
Sabía que se refería a la lubricación de la vagina, eso lo aprendí en la escuela con las clases básicas de sexualidad, pero nunca lo había sentido hasta ahora.
No me gasté en seguir hablando, estaba disfrutando de los toqueteos que me brindaba mi hermana y sentía ahí abajo como me humedecía cada vez más.
En fin, ahí estaba yo, la niña buena, correcta y estudiosa, siendo masturbada por mi propia hermana mayor en el medio de la playa y a la vista de todo el mundo. ¡Qué locura!
Unos segundos después, Florencia se detuvo y quitó las manos de ahí:
- Ahí vienen.
Se refería a nuestros padres. Yo ya estaba en una especie de trance, excitada como una perrita en celo, abrí los ojos y vi de nuevo la arena, traté de comportarme como si nada hubiera sucedido, pero tenía muchas preguntas para mi hermana!!! Tenía una sensación nueva en todo el cuerpo, estaba muy caliente, pero lo disimulé bien toda la mañana.
Ya con nuestros padres al lado de nosotras, me giré para broncearme la parte delantera, nos miramos con mi hermana y nos reímos jaja. Yo por primera vez sentía la conchita toda calentita e hinchada, y tenía ganas de tocármela, pero me contuve.
Un rato después, con mi hermana nos fuimos a caminar la orilla. Mientras caminábamos, empecé a preguntarle:
- Me siento rara Flor.
- Jajaja porqué?
- No sé.
- Te gustó?
- Sí, mucho.
- Y bueno, entonces?
- Así entonces se siente masturbarse? Es mejor de lo que pensaba jaja.
- Jajajajaja.
- Me siento húmeda.
- Es normal hermanita, no sé como no te lo enseñé antes, creí que lo aprenderías solita como yo jajaja.
- Jajaja.
- Te sentís rara porque todavía estás excitada, en un rato se te pasa.
- Entiendo.
- Ah, y te tengo que depilar toda ahí.
- Cómo?
- No sé…. Nos vamos a la casa un rato antes, y ahí lo hacemos.
Durante el resto del día todo transcurrió normalmente. Luego antes del atardecer, con mi hermana dijimos a nuestros padres que íbamos a la casa que alquilamos a bañarnos, que por hoy habíamos tenido suficiente (una tonta mentira para meternos juntas al baño y hacer otro tipo de cuestiones jeje.)
Nuestros padres se quedaban un rato más en la playa, así que caminamos hasta la casa (estaba a 2 cuadras) y nos metimos directas al baño.
Cabe destacar que muy pocas veces nos bañamos juntas, sólo recuerdo algunas imágenes cuando éramos pequeñitas, porque nuestros padres no nos dejaban hacerlo.
Yo sabía de mis amigas y las que tenían hermana, a veces se bañaban juntas.
Con lo cual la idea de meterme con mi hermana a la bañera me daba miedo, quien sabe que dirían nuestros padres si se enteran.
Le dije que había que hacerlo rápido porque podían venir.
Bueno, ya las dos ahí, nos sacamos la bikini y ella abrió la ducha, como decía, había una bañera, así que nos sentamos una de cada lado mirándonos de frente. Mi hermana abrió la boca:
- Te crecieron bastante las tetas, eh pendeja jaja.
- Sí, supongo, aunque no como las tuyas.
Era raro ver a mi hermana desnuda, es decir, hacía mucho que no la veía así. Nos miramos las tetas mutuamente jaja, era claro que las suyas eran un poco más grandes. Incluso pude apreciar que sus pezones eran más rosaditos que los míos, los suyos eran de un rosa fuerte, y los míos un rosa más clarito.
Sí, siempre fui muy detallista, es algo que llevo en mi personalidad.
Ella abrió sus piernas delante de mí, yo miré y vi como estaba toda depiladita, sin un solo pelito. Me agradaba como se veía. Le podía ver toda la conchita al descubierto, era extraño para mí porque yo tenía mucho vello y no me la podía ver bien cuando me bañaba. Mi hermana se miró su pubis y se pasó la mano por allí, y por la conchita, me dijo:
- Está suavecita.
- Te gusta así? –Preguntó ella.
- Sí, se ve bien.
- Bueno, a ver empecemos antes de que lleguen los papás.
Vi que en la mano tenía el pote de crema que usa papá para afeitarse… lo abrió y se puso mucha cantidad en una mano.
- Papá no se va a dar cuenta?
- No creo.
Yo abrí mis piernas con algo de vergüenza, y mi hermana con toda la naturalidad del mundo, me echó toda la crema en el pubis. Con sus dedos hacía círculos sobre mi piel para llenar todo el lugar de crema.
Enseguida tomó la afeitadora manual que usábamos para las vellos de las piernas (en esa época era lo que usábamos) y poco a poco me fue rasurando el pubis.
Esa situación me había empezado a excitar por alguna razón, sentía como volvía ese calorcito a mi cuerpo, pero traté de disimularlo.
Mi hermana puso mas crema, ahora alrededor de mi conchita, y con cuidado me rasuraba todo, yo sólo observaba cómo lo hacia. Con todos esos roces me seguía calentando.
Finalmente terminó el trabajito, y quedé toda depilada.
- Te gusta?
Yo me miré por encima y me agradó.
- Sí.
Enseguida salimos rápido de la bañera por temor a que lleguen los papás.
Nos pusimos una bombachita y el corpiño, antes de salir del baño mi hermana que estaba atrás mio me dio una palmada en la cola!
Después en la noche cenamos, y nos fuimos a dormir temprano. Nuestros padres tenían su habitación, y nosotras otra, sólo que había una sola cama grande donde dormiríamos las dos juntas.
Había sido un día bastante inusual, mi hermana me había masturbado en la playa, luego nos metimos juntas a la bañera y me depiló el pubis, yo me excité por primera vez y me había encantado, todo esto a espaldas de nuestros severos y conservadores padres.
Bueno, ya con mi hermana nos acostamos juntas y no hablamos nada, estábamos muertas después del viaje y el intenso primer día. Nosotras siempre dormimos en ropa interior, nada más corpiño y bombacha.
El sol entrando por la ventana, abro los ojos aún dormida, y mi hermana llamándome.
- Qué? Qué pasa?-Pregunté yo.
- Dale que se hace tarde.
- Para?
- Para ir a la playa boluda.
- Ya?
- Son las 10, dormilona.
- Uhm.
La miré y la vi frente a mí bajándose la bombacha para ponerse el bikini. Tenía una cola envidiable. Estaba desnuda, agarró su bikini y me tiró el mío a la cama.
Yo quería dormir un rato más, cerré los ojos y enseguida los abrí porque mi hermana ya con el bikini puesto, saltó a la cama encima mío.
- Dale hermanita que nos vamos.
- Quiero dormir un rato más, dale…
Ante mi negativa, me sacó la sábana con la cual me tapaba, y me dijo:
- Dale, o querés que te cambie como a los bebés?
- Mmmhh… (yo aún estaba media dormida)
Evidentemente mi gesto de sueño no le gustó, y sentí sus dedos a ambos lados de mis caderas, sujetando la bombacha.
- Ja ja ja, parece que la nenita se despertó toda mojada.
La escuché, pero ni le contesté. En ese momento me acordé de una especie de sueño erótico que había tenido a la noche y sí, sentía toda la bombacha húmeda. Me moría de vergüenza.
- Querés que te saque la bombacha?
- Mmmhh… papá y mamá donde están?
- En la cocina.
- Bueno, dale, pero rápido…
Agarró el elástico de la bombacha y me la fue bajando, hasta sacármela por completo. Nos miramos a los ojos mientras me la sacaba, había una tensión sexual palpable entre ambas.
Luego de sacármela, manejó mis piernas a su antojo, y agarrándome de los tobillos me las abrió por completo. Yo sólo me dejaba hacer, ella se acercó más y me acarició los alrededores de mi conchita.
- Uhmmm –Gemí ante la caricia.
Florencia además me abrió los labios de mi rajita con sus dedos, mientras yo estaba despatarrada en la cama ante ella, mostrándole mi conchita.
- Estás toda mojada Ro…
- Flor, después quiero me muestres tu conchita así.
- Bueno, en la playa. Ahora ponete esto que nos vamos.
Le había visto la concha ya a mi hermana ayer en la bañera, pero consideraba justo que me la mostrara toda abierta como me la estaba viendo a mí. Sí, poco a poco me estaba transformando en una perra ante mi propia sorpresa e incredulidad.
Bueno, me puse el bikini y ya salimos, a la playa a pasar el día.
Apenas llegamos nos acostamos a tomar el sol, esa era siempre nuestra rutina.
Nos acostamos juntas boca abajo, nuestros padres estaban al lado sentados en las reposeras.
Sin dudas yo seguía caliente, después de la escena en la cama estaba muy cachonda.
Un rato después, con mi hermana fuimos al agua un ratito para refrescarnos un poco.
Sin dudas ese día la playa estaba con más gente que el día anterior, incluso podía notar la mirada de algunos chicos sobre nuestros cuerpos.
Nos metimos al agua, fría, luego de unos minutos nos fuimos acostumbrando a la temperatura. El agua ya nos llegaba a la altura de las tetas, cuando Florencia me abrazó desde atrás, pegándose a mi cuerpo, mientras con una mano me acariciaba la pancita abajo del agua. Luego la pasó hacia atrás y me acariciaba la parte de atrás del muslo.
Me susurraba al oído:
- Mmm querés una caricia?
Yo, que seguía caliente por lo de la mañana, no me podía resistir.
- Sí, pero nos van a ver.
- Si?
- Sí, allá en frente nuestro están papá y mamá, y hay mucha gente en el agua.
- Tranquila, abajo del agua no nos pueden ver.
- Bueno pero es raro que estés con las tetas aplastadas a mi espalda.
- Jaja porqué? No somos hermanas? Yo quiero mucho a mi hermanita y quiero abrazarla.
Superada por la excitación, me convenció. Comenzó subiendo despacito por mis muslos, hasta manosearme la cola con devoción abajo del agua, todo disimulado mientras me abrazaba.
Yo miraba por todos lados a la gente alrededor en el agua, y cada uno parecía enfrascado en lo suyo.
Enseguida me percaté de que Florencia aparte de tocarme la cola, me corrió la parte de abajo del bikini a un costado, dejando libre mis partes íntimas en el agua.
Me pasó dos o tres dedos por la raya de la cola, hasta llegar a mi agujerito. Me lo acarició unos segundos mientras al oído me susurraba:
- Mmm por la colita? Jaja
- Ahh…
Aquello me mataba, sus caricias eran tan efectivas. Luego siguió bajando con sus dedos hasta toparse con mi conchita, acariciándome por encima de la rajita. Solté un suspiro grande de placer.
- Qué hinchadita estás, Ro…
- Uhmmm estoy muy excitada Flor, deberíamos parar.
- Yo también estoy caliente, pero déjame terminar esto…
Subió sus dedos hasta la zona de mi clítoris, me abrió los labios y me lo empezó a frotar.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
- Shhhhhhhhhhhh
Solté un terrible gemido!!!! Seguro alguien me tuvo que escuchar! Miré desesperada a ambos lados pero la gente seguía en lo suyo…
- Tranquilita hermanita, ahora vas a tener un orgasmo pero no hagas ruido…
- Mmmmm
Mi hermana nuevamente apoyo sus dedos sobe mi clítoris y lo frotó de nuevo, yo me moví toda del gusto y ella me sujetaba bien abrazada desde atrás.
- Ves? Así, así, sin chillar…
- Uhmm Flor, mmmmmmm los papás nos van a ver!
- Shhh… crees que piensan que te estoy tocando toda abajo del agua?
- Ufffff
- Mmm seguro piensan que somos unas hermanas santitas.
- Ahhhhhhhhhhhhh uhhhhhhhhhhhhhhmmmmmmmm
Ese fue el final para mí. Sus palabras me calentaron tanto que mientras me rozaba el clítoris estallé en mi primer super-orgasmo! Fue brutal. Temblé toda y mi hermana con la mano que tenía en mi clítoris, ahora me sujetaba la pierna para que no me mueva… fue delicioso. Me toqué la conchita por encima y estaba toda hinchada… que placer!
Ella se separó de mí mientras yo consumía el máximo de oxígeno posible y me acomodaba el bikini en su lugar…
No hablamos de eso, simplemente nos miramos y nos reímos a la vez. Enseguida salimos del agua. Yo había experimentado mi primer orgasmo, que locura, mi hermana me lo había dado!
Nos acostamos de nuevo en la playa, esta vez boca arriba.. yo notaba que a Florencia se le notaban tremendamente los pezones duros sobre el bikini. Un rato después:
- Me pasás el bronceador? –Preguntó ella.
Mi padre me lo alcanzó y yo se lo dí. Ella aún acostada se lo pasó por la cara, el cuello, los hombros, brazos y el abdomen. Como no se quería levantar, me dijo que se lo pasase yo por sus piernas. Acepté.
Sería, por lo menos, raro para nuestros padres ver que yo le pase protector solar a mi hermana. Sí, hasta una cosa así era mal visto por nuestros padres. Pero creí que esta vez no habría problema.
Puse un poco en mis manos, y lo fui pasando por sus perfectas piernas… por los pies, las rodillas, los muslos. En ese momento yo pensaba en la ocasión del día anterior cuando mi hermana haciendo esto me había tocado la conchita.
Tenía a mis padres atrás, con lo cual, no podían ver si yo delicadamente le tocaba un poco la concha a mi hermana. Sí me podían ver otra gente de la playa.
No sé que se me pasó por la cabeza, pero quería devolverle la jugada a mi hermana jeje.
Hice hincapié en sus muslos, pasando mis manos con la crema por allí, cuando con disimulo le acaricié con dos dedos la conchita por encima del bikini.
Ella abrió los ojos y me miró con sorpresa, yo la miré y me reí. Un par de veces más hice lo mismo ante su atenta mirada. Me hubiera gustado más pero dadas las circunstancias con tanta gente y mis padres era imposible.
Durante el resto de la tarde no pasó nada más, nuestros padres estaban cerca, y había mucha gente, así que fue todo tranquilo, a la tardecita nos fuimos a casa.
Luego de bañarnos y de cenar, cuando nos fuimos a dormir, se dio la siguiente situación.
Yo ya estaba acostada, y luego de un rato mi hermana terminó de bañarse, y entró en ropa interior a la habitación, a acostarse. Era la primera vez solas después de lo de la tarde para poder hablarnos.
Nos miramos y ella habló:
- Te animaste a tocarme, y con toda la gente…
- Sí, quería vengarme por lo de ayer jaja.
- Ah, mirá que bien la pendeja jajaja.
- Jajaja.
- No nos quedó algo pendiente?
- Sí…
Rápidamente mi hermana tomó mi mano, y me la llevó hasta su conchita.
- Dale, bájame la bombacha
- Ahora?
- Sí, dale que ya estoy mojada.
- Creí que podemos esperar a que se vayan a dormir (nuestros padres)
- Da igual… hace de hoy que estoy excitada, y que estén despiertos me da morbo!
- Morbo?
- Quiero decir que me pone más caliente.
Yo entendí y me puse de rodillas en frente de ella, y agarré con ambas manos a los lados la bombacha y se la empecé a bajar, se la saqué y mi hermana abrió las piernas. Ante mí quedó expuesta la conchita de Florencia, ahora que la veía mejor, me encantaba como se veía. Sus labios eran más gruesos que los míos, de un color rosado fuerte. Podía notar que la tenía un poco brillante porque como me había dicho estaba húmeda. Estaba embobada explorándola con los ojos, cuando me habló de nuevo:
- Qué esperas? Pásame la lengua.
Yo no entendí.
- Qué?
- Que me pases la lengua por la conchita
Yo me quedé mirándola como boba.
- Qué? No me digas que tampoco sabés lo rico que es que nos hagan eso!
- En serio?
- Sí, después yo te lo hago.
Yo estaba sorprendida, pero… bajé mi cabeza hasta su entrepierna, y la miré antes de empezar.
- No seas tímida… tenés que pasarme la lengua como si mi conchita fuese una paleta, es fácil, dale.
Hice caso, y saqué mi lengua, me aproximé más e intenté hacer lo que me pedía. Mi primer lengüetazo fue de abajo hacia arriba, empezando en el final de su rajita hasta su clítoris.
- Uhm, que bueno.
Repetí el movimiento varias veces sobre su vagina, mientras mi hermana suspiraba con los ojos cerrados. Al ver cómo le gustaba, me animé más y lamí más rápido. Mi hermana entre suspiros me dijo que le lamiera el clítoris.
Subí un poco mi cara y ahora lamí su clítoris, estaba muy hinchado, y me estaba empezando a gustar.
- Uhhhhhhhhhhhh ahí, ahí….. ahhhhhhhhhhhhhhh
Florencia jadeaba y se movía mucho, estaba inminente su orgasmo, y minutos después de lamerle el clítoris pudo ‘explotar’.
Se tapó la boca con la almohada para que no se escuchen sus gemidos!
A todo esto, yo sentía la bombacha húmeda otra vez.
Mi hermana se repuso, y nos miramos.
- Uff que bueno Ro… que bueno.. lo hiciste re bien!
- En serio?
- Sí… vení acá.
Me acerqué, y ella me dio un beso en la boca. Nunca lo habíamos hecho.
Me acosté a su lado, mientras ella se recomponía.
- Flor, si estás cansada podemos dormir.
- No seas tonta, espérame un minuto más y te la devuelvo…
Unos minutos luego, ella se arrodilló ahora frente a mí y me acercó su cara, nos volvimos a besar. Esta vez fue un beso más largo, y lento… acto seguido, se sacó el corpiño, y me bajó la bombacha. Me acarició la conchita.
- Uff ya estás toda mojadita Ro.
- Me puse así mientras te lo hacía.
- Umm, que pendeja chanchita, seguro te calentó mucho.
Puso su cara entre mis piernas y ahora era ella quien me lamía mi conchita, me lo hacía más pausado y lento, me gustaba mucho.
Me pasaba la lengua por el clítoris, y con sus dedos me acariciaba toda la rajita.
- Te voy a meter un dedo.
Yo la escuché pero suspiraba ante el placer, sentí que un dedo de mi hermana me estaba penetrando, estaba muy caliente, su dedo entraba y salía con facilidad gracias a mi humedad.
- Mmmm te gusta Ro?
- Sí… sí Flor… mmmm chupame la concha… ahhhhh
- Imaginarán papá y mamá que al lado de su cuarto te estoy lamiendo la concha?
- Nos echan… nos echan a la calle… ahhhhhhhhhhhhhhh
- Que rica está tu conchita, Ro… me encanta comértela
- Uhmm me vas a matar Flor….
- Te meto otro dedito?
- Dos?
- Sí, más o menos así es el tamaño cuando te coja una pija
Luego metió otro dedo, ahí yo me puse una almohada en la cara mientras gemía como loca. Mi hermana me succionaba el clítoris, y me cogía con los dedos muy rápido, hasta que llegué al orgasmo, tuve un temblor en todo el cuerpo otra vez.
Mi hermana se chupaba los dedos mientras terminábamos…
- Está rico el jugo de mi conchita?
- Jajaja riquísimo.
Nos acostamos desnudas y todas despatarradas…
Yo estaba viviendo en el paraíso con estos nuevos placeres!
Después de aquella noche, pasaron un par de días, estaba malo el tiempo, lluvia y algunas circunstancias que no nos dejaron tocarnos como hubiéramos deseado, más que algun toqueteo leve. Por las noches seguíamos haciendo este tipo de encuentros sexuales con mi hermana.
Uno de esos días, habíamos llegado a casa luego de pasear un poco por la ciudad con nuestros padres, y mi hermana se metió a bañarse.
Ese día tampoco habíamos podido hacer nada, bajo la excusa de que no aguantaba y tenía que ir al baño, para que mis padres no sospecharan, entré al baño.
Mi hermana obviamente había escuchado, me miró como diciendo ‘qué atrevida’. Abrió la ducha para hacer creer que ella se estaba bañando…
Florencia estaba en ropa interior, me acerqué y nos empezamos a acariciar, por la pancita, los muslos, los hombros…
Me saqué el jean que tenía y nos tocábamos por encima de la bombacha.
Nos tocábamos la cola, las tetas…
Yo le tocaba la conchita a ella y ella a mí por encima de la tela, nos estábamos mojando ambas.
Lo hicimos unos minutos hasta que paramos, para que nadie sospeche nada. Me puse el jean, y salí hacia mi habitación con toda la bombachita húmeda.
Pero si hasta acá están sorprendidos (como yo, no puedo creer todo lo que hice) sin dudas la situación más loca, caliente, y excitante es la que quiero contar ahora.
El último día, por la mañana empacamos todo, era cerca del mediodía cuando estábamos un tiempito solas en la casa, ya que nuestros padres habían ido a comprar la comida a la rotisería por lo que habían salido y tardarían un rato.
Apenas cerraron la puerta, nos juntamos y nos besamos. Ella me sentó en una silla y me abrió las piernas. Yo traía una falda corta, esas de jean, que me llegaban a tapar la cola, no mucho más. Florencia se arrodilló y me corrió la bombachita a un costado, para empezar a lamerme la concha.
Me dio unas lamidas, cuando se le ocurrió algo, y se detuvo.
- Tengo una idea, ya vengo.
Fue corriendo a la cocina… vaya a saber que tenía en mente en un momento así, pensé… mientras la esperaba me escupí la mano y me la pase por toda la conchita… sentirme tan sucia me hacía sentir tan excitada….
Apareció mi hermana con una banana en la mano, bien…
- Qué vas a hacer con eso?
- Te la voy a meter.
- Jajaja estás loca, eso no me entra.
- Vas a ver que sí.
- Pero… una banana?
- Sí, porqué? Tiene forma de pija.
- Sí, eso seguro… pero…
Bueno, Florencia actuó nomás, primero se metió la banana en la boca, con la cáscara, y la fue lamiendo, y llenando de saliva. Yo preparaba mi conchita también llenándola de baba.
Una vez lista, me acercó la banana e hizo contacto con mi vagina, poco a poco la fue metiendo, lo que más me sorprendió es que me entraba sin problemas, se deslizaba dentro de mi conchita de una manera tan excitante que me encantó.
Llegó a meterme media banana y ya no me cabía más, en ese momento hizo movimientos metiéndola y sacándola de mi cuevita mojada.
Yo estaba a punto de llegar al orgasmo, pero justo en ese instante, escuchamos el ruido de la puerta, nuestros padres habían llegado!!!!
En un par de milésimas mi hermana se paró, la muy forra me dejó la banana enterrada en la concha, y yo con las piernas abiertas! Las cerré, y no me dio tiempo para más, porque la puerta estaba ahí nomás de donde estábamos ‘jugando’. Me tapé como pude, con las manos arriba de las piernas, hasta que nuestros padres estaban preparando todo para servir el almuerzo…
Nos miramos con mi hermana mientras papá ponía los platos, yo estaba dura como una piedra! Que poco había faltado para que nos descubrieran!
- Vamos chicas hagan algo. (dijo mi madre para que pongamos los cubiertos a la mesa)
Por suerte mi hermana dijo que ella lo hacía… así que buscó los cubiertos ella misma, mientras yo permanecía ahí… en un momento en que nadie me veía, metí mi mano abajo y me acomodé la bombacha, la puse en su lugar, la media banana que tenía afuera hacía presión en la tela y marcaba bulto, pero al menos nadie me iba a ver la banana en esa comprometida posición…
Todos almorzando a escasos metros y yo con la concha llena de banana.
Con la situación más o menos controlada, todos se sentaron a comer, yo ni me paré, arrimé la silla en la que estaba sentada hasta la mesa…
Lo peor (o mejor) es que la presión que hacía la bombacha sobre la banana, me la metía más adentro todavía… bueno, al menos de esa forma no se me iba a escapar, que quien sabe que pasaba si se caía al piso y mi mami me preguntaba porque la banana tenía olor a concha…
Con mi hermana cruzábamos miradas y la muy tonta se reía…
Yo sentía la banana adentro y la concha toda hinchada de la excitación, encima estaba tan mojada, seguía desprendiendo jugos, la bombacha se me pegaba a la piel de lo mojada que estaba, casi parecía como si me hubiera meado encima, que locura… no me quería imaginar como debiera estar la silla.
Luego cuando terminamos de comer, por suerte el calvario acabó… disimuladamente fui al baño, caminar con esa cosa metida entre las piernas era difícil pero pude hacerlo sin levantar sospechas…
En el baño me senté en el inodoro y me bajé la bombacha, estaba empapada, agarré la banana, me la saqué y me la volví a meter, así, cada vez más rápido hasta llegar al orgasmo. Estaba tan mojada que hacía ruido cuando me la metía, y entraba derechita, sin problemas. Me imaginaba que era una pija dura, y me excitaba tanto…
En fin, después de terminar aquello, lamí la banana del placer jaja, para probar el gustito de mi conchita. Me limpié la concha y los muslos con la única parte seca de tela que quedaba de la bombacha, y la guardé, salí sin nada debajo de la falda, para ponerme otra, porque esas estaban inutilizables… la banana también la saqué a escondidas y después se la terminó comienzo mi hermana en el viaje.
De ser una niña buena, ‘nerd’, correcta, sin pensamientos sobre sexo, a mis 18 años mi propia hermana mayor me había trasformado en una perra caliente… húmeda a cualquier hora, me despertaba húmeda, pensaba en mi hermana y mojaba las bombachas, lista para el sexo todo el tiempo, sólo en una semana.
Estaba claro que todo se había salido de control en esas vacaciones…
Los años siguientes seguimos teniendo encuentros sexuales a escondidas, yo disfrutaba muchísimo con ella, además de que aún le tenía cierta fobia a los hombres por mi experiencia a los 17, llegó un momento en que por distintas obligaciones lo hacíamos cada vez menos, y la rutina se apoderó de nosotras como en toda relación, además luego mi hermana se casó, y yo también conocí a alguien especial y nos casamos, pero hace poco llegó el divorcio, y esa es una historia que no voy a contar.
12 comentarios - Historia incestuosa entre hermanas
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