Me desperté duro y al palo y apoye la pija en mi esposa que estaba en cucharita. La chota se colocó entre sus piernas y empecé a moverla poco a poco. Mientras sentía sus quejas para seguir durmiendo y apagaba el despertador para bañarme e irme al trabajo su cola se ofrecía más y sentí como mi miel y su flujo empapaba la zona.. Lo que era una impresión se confirmó cuando firme entro en su concha en esa posición a pleno. Fue sentir ese espacio infinito y húmedo lo que me hizo bombear fuerte dentro de su concha y chau…….!!! Acabe. Mientras ella, entre dormida refunfuñaba, me levante y corrí a la ducha, el tren no me iba a esperar y perdería los premios por asistencia en el laburo. Tome tres mates amargos con dos bizcochitos de grasa y salí a los pedos.
Debí correr un poco el tren que ya salía pero no había nada en el mundo que me pudiera sacar de la mente ese polvo rapidito que me había echado esa mañana cualquiera.
Debí correr un poco el tren que ya salía pero no había nada en el mundo que me pudiera sacar de la mente ese polvo rapidito que me había echado esa mañana cualquiera.
4 comentarios - En defensa del rapidito