Durante los años de secundaria, armamos un grupo de unos 6 o 7 chicos y chicas que (más allá de problemas típicos de la edad) nos hicimos muy amigos. De este grupo era mi mejor amiga (aún hoy), Agustina, con quien hice desde el jardín hasta 5° año juntas. Durante el colegio casi siempre salíamos juntos, aunque a veces el plan era "tranqui en casa".
En los 6 años siguientes a terminar el cole, seguimos en contacto y hasta organizamos para reencontrarnos. Muchos de esos encuentros no eran tan locos como en la adolescencia, hasta iban las parejas invitadas. Por supuesto, no contábamos detalles y era un secreto que habíamos estado todas con todos.
Otro condimento, era que durante varios años yo tuve una relación con uno de los chicos, Sebastián, aunque no fue fácil en parte por celos entre amigos y otro poco porque desde que vivía en Buenos Aires la relación se había vuelto complicada. Con una noche dejándome plantada incluida
Luego de toda la presentación, para que conozcan como viene más o menos la historia, vamos al presente. Un día recibí un mensaje de uno de los chicos, preguntándome qué fin de semana volvía para Rosario para organizar una juntada. Era la única del grupo que estaba afuera. Me organicé y ahorré plata para volver lo antes posible. Hacía mucho tiempo no nos podíamos juntar todos y tenía ganas de verlos.
Llegó el finde, me fui de Agustina toda la tarde (para ponernos al día) y a la noche nos fuimos a la casa de Martín. Cominos un asado, charlamos y nos reímos mucho. La idea era salir después de comer, pero al final decidimos llamar a un delivery de bebidas y quedarnos a divertirnos entre nosotros (los años no vienen solos). Hicimos un juego medio pavo, pero el que perdía tenía que mandarse de una un tequilazo. Y bueno, así quedé. Me tiré en un sillón destruida.
Tiré mi cabeza para atrás (que me daba mil vueltas) y cerré mis ojos. Sentí que se sentaron al lado mío. Uno de cada lado. Martín a mi derecha, y Maxi a mi izquierda. Estaban más o menos en la misma situación que yo. Los otros seguían jugando en la mesa, se podían sentir los gritos y las risas.
Maxi apoyó su cabeza en mi hombro. Despacio se fue moviendo hasta que empezó a besarme el cuello, haciéndome estremecer soltando un pequeño suspiro de aprobación. Las manos de Martín empezaron a recorrer mis piernas, que solas se abrieron para facilitarle el recorrido. "No chicos paren", dije aun con los ojos cerrados, pero sin sonar muy convencida.
Las manos de Maxi recorrían mi cuerpo. Yo seguía con los ojos cerrados y la cabeza apuntando al techo. Los chicos empezaron a levantarme la ropa y sus manos rozaban mi piel. Tenía el jean desabrochado. No podía reaccionar para pararlos, pero tampoco estaba interesada en decirles nada. Mis gemidos delataban que me gustaba lo que me hacían.
Maxi agarró mi mano y la llevó a su pija. La sentí totalmente parada y recorrí todo el tronco, marcándolo en el pantalón. Martín hizo lo mismo, agarrando mi otra mano. Los pajeaba por encima de la ropa, mientras ellos seguían manoseándome por todos lados. Yo ya estaba casi acostada con las piernas abiertas en el sillón, para favorecer el movimiento de los dedos de Maxi que jugaban en mi concha.
Traté de desabrocharles los pantalones, pero con una mano se me complicó. Los chicos sacaron sus manos de mi cuerpo, y se bajaron los pantalones hasta las rodillas para ahorrarme ese trabajo. Agarré las dos pijas, y los seguí pajeando, mientras ellos hacían lo que querían en mi cuerpo.
Martín tomó la delantera. Me sentó bien, agarró mi cabeza y la llevó hasta su pija. Me metí la cabeza en la boca y la rozaba con la lengua. Mi cabeza subía y bajaba sobre su tronco, acompañada de mi mano que lo pajeaba desparramando la saliva que escupía de mis labios. Con la otra mano, como podía, seguía pajeando a Maxi.
De lejos se sintió un "vaaaaamooooos Juliiiii" acompañado de risas y aplausos. Saqué mi boca de la pija de Martín, y cambié de pija. Martín me quiso sacar la remera y el jean, pero no lo dejé. "Aca no, ubicate" le dije riéndome, mientras me ponía en la boca otra vez la pija de Maxi. Ubicación pedía mientras peteaba a dos manos... bueno.
Martín se paró, y me levantó. Me agarró de la mano y me dijo "vamos a mi habitación". Me levanté y acomodé mi ropa mientras lo seguía. Maxi vino con nosotros. Cuando entramos, lo paré. "De a uno, los dos no". Trataron de convencerme, pero cuando vieron que me había encaprichado, aceptaron. Era eso o ninguno.
Fue una cuestión más de orgullo y marcar límites. No quería que se piensen que así porque si me podían venir a coger los dos juntos cuando se les antoje. La que decide, de última, siempre era yo. Y ese día, no tenía ganas de enfiestarme.
Entré con Martín, que ahora si lo dejé desnudarme. Desesperado sacó mi remera y me bajó el jean mientras me tiraba a la cama. Se acostó arriba mío besando torpemente todo mi cuerpo. Hacía poco tiempo se había peleado con la novia, por lo que imaginaba venía con unas ganas acumuladas importantes.
Casi sin esperar, apuntó su pija a mi concha y me la clavó. Empezó a moverse rápido. Lo paré un poco, porque iba a acabar enseguida. Lo notaba agitado. Se ve que la ruptura con la mina lo había dejado mal. "Boludo, calmate", le dije. Parecía que se había olvidado de como coger.
Lo di vuelta y lo acosté en la cama. "Parece que te olvidaste como es esto", le dije subiéndome arriba y besándolo. Agarré su pija y la apunté a mi concha. Me senté despacio hasta que se clavó hasta el fondo.
Me moví despacio, para no hacerlo acabar. Cuando vi que se tranquilizó, empecé a moverme un poco más rápido. Me levanté en su pija dos veces y gritó que había acabado. Me quedé un rato con su verga adentro, luego la saqué y se la limpié, hasta dejarla chiquitita de nuevo. Me acosté en la cama y le dije que llamara a Maxi.
Maxi entró y sin esperar me comió la boca. Me empujó en la cama y se arrodilló entre mis piernas para chupármela. Me estuvo comiendo la concha un rato largo, hasta que lo levanté y lo acosté boca arriba. Puse mi cuerpo encima del suyo, y apoyé mi concha en su cara, para hacer un 69. Como pude, agarré su pija y me la empecé a clavar en la boca.
Él jugaba con su lengua a gran velocidad en el clítoris y bajando hasta mi colita. Me encantaba y estaba volviéndome loquita. Me la chupó tan bien que no aguanté y exploté en un orgasmo bien mojado. "Uff como te mojaste Juli", me dijo, mientras yo salía de arriba suyo, aun con las piernas temblando. "La chupás tan bien... no lo puedo evitar!" le dije mientras lo besaba. Podía sentir el gusto de los flujos de mi concha en su lengua.
Otra vez, me puse yo arriba. Me senté en su pija y empecé a cabalgarlo. Mis movimientos eran largos y profundos. Levantaba mis caderas sintiendo cada centímetro de su pija salir, hasta la punta, y me dejaba caer. Mis tetas estaban en la boca de mi amigo, que desesperado las chupaba.
Las manos de Maxi se agarraban fuerte mi cola acompañando los movimientos de mis caderas, cada vez más veloces. Me hizo parar. Mojó un dedo en su boca. Me lo dio para que lo chupara yo también. Mi colita se empezó a dilatar sabiendo lo que se venía. Acomodó el dedo en mi ano y fue empujando.
Entró fácil, lo acomodó y yo seguí moviéndome desesperada. Lo senté en la cama, y pasé mis piernas por atrás de su cuerpo. Ahora me movía para adelante clavando su pija en mi concha, y para atrás enterrando el dedo en la cola. Era una locura. Me agarré fuerte de su cuello y clavándome la pija hasta el fondo me empecé a mover rápido franeleando mi cuerpo contra el suyo, logrando otro orgasmo. No pude contenerme y gritar como loca.
Me calmé, Maxi me agarró y me acostó en la cama. Se tiró arriba mío, agarrando mis manos sobre mi cabeza y empezó a cogerme rápido. Después de un rato, me dio vuelta y me puso en 4. Luego de admirarme en esa pose pasando sus manos por mi cola y besando mis nalgas, me clavó la pija para seguir garchándome.
"Te voy a romper el culo, pendeja", repetía clavando su verga más adentro. "No...", le repetí tajante. Maxi se frenó, la sacó y (conociendo como era), no dijo nada. Sólo atinó a darme vuelta y pajearse sobre mi panza. Me desparramé la leche subiendo hasta mis tetas, mientras mi amigo seguía largando leche sobre mi cuerpo.
Se tiró al lado mío, después del polvo, cortito, pero intenso. "Llamalo a Seba". Le dije. Como les había contado al principio, Seba era el chico con el que más había estado en el colegio, y hasta fuimos "amigarche" por mucho tiempo. El dedo de mi amigo despertó muchas ganas de que me rompan la cola. Y quería que me lo hiciera él esa noche. Maxi se cambió y se fue.
Cuando lo sentí llegar, me puse en 4, apuntando mi cola a la puerta. Seba entró y se quedó mirándome. "Haceme la cola". Seba no lo podía creer, porque en general no se la entregaba tan fácil (siempre tuvo que insistir bastante). Pero ese día quería premiarlo de alguna forma.
Sin perder tiempo, se bajó el jean y así vestido como estaba se puso a masajear la zona, mientras con una mano se pajeaba. Dejó caer saliva en mi ano que se abrió dejando entrar sus dedos. Se acomodó y apuntó su pija, pero en lugar de clavarla en el culo, me la puso en la concha. "No no, en la cola... en la cola", pedía yo desesperada. Seba sin entender, la sacó y empezó a empujarla abriendo mi ano.
Cuando sintió que mi culo estab a acostumbrado, Seba empezó a sacarla y ponerla cada vez más rápido. Yo lo estimulaba. "Ay dale siii... más fuerte, rompeme la cola dale... que bien que me hacés el culo por favor! me encanta seguí!", repetía entre gemidos para provocar que mi amigo no frenara nunca de someterme.
Agaché mi cabeza dejando mi colita más paradita. "No hagas esooo!" gritó Seba, que sacando su pija me pintó los cachetes de la cola de blanco. Me tiré en la cama, mientras Seba buscaba algo para limpiarme. Como no encontraba, le dije que no se preocupara. Me paré, pase mis manos por la cola y me cambié. "No me jode estar un poco pegoteada" le dije y le di un beso.
Todavía tenía la pija durísima. Se quedó acostado boca arriba en la cama, apoyado en los codos y me miraba con lujuria. Lo miré, sonreí, y me tiré encima y empecé a chupársela, como si "le hiciera el favor". Seba se dejó caer en la cama y se acostó. No se le bajaba más, así que me volví a desnudar y me subí arriba suyo a cabalgar otro rato. Seba me agarraba las tetas y me pegaba chirlos en la cola.
Cuando empecé a bajar el ritmo, porque mis piernas ya no respondían, me levantó y me acostó en la cama. Me puso en 4 y sin decir una palabra me empezó a coger con fuerza agarrándose fuerte de mi cintura. Me agaché dejando que su pija penetrara más adentro. Mis piernas empezaron a temblar. Mi cuerpo estaba enloquecido y me movía como convulsionada enterrándome su pija.
La sacó, y me chupó la concha así en 4 como estaba. Pasaba la lengua por la concha y la cola, que todavía no se había cerrado de la culeada que me había pegado. "Aaayyy Dioooooooooooos" grité mojando toda la boca de mi amigo. "Uy pendeja como estás, te mojaste toda!", dijo mientras me volvía a poner la pija. "Aaayy siii no la saques más por favoooor!" le gritaba. Pero no aguantó mucho. Me agarró fuerte de las caderas y empujándola muy adentro acabó. Cuando la sacó, ya la tenía semidormida. Ahora si, nos cambiamos y salimos de la habitación.
Cuando llegamos al living, no nos extrañó para nada la escena que veíamos. Como en los viejos tiempos. La noche recién empezaba.
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En los 6 años siguientes a terminar el cole, seguimos en contacto y hasta organizamos para reencontrarnos. Muchos de esos encuentros no eran tan locos como en la adolescencia, hasta iban las parejas invitadas. Por supuesto, no contábamos detalles y era un secreto que habíamos estado todas con todos.
Otro condimento, era que durante varios años yo tuve una relación con uno de los chicos, Sebastián, aunque no fue fácil en parte por celos entre amigos y otro poco porque desde que vivía en Buenos Aires la relación se había vuelto complicada. Con una noche dejándome plantada incluida
Luego de toda la presentación, para que conozcan como viene más o menos la historia, vamos al presente. Un día recibí un mensaje de uno de los chicos, preguntándome qué fin de semana volvía para Rosario para organizar una juntada. Era la única del grupo que estaba afuera. Me organicé y ahorré plata para volver lo antes posible. Hacía mucho tiempo no nos podíamos juntar todos y tenía ganas de verlos.
Llegó el finde, me fui de Agustina toda la tarde (para ponernos al día) y a la noche nos fuimos a la casa de Martín. Cominos un asado, charlamos y nos reímos mucho. La idea era salir después de comer, pero al final decidimos llamar a un delivery de bebidas y quedarnos a divertirnos entre nosotros (los años no vienen solos). Hicimos un juego medio pavo, pero el que perdía tenía que mandarse de una un tequilazo. Y bueno, así quedé. Me tiré en un sillón destruida.
Tiré mi cabeza para atrás (que me daba mil vueltas) y cerré mis ojos. Sentí que se sentaron al lado mío. Uno de cada lado. Martín a mi derecha, y Maxi a mi izquierda. Estaban más o menos en la misma situación que yo. Los otros seguían jugando en la mesa, se podían sentir los gritos y las risas.
Maxi apoyó su cabeza en mi hombro. Despacio se fue moviendo hasta que empezó a besarme el cuello, haciéndome estremecer soltando un pequeño suspiro de aprobación. Las manos de Martín empezaron a recorrer mis piernas, que solas se abrieron para facilitarle el recorrido. "No chicos paren", dije aun con los ojos cerrados, pero sin sonar muy convencida.
Las manos de Maxi recorrían mi cuerpo. Yo seguía con los ojos cerrados y la cabeza apuntando al techo. Los chicos empezaron a levantarme la ropa y sus manos rozaban mi piel. Tenía el jean desabrochado. No podía reaccionar para pararlos, pero tampoco estaba interesada en decirles nada. Mis gemidos delataban que me gustaba lo que me hacían.
Maxi agarró mi mano y la llevó a su pija. La sentí totalmente parada y recorrí todo el tronco, marcándolo en el pantalón. Martín hizo lo mismo, agarrando mi otra mano. Los pajeaba por encima de la ropa, mientras ellos seguían manoseándome por todos lados. Yo ya estaba casi acostada con las piernas abiertas en el sillón, para favorecer el movimiento de los dedos de Maxi que jugaban en mi concha.
Traté de desabrocharles los pantalones, pero con una mano se me complicó. Los chicos sacaron sus manos de mi cuerpo, y se bajaron los pantalones hasta las rodillas para ahorrarme ese trabajo. Agarré las dos pijas, y los seguí pajeando, mientras ellos hacían lo que querían en mi cuerpo.
Martín tomó la delantera. Me sentó bien, agarró mi cabeza y la llevó hasta su pija. Me metí la cabeza en la boca y la rozaba con la lengua. Mi cabeza subía y bajaba sobre su tronco, acompañada de mi mano que lo pajeaba desparramando la saliva que escupía de mis labios. Con la otra mano, como podía, seguía pajeando a Maxi.
De lejos se sintió un "vaaaaamooooos Juliiiii" acompañado de risas y aplausos. Saqué mi boca de la pija de Martín, y cambié de pija. Martín me quiso sacar la remera y el jean, pero no lo dejé. "Aca no, ubicate" le dije riéndome, mientras me ponía en la boca otra vez la pija de Maxi. Ubicación pedía mientras peteaba a dos manos... bueno.
Martín se paró, y me levantó. Me agarró de la mano y me dijo "vamos a mi habitación". Me levanté y acomodé mi ropa mientras lo seguía. Maxi vino con nosotros. Cuando entramos, lo paré. "De a uno, los dos no". Trataron de convencerme, pero cuando vieron que me había encaprichado, aceptaron. Era eso o ninguno.
Fue una cuestión más de orgullo y marcar límites. No quería que se piensen que así porque si me podían venir a coger los dos juntos cuando se les antoje. La que decide, de última, siempre era yo. Y ese día, no tenía ganas de enfiestarme.
Entré con Martín, que ahora si lo dejé desnudarme. Desesperado sacó mi remera y me bajó el jean mientras me tiraba a la cama. Se acostó arriba mío besando torpemente todo mi cuerpo. Hacía poco tiempo se había peleado con la novia, por lo que imaginaba venía con unas ganas acumuladas importantes.
Casi sin esperar, apuntó su pija a mi concha y me la clavó. Empezó a moverse rápido. Lo paré un poco, porque iba a acabar enseguida. Lo notaba agitado. Se ve que la ruptura con la mina lo había dejado mal. "Boludo, calmate", le dije. Parecía que se había olvidado de como coger.
Lo di vuelta y lo acosté en la cama. "Parece que te olvidaste como es esto", le dije subiéndome arriba y besándolo. Agarré su pija y la apunté a mi concha. Me senté despacio hasta que se clavó hasta el fondo.
Me moví despacio, para no hacerlo acabar. Cuando vi que se tranquilizó, empecé a moverme un poco más rápido. Me levanté en su pija dos veces y gritó que había acabado. Me quedé un rato con su verga adentro, luego la saqué y se la limpié, hasta dejarla chiquitita de nuevo. Me acosté en la cama y le dije que llamara a Maxi.
Maxi entró y sin esperar me comió la boca. Me empujó en la cama y se arrodilló entre mis piernas para chupármela. Me estuvo comiendo la concha un rato largo, hasta que lo levanté y lo acosté boca arriba. Puse mi cuerpo encima del suyo, y apoyé mi concha en su cara, para hacer un 69. Como pude, agarré su pija y me la empecé a clavar en la boca.
Él jugaba con su lengua a gran velocidad en el clítoris y bajando hasta mi colita. Me encantaba y estaba volviéndome loquita. Me la chupó tan bien que no aguanté y exploté en un orgasmo bien mojado. "Uff como te mojaste Juli", me dijo, mientras yo salía de arriba suyo, aun con las piernas temblando. "La chupás tan bien... no lo puedo evitar!" le dije mientras lo besaba. Podía sentir el gusto de los flujos de mi concha en su lengua.
Otra vez, me puse yo arriba. Me senté en su pija y empecé a cabalgarlo. Mis movimientos eran largos y profundos. Levantaba mis caderas sintiendo cada centímetro de su pija salir, hasta la punta, y me dejaba caer. Mis tetas estaban en la boca de mi amigo, que desesperado las chupaba.
Las manos de Maxi se agarraban fuerte mi cola acompañando los movimientos de mis caderas, cada vez más veloces. Me hizo parar. Mojó un dedo en su boca. Me lo dio para que lo chupara yo también. Mi colita se empezó a dilatar sabiendo lo que se venía. Acomodó el dedo en mi ano y fue empujando.
Entró fácil, lo acomodó y yo seguí moviéndome desesperada. Lo senté en la cama, y pasé mis piernas por atrás de su cuerpo. Ahora me movía para adelante clavando su pija en mi concha, y para atrás enterrando el dedo en la cola. Era una locura. Me agarré fuerte de su cuello y clavándome la pija hasta el fondo me empecé a mover rápido franeleando mi cuerpo contra el suyo, logrando otro orgasmo. No pude contenerme y gritar como loca.
Me calmé, Maxi me agarró y me acostó en la cama. Se tiró arriba mío, agarrando mis manos sobre mi cabeza y empezó a cogerme rápido. Después de un rato, me dio vuelta y me puso en 4. Luego de admirarme en esa pose pasando sus manos por mi cola y besando mis nalgas, me clavó la pija para seguir garchándome.
"Te voy a romper el culo, pendeja", repetía clavando su verga más adentro. "No...", le repetí tajante. Maxi se frenó, la sacó y (conociendo como era), no dijo nada. Sólo atinó a darme vuelta y pajearse sobre mi panza. Me desparramé la leche subiendo hasta mis tetas, mientras mi amigo seguía largando leche sobre mi cuerpo.
Se tiró al lado mío, después del polvo, cortito, pero intenso. "Llamalo a Seba". Le dije. Como les había contado al principio, Seba era el chico con el que más había estado en el colegio, y hasta fuimos "amigarche" por mucho tiempo. El dedo de mi amigo despertó muchas ganas de que me rompan la cola. Y quería que me lo hiciera él esa noche. Maxi se cambió y se fue.
Cuando lo sentí llegar, me puse en 4, apuntando mi cola a la puerta. Seba entró y se quedó mirándome. "Haceme la cola". Seba no lo podía creer, porque en general no se la entregaba tan fácil (siempre tuvo que insistir bastante). Pero ese día quería premiarlo de alguna forma.
Sin perder tiempo, se bajó el jean y así vestido como estaba se puso a masajear la zona, mientras con una mano se pajeaba. Dejó caer saliva en mi ano que se abrió dejando entrar sus dedos. Se acomodó y apuntó su pija, pero en lugar de clavarla en el culo, me la puso en la concha. "No no, en la cola... en la cola", pedía yo desesperada. Seba sin entender, la sacó y empezó a empujarla abriendo mi ano.
Cuando sintió que mi culo estab a acostumbrado, Seba empezó a sacarla y ponerla cada vez más rápido. Yo lo estimulaba. "Ay dale siii... más fuerte, rompeme la cola dale... que bien que me hacés el culo por favor! me encanta seguí!", repetía entre gemidos para provocar que mi amigo no frenara nunca de someterme.
Agaché mi cabeza dejando mi colita más paradita. "No hagas esooo!" gritó Seba, que sacando su pija me pintó los cachetes de la cola de blanco. Me tiré en la cama, mientras Seba buscaba algo para limpiarme. Como no encontraba, le dije que no se preocupara. Me paré, pase mis manos por la cola y me cambié. "No me jode estar un poco pegoteada" le dije y le di un beso.
Todavía tenía la pija durísima. Se quedó acostado boca arriba en la cama, apoyado en los codos y me miraba con lujuria. Lo miré, sonreí, y me tiré encima y empecé a chupársela, como si "le hiciera el favor". Seba se dejó caer en la cama y se acostó. No se le bajaba más, así que me volví a desnudar y me subí arriba suyo a cabalgar otro rato. Seba me agarraba las tetas y me pegaba chirlos en la cola.
Cuando empecé a bajar el ritmo, porque mis piernas ya no respondían, me levantó y me acostó en la cama. Me puso en 4 y sin decir una palabra me empezó a coger con fuerza agarrándose fuerte de mi cintura. Me agaché dejando que su pija penetrara más adentro. Mis piernas empezaron a temblar. Mi cuerpo estaba enloquecido y me movía como convulsionada enterrándome su pija.
La sacó, y me chupó la concha así en 4 como estaba. Pasaba la lengua por la concha y la cola, que todavía no se había cerrado de la culeada que me había pegado. "Aaayyy Dioooooooooooos" grité mojando toda la boca de mi amigo. "Uy pendeja como estás, te mojaste toda!", dijo mientras me volvía a poner la pija. "Aaayy siii no la saques más por favoooor!" le gritaba. Pero no aguantó mucho. Me agarró fuerte de las caderas y empujándola muy adentro acabó. Cuando la sacó, ya la tenía semidormida. Ahora si, nos cambiamos y salimos de la habitación.
Cuando llegamos al living, no nos extrañó para nada la escena que veíamos. Como en los viejos tiempos. La noche recién empezaba.
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33 comentarios - La fiesta de reencuentro
gracias por pasar! 😉
gracias por pasar!
gracias por pasar!
Van 9 puntos
gracias por pasar!
gracias por pasar!
gracias por pasar!
@juuli88 con los dientes !
gracias! 😉
Sabes como te doy cancion ! 🤤
Linda sos vos nena con las cosas que contas... 😬
Saludos linda
besos
gracias por pasar!
LA Nº 1.
GRACIAS
gracias por pasar!
voy a votar el domingo 😞
Este es el primero: http://www.poringa.net/posts/relatos/2722206/Machu-Pichu-Con-una-vete-hermosa.html#comment-120272
(Una vete, super top, divorciada, deprimida de la cual temriné sacando lo mejor (o lo peor jeje)
Van puntos y espero tus comentarios.
Cómo leo hasta algunos comentarios, permitime decirte que tenés muy buena onda con los que te leen, muchas gracias por eso 😘😉
y si, tambien me gusta el enchastre jaja :